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Tesis 3: Las luchas de la juventud y el movimiento

juvenil
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Índice

 El papel de la juventud en la lucha por el socialismo


 Las contradicciones en el seno de la juventud.
 Desarrollar el movimiento juvenil y su carácter reivindicativo.
 La intervención de la juventud comunista en los movimientos de masas.
 Ganar la conciencia de la juventud
 Los frentes de lucha prioritarios para los CJC
o Movimiento estudiantil
o Movimiento obrero y sindical
o Movimiento antifascista
o Movimiento republicano
o El movimiento de solidaridad internacionalista, antiimperialista y por la paz
o Movimiento feminista
 La política de alianzas.
 El frente de Izquierdas
 Una plataforma para luchar por los derechos de la juventud.

El papel de la juventud en la lucha por el socialismo

El debate acerca del papel de la juventud en la lucha por el socialismo no debe ser ajeno a
cualquier organización comunista que se precie. En los últimos tiempos nuestra
organización ha estado abordándolo en diferentes debates que abarcan desde la
significación del carácter juvenil comunista de nuestra organización hasta nuestra forma de
intervenir en los frentes dotándoles de esa perspectiva.

Cuando las y los comunistas nos referimos a la juventud debemos de tener muy claro que
dicha categoría, la de juventud, no es la categoría de una clase social, pero hablamos de un
sector cuya procedencia de clase -familia, entorno- es heterogéneo y dentro de esta
diversidad de clase sí encontramos unos ciertos elementos comunes que son los siguientes:

 Una personalidad en formación


 Una conciencia de clase en formación
 Un cuestionamiento del funcionamiento de su entorno, tanto vital como político.
 Una confluencia en torno al ocio y/o a los centros de formación.
 Un tiempo de ocio amplio que permite desarrollar actividades diversas.
 Un futuro que amenaza a la inmensa mayoría con su proletarización y por tanto su
sometimiento a unas condiciones específicas mucho mayores de explotación
Estas características hacen que la juventud como sector social sea fácilmente movilizable y
que juegue un papel activo en diversos tipos de asociacionismo de carácter juvenil,
deportivo, estudiantil, ong’s, político, cultural. Esto configura que la juventud sea una
fuerza social capaz de establecer una cultura propia, hace que la juventud sea un sector
social que tiene un papel muy importante en el desarrollo de nuestro proyecto histórico, la
juventud debe incorporarse al desarrollo del mismo de una forma activa para asegurar su
propio éxito y continuidad y con ello contribuir al asentamiento de unos valores nuevos que
deben caracterizar a la nueva sociedad.

Las contradicciones en el seno de la juventud.

Ganar a la juventud no es sólo uno de los objetivos de quienes queremos cambiar el actual
estado de las cosas, sino que también lo es de los grandes poderes fácticos, la oligarquía y
los monopolios, que mantienen a la juventud alejada de la conciencia de la clase obrera
para que no se cuestione el orden establecido. Este proceso de impregnación colectiva de
valores del enemigo de clase en el seno de la juventud fomenta la separación de la juventud
como entidad grupal para el cuestionamiento de la realidad.

Aunque la juventud no es una clase social como tal sí que aglutina en su seno un reflejo de
las contradicciones del conjunto de la sociedad. En el día a día se da una lucha de
posiciones en la realidad concreta de la juventud, cuyo reflejo superestructural resulta un
contexto en que las ideologías de las diferentes clases dan su batalla por la hegemonía de
este sector social. En dicha batalla las posiciones de la clase obrera juegan también su
papel.

Estas contradicciones que se dan en el desarrollo de la práctica diaria se expresan de una


manera específica en el sector de la juventud. Los distintos grados de formación de su
conciencia de clase dialécticamente articulados con su desarrollo personal, la influencia de
la ideología del enemigo de clase en la juventud -no siempre es la misma que en el conjunto
de la sociedad-, la negación del futuro y la necesidad de buscar salidas, son ejemplos de
características concretas que le dan esa cierta especificidad que hace que las posiciones de
clase entre la juventud sean a veces muy variables y evolucionen de forma rápida.

Llamamos movimiento juvenil al desarrollo de estas contradicciones en el seno de la


juventud en su práctica diaria en los diferentes movimientos sociales. Éste tiene un
movimiento que le es intrínseco: el estudiantil.

Además de manifestar diferentes contradicciones que se dan de manera trasversal en otros


movimientos sociales, en los que la juventud coincide con otros sectores aún manteniendo
una práctica específica en los mismos.

Desarrollar el movimiento juvenil y su carácter reivindicativo.

Si queremos incorporar a la juventud a lucha general por el socialismo y el comunismo,


debemos de plantear la batalla para que sean las posiciones de la clase obrera las que ganen
hegemonía entre la juventud, ganando su conciencia de tal forma que consigamos
identificar la problemática y su conciencia grupal -como jóvenes- con la conciencia de la
clase trabajadora. De esta manera se logrará aportar el componente subjetivo necesario para
que las y los jóvenes identifiquen sus problemas objetivos y decidan ser dueños de su
futuro, construyendo una alternativa junto a la única clase que les puede ofrecer una
alternativa de futuro, luchar por el socialismo y el comunismo.

Esta problemática, lejos de solucionarse sólo con debates, debe encontrar solución en la
práctica; debemos ser capaces de arropar a la juventud en la lucha por sus derechos, y ganar
hegemonía en este sentido para ayudarla así a tomar conciencia de la perspectiva
antijuvenil del capitalismo. Éste concibe a la juventud como una simple fuente de mano de
obra barata para el mañana, o como “carne de cañón” para ingresar en los cuerpos de
seguridad del estado y cumplir así el objetivo de mantener el orden establecido, negándole
el futuro u obligándola a ser el reemplazo de la clase política que antaño la marginó.

En este proceso dialéctico en que la juventud, en base a la defensa de sus derechos


concretos, asume la perspectiva del cuestionamiento del orden establecido, juega un papel
importante la doble unificación de las luchas: de las diferentes expresiones del movimiento
juvenil y del movimiento juvenil con el movimiento obrero y popular. Ésto debe
desarrollarse no desde una imposición sino desde la propia juventud, la cual tomará
conciencia a través de la experiencia organizativa y la formación de una capacidad critica.
Nuestro papel como comunistas está en hacérselo ver y ganar hegemonía para que esta
doble unificación de las luchas sea real.

Con este objetivo debemos trabajar para aumentar la capacidad organizativa y de respuesta
del movimiento juvenil, avanzando a partir de la movilización concreta y sostenida.

Desde este punto de vista, el aumento de la conciencia antimonopolista y antioligárquica en


el seno de la juventud se torna clave. La juventud comunista tenemos día tras día la tarea de
reflejar cómo los sectores interesados en mantener la actual situación que vive la juventud
desarrollan sus ataques instigados y amparados por la monarquía parlamentaria.

La intervención de la juventud comunista en los movimientos de masas.

Cuando intervenimos como juventud comunista en los movimientos de masas, debe ser
desde la perspectiva del trabajo para su desarrollo. Nuestros militantes no sólo tienen que
ser parte del debate ideológico, sino que además tienen que convertirse en referentes en la
práctica concreta, asumiendo parte de las tareas para que ese movimiento social tome
cuerpo. Sólo desde el respeto de quien trabaja realmente en el movimiento podremos
transmitir nuestras posiciones con una perspectiva de credibilidad y éxito.

Debemos saber transmitir nuestras posiciones con coherencia, humildad y claridad,


intentando que lleguen a quienes integran el movimiento. Debemos ganar en la práctica su
respeto y respetar sus decisiones. La juventud comunista debe dar su opinión pero
respetando al movimiento, sin que el movimiento se vea obligado a hacer todo lo que diga
la juventud comunista, pero sin perder de vista tampoco la aspiración a su orientación por
nuestra parte.
Saber transmitir nuestras posiciones al movimiento es vital. Para ello es importante que
éstas no estén alejadas de las capacidades reales del movimiento y que al mismo tiempo le
permitan avanzar. De lo contrario, sólo se beneficiaría al enemigo de clase, en el primer
caso porque genera frustración en el movimiento y en el segundo porque lo deja anclado y
lo vuelve incapaz de cuestionar nada.

Llevar el debate sobre el ¿qué hacer? a los colectivos, reflexionar conjuntamente acerca de
lo acontecido en el movimiento es vital. Tomar decisiones colectivamente en la
organización es la mejor forma de dar respuesta a ese movimiento con una perspectiva más
general, conociendo la realidad del resto de los movimientos. La militancia debe asumir su
papel recordando la disciplina que nos hace respetar y acatar los acuerdos de la
organización aunque estemos en minoría. Debemos entender que en última instancia
nosotros somos militantes de la organización antes que de cualquier movimiento.

Ganar la conciencia de la juventud

Ganar la conciencia de la juventud significa en la practica ganar una hegemonía en su seno


en las tres luchas; económica, política e ideológica. Ser capaces de convencer con nuestro
discurso es una batalla feroz para cualquier comunista, ya que en frente suyo está el sistema
de dominación del enemigo de clase, el cual combina la represión en sus diversas
manifestaciones con la hegemonía ideológica en la apariencia democrática de los distintos
problemas. Un comunista gana la conciencia de la juventud luchando en su seno, peleando
en esas luchas económicas y ganando hegemonía con el objetivo de, dialécticamente,
aumentar la conciencia para las luchas políticas. Las luchas económicas a menudo son
batallas interesantísimas desde el punto de vista del aprendizaje político-ideológico de la
juventud y de nosotros mismos en su seno. Conquistar la confianza y respeto de la juventud
dependerá de la capacidad que tengamos para dar respuestas acertadas a sus problemas y de
que podamos convencer de las mismas con claridad.

El ocio y el tiempo libre también son escenarios de lucha que no podemos descartar, el
favorecer espacios de diversión alternativos, culturales que cuestionen el orden establecido
se torna muy importante. La batalla frente a los medios de comunicación de masas, la
batalla frente al discurso hegemónico es para nosotros una dura batalla, pero disponemos de
suficientes armas para combatirla. Participar en la organización de los viajes de estudios,
participar de organizaciones deportivas, culturales, asociaciones de festejos etc… es un
punto a nuestro favor en la socialización y son lugares donde debemos de situar nuestra
opinión.

Los frentes de lucha prioritarios para los CJC.

Los CJC definimos los siguientes seis frentes como nuestros frentes prioritarios a la hora de
llevar a cabo nuestra lucha diaria. Entendemos que en este momento los frentes
fundamentales de trabajo que planteamos a continuación, permitirán la unión de diversos
sectores de la juventud y la acumulación de todas aquellas fuerzas que den un importante
impulso a nuestro proyecto revolucionario.
Movimiento estudiantil

Los CJC entendemos que el movimiento estudiantil es prioritario, por ser propiamente
juvenil. Debe ser el frente donde redoblemos nuestros esfuerzos, con el objetivo de hacer
surgir movimiento en todos los centros de estudio donde nos encontremos. Nuestro objetivo
es luchar para crear las condiciones en las que el estudiantado tenga las herramientas para
organizase y luchar por sus derechos.

Como ya hemos explicado en la tesis anterior, la educación viene sufriendo en las últimas
décadas ataques directos por parte del capitalismo con el objetivo de someterla a los
principios del mercado, negando su carácter de servicio público. Ante esto, los y las
comunistas nos marcamos como tarea fundamental concienciar a todo el alumnado y lograr
la organización de éste en cada centro. Aún hoy, existe un gran desconocimiento de lo que
se nos viene encima con la aplicación del EEES y todas las leyes que le han allanado el
camino. Solo la movilización estudiantil podrá frenar este acelerado proceso.

Nuestra historia más reciente nos da a entender que las importantes movilizaciones de
masas del movimiento estudiantil, se han dado con cierto carácter espontáneo. Y esto sólo
se explica porque existe un gran malestar, una enorme inquietud todavía desorganizada,
teniendo esto presente se puede explicar que con apenas un llamamiento y algunos núcleos
organizados, las movilizaciones contra la LOU y la LOE, y recientemente contra Bolonia,
tuvieran ese carácter de masas.

Por otro lado, los CJC entendemos las dificultades que el movimiento estudiantil ha tenido
históricamente para organizarse de forma continuada en el tiempo. En nuestro documento
“Propuestas para el movimiento”, elaborado como herramienta de trabajo en este último
periodo, definíamos que el movimiento estudiantil tiene un comportamiento cíclico, alterna
etapas de frenética actividad con otras de mucha calma. Esto viene dado por la continua
renovación de sus miembros y sobre todo por la carencia de organizaciones unitarias
estudiantiles, que defiendan con discurso propio los verdaderos intereses de la mayoría y
que puedan ser la correa transmisora de la experiencia de la lucha en las sucesivas
generaciones.

La socialdemocracia liberal del PSOE ha jugado un papel determinante en las estrategias


desarrolladas por el sistema para el debilitamiento de los movimientos de masas. Cada vez
que el movimiento ha alcanzado cotas mayores en actividad y combatividad, la
intervención de la socialdemocracia ha sido fundamental para desactivar, “desde una
supuesta posición de izquierdas”, las energías acumuladas.

Nuestra propuesta estratégica para el movimiento estudiantil es la Asamblea de Estudiantes


como instrumento legítimo de la organización estudiantil y sobre la que se debe articular el
mismo, hay que trabajar por la participación del estudiantado en estructuras de base. La
asamblea debe ser la forma a través de la cual se articule la coordinación entre las
diferentes facultades, universidades o centros de estudios. Hay que participar o potenciar en
todos los lugares donde sea posible experiencias de asamblea concretas que promuevan la
movilización.
Por su carácter abierto, transversal y unitario, la asamblea es una excelente estructura de
masas desde la que luchar por los derechos del estudiantado. Estas características, pese a
ser muy útiles para aglutinar a la juventud en momentos de grandes luchas, no consiguen
mantener al estudiantado activo en el movimiento cuando este entra en depresión. Es por
ello necesaria nuestra intervención dialéctica entre las asambleas y asociaciones de centro
que permita superar esos ciclos depresivos con la menor dificultad posible y se consiga una
transmisión real de conocimientos, tanto prácticos como teóricos, entre generaciones de
estudiantes. A nivel de enseñanzas medias esta necesidad es todavía mayor.

Debemos también aspirar a coordinar a las asambleas en todos los niveles local comarcal
regional, autonómico, estatal y supraestatal, para conseguir el más amplio grado de unidad
en el movimiento.

Entendemos que la clave, el elemento central y el desarrollo del movimiento estudiantil se


sitúa hoy en dar pasos hacia la coordinación estatal y en avanzar hacia la unidad. El propio
movimiento tiene que reflexionar sobre que su posibilidad de éxito y grado de influencia
está estrechamente relacionada con el nivel y madurez de su unidad. Debemos partir de la
identidad de intereses de la amplísima mayoría de las y los estudiantes y superar el
sectarismo que, desgraciadamente, todavía arrastramos las organizaciones juveniles.

Por todo ello proponemos que para ir caminando hacia una mayor unidad del movimiento
estudiantil es necesario dotarnos de una Coordinadora Estatal del Movimiento Estudiantil
que sea capaz de coordinar a las diversas organizaciones que tienen presencia en el
movimiento estudiantil, tanto políticas como de estudiantes. Sólo mediante la creación de
un espacio de coordinación podremos establecer los primeros pasos que redunden en una
mejor organización y refuerzo del movimiento y que confronten con la cada día mayor
atomización y dispersión en el seno del mismo.

Por otro lado, hay diferentes territorios donde existen, y funcionan normalmente,
coordinadoras de universidades y asambleas u organizaciones territoriales. Debemos
trasladar a estos espacios la necesidad de no quedarnos a ese nivel, y dar el paso a la
coordinación estatal.

Como citábamos anteriormente, los CJC hemos de aprender a llevar nuestras


reivindicaciones básicas a los centros de estudio donde nos encontramos, tanto a nivel
universitario, como de medias, o formación profesional. Para ello, se ha de dar prioridad
política a este frente, tratando la intervención de cada camarada en su centro de forma
colectiva en cada colectivo de base, de tal forma que se planifique el trabajo y el o la
camarada no se encuentre a solas en esta importante tarea. De igual forma, los CJC hemos
de aspirar para este próximo periodo a la creación de colectivos sectoriales en aquellos
centros donde se encuentren tres o más militantes de los CJC, de manera que puedan
especializarse en las reivindicaciones que el movimiento estudiantil requiere.

Para todo esto nos dotamos de la comisión central de movimiento estudiantil. Esta irá
marcando las directrices que los diferentes colectivos han de llevar a cabo, como ha venido
haciendo en este último período. Es importante incorporar a los cuadros del movimiento a
dicha comisión, pero es igualmente fundamental que todos los colectivos, tengan militantes
participando de la comisión o no, estén permanentemente atentos a las directrices que
emanan de ella, los lleven a la práctica e informen periódicamente, o cuando la comisión lo
solicite, de los avances llevados a cabo.

Finalmente, estas son las reivindicaciones de los CJC para el sistema educativo:

 Educación pública: Para que el estado garantice la inversión necesaria en todos los
niveles educativos y se acabe con la precaria situación de las aulas prefabricadas,
infraestructuras insuficientes y materiales en mal estado. Para ello, exigimos un
aumento del P.I.B. en la educación. Luchamos para que se deje de financiar los
centros privados, concertados o adscritos con el dinero del pueblo. Fin de la
mercantilización de la educación y la ingerencia en ella del capital privado.
Eliminación de acuerdos con fundaciones, patronales o empresas que profundicen
en la privatización o mercantilización de la universidad, que la escuela no se
convierta en un negocio.
 Educación de calidad: Para que todos los y las estudiantes gocen de los mejores
profesionales y materiales en su educación. No queremos escuelas
desinformatizadas, laboratorios precarios y libros caducos. Exigimos una educación
más personalizada, que atienda a las necesidades de cada estudiante y las de la
sociedad a la que sirve de modo adecuado. Por el fin de la masificación de las aulas.
 Educación democrática: En la que los y las estudiantes puedan tener
representación en igualdad de condiciones que otros sectores educativos
(profesorado, padres o madres, o personal de administración y servicios). Por la
creación o consolidación de instituciones educativas que sean transparentes y que
practiquen la democracia directa, y en las que el estudiantado tenga un peso
determinante. Por una gestión paritaria y democrática. Así mismo, luchamos por el
reconocimiento y legitimidad del derecho a la asamblea, por la organización del
estudiantado de una forma libre y autónoma, en la que la participación, el debate y
la acción sean pilares básicos. Por que se reconozca la forma asamblearia de
organización estudiantil como interlocutor válido, por el derecho a la huelga y el
derecho a poder reunirse en horas lectivas. Por que el alumnado tenga la posibilidad
de elección sobre los modelos de evaluación.
 Educación gratuita: Que la educación sea totalmente gratuita para todos los y las
estudiantes sin excepción de ningún tipo; gratuidad en la matrícula así como en los
libros de texto. Exigimos un aumento de becas a fondo perdido hasta poder
asegurar, ya fuera del capitalismo, una educación plenamente gratuita; que sean
constantes y no designadas de manera arbitraria. Las prácticas de FP y universidad
se deberían realizar en empresas públicas, siempre estar remuneradas y con el
reconocimiento de sus derechos laborales. Así mismo, pedimos la eliminación de
las ayudas por ser “víctima del terrorismo” y las ayudas a hijos de militares,
personal de universidad, etc. que no hacen más que crear desigualdades.
 Educación igualitaria: Para que puedan acceder a ella, en todos sus niveles, las
clases populares sin restricción ni excepción. Por tanto, exigimos la retirada de
todos los mecanismos discriminatorios para acceder al derecho de estudio como la
selectividad o los exámenes de acceso a la FP superior y media habiendo cursado
una FP media o un PGS respectivamente relacionado con el estudio a realizar, o las
pruebas propias de cada universidad para su acceso. Es imperante acabar con las
escuelas-ghetos que se forman en los barrios y localidades más pobres y que
empujan a miles de hijos de la clase obrera a un futuro incluso peor que el de sus
padres i madres. No a la discriminación de género, clase, cultura o discapacidad.
Que se respete la identidad cultural y lingüística de las diferentes naciones del
estado español y se potencie su conocimiento. Educar para el fin a la cultura del
patriarcado.
 Educación laica: Luchamos por una enseñanza científica y materialista, donde la
religión no tenga más cabida que la de su conocimiento como elemento
sociocultural y no como doctrina. Separación tajante entre la Iglesia y la escuela.
Tampoco queremos las alternativas que escondan implantar los mismos valores que
la moral cristiana.
 Educación crítica: En la que los contenidos o planes de estudio se decidan de una
forma colectiva y social y no por empresas o multinacionales; en la que existan
programas culturales interdisciplinares. No queremos una educación que solo nos
sirva para nuestros futuros puestos de trabajo. Por una educación integral, que nos
forme como personas y no como mercancías, con actitudes de solidaridad, de
crítica, de formación, de interculturalidad, por una sociedad justa, que aporte los
instrumentos para pensar, analizar, interpretar… Exigimos poner fin a las agresiones
contra las carreras de humanidades que no le hacen servicio al capital. Luchamos
por nuevos métodos pedagógicos y de evaluación. Por una enseñanza que vincule la
teoría con la praxis.
 Educación popular: Exigimos toda la eliminación de las divisiones y
desigualdades entre centros educativos. No a la autonomía de los centros que les
hace caer en las leyes del mercado y la privatización. Fin de la competencia entre
las universidades y escuelas. No queremos universidades o escuelas de primera,
para los hijos de la burguesía, y de segunda, para los hijos de trabajadores.
Exigimos la eliminación inmediata de todos los centros privados y concertados y
transformarlos en públicos. La elitización es un cáncer que hay que eliminar pues es
el causante de las desigualdades educativas primero y sociales después. La
educación debe estar al alcance, servicio y manos del pueblo.
 NO A LA LOE, LOU Y EL EEES: En tanto que leyes al servicio de los
empresarios y que confrontan con los intereses de los estudiantes. Exigimos la
retirada inmediata de estas leyes así como los reales decretos que las ponen en
marcha y que se abra un profundo debate social en el conjunto de la población sobre
la educación.

El movimiento obrero y sindical.

Los CJC hemos tenido grandes dificultades en los últimos años para desarrollar nuestro
trabajo dentro del movimiento obrero. Esto es debido a que un gran porcentaje de nuestra
militancia es estudiante, aunque hemos tratado de que el movimiento estudiantil se vincule
a las luchas obreras.

En los tiempos que corren es fundamental centrar nuestro trabajo dentro del movimiento
obrero en caracterizar esta crisis del capitalismo y sus consecuencias, de manera que la
clase trabajadora llegue a entender que los problemas laborales en los que ahora se ve
sumergida no son por un fallo puntual, sino que es una crisis estructural de este sistema
económico, que se vienen repitiendo a lo largo de su historia, y que no se pasará con las tres
soluciones emanadas desde el gobierno.

La situación de precariedad que se había normalizado dentro de la juventud se ha extendido


al conjunto de la clase trabajadora en los últimos meses, agudizándose aún más las
condiciones laborales de las y los jóvenes. Como ya hemos analizado anteriormente, las
tasas de paro y temporalidad son muy altas para la juventud. Se aumenta la competencia
para los escasos puestos de trabajo, por lo que la patronal se da el lujo de recrudecer las
condiciones laborales.

Frente a esta situación los CJC nos marcamos unos objetivos para llevar a cabo por cada
colectivo de base, además del trabajo que cada camarada ha de realizar en su centro de
trabajo:

Tenemos la obligación de trabajar en todos los conflictos laborales, ya sean a nivel local,
regional o estatal. El apoyo expreso a las huelgas obreras u otro tipo de luchas que se den
producto de las contradicciones entre capital/ trabajo. Esto debe implicar, siempre que haya
una huelga o una protesta obrera, una declaración de apoyo a la huelga mediante todos los
métodos que tengamos a nuestra disposición.

Realización de campañas estatales o regionales, que consistan en periódicas jornadas o


semanas de lucha que señalen las verdaderas causas de esta crisis y pongan sobre la mesa a
los culpables, acercándonos a los más dañados por ella. Los CJC tenemos que dirigirnos
principalmente a la juventud trabajadora, conocer sus problemas, sus dificultades, como les
afecta la precarización laboral, la temporalidad, para poder incidir en ellos realmente, por lo
que se debe hacer un análisis de la situación en el territorio a la hora de planificar estas
campañas.

Para la coordinación de todo este trabajo nos dotamos de la comisión central de


movimiento obrero, la cual irá marcando las directrices además de recoger las experiencias
concretas que se vayan dando en cada territorio.

Los CJC entendemos que, al igual que en el resto de movimientos, la lucha de cada
camarada en el movimiento obrero y sindical debe ser planificada colectivamente en el
seno del colectivo. Es preciso analizar las condiciones laborales de la juventud en cada
territorio y en cada centro de trabajo para definir cual es el espacio donde debe situarse un
militante de los CJC con más capacidad de intervención, ya sea el sindicato, plataformas o
asambleas de trabajadores, asambleas de paradas y parados, plataformas contra la crisis y/o
contra la carestía de la vida; o si conviene impulsar la formación de tales entidades para dar
una respuesta colectiva y unitaria ante el retroceso de derechos laborales que impone este
periodo económico.

Los CJC luchamos por un sindicalismo de clase, reivindicativo y combativo, en el que la


asamblea de trabajadores y los representantes sindicales jueguen un papel determinante en
la organización de las y los trabajadores y en la defensa de sus intereses como clase. Un
sindicalismo de clase significa un sindicalismo que represente y defienda los intereses de la
clase trabajadora y que cuestione los elementos básicos de la explotación Hemos de
defender la democracia real en el funcionamiento interno de éstos y luchar contra la
burocratización y el aburguesamiento de los sindicatos de clase.

No reconocemos ni asumimos la falsa “paz social”, instrumento del capitalismo para


mantener la
calma social y forzar la conformidad de la clase trabajadora para someterla más, bajo una
apariencia de bienestar basado en bienes materiales a cambio de condiciones laborales que
se deterioran a pasos agigantados. Pero la construcción del sindicalismo de clase va a ser
una tarea difícil.

Por todo ello, el eje reivindicativo de los CJC exige:

 Derecho al trabajo digno.


 El cierre total de las Empresas de Trabajo Temporal, prohibición de éstas y de las
subcontratas en el
ámbito público.
 Igualación de las condiciones laborales, a favor de las mejores, entre subcontratas y
empresas
contratistas.
 La declaración de indefinición en la relación laboral de los trabajadores
encuadrados en las diversas
formas de explotación: trabajadores sin contrato, trabajadores indefinidamente
temporales, falsos
autónomos o subcontratados.
 Jornada de 35 horas máximo. No a la jornada de las 65horas.
 Subida salarial lineal al coste de la vida.
 Paridad trabajo-sueldo entre trabajadores, sea cual sea su género y nacionalidad.
 Nacionalización o municipalización de los servicios públicos fraudulentamente
privatizados con todo lo que supone a los trabajadores en cuanto a percepción de
salario y derechos.
 Persecución y represión real de los empresarios y las empresarias que defrauden a la
seguridad
social.
 Subsidio de paro equivalente a la seguridad social
 Declaración de relación laboral a las llamadas “becas” y todo lo que supone en
cuanto a la
percepción de salario y derechos, así como el fin de estos contratos de explotación
encubiertos.
 Expectativas laborales equivalentes al grado de formación académica.
 Gestión por parte de los servicios públicos de empleo de la inserción de los jóvenes
en el mundo del trabajo e intermediación pública en los contratos de trabajo.
 Contrato fijo a los quince días por Ley.
 Salario Social Básico.
 Derecho real a la organización sindical dentro de las empresas.
 No al consenso instaurado en las relaciones laborales entre la patronal-gobierno y
sindicatos
mayoritarios.
 Unidad de las y los trabajadores frente a la patronal, mediante el sindicato y
mediante otras
plataformas que puedan surgir. Derecho real de organizar asambleas de trabajadoras
y
trabajadores.
 Defensa de la negociación colectiva

El movimiento antifascista.

El movimiento antifascista en el estado se encuentra, pese a desarrollarse de manera


desigual en los distintos territorios, en una etapa de avance, tanto cuantitativo como
cualitativo. De las consignas vacías de contenido político, de la falta de organización, de la
hegemonía de las posturas infantiles y ultraizquierdistas dentro de un movimiento
antifascista sectario, avanzamos hacía un movimiento antifascista sólidamente organizado
incluso estatalmente, con un carácter popular y de masas, heterogéneo y combativo. Este
desarrollo se debe, sin ninguna duda, al aumento de la influencia de las y los comunistas en
el movimiento, que ha dotado al movimiento antifascista de la maduración política
adecuada para hacer de este una herramienta efectiva de confrontación y de lucha contra el
nazi-fascismo, en todos los ámbitos en los que se encuentre.

En ese sentido, los Colectivos de Jóvenes Comunistas hemos avanzado internamente, con la
constitución de la Comisión Antifascista en el seno del Comité Central de nuestra
organización, que en este último periodo se ha centrado en una primera fase de elaboración
teórica, con la redacción de una serie de documentos con el objetivo de caracterizar el
fenómeno fascista en términos generales, y el fascismo español en concreto, y situar una
serie de directrices para el trabajo. Para este próximo periodo hemos de fortalecer esta
comisión de manera que fortalezca de forma efectiva el trabajo de los colectivos de base en
los espacios que participen.

De la misma manera, los CJC hemos venido aumentando nuestra implicación en el


movimiento antifascista en diversas plataformas o coordinadoras, incluso siendo creadores
de la misma en algunos territorios. Actualmente, nuestra principal tarea es la apuesta por la
coordinación antifascista estatal, sin olvidar la provincial y la local, y organizar el
movimiento en los puntos del estado donde este se encuentre desorganizado. A este nivel,
los CJC hemos participado activamente de los primeros Encuentros Antifascistas Estatales.
Seguiremos avanzando porque estos encuentros vayan siendo cada vez más de
coordinación y no solo de debate.

Contra el movimiento antifascista de todo el estado se dirige, de una manera cada vez más
feroz, la represión brutal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En ese sentido,
debemos de apostar en este terreno por la creación de un espacio unitario en el que tratar las
problemáticas relativas a la represión y desde el cual construir un movimiento
antirrepresivo que cuente con la capacidad suficiente para hacer frente a los ataques
frontales del estado burgués; de la misma manera, debemos ser capaces, mediante la
formación previa, de desenvolvernos y saber actuar correctamente cuando nuestra
militancia es el objetivo principal de esa represión.

Por todo ello, las propuestas de los CJC para el movimiento antifascista son:

 Por un antifascismo unitario: En pos de la capacidad aglutinadora del movimiento


antifascista y de su intrínseca pluralidad, los CJC apostamos por mantener la
máxima unidad posible en el movimiento, pues es su razón de ser. Consideramos
que las coordinadoras, plataformas y colectivos antifascistas, como parte del
movimiento que ya ha adquirido conciencia de la necesidad que es la organización,
debe de analizar y asimilar cual es el estado de maduración política en la que se
encuentra su base social, con el objetivo de no quedarse rezagado cuando el
movimiento madure políticamente, ni lanzar consignas incomprensibles para la base
del movimiento, suponiendo ambas circunstancias la ruptura interna del
antifascismo. Por ello, los CJC apostamos por un movimiento antifascista unitario,
que recoja todas las sensibilidades que se reclaman del antifascismo y trabajan a su
favor, pues la ruptura interna del movimiento es la antesala de la atomización del
mismo.
 Coordinado estatalmente: Como señalábamos anteriormente, la organización es
una necesidad, y cada vez más patente. Teniendo como marco de actuación todo el
Estado Español (que en todos sus territorios comparte unas características jurídico-
administrativas y una misma problemática, así como las organizaciones fascistas
que existen en todo el estado),se hace necesaria una coordinación a nivel estatal que
suponga un punto de encuentro entre las diferentes coordinadoras, plataformas o
colectivos donde se intercambien experiencias, informaciones y se centralice de
cierta manera el movimiento. Además, es necesario fomentar la coordinación local
y territorial con el mismo criterio de fondo que la estatal adaptada a las
peculiaridades de las distintas nacionalidades del estado.
 Combativo: Las bandas nazi-fascistas, como elementos mas reaccionarios y
violentos del capital financiero, hacen uso cada vez mayor de la brutalidad
contrarrevolucionaria, aumento que se da paralelamente, y con una estrecha relación
a la acumulación de fuerzas de los sectores de la izquierda revolucionaria. Ante este
hecho, los CJC reivindicamos un antifascismo combativo, que no claudique ante las
diferentes presiones(mediáticas, represivas, judiciales) recibidas por parte del estado
burgués,(que mantiene latente el franquismo, al no haberse producido en el aparato
jurídico-administrativo una depuración de los elementos provenientes de la
dictadura franquista),un antifascismo consciente de la crudeza de la lucha contra el
fascismo, un antifascismo dispuesto a no ceder jamás ante la violencia fascista, y
dispuesto a hacer uso de la legítima autodefensa.
 Popular y de masas: Con el objetivo de aumentar la pluralidad de la base social del
antifascismo organizado, éste debe hallarse íntimamente relacionado con otros
frentes de masas, evitando las actitudes sectarias e infantiles del antifascismo poco
maduro políticamente. Es por eso que para desarrollo del antifascismo en el estado,
es necesaria su relación con otros movimientos populares tales como el republicano,
el feminista, el antirepresivo y otros tantos movimientos que existen en según que
territorios, traduciéndose esto en un aumento de su área de influencia y de su
implantación social. Aún a pesar de la voluntad aglutinadora del antifascismo, éste
no debe dejar de denunciar el papel permisivo, cuando no colaborador, que juega la
socialdemocracia respecto a los grupos nazi-fascistas. Por ello los CJC apostamos
por un movimiento antifascista no endogámico, sino popular y de masas, que se
encuentre dispuesto a nutrirse de otros movimientos sociales y vincularse a ellos.
 Asambleario: El método de toma de decisiones mas apropiado para el movimiento
antifascista organizado es el asamblearismo, pues facilita la intervención de todos
los colectivos o individualidades (teniendo especial cuidado con estas últimas) en la
toma de decisiones. Por ello, los CJC trabajamos por un movimiento antifascista
que se organice mediante el asamblearismo, pues lo consideramos garantía de
unidad.

El movimiento republicano.

El movimiento republicano ha pasado por muy diversas fases desde, y a consecuencia de, la
falsa transición hacia la democracia. Con la reconciliación nacional, las republicanas y
republicanos asumieron el mantener la idea de la república como mera ilusión, recordando
la II República en privado. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha comprobado que el
sistema al que se dio paso no era muy distinto al anterior, y que el rey sí que era el
continuador de los principales valores de aquel.

Poco a poco, el movimiento republicano ha ido despertándose y comprendiendo la


necesidad de salir a la calle. Se comenzó con la lucha por la recuperación de la memoria
histórica, hasta llegar a la situación actual, donde ya se reivindica sin tapujos la III
República.

Los CJC tenemos dos vías de lucha en el movimiento republicano. Por un lado la
participación en las diferentes formas de coordinación por la III República, y por otro
llevando a cabo la tarea de dar a conocer nuestro proyecto estratégico a la juventud, la
República de carácter Confederal y Socialista.

El PCPE, y a su vez los CJC, hemos participado de la tabla de ocho puntos que se ha
elaborado como la tabla de contenidos mínimos a las que se acogen todos aquellas formas
de coordinación que luchan por la III República. Esta tabla de contenidos mínimos significó
una distinción entre aquellas organizaciones que se habían estancado en el recuerdo de la II
República, y aquellas organizaciones que ven a la república como un proyecto de futuro.

A raíz de ahí se crea una Coordinadora Estatal del Movimiento Republicano, que realiza
encuentros periódicos, y que se ha dotado de una comisión de trabajo, que supuestamente
debía dar continuación al movimiento republicano fuera de las dos fechas conmemorativas:
14 de abril y 6 de diciembre. Sin embargo, esta coordinadora realmente no está cohesionada
ni ha cumplido sus objetivos iniciales, perdiendo fuerza a lo largo de los años. La división
de la izquierda se deja ver con fuerza en este aspecto, de tal forma que en cada territorio se
vive una realidad diferente del movimiento sin que se compartan las experiencias. El
trabajo realmente coordinado sigue resumiéndose en la preparación del 14 de abril o el 6 de
diciembre.

Los CJC trabajamos el movimiento republicano en la gran mayoría de nuestros colectivos.


577. Es muy importante el papel que le corresponde jugar a la juventud en la lucha por la
III República, pues ésta no tiene la conciencia de derrota que la transición inculcó en otras
generaciones, además de que en este sector cuesta más la justificación de la monarquía,
caduca para la época actual. Es necesario aglutinar a los y las jóvenes en la lucha por la III
República de una forma clara y directa.

Es fundamental que la juventud comunista sepamos llevar a aquellos espacios de


coordinación donde trabajemos propuestas eminentemente juveniles, que saquen el
movimiento a la calle de forma permanente, fuera de las dos fechas citadas, para sacar a la
luz las contradicciones de la monarquía parlamentaria y la tradición de la que viene. Para
este próximo periodo debemos centrar nuestra intervención en este frente con este objetivo.

De igual forma, es necesario seguir construyendo colectivos, plataformas…de base, de


barrio. Los CJC entendemos que estos espacios son los más adecuados para crear el tejido
social necesario que logre organizarse por la III República. Acercar esta lucha a los
problemas barriales acelerará el proceso de malestar general que se está despertando entre
la población del Estado Español contra una monarquía impuesta que vive a todo lujo a
costa de nuestro trabajo, sin realizar ninguna tarea a cambio.

Esta lucha por la III República no va en contraposición a la lucha por la memoria histórica,
aunque haya sido superadora de esta última. Desde los CJC creemos que también es
necesario luchar para que no caiga en el olvido los crímenes que el franquismo causó
durante toda su dictadura, y para que no se igualen las víctimas de éste con los caídos que
pudieron haber del frente nacional. Debemos participar, en la medida de lo posible, en las
coordinaciones que se creen por la recuperación de la memoria histórica.

Por otro lado, con respecto al proyecto estratégico de los CJC, y del PCPE, los CJC
venimos realizando diferentes campañas donde damos a conocer nuestra propuesta, con los
lemas: “República de carácter Confederal y Socialista” y “República, autodeterminación y
socialismo”. Es necesario hacer llegar a la juventud revolucionaria nuestro proyecto en un
lenguaje claro, de manera que sea accesible y logre el acercamiento de estos a los CJC. La
conferencia de los CJC sobre “Cuestión Nacional” llevada a cabo en el 2008 fue un
elemento fundamental a la hora de clarificar conceptos y dotarnos de nuevas herramientas
para salir a la calle armados de nuestro proyecto.

En este próximo periodo, debemos proponernos afianzar de una vez por todas la comisión
central de movimiento republicano, para poder hacer seguimiento de todas estas propuestas,
además de servir de apoyo a los colectivos de base dando directrices claras.

Resumiendo, las propuestas de los CJC para el movimiento republicano son:

 La lucha por la República de carácter Confederal y Socialista.


 Superación de las concepciones de la lucha por la república como rememoración del
pasado. Lucha por la III República.
 Creación de colectivos republicanos de base o de barrio.
 Dar carácter juvenil a la lucha por la III República, de forma que el movimiento se
salga de las
dos fechas tradicionales anuales, para convertirse en un movimiento continuado en
el tiempo.
 Lograr una coordinación estatal real y no meramente de intercambio de
experiencias.
 No a la ley de punto y final ni a la nueva ley de memoria histórica. Reivindicamos
nuestra
historia y que los criminales sen juzgados por sus ataques a la humanidad llevados a
cabo mediante las torturas, asesinatos, exilios, persecuciones y todo tipo de
vejaciones a las que fueron sometidos las y los republicanos.

El movimiento de solidaridad internacionalista, antiimperialista y por la paz.

Definimos el imperialismo como la fase superior del capitalismo que responde a las
necesidades del capital de expandir sus fronteras a lo largo y ancho del planeta para
desarrollar un proceso de expolio y saqueo de todos los recursos naturales y humanos de los
que disponen los pueblos agotado su proceso de conformación y explotación de mercados
nacionales.

En su fase actual, el capitalismo se encuentra en situación de crisis profunda. De ahí su


recurso a la guerra y el reforzamiento de las estructuras e industrias militares como únicos
caminos válidos para la superación de su situación de descomposición. Esta apuesta por la
guerra y el militarismo como únicas opciones posibles nos sitúa ante una situación que
hemos definido como “de guerra permanente”. Como expresamos en la anterior tesis, como
consecuencia de esto nos encontramos con un amplio número de países sometidos al
imperialismo y / o en continua lucha o resistencia ante él.

La unidad antiimperialista se convierte en la herramienta más importante de resistencia al


capital de la que disponen los pueblos y la solidaridad internacionalista con las luchas de
resistencia de los pueblos que sufren con más intensidad todas las formas posibles de
violencia del sistema, en una seña de identidad irrenunciable de la juventud comunista.

Ante esto, los CJC entendemos que es imprescindible reforzar el movimiento juvenil
progresista en la lucha contra el imperialismo y por la paz. Para ello, a nivel internacional
los CJC pertenecemos a la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD),
creada con el objetivo de conformar un frente mundial juvenil antiimperialista. A ella
pertenecen innumerables organización de muchos países que coinciden en estas consignas,
las cuales se reúnen con cierta periodicidad para intentar organizar campañas a nivel
internacional, como pudo ser la de solidaridad con la KSM en este último periodo, entre
otras; campaña que los CJC trasladamos al Estado Español, con una recogida de firmas y
con la gira de Milan Kragca. Esta federación está cada vez contando con más fuerza.
Expresión de ello es la capacidad de convocatoria para los Festivales Mundiales
organizados cada cuatro años y en los que venimos participando los CJC.

La participación en este espacio también ha supuesto a los CJC la profundización en las


relaciones con otras juventudes comunistas, fundamentalmente de nuestro entorno
inmediato, organizaciones del contexto europeo, de manera que se han venido acercando
posiciones, entre otros ámbitos, en la lucha contra el imperialismo. Uno de los objetivos
para el próximo periodo debe ser profundizar nuestra participación en la FMJD así como
ser representantes de las posiciones más revolucionarias, junto a las otras juventudes
comunistas, dentro de ésta.

Enmarcándonos en el Estado Español, el movimiento antiimperialista se ha encontrado, y


se encuentra, sujeto a una serie de fluctuaciones, provocadas generalmente por las
intrínsecas contradicciones del imperialismo, lo cual supone que no exista un movimiento
antiimperialista realmente cohesionado y constante, sino que se den ciertos momentos
puntuales de movilización, creándose plataformas que pasados unos años caen en el olvido.
Ejemplos de estas movilizaciones puntuales pueden ser las llevadas a cabo contra la guerra
de Irak, o más recientemente contra los ataques de Israel a Palestina, contando este último
con menor repercusión.

Los CJC nos marcamos como objetivo el lograr una coordinación de los frentes unitarios
antiimperialistas con permanencia en el tiempo, que no se limite a dar respuestas a las
inquietudes que ciertos ataques más descarados que otros despiertan en la mayoría de la
población, sino que haga un análisis más global, entendiendo el carácter general del
imperialismo.

En estos frentes unitarios juega un papel fundamental las fuerzas juveniles revolucionarias
para hacer avanzar la lucha en la dirección del socialismo y del comunismo o, por el
contrario, de conducir el discurso al campo de la socialdemocracia reformista que hoy entra
dentro de lo “políticamente correcto”. Por eso es fundamental que la participación de la
militancia de los CJC aumente en las organizaciones de base de la solidaridad, donde a
través de nuestra intervención cotidiana vayamos ganando hegemonía entre las y los
jóvenes organizados y junto al PCPE nuestras posiciones políticas vayan siendo
reconocidas y asumidas por el movimiento.

Las expresiones de solidaridad con los pueblos, sin embargo, siempre han tenido un
carácter más
continuo, aunque también fluctuante en su capacidad de movilización.

Como organización internacionalista, entendemos la utilidad que supone la solidaridad real


con los pueblos para el avance de la clase obrera y los procesos revolucionarios. Los
ejemplos de solidaridad desde las fauces del capitalismo son un pilar básico para la
resistencia de los pueblos. Estas fueron unas enseñanzas adquiridas en la I Brigada Antonio
Gades de los CJC en Cuba realizada en el 2007, que se realiza con el objetivo de darle
continuidad en el tiempo, objetivo que se marca también para este próximo periodo.
Dada la dispersión de los movimientos de solidaridad, es necesario hacer una buena
priorización y análisis de nuestra capacidad de intervención.

Los CJC situamos como elemento fundamental de nuestro internacionalismo la solidaridad


con Cuba y el pueblo cubano que ha sabido resistir más de 50 años a los taques del
imperialismo. En gran parte de los territorios del estado los CJC participamos en las
coordinadoras y plataformas de solidaridad con Cuba, además de participar activamente en
la lucha por la libertad de los 5 héroes cubanos presos en EEUU ilegalmente. Hemos de
seguir dando la batalla hasta que los 5 cubanos queden en libertad, reforzando la lucha que
se están llevando a cabo alrededor de todo el mundo.

Los CJC también participamos, y hemos de seguir participando, en las coordinadoras o


plataformas de apoyo al proceso bolivariano que se está dando en toda América Latina y a
sus procesos revolucionarios. Además de dar todas nuestras muestras de solidaridad a los
países que se están viendo atacados por el imperialismo para el robo de sus riquezas
naturales (como en el caso de los países del Medio Oriente entre otros) o para la represión
de su legítimo derecho a la autodeterminación (como en el caso de la histórica lucha del
Pueblo Saharaui entre otros). Así como debemos mantener nuestro apoyo férreo a los
diferentes países de orientación socialista existentes en la actualidad.

El movimiento feminista.

Como hemos definido en la “la mujer joven” la relación entre hombres y mujeres y de estos
ante todos los aspectos de la vida sigue estando basada en los roles que el patriarcado ha
asignado a ambos géneros. Todo ello lleva a situar a la mujer en una posición de
inferioridad en todos los ámbitos, representándose en la actualidad en diferentes escalas.
Podemos observar como entre la juventud están resurgiendo ciertos aspectos que creíamos
ya superados, dándose sobre todo en las parejas jóvenes, reproduciéndose los roles de la
familia patriarcal clásica.

Ante esto los CJC hemos situado la necesidad de un doble trabajo, uno hacia lo interno y
otro hacia lo externo. Para ello nos hemos dotado de una comisión central, que trabaja
coordinadamente con la comisión central del PCPE, para conocer los avances que van
llevando a cabo desde los colectivos y emanar directrices según sus necesidades.

Hacia lo interno, los CJC entendemos que es necesario que el proceso revolucionario
incorpore una política antipatriarcal. Debemos dotarnos del feminismo de clase para la
lucha cotidiana por la emancipación de la mujer, dotándonos de una base teórica y una
práctica política donde la lucha contra el patriarcado y contra el capitalismo se articule,
convirtiéndose en una sola forma de lucha. Hay que romper con la falsa concepción de que
simplemente con el alcance del socialismo se logrará el fin del patriarcado. Por eso,
debemos trabajar por interiorizarlo.

Para ello, los CJC venimos realizando una serie de iniciativas como puede ser la
incorporación de charlas o talleres de los distintos aspectos a tratar dentro de la lucha por la
emancipación de la mujer, en todas las escuelas, tanto estatales como regionales. Desde los
inicios hasta ahora se ha notado el aumento del nivel en este tipo de debates del conjunto de
nuestra militancia. Otra iniciativa fue la realización de un cuadernillo de formación
específico de feminismo de clase. Hemos de continuar en esta línea, para lo que no
podemos dotar de los análisis que la comisión ha realizado sobre las demandas y carencias
de los diferentes colectivos de base.

Hacia lo externo, los CJC defendemos la participación de los colectivos en las plataformas,
coordinadoras, etc, existentes en los diferentes territorios. Estas son en su mayoría lideradas
por la socialdemocracia, por lo que nuestra tarea ha de ser llevar las posiciones
revolucionarias de la lucha por la emancipación de la mujer a estos espacios. A ser posible,
hemos de ir superando estas estructuras donde nos queda poco margen de actuación para ir
creando nuevos espacios del feminismo de clase, en coordinación con otras organizaciones,
etc..

Por otro lado, los CJC hemos avanzado en la elaboración de campañas propias,
normalmente en coordinación con el PCPE. Además de mejorar la cobertura del 8 de marzo
y el 25 de noviembre, logrando dar más contenido político a estas fechas, se han realizado
campañas ajenas a estas fechas. Hemos de avanzar en esta línea en el próximo periodo, de
manera que no solo salgamos a la calle para hablar de patriarcado dos ocasiones al año.

Finalmente, las reivindicaciones de los CJC para lograr la emancipación de la mujer son:

 Defendemos un feminismo de clase y combativo. Romper con el discurso de la


socialdemocracia que defiende avances en esta lucha mediante la modificación de
leyes.
 Es necesaria la transformación de la familia y acabar con los roles determinados
para cada sexo para poner fin a la concepción de superioridad del hombre frente a la
mujer, exigiendo este cambio en todo el sistema educativo y los medios de
comunicación, confrontando directamente con el discurso de la Iglesia Católica.
Ello sería fundamental para acabar con la violencia de género. Se ha de garantizar la
protección para las mujeres maltratadas, así como su reeducación y la de los
hombres maltratadores.
 Es necesaria la socialización del trabajo doméstico y el desarrollo de los servicios
públicos (red de guarderías públicas, comedores municipales, espacios públicos
lúdicos para adolescentes…) que hagan posible la conciliación de la vida laboral y
familiar en condiciones reales para que la mujer pueda incorporarse plenamente al
mercado laboral y a la vida pública.
 La transformación del mercado laboral y la lógica del beneficio privado para acabar
con la explotación por el capitalismo a la que se ven sometidos ambos géneros.
Luchamos por conseguir la reclama: a igual trabajo, igual salario.
 Luchamos por la plena libertad sexual y el amor libre, de tal forma que se puedan
disfrutar de las relaciones personales que plazca sin valores predeterminados,
excluyendo cualquier elemento de apropiación y de control de un miembro de la
pareja por el otro, así como cualquier forma de ejercicio de poder dentro de la
pareja. La libertad sexual y el amor libre defienden que toda persona puede
mantener las relaciones sexuales, de amistad o de amor con aquella persona o
personas que desee, sea del sexo que sea, sea de forma monógama o no, sea para
toda la vida o puntual, de una forma libre y consciente. Aumentar radicalmente la
educación sexual, complementado por educación emocional, rompiendo con los
roles de género.
 Defendemos el aborto libre y gratuito. Se debe regular dentro del sistema sanitario,
eliminando costes y riesgos de manera que sea posible en todos los territorios del
Estado Español. La mujer ha de poder decidir sobre su cuerpo y si quiere ser madre
o no y cuándo quiere serlo. Debemos trabajar por el fin de la persecución y la
criminalización del aborto.

La política de alianzas.

Para los CJC la cuestión de la política de alianzas es fundamental, venimos trabajando cada
día para que el proyecto de los CJC se convierta en el referente de muchos jóvenes en la
lucha por la revolución, y no podremos conseguirlo sino estamos continuamente elaborando
nuestra política de alianzas. La política de alianzas con diversas organizaciones juveniles de
carácter social, político o sindical y sectores organizados del movimiento juvenil, es
necesaria para la consecución de los intereses de la clase. Como hemos señalado en más de
un documento de los CJC “sin política de alianzas no hay proyecto revolucionario”.

Los CJC, somos la organización de los y las jóvenes comunistas marxistas–leninistas de los
pueblos de España. En su seno ya hoy milita el núcleo fundamental sobre el que se dará la
reconstrucción de la Juventud Comunista en el Estado Español, pero la unidad de los y las
jóvenes comunistas marxistas –leninistas en el seno de los CJC es una tarea que nunca
termina y a la que debemos ofrecer nuestras mejores energías y capacidades de una manera
continuada. Nuestro desarrollo político y orgánico, junto a la descomposión de la principal
organización reformista, hace necesario que multipliquemos las propuestas de unidad que
hagan factible la incorporación individual y colectiva de todos los y las comunistas que aun
hoy no militan en los CJC.

Somos conscientes que producto de la historia reciente del movimiento comunista en el


estado español todavía quedan destacamentos juveniles comunistas dispersos e inmersos en
un debate acerca del referente revolucionario, entendemos que nuestro deber es dirigirnos a
ellos y lanzar puentes de colaboración y debate, para presentar el proyecto de recuperación
de la juventud comunista que representamos.

En la lucha política nos encontramos con dos tipos de alianzas, tácticas y estratégicas. Las
alianzas tácticas se dan en la práctica por la coincidencia de posturas entre nosotros y otros
grupos. Esta coincidencia es parcial y momentánea y muchas veces coinciden las
posiciones pero no la interpretación de como llevarlas a la práctica. Son muy importantes
las alianzas tácticas pues nos ayudan a avanzar siempre que no entren en contradicción con
nuestras alianzas estratégicas.

Las alianzas estratégicas son aquellas que se dan con aquellos entes políticos con los cuales
coincidimos en alto grado. Estas alianzas son muy importantes a la hora de reforzar la
colaboración sincera entre organizaciones, pese a esto estas alianzas no se pueden hacer así
como así, deben de dar respuesta al desarrollo de la política organizativa, íntimamente
ligadas al desarrollo de nuestro proyecto estratégico.

En los movimientos sociales, nuestro objetivo es llegar a ser hegemónicos, mediante una
lucha de posiciones, conmbinando las posibles alianzas con algunos sujetos políticos y
sociales a la vez que garantizamos la independencia del movimeinto, pues no se trata de de
vincular formarmente un determinado movimiento a nuestro proyecto estratégico, sino de
lograr en el interior del movimiento una amplia hegemonía que haga avanzar de esta forma
nuestras posiciones en su seno.

Los CJC en los últimos años hemos estado trabajando sobre la política de alianzas y
conociendo las posiciones de los diversos sujetos políticos y sociales, es hora de que esto se
dé de una manera generalizada en cada uno de los comités inferiores hasta los colectivos de
base. Es necesario que reflexionemos en cada movimiento social y en cada momento
concreto qué entes no entran dentro de la política de alianzas, qué entes sí y de éstos cuáles
son tácticos y cuáles estratégicos, esta reflexión nos ayudará a clarificar nuestra acción
dentro de los frentes.

Esta política de unidad requiere que los comités intermedios desarrollen en sus territorios
una política de alianzas, basada en el análisis y debate de propuestas de trabajo con otras
organizaciones juveniles. Una política de alianzas no sólo con comunistas, sino buscando
avanzar el “frente de izquierdas”, con otras organizaciones juveniles progresistas, con las
que podamos llegar a acuerdos para hacer avanzar la lucha del movimiento estudiantil, o la
lucha contra la precariedad laboral, entre otras.

El frente de Izquierdas

Todos sabemos que el PCPE apuesta por un frente de izquierdas Este frente de izquierdas
hoy en día pasa por esa conciencia republicana, democrática, antioligárquica y
antimonopolista de la primera etapa del proyecto de la Republica de carácter Confederal y
Socialista. Es decir el frente de izquierdas es una propuesta coherente con el proyecto del
partido. En este frente de izquierdas los movimientos sociales, y las organizaciones
políticas y sindicales de carácter transformador son parte indispensable de para su
formación.

Por tanto, frente de izquierdas no es frente electoral aunque éste pueda ser una de las
manifestaciones del frente de izquierdas en momentos concretos. El frente de izquierdas es
la unión de un frente, con reflejos en lo político, lo social y lo sindical, que da respuestas
organizativas conjuntas a los problemas planteados por la lucha diaria. Entender esto es
entender que un frente de izquierdas se hace para un aumento de la organización de la clase
y del pueblo en la lucha, para ligar al pueblo en la lucha contra los monopolios, el
imperialismo y la oligarquía.

Debemos ser conscientes que la política del frente de izquierdas del PCPE tiene diferentes
ritmos en la juventud por diferentes motivos: no son los mismos sujetos políticos, existen
contradicciones dentro de las juventudes y los partidos a menudo en proyectos ajenos al
leninismo, la política unitaria se da a diferentes ritmos, la espontaneidad de la juventud…
Esto hace que en la configuración del frente de izquierdas la juventud juegue un papel
fundamental en liderar al movimiento juvenil hacia ese frente de izquierdas que plantea el
PCPE que se caracteriza por ser opción de combate contra el enemigo de clase.

Es importante diferenciar frente de izquierdas de unidad comunista. Ambas uniones se dan


dialécticamente en el desarrollo organizativo, pero mientras una juega un papel en la
posibilidad de la transformación, la otra juega un papel en el fortalecimiento de las
posiciones de la clase en dicha transformación. Digamos que la unidad comunista
profundiza en el proyecto de la clase y el frente de izquierdas crea las alianzas necesarias
para que la clase obrera, junto a los sectores populares, pueda generar ese cambio
revolucionario.

Toda nuestra política de unidad de la juventud, en ese sentido de unidad combativa de la


juventud como fuerza, cobra sentido en la articulación de esta unidad con la política del
frente de izquierdas. Sumar a la juventud al frente de izquierdas debe ser nuestra aspiración.
Dicha unidad de la juventud que sabemos que es contradictoria en su seno, aunque capaz de
tener cotas de homogeneidad amplias, es la unidad de la juventud contra el enemigo de
clase y sus posiciones de clase en el seno de la juventud. Arrebatarle la hegemonía
aplicando una política consciente de las contradicciones en el seno de la juventud, en base a
la lucha como hemos caracterizado, de tal manera que nos ganemos sus conciencias y se
genere una nueva “cultura juvenil”, que en base al combate por sus intereses como jóvenes,
que no divergen de los intereses de clase de la clase obrera, se sumen a los sectores mas
combativos aunados en el frente de izquierdas propuesto por el partido. Esto que estamos
ahora señalando es solo una concreción de lo que antes llamábamos desde un plano más
abstracto doble unidad de la juventud. Solo así se articula nuestra teorización sobre como es
la juventud, nuestra política en su seno y su relación con la política del partido.

Una plataforma para luchar por los derechos de la juventud.

Articular la unidad de la juventud, decíamos anteriormente que era necesario para ese
desarrollo del proyecto del PCPE, de los comunistas en el estado español, pero también
decíamos que debía basarse en ser capaces de ganar su confianza en la lucha por sus
derechos concretos, que era necesario ganar la calle, avanzar en la movilización sostenida
de la juventud para dar ese paso de las luchas parciales a las luchas por sus intereses reales.
En ese plano se sitúa nuestra plataforma para luchar por los derechos de la juventud, una
propuesta para unir a la juventud. Una propuesta que en una situación de crisis capitalista
ha de aunar al conjunto de la juventud.

Saber desarrollar dicha plataforma en nuestra practica diaria es necesario, tanto su


desarrollo desde el punto de vista de su difusión y debate como de los aportes que podamos
hacer a ella. Avanzar en el desarrollo de dicha plataforma nos unirá a los sectores más
concientes del movimiento.

Los CJC debemos esforzarnos en su desarrollo y debate con diferentes organizaciones


sociales. Esta plataforma ha de aunar las reivindicaciones principales de las y los jóvenes
sumándolos al cuestionamiento de lo actualmente imperante. Debe hablar de derechos
políticos de la juventud, estudiantiles, laborales, de reivindicación de un ocio apartado del
consumo capitalista, de volver a ganar la calle, etc…

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