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juvenil
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Índice
El debate acerca del papel de la juventud en la lucha por el socialismo no debe ser ajeno a
cualquier organización comunista que se precie. En los últimos tiempos nuestra
organización ha estado abordándolo en diferentes debates que abarcan desde la
significación del carácter juvenil comunista de nuestra organización hasta nuestra forma de
intervenir en los frentes dotándoles de esa perspectiva.
Cuando las y los comunistas nos referimos a la juventud debemos de tener muy claro que
dicha categoría, la de juventud, no es la categoría de una clase social, pero hablamos de un
sector cuya procedencia de clase -familia, entorno- es heterogéneo y dentro de esta
diversidad de clase sí encontramos unos ciertos elementos comunes que son los siguientes:
Ganar a la juventud no es sólo uno de los objetivos de quienes queremos cambiar el actual
estado de las cosas, sino que también lo es de los grandes poderes fácticos, la oligarquía y
los monopolios, que mantienen a la juventud alejada de la conciencia de la clase obrera
para que no se cuestione el orden establecido. Este proceso de impregnación colectiva de
valores del enemigo de clase en el seno de la juventud fomenta la separación de la juventud
como entidad grupal para el cuestionamiento de la realidad.
Aunque la juventud no es una clase social como tal sí que aglutina en su seno un reflejo de
las contradicciones del conjunto de la sociedad. En el día a día se da una lucha de
posiciones en la realidad concreta de la juventud, cuyo reflejo superestructural resulta un
contexto en que las ideologías de las diferentes clases dan su batalla por la hegemonía de
este sector social. En dicha batalla las posiciones de la clase obrera juegan también su
papel.
Esta problemática, lejos de solucionarse sólo con debates, debe encontrar solución en la
práctica; debemos ser capaces de arropar a la juventud en la lucha por sus derechos, y ganar
hegemonía en este sentido para ayudarla así a tomar conciencia de la perspectiva
antijuvenil del capitalismo. Éste concibe a la juventud como una simple fuente de mano de
obra barata para el mañana, o como “carne de cañón” para ingresar en los cuerpos de
seguridad del estado y cumplir así el objetivo de mantener el orden establecido, negándole
el futuro u obligándola a ser el reemplazo de la clase política que antaño la marginó.
Con este objetivo debemos trabajar para aumentar la capacidad organizativa y de respuesta
del movimiento juvenil, avanzando a partir de la movilización concreta y sostenida.
Cuando intervenimos como juventud comunista en los movimientos de masas, debe ser
desde la perspectiva del trabajo para su desarrollo. Nuestros militantes no sólo tienen que
ser parte del debate ideológico, sino que además tienen que convertirse en referentes en la
práctica concreta, asumiendo parte de las tareas para que ese movimiento social tome
cuerpo. Sólo desde el respeto de quien trabaja realmente en el movimiento podremos
transmitir nuestras posiciones con una perspectiva de credibilidad y éxito.
Llevar el debate sobre el ¿qué hacer? a los colectivos, reflexionar conjuntamente acerca de
lo acontecido en el movimiento es vital. Tomar decisiones colectivamente en la
organización es la mejor forma de dar respuesta a ese movimiento con una perspectiva más
general, conociendo la realidad del resto de los movimientos. La militancia debe asumir su
papel recordando la disciplina que nos hace respetar y acatar los acuerdos de la
organización aunque estemos en minoría. Debemos entender que en última instancia
nosotros somos militantes de la organización antes que de cualquier movimiento.
El ocio y el tiempo libre también son escenarios de lucha que no podemos descartar, el
favorecer espacios de diversión alternativos, culturales que cuestionen el orden establecido
se torna muy importante. La batalla frente a los medios de comunicación de masas, la
batalla frente al discurso hegemónico es para nosotros una dura batalla, pero disponemos de
suficientes armas para combatirla. Participar en la organización de los viajes de estudios,
participar de organizaciones deportivas, culturales, asociaciones de festejos etc… es un
punto a nuestro favor en la socialización y son lugares donde debemos de situar nuestra
opinión.
Los CJC definimos los siguientes seis frentes como nuestros frentes prioritarios a la hora de
llevar a cabo nuestra lucha diaria. Entendemos que en este momento los frentes
fundamentales de trabajo que planteamos a continuación, permitirán la unión de diversos
sectores de la juventud y la acumulación de todas aquellas fuerzas que den un importante
impulso a nuestro proyecto revolucionario.
Movimiento estudiantil
Los CJC entendemos que el movimiento estudiantil es prioritario, por ser propiamente
juvenil. Debe ser el frente donde redoblemos nuestros esfuerzos, con el objetivo de hacer
surgir movimiento en todos los centros de estudio donde nos encontremos. Nuestro objetivo
es luchar para crear las condiciones en las que el estudiantado tenga las herramientas para
organizase y luchar por sus derechos.
Como ya hemos explicado en la tesis anterior, la educación viene sufriendo en las últimas
décadas ataques directos por parte del capitalismo con el objetivo de someterla a los
principios del mercado, negando su carácter de servicio público. Ante esto, los y las
comunistas nos marcamos como tarea fundamental concienciar a todo el alumnado y lograr
la organización de éste en cada centro. Aún hoy, existe un gran desconocimiento de lo que
se nos viene encima con la aplicación del EEES y todas las leyes que le han allanado el
camino. Solo la movilización estudiantil podrá frenar este acelerado proceso.
Nuestra historia más reciente nos da a entender que las importantes movilizaciones de
masas del movimiento estudiantil, se han dado con cierto carácter espontáneo. Y esto sólo
se explica porque existe un gran malestar, una enorme inquietud todavía desorganizada,
teniendo esto presente se puede explicar que con apenas un llamamiento y algunos núcleos
organizados, las movilizaciones contra la LOU y la LOE, y recientemente contra Bolonia,
tuvieran ese carácter de masas.
Por otro lado, los CJC entendemos las dificultades que el movimiento estudiantil ha tenido
históricamente para organizarse de forma continuada en el tiempo. En nuestro documento
“Propuestas para el movimiento”, elaborado como herramienta de trabajo en este último
periodo, definíamos que el movimiento estudiantil tiene un comportamiento cíclico, alterna
etapas de frenética actividad con otras de mucha calma. Esto viene dado por la continua
renovación de sus miembros y sobre todo por la carencia de organizaciones unitarias
estudiantiles, que defiendan con discurso propio los verdaderos intereses de la mayoría y
que puedan ser la correa transmisora de la experiencia de la lucha en las sucesivas
generaciones.
Debemos también aspirar a coordinar a las asambleas en todos los niveles local comarcal
regional, autonómico, estatal y supraestatal, para conseguir el más amplio grado de unidad
en el movimiento.
Por todo ello proponemos que para ir caminando hacia una mayor unidad del movimiento
estudiantil es necesario dotarnos de una Coordinadora Estatal del Movimiento Estudiantil
que sea capaz de coordinar a las diversas organizaciones que tienen presencia en el
movimiento estudiantil, tanto políticas como de estudiantes. Sólo mediante la creación de
un espacio de coordinación podremos establecer los primeros pasos que redunden en una
mejor organización y refuerzo del movimiento y que confronten con la cada día mayor
atomización y dispersión en el seno del mismo.
Por otro lado, hay diferentes territorios donde existen, y funcionan normalmente,
coordinadoras de universidades y asambleas u organizaciones territoriales. Debemos
trasladar a estos espacios la necesidad de no quedarnos a ese nivel, y dar el paso a la
coordinación estatal.
Para todo esto nos dotamos de la comisión central de movimiento estudiantil. Esta irá
marcando las directrices que los diferentes colectivos han de llevar a cabo, como ha venido
haciendo en este último período. Es importante incorporar a los cuadros del movimiento a
dicha comisión, pero es igualmente fundamental que todos los colectivos, tengan militantes
participando de la comisión o no, estén permanentemente atentos a las directrices que
emanan de ella, los lleven a la práctica e informen periódicamente, o cuando la comisión lo
solicite, de los avances llevados a cabo.
Finalmente, estas son las reivindicaciones de los CJC para el sistema educativo:
Educación pública: Para que el estado garantice la inversión necesaria en todos los
niveles educativos y se acabe con la precaria situación de las aulas prefabricadas,
infraestructuras insuficientes y materiales en mal estado. Para ello, exigimos un
aumento del P.I.B. en la educación. Luchamos para que se deje de financiar los
centros privados, concertados o adscritos con el dinero del pueblo. Fin de la
mercantilización de la educación y la ingerencia en ella del capital privado.
Eliminación de acuerdos con fundaciones, patronales o empresas que profundicen
en la privatización o mercantilización de la universidad, que la escuela no se
convierta en un negocio.
Educación de calidad: Para que todos los y las estudiantes gocen de los mejores
profesionales y materiales en su educación. No queremos escuelas
desinformatizadas, laboratorios precarios y libros caducos. Exigimos una educación
más personalizada, que atienda a las necesidades de cada estudiante y las de la
sociedad a la que sirve de modo adecuado. Por el fin de la masificación de las aulas.
Educación democrática: En la que los y las estudiantes puedan tener
representación en igualdad de condiciones que otros sectores educativos
(profesorado, padres o madres, o personal de administración y servicios). Por la
creación o consolidación de instituciones educativas que sean transparentes y que
practiquen la democracia directa, y en las que el estudiantado tenga un peso
determinante. Por una gestión paritaria y democrática. Así mismo, luchamos por el
reconocimiento y legitimidad del derecho a la asamblea, por la organización del
estudiantado de una forma libre y autónoma, en la que la participación, el debate y
la acción sean pilares básicos. Por que se reconozca la forma asamblearia de
organización estudiantil como interlocutor válido, por el derecho a la huelga y el
derecho a poder reunirse en horas lectivas. Por que el alumnado tenga la posibilidad
de elección sobre los modelos de evaluación.
Educación gratuita: Que la educación sea totalmente gratuita para todos los y las
estudiantes sin excepción de ningún tipo; gratuidad en la matrícula así como en los
libros de texto. Exigimos un aumento de becas a fondo perdido hasta poder
asegurar, ya fuera del capitalismo, una educación plenamente gratuita; que sean
constantes y no designadas de manera arbitraria. Las prácticas de FP y universidad
se deberían realizar en empresas públicas, siempre estar remuneradas y con el
reconocimiento de sus derechos laborales. Así mismo, pedimos la eliminación de
las ayudas por ser “víctima del terrorismo” y las ayudas a hijos de militares,
personal de universidad, etc. que no hacen más que crear desigualdades.
Educación igualitaria: Para que puedan acceder a ella, en todos sus niveles, las
clases populares sin restricción ni excepción. Por tanto, exigimos la retirada de
todos los mecanismos discriminatorios para acceder al derecho de estudio como la
selectividad o los exámenes de acceso a la FP superior y media habiendo cursado
una FP media o un PGS respectivamente relacionado con el estudio a realizar, o las
pruebas propias de cada universidad para su acceso. Es imperante acabar con las
escuelas-ghetos que se forman en los barrios y localidades más pobres y que
empujan a miles de hijos de la clase obrera a un futuro incluso peor que el de sus
padres i madres. No a la discriminación de género, clase, cultura o discapacidad.
Que se respete la identidad cultural y lingüística de las diferentes naciones del
estado español y se potencie su conocimiento. Educar para el fin a la cultura del
patriarcado.
Educación laica: Luchamos por una enseñanza científica y materialista, donde la
religión no tenga más cabida que la de su conocimiento como elemento
sociocultural y no como doctrina. Separación tajante entre la Iglesia y la escuela.
Tampoco queremos las alternativas que escondan implantar los mismos valores que
la moral cristiana.
Educación crítica: En la que los contenidos o planes de estudio se decidan de una
forma colectiva y social y no por empresas o multinacionales; en la que existan
programas culturales interdisciplinares. No queremos una educación que solo nos
sirva para nuestros futuros puestos de trabajo. Por una educación integral, que nos
forme como personas y no como mercancías, con actitudes de solidaridad, de
crítica, de formación, de interculturalidad, por una sociedad justa, que aporte los
instrumentos para pensar, analizar, interpretar… Exigimos poner fin a las agresiones
contra las carreras de humanidades que no le hacen servicio al capital. Luchamos
por nuevos métodos pedagógicos y de evaluación. Por una enseñanza que vincule la
teoría con la praxis.
Educación popular: Exigimos toda la eliminación de las divisiones y
desigualdades entre centros educativos. No a la autonomía de los centros que les
hace caer en las leyes del mercado y la privatización. Fin de la competencia entre
las universidades y escuelas. No queremos universidades o escuelas de primera,
para los hijos de la burguesía, y de segunda, para los hijos de trabajadores.
Exigimos la eliminación inmediata de todos los centros privados y concertados y
transformarlos en públicos. La elitización es un cáncer que hay que eliminar pues es
el causante de las desigualdades educativas primero y sociales después. La
educación debe estar al alcance, servicio y manos del pueblo.
NO A LA LOE, LOU Y EL EEES: En tanto que leyes al servicio de los
empresarios y que confrontan con los intereses de los estudiantes. Exigimos la
retirada inmediata de estas leyes así como los reales decretos que las ponen en
marcha y que se abra un profundo debate social en el conjunto de la población sobre
la educación.
Los CJC hemos tenido grandes dificultades en los últimos años para desarrollar nuestro
trabajo dentro del movimiento obrero. Esto es debido a que un gran porcentaje de nuestra
militancia es estudiante, aunque hemos tratado de que el movimiento estudiantil se vincule
a las luchas obreras.
En los tiempos que corren es fundamental centrar nuestro trabajo dentro del movimiento
obrero en caracterizar esta crisis del capitalismo y sus consecuencias, de manera que la
clase trabajadora llegue a entender que los problemas laborales en los que ahora se ve
sumergida no son por un fallo puntual, sino que es una crisis estructural de este sistema
económico, que se vienen repitiendo a lo largo de su historia, y que no se pasará con las tres
soluciones emanadas desde el gobierno.
Frente a esta situación los CJC nos marcamos unos objetivos para llevar a cabo por cada
colectivo de base, además del trabajo que cada camarada ha de realizar en su centro de
trabajo:
Tenemos la obligación de trabajar en todos los conflictos laborales, ya sean a nivel local,
regional o estatal. El apoyo expreso a las huelgas obreras u otro tipo de luchas que se den
producto de las contradicciones entre capital/ trabajo. Esto debe implicar, siempre que haya
una huelga o una protesta obrera, una declaración de apoyo a la huelga mediante todos los
métodos que tengamos a nuestra disposición.
Los CJC entendemos que, al igual que en el resto de movimientos, la lucha de cada
camarada en el movimiento obrero y sindical debe ser planificada colectivamente en el
seno del colectivo. Es preciso analizar las condiciones laborales de la juventud en cada
territorio y en cada centro de trabajo para definir cual es el espacio donde debe situarse un
militante de los CJC con más capacidad de intervención, ya sea el sindicato, plataformas o
asambleas de trabajadores, asambleas de paradas y parados, plataformas contra la crisis y/o
contra la carestía de la vida; o si conviene impulsar la formación de tales entidades para dar
una respuesta colectiva y unitaria ante el retroceso de derechos laborales que impone este
periodo económico.
El movimiento antifascista.
En ese sentido, los Colectivos de Jóvenes Comunistas hemos avanzado internamente, con la
constitución de la Comisión Antifascista en el seno del Comité Central de nuestra
organización, que en este último periodo se ha centrado en una primera fase de elaboración
teórica, con la redacción de una serie de documentos con el objetivo de caracterizar el
fenómeno fascista en términos generales, y el fascismo español en concreto, y situar una
serie de directrices para el trabajo. Para este próximo periodo hemos de fortalecer esta
comisión de manera que fortalezca de forma efectiva el trabajo de los colectivos de base en
los espacios que participen.
Contra el movimiento antifascista de todo el estado se dirige, de una manera cada vez más
feroz, la represión brutal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En ese sentido,
debemos de apostar en este terreno por la creación de un espacio unitario en el que tratar las
problemáticas relativas a la represión y desde el cual construir un movimiento
antirrepresivo que cuente con la capacidad suficiente para hacer frente a los ataques
frontales del estado burgués; de la misma manera, debemos ser capaces, mediante la
formación previa, de desenvolvernos y saber actuar correctamente cuando nuestra
militancia es el objetivo principal de esa represión.
Por todo ello, las propuestas de los CJC para el movimiento antifascista son:
El movimiento republicano.
El movimiento republicano ha pasado por muy diversas fases desde, y a consecuencia de, la
falsa transición hacia la democracia. Con la reconciliación nacional, las republicanas y
republicanos asumieron el mantener la idea de la república como mera ilusión, recordando
la II República en privado. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha comprobado que el
sistema al que se dio paso no era muy distinto al anterior, y que el rey sí que era el
continuador de los principales valores de aquel.
Los CJC tenemos dos vías de lucha en el movimiento republicano. Por un lado la
participación en las diferentes formas de coordinación por la III República, y por otro
llevando a cabo la tarea de dar a conocer nuestro proyecto estratégico a la juventud, la
República de carácter Confederal y Socialista.
El PCPE, y a su vez los CJC, hemos participado de la tabla de ocho puntos que se ha
elaborado como la tabla de contenidos mínimos a las que se acogen todos aquellas formas
de coordinación que luchan por la III República. Esta tabla de contenidos mínimos significó
una distinción entre aquellas organizaciones que se habían estancado en el recuerdo de la II
República, y aquellas organizaciones que ven a la república como un proyecto de futuro.
A raíz de ahí se crea una Coordinadora Estatal del Movimiento Republicano, que realiza
encuentros periódicos, y que se ha dotado de una comisión de trabajo, que supuestamente
debía dar continuación al movimiento republicano fuera de las dos fechas conmemorativas:
14 de abril y 6 de diciembre. Sin embargo, esta coordinadora realmente no está cohesionada
ni ha cumplido sus objetivos iniciales, perdiendo fuerza a lo largo de los años. La división
de la izquierda se deja ver con fuerza en este aspecto, de tal forma que en cada territorio se
vive una realidad diferente del movimiento sin que se compartan las experiencias. El
trabajo realmente coordinado sigue resumiéndose en la preparación del 14 de abril o el 6 de
diciembre.
Esta lucha por la III República no va en contraposición a la lucha por la memoria histórica,
aunque haya sido superadora de esta última. Desde los CJC creemos que también es
necesario luchar para que no caiga en el olvido los crímenes que el franquismo causó
durante toda su dictadura, y para que no se igualen las víctimas de éste con los caídos que
pudieron haber del frente nacional. Debemos participar, en la medida de lo posible, en las
coordinaciones que se creen por la recuperación de la memoria histórica.
Por otro lado, con respecto al proyecto estratégico de los CJC, y del PCPE, los CJC
venimos realizando diferentes campañas donde damos a conocer nuestra propuesta, con los
lemas: “República de carácter Confederal y Socialista” y “República, autodeterminación y
socialismo”. Es necesario hacer llegar a la juventud revolucionaria nuestro proyecto en un
lenguaje claro, de manera que sea accesible y logre el acercamiento de estos a los CJC. La
conferencia de los CJC sobre “Cuestión Nacional” llevada a cabo en el 2008 fue un
elemento fundamental a la hora de clarificar conceptos y dotarnos de nuevas herramientas
para salir a la calle armados de nuestro proyecto.
En este próximo periodo, debemos proponernos afianzar de una vez por todas la comisión
central de movimiento republicano, para poder hacer seguimiento de todas estas propuestas,
además de servir de apoyo a los colectivos de base dando directrices claras.
Definimos el imperialismo como la fase superior del capitalismo que responde a las
necesidades del capital de expandir sus fronteras a lo largo y ancho del planeta para
desarrollar un proceso de expolio y saqueo de todos los recursos naturales y humanos de los
que disponen los pueblos agotado su proceso de conformación y explotación de mercados
nacionales.
Ante esto, los CJC entendemos que es imprescindible reforzar el movimiento juvenil
progresista en la lucha contra el imperialismo y por la paz. Para ello, a nivel internacional
los CJC pertenecemos a la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD),
creada con el objetivo de conformar un frente mundial juvenil antiimperialista. A ella
pertenecen innumerables organización de muchos países que coinciden en estas consignas,
las cuales se reúnen con cierta periodicidad para intentar organizar campañas a nivel
internacional, como pudo ser la de solidaridad con la KSM en este último periodo, entre
otras; campaña que los CJC trasladamos al Estado Español, con una recogida de firmas y
con la gira de Milan Kragca. Esta federación está cada vez contando con más fuerza.
Expresión de ello es la capacidad de convocatoria para los Festivales Mundiales
organizados cada cuatro años y en los que venimos participando los CJC.
Los CJC nos marcamos como objetivo el lograr una coordinación de los frentes unitarios
antiimperialistas con permanencia en el tiempo, que no se limite a dar respuestas a las
inquietudes que ciertos ataques más descarados que otros despiertan en la mayoría de la
población, sino que haga un análisis más global, entendiendo el carácter general del
imperialismo.
En estos frentes unitarios juega un papel fundamental las fuerzas juveniles revolucionarias
para hacer avanzar la lucha en la dirección del socialismo y del comunismo o, por el
contrario, de conducir el discurso al campo de la socialdemocracia reformista que hoy entra
dentro de lo “políticamente correcto”. Por eso es fundamental que la participación de la
militancia de los CJC aumente en las organizaciones de base de la solidaridad, donde a
través de nuestra intervención cotidiana vayamos ganando hegemonía entre las y los
jóvenes organizados y junto al PCPE nuestras posiciones políticas vayan siendo
reconocidas y asumidas por el movimiento.
Las expresiones de solidaridad con los pueblos, sin embargo, siempre han tenido un
carácter más
continuo, aunque también fluctuante en su capacidad de movilización.
El movimiento feminista.
Como hemos definido en la “la mujer joven” la relación entre hombres y mujeres y de estos
ante todos los aspectos de la vida sigue estando basada en los roles que el patriarcado ha
asignado a ambos géneros. Todo ello lleva a situar a la mujer en una posición de
inferioridad en todos los ámbitos, representándose en la actualidad en diferentes escalas.
Podemos observar como entre la juventud están resurgiendo ciertos aspectos que creíamos
ya superados, dándose sobre todo en las parejas jóvenes, reproduciéndose los roles de la
familia patriarcal clásica.
Ante esto los CJC hemos situado la necesidad de un doble trabajo, uno hacia lo interno y
otro hacia lo externo. Para ello nos hemos dotado de una comisión central, que trabaja
coordinadamente con la comisión central del PCPE, para conocer los avances que van
llevando a cabo desde los colectivos y emanar directrices según sus necesidades.
Hacia lo interno, los CJC entendemos que es necesario que el proceso revolucionario
incorpore una política antipatriarcal. Debemos dotarnos del feminismo de clase para la
lucha cotidiana por la emancipación de la mujer, dotándonos de una base teórica y una
práctica política donde la lucha contra el patriarcado y contra el capitalismo se articule,
convirtiéndose en una sola forma de lucha. Hay que romper con la falsa concepción de que
simplemente con el alcance del socialismo se logrará el fin del patriarcado. Por eso,
debemos trabajar por interiorizarlo.
Para ello, los CJC venimos realizando una serie de iniciativas como puede ser la
incorporación de charlas o talleres de los distintos aspectos a tratar dentro de la lucha por la
emancipación de la mujer, en todas las escuelas, tanto estatales como regionales. Desde los
inicios hasta ahora se ha notado el aumento del nivel en este tipo de debates del conjunto de
nuestra militancia. Otra iniciativa fue la realización de un cuadernillo de formación
específico de feminismo de clase. Hemos de continuar en esta línea, para lo que no
podemos dotar de los análisis que la comisión ha realizado sobre las demandas y carencias
de los diferentes colectivos de base.
Hacia lo externo, los CJC defendemos la participación de los colectivos en las plataformas,
coordinadoras, etc, existentes en los diferentes territorios. Estas son en su mayoría lideradas
por la socialdemocracia, por lo que nuestra tarea ha de ser llevar las posiciones
revolucionarias de la lucha por la emancipación de la mujer a estos espacios. A ser posible,
hemos de ir superando estas estructuras donde nos queda poco margen de actuación para ir
creando nuevos espacios del feminismo de clase, en coordinación con otras organizaciones,
etc..
Por otro lado, los CJC hemos avanzado en la elaboración de campañas propias,
normalmente en coordinación con el PCPE. Además de mejorar la cobertura del 8 de marzo
y el 25 de noviembre, logrando dar más contenido político a estas fechas, se han realizado
campañas ajenas a estas fechas. Hemos de avanzar en esta línea en el próximo periodo, de
manera que no solo salgamos a la calle para hablar de patriarcado dos ocasiones al año.
Finalmente, las reivindicaciones de los CJC para lograr la emancipación de la mujer son:
La política de alianzas.
Para los CJC la cuestión de la política de alianzas es fundamental, venimos trabajando cada
día para que el proyecto de los CJC se convierta en el referente de muchos jóvenes en la
lucha por la revolución, y no podremos conseguirlo sino estamos continuamente elaborando
nuestra política de alianzas. La política de alianzas con diversas organizaciones juveniles de
carácter social, político o sindical y sectores organizados del movimiento juvenil, es
necesaria para la consecución de los intereses de la clase. Como hemos señalado en más de
un documento de los CJC “sin política de alianzas no hay proyecto revolucionario”.
Los CJC, somos la organización de los y las jóvenes comunistas marxistas–leninistas de los
pueblos de España. En su seno ya hoy milita el núcleo fundamental sobre el que se dará la
reconstrucción de la Juventud Comunista en el Estado Español, pero la unidad de los y las
jóvenes comunistas marxistas –leninistas en el seno de los CJC es una tarea que nunca
termina y a la que debemos ofrecer nuestras mejores energías y capacidades de una manera
continuada. Nuestro desarrollo político y orgánico, junto a la descomposión de la principal
organización reformista, hace necesario que multipliquemos las propuestas de unidad que
hagan factible la incorporación individual y colectiva de todos los y las comunistas que aun
hoy no militan en los CJC.
En la lucha política nos encontramos con dos tipos de alianzas, tácticas y estratégicas. Las
alianzas tácticas se dan en la práctica por la coincidencia de posturas entre nosotros y otros
grupos. Esta coincidencia es parcial y momentánea y muchas veces coinciden las
posiciones pero no la interpretación de como llevarlas a la práctica. Son muy importantes
las alianzas tácticas pues nos ayudan a avanzar siempre que no entren en contradicción con
nuestras alianzas estratégicas.
Las alianzas estratégicas son aquellas que se dan con aquellos entes políticos con los cuales
coincidimos en alto grado. Estas alianzas son muy importantes a la hora de reforzar la
colaboración sincera entre organizaciones, pese a esto estas alianzas no se pueden hacer así
como así, deben de dar respuesta al desarrollo de la política organizativa, íntimamente
ligadas al desarrollo de nuestro proyecto estratégico.
En los movimientos sociales, nuestro objetivo es llegar a ser hegemónicos, mediante una
lucha de posiciones, conmbinando las posibles alianzas con algunos sujetos políticos y
sociales a la vez que garantizamos la independencia del movimeinto, pues no se trata de de
vincular formarmente un determinado movimiento a nuestro proyecto estratégico, sino de
lograr en el interior del movimiento una amplia hegemonía que haga avanzar de esta forma
nuestras posiciones en su seno.
Los CJC en los últimos años hemos estado trabajando sobre la política de alianzas y
conociendo las posiciones de los diversos sujetos políticos y sociales, es hora de que esto se
dé de una manera generalizada en cada uno de los comités inferiores hasta los colectivos de
base. Es necesario que reflexionemos en cada movimiento social y en cada momento
concreto qué entes no entran dentro de la política de alianzas, qué entes sí y de éstos cuáles
son tácticos y cuáles estratégicos, esta reflexión nos ayudará a clarificar nuestra acción
dentro de los frentes.
Esta política de unidad requiere que los comités intermedios desarrollen en sus territorios
una política de alianzas, basada en el análisis y debate de propuestas de trabajo con otras
organizaciones juveniles. Una política de alianzas no sólo con comunistas, sino buscando
avanzar el “frente de izquierdas”, con otras organizaciones juveniles progresistas, con las
que podamos llegar a acuerdos para hacer avanzar la lucha del movimiento estudiantil, o la
lucha contra la precariedad laboral, entre otras.
El frente de Izquierdas
Todos sabemos que el PCPE apuesta por un frente de izquierdas Este frente de izquierdas
hoy en día pasa por esa conciencia republicana, democrática, antioligárquica y
antimonopolista de la primera etapa del proyecto de la Republica de carácter Confederal y
Socialista. Es decir el frente de izquierdas es una propuesta coherente con el proyecto del
partido. En este frente de izquierdas los movimientos sociales, y las organizaciones
políticas y sindicales de carácter transformador son parte indispensable de para su
formación.
Por tanto, frente de izquierdas no es frente electoral aunque éste pueda ser una de las
manifestaciones del frente de izquierdas en momentos concretos. El frente de izquierdas es
la unión de un frente, con reflejos en lo político, lo social y lo sindical, que da respuestas
organizativas conjuntas a los problemas planteados por la lucha diaria. Entender esto es
entender que un frente de izquierdas se hace para un aumento de la organización de la clase
y del pueblo en la lucha, para ligar al pueblo en la lucha contra los monopolios, el
imperialismo y la oligarquía.
Debemos ser conscientes que la política del frente de izquierdas del PCPE tiene diferentes
ritmos en la juventud por diferentes motivos: no son los mismos sujetos políticos, existen
contradicciones dentro de las juventudes y los partidos a menudo en proyectos ajenos al
leninismo, la política unitaria se da a diferentes ritmos, la espontaneidad de la juventud…
Esto hace que en la configuración del frente de izquierdas la juventud juegue un papel
fundamental en liderar al movimiento juvenil hacia ese frente de izquierdas que plantea el
PCPE que se caracteriza por ser opción de combate contra el enemigo de clase.
Articular la unidad de la juventud, decíamos anteriormente que era necesario para ese
desarrollo del proyecto del PCPE, de los comunistas en el estado español, pero también
decíamos que debía basarse en ser capaces de ganar su confianza en la lucha por sus
derechos concretos, que era necesario ganar la calle, avanzar en la movilización sostenida
de la juventud para dar ese paso de las luchas parciales a las luchas por sus intereses reales.
En ese plano se sitúa nuestra plataforma para luchar por los derechos de la juventud, una
propuesta para unir a la juventud. Una propuesta que en una situación de crisis capitalista
ha de aunar al conjunto de la juventud.