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El latín rompe las fronteras de Roma y evoluciona en las lenguas romances mientas se
mantiene como lengua de cultura hasta mediados del XX. Hoy sigue siendo la lengua oficial del
Vaticano. El inglés, más del 50% de léxico de procedencia grecolatina.
PROCEDIMIENTO JUDICIAL
ROMANIZACIÓN DE HISPANIA
La primera intervención toma como pretexto el asedio de Aníbal a Sagunto, aliada de Roma. En
206 a.C. Publio Cornelio Escipión toma Cartagena y expulsa a los cartaginenses; a partir de
entonces comienza la conquista que terminará 200 años después en época de Augusto.
Pese a todo, las ciudades fueron cayendo: en el I a.C. se dividió la Península en dos provincias:
Celtiberia y Lusitania. Augusto la divide en Hispania Citerior e Hispania Ulterior, a su vez divida
en Lusitania y Bética. Al término del Imperio se encontraba dividida en 7 provincias.
Roma organiza los territorios: al frente de cada provincia, un pretor o procónsul, hombres de
confianza del poder central, rodeados de una camarilla de amigos y parientes. En época de
Augusto eran gobernadas por los legati Augusti, hombres de su confianza. Posteriormente, por
encima de él, se crea la figura del vicarius. Estas provincias estaban formadas por ciudades de
dos tipos: municipios y colonias. Según su funcionamiento, tres tipos: libres, autónomas
internamente; federadas, unidas a Roma mediante un tratado, prestaban ayuda militar pero
no pagaban tributos; estipendiarias, pagaban tributos pero gozaban de cierta autonomía.
Los habitantes podían ser de 4 rangos según su nacimiento: cives, nativos, podían ejercer
cargos públicos; allecti, adoptados por el municipio, no podían ejercer cargos públicos;
adventores y hospites, transeúntes; incolae, en las colonias romanas se daba este nombre a
los antiguos pobladores.
Al frente de todos ellos estaban los duunviros, responsables de la gestión municipal. Poco a
poco las ciudades contaron con más autonomía. Vespasiano, en el I a.C. concedió a todas las
provincias el derecho latino; Caracalla el derecho de ciudadanía.
Eneas, caudillo troyano, hijo de Anquises y Venus, es impulsado por esta a abandonar la ciudad
de Troya en el fragor de la batalla pues le espera un nuevo destino. Tras una azarosa
navegación llega al Lacio, junto al río Tíber. Reinaba allí Latino, cuya hija Lavinia debía casarse
con un extranjero, así lo decía el oráculo; la joven era pretendida por Turno, habitante de los
vecinos del Lacio. Eneas se enfrenta a ellos y Turno muere. Eneas contrae matrimonio con
Lavinia. Su hijo Ascanio, de su anterior matrimonio, funda Alba Longa.
Diez reyes se suceden hasta que llega Numítor. Este es destronado por Amulio, su hermano,
que impide al mismo tiempo que su hija, Rea Silvia, tenga descendencia convirtiéndola en
sacerdotisa de Vesta. Sin embargo, Marte se prenda de ella y de su unión nacen Rómulo y
Remo. Amulio los arroja al río. Pero el río los arrastra indemnes hasta la orilla, donde una loba
los ayuda a crecer. Regresan a Alba; expulsan a Amulio y reponen a Numítor. Y cerca de allí
fundan Roma.
Entre ellos se disputan la ciudad. Remo muere. Rómulo da nombre a la ciudad en el 753 a.C.
En una primera fase alternan reyes romanos y sabinos; a partir del cuarto suben
también etruscos. Por otro lado, a un rey belicoso le sucede uno pacifista.
Rómulo forma un grupo selecto formado por cien varones: sus descendientes serán los
‘patricios’. Para creer son necesarias las mujeres: Rómulo convoca a una fiesta a los
habitantes de las montañas sabinas. Durante ella se lanzan sobre las mujeres sabinas;
se produce un enfrentamiento entre sabinos y patricios. Las mujeres solicitan el fin de
la violencia; ambos pueblos se fusionan bajo el mando de Rómulo. Junto a ellos se
asocian procedentes de Etruria. Se crea una asamblea que designa, a la muerte de
Rómulo, su sucesor: Numa Pompillo, sabino. Este se alejó de la belicosidad de su
predecesor, fomentó un espíritu de civilización y concordia; promovió la ley y el orden
e inspiró a su pueblo la religiosidad y la ética.
Le sucede Tulo Hostilio, romano, belicoso. Destruye Alba Longa. Le sigue Anco
Marcio, sabino, más moderado y religioso.
El más importante de los reyes etruscos fue Servio Tulio. Llevo a cabo la primera
“Reforma constitucional; dividió el territorio en cuatro sectoees; organizó el ejército en
centurias; formalizó el censo de la población según su patrimonio en cinco clases
sociales. Estableció derechos y deberes de los ciudadanos. Una rebelión terminará con
el último rey, Tarquinio: comienza la República.
LA REPÚBLICA
La amenaza de los cartaginenses: las Guerras Púnicas (264 a.C. – 146 a.C.). Tras un
período de victorias por ambas partes y momentos de paz esta se rompe con la
aparición del cartaginés Aníbal. Este consigue lo imposible: conquista Sagunto y
avanza desde allí hasta las puertas de Roma. Sin embargo, una vez allí los refuerzos
que había pedido se retrasan; él espera confiado y esto lo lleva a la derrota: Cornelio
Escipión se lanza sobre Cartago y Aníbal debe regresar. Cartago es derrotada; debe
pagar tributo a Roma. Debido a las constantes rebeliones, será destruida (146 a.C.).
Roma domina el Mediterráneo.
Aparecen Mario y Sila; ambos mantuvieron gran rivalidad política al tiempo que
lograban victorias en el exterior. Mario: reforma del ejército, abanderado de las
fuerzas populistas; no logró realizar sus propuestas. Sila: patricio arruinado; intereses
de los aristócratas conservadores. Sila se impuso; se autoproclamó dictador por tres
años, devolvió los tribunales a los senadores. Obligado a abdicar.
ÉPOCA IMPERIAL I
La cuestión sucesoria fue siempre la fuente mayor de problemas. Augusto tomó como
sucesor a su hijastro Tiberio al tiempo que se había rodeado de un grupo 4500
hombres divididos en nueve cohortes pretorianas al mando de un prefecto del
pretorio.
Tiberio conquistó Germania. Calígula fue asesinado por los pretorianos vista su
crueldad y sus extravagancias. Claudio fue proclamado emperador, quien siguió
extendiendo el Imperio; fue envenenado por su esposa Agripa, que quería ver en el
trono a su hijo Nerón. Este comienza el reinado con acierto, bien rodeado, pero
terminó por convertirse en un déspota. El incendio de autor dudoso.
Le sucede Antonino Pío y a este Marco Aurelio, hombre más preocupado por las letras
que por las armas. Los germanos comenzaban a rebelarse; él mismo tuvo que
desplazarse allí, donde murió. Escribió Meditaciones, una especie de diario personal
con reflexiones de tipo filosófico y moral. Su hijo, Cómodo, desatendió los asuntos
públicos y llevó al Imperio a situaciones complicadas: fue asesinado por los
pretorianos. A partir de entonces comienza el declive del Imperio.
Sube al trono Septimio Severo quien mejoró ligeramente la situación del Imperio.
Caracalla, su sucesor, embelleció Roma con las lujosas Termas, extendió el derecho de
ciudadanía a todos los hombres libres del Imperio y asesinó a su hermano; él fue a su
vez asesinado por el prefecto del pretorio debido a sus extravagancias. No mejoraron
las cosas con Heliogábalo, de creencias exóticas y costumbres extravagantes, fue
asesinado en pocos años. Alejandro Severo duró un poco más y se preocupo algo más
por los asuntos de estado, lo que no impidió que fuera también asesinado por sus
propios soldados. La situación es hasta tal punto caótica que en un período de
cincuenta años los soldados nombran veinte emperadores a su antojo en medio de la
violencia y el caos. Algunas provincias se rebelan. El fin parecía cerca.