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1.

INTRODUCCIÓN

El desarrollo de estudios que permitan generar la información en proceso


como el “ordenamiento territorial” de una Cuenca Hidrográfica, Región y/o
Municipio, es el punto departida para establecer los criterios técnicos que
orientaran el desarrollo y manejo de los recursos naturales.

El Estudio de Capacidad de Uso de la Tierra (ECUT), debe de concebirse


como una herramienta de toma de decisiones, al considerar los datos
aportados como propuestas que permitan reducir el sobreuso del recurso
suelo y con ello estabilizar a mediano plazo el manejo de los recursos
naturales. El ECUT permite desarrollar acciones a instituciones
gubernamentales, organizaciones no gubernamentales (ONG), programas
y proyectos nacionales e internacionales para orientar el apropiado manejo
del recurso tierra.

La tierra es un recurso limitado y no renovable y el crecimiento de la


población humana determina la existencia de conflictos en torno a su
aprovechamiento. Es urgente armonizar los diversos tipos de tierras con el
aprovecha-miento más racional posible, a fin de optimizar la producción
sostenible y satisfacer diversas necesidades de la sociedad, conservando
al mismo tiempo, los ecosistemas frágiles y la herencia genética (FAO
1994).
2. OBJETIVOS GENERAL Y OBJETIVOS ESPECIFICOS
2.1 Objetivo general

• Contribuir a la adopción y difusión a nivel nacional, de un método y


procedimiento de clasificación de tierras con base en su capacidad de uso,
que sea relativamente fácil de usar por los técnicos y que tenga
aplicabilidad a las condiciones de la República de Dominicana.

2.2 Objetivos específicos

• Proponer una base conceptual útil en estudios de tierras y suelos,


particularmente en la determinación de la capacidad de uso de la tierra.

• Establecer un procedimiento técnico uniformizado para la clasificación de


tierras por capacidad de uso.

• Disponer de un instrumento que pueda ser útil, principalmente en las


tareas de ordenamiento espacial en el territorio de productores
agropecuarios y forestales.

3. Descripción de la metodología

Con base en revisiones practicadas a estos sistemas y con la participación


de un grupo de expertos nacionales en planificación del uso de la tierra,
después de una serie de talleres, se adoptó una metodología que combina
algunos principios, conceptos y procedimientos de los sistemas o
esquemas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos –USDA-,
T.C. Sheng y sus modificaciones, Centro Científico Tropical de Costa Rica -
C.C.T. -

Después de probarse la metodología, por un espacio de tiempo mayor de


un año, se organizó un seminario-taller al que se convocó a los técnicos
que participaron en la formulación inicial de la metodología, así como a una
serie de profesionales que habían tenido la experiencia de poner en
práctica el instrumento de clasificación de tierras; los asistentes a este
evento, tuvieron la oportunidad de vertir sus opiniones con relación a la
aplicabilidad de esta metodología, así como los principales obstáculos que
se les presentaron cuando la usaron. Los participantes en este evento se
citan en Anexo.
3.1 El esquema metodológico propuesto

Parte de los siguientes elementos conceptuales:

• Republica Dominicana es un país que a pesar de tener relativamente una


pequeña extensión territorial, cuenta con gran diversidad de condiciones
biofísicas.
• Todas las tierras del país son factibles de clasificación, con excepción de
las áreas que han sido sujetas de urbanización en los diferentes
asentamientos humanos.
• Se considera un primer nivel representado por la región natural, la cual
esta definida por límites que incluyen criterios geológicos, climáticos,
edafológicos e hidrográficos (fisiográficos).
• Se diferencian rangos en los niveles de los factores limitantes, según la
región natural en que se dividió el país.
• Las categorías de capacidad de uso, presentan un ordenamiento de
mayor a menor intensidad de uso posible.
• Como factores que limitan la utilización de las tierras, se han considerado
aquellos que afecten directamente a los usos forestales en cuanto a su
crecimiento, manejo y conservación; de fácil medición o estimación y de
bajo costo.

3.2 Marco metodologica

3.2.1 Factores que determinan la capacidad de uso de la tierra

Entre los factores que se consideran como determinantes están la


profundidad efectiva del suelo y la pendiente del terreno, ambos varían en
sus rangos dentro de las regiones en que se dividió al país. Adicionalmente
se consideran la pedregosidad (superficial e interna) y el drenaje superficial
como factores que en forma temporal o permanente pueden modificar la
capacidad de uso de la tierra. Estos cuatro factores fueron considerados
dentro del esquema adoptado en virtud de que, a juicio de expertos, son
los que principalmente definen la aptitud física para el crecimiento, manejo
y conservación, de una unidad de tierra cuando es utilizada para propósitos
específicos como usos de naturaleza forestal y agroforestal (Rodas 1996).
3.2.2 Descripción de las variables y forma de estimarlas

Como ya fue mencionado, la metodología adoptada utiliza únicamente


variables físicas[1], pendiente, profundidad efectiva del suelo,
pedregosidad y drenaje, las que se describen como sigue:

a. Pendiente: Se refiere al grado de inclinación de los terrenos (unidades


de tierra) expresado en porcentaje. Los rangos de pendiente son variables
dentro de cada una de las regiones naturales que se han definido en la
presente metodología. A nivel de gabinete se estima por medio de técnicas
cartográficas utilizando mapas de curvas a nivel. En el caso de extensiones
relativamente pequeñas o en áreas muy complejas como las kársticas,
debe estimarse también la pendiente con técnicas cartográficas a manera
de guía, pero deben ser medidas en campo mediante procedimientos
topográficos: nivelaciones con nivel de mano o aparatos rústicos, entre
otros, a menos que existan levantamientos topográficos. No debe olvidarse
que lo que va a determinar la clasificación en una unidad cartográfica, es la
pendiente máxima, es decir la mayor inclinación que presenta la unidad,
expresada en porcentaje.

b. Profundidad efectiva del suelo: Se refiere a la profundidad máxima del


suelo susceptible de ser penetrada por sistemas radiculares de plantas,
nativas o cultivadas, dentro de toda la gama de usos agropecuarios y
forestales posibles. No se considera parte de la profundidad efectiva
horizontes R o capas endurecidas en forma natural o por efectos de la
labranza. Se considera como limitante de la profundidad, las capas
endurecidas cuya dureza no permitan ser rayadas (en estado seco), con
una moneda de cobre. En forma práctica, la mayoría de capas “R” del
suelo o bien los horizontes parcialmente alterados que no permiten la
penetración de las raíces, son las que determinan la profundidad efectiva
dentro del suelo. La profundidad efectiva, también está limitada por capas
freáticas cercanas a la superficie del suelo.

c. Pedregosidad: Se refiere a la presencia de fracciones mayores a las


gravas (0.045 metros de diámetro) sobre la superficie del suelo y dentro del
perfil del mismo. Incluye afloramientos rocosos, ya sea de materiales de
origen o transportados como materiales aluviales. Los criterios para definir
a este factor como limitante o no, son los siguientes:
Pedregosidad superficial no Limitante:

1. Libre o ligeramente pedregosa: con ninguna o muy pocas rocas de


tamaño pequeño dispersas sobre el suelo (menos del 5% de la superficie).
2. Moderadamente pedregosa: con pocas rocas distribuidas sobre la
superficie (entre 5% y 20%)

Pedregosidad superficial limitante:

3. Pedregosa: rocas distribuidas sobre el área o en grupos cubriendo del


21% al 50%.
4. Muy pedregosa: rocas de todo tamaño cubriendo un 50 a 90% de la
superficie.
5. Extremadamente pedregosa: rocas de todo tamaño repartidas por todas
partes (90% al 100%).

Pedregosidad interna no limitante: Cuando se encuentren rocas, gravas o


fragmentos de roca en una cantidad de 35% o menos, por volumen en el
perfil del suelo.

Pedregosidad interna limitante: Será limitante cuando dentro del perfil del
suelo se encuentren fragmentos de grava o roca en más de 35% por
volumen.
Con fines de clasificación, se considera limitante si está en alguna de estas
categorías, superficial, interna o ambas.

d. Drenaje: Se refiere a la facilidad con la que el agua se infiltra y/o percola


en el interior del perfil del suelo. Su cualificación se hace a través de
indicadores del drenaje como: presencia directa de capas de agua sobre la
superficie del terreno, procesos de reducción dentro del perfil del suelo
(moteados grisáceos), clase textural, presencia de capas endurecidas.

No Limitante:

1. excesivo: suelos porosos como las arenas o las laderas pronunciadas


que permiten un escurrimiento inmediato del agua.
2. bueno: suelos cuya estructura física o pendiente moderada permiten un
escurrimiento del agua en pocas horas.
3. imperfecto: suelos con alto porcentaje de arcilla o capas freáticas y
pendientes ligeras que no permiten el escurrimiento en un día. Limitante:
4. pobre: suelos con alto porcentaje de arcilla, capas freáticas cerca de la
superficie del suelo y pendientes suaves o planas que impiden el
escurrimiento por varios días.
5. nulo o cenegado: suelos con las capas freáticas a nivel del suelo, o por
encima, durante períodos de varias semanas a meses. El color del suelo es
generalmente gris.

3.2.3 Categorías de capacidad de uso

Las categorías de capacidad de uso que se emplean en la metodología, se


ordenan en forma decreciente en cuanto a la intensidad de uso soportable
sin poner en riesgo la estabilidad -física- del suelo, se presentan a
continuación.

No se incluyen criterios de fertilidad de suelos, ni aspectos ligados a la


producción (acceso, mercados y costos), por lo que son categorías
indicativas de usos mayores en términos de la protección que ofrecen a las
capas superiores del suelo. Bajo este contexto, las categorías son las
siguientes:

a. Agricultura sin limitaciones (A):

Areas con aptitud para cultivos agrícolas sin mayores limitaciones de


pendiente, profundidad, pedregosidad o drenaje. Permiten cultivos
agrícolas en monocultivo o asociados en forma intensiva o extensiva y no
requieren o, demandan muy pocas, prácticas intensivas de conservación
de suelos. Pueden ser objeto de mecanización.

b. Agricultura con mejoras (Am):

Areas que presentan limitaciones de uso moderadas con respecto a la


pendiente, profundidad, pedregosidad y/o drenaje. Para su cultivo se
requieren prácticas de manejo y conservación de suelos así como medidas
agronómicas relativamente intensas y acordes al tipo de cultivo
establecido.

c. Agroforestería con cultivos anuales (Aa):

Areas con limitaciones de pendiente y/o profundidad efectiva del suelo,


donde se permite la siembra de cultivos agrícolas asociados con árboles
y/o con obras de conservación de suelos y prácticas o técnicas
agronómicas de cultivo.

d. Sistemas silvopastoriles (Ss):

Areas con limitaciones de pendiente y/o profundidad, drenaje interno que


tienen limitaciones permanentes o transitorias de pedregosidad y/o drenaje.
Permiten el desarrollo de pastos naturales o cultivados y/o asociados con
especies arbóreas.

e. Agroforestería con cultivos permanentes (Ap):

Areas con limitaciones de pendiente y profundidad, aptas para el


establecimiento de sistemas de cultivos permanentes asociados con
árboles (aislados, en bloques o plantaciones, ya sean especies frutales y
otras con fines de producción de madera y otros productos forestales).

f. Tierras forestales para producción (F):

Areas con limitaciones para usos agropecuarios; de pendiente o


pedregosidad, con aptitud preferente para realizar un manejo forestal
sostenible, tanto del bosque nativo como de plantaciones con fines de
aprovechamiento, sin que esto signifique el deterioro de otros recursos
naturales. La sustitución del bosque por otros sistemas conllevaría a la
degradación productiva de los suelos.

g. Tierras forestales de protección (Fp):

Areas con limitaciones severas en cualquiera de los factores limitantes o


modificadores; apropiadas para actividades forestales de protección o
conservación ambiental exclusiva. Son tierras marginales para uso agrícola
o pecuario intensivo. Tienen como objetivo preservar el ambiente natural,
conservar la biodiversidad, así como las fuentes de agua. Estas áreas
permiten la investigación científica y el uso ecoturístico en ciertos sitios
habilitados para tales fines, sin que esto afecte negativamente el o los
ecosistemas presentes en ellas. También se incluyen las áreas sujetas a
inundaciones frecuentes, manglares y otros ecosistemas frágiles. Las
áreas cubiertas con mangle, están sujetas a regulaciones reglamentarias
especiales que determinan su uso o protección.
Esta categoría también incluye las zonas denominadas bosques de galería,
las cuales son áreas ubicadas en las márgenes de los ríos, riachuelos o
quebradas y en los nacimientos de agua. Tienen como función, retener
sedimentos que proceden de las partes altas, la protección de los cauces,
espejos de agua y captación del agua de lluvia, a través de la parte aérea
de la vegetación existente. Los bosques de galería, pueden delimitarse con
una franja de 15 a 30 metros de ancho de cobertura vegetal a partir de las
márgenes de los ríos, riachuelos, quebradas y nacimientos de agua, a lo
largo de los mismos.

Con base en el principio en que se basa la presente metodología, una


unidad de tierra clasificada dentro de una categoría de uso intensivo no
excluye el hecho de que pueda ser utilizada para otra categoría menos
intensiva, así, una unidad de tierra clasificada para usos agrícolas
intensivos perfectamente puede ser utilizada para arreglos de sistemas
agroforestales o aun para usos forestales productivos. Lo contrario no se
considera técnicamente posible, es decir, una unidad clasificada con
capacidad de uso forestal, no soporta usos más intensivos, tales como los
agrícolas o pecuarios sin que se ponga en riesgo la estabilidad del recurso
suelo, principalmente en nuestro país donde este recurso es muy
vulnerable a procesos erosivos y el deterioro general del terreno.

Para efectos de la aplicación de la ley forestal, en materia del programa de


incentivos forestales, se consideran tierras de vocación forestal aquellas
clasificadas en las categorías Forestal para Producción (F), Forestal para
Proteción (Fp) y Agroforestería con cultivos permanentes (Ap), entendiendo
que en el caso de esta última, será sujeta a incentivos siempre y cuando
sea utilizada para usos netamente forestales, productivos o protectivos; en
ningún momento serán incentivados los arreglos agroforestales. Esta
decisión es de tipo institucional, en ningún momento la define el método de
clasificación utilizado.

3.2.4 Matrices de decisión y asignación de categorías de uso

Al combinar los niveles de los factores profundidad de suelos y pendientes,


se asignan categorías de capacidad de uso. Los rangos de los niveles
varían según la región natural en que fue dividido el país, tal y como se
presenta en los cuadros 1 a 7.

Los rangos considerados para cada uno de los grupos de pendientes,


pueden considerarse como generales, puesto que en alguna región pueden
encontrarse valores diferentes, si esto ocurriera, debe ser tomado como
inclusiones dentro de los rangos establecidos.

Es importante observar que en las matrices, cuando se considera más de


una categoría de uso posible, debe dársele prioridad a la categoría de
menor intensidad de uso, de acuerdo a la tendencia del factor limitante que
se esté analizando.

Cuadro 1. Matriz de capacidad de uso de la Tierra para la Región “Tierras


metamórficas de la Cordillera Central”.

3.2.5 Modificación de la capacidad de uso de la tierra por los factores


modificadores

En el cuadro 8 se presenta la modificación de la capacidad de uso según el


nivel en que se presentan los factores modificadores, pedregosidad y
drenaje.

Cuadro 2. Modificaciones a las categorías de capacidad de uso en función


de la pedregosidad y el drenaje.
4. Procedimiento general para la realización de ECUT

El procedimiento general a seguir para la aplicación del sistema de


clasificación de tierras, se desarrolla de acuerdo a las siguientes fases:

4.1 Primera Fase de Gabinete

4.1.1 Recopilación y análisis de información biofísica sobre el área

Se realiza con el fin de tener un conocimiento general del área. Interesa


conocer: localización geográfica, ubicación política, acceso, extensión,
información relevante sobre clima y sus principales variables tales como:
precipitación pluvial, temperatura, vientos y otras características del área
como zonas de vida, formas de la tierra y origen de los suelos,
clasificaciones existentes sobre el sitio.

4.1.2 Elaboración del mapa de unidades fisiográficas

Mediante técnicas de interpretación cartográfica o aerofotográfica, se


definen y delimitan unidades de mapeo, las cuales constituyen la base del
muestreo en la fase de campo. La definición de estas unidades estará
basada en una interpretación fisiográfica de las tierras, es decir, en un
análisis del paisaje. El análisis por el cual se definen las unidades de
mapeo, toma en cuenta los componentes de geología, clima, topografía,
suelos, hidrografía. Para esta actividad debe tomarse en cuenta la escala a
la cual conviene realizar el trabajo.

La escala del levantamiento en los estudios de capacidad de uso de la


tierra dependen entre otras cosas, del grado de detalle que se requiere
(objetivos específicos del estudio), de la escala del material cartográfico y
aerofotográfico y de los recursos con que se cuente. Para uniformizar
criterios, en el cuadro 9 se propone una clasificación de las posibles
escalas a utilizar.

Para áreas menores a 15 hectáreas, la separación de unidades de tierra es


posible trabajarla a nivel de campo por caminamientos y observaciones
visuales y/o auxiliados de hojas cartográficas o fotografías ampliadas; es
decir, que el análisis del paisaje a través de técnicas de interpretación
cartográfica y fotoidentificación serán un auxiliar importante.

La escala más conveniente para los estudios de capacidad de uso de la


tierra, con esta metodología es de 1/50,000, en su defecto se pueden usar
múltiplos como 1/25,000 o 1/100,000. Lo anterior obedece a la naturaleza
de la base cartográfica del país.

Cuadro 3. Escalas y/o niveles de trabajo a utilizar

Cuando se menciona niveles de levantamiento se hace referencia a la


intensidad de muestreo u observaciones y medición de las variables
utilizadas por la metodología. En ese sentido, cuando el objetivo del
estudio requiera mayor precisión aumentamos la intensidad del muestreo
(estudio detallado) y, cuando el estudio no requiera más que un nivel
general, el número de observaciones en el campo disminuye.
4.1.3 Elaboración del mapa de pendientes

En este mapa se pueden clasificar unidades por pendiente con base en el


mapa cartográfico (curvas de nivel). Es elaborado en forma manual por
separación visual y utilización de plantillas o en forma automatizada
mediante procedimientos de SIG[2] basado en técnicas cartográficas. Una
descripción detallada de la técnica de elaboración de este mapa puede
encontrarse en los trabajos de Ferreiro 1984, Sheng 1990, Eastman 1992,
Nitler 1993, Velázquez 1994, y otros.

Para áreas con pendientes menores de 10%, en superficies menores de 15


ha, o en las áreas muy complejas como las regiones kársticas, no es
conveniente usar mapa de curvas de nivel para la elaboración de un mapa
de pendientes, entonces las pendientes se deben establecer directamente
en el campo, con el equipo que se disponga.

• ANALISIS DEL PAISAJE: Conjunto de conceptos, métodos y técnicas


que permiten interpretar imágenes (fotos, mapas, imágenes de satélite,
etc.) de la superficie terrestre, basadas en la relación fisiografía-suelo. Se
asume que los suelos son perfiles tanto como paisajes (Villota s.f..).

• CAPACIDAD DE USO DE LA TIERRA: determinación en términos


físicos, del soporte que tiene una unidad de tierra de ser utilizada para
determinados usos o coberturas y/o tratamientos. Generalmente se basa
en el principio de la máxima intensidad de uso soportable sin causar
deterioro físico del suelo (Klingebield y Montgomery 1961).

• CLASIFICACION DE TIERRAS POR CAPACIDAD DE USO: De acuerdo


con Klingebiel y Montgomery (1961) es un agrupamiento de
interpretaciones que se hacen principalmente para fines agrícolas y
comienza por la distinción de las unidades de mapeo. Permite hacer
algunas generalizaciones con respecto a las potencialidades del suelo,
limitaciones de uso y problemas de manejo. Se refiere solo a un nivel
máximo de aplicación del recurso suelo, sin que este se deteriore, con una
tasa más grande que la tasa de su formación. En este contexto, el deterioro
del suelo se refiere sobre todo al arrastre y transporte hacia abajo de la
pendiente de partículas de suelo por la acción del agua precipitada.

• EVALUACION DE TIERRAS: Ritchers (1995) señala que es la actividad


que describe e interpreta aspectos básicos de clima, vegetación, suelos y
de otros aspectos biofísicos y socioeconómicos para identificar probables
usos de la tierra y compararlos con el rendimiento estimado de su
aplicación sostenible, es decir su aplicación deseada.

• LEYENDA FISIOGRAFICA: es una jerarquización de lo general a lo


particular del paisaje de una zona particular como producto de un análisis
paisajístico basado en criterios fisiográficos (relieve, agua, clima) y/o
geomorfológicos (formas de la tierra, materiales, edad) (Villota s.f..).

• OBJETIVOS DE UNA EVALUACION DE LAS TIERRAS Y SU USO: Los


objetivos de una evaluación de tierras pueden ser: la valoración neutral o
positiva de las tierras, en el sentido amplio del catastro (Marín 1971, citado
por Ritchers 1995) o en sentido específico del valor ambiental para la
producción de ciertos cultivos. Otro objetivo es la protección y recuperación
de tierras frágiles, como primera orientación hacia una acción al respecto
(Sheng 1986; Michaelsen 1977; Tosi 1981; CCT 1985; Tablas 1986,
citados por Ritchers 1995) y finalmente otro objetivo puede ser la
implementación de usos deseados (FAO 1976, 1985).

• PAISAJE: Porción tridimensional de la superficie terrestre, resultante de


una misma geogénesis, que pueden describirse en términos de similares
características climáticas, morfológicas, de material parental y de edad,
dentro de la cual puede esperarse una alta homogeneidad pedológica, así
como una cobertura vegetal o un uso de la tierra similares (Villota s.f.).

• PROFUNDIDAD EFECTIVA DEL SUELO: Es aquella profundidad que las


raíces de las plantas pueden penetrar fácilmente para obtener agua y
nutrimentos. Es la profundidad hasta cualquier capa en el perfil del suelo
que difiere del material superficial en propiedades químicas y físicas, que
en una u otra forma puede retardar el desarrollo y penetración de las
raíces. Se mide en función de la existencia de un cuerpo que
mecánicamente impide o limita el desarrollo radical, clase de roca, ripio o
estratos compactados y/o endurecidos (SEGEPLAN/PNUD 1991).

• SOBREUSO DE LA TIERRA: uso de una unidad de tierra a una


intensidad mayor a la que soporta en términos físicos (Komives et al. 1985,
Ritchers 1995).

• SUBUSO DE LA TIERRA: uso de una unidad de tierra a una intensidad


menor que la que es capaz de soportar en términos físicos (Komives et al.
1985, Ritchers 1995).

• SUELO: Sistema natural desarrollado a partir de una mezcla de minerales


y restos orgánicos bajo la influencia del clima y del medio biológico; se
diferencia en horizontes y suministra, en parte, los nutrimentos y el sostén
que necesitan las plantas, al contener cantidades apropiadas de aire y
agua (Fassbender, 1982).

• TIERRA: todos los aspectos del ambiente natural de una parte de la


superficie de la tierra, en la medida en que ellos ejerzan una influencia
significativa sobre su potencial de uso por el hombre. Incluye la geología, la
fisiografía, los suelos, el clima, la vegetación (FAO 1976, 1985, 1991).

• UNIDAD DE MAPEO: es una parte de la superficie terrestre con un


tamaño definido en función del nivel y escala de levantamiento y los
criterios de clasificación de la tierra. Existen unidades puras, asociaciones,
consociaciones, complejos (Klingebiel y Montgomery 1961; SEGEPLAN et
al 1994).

• Unidad de tierra: Según FAO (1976, 1985, 1995), es una superficie de la


tierra, por lo general mapeada, con características específicas, la cual se
usa como base para luna evaluación. La FAO indica que estas unidades
deben aproximarse a las “unidades de manejo” con respuestas uniformes a
los sistemas relevantes de manejo.

• USO CORRECTO: uso que indica que no hay discrepancia entre la


capacidad de uso de la Tierra y el uso que actualmente se le está dando
(Komives et al. 1985, Ritchers 1995).

• USO DE LA TIERRA: Descripción de las formas de uso de la tierra.


Puede ser expresado a un nivel general en términos de cobertura vegetal.
A un nivel más específico se habla de tipo de uso de la tierra, el cual
consiste en una serie de especificaciones técnicas dentro de un contexto
físico, económico y social (FAO 1985, 1991).

• USO POTENCIAL: uso virtualmente posible con base en la capacidad


biofísica de uso, y las circunstancias socioeconómicas que rodean a una
unidad de tierra. Indica el nivel hasta el cual se puede realizar un uso
según la supuesta capacidad del suelo, bajo las circunstancias locales y
actuales. Bajo este contexto, el uso potencial es menos intensivo o de igual
intensidad que el uso a capacidad, pero nunca más intensivo (Ritchers
1995).

Clases agrológicas
Ha sido ampliamente utilizado en todo el mundo con numerosas adaptaciones. Es un sistema categórico
que, en su versión original, utiliza criterios cualitativos. La inclusión de un suelo en una clase se efectúa
de una manera inversa, es decir, no buscando de forma directa la idoneidad, sino su grado de limitación
respecto de un parámetro en función de un uso concreto.

Para clasificar un suelo se utilizan un conjunto de caracteres. En un principio Klingebiel y Montgomery


utilizaron unos que definen la capacidad productiva (intrínsecos: profundidad del suelo,
textura/estructura, permeabilidad, pedregosidad, rocosidad, salinidad, manejo del suelo; extrínsecos:
temperatura y pluviometría) y otros que valoran la pérdida de productividad (pendiente del terreno y
grado de erosión). Pero los distintos autores que han utilizado este método han ido cambiando los
parámetros diferenciantes según sus necesidades (se han introducido valores de materia orgánica, pH,
grado de saturación, capacidad de cambio de cationes, carbonatos,). Además es frecuente que en su
aplicación se introduzcan criterios cuantitativos (se obtienen medidas de cada uno de los parámetros y a
cada clase se le asignan unos intervalos de cada parámetro).

Se consideran cinco sistemas de explotación agrícola:


 laboreo permanente,
 labores ocasionales,
 pastos,
 bosques,
 reservas naturales.
Se trata de un sistema que busca la producción máxima con mínimas pérdidas de potencialidad.

Se establecen tres niveles de clasificación:


 clases,
 subclases,
 unidades.

Se definen 8 clases con limitaciones de utilización crecientes desde la I (la mejor) a la VIII.

-laboreo permanente (o cualquier tipo de explotación). Clase I, suelos ideales; clase II, suelos buenos
pero con algunas limitaciones; clase III, suelos aceptables pero con severas limitaciones

- laboreo ocasional (o pastos, bosques, o reservas naturales). Clase IV

- no laboreo, solo pastos o bosques (o reservas naturales) no recomendable un uso agrícola por presentar
muy severas limitaciones y/o requerir un cuidadoso manejo; clases V, VI y VII)

- reservas naturales (clase VIII). Dependiendo del tipo de limitación se establecen varias subclases de
capacidad, Klingebiel y Montgomery definieron cuatro

- e, para riesgos de erosión;


- w, para problemas de hidromorfía;
- s, para limitaciones del suelo que afectan al desarrollo radicular;
- c, para limitaciones climáticas.

Pero como ha ocurrido con otros aspectos de esta clasificación los autores que la han utilizado han
definido otra serie de subclases.

Este sistema presenta indudables ventajas aunque no carece de inconvenientes (muy fácil y rápida;
requiere pocos datos). Las clases son definidas con criterios muy generales, sencillos y fáciles de
comprender y adaptar a regiones muy diversas, pero resulta difícil de aplicar con criterios

objetivos. Todos los caracteres que configuran la capacidad agrológica tienen idéntico peso. Una misma
clase engloba a suelos muy diferentes al ser un solo parámetro (el máximo factor limitante) el que
clasifica al suelo dentro de una determinada clase (en una misma clase podemos encontrar a un suelo
que le falla el espesor junto a otro cuyo factor limitante es la salinidad). Con este sistema se obtiene una
clasificación muy general de la capacidad del suelo, ya que a veces se prescinde de numerosas
características de los suelos de indudable interés, pero tiene la ventaja de que no es necesario tener un
conocimiento profundo del suelo. Su utilización resulta ser bastante subjetiva si bien se adapta bien a la
experiencia del evaluador (si se utilizan criterios cualitativos se hace muy rápida la evaluación, no hace
falta medir, pero los datos resultan ser difícilmente utilizables por otro experto, por ejemplo si un suelo
se clasifica dentro de una clase por tener poca materia orgánica, el que ha clasificado sabe a lo que se
refiere pero el que lo lee no sabe que quiere decir “poca materia orgánica”, ¿<1%? ¿1%? ¿2%? ¿4%? y
esto se evita utilizando criterios cuantitativos, aunque estos tienen el inconveniente de que exigen la
medida en el laboratorio de las características del suelo).

Las principales características de las ocho clases las relacionamos a continuación (pero bien entendido
que se trata de la descripción de las características centrales de cada clase y que un suelo concreto no
tiene que presentar todas ellas).

Clase I: Los suelos de la clase I no tienen, o sólo tienen ligeras, limitaciones permanentes o riesgos de
erosión. Son excelentes. Pueden cultivarse con toda seguridad empleando métodos ordinarios. Estos
suelos son profundos, productivos, de fácil laboreo y casi llanos. No presentan riesgo de
encharcamiento, pero tras un uso continuado pueden perder fertilidad.

Cuando los suelos de esta clase se emplean para cultivo, necesitan labores que mantengan su fertilidad y
preserven su estructura. Entre ellas se cuentan el abonado, la aplicación de la caliza, las cubiertas
vegetales o el abonado en verde y también la aplicación de restos de la cosecha, además de las
rotaciones de cultivos.

Clase II: Esta clase la integran suelos sujetos a limitaciones moderadas en el uso. Presentan un peligro
limitado de deterioro. Son suelos buenos. Pueden cultivarse mediante labores adecuadas, de fácil
aplicación.

Estos suelos difieren de los de la clase I en distintos aspectos. La principal diferencia estriba en que
presentan pendiente suave, están sujetos a rosión moderada, su profundidad es mediana, pueden
inundarse ocasionalmente y pueden necesitar drenaje. Cada uno de estos factores requiere atención
especial. Los suelos pueden necesitar prácticas comunes, como cultivo a nivel, fajas, rotaciones
encaminadas a la conservación de los mismos, mecanismos de control del agua o métodos de labranza
peculiares. Con frecuencia requieren una combinación de estas prácticas.

Clase III: Los suelos de esta clase se hallan sujetos a importantes limitaciones en su cultivo. Presentan
serios riesgos de deterioro. Son suelos medianamente buenos. Pueden cultivarse de manera regular,
siempre que se les aplique una rotación de cultivos adecuada o un tratamiento pertinente. Sus pendientes
son moderadas, el riesgo de erosión es más severo en ellos y su fertilidad es más baja.
Sus limitaciones y sus riesgos son mayores que los que afectan a la clase anterior, estas limitaciones con
frecuencia restringen las posibilidades de elección de los cultivos o el calendario de laboreo y siembra.
Requieren sistemas de cultivo que proporcionen una adecuada protección vegetal, necesaria para
defender al suelo de la erosión y para preservar su estructura (fajas, terrazas, bancales, etc). Puede
cultivarse enellos el heno u otros cultivos herbáceos en lugar de los cultivos de surco.
Necesitan una combinación de distintas prácticas para que el cultivo sea seguro.

Clase IV: Esta clase está compuesta por suelos con limitaciones permanentes y severas para el cultivo.
Son suelos malos. Pueden cultivarse ocasionalmente si se les trata con gran cuidado. Generalmente
deben limitarse a cultivos herbáceos.

Los suelos de esta clase presentan características desfavorables. Con frecuencia se hallan en pendientes
fuertes sometidos a erosión intensa. Su adecuación para el cultivo es muy limitada. Generalmente deben
ser dedicados a heno o a pastos, aunque puede obtenerse de ellos una cosecha de grano cada cinco o seis
años. En otros casos puede tratarse de suelos someros o moderadamente profundos, de fertilidad baja, o
localizados en pendientes.

Clase V: Los suelos de esta clase deben mantener una vegetación permanente. Pueden dedicarse a pastos
o a bosques. La tierra es casi horizontal. Tienen escasa o ninguna erosión. Sin embargo, no permiten el
cultivo, por su carácter encharcado, pedregoso, o por otras causas. El pastoreo debe ser regulado para
evitar la destrucción de la cubierta vegetal.

Clase VI: Los suelos de esta clase deben emplearse para el pastoreo o la silvicultura y su uso entraña
riesgos moderados. Se hallan sujetos a limitaciones permanentes, pero moderadas, y no son adecuados
para el cultivo. Su pendiente es fuerte, o son muy someros. No se debe permitir que el
pastoreo destruya su cubierta vegetal.

La tierra de la clase VI es capaz de producir forraje o madera cuando se administra correctamente. Si se


destruye la cubierta vegetal, el uso del suelo debe restringirse hasta que dicha cubierta se regenere.

Clase VII: Los suelos de esta clase se hallan sujetos a limitaciones permanentes y severas cuando se
emplean para pastos o silvicultura. Son suelos situados en pendientes fuertes, erosionados, accidentados,
someros, áridos o inundados. Su valor para soportar algún aprovechamiento es mediano o pobre y deben
manejarse con cuidado.

En zonas de pluviosidad fuerte estos suelos deben usarse para sostener bosques. En otras áreas, se
pueden usar para pastoreo; en este último caso debe extremarse el rigor y el cuidado en su manejo.

Clase VIII: Los suelos de esta clase no son aptos ni para silvicultura ni para pastos. Deben emplearse
para uso de la fauna silvestre, para esparcimiento o para usos hidrológicos. Suelos esqueléticos,
pedregosos,
rocas desnudas, en pendientes extremas, etc.
En resumen los suelos de la clase I son suelos espléndidos con todas sus características idóneas (“sirven
para todo, con altos rendimientos y se pueden usar de cualquier manera”). Y conforme nos vamos
desplazando hacia las otras clases se van perdiendo prestaciones de los suelos. En la práctica para
clasificar un suelo por este sistema de las Clases Agrológicas es muy útil confeccionarse una tabla con
los distintos valores exigidos para cada parámetro en las diferentes clases (además facilitamos la
comprensión a los futuros lectores). Yo he utilizado la siguiente tabla con buenos resultados. Para
clasificar un suelo basta ir valorando la mejor clase posible para cada parámetro y luego la clase del
suelo queda representada por la del peor parámetro (la clase más alta de todas).
Soil Fertility Capability Classification (FCC) de BUOL y otros
(1975)
Fue propuesto por Buol y colaboradores en 1975 y modificado por Sanchez et al. (1982) y recientemente
se ha publicado su última versión Sanchez et al. (2003) para evaluar la fertilidad de los suelos.

La clasificación de un suelo por este sistema se efectúa con tres niveles o categorías. La primera, el tipo,
se determina por la textura de la capa arable, o de los primeros 20 cm, si ésta es más delgada. Su
denominación y rango son:

 S : Arenosos (arenosos y arenosos francos)


 L : Francos <35% de arcilla (excluidos arenosos y arenosos francos)
 C : Arcillosos > 35% de arcilla
 : Orgánicos > 30% de materia orgánica hasta 50 cm o más.

El tipo de substrato es el segundo nivel y se utiliza cuando existe un cambio textural significativo
dentro de los primeros 50 cm del suelo. Se expresa con las mismas letras, añadiendo la "R" en caso de
que una roca o una capa dura se encuentren dentro de esa profundidad. Evidentemente, para el tipo O no
se emplea el substrato.

El tercer nivel está constituido por los modificadores que son aquellos parámetros químicos o físicos
que influyen de manera negativa en la fertilidad del suelo y están referidos a la capa arable (o a los
primeros 20 cm). Para indicar la existencia de estos limitadores se emplean letras minúsculas. Por
ejemplo:
"g" Exceso de agua.
"d" Aridez.
“e" Baja capacidad de cambio
"a" Aluminio en cantidades consideradas como tóxicas..
"h" Acidez.
"v" Características vérticas.
"k" Deficiencias de potasio.
"b" Carbonatos libres.
"s" Salinidad.
“n” Sodio.

" ´ " Pocas gravas y fragmentos gruesos “ ´´ ” Muchas gravas y fragmentos gruesos

"%" Pendiente (se indica el valor directamente, entre paréntesis).

En este sistema de clasificación estos, y otros, modificadores están definidos detalladamente con valores
cuantitativos. Interpretación de tipos y de los substratos

S: significa alta velocidad de infiltración, baja capacidad de retención de agua


y déficit de nutrientes.

L: velocidad de infiltración media, buena capacidad de retención y adecuado


contenido de nutrientes.

C: alta capacidad de retención de agua pero baja velocidad de infiltración, impermeables, graves
problemas de hidromorfía, suelos difíciles de cultivar, alto potencial de deslizamiento en pendiente.
Hidromorfía.
SR: suelos excesivamente áridos (suelo arenoso y además somero). Problemas de agua para cultivo y
sometidos a fuerte erosión.

SL: buena velocidad de infiltración y buena capacidad de retención de agua y moderada presencia de
nutrientes.

LR: limitación para cultivos de enraizamiento profundo, problemas con la capacidad de retención de
agua.

LC: malas propiedades físicas del subsuelo. El control de la erosión debe ser muy cuidadoso.

CR: problemas de drenaje y de asfixia. Interpretación de las condiciones modificadoras

g: indica limitaciones en drenaje, hidromorfía, condiciones asfixiantes


d: humedad limitada durante el período de crecimiento etc

Se trata pues de una terminología técnica en la que en el nombre está representadas las principales
limitaciones del suelo. No es una clasificación propiamente dicha ni una sistema de evaluación en clases.

Por ejemplo, para un Solonchak órtico la clase FCC lo puede representar como LCds, que significaria
que es un suelo susceptible a la erosión (por “L”), de limitado drenaje (por “C”), con déficit de agua (por
“d”) y con problemas de salinidad (por “s”).

ANEXO

Cuadro 4. Variación de actividades (técnicas) de superficie de estudio.


5. Lecciones aprendidas
BIBLIOGRAFÍA

ALFARO MURILLO M. DE LOS A. 1990. Estudio de caso sobre la


rentabilidad y uso optimo de recursos en plantaciones forestales en Costa
Rica. Tesis Mag. Sc. Turrialba, C.R., CATIE. p

ALVARADO G. 1989. División natural de Republica Dominicana. Mapa


temático de Regiones Fisiográficas escala 1:2000000 y actualización con
imágenes satelares de 1990 y el mapa de Cuencas de Republica
Dominicana. s.n.t.

FOLLETO DADO EN CLASE POR: (ING. ESTUARDO MORALES)

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