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EL AGORA

Roberto Salomón: “Mi propósito aquí es


hacer teatro”
Roberto Salomón, director de teatro salvadoreño, vive en Suiza desde hace dos décadas. Hoy visita el
país para compartir con sus amigos y empaparse de la producción teatral de factura salvadoreña. Sin
embargo, manifiesta que dicha producción está atravesando un mal momento, y que la posibilidad de
asistir al teatro se ha reducido.

Rafael Mendoza López / Fotos David Méndez


cartas@elfaro.net

La circunstancia por la que Roberto Salomón dejó el país en los 80 fue la misma de muchos
otros artistas nacionales: la guerra. Sin embargo, ha mantenido un vínculo muy afectivo con
el teatro y su patria, misma que lo vio nacer como actor sobre las tablas. Ahora, regresa por
un período muy corto, pero declara que su único propósito en el país es hacer teatro.

Salomón comenzó a actuar a los 21 años, durante su paso por la universidad, y estudió
Historia del Arte y la Literatura Francesa. Posteriormente, en Estados Unidos, descubrió su
vocación por la dirección teatral.

Walter Béneke, entonces ministro de Educación, preparaba una reforma en la que incluía
una escuela de teatro como uno de sus principales proyectos, para el cual solicitó ayuda de
Roberto Salomón, que contaba en esa época con tan solo 23 años de edad. Salomón rechazó
la oferta aduciendo que aún no estaba preparado para ello.

Hoy por hoy, el director asegura que el inconveniente esencial es la producción teatral. “El
problema no ha cambiado. Yo creo que hubo varios momentos de producción teatral en El
Salvador. Unos de ellos fue cuando se fundó el Teatro Universitario; otro, cuando se fundó
Bellas Artes; y otro, cuando se fundó el Bachillerato en Artes. Esos fueron tres momentos
en que realmente hubo un constancia teatral y una constancia en la producción, que es lo
que falta mucho hoy en día”.

Asimismo asegura que sí hay esfuerzos, pero que debe haber una sistematización. “Yo
hablo de abrir los periódicos en la tarde y que se pueda decidir, así como uno decide ir al
cine, ir al teatro, y tener algo que ver”, sostuvo.

Acto Teatro: un esfuerzo opacado por la guerra

Roberto Salomón trabajó, desde 1975, para montar obras para el Teatro Nacional, motivado
por la idea de apoyar a los jóvenes actores que estaban en formación. Sin embargo, dos
años más tarde dejaría la catedral del teatro por la de censura sufrida en uno de sus
montajes, precisamente consignado a la inauguración del recinto.
Así nació Acto Teatro, un centro cultural independiente comandado por Salomón, en ese
entonces ubicado en la 3ª. Calle Poniente. Ahí, el director realizó dos temporadas teatrales,
la primera de 150 funciones y la segunda de 100. Acto Teatro desapareció totalmente
durante la guerra.

Salomón declaró que intenta conciliar su trabajo y su vida en Suiza con la labor teatral en
su país. Sin embargo asegura que es difícil hacer teatro hoy en día en El Salvador. “Me
parece que las cosas están despejándose un poco, pero hoy por hoy es difícil”, sostuvo.

“Hace diez años yo tenía un discurso en el que decía a los que hacen teatro que aquí hay
espacios donde hacer espectáculos, lo que falta son producciones. Hoy, diez años después,
me parece que no hay bastantes espacios”. A pesar de ello, Salomón asegura que hay un
público muy deseoso de ver teatro, y gente deseosa también de hacer teatro.

“No se está haciendo nada por el teatro”

“Muy deprimida”. Esa es la expresión que Roberto Salomón utiliza para describir su
percepción de la escena teatral salvadoreña. “Hay esfuerzos notables, como el Festival
Centroamericano de Teatro, pero hay que decir que, por muy loable que sea, es un esfuerzo
por mostrar lo que se hace en la zona centroamericana, sin énfasis en mostrar lo nacional”.
Salomón sostiene que el propósito del Festival no es mostrar lo nacional, aunque en el
mismo se incluyan espectáculos nacionales.

De igual forma se refiere a los actores, que, según dice, “están desesperados. Uno habla con
los jóvenes y dicen que quieren estudiar, pero no saben adónde”. Además señala que las
autoridades aseguran que se está haciendo mucho por el teatro, sin embargo el director ve
lo contrario en la falta de espectáculos y opciones para ver teatro.

Actualmente, Roberto Salomón trabaja en Estados Unidos, en la puesta en escena de una


obra del filósofo alemán Walter Benjamín. Según dice, ha pasados dos años tratando de
digerir los escritos de Benjamín para hacer un espectáculo que evoque su vida.

Obras dirigidas por Roberto Salomón en El Salvador


 “La persecución y el asesinato de Jean Paul Marat, interpretada por los enfermos del
asilo de Charenton bajo la dirección del Marqués de Sade”, de Peter Weiss
 “Todos los gatos son pardos”, de Carlos Fuentes
 “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca
 “El zoológico de cristal”, de Tennesse Williams
 “Tierra de cenizas y esperanzas”, obra de actores invitados y miembros de Sol del
Río, codificada por Carlos Velis.
 “Sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare
Teatro Nacional

     

Es una Institución Cultural que brinda servicios para el desarrollo de las artes, entre las que
podemos mencionar: obras de teatro tanto nacionales como internacionales, conciertos de
cámara, sinfónicos, música popular y folklórica, etc.

El Teatro Nacional cuenta con 5 espacios disponibles para la realización de estas


actividades como lo son: la Gran Sala, el Foyer, Lobby, Sala de Cámara y Pequeña Sala.
Edificio construido en 1917 de estilo renacentista francés y restaurado en los setentas. La
cúpula de la sala principal cuenta con un mural del maestro Carlos Cañas. Actualmente está
en restauración. Su capacidad es de 650 asientos.

Administrador: Ing. Leandro Avendaño

Tel.: (503)2208-3197
    teatron@concultura.gob.sv
        (503) 2208-8148

Teatro Presidente

       

Es una Institución de servicios, cuyo objetivo principal es proporcionar espacios adecuados


para el desarrollo de las artes escénicas, tales como obras de teatro, recitales líricos,
conciertos sinfónicos y de música popular, danza, conferencias, actos religiosos y
educativos, así como también habilitar espacios para el desarrollo de las artes plásticas.

En local de Antiguo Cine Monumental con adaptaciones recientes de acústica para acoger
presentaciones de espectáculos. Cuenta con un mural en cerámica de los artistas
salvadoreños Roberto Galicia y Roberto Huezo. Su capacidad es de 1,429 asientos.

En él hay sala de exposiciones, acceso a minusválidos y parqueo.


Administradora: Lic. Rosalina de Alfaro

Tel.: (503)2208-
8148 (503) 2243-
   
        (503) 2208- 3407
3197

Manlio Argueta

Biblioteca Nacional "Francisco Gavidia"

2221-8847, 2221-8847

Douglas Reyes

Biblioteca Nacional "Francisco Gavidia"

2281-2397

Jasmine Campos

Dirección de Publicaciones e Impresos

2271-1071, 2222-0665

Sandra Maribel de Pérez

Dirección de Publicaciones e Impresos

2271-1071, 2271-1806

Jorge Dalton

Producción de Audiovisuales

2270-0828

Margarita Carpio

Centro Nacional de Artes

2298-1839, 2298-1843

Leandro Avendaño

Teatro Nacional de San Salvador


2208-3197, 2208-8148

Rosalina de Alfaro

Teatro Presidente

2208-8148, 2243-3407

http://es.wikipedia.org/wiki/Matilde_Elena
_L%C3%B3pez
Matilde Elena López
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Este artículo o sección se refiere o está relacionado con una persona fallecida
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Esta información es susceptible a cambios. Por favor, no agregues información
especulativa y recuerda colocar referencias a fuentes publicadas para dar más
detalles.

Matilde Elena López

Nombre Matilde Elena López

20 de febrero de 1919
Nacimiento
San Salvador, El Salvador

11 de marzo de 2010
Defunción
San Salvador, El Salvador

Ocupación catedrática

Nacionalidad salvadoreña

Período Siglo XX

Género poesía y ensayo


Premios Premio Nacional de Cultura

Matilde Elena López (San Salvador, 20 de febrero de 1919 - 11 de marzo de 2010[1] ) fue
una poeta, ensayista y dramaturga salvadoreña .

Durante la década de 1940 formó parte de la Liga de Escritores Antifascistas, un grupo de


jóvenes escritores con ideas de izquierda. En abril de 1944, participó en el movimiento
popular que trató de derrocar al gobierno del dictador Maximiliano Hernández Martínez.
Realizó sus estudios superiores en la Universidad de San Carlos de Guatemala y en la
Universidad Central del Ecuador; en este último centro de estudios, obtuvo el título de
Doctora en Filosofía y Letras.

En 1958 se incorporó a la Universidad de El Salvador donde laboró como catedrática,


directora del departamentos de Letras y vicedecana de la Facultad de Humanidades.
También impartió clases en la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"

En 1961 ganó el primer lugar en los Juegos Florales de San Miguel y los Juegos Florales de
Nueva San Salvador. Desde 1997, era miembro de número de la Academia Salvadoreña de
la Lengua.

Entre sus obras publicadas se encuentran:

 Masferrer, alto pensador de Centroamérica (ensayo, 1954),


 Interpretación social del arte (ensayo, 1965),
 Dante, poeta y ciudadano del futuro (ensayo, 1965),
 Estudio-prólogo a las Obras escogidas de Alberto Masferrer (1971),
 Estudio-prólogo a las Obras escogidas de Claudia Lars (1973),
 Estudios sobre poesía (ensayo, 1973),
 La balada de Anastasio Aquino (teatro, 1978),
 Los sollozos oscuros (poesía, 1982),
 El verbo amar (poesía, 1997) y
 Ensayos literarios (recopilación, 1998).

Referencias [editar]
1. ↑ Muere dramaturga Matilde Elena López

Enlaces externos [editar]


 Esbozo biográfico y selección poética
 Liga de Escritores Antifascistas
 Un hasta siempre a Matilde Elena López: Lumbrera intelectual de El Salvador, Crónicas de
El Salvador.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Matilde_Elena_L%C3%B3pez"
Categorías: Fallecidos recientemente | Nacidos en 1919 | Fallecidos en 2010 | Escritores de El
Salvador | Escritores en español | Salvadoreños (ciudad)

http://www.eluniversal.com.mx/notas/6655
71.html
Muere dramaturga Matilde Elena López
La destacada escritora salvadoreña falleció a los 91 años debido a complicaciones de los
problemas pulmonares que padecía

contribución   La autora fue pionera en el


ensayo y quien abrió puertas a otras mujeres
escritoras en este pequeño país
centroamericano (Foto: Especial )
Notimex
El Universal
San Salvador Viernes 12 de marzo de 2010
13:07

La destacada escritora salvadoreña Matilde Elena López falleció a los 91 años de edad en un
hospital de esta capital, aquejada por problemas pulmonares, informó su familia.

La literata murió la noche del miércoles en el Hospital de Especialidades del Instituto


Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) , donde los médicos la atendieron de la mejor
manera, pero su avanzada edad fue un factor que imposibilitó su recuperación, revelaron
sus consanguíneos.

López, acreedora del Premio Nacional de Cultura en 2005, fue pionera en el ensayo y quien
abrió puertas a otras mujeres escritoras en este pequeño país centroamericano.

De carácter muy fuerte, la dramaturga deja un gran legado de sus obras que seguirán siendo
del conocimiento de los amantes de la lectura y sobre todo, porque es considerada la
pionera del ensayo en El Salvador.

El deceso de López ha generado gran consternación entre los poetas, intelectuales y


escritores salvadoreños.

López contribuyó desde muy joven en la vida política del país, incluso participó en el
intento por derrocar al dictador y general Maximiliano Hernández, durante la década de los
años 40.

La escritora y poetisa será sepultada esta tarde en el cementerio privado "Jardines del
Recuerdo".

http://www.artepoetica.net/matilde.htm

Matilde Elena López


 

Fotografía © La Prensa Grafico


 
 
Esbozo biográfico
 
Nació en la ciudad de San Salvador, el 20 de febrero de 1919.
Desarrolló una amplia labor literaria a favor de los derechos femeninos,
al igual que tuvo una destacada participación radiofónica en los sucesos
del 2 de abril de 1944, cuando una conjura civil y militar intentó
derrocar al gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez.
 
Tras marcharse al exilio, inició sus estudios académicos de Periodismo
en la Universidad de San Carlos (USAC, Guatemala), donde también
prestó servicios culturales para el gobierno de Jacobo Árbenz.
 
Derrocado el régimen guatemalteco, se marchó a a Quito (Ecuador), en
cuya Universidad Central obtuvo sus licenciaturas en Filosofía y Letras
en la Universidad Central del Ecuador. Una de sus tesis de graduación
dio pie a la publicación titulada Ensayos de poesía ecuatoriana (Quito,
1957).
 
Tras residir un año en Panamá, en 1957 regresó a San Salvador y fue
incorporada con grado doctoral en la Universidad de El Salvador (UES).
Desde 1960 fungió como catedrática, vicedecana de la Facultad de
Humanidades y directora de los departamentos de Letras y Promoción
Cultural de la misma universidad.Amparada en el seudónimo "El
tecolote", obtuvo el primer premio de prosa en los VIII Juegos Florales
de la ciudad de San Miguel (noviembre de 1960). Al mes siguiente, sus
trabajos El héroe y Canción de Edipo y Yocasta, calzados con los
respectivos seudónimos "Tutecotzimí" y "Melpómene", lograron el
primer premio de prosa y una mención honorífica en poesía en los IV
Juegos Florales de Nueva San Salvador.
En diciembre de 1961, su cuento El muro se hizo acreedor al segundo
lugar en la rama de narrativa breve de los Juegos Florales de Nueva San
Salvador. En este mismo año, la revista Vida universitaria (San
Salvador, Universidad de El Salvador) divulgó su cuento Al negro le
pagan por bailar.
 
Directora de Arte y Extensión Cultural del Ministerio de Educación,
impartió clases en la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"
(UCA) y fue decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad
"Nueva San Salvador" (UNSSA, San Salvador).
 
Se desempeñó como delegada salvadoreña al XII y XIII Congreso de
Filología y Lingüística Románica (Bucarest, 1967 y Québec, 1972) y al
Congreso Mundial de la Mujer (Finlandia, 1969).
Es autora de varios libros de poesía, cuento, teatro y ensayo, entre los
que se cuentan: Masferrer, alto pensador de Centroamérica
(Guatemala, 1954; San Salvador, 1984), Interpretación social del arte
(San Salvador, 1965 y 1974, en edición corregida y aumentada), Dante,
poeta y ciudadano del futuro (San Salvador, 1965), El método
sociológico en la crítica estilística (Bucarest, 1967), Cartas a Groza
(1970 y 1998), Estudio-prólogo a las Obras escogidas de Alberto
Masferrer (San Salvador, 1971), Estudio-prólogo a las Obras escogidas
de Claudia Lars (San Salvador, 1973), Estudios sobre poesía (San
Salvador, 1973), El momento perdido (poesía, San Salvador, 1976, con
dibujos de Cepomch), Refugio de soledad (poesía, 1978, San Salvador,
revista Caracol-Universidad de El Salvador), La balada de Anastasio
Aquino (teatro, San Salvador, 1978, varias reediciones), Los sollozos
oscuros (poesía, San Salvador, 1982), El verbo amar (poesía, San
Salvador, 1997) y Ensayos literarios (recopilación, San Salvador,
1998).Tiene en prensa La niña del laberinto (cuentos) y en preparación
un estudio especial sobre las cartas que Gabriela Mistral le dirigió a
Claudia Lars, cuyos originales se encuentran en su poder.
 
Obtuvo primeros premios en los Juegos Florales de Chiquimula (poesía,
Guatemala, 1951), Concurso Nacional de la Paz (poesía, Guatemala,
1953), Universidad Central del Ecuador (poesía, Quito, 1955), Juegos
Florales Agostinos (San Salvador, 1957, donde conquistó tercer lugar
con su poema Yo busco tus raíces), Certamen "Centenario de Suchitoto"
(ensayo, 1959), certamen literario de La Prensa Gráfica (1959, 1964,
1966), premio único de ensayo (compartido) "Adrián Recinos" en el
Certamen "15 de septiembre" de Ciencias, Letras y Bellas Artes
(Guatemala, 1962), Certamen "Dante Alighieri" (ensayo, Guatemala,
1964), juegos florales de Sonsonate (febrero de 1965), concurso de la
Universidad de Columbia (cuento, New York, 1973) y segundo lugar en
los Juegos Florales de Quetzaltenango (teatro, Guatemala, 1976).
 
Integrante de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua (1997),
su labor cultural ha sido distinguida y homenajeada en múltiples
ocasiones, entre las que se destacan: Organización de Estudiantes de
Humanidades de la UES (1962 y 1965), Asociación de Mujeres
Universitarias (1967), Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas (1969),
Corporación Municipal de Santa Ana (1972), reconocimientos públicos
de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Liga Femenina, Mesa
Redonda Panamericana de San Salvador y San Miguel (1975), Instituto
"Hermanas Somascas" (1976), Ministerio de Educación (1978),
Asociación de Mujeres Universitarias (1975), Caballero de la Orden
Francesa de las Artes y las Letras (1990), Departamento de Letras de la
UES (1990), Instituto Cultural Salvadoreño-Costarricense (1991),
galardón "Princesa de Cuxcatlán" (1995), Universidad Tecnológica,
Alcaldía Municipal de San Salvador, Colegio "Cristóbal Colón" (1996) y
Fundación "María Escalón de Núñez" (1997). premio nacional de
literatura 2005 conferido por  CONCULTURA del El Salvador.

http://www.libros.com.sv/edicion22/elena.h
tml
Matilde Elena López: ambidiestra e
izquierdista
Por Francisco Figueroa 

¿Era posible ser de izquierda en El Salvador con las cuatro libertades de


Roosevelt?: Freedom from want, from fear, of worship, of speech (libertad de
querer, de temer, de adorar y de hablar), eran la base del ideario de la
Generación Antifascista que el 2 de abril se incorporó al alzamiento contra la
dictadura del General Martínez. Corría 1944 y Matilde Elena López era parte de
aquel movimiento de jóvenes intelectuales comprometidos con la democracia.

Maqtilde Elena
Lopez
En la Radio YSP hubo una reunión en la que también estaba Arturo Romero, quien le dijo a
Matilde: “Hablemos nosotros” y ella gritó: “¡Ha sonado la hora de la liberación!”. Y quitaron la luz.
En su casa creyeron que la habían matado.

Arturo Romero habría dicho en esta misma transmisión que todos los cuarteles estaban con la
revolución, menos El Zapote, y Martínez que estaba en La Libertad dijo: “Le agradezco al
mediquillo que diga cuál es el cuartel que no está con ellos”, y se fue directo al Zapote, y desde allí
efectivamente reaccionó.

Algunas cosas falsas se repiten en la historia de las letras salvadoreñas, como por ejemplo, aquella
de afirmar que la doctora Matilde López perteneció al grupo de los Seis, y otras que en el
transcurso de una entrevista aletargada por una calurosa tarde nos llevó a la casa de la señora de
las letras en nuestro país.

Nos habla de sus primeras publicaciones

Matilde, nacida en 1922, descubre su vocación por las letras mucho antes de abandonar las
calcetas de estudiante de primaria. Sus artículos comenzaron a ser publicados en El Diario Nuevo
dejando sus escritos en la redacción, desconociendo quiénes publicaban aquellos trabajos, que se
trataba de apenas una chiquilla. Don Napoleón Viera Altamirano también le ofreció publicar en El
Diario de Hoy, con la promesa de que allí no quedaría sin salir a la luz. 

La Generación Antifascista, a la que perteneció, era un grupo de jóvenes que se reunían en primer
lugar con la idea de conseguir libros, orientación, abrirse paso con sus contribuciones, después
luchar contra Martínez y finalmente ubicarse en el momento histórico que les había tocado vivir.
Surgía el fascismo en Europa con Hitler y Mussolini.

Pertenecieron a esta Generación: Ramón Hernández Quintanilla, Luis Mejía Vides, Luis Gallegos
Valdez, Alfonso Morales, Raúl Elas Reyes, Manuel Aguilar Chávez, y se disolvieron como grupo
solamente después del golpe de Estado de Osmín Aguirre y Salinas, el 21 de octubre de 1944.
Matilde tenía 22 años.

Por conexiones que tenían, los opositores al régimen debieron refugiarse y recibir el apoyo de la
población que les llevaba canastos llenos de alimentación; debieron asilarse en un colegio belga, y
entre todos los lugares donde estaban escondidos, en una ocasión llegó un grupo de personas que
afirmaban que a María Loucel y a Matilde, las habían capturado y que estaban lavando los
uniformes de los soldados. Ella reía escondida, detrás.

El Fascismo era entendido como la dictadura que se basa en una alta demagogia social y racial. El
pensamiento de oposición y su compromiso con la democracia llevó a Matilde a exiliarse en
Guatemala, donde Ubico había sido derrotado en la revolución de octubre y donde además había
estudiado durante su infancia. Allá fue recibida por la comunidad intelectual y sus antiguos
conocidos. 

De Guatemala hacia Ecuador

La hermana república había recibido a una importante cantidad de intelectuales y escritores,


incluso de pensadores españoles que a la caída de la república mejicana se encontraron sin nada
y también viajaron a Guatemala. Allá trabajó en el Comité de Alfabetización y luego pasó en el
mismo empeño al Ministerio de Educación. También publicó un suplemento cultural.

Durante su estadía en Guatemala se funda la Facultad de Humanidades donde estudió su carrera


en letras, obteniendo además su título de periodismo, que era parte de la misma carrera.
Por los cambios políticos en Guatemala, con la caída de Árbenz, debió refugiarse en la embajada
de Ecuador, hacia donde viaja después de comprar los pasajes de su esposo y de su hija con el
dinero obtenido de la venta de una máquina de escribir. Allá continuaría su carrera escribiendo,
conduciendo un programa radial y dictando conferencias.

Luego su hija es acusada de participar en la política interna al involucrarse en unas luchas


estudiantiles, por lo que fueron acusadas de violar su estatus de refugiadas y tuvieron que salir a
Panamá. Aquella época es muy bien recordada por Matilde, la estancia duraría un año. A su
regreso del exilio, la doctora inicia sus labores en la Universidad de El Salvador, hasta su
jubilación.

Sobre su definición política-ideológica

Matilde Elena López ha escrito poesía, ensayo, crítica literaria, teatro y promete una novela.
Debido a un problema con su brazo derecho debió aprender a escribir también con la mano
izquierda.

Una de mis mayores curiosidades en el transcurso de la entrevista era establecer la identidad


político-ideológica de Matilde. En un reciente acto en el cual fuera homenajeada por un grupo de
poetas y escritores en la Universidad de El Salvador, ella declaró: “Soy de izquierda, y lo voy a
repetir, soy de izquierda”, aunque dijo que nunca buscó influir con sus ideas políticas a sus
alumnos por considerar eso como un acto no ético.

No niego mi sorpresa cuando al consultarle sobre qué es ser de izquierda, ella me respondió: “Ser
de izquierda es la forma más democrática posible en un país, ser demócrata en un alto sentido”. Es
curioso que no se define como marxista leninista, quizás mejor le caería el epíteto de idealista
utópica. 

“Martínez asesinó a los treinta mil o treinta y dos mil campesinos –dice-, no porque fueran
marxistas leninistas, sino porque se habían alzado por las necesidades que tenían; por la burla que
les había hecho Araujo. Si el propio Masferrer cayó en esa trampa, por eso dijo al final, yo no los
engañé, yo fui el engañado, creí que eran gentes que cumplían, pero no era así, fui yo el engañado
y ya muriéndose dijo eso. Pero es que con la bandera de Araujo había prometido repartir las tierras
y desde luego cuando eso no fue, se alzaron, y él tuvo que decir que no sabía, él no era
demagogo, él creyó y se puso en medio de las fuerzas del capital y las fuerzas de los
trabajadores”.

Su amistad con Roque Dalton

Para ella, Roque fue el tipo más genial que conoció. La invitó a conocer su biblioteca, tuvieron una
amistad única, completa y de gran cariño siempre, y cuando él estuvo afuera siempre le mandaba
muchos libros o algunos folletos importantes que él creía que le podían servir.

Ella lo presentó entonces como el mejor poeta joven del momento, “brillante expresión de la joven
poesía salvadoreña” fue el título. “Roque creía mucho en Pedro Geoffroy Rivas, quien le dijo: te voy
a dejar el cetro de la poesía salvadoreña; pero cuando Roque se dio cuenta que estaba Julio
Fausto y se fueron a la televisión y le decían: “Vení vos, decinos qué te hicieron los comunistas”,
Roque Dalton ya no estaba de acuerdo con eso”. Y cuenta Matilde que un día el joven poeta iba
por la antigua biblioteca y vio a Pedro, y Roque salió en carrera abierta detrás de Pedro, el viejo
salió corriendo y desapareció. Roque estaba defraudado y lo quería insultar.

Matilde trabajó durante el gobierno de Fidel Sánchez Hernández en la Radio Nacional y en el


Ministerio de Educación. Sus ideas quizás resultarían demasiado avanzadas aún para el
pensamiento de ésta época, cuando en El Salvador se sigue tildando de izquierdista a los
luchadores por la democracia, ¡59 años después!. Una vida dejada al filo de la moneda, al azar de
los nuevos tiempos, sin una orilla certera en un momento de profunda trascendencia. 

Repitiendo unos versos de Matilde, me pregunto: ¿Qué haces tan solo(a) en medio del olvido?/
¿qué haces perdido(a) en medio de la niebla?/ donde crece la noche sin luceros”. (Del poema “En
los vastos espacios del olvido”) 

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