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Patrones de Morbilidad y Respuestas Terapéuticas Tradicionales:

El caso de la Comunidad Precordillerana de Talabre, II Región, Chile*.

“Cuando voy pa’l cerro siempre llevo mi coquita y hago mi pago…


Sino el cerro me puede golpear y capaz que me haga enfermar”
(L. Soza, Talabre 1998)

Ulises Cárdenas Hidalgo**

Resumen

En base a un estudio estadístico referente a los cuadros mórbidos que afectan la salud de la
población atacameña de Talabre, se señalan las tendencias epidemiológicas observadas en
tal localidad y la articulación de las respuestas locales para su tratamiento ligadas a un
antiquísimo sistema de medicina tradicional que basado fundamentalmente en una serie de
técnicas y prácticas tradicionales permite aminorar los síntomas de estos cuadros que
fundamentalmente se circunscriben a las afecciones respiratorias. La elevada frecuencia de
esta condición mórbida permite correlacionar factores ambientales y culturales como las
condicionantes en la aparición y desarrollo de los cuadros clínicos asociados que pese a ser
controlados por la medicina alopática, son preferentemente tratados a partir del uso de
terapias herbolarias.

1. Introducción

El estudio de las condiciones de salud de las poblaciones indígenas constituye una línea de
investigación que si bien se ha desarrollado desde mediados del siglo XX, sólo ahora ha
sido objeto de una aproximación más sistemática por parte de organismos sanitarios tanto
nacionales como internacionales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) en conjunto
con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha asumido este desafío a partir de la
década de los noventa y fruto de ello son las innumerables reuniones y conferencias que
estas instancias han apoyado en el último tiempo sobre la materia (OPS-OMS, 1999). En
este marco, los grupos étnicos amerindios no han sido analizados separadamente de otros
grupos humanos que habitan el orbe, ya que las actuales estrategias de intervención
sanitaria, además de considerar a las minorías étnicas de América, incluyen como un grupo
significativo a los afrodescendientes que en la actualidad representan, junto a los pueblos
indígenas, el 25% de la población que habita el continentei (OMS-OPS, 2003).

En Chile escasas han sido las iniciativas gubernamentales que en el pasado hayan tenido
como finalidad considerar y analizar las particularidades fisiológicas, epidemiológicas y
culturales de las poblaciones indígenas que componen este país. La atención ha estado más
dirigida a la práctica de terapias tradicionales que forman parte de un sistema de medicina
no alopático, que recién ahora intentan ser reconocidas después de largos años de exclusión
*
Trabajo presentado a la Cátedra de Metodología Cuantitativa, Magíster en Antropología, Universidad
Católica del Norte - Universidad de Tarapacá.
**
Licenciado en Arqueología, Universidad de Chile. e-mail: ulisescardenas@gmx.net

1
y sanción por parte del Estado de nuestro país (OPS-OMS, 1999:89). En este sentido, a
nivel nacional se esta ejecutando un programa de desarrollo indígena financiado por el
Banco Interamericano de Desarrollado (BID) que presenta como uno de sus objetivos
específicos la incorporación y complementación de los sistemas médicos alopáticos con la
medicina tradicional practicada por los descendientes de los pueblos originarios que habitan
hoy en día Chile.

Ante este actual panorama, uno de los fenómenos que se identifica en relación a la
evolución de los estudios de la salud de las poblaciones andinas, actuales y precolombinas,
es que si bien éste se ha basado fundamentalmente en torno al estudio de la biología de
altura, problematizando las variaciones morfológicas, fisiológicas, genéticas y
hematológicas (Cocilovo et al, 1984; Gavilán y Alvarez, 1984; León-Velarde y Arregui,
1994; Martí y Rothhamer, 1987; Quevedo et al., 1985; Santolaya et al., 1984a, 1984b) no
ha considerado el comportamiento patológico de los grupos actuales, su morbilidad y
mortalidad, cuyo conocimiento es esencial para comprender la adaptación de estas
poblaciones en uno de los escenarios más extremos y hostiles del área centro-sur andina: la
puna de Atacama y el desierto circundante, aunque en el último tiempo esta auspiciatoria
línea de investigación ha comenzado a dar sus primeros resultados (Bejarano et al., 1997).

En este marco, el estudio de los patrones de morbilidad que caracterizan a las poblaciones
altoandinas resulta de vital importancia, no sólo para comprender la particular dinámica
fisiológica de la minorías étnicas de este sector de los andes, sino que también para conocer
cuales son las estrategias terapéuticas tradicionales vigentes que son utilizadas para aliviar
los principales cuadros mórbidos que experimentan estas poblaciones y que forman parte de
un complejo sistema de medicina tradicional escasamente analizado en la zona (Laval,
1957; Gómez, et al., 1998).

Talabre, en este contexto, representa nuestra área de estudio, ya que esta localidad
precordillerana alberga a una población que, a pesar de los fuertes cambios culturales
antagónicos de la actualidad, aún mantiene entre sus integrantes un modo de vida
tradicional vinculado al pastoreo trashumántico de camélidos que, milenariamente
desarrollado en la zona (Núñez, 1992), ha permitido generar un profundo conocimiento de
los recursos del entorno, bióticos y abióticos, que se expresa, entre otros fenómenos, en una
antiquísima terapéutica tradicional que aún es practicada por sus integrantes. De esta
forma, se expondrán los antecedentes estadísticos referentes a los principales cuadros
mórbidos que experimenta esta pequeña comunidad andina y se correlacionará el
tratamiento de las afecciones y síntomas consecuentes con el empleo de ciertas terapias
tradicionales, circunscritas principalmente al uso de recursos botánicos que ya ha sido
analizada en la zona (Aldunate et al, 1981; Cárdenas, 1998; Villagrán et al., 1998).

2. Área de Estudio

Ubicada en la Comuna de San Pedro de Atacama, II Región, Chile, y distante de su


cabecera administrativa a sólo 76 Km., la localidad de Talabre constituye uno de los
significativos poblados altoandinos que se emplaza en un espacio conocido como Campo
Azul ubicado entre algunas quebradas intermedias que nacen en la vertiente occidental de
la Cordillera de los Andes y desaparecen al contactarse con el piso de oasis y salares.

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Actualmente este poblado, situado a 3.250 msnm, esta conformado por 64 personas que se
distribuyen en 17 familias, quienes en su gran mayoría practican una economía de
subsistencia vinculada al pastoreo de camélidos, principalmente llamas, la que es
complementada con una actividad hortícola que les proporciona los necesarios recursos
vegetales para mantener no sólo la vida humana en esta zona, sino que también la gran
cantidad de animales, especialmente caprinos, ovinos, equinos, lagomorfos y gallináceas.
Sin embargo, desde comienzos de la década del 80, varios integrantes masculinos de este
poblado, principalmente jefes de hogar, se han insertado en las economías asalariadas de
mercado vinculadas a la extracción de sales y boratos del Salar de Atacama, fenómeno que
ha generado un proceso paulatino y gradual de cambio cultural que ha modificado algunas
pautas culturales, como los hábitos alimenticios y la restricción de los desplazamientos
interecológicos, que han condicionado la aparición de algunos cuadros mórbidos que serán
detallados más adelante.

Desde un punto de vista geomorfológico, los suelos de esta localidad, especialmente


aquellos ubicados en la quebrada homónima, se encuentran cubiertos de material volcánico
procedente del siempre activo volcán Lascar. Debido a que esta quebrada tiene su génesis
en el cordón cordillerano, exactamente en el sector denominado Saltar, ubicado a un
costado del mencionado volcán, cada vez que se registran erupciones de considerable
magnitud, gran cantidad de material volcánico cubre el sector, lo que ha ocasionado en más
de una ocasión problemas en torno al recurso hídrico que abastece el sector, ya que
generalmente se cubre con material piroclástico varios kilómetros de la quebrada, tapando
la vertiente que surte de agua a esta pequeña comunidad andina.

Ambientalmente el área de estudio presenta un clima definido como desértico marginal de


altura (Romero, 1985), que se caracterizaría por presentar bajos índices precipitacionales
los que van en aumento de acuerdo a las variaciones altitudinales y estacionales. Esto se
ejemplifica claramente en la zona en estudio, ya que en el piso del Salar de Atacama el
índice de precipitaciones anuales no sobrepasa los 10 mm, mientras que en la alta puna
(sobre los 3.850 msnm) éste alcanza valores cercanos a los 200 mm. Anuales (Núñez,
1995:18). Por otra parte, el piso ubicado entre los 3.000 y los 4.000 msnm, y en donde se
localiza Talabre, experimenta precipitaciones que fluctúan entre los 50 a los 150 mm.
Anuales (Villagrán, 1998:3), permitiendo principalmente el desarrollo de un número
considerable de especies que conforman el Tolar y formaciones vegetacionales azonales
que se ubican principalmente en las quebradas, chacras y vegas circundantes. Estos índices,
condicionados por las variaciones altitudinales producen una serie de consecuencias,
destacándose la gran fluctuación vegetacional, la elevada oscilación térmica durante el día
y una alta transparencia atmosférica, ésta ultima responsable de la intensa radiación solar
y de la alta tasa de evaporación característica de la zona (Fuentes et al., 1991).

De esta forma y debido a que la gradiente altitudinal en esta área es una de las más
contrastadas de los Andes Centro-Sur, diversos pisos ecológicos se desarrollan cobijando a
un número limitado de especies animales y vegetales. En este sentido, el transecto del cuál
participa Talabre se puede dividir en cuatros pisos en función de la altitud (Villagrán,
1998:4): a) el piso prepuneño en donde se ubican diversos oasis y salares (2.100-3.100
msnm.) caracterizado por una cobertura vegetacional desértica poco diversa y muy baja

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(2,5%) en la que destaca algunos representantes de las verbenáceas (Acantholippia
punensis); b) el piso puneño o Tolar presente en las numerosas quebradas intermedias
ubicadas en el plateau riolítico (3.100-3.900 msnm) y que albergan a una alta diversidad de
especies arbustivas, compuestas (Baccharis boliviensis, B. tola), fabáceas (Adesnia aff.
Gayana, A. atacamensis), solanáceas (Fabiana denudata, F. ramulosa), verbenáceas
(Lampaya medicinalis) constituyéndose de esta forma en el piso con mayor cobertura
vegetacional (43.8%) (Núñez y Santoro, 1988:15); c) el piso altoandino o Pajonal que
comienza aproximadamente entre los 3.900-4.000 msnm y se extiende sólo hasta los 4.400
msnm. Caracterizado por una escasa cubierta vegetacional (10%) a pesar de presentar los
indices precipitacionales más elevados, cobijando determinadas especies de gramíneas y
umbelíferas (Festuca chrysophylla, Mulinun crassifolium); y d) piso subnival, que
comienza sobre los 4.400 msnm., caracterizado por presentar una cobertura vegetacional
muy rala y discontinua dominada por cojines laxos y hierbas perennes (Aldunate et al.,
1981:187).

Por otra parte, cabe señalar, en relación al tema problematizado en el presente informe, que
los habitantes de Talabre, debido al aparente aislamiento y escasa conexión con los centros
administrativos, urbanos y mineros de la Región de Antofagasta, están sujetos a una
política sanitaria por parte de las autoridades de salud caracterizada por la falta de un
espacio físico e infraestructura (posta o centro de atención primaria) y por escasas visitas al
poblado por parte del personal médico ya que la ronda médica del Servicio de Salud
municipalizado de San Pedro de Atacama sólo contempla, considerando el tamaño de la
población, una visita mensual a la localidad durante la cuál son atendidos especialmente los
infantes que deben someterse al control de salud infantil. Lo anterior, paradójicamente ha
permitido la conservación y vigencia de algunas prácticas terapéuticas tradicionales, a las
que acuden los habitantes del sector, especialmente los segmentos más seniles y femeninos
de la población, cada vez que ven mermado su estado de salud por afecciones, que si bien
tienen un importante componente fisiológico, son consideradas como consecuencia de una
perdida de equilibrio en donde el componente cultural (Ideología y Cosmovisión) juega un
rol preponderante en el análisis y la comprensión de la génesis, evolución y recuperación de
las cuadros mórbidos que afectan a sus integrantes.

3. Planteamiento del Problema e Hipótesis de Investigación

El estudio de los patrones de morbilidad de la población Talabreña en su contexto social,


cultural, ecológico y medioambiental además de graficarnos las principales tendencias
epidemiológicas que experimentan algunas poblaciones indígenas atacameñas en una escala
sincrónica, puede proporcionarnos elementos analíticos para tratar de comprender las
causas y las condiciones que generan la alta prevalencia de algunos cuadros infecciosos o
mórbidos en relación a otros y de esta forma elaborar políticas sanitarias de intervención
que se adecuen a la realidad local e incorporen una serie de soluciones que no sólo emanen
de la medicina alopática sino que también de la práctica terapéutica tradicional como lo
postulan los actuales lineamientos internacionales en la materia (OMS, 2002:47).

No obstante, la prevalencia de algunos cuadros patológicos en el área de estudio, nos hace


considerar la participación de factores extrafisiológicos en la aparición y frecuencia de tales

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estados y que inciden fuertemente en el diagnóstico, la evolución y en el tipo de tratamiento
que será articulado. Lo anterior, sin embargo, nos ha hecho cuestionar la “habitabilidad”
del sector en estudio, entendiendo esta variable como las condiciones que favorecerían y
posibilitarían una adaptación armónica de tiempo completo en el espacio en cuestión, que
se caracterizaría idealmente por la presencia y conservación de un buen estado de salud.
Ante esto, los antecedentes clínicos de Talabre, nos demuestran lo contrario ya que se
visualizan dos grandes tendencias epidemiológicas en el año, relacionadas con las
variaciones estacionales, que gatillan la aparición de cuadros infecciosos respiratorios,
agudos y crónicos, durante la época invernal y afecciones gastrointestinales y parasitarias
en los meses estivales. En este contexto, nuestro problema de investigación intenta aclarar
cuál es el grado de variación que presentan los diversos estados mórbidos que aquejan a la
población atacameña de este sector y su relación con factores medioambientales y
culturales, ya que trabajamos con el supuesto de que éstos componentes inciden o
intervienen en el patrón de morbilidad que esta comunidad altoandina ha venido
experimentando desde sus orígenes, pero que sólo ha podido ser sistematizado a partir de
finales de la década del 80, fecha en la que comienzan los significativos registros de las
atenciones médicas proporcionadas por la ronda de salud proveniente de la cabecera
administrativa de San Pedro de Atacama.

En este marco, nuestra hipótesis de trabajo plantea que la variación observada en los
patrones de morbilidad de los habitantes de Talabre tiene su explicación en dos factores,
que si bien están interrelacionados en la realidad, con fines analíticos los hemos
diferenciado en dos grandes componentes: medioambiente y cultura.

En relación a los factores medioambientales, consideramos que la ubicación geográfica del


área de estudio determina un régimen climático que se caracteriza por una fuerte oscilación
térmica durante todo el año, lo que genera que durante un mismo día la temperatura oscile
drásticamente incorporando valores negativos y positivos que en la mayoría de las veces
sobrepasan los 20°C. Paralelamente la fuerte exposición a la radiación solar también podría
constituir un elemento que incide en la aparición de determinadas afecciones,
principalmente cutáneas. Por otra parte no hay que dejar de considerar el papel jugado por
el volcán Lascar como una de las principales fuentes de contaminación del sector, ya que
cada vez que entra en erupción cubre los sectores adyacentes con humo de la fumarola
constituido por emanaciones tóxicas compuestas de metales pesados principalmente,
generando una serie de potenciales problemas de salud y tapando la vertiente de Tumbre
que provee de agua a esta localidad precordillerana.

Los factores culturales que incidirían en la prevalencia de ciertos cuadros morbidos, en la


actualidad se relacionan principalmente con las consecuencias de los procesos de cambio
cultural, que se han experimentado en el área especialmente desde la década del 80. Los
más importantes podrían ser los hábitos alimenticios, las condiciones infraestructurales de
vivienda, el abandono de las prácticas trashumánticas de pastoreo que ha dado lugar a un
modo de vida más sedentario, sin dejar de considerar las secuelas que en el cuerpo humano
ha generado desde épocas precolombinas un estilo de vida y de explotación de los recursos
del entorno basado fundamentalmente en una economía ganadera interecológica,
responsable de algunos trastornos morfofuncionales.

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Por otra parte, el análisis del problema de investigación propuesto, como hemos
manifestado supra, se enmarcaría dentro de un fenómeno que ha sido escasamente
considerado por las ciencias médicas y antropológicas y que se vincula con las
consecuencias fisiológicas que se generan en el organismo humano al someterse y asentarse
en pisos ecológicos que si bien son habitados, no necesariamente son habitables y que
propician la aparición de algunos trastornos fisiológicos de desadaptación a la altura que
forman parte del mal de montaña crónico o enfermedad de Monge (León-Velarde y
Arregui, 1994:73), aunque en la actualidad algunos investigadores cuestionan la existencia
del mal de montaña crónico como una entidad patológica primaria, y consideran que es
necesario establecer la patología asociada al mal de montaña crónico antes de aceptarla
como una condición claramente delimitada (op. cit.). En este marco, los datos clínicos de
Talabre ofrecen un conjunto significativo de información para analizar las implicancias que
presenta en la vida de sus pobladores este tipo de cuadro mórbido que aunque en el sector
precordillerano de la II Región no han sido profundizadas detalladamente, en el
asentamiento cuprífero más importante de la zona, Chuquicamata, ha sido analizadas a
través de la fluctuación del hematocrito que presentan los residentes de ese campamento
minero (Santolaya et al., 1981:17). Esperamos que futuros estudios biomédicos y
antropológicos reviertan la falta de interés en esta línea de investigación que en la puna de
Atacama se presenta con proyecciones bastante auspiciatorias.

4. Metodología

El conjunto de datos epidemiológicos y etnobotánicos que sustentan y forman la base del


presente informe fue obtenido empleando diversas estrategias y técnicas de recopilación de
antecedentes, las que consideraron la singular naturaleza de la fuente a investigar. Por una
parte, la información relacionada con las prácticas terapéuticas herbolarias que articulan los
miembros de esta localidad fue recopilada en dos campañas de terreno realizadas durante
los meses estivales de 1998, cuyo fruto fue una sistematización del uso que a los recursos
vegetales circundantes le otorgan los comuneros de Talabre (Cárdenas, 1998:255). Este
estudio empleo técnicas provenientes de la etnografía y la botánica, las que fueron
utilizadas tanto en las etapas de terreno, como en las del análisis de la información
obtenida. Fruto de esta actividad se identificaron y clasificaron botánicamente 74 especies
vegetales de las cuales 53 poseen propiedades medicinales y sólo 4 se desarrollan en pisos
ecológicos que no se ubican en el transecto Talabre-Lejía.

La información sobre morbilidad de esta población fue recopilada a través de un catastro y


análisis de las fichas clínicas que posee el Departamento de Salud de la I. Municipalidad de
San Pedro de Atacama y que se encuentran localizadas en el poblado de Toconao, lugar en
el cuál durante la segunda semana de diciembre de 2002, se efectuó una intensa labor de
gabinete en las dependencias de la Posta Rural de esa localidad, con el fin de traspasar la
información de las fichas a un soporte digital. De esta forma, se registraron 68 fichas
médicas, cantidad que llama la atención si la comparamos con el número actual de
población (64 habitantes), pero es una situación que se explica debido a las frecuentes
migraciones que los integrantes de este pueblo emprenden hacia los núcleos urbanos-
rurales del área, principalmente San Pedro de Atacama, en busca de mejores expectativas

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laborales y horizontes educacionales para sus hijos ya que la escuela imparte instrucción
sólo hasta sexto básico.

4.1. Paquetes Estadísticos y Definición de Variables

I. Información Etnobotánica

En términos de los paquetes estadísticos utilizados para analizar este conjunto de datos,
debemos señalar que la información etnobotánica, principalmente de carácter medicinal,
fue ingresada al programa SPSS versión 10.0 considerando las siguientes variables
nominales:

1.- Nombre Vernacular: Representa el nombre más consensuado por los informantes, ya
que hay casos en que una misma especie presenta dos o más denominaciones.

2.- Nombre científico: Se estableció de acuerdo a la clasificación otorgada por Aldunate et


al., (1981), Cárdenas (1998) y Villagrán et al. (1998).

3.- Familia: Constituye un grupo taxonómico formado por varios géneros poseedores de
muchos caracteres comunes.

4.- Unidad Ecológica: Piso o espacio ecológico en donde se desarrolla la especie vegetal.

5.- Principio Activo: De acuerdo a Hoffman et al. (1992) son aquellas sustancias que se
encuentran en las distintas partes u órganos de la planta y que alteran o modifican el
funcionamiento de órganos y sistemas del cuerpo humano. Los más importantes, desde el
punto de vista medicinal son los alcaloides, los aceites esenciales, los glucósidos, los
taninos y los mucílagos. También se hallan las vitaminas, los ácidos orgánicos, las
sustancias minerales y azúcares diversos.

6.- Indicaciones Terapéutica: Se refiere a las principales afecciones y trastornos fisiológicos


de órganos y cuerpo humano que son controlados y aminorados con el empleo de algunas
hierbas. En orden de importancia, éstas se clasifican en afecciones respiratorias, gástricas,
cardíacas, intestinales, sanguíneas, del sistema urinario, reumáticas, cutáneas, renales,
hepáticas, mentales, traumatismos y accidentes.

7.- Acción Terapéutica: Propiedad terapéutica de las plantas otorgada por sus principales
principios activos. Las propiedades terapéuticas son afrodisíaca, antidiabética,
antiespasmódica, antiparasitaria, antirreumática, antiséptica, antipirética, antitusígena,
analgésica, balsámica, carminativa, depurativa, diurética, emenagoga, estimulante,
expectorante, febrífuga, hipotensora, laxante o purgante, mucolítica, narcótica, sedante y
vermífuga entre otras.

8.- Forma de Administración: Modalidad mediante la cuál se suministran las plantas. Si


bien estas se emplean individualmente o en mezclas, pueden ser administradas de manera
interna (por vía bucal –infusión-) o externa (baños, cataplasmas, compresas, en polvos);

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introducidas en los orificios del cuerpo (nariz, oido, cavidad bucal) o respiradas
(inhalación).

Una vez ingresados los datos y definidas las variables, se procedió a ejecutar una serie de
estadísticos realizando correlaciones entre dos o más de las variables enumeradas supra
tendientes a obtener porcentajes estadísticos y de esta forma analizar la significancia de las
tendencias estadísticas con el objeto de establecer relaciones de causalidad, o de
vinculación entre dos o más fenómenos. Si bien sólo fue ejecutada estadística descriptiva,
esperamos en el futuro enriquecer la base incorporando nuevas variables y recolectando
más datos ambientales y ecológicos con el objeto de profundizar el análisis por medio de la
aplicación de otras pruebas estadísticas.

Cabe mencionar que la definición del vocabulario técnico que aparece mencionado en el
presente informe se presenta en el anexo I.

II. Información Epidemiológica:

La información y los datos clínicos obtenidos de las fichas médicas fueron ingresados al
programa computacional Excel distribuyéndose la información básicamente en cinco
variables nominales. Lo anterior se realizó, ya que a pesar de que algunas fichas poseen
mucha información sobre el paciente, en la mayoría de los casos faltan mayores
antecedentes para conocer el perfil fisiológico y epidemiológico del individuo. Por ejemplo,
no hay indicaciones sobre el grupo sanguíneo al cuál pertenece el sujeto, la temperatura,
peso, presión arterial, entre otros indicadores que presentaba al momento de ser atendido
por la ronda médica, situación que ha limitado nuestras capacidades explicatorias sobre el
fenómeno estudiado y que actualmente es objeto de preocupación y mayor sistematización
por parte del personal del servicio de salud.

De esta forma, la información ingresada al programa Excel se agrupo en las siguientes


variables nominales:

1.- Número de Ficha: Es el número correspondiente a la serie de Talabre que va precedido


por una letra T. De las 68 fichas catastradas 5 no presentaban ninguna numeración
ingresándose la variable sin número (S/N). Reiteramos que el número total de fichas
registradas abarca un lapso de atenciones de más de 10 años, razón por la cuál hay que
considerar que tal valor no gráfica la población total de Talabre en un momento espacio-
temporal dado, ya que su fluctuación numérica esta fuertemente relacionado con el fuerte
proceso migratorio que experimentan los habitantes de la localidad desde los años ochenta.

2.- Nombre del Paciente: Nombre completo compuesto por los dos nombres y apellidos
respectivos del individuo, variable a partir de la cuál se pueden establecer relaciones de
parentesco entre sus habitantes ya que a veces también aparece como información
complementaria los nombres de los padres. Gracias a esta variable se pudo determinar sexo.

3.- Fecha de Nacimiento: Entrega información sobre el día, el mes y el año de nacimiento
del sujeto pero es una variable que muchas veces no aparece en la ficha.

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4.- Historia y Evolución Clínica: Información relacionada con cada una de las prestaciones
médicas a las que el sujeto asistió y que ha sido sistematizada y registrada por médico de
zona. Esta integrada por los diagnósticos y los síntomas que se asocian a los cuadros
mórbidos. En una gran mayoría sólo aparecen descritos los síntomas porque los cuadros
morbosos no están definidos.

5.- Tratamientos Indicados: Principalmente esta compuesto por la administración y


posología de determinados medicamentos y compuestos que presentan propiedades
terapéuticas que permiten aliviar los síntomas de las afecciones que se experimentan en el
cuerpo humano y órganos constitutivos. También aparecen medidas de profilaxis y
educación que son indicadas por el médico o la matrona del servicio para controlar las
condiciones sanitarias y prevenir la aparición de ciertos cuadros mórbidos.

Con este conjunto de variables se elaboraron en Excel una serie de tablas dinámicas y
gráficos, que primariamente entregaron información porcentual, de acuerdo al cruce de
determinadas variables con el objeto de observar la correlación entre dos o más fenómenos
que podrían explicar la prevalencia de determinados cuadros mórbidos a lo largo del ciclo
anual.

Tanto para el caso de la información etnobotánica como epidemiológica, se anexan las


bases de datos con los estadísticos que fueron utilizados y los gráficos resultantes.

5. Antecedentes Epidemiológicos de Talabre

Las prestaciones médicas a los habitantes de la localidad de Talabre son realizadas y


coordinadas por el personal del Departamento de Salud municipal, que acude a este
poblado solamente una vez al mes a través de las denominadas rondas médicas que están
integradas por los siguientes profesionales: un médico general de zona, una enfermera, una
matrona y auxiliares paramédicos.

En términos de los antecedentes bioestadísticos que disponemos de los talabreños, debemos


señalar que el total de fichas catastradas fueron consideradas como el universo muestral
(N=68). Sin embargo, tal cantidad no debe ser entendida como el número de individuos que
habitan esta localidad en un momento histórico determinado ya que esta conformada por
algunos sujetos que migraron hacia otras localidades pero que se distribuyen en uno de los
nueve grupos etarios definidos para este estudioii. También se realizó en base a los valores
de algunas variables una asignación individualizada de sexo y edad que, aunque permite
realizar algunas estimaciones demográficas preliminares, proporciona particulares datos
estadísticos sobre la prevalencia de diversos cuadros mórbidos en relación al sexo y la edad
de los habitantes de Talabre.

Por otra parte, si bien hay atenciones médicas que se realizaron a fines de la década del
ochenta, con el objeto de sistematizar la información hemos omitido tales antecedentes
clínicos concentrándonos solamente en el período comprendido entre 1990-2002, intervalo
de tiempo en donde se ubican la mayoría de las prestaciones analizadas en el presente
estudio.

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Del conjuntos de cuadros mórbidos descritos en cada una de las fichas, se realizó un
agrupamiento de éstos considerando criterios epidemiológicos distribuyendo de esta forma
las afecciones y trastornos fisiológicos en 18 categorías iii. No obstante, y debido al gran
número de cuadros morbosos que se asocian a Enfermedades del Aparato Respiratorio, en
adelante EAR, éstas se diferenciaron en altas y bajas dependiendo si la zona afectada se
ubica sobre o debajo del árbol bronqueal:

1.- Afecciones Respiratorias Altas (EAR1): incluye resfrío común; influenza; virosis
respiratoria; faringitis; amigdalitis; laringitis; rinofaringitis; rinitis y los estados mixtos. Las
bronquitis aguda también forman parte de estas afecciones que se asocian a algunos
sintomas como migrañas, congestión y odinofagia.
2.- Afecciones Respiratorias Bajas (EAR2): Integrado principalmente por los síndromes
bronquiales obstructivos; bronconeumonía; neumonía; tuberculosis (TBC) y
broncopulmonía.
3.- Síndrome Diarreico Agudo (SDA): Si bien puede ser consecuencia y síntoma de las
afecciones N° 4 y 16, debido a su significativa recurrencia la hemos distinguido para
efectos del análisis.
4.- Trastornos Gastrointestinales (TGI): Se ubican en ellas la colelitiasis; cólicos biliares;
cólicos intestinales; gastroenteritis; gastritis; enterocolitis; hepatitis; pancreatitis, etc.
5.- Procesos Infecciosos Bucales (PIB): Estomatitis; Abcesos alveolares; Caries;
Gingivitis; Periodontitis, etc., su principal síntoma es la odontalgia.
6.- Afecciones Cutáneas –Tegumentarias- (ACT): Acné; Dermatitis facial; Eczema
alérgico,etc.
7.- Afecciones Reumáticas (EOA): Artritis reumatoidea; Artrosis; etc.
8.- Afecciones Oftalmológicas (AOF): Conjuntivitis aguda; Chalación (Orzuelos); entre
otros.
9.- Trastornos Neurológicos y del Sistema Nervioso (TNE): Epilepsia
10.- Afecciones Musculares (AMF): Condrocostalgia aguda; Lumbago o Lumbociática.
11.- Traumatismos y Accidentes (TRA): Contusiones musculares; Fracturas; Heridas;
Dislocaciones.
12.- Afecciones Mentales (PSI): Trastornos conductuales; Trastornos de Angustia; Estados
Ansiodepresivos; Depresión reactiva; Alcoholismo; Drogadicción.
13.- Trastornos Nutricionales (TNU): Desnutrición; Bocio.
14.- Afecciones Sistema Renal (ARE): Nefropatías; Pielonefritis.
15.- Afecciones Otorrinolaringológicas (AOT): Otitis aguda; Cofosis.
16.- Enfermedades Parasitarias (PAR): Oxiuriasis; Sarna.
17.- Enfermedades Infecciosas Víricas Exantemáticas (IVE): Sarampión; Varicela.

6. Patrones de Morbilidad de Talabre

Considerando que el total de consultas médicas realizadas en la década del noventa (1990-
2002) fue de 533 atenciones, que se distribuyen irregularmente a lo largo de tal período, y
tomando en cuenta la clasificación de cuadros mórbidos descrita anteriormente, fue posible
determinar las prevalencias de éstos de acuerdo al número de atenciones consignadas en las
fichas clínicas con el objeto de determinar los patrones de morbilidad que a lo largo del

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tiempo se presentan entre los habitantes de esta localidad precordillerana. Sin embargo,
cabe destacar que no todos los habitantes de Talabre acuden a atenderse a las rondas
médicas, circunscribiéndose las prestaciones principalmente en mujeres y niño que
periódicamente acuden a este tipo de medicina por la necesidad de controlar a los infantes
que se ubican en períodos críticos (perinatal y postnatal) y que en su gran mayoría nacen en
la propia localidad.

La frecuencia absoluta de morbilidad en categorías para cada grupo erario se obtuvo


utilizando como numerador el total de las afecciones de la categoría y como denominador
el número de individuos con descripciones mórbidas en cada grupo, pudiendo su suma ser
mayor de un 100% en la población en estudio ya que pueden registrarse más de una
descripción por individuo. Estos valores pueden ser observados en la figura 1 en donde
aparece la evolución de la morbilidad experimentada en la última década.
Figura 1

70

60 1990
1991
50
1992
40 1993
N° de Atenciones 1994
30
1995

20 1996
1997
10 1998
1999
0
2000
1

2002
3
5

2000

2001
7

1998
9

1996

Categoría Mórbida Años 2002


11

1994
14

1992
16

1990

Observando la gráfica anterior es significativa la gran prevalencia de cuadros mórbidos


asociados a afecciones respiratorias altas, generalmente agudas, (EAR1) -382 consultas-
que, si bien se distribuyen con un promedio anual de 20 o más atenciones, experimentan
un aumento bastante significativo entre los años 1994-1995 totalizando en conjunto 117
atenciones médicas. Sin embargo, las afecciones respiratorias bajas (EAR2) no representan
un notorio problema de salud en la zona ya que se mantienen estables a lo largo de la
década con un promedio de 1 a 2 consultas por año. Las restantes categorías mórbidas se
distribuyen a lo largo de la década en forma bastante homogénea, con porcentajes iguales o
inferiores al 4%, exceptuando los síndromes diarreicos agudos (SDA) y los trastornos

11
gastrointestinales (TGI) que en conjunto representan más del 7% de las atenciones
realizadas en la década, seguida por las afecciones cutáneas o tegumentarias (ACT) y
oftalmológicas -4,13%-. La figura 2 presenta la Distribución de Atenciones Médicas entre
1990-2002 por tipos de Cuadros Mórbidos.

Figura 2

1%1%1%
1%
1%2% 0%
4% 1%
1%
4%
4%
4%

3%

72%

EAR SDA TGI PIB ACT EOA AOF TNE AMF


TRA PSI ARE AOT PAR IVE

La problematización y análisis de los antecedentes estadísticos se realizará en la conclusión


y discusión del presente informe. No obstante, es evidente que las afecciones respiratorias
altas y bajas (EAR) constituyen las principales responsables del mal estado de salud que
presentan los integrantes de esta comunidad a lo largo del tiempo (72% del total de las
atenciones), fenómeno que estaría indicando la persistencia de un patrón de
morbimortalidad que desde la época precolombina se estaría experimentando en las
poblaciones indígenas del Norte Grande caracterizado por presentar como una de las
principales causas de muerte a este tipo de afecciones (Fontana et al., 1983:156).

Por otra parte, uno de los ejercicios estadísticos que más información significativa puede
otorgarnos en relación al tema planteado la constituye la correlación entre categoría
morbida y grupo etario, ya que a través de su análisis se puede observar la prevalencia de
los cuadros patológicos en cada uno de los 9 grupos definidos, estableciéndose los
segmentos poblacionales más vulnerables y sensibles a algún tipo de patología.

A diferencia de los antecedentes proporcionados por algunos estudios sobre patrones de


morbilidad y mortalidad de la población que habitó la puna atacameña en tiempos
históricos (Bejarano et al., 1997), nuestros datos postulan una fuerte concentración de las
afecciones respiratorias altas y bajas (EAR1, EAR2) en los grupos preadultos (A1 y A2),
que además de presentar el 94,7% de cuadros diarreicos agudos (SDA) constituyen los
segmentos etarios más vulnerables de padecer enfermedades parasitarias. De esta forma,
observando la distribución de los cuadros mórbidos de acuerdo a los nueve grupos
definidos (Figura 3), se pueden obtener una serie de inferencias estadísticas
correlacionando edad del individuo y tipo de patología que lo afecta. Uno de las tendencias
que destaca en este sentido es que, si bien la morbilidad por enfermedades del aparato

12
respiratorio altas o bajas, se desarrolla especialmente en los grupos prereproductivos,
también constituye una de las afecciones que se desarrollan en sujetos mayores de cuarenta
años con la particularidad de que la mayoría de los casos se presenta con un carácter
crónico, que de no ser controlado a tiempo, podría tener consecuencias más severas
afectando principalmente a los órganos ubicados debajo del árbol bronquial, e.i. bronquios,
alveolos y pulmones en general. Afortunadamente las técnicas terapéuticas en la actualidad,
caracterizadas por el uso regulado de antibioterapia, han hecho disminuir notablemente la
aparición de tales cuadros, aunque continúa siendo una de las causas de muerte más
importantes entre la población atacameña de hoy, especialmente entre los segmentos seniles
(Jorge Yutronic, comunicación personal).
Figura 3

100%

90%

80%
A9
70%
A8
A7
60%
Porcentaje

A6
50% A5
A4
40%
A3
A2
30%
A1
20%

10%

0%
EAR1 EAR2 S DA TGI P IB ACT EOA AOF TNE AMF TRA P SI ARE AOT P AR IVE

Categorías Mórbida

Otro de los fenómenos observados en Talabre es el gran número de atenciones médicas por
procesos infecciosos bucales, especialmente en el segmento A2 (45%), entre los que
destacan las caries, los abcesos alveolares, periodontitis y gingivitis, situación que si bien se
podría correlacionar con la deficiente higiene bucal y hábitos alimenticios también debería
considerar la alta vulnerabilidad de este grupo etario que experimentaría el cambio de
piezas dentales definitivas que concluye a partir de los 10 años, y que son altamente
susceptibles de ser atacadas por la flora bacteriana.

La notoria transparencia atmosférica y la consecuente radiación solar también inciden en la


salud de los individuos de esta localidad, especialmente entre los segmentos A1 y A2 que
presentan en conjunto un 90,8% de atenciones por problemas tegumentarios o cutáneos,
que se caracterizan principalmente por distintos tipos de dermatitis, eczemas, acne y el
consecuente prurito, cuadros que son propiciados por la falta de higiene y de protección

13
frente a los rayos solares y al polvo que también participa en estos procesos alérgicos. Es
interesante destacar que existen en la localidad una serie de creencias en torno a estas
afecciones que vinculan su presencia a la trasgresión de ciertas normas y pautas culturales
que recalcan el enorme poder y la sacralidad de determinados sitios y moradas sagradas de
los antepasados (gentilares y chullpas). Comparativamente en los relatos orales de pastores
de la comuna de Ollagüe hemos observado una situación similar a la descrita, pero asociada
a fenómenos atmosféricos como el rayo que al hacer contacto con la tierra energizarían las
piedras y la tierra de algunos sectores donde es no es conveniente descansar ya que se
produciría el mal de aja caracterizado por la aparición de granos y sarpullidos de agua que
deben ser tratados por el yachu o médico tradicional del sector.

Las enfermedades osteoarticulares, caracterizadas principalmente por las afecciones


reumáticas, en poblaciones precolombinas forman parte de los procesos degenerativos que
se plasman en los restos óseos y que han sido denominados patologías morfofuncionales
cuya identificación y análisis es vital para la comprensión de los modos y estilos de vida
que caracterizaron a los grupos humanos del pasado, ya que éstos dejan claras huellas en el
esqueleto que permiten inferir determinadas pautas culturales relacionadas con las
actividades que involucran la articulación de diferentes economías de subsistencia, e.i.
cazador-recolector, pastor trashumante, agricultor aldeano.

En el caso de Talabre lo anterior se visualiza principalmente entre los segmentos más


seniles de la población (A9), con más de un 50% de prestaciones por esta causa, ya que en
ellos se acentúan las afecciones degenerativas tales como artrosis y artritis reumatoidea
cuyo principal síntoma son las artralgias debido al desgaste e inflamación de los tejidos
cartilaginosos producto de los estilos de vida que presentan los integrantes de esta
comunidad, caracterizados principalmente por el pastoreo trashumántico interecológico a
largas distancias, que incluye desplazamientos por quebradas y diversos pisos altitudinales,
a lo que se suma la práctica de recolección de algunos arbustos secos para ser utilizados
como combustible que son transportados la mayoría de las veces por los propios
comuneros, situación que favorecería la aparición de contusiones y trastornos musculares,
especialmente en la zona lumbar, comunes entre los habitantes de esta localidad.

Por otra parte, la fuerte radiación solar característica del sector condiciona, nuevamente, la
aparición de algunas afecciones producidas por bacterias y virus que encuentran en esta
zona las condiciones ideales para su reproducción y que conjugadas con factores como el
polvo y hábitos higiénicos generan diversos procesos infecciosos oftalmológicos que
principalmente se circunscriben al grupo A1, ya que este representa el 41,1% de la
población que sufre tal clase de afección compuesta fundamentalmente por conjuntivitis
aguda e infecciones por estafilococo en las glándulas sebáceas de Zeiss (orzuelos). No
obstante, uno de los hechos que llama la atención a través del análisis de los antecedentes
clínicos es la baja tasa de problemas visuales, principalmente astigmatismo e
hipermetropía, ya que si bien se registran interconsultas a oftalmólogos, éstas no son
significativas estadísticamente (4 Casos).

Las afecciones que comprometen a los órganos de la audición, englobadas bajo el título de
otorrinolaringológicas (AOT), se han diferenciados de aquellos procesos mórbidos que
afectan la garganta y la nariz, ya que éstos últimos en la gran mayoría de los casos están

14
asociadas a problemas respiratorios altos, como rinitis, faringitis y laringitis. En general
este tipo de afecciones tiende a concentrarse en los segmentos juveniles de la población
(A2), ya que se presentan problemas de otitis aguda que un caso a dado lugar a un cuadro
parcial de cofosis. La brusca oscilación térmica del área y la falta de protección podrían ser
los responsables de tales tendencias aunque habría que indagar la interacción de estos
antecedentes ambientales y culturales con factores genéticos que predispondrían a ciertos
individuos de esta comunidad a sufrir este tipo de problemas que presenta considerables
repercusiones en la vida social.

Al igual que muchas localidades del país que han experimentado en el último tiempo
profundos procesos de cambio cultural ligados a la inserción de sus integrantes en los
mercados asalariados de los centros mineros y urbanos, se ha observado un fuerte aumento
de algunos trastornos mentales (PSI), especialmente ansiodepresivos y conductuales,
principalmente en los segmentos femeninos de la población (Yutronic, Comunicación
personal), que en el caso de Talabre se distribuyen en iguales proporciones en los
segmentos A2 y A7 respectivamente, con la particularidad de que en el grupo juvenil
prevalecen fuertemente los problemas conductuales, p. ej. déficit atencional y en los
restantes afectados los cuadros ansiosos. Sin embargo, y en comparación con otras
localidades de la región atacameña, Talabre no presenta índices de atenciones muy altas por
esta clase de patologías a diferencia de poblados como Peine, Socaire y Toconao que
presentan un gran número de prestaciones por estas causas asociadas a algunas adicciones
especialmente el consumo de alcohol, que en la localidad de Socaire esta muy propagado y
que constituye un grave problema de salud pública. El uso de drogas ilícitas también se
asocia a estos cuadros que en Talabre no se presenta como un importante problema ya que
su consumo se concentra en los principales centros urbanos-rurales de la zona, San Pedro
de Atacama y Toconao, ya sea por el desarrollo de la actividad turística o minera o por el
progresivo rol receptivo migratorio que han pasado a desempeñar estas localidades en el
último tiempo asociado a tales actividades productivas.

Las afecciones al sistema nervioso central, entre las que se cuentan los trastornos
neurológicos (TNE), en Talabre se circunscriben a un solo individuo de 25 años que
padece epilepsia y que presento su primer trastorno convulsivo a comienzos de la década de
los ochenta pero que sólo ha recibido atención, control y seguimiento de su enfermedad
desde 1996. La compleja etiología y naturaleza de este cuadro ha hecho articular entre los
familiares directos del afectado una serie de interpretaciones que nuevamente recalcan el
fuerte poder de los espíritus de la naturaleza como el responsable de tal afección y aunque
la unidad de salud municipal le suministre fármacos para prevenir eventuales ataques, la
poca constancia en el tratamiento y un ritmo de vida que presenta hábitos no compatibles
con este tipo de trastorno, han generado que la principal respuesta terapéutica se
circunscriba a la consulta con el Yatiri y consiguientemente a la medicina tradicional del
sector.

Una de las afecciones que no se observa en el área de estudio la integran los problemas y
desbalances nutricionales (TNU) ya que si bien en las fichas clínicas sólo se observan
recomendaciones para una adecuada manipulación higiénica de los alimentos a las
progenitoras que llevan a sus infantes a controles de niño sano, el servicio de salud
proporciona leche y otros alimentos para fortalecer la alimentación en este grupo etario

15
(A1) dando cumplimiento a una política de salud nacional, que en Talabre se complementa
exitosamente con un tipo de alimentación tradicional fuertemente naturista en donde el
consumo de carne de camélido, gallináceas y lagomorfos con cereales típicos de la zona
como el maíz y la quínoa, asociado al consumo de granos (arroz, porotos, lentejas) y
vegetales han propiciado bajas tasas de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión
arterial y problemas cardíacos, que en Talabre no se registran.

No obstante lo anterior, los trastornos gastrointestinales (TGI) representan el 4% de las


atenciones que son realizadas entre los Talabreños y éstas se distribuyen principalmente en
cuatro grupos etarios, afectando especialmente a los segmentos A2 y A5 con un 47% de los
casos. Las afecciones más comunes, en este orden, son los cólicos biliares, la colelitiasis,
los cólicos intestinales y los cuadros gastroentericos agudos (gastritis y enterocolitis). Otro
de los segmentos etarios en concentrar atenciones por este tipo de dolencias se ubican entre
los 20 y 39 años (A3 y A4), presentando en conjunto un 35,2% del total de las atenciones
por este tipo de morbilidad. Las causas para el desarrollo de tales afecciones se
relacionarían con la calidad del agua utilizada para consumo humano, que en la mayoría de
las localidades atacameñas no es potable, a excepción de San Pedro de Atacama que desde
hace dos años cuenta con una planta potabilizadora por osmosis inversa, experimentándose
una fuerte alza en atenciones por problemas gastrointestinales y síndrome diarreicos agudos
en localidades como Toconao que supera significativamente la media por este tipo de
atenciones en toda la Comuna de San Pedro de Atacama (Yutronic, comunicación personal)
debido a un posible problema de mantención sanitaria en el estanque acumulador de agua.
Recientemente se han reportado casos de hepatitis vírica A en San Pedro de Atacama cuya
aparición se relaciona a falta de cuidados higiénicos en la manipulación de determinados
alimentos y al calor que estimularía el desarrollo de este tipo de patógeno.

Ante este panorama, no es de extrañar que las enfermedades parasitarias, principalmente


intestinales y tegumentarias, no se desarrollen entre los habitantes más jóvenes de esta
localidad, ya que de acuerdo a los datos estadísticos se observa una fuerte aparición de tales
cuadros infecciosos principalmente en los individuos que se ubican en el segmento
prereproductivo de la población (A1), el que junto al grupo A2 presenta el 100% de las
atenciones por esta causa. En términos de las infecciones intestinales destaca fuertemente el
desarrollo de oxiuriasis causadas por la presencia del Enterobius vermicularis que afectan
principalmente a menores de 10 años pero que se propagan endemicamente entre los demás
integrantes infantiles del grupo familiar. Las afecciones parasitarias en la piel se
circunscriben principalmente a la sarna causada por el parásito Sarcoptes scabei y cuya
transmisión al ser interhumana por contacto cutáneo directo se propaga rapidamente entre
los segmentos vulnerables de padecerla, especialmente entre los sujetos que componen el
grupo A2. No obstante, hay que señalar que los estados parasitarios no representan un
afección estadísticamente significativa entre la población de Talabre, ya que en el decenio
1990-2000 sólo se registran 6 atenciones por tal motivo las que comparadas con el total de
las prestaciones médicas representan el 1% del total de afecciones consideradas en este
estudio.

Las afecciones del sistema renal y excretor son mínimas y se circunscriben a dos individuos
seniles de más de 80 años (A9). Uno de estos casos presenta una nefropatía aguda no
específicada asociada a problemas urinarios y dolores en la región lumbar, que si bien son

16
aminorados con analgésicos y antiinflamatorios no esteroidales son tratados principalmente
a través de prácticas herbolarias que se detallarán más adelante.

Otro de los patrones epidemiológicos que no se diferencia sustancialmente de lo que ocurre


en los centros urbanos o mineros de la zona, lo constituyen las prevalencias estadísticas de
enfermedades infecciosas víricas exantemáticas como la varicela-zoster, escarlatina y el
sarampión fundamentalmente en sujetos prereproductivos y adolescentes y se caracterizan
por presentar un período de incubación que puede durar hasta tres semanas y la aparición
de numerosas erupciones cutáneas. Estas afecciones se transmiten preferentemente a través
de las vías respiratorias concentrándose en las secreciones nasofaríngeas, motivo por el cuál
constituyen enfermedades agudas muy contagiosas que en sus inicios, debido a la
sintomatología asociada, son confundidas con cuadros respiratorios agudos y/o estados
gripales incipientes. En Talabre constituye un tipo de cuadro morboso que presenta una
baja incidencia entre la población preadulta registrándose en el decenio 1990-2000 sólo tres
individuos que fueron diagnosticados con alguna afección asociada a exantema.

Por último los traumatismos y accidentes constituyen, a diferencia de los restantes cuadros
y categorías mórbidas, un conjunto de afecciones que si bien no son originadas por
patógenos y tampoco presentan una evolución pandemica o endemica, son las responsables
de una serie de afecciones que de forma azarosa aparecen alterando el tranquilo devenir de
esta localidad pastoril abarcando diversos estados físicos resultantes de una agresión y/o
situación de violencia exterior. En Talabre se circunscriben a las contusiones musculares
producto de golpes, fracturas en los miembros óseos del organismo, dislocaciones a raíz de
caídas o golpes y heridas. A pesar de que la cifra de atenciones registradas por esta causa es
baja a lo largo del período en cuestión (7), presentándose de forma aleatoria en diversos
segmentos etarios de la población, esto no significa que la gente no registre en la realidad
índices más elevados de episodios traumáticos asociada a esta categoría, ya que por el
hecho de no estar presente un personal médico de carácter permanente muchas de las
afecciones son tratadas y aliviadas recurriendo principalmente a un antiquísimo sistema de
medicina tradicional, especialmente herbolario, que intentaremos caracterizar y profundizar
a continuación.

7. Respuestas Terapéuticas Tradicionales

7.1. Consideraciones Generales:

Ante la prevalencia de determinados cuadros morbosos entre la población que la integra y


la falta de atenciones médicas que la caracterizan, la comunidad de Talabre ha venido
desarrollando, como consecuencia de su estrategia de subsistencia predominante -el
pastoreo transhumántico de camélidos- un profundo conocimiento de los recursos del
medio, que no sólo se circunscriben a los fenómenos animales y vegetales sino que también
incorporan los elementos abióticos del paisaje circundante que rodea a esta población,
originándose de estas formas una serie de saberes tradicionales fruto de una detallada
conceptualización e internalización de los procesos naturales que subyacen a este tipo de
fenómenos.

17
Estos reservorios culturales en la actualidad se expresan en la persistencia de una profunda
tradición de etnoecología nativa, en donde la sacralización de los elementos del entorno
conlleva al cuidado, preservación y adoración de algunos elementos de la naturaleza
silvestre, constituyéndose en prácticas que están mediatizadas por patrones cognitivos y
simbólicos comunes a varios grupos indígenas de andinoamerica.

Talabre, en este sentido, alberga una serie de prácticas tradicionales ligadas a la utilización
de los recursos vegetales y animales que desde épocas inmemoriales ha proporcionado
alivio frente a las principales enfermedades que afectan y diezman la salud de sus
miembros, sistema medicinal autóctono que ha demostrado su enorme efectividad ante la
ausencia o falta de eficacia de medidas terapéuticas características de la medicina
occidental, que recién ahora intentan complementar su accionar a través de la incorporación
de este milenario conocimiento tradicional. En la puna de Atacama este fenómeno se
observa fundamentalmente en torno a las prácticas herbolarias, que si bien se han descrito
tangencialmente en la zona en algunas investigaciones (Aldunate et al., 1981; Cárdenas,
1998; Laval, 1957; Villagrán et al, 1998), no han profundizado el análisis en un aspecto
considerado crucial para comprender la respuesta terapéutica cultural que los integrantes de
este grupo atacameño articula frente a cuadros y procesos mórbidos que afectan el bienestar
individual y colectivo de la comunidad.

Para el hombre andino cualquier enfermedad que afecte su estado de salud evidencia un
serio trastorno en la relación y el equilibrio entre los fenómenos naturales y sobrenaturales
que lo rodean, y esta situación a diferencia del paradigma médico occidental que sólo
considera las consecuencias observables en la fisiología del individuo, se presenta como un
proceso que afecta tanto a la mente como al organismo humano. La cosmovisión en este
sentido juega un rol trascendental ya que las creencias que la componen originan
determinadas pautas de conducta y comportamientos sociales que de no ser respetadas o
tomadas en consideración pueden dar origen a una serie de afecciones, que si bien se
expresan orgánicamente tienen su génesis en la transgresión que determinados habitantes
realizan de determinados tabus o convenciones sociales, y que afectan un elemento
fundamental del ser humano: su espiritualidad. En este contexto, los elementos religiosos
que más intervienen en la génesis, evolución y desenlace de una enfermedad son las
deidades y espíritus de la naturaleza que se caracterizan por su enorme capacidad de influir
y controlar los procesos vitales que presentan los integrantes del reino animal y vegetal
entre ellos el hombre.

De esta forma, la salud es considerada como el producto de una relación armoniosa entre el
hombre y lo sagrado, concepción que recalca la importancia del componente psicológico o
espiritual y la necesidad en la terapéutica empleada, ante cualquier trastorno de esta índole,
de incorporar una serie de elementos mágicos y religiosos que no poseen otro objetivo de
restablecer el equilibrio y la armonía entre los fenómenos naturales y religiosos.

7.2. Medicina Tradicional Herbolaria en Talabre

En Talabre sendos estudios etnobotánicos han recalcado la importancia otorgada a los


recursos vegetales para el mantenimiento de la salud por parte de los habitantes de esta
localidad ya que se observa una alta presencia de plantas que son utilizadas para fines

18
terapéuticos -60%- (Cárdenas, 1998: 260). Esta situación nos han permitido definir la
medicina tradicional de Talabre como herbolaria, ya que muchos de los males y
padecimientos que sufren los integrantes de esta colectividad son tratados y aminorados
gracias al empleo de los recursos florísticos, utilizándose para este fin distintas partes de las
plantas (v.gr. hoja, flor, pimpollo, raíces, corteza, etc.).

En este contexto, uno de los personajes o especialistas culturales que juega un rol
preponderante en este sistema terapéutico es el Yatiri o médico tradicional del sector, que
en base a sus sólidos conocimientos herbolarios y rituales es el encargado de diagnosticar y
tratar las diversas afecciones que presentan los miembros de esta comunidad y que en
algunas comunidades atacameñas actúa en conjunto con compositores y hierbateros, que si
bien poseen conocimientos terapéuticos específicos, no están facultados para relacionarse
con las deidades y espíritus de la naturaleza circunscribiéndose tal rol a este singular
personaje que en la Comunidad de Talabre es reconocido en la figura de un octogenario:
don Favio Soza.

Sin embargo, la vigencia de este complejo sistema de medicina tradicional, además de ser
consecuencia de la adhesión a las pautas de la tradición cultural local, que no han sido
debilitadas a pesar de un silencioso y gradual proceso aculturativo, es resultado de una serie
de fenómenos sociopolíticos contemporáneos entre los que destacan procesos de
etnogénesis y de rearticulación étnica propiciados por un favorable marco legal, que han
estimulado el fortalecimiento y la incorporación de las prácticas terapéuticas tradicionales
en las políticas sanitarias del país, a pesar de que éstas últimas caracterizadas por su
ausencia en Talabre, han incidido, paradójicamente, en su conservación y puesta en
práctica.

La Organización Mundial de la Salud, consciente de que el anterior fenómeno se


experimenta a escala mundial y no atraviesa solamente la dimensión étnica, ha visto la
necesidad de establecer lineamientos generales tendientes a que todos los estados
nacionales miembros del sistema de las Naciones Unidas antes de integrar y asimilar tales
prácticas terapéuticas las estimulen e incorporen en las políticas sanitarias de cada nación
complementando de esta forma el paradigma occidental con estos conocimientos populares
e indígenas que forman parte de la medicina tradicional de los pueblos del orbe. En este
contexto, la medicina tradicional ha sido definida como el conjunto de prácticas, enfoques,
conocimientos y creencias sanitarias que incorporan medicinas basadas en plantas,
animales y/o minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios aplicados de
forma individual o en combinación para mantener el bienestar, además de tratar,
diagnosticar y prevenir enfermedades (OMS, 2002: 7).

No obstante, una de las fases previas a la articulación de alguna respuesta terapéutica, sea
herbolaria y/o ritual, guarda relación con el diagnóstico de las enfermedad, labor que tiene
que ser efectuada por el especialista y que incluye una serie de métodos y técnicas que van
desde la observación externa del paciente, hasta la puesta en práctica de rituales,
generalmente sagrados, por parte del especialista o yatiri, como la lectura de hojas de coca,
la observación de llamas o fogatas, la colocación de amuletos y objetos sagrados en el
organismo del enfermo o la ingesta de alguna sustancia psicotrópica que si bien ya no es
una práctica que se mantenga vigente en la actualidad, en el área atacameña esta reportada

19
para la zona de los oasis de San Pedro de Atacama durante la época precolombina a través
del consumo de Anadenanthera colubrina var. Cebil. (Llagostera, 1995). Estos
antecedentes también nos reafirman una de las características fundamentales en la
articulación de las prácticas tradicionales de sanación no sólo entre los Talabreños, sino que
en todos los grupos humanos que presentan este particular sistema de medicina, la cuál la
constituye la ritualización del acto terapéutico como elemento de eficacia simbólica, en
donde la fe y la creencia en el Yatiri ayudan a reestablecer la armonía y el equilibrio físico
y espiritual alterado del enfermo.

7.3. Plantas Medicinales de Talabre

De acuerdo al anexo etnobotánico que se adjunta, la Comunidad de Talabre emplea para


aliviar sus afecciones y padecimientos 51 especies florísticas que son utilizadas por sus
propiedades terapéuticas. Este anexo presenta el nombre vernacular de la especie en
cuestión, su adscripción lingüística, su correspondiente nombre científico, la familia o
grupo taxonómico al que pertenece, el piso ecológico donde se desarrolla, el o los
principios activos que presenta, la indicación o el trastorno mórbido que alivia, la acción
terapéutica que posee y la forma de administración que es empleada a través de la cuál es
internalizada en el organismo. Sin embargo, debemos señalar que debido a la falta de
estudios fito-químicos sobre los principios activos de las especies botánicas con cualidades
terapéuticas de la zona, hemos considerado este indicador parcialmente ya que sólo
tenemos conocimientos parciales de algunas especies cuya composición fito-química ha
sido analizada (Hoffman et al., 1992:12).

Entre las plantas medicinales que se desarrollan en el área de Talabre existen especies ricas
en Aceites Esenciales (Toronjil cuyano, Menta); en Resinas (Llareta, sanguinaria); en
Alcaloides (Coca, Palqui, Chachacoma, Pingo pingo); en Heterósidos de distinto tipo
(Ruda, Bailahuén); Histamina (Ortiga); Glucósido (Ajenjo); Saponósidos (Maíz);
Mucílagos (Cerraja, Llantén, Algarrobo y Malva) que presentan diversos efectos
terapéuticos en el cuerpo humano y en sus órganos que son descritos en el glosario adjunto.

Por otra parte, las especies vegetales consignadas por su valor terapéutico por los habitantes
de esta localidad altoandina se distribuyen irregularmente en diferentes espacios ecológicos
que, debido a la variación tanto altitudinal como latitudinal, van conformando discretas
formaciones ecológicas denominadas Tolar y Pajonal cuyo desarrollo esta en directa
relación con la marcada zonación vertical del área en estudio y que si bien constituyen
categorías derivadas de la compleja etnopercepción del ambiente por parte de las
comunidades indígenas, demuestran que este lógica de identificación y categorización
nativa y tradicional del entorno es altamente coincidente con el esquema científico,
situación que en la puna de Atacama ya había sido señalada por Aldunate et al. (1981:189).

De esta forma, las principales especies terapéuticas de Talabre integran parte de


formaciones vegetacionales más amplias, tanto de carácter zonal como azonal, y se
distribuyen desde los 3.100 hasta los 4.400 msnm. caracterizándose por presentar una fuerte
depredación producto de las actividades pastoriles, principalmente forrajeras de ganado,
que aunque constituyen el segundo rubro de utilización de la flora en esta zona con un
42,8%, después del medicinal (Cárdenas, 1998:262), poseen un gran valor para las

20
economías tradicionales del sector que basan la alimentación de los camélidos y ganado
ovino, caprino y equino en la explotación de estos recursos. No obstante de acuerdo a
Negrete (1997) queda en duda si realmente estas especies son forrajeras por sus
características nutritivas o porque la carencia del alimento para el ganado lleva a que
cualquier especie se considere como tal, fenómeno que estaría estimulado en la épocas
invernal por la sequedad que presentan las plantas y la consecuente baja en la actividad
metabólica ya que ésta farmacológicamente aminora sus efectos y se reduce a su mínima
expresión, situación que varía radicalmente en épocas estivales en donde al estar
floreciendo y en pleno crecimiento se agudizan sus componentes tóxicos.

7.3.1. Unidades Ecológicas

Las unidades ecológicas que conforman el espacio geográfico que rodea Talabre se
emplazan en sectores que de acuerdo a la grandiente altitudinal, una de las más contrastadas
de la cuenca del Salar de Atacama, se diferencian entre las que se han desarrollado
naturalmente sin mayor participación del hombre (Tolar y Pajonal) conformando
asociaciones vegetacionales zonales de aquellas en las que la intervención de éste y su
cultura ha propiciado el surgimiento de una clase particular de asociación florística
fuertemente dependiente de los cuidados y atenciones que el talabreño debe realizar para el
éxito de su subsistencia (Chacras) ya sea en las melgas de cultivo ubicadas en el mismo
poblado o en las quebradas intermedias de Patos y Soncor próximas a Talabre. A éstas se
suman las formaciones vegetales azonales de vegas, que en el área de estudio se
circunscriben a los sectores de “Saltar”, “Tumbre”, “Ecar” y “Ojos de Ecar”. La
vegetación que se desarrolla en las riberas de río también integra la formación vegetacional
azonal ya que por la constante humedad de sus orillas permite el desarrollo de una
significativa variedad de plantas que además de incluir a representantes del Tolar se
caracteriza por la recurrente presencia de especies criptógamas como algas, helechos,
líquenes y cojines de musgo que encuentran en estos ambientes de constante saturación
hídrica las condiciones óptimas para su desarrollo encontrándose también en lagunas,
tranques y canales de la zona (Villagrán et al., 1998:43).

De esta forma, las unidades ecológicas, zonales y azonales, que poseen recursos florísticos
considerados por sus propiedades terapéuticas son:

I.- Tolar:

Unidad ecológica que se desarrolla desde los 3.100 hasta los 3.900 msnm y corresponde al
espacio geográfico y ecológico en donde se emplaza el actual poblado de Talabre (Campo
Azul), ya que el pueblo viejo homónimo fue abandonado a comienzos de la década de los
ochenta producto de fuertes eventos convectivos precipitacionales que originaron un alud
que sepultó varias casas y ocasionó serios destrozos materiales. Esta unidad presenta el
índice más elevado de cubierta vegetacional a lo largo de la grandiente altitudinal de la
zona (43,8% sensu Núñez y Santoro,1988:15) y en él se ubican 13 especiesiv valoradas por
sus propiedades medicinales que se detallan en la Tabla 1 :

21
TABLA 1
Nombre Nombre Científico Familia Indicación Medicinal Acción Terapéutica Administración
Pega pega Acaena laevigata Rosáceas Afecciones gripales Diurético Infusión
Rica rica Acantholippia punensis Verbenáceas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Añawa blanca Adesmia aff. gayana Leguminoceas Afecciones respiratorias Antitusígeno Infusión
Añawa negra Adesmia spinosissima Compuestas Afecciones respiratorias Antitusígeno Infusión
Ticara Ambrosia artemisioides Compuestas Afecciones venéreas Antiséptico Infusión
Ortiga Caiophora heptomera Loasáceas Fiebre Antipirético Infusión
Tolilla Fabiana denudata Solanáceas Afecciones inflamatorias Analgésico Cataplasma
Tara Fabiana ramulosa Solanáceas Afecciones musculares Analgésico Infusión
Wira wira Gnaphilium lacteum Compuestas Afecciones respiratorias Antitusígeno Infusión
Perlilla Junellia seriphioides Verbenáceas Decaimiento Estimulante Infusión
Chuquicán Mulinun crassifolium Umbelíferas Afecciones respiratorias Anticatarral Infusión
Wagrilla Tephocautus camancho Desconocida Órganos reproductores No específicada Infusión
Kotar Urmenetea atacamensis Compuestas Mal de altura (Puna) No específicada Infusión

II.- Pajonal:

Esta unidad esta compuesta por todas las formaciones vegetacionales que se desarrollan
entre los 3.900 hasta los 4.400 msnm. adaptadas a un clima adverso y hostil que en la
época invernal presenta temperaturas que se sitúan debajo los 0°C, razón por la cuál es un
piso ecológico que exhibe una cobertura vegetacional bastante escasa, que sólo representa
el 10% de la vegetación que se desarrolla en el trasecto oasis, salares-alta puna (Núñez y
Santoro, 1988:15). Una peculiaridad de esta unidad radica en el hecho de que en ella se
experimenta el reemplazo de la vegetación arbustiva por una serie de especies gramíneas,
compuestas por pajas asociadas a plantas en cojín, principalmente Azorella compacta.
También se caracteriza por presentar una significativa potencialidad medicinal ya que de
las 17 plantas colectadas en 1998 en este piso, 8 de ellas son utilizadas por sus propiedades
terapéuticas y descritas en la Tabla 2.

TABLA 2
Nombre Nombre Científico Familia Indicación Medicinal Acción Terapéutica Administración
Copa copa Artemisia copa Compuestas Cefaleas Analgésico Infusión
Llareta Azorella compacta Umbelíferas Afecciones pulmonares Antitusígeno Infusión
Chaetanthera
Flor de la puna sphaeroidalis Compuestas Mal de altura (Puna) Hipotensora Infusión
Pingo pingo Ephedra breana Gnetáceas Afecciones Urinarias Diurético Infusión
Lampaya Lampaya medicinalis Verbenáceas Afecciones reumáticas Analgésico Baños
Parastrephia
Chacha quadrangularis Compuestas Afecciones reumáticas Analgésico Baños
Parastrephia
Pupusa del agua lepidophylla Compuestas Mal de altura (Puna) Hipotensora Infusión
Chachacoma Senecio eriophyton Compuestas Mal de altura (Puna) Hipotensora Infusión

Cabe destacar que algunas de las especies expuestas en la Tabla 2 presentan asociado un
uso ritual ya que son empleadas en una serie de ceremonias vinculadas al ciclo ganadero
como la Chacha o Coba (Parastrephia quadrangularis) que es utilizada para realizar

22
sahumerios durante el floreamiento de los animales que componen el rebaño del pastor
talabreño, así como para los baños rituales y medicinales que el Yatiri prepara a los sujetos
enfermos de la comunidad en los cuales también emplea otras plantas como Copa copa
(Artemisia copa) y Lampaya (Lampaya medicinalis).

No obstante, es necesario destacar que una especie puede presentar más de una indicación
medicinal y acción terapéutica, privilegiándose por razones de espacio la indicación más
consensuada entre los informantes y la acción terapéutica más importante que aparece
descrita en la bibliografía especializada.

III.- Vegas:

Estas unidades azonales presentan una serie de recursos vegetacionales principalmente


forrajeros que en conjunto con los del Tolar y Pajonal constituyen los más utilizados por
los pastores debido al gran potencial alimenticio que presenta. Cercanas a la localidad en
estudio se localizan las vegas de Saltar, Tumbre, Ecar y Ojos de Ecar que poseen en su
interior asociaciones florísticas que forman parte de grandes extensiones de plantas
pequeñas formando cojines que son llamados champas, que se encuentran a la orilla de los
salares, en quebradas y ríos y se caracterizan por presentar varias especies de la familia de
las gramíneas. En general estas unidades son alimentadas por una serie de cursos de agua
tanto superficiales como subterráneos, que en conjunto dan origen, en el caso de Saltar y
Tumbre, a los recursos hídricos con los cuales satisface sus requerimientos los habitantes de
Talabre a través de la articulación de una compleja tecnología paleohidráulica que aún no
ha sido analizada detalladamente en el sector.

Tal como se aprecia en la Tabla 3 dentro de las formaciones vegetacionales de esta unidad
que poseen valor medicinal destaca una planta forrajera de la familia de las gramíneas
identificada por sus propiedades terapéuticas para aliviar la tos, estados febriles asociados y
que en conjunto con la raíz de la cortadera o cola de zorro (Cortadera speciosa) es remedio
contra la tuberculosis (Aldunate et al., 1981:208).

TABLA 3
Nombre Nombre Científico Familia Indicación Terapéutica Acción Terapéutica Administración
Grama Distichlis spicata Gramíneas Afecciones respiratorias Mucolítico Infusión

IV.-Chacras y Quebradas:

Hemos agrupado las especies vegetales de estas dos unidades azonales ya que el desarrollo
y el crecimiento de estas plantas esta fuertemente vinculado al ser humano ya que éste a
través de su cultura agrícola y hortícola ha generado algunas condiciones propicias para su
reproducción, entablando en algunos casos una fuerte relación de dependencia con algunas
especies, sin excluir una serie de hierbas perennes que además de ser consideradas
perjudiciales poseen un valor medicinal que ha sabido ser aprovechado por los comuneros
de Talabre. En las inmediaciones de este poblado se ubican las quebradas de Talabre, Patos
y Soncor que antaño cobijó a un pequeño poblado, paradero clave en las rutas de tráfico
ganadero proveniente de Argentina en donde los arrieros debían pagar el talaje de sus

23
cabalgaduras (Bowman, 1924:253). La quebrada de Talabre por su parte, cobija en la
actualidad los restos del antiguo pueblo homónimo, donde aún son desarrolladas un
conjunto de actividades hortícolas en una serie de melgas de cultivos que aún son
trabajadas por los comuneros de la zona y que constituyen las chacras del sector. En la
localidad de Talabre, emplazada en el sector Campo Azul, las chacras están compuestas por
una serie de melgas de cultivos que albergan significativos huertos de primor en donde se
cultivan frutas y verduras que complementan los recursos obtenidos por la modalidad de
subsistencia predominante en el área, el pastoreo de camélidos, ovinos y caprinos.

La Tabla 4 presenta la totalidad de las especies florísticas consideradas medicinales que han
sido colectadas en ambas unidades azonales:

TABLA 4
Acción
Nombre Nombre Científico Familia Indicación Terapéutica Terapéutica Administración
Ajenjo Artemisia absinthium Compuestas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Menta Mentha piperita Labiadas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Ruda Ruta graveolens Rutáceas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Cepa de Caballo Xanthium spinosum Compuestas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Seda de choclo Zea mays Gramíneas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Paico Chenopodium ambrosioides Chenopodiáceas Afecciones urinarias Diurético Infusión
Azafrán Chuquiragua spinosa Compuestas Afecciones urinarias Diurético Infusión
Bailahuén Haploppapus sp. Compuestas Afecciones urinarias Diurético Infusión
Cachiyuyo Atriplex deserticola Chenopodiáceas Afecciones respiratorias Antipirético Baños
Malva Tarasa operculata Malváceas Afecciones respiratorias Antipirético Baños
Alfalfa Medicago sativa Leguminoceas Afecciones sanguíneas Depurativo Otras
Berro Mimulus glabratus Escrofularíaceas Afecciones sanguíneas Depurativo Otras
Sanguinaria Polygomun sp. Polygonáceas Afecciones sanguíneas Depurativo Infusión
Toronjil cuyano Marrubium vulgare Labiadas Afecciones respiratorias Expectorante Infusión
Verbena Verbena sp. Verbenáceas Afecciones respiratorias Antitusígeno Infusión
Higueriya Datura stramonium Gramíneas Afecciones reumáticas Analgésico Infusión
Marancel Werneria glaberrina Compuestas Traumas Mecánicos Analgésico Cataplasma
Tola lejia Baccharis tola Compuestas Odontalgia Analgésico Cataplasma
Cerraja Sonchus oleraceus Compuestas Fiebre Antipirético Infusión
Palque Cestrum parqui Solanáceas Infecciones cutáneas Antiséptico Baños
Tuna Opunta Picus-indica Cactáceas Afecciones renales Diurético Compresas
Chilca Baccharis petiolata Compuestas Afecciones inflamatorias No específicada Cataplasma
Llantén Plantago lanceolata Plantagináceas Afecciones inflamatorias Analgésico Cataplasma
Brea Tessaria absinthioides Compuestas Afecciones hepáticas No específicada Infusión
Hierba tapón Lepidium sp. Cruciferáceas Afecciones intestinales Antiespasmódico Infusión

Cabe destacar que la gran mayoría de estas especies no son exclusivas ni endémicas del
área de Talabre, constituyendo en plantas que son muy estimadas por sus propiedades
medicinales en la herbolaria popular, tanto nacional como extranjera, especialmente en las
zonas rurales que presentan problemas de accesibilidad a los centros sanitarios de atención
primaria y poseen una población con fuerte componente indígena.

Por otra parte, hay que destacar que en las constantes visitas efectuadas a este poblado
andino, hemos observado el uso recurrente de algunas especies vegetales, que si bien no se
desarrollan en este piso ecológico, son utilizadas por su potencialidad alimenticia y

24
medicinal especialmente valorada por los comuneros de Talabre que han articulado
diversos mecanismos de intercambio para conseguirlas. Una de las más importantes y que
posee una connotación ritual y medicinal simbiótica es la hoja de coca, que además de
cumplir un importante papel simbólico en los ritos que realiza el Yatiri, permite aminorar
los estados de letargo y cansancio que se producen como consecuencia de las arduas
labores pastoriles que son efectuadas a largas distancias como resultado de la trashumancia
característica de sus desplazamientos interecológicos. Otras 3 especies no autóctonas de
Talabre aparecen en la Tabla 5 y son adquiridas a través de trueque u otra forma de
intercambio en los principales centros poblacionales de la Comuna, San Pedro de Atacama
o Toconao:
TABLA 5
Acción
Nombre Nombre Científico Familia Indicación Terapéutica Terapéutica Administración
Coca Erythroxylon coca Eritroxiláceas Afecciones gástricas Antiespasmódico Infusión
Chañar Geoffrea decorticans Papilionáceas Afecciones respiratorias Mucolítico Infusión
Anacardiácea
Pimiento Schinus molle s Afecciones biliares No específicada Infusión
Algarrobo Prosopis alba Mimosáceas Afecciones hepáticas Purgante Infusión

Especies como el Chañar y el Algarrobo, si bien constituyeron en el pasado elementos de la


base alimenticia atacameña local, también son utilizados en la construcción ya que con sus
ramas y troncos son confeccionados los techos de las viviendas y cercos de melgas de
cultivo, tal como apreciarse hoy en día en los pueblos que integran la cuenca del Salar de
Atacama, principalmente los ubicados en el piso de oasis y salares. No obstante presentan
un uso medicinal que, al igual que muchas de las especies consignadas en el presente
estudio, es polifacético ya que no circunscriben su radio de acción terapéutica a un tipo de
dolencia en particular sino que en conjunto con otras sustancias vegetales o animales
aminoran los síntomas de diversos procesos mórbidos que son originados, desde la
concepción andina, por el poder de las principales deidades y espíritus tutelares de la
naturaleza.

Ante esto, es necesario señalar que el Talabreño al sacralizar a los principales elementos
orográficos y ecológicos de su entorno, asigna una cuota de significación muy determinante
a estos elementos y esto se expresa en el rol fundamental que juegan algunos cerros que
forman parte del circuito espacial y pastoril de esta comunidad: Tata Liri (Zapaliri), Mama
Quimanchu (Quimal), Tata Likanku (Likankabur), Tata Pilancho (Pular) y particularmente
aquellos que proveen agua al poblado y a las vegas aledañas como el Iticuna (Ecar) e
Iticusi (Ojos de Ecar), los cuales, al igual que los antes mencionados, son merecedores de
pagos y ofrendas ya que por sus ilimitados poderes ejercen su fuerza divina a través del
castigo o la protección a la comunidad. En este sentido los andinos de esta zona consideran
que todos estos cerros y sus paisajes asociados son el hábitat de una deidad denominada
Tata Maillko, proveedora de agua, forraje y protector del ganado el cuál es congraciado por
medio de una serie de ofrendas, como vino, cigarrillos, hojas de coca y sacrificios de
animales, que son entregadas y ejecutadas por el Yatiri o algún otro especialista cultural en
discretas ceremonias denominadas “pagos”. Cabe destacar que esta deidad presenta un
status escatológico similar al de otros seres sagrados como “Pachamama”, “Abuelos” y

25
“Gentiles”, que en conjunto son constantemente mencionados e invocados en los diversos
rezos y cánticos rituales que son ejecutados por los comuneros de esta localidad.

8. Tendencias Estadísticas Generales de la Herbolaria Talabreña

Las 51 especies consignadas por su valor terapéutico representan más del 60% de la flora
que se desarrolla en Talabre, lo que demuestra la importancia otorgada por los habitantes de
esta localidad al tratamiento de su afecciones a través del empleo de éstas. Sin embargo, al
agrupar los datos botánicos (Figura 4) hemos observado que un porcentaje significativo de
las plantas que componen nuestra muestra pertenecen a la familia de las compuestas
(35,3%), seguidas de la verbenáceas (7,8%) y las restantes especies que se distribuyen en
diversas familias presentando valores que oscilan entre 2 a 5,9%. En este contexto cabe
señalar que las compuestas representan uno de los taxas más extendidos en el globo que
integrado por algunas especies de angiospermas-dicotiledóneas.

Figura 4
40

30

20

10
Percent

0
Ro

Le

Co inoc

Um es t

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Ca

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s

as

Familia

La distribución de estas especies por unidad ecológica también presenta algunas


particularidades ya que la mayor parte de ellas provienen de sectores azonales en donde son
realizadas algunas actividades que complementan la economía tradicional como son los
cultivos hortícolas desarrollados en Chacras donde son mantenidas una serie de huertillos
de primor que también se localizan en las quebradas que se ubican en las inmediaciones de
la zona y que en conjunto con otra unidad azonal, las vegas, cobijan al 50% de especies
medicinales de la zona. No obstante, una cantidad significativa de estos recursos florísticos

26
son obtenidos en las principales unidades zonales del sector, ya que entre el Tolar y el
Pajonal se ubica el 41,2% de las especies que son empleadas por sus propiedades
terapéuticas y que en conjunto se encuentran localizadas dentro del radio de explotación
pastoril articulado por las colectividades de Talabre.

Figura 5
50

40

30

20

10
Percent

0
Tolar (Prepuna) Vegas Chacras
Pajonal (Alta Puna) Quebradas Especie Alóctona

Unidad Ecológica

En términos medicinales y terapéuticos las 51 especies consignadas con estas propiedades


se emplean en el alivio de diversas afecciones, que si bien pueden poseer un sustrato
cultural y ambiental que las estimule y propicie, se presentan alterando diversos sistemas
orgánicos del cuerpo humano que, considerando los antecedentes clínicos sobre los
patrones de morbilidad reportados para esta localidad, evidencian una notoria prevalencia
entre los habitantes de esta localidad altoandina de manifestar algunos cuadros morbosos,
situación que incide en la significativa correlación observada en el área de estudio entre las
afecciones y enfermedades que experimentan los talabreños y el tipo de indicación
terapéutica recomendada por cada una de las especies vegetales. De esta forma, nuestros
antecedentes etnobotánicos indican que un 23,5% del total de la flora empleada por su
propiedad medicinal es utilizada terapéuticamente para el alivio de los síntomas de las
afecciones respiratorias, tanto altas como bajas, en las cuales se emplean de diversas formas
y a través de distintos mecanismos de administración (ver anexo etnobotánico). Sigue a este
tipo de indicación las afecciones gástricas ante las cuáles los comuneros emplean 9 especies
vegetales (17,6%) pero que también presentan otros usos medicinales asociados. Situación
similar se observa con las plantas que tratan las afecciones del sistema urinario y
sanguíneo ya que éstas representan en conjunto el 17,6% de las especies medicinales de la
zona, seguidas de las afecciones reumáticas, traumatismos y fracturas, fiebre, mal de altura,

27
inflamaciones y trastornos hepáticos que en conjunto son aminoradas por medio de 12
especies vegetales que en la mayoría de los casos son combinadas en baños, cataplasmas,
infusiones u otras formas de administración. La figura 6 gráfica esta situación:

Figura 6

Afecciones de los or

Afecciones intestina

Afecciones hepáticas

Afecciones biliares

Afecciones musculare

Afecciones inflamato Afecciones gástricas

Afecciones renales

Mal de altura (puna

Infecciones cutáneas Afecciones sistema u

Fiebre
Pestes
Odontalgia

Traumas mecánicos (f Afecciones sanguínea

Afecciones reumática

Cefáleas
Afecciones respirato

Por otra parte, la acción terapéutica de las especies medicinales de Talabre se circunscribe a
12 tipo de efectos sobre el organismo o sus sistemas constitutivos, que si bien corroboran la
preponderancia de ciertos cuadros mórbidos, no deben considerarse como absolutos ya que
en más de una ocasión una misma planta medicinal puede presentar dos o más acciones
terapéuticas destinadas a aminorar los síntomas que expresan el trastorno fisiológico que
sufren los habitantes de este poblado. Por ejemplo, gracias a la revisión de la bibliografía
especializa ha sido posible identificar para la especie Ambrosia artemisioides, más
conocida como Ticara, tres efectos terapéuticos -antitusígeno, diurético, antiséptico- los
cuales aminoran afecciones respiratorias, del sistema urinario y venéreas. La especie
alóctona Erythroxylon coca, proveniente de los valles húmedos de Bolivia, presenta cuatro
indicaciones –mal de altura, decaimiento, procesos inflamatorios, problemas gastricos- ya
que posee un efecto terapéutico valorado por sus propiedades analgésicas, estimulantes y
antiespasmódicas, que junto a su escatimada función ritual la hacen ser considerada como
una de las principales hierbas medicinales de los andes de América.

Observando el gráfico de la figura 7 es evidente que una porción significativa de las hierbas
empleadas en Talabre presentan un importante efecto analgésico y antiespasmódico -17,6%
para cada una de los efectos respectivamente- que en conjunto se presenta en 18 diferentes
especies vegetales oriundas de diversas unidades ecológicas del área, representando una

28
particularidad terapéutica que se observa en el 34,2% de las especies de la zona. En este
orden la otra acción terapéutica que más destaca es el efecto diurético que produce en los
sujetos enfermos la ingesta de la infusión de algunas plantas y que en conjunto se presenta
sólo en 7 especies que representan el 13,7% de todas las hierbas medicinales consignadas
en este estudio.

En relación a los principales síntomas de los cuadros respiratorios, sean altos y bajos,
caracterizados por catarro, rinitis, fiebre, odinofagias, tos y en general congestión de las
vías respiratorias, la medicina tradicional de Talabre considera la utilización de 12 especies
que presentan efectos antipirético, antitusígeno, expectorante, mucolítico y anticatarral y
que en conjunto representan el 23,5% de la flora medicinal de este poblado. Las restantes
acciones terapéuticas que aparecen señaladas en la figura 7 –depurativa, antiséptica,
laxante, carminativo- las poseen 7 especies vegetales que constituyen el 13,8% de todas las
plantas medicinales de Talabre. Sin embargo, estos valores deben ser considerados relativos
ya que falta realizar estudios sobre las propiedades medicinales de algunas especies y su
particular composición química, situación que al expresarse en el desconocimiento de los
efectos terapéuticos de 7 especies (13,7% del total de plantas medicinales) que integran la
muestra seleccionada, originaría una serie de inconvenientes al intentar realizar una
sistematización más acabada de la herbolaria que se práctica en este poblado
precordillerano.

Figura 7

No específicada
Analgésico

Laxante o purgante

Mucolítico
Anticatarral
Expectorante
Antipirético

Diurético Antiséptico

Depurativo Antiespasmódico

Carminativo

Antitusígeno

Otro de los aspectos importantes de considerar en cualquier aproximación a la herbolaria


medicinal atacameña lo constituye la preparación y la forma de aplicación de las especies

29
vegetales con propiedades terapéuticas. Las plantas medicinales por regla general se
emplean individualmente o en mezclas que consideran la combinación de dos o más
especies para potenciar los efectos deseados. No obstante, en Talabre se observan distintos
mecanismos de administración o de preparación de estas plantas, primando como uno de
los más importantes la forma interna de administración que se consigue a través de la
preparación de infusiones en donde son extraídos los principios activos de los vegetales por
medio de la acción del agua hirviendo. Esta forma de preparación se emplea con el 74,5%
de las plantas medicinales de la zona (Figura 8), constituyéndose en la modalidad más
utilizada por los habitantes de este poblado, quienes emplean generalmente las partes duras
de las plantas, tales como raíces, tallos, cortezas y hojas ya que son los sectores que
contienen y concentran algunos principios activos valorados por sus efectos terapéuticos.
También se observa en la zona la aplicación externa de algunas plantas, generalmente sobre
la epidermis, en formas de baños, cataplasma y compresas que en conjunto constituye una
modalidad de aplicación que es empleada con 11 especies vegetales que representan el
21,6% de todas las plantas consignadas en este estudio por sus propiedades medicinales. No
obstante, cabe señalar que muchas veces estas especies son empleadas junto a otras
sustancias como orina humana, excretas de algún animal, polvos de origen vegetal o
mineral y algunos elementos rituales como figuras y amuletos, que no tienen otro propósito
que aliviar y extraer los males responsables de las afecciones que padecen los integrantes
de esta comunidad.

Figura 8

Otras
Infusión

Cataplasma

Compresas

Baños

Como hemos señalado anteriormente, la falta de estudios sobre la composición fito-química


de las plantas medicinales del área de estudio constituye un factor que ha limitado el

30
conocimiento de la correlación entre las indicaciones y afecciones mórbidas que son
aminoradas a través del empleo de algunas sustancias vegetales y las acciones y efectos
terapéuticos que éstas poseen y que gracias a la transmisión generacional de los
etnoconocimientos y sabiduría tradicional de los habitantes aún son consideradas y
utilizadas formando parte significativa del acervo de un valioso sistema de medicina
tradicional que, estimulado por el aislamiento geográfico de la comunidad y la escasa
atención médica occidental que recibe, aún se mantiene vigente entre sus integrantes, a
pesar de los procesos de cambio cultural que antagónicamente inciden en su perduración y
proyección hacia el futuro.

9. Discusión y Conclusiones

La fuerte correlación existente entre los cuadros mórbidos que afectan la salud de los
habitantes de la Comunidad de Talabre y las respuestas terapéuticas que emanan del
sistema de medicina tradicional de la zona, principalmente herbolario, demuestran la
persistencia de un acabado conocimiento de los recursos bióticos y abioticos del entorno y
de sus principales propiedades medicinales, entre los que destacan el uso de algunas
especies vegetales sumamente valoradas por los integrantes de esta comunidad y que
permiten aminorar alguno de los síntomas de las principales afecciones y enfermedades que
padecen sus habitantes.

En este contexto, es necesario considerar que el desarrollo y la proliferación de las


enfermedades en la zona es consecuencia de la interacción de diversos factores, biológicos
y fisiológicos propios del hombre y sus parásitos, los que se articulan con los del medio
ambiente y la cultura característica de estas sociedades que presenta una orientación
fundamentalmente pastoralista. No obstante, ante esta situación es interesante considerar
los cambios que evolutivamente se han experimentado en las condiciones epidemiológicas
y paleoepidemiológicas, desde los inicios de la interacción del ser humano con el entorno
de esta zona hasta el día de hoy ya que algunos estudios bioantropológicos y genéticos
(Rothhamer y Moreno, 1997) indican el predominio para ciertos períodos cronológicos de
algunas afecciones que si bien caracterizarían las modalidades de subsistencia de la época,
a raíz de los cambios en los estilos de vida asociados a las transformaciones de las bases
productivas o a la llegada de nuevos contingentes poblaciones de otros sectores,
evolucionarían a otro tipo de cuadros mórbidos vinculados a un modo de vida más
productor que depredador como lo es el aldeano agropastoril.

De esta forma, las enfermedades que afectan a un individuo o a su grupo reflejan tanto
aspectos de su configuración genética como del ambiente geográfico y cultural que los
rodean, que interactivamente deben ser considerados como los elementos que propician,
generan o determinan algún patrón o tendencia específica de morbilidad. Sin embargo, el
análisis y la investigación de este fenómeno no debe excluir la concepción que del
fenómeno mórbido poseen las comunidades andinas de la zona, ya que si bien las
afecciones o trastornos orgánicos que afectan a los talabreños se expresan a nivel
fisiológico, éstos por regla general se originan y presentan sus causas primarias en
fenómenos que se ubican en un marco ideológico y filosófico característico de las
comunidades andinas escasamente investigado en la zona de estudio.

31
En este contexto, la medicina tradicional herbolaria de Talabre, ejecutada principalmente
por el Yatiri o especialista cultural, pero cuyo conocimiento también poseen los demás
integrantes de la comunidad, cumple una importante función social y religiosa, ya que al
ritualizar el acto terapéutico, incorpora las nociones y preceptos de la milenaria
cosmovisión andina, no focalizándose sobre el plano fisiológico o corporal de la afección
porque considera el componente psicológico o espiritual del individuo como uno de los
aspectos más importantes que deberán ser tratados y aliviados a través de la puesta en
práctica de ciertas técnicas terapéuticas empleadas desde tiempos inmemoriales por los
habitantes de este poblado.

Sin embargo, la herbolaria de Talabre, al formar parte significativa de un sistema medicinal


que también incluye otros elementos del entorno, ya sean animales, minerales y/o rituales,
evidencia la perduración de patrones y pautas culturales de aprovechamiento de este tipo de
especies vegetales, que no son exclusivas de esta localidad ya que también se expresan en
diversas comunidades de los andes demostrando que su articulación responde a un tipo de
conocimiento tradicional, perfeccionado por ensayo o error, que es común a varias
colectividades indígenas de Sudamérica, pero que ha demostrado, a través de su
efectividad terapéutica, ser altamente coincidente con el esquema científico que
actualmente manejan las ciencias biológicas, en especial la botánica. Una situación
parecida observaron Aldunate y colaboradores (1981) en la localidad precordillerana de
Toconce al encontrar una clara correspondencia entre la mentalidad indígena que identifica
y categoriza las unidades y pisos ecológicos del sector y la visión científica que más que
refutar esos sistemas de clasificación, los ha validado ya que los considera similares y
congruentes con sus resultados.

Por otra parte, en cuanto a las prestaciones médicas que recibe la población de Talabre, y
que han permitido establecer patrones de morbilidad que han sido inferidos a partir del
estudio y registro de los antecedentes clínicos, debemos señalar que uno de los sesgos de la
muestra analizada esta dado por el hecho de que ésta no es representativa en un 100% del
total de habitantes de este asentamiento, ya que muchos talabreños, especialmente los
individuos masculinos y seniles, escasamente acuden a las rondas médicas aliviando sus
principales afecciones a través del sistema de medicina tradicional de la zona. Ante esto,
también hay que considerar que durante las últimas dos décadas se ha desarrollado un
significativo fenómeno de migración poblacional a los principales centros administrativos
de la zona, lo que incide en el hecho de que el número total de fichas catastradas (68), no se
correlacione con la cantidad de habitantes que actualmente presenta Talabre. Sin embargo,
en el contexto de la atención médica es la mujer la que juega un rol preponderante ya que
al ser progenitora debe acudir a la ronda médica que se realiza una vez al mes y que se ha
concentrado especialmente en el seguimiento de los controles de infantes y párvulos. De
esta forma, los individuos en edad prereproductiva y adolescente concentrarían junto con
las mujeres el grueso de las atenciones que son efectuadas en este poblado.

En términos de los antecedentes clínicos de los Talabreños, cabe mencionar que aún se
observan algunas tendencias de morbilidad similares a las que se presentaban hacia
mediados del siglo XX (Bejarano et al., 1997:247), con la diferencia de que éstas en la
actualidad no presentan consecuencias mortales tan dramáticas como las experimentadas

32
por los grupos prereproductivos en ese tiempo, ya que la tasa de mortalidad de este
segmento etario caracterizada por presentar un porcentaje superior al 50%, debido a
enfermedades infecciosas y parasitarias (sarampión, varicela, viruela, oxiuriasis), en la
actualidad ha disminuido considerablemente, a pesar de que estos cuadros mórbidos
continúan constituyendo una de las principales afecciones que afligen a este grupo etario.

Sin embargo, uno de los patrones de mortalidad que se ha mantenido estable a lo largo del
tiempo y que representa la primera causa de muerte de la población atacameña se origina
por la alta prevalencia de las afecciones respiratorias, agudas y crónicas, que desde tiempos
precolombinos (Fontana et al., 1993:156; Rothhamer y Moreno, 1997) hasta la época
republicana (Bejarano et al., 1997) continúan diezmando la salud de las poblaciones
andinas de la puna de Atacama, entre ellas la Comunidad de Talabre. De esta forma, hay
que señalar que, concordante con lo anteriormente planteado, existe otra característica de la
morbilidad de la zona atacameña que aún continúa manifestándose en los individuos que
superan los 70 años, ya que entre ellos la principal causa de muerte la constituyen las
bronconeumonías, seguidas por los estados morbosos mal definidos (¿senectud?), que se
acompañan de problemas osteoarticulares característicos de este grupo etario.

Ante estas tendencias en las cuales prevalecen por sobre otros cuadros mórbidos las
enfermedades respiratorias, sería necesario profundizar el análisis de las sintomatologías de
tales afecciones ya que al situarse a 3.500 msnm, los habitantes de Talabre presentan las
condiciones propicias para desarrollar la enfermedad de Monge, más conocida como el mal
de montaña crónico, sufriendo procesos de desadaptación fisiológica a la altura expresados
principalmente en una disminución de la función pulmonar que además de generar cuadros
de hipoxemia responsables de las cefaleas y otros trastornos orgánicos condicionaría la
presencia de afecciones respiratorias agudas y crónicas cuya etiología podría estar siendo
confundida con esta enfermedad desadaptativa que puede tomar años, incluso décadas, en
afectar seriamente la salud del poblador andino, pero que, si bien se ha estado analizando
desde comienzos del siglo XX, sólo en las últimas décadas ha sido objeto de atención por
parte de algunas investigaciones sistemáticas desarrolladas en asentamientos mineros de los
andes peruanos (León-Velarde y Arregui, 1994).

En este marco, cabe destacar que en Talabre no se han reportado casos de cuadros
respiratorios inflamatorios crónicos como el enfisema, la antracosis o neumoconiosis
intersticial, que si bien han sido reportados en mineros atacameños del siglo XVI, se
relacionan con un tipo de enfermedad laboral originada por las condiciones de trabajo.
Tampoco se registran casos de tuberculosis pulmonar (TBC), que hasta mediados del siglo
XX era considerada la segunda causa de muerte en la Puna de Atacama, a pesar de que en
la actualidad existen dos individuos en toda la Comuna de San Pedro de Atacama que
presentan el Mycobacterium tuberculosis y están siendo permanente controlados por el
servicio de salud de la zona.

Los trastornos gastrointestinales asociados a procesos infecciosos e inflamatorios de los


órganos del sistema digestivo y algunos tipos de enfermedades parasitarias, constituyen la
segunda causa de atención de los talabreños, después de los problemas respiratorios, pero
su prevalencia en la comuna actualmente se relaciona con las condiciones de calidad y
salubridad que presenta tanto el agua que es empleada para consumo humano, que en la

33
mayoría de los poblados atacameños, a excepción de San Pedro, no es potable, como los
estanques acumuladores que la conservan. Este problema últimamente se ha agudizado en
el poblado de Toconao que presenta actualmente uno de los índices más altos de afecciones
gastrointestinales y síndrome diarreico agudo (SDA), sin olvidar también que a fines de la
década del noventa el pueblo de San Pedro de Atacama fue el escenario elegido por el
Vibrio cholera desarrollándose una decena de casos que en su gran mayoría fueron tratados
exitosamente.

Las enfermedades cardiovasculares en Talabre no presentan un prevalencia significativa


entre sus integrantes, lo que podría estar relacionado con el tipo de dieta alimenticia y la
modalidad de vida que implica realizar constantes ejercicios físicos. Sin embargo, desde
finales del siglo XIX (1890) hasta la quinta década del XX, una afección que repercutió
profundamente en los incides de mortalidad por los problemas y complicaciones que
ocasiona en el sistema circulatorio y cardiaco la constituye la patología chagásica que en
San Pedro de Atacama se presentó como la tercera causa de muerte (Bejarano et al.,
1997:252), causada por el Trepanosoma cruzi hemoparasito cuyo vector es un hemíptero
denominado triatomina, conocido popularmente como vinchuca, que lo porta en sus heces y
lo transmite al torrente sanguíneo por el agudo prurito que genera su picadura. La ausencia
de casos clínicos que presenten el denominado mal de chagas, aunque podría estar
indicándonos que el entorno geográfico y ambiental de Talabre es poco propicio para el
desarrollo de este tipo de insectos, también podría deberse a la falta de estudios
hematológicos que deberían realizarse a la brevedad, con el objeto de profundizar el
conocimiento del perfil epidemiológico de esta población. Ante este panorama, algunas
investigaciones señalan que la región de Antofagasta presenta altos índices de
seropositividad chagásica, que promedian el 40%, convirtiéndola en la principal zona
endémica con esta afección en Chile (op. cit.254).

Por otra parte, si bien no se han observado casos de cáncer y tumores malignos entre los
habitantes de Talabre, estas afecciones en la actualidad han aumentado progresivamente en
la comuna representado desde la década del ochenta la cuarta causa de muerte de los
habitantes del sector occidental de la Puna de Atacama, lo que estaría condicionado por la
progresiva exposición de la población a agentes cancerígenos contenidos en los alimentos
o en el entorno pero cuya acción mutagénica sería condicionada por la conjugación de
factores genéticos y ambientales.

Uno de los hechos que más destaca en la localidad en estudio es el gran número de partos
que son atendidos en los domicilios de sus integrantes ya sea debido a la falta de medios de
movilización que en el pasado propiciaron el aislamiento de esta comunidad o a una
decisión que refleja la confianza en los tratamientos tradicionales que son articulados ante
estas situaciones. Sin embargo, la mortalidad materna que podría constituir un fenómeno
resultante de esta práctica no se visualiza como un problema de salud en la zona, ya que
gracias a la posterior asistencia médica durante el puerperio, las causas de muerte de las
progenitoras y los lactantes han disminuido significativamente, panorama que se diferencia
sustancialmente de aquel experimentado en la época precolombina (Arriaza et al., 1984).

Considerando todos los antecedentes expuestos, observamos que nuestra hipótesis de


trabajo, que plantea que la variación observada en los patrones de morbilidad presenta su

34
explicación en el rol que cumplen algunos factores extrafisiológicos como la cultura y el
medioambiente, se confirma al analizar ciertas correlaciones entre eventos ambientales y
pautas y hábitos culturales que podrían estar condicionando la presencia de algunas
afecciones y cuadros mórbidos.

En cuanto al aspecto medioambiental, que se caracteriza en la zona por presentar un clima


frío y seco, con grandes variaciones diarias de temperatura, alta radiación solar, y escasa
humedad ambiental, hemos observado sus repercusiones y consecuencias en diversos casos
clínicos ya que los talabreños evidencian una serie de enfermedades propiciadas por estas
características ambientales y climáticas, principalmente circunscritas a los problemas
respiratorios agudos que hasta el día de hoy continúan liderando los índices de
morbimortalidad en varias regiones del continente americano. Sin embargo, también
debemos incorporar la acción de otros factores ambientales como la calidad del aire y del
agua en las zonas adyacentes a Talabre y a su cerro tutelar, el volcán Lascar, ya que por las
erupciones que se han registrado en la zona las fumarolas y los depósitos de material
piroclástico contaminan estos elementos cuyas repercusiones en la salud de los talabreños
no han sido analizadas cabalmente.

Por otra parte, ciertos hábitos y pautas culturales también incidirían en la aparición de
algunos trastornos orgánicos, condicionados por las características de la infraestructura que
posee esta comunidad, ya que la mayoría de las viviendas presentan una mala ventilación y
dormitorios en donde el hacinamiento constituye una práctica común a varias familias del
sector. El uso de combustibles vegetales, si bien constituye un hábito tradicional que esta
siendo reemplazado por la introducción del gas de galón, aún continúa desarrollándose en
espacios intradomiciliarios que además de cumplir funciones de cocina albergan las camas
de los ocupantes quienes están permanentemente expuestos a las emanaciones y a las
secuelas que el humo genera en el sistema respiratorio. También la escasa iluminación
interior de las viviendas podría propiciar el desarrollo de vectores portadores de parásitos
que a pesar de no ser comunes en Talabre podrían agudizar otras afecciones o cuadros
infecciosos de los miembros de la familia. Por lo tanto, se observa que en términos
generales la mayoría de las viviendas no reúnen las condiciones básicas para mantener la
salud de las familias que albergan, a pesar de que actualmente el municipio de San Pedro de
Atacama esta ejecutando una serie de obras tendientes a revertir este delicado problema.

En este contexto, los hábitos y la dieta alimenticia, considerados como parte de las pautas
culturales de un pueblo, ocupan un importante rol al proporcionar los nutrientes energéticos
que el cuerpo humano necesita, no obstante el cambio y la transformación que ha
experimentado la cultura culinaria en la zona no ha constituido un proceso que haya
afectado la continuidad y persistencia de la alimentación tradicional de Talabre ni de la
salud de sus integrantes, ya que problemas como obesidad, diabetes mellitus y otros
trastornos ligados a la alimentación no se registran en el área. Sin embargo, una dieta rica
en hidratos de carbono junto con una deficiente higiene podrían ser los factores
responsables de las numerosas afecciones bucales que presentan los habitantes de este
poblado, especialmente niños, jóvenes y mujeres. Otro de los fenómenos asociados al factor
alimenticio lo representa el constante riesgo de desnutrición que presenta el grupo
prereproductivo que ha intentado ser aminorado a través de los programas de
complementación alimenticia para lactantes y párvulos que impulsa el Ministerio de Salud.

35
Estos dos tipos de antecedentes, vinculados al medioambiente y la cultura respectivamente,
nos han permitido articular y fundamentar nuestra hipótesis de trabajo, y considerar el papel
que juega la medicina tradicional ante una serie de patologías y enfermedades cuyo origen
si bien se sitúa en el plano religioso y cosmovisional afecta y altera uno de los principales
componentes del ser humano: su dimensión psicológica.

Por otra parte, al analizar los patrones de morbilidad de la población de Talabre, hemos
tenido que reconocer las limitaciones que presenta este estudio, ya que a la básica, y en
algunos casos escasa información clínica que proporcionan las fichas médicas se suma la
falta de una investigación bioestadística tendiente a analizar las causas de muerte en la
Comuna de San Pedro de Atacama en diferentes períodos cronológicos (precolombinos e
históricos), con el objeto de observar las tendencias diacrónicas y sincrónicas de
morbimortalidad que han experimentado desde hace más de 8.000 años las poblaciones que
han habitado este territorio.

Por último sugerimos la implementación de programas de promoción de salud que


conjuguen el uso de los conocimientos tradicionales, expresados en el área de estudio en la
variada terapéutica herbolaria, con los procedimientos de la medicina alópata con el objeto
de estimular mejores niveles e índices de sanidad, en un marco donde las políticas públicas
propicien la creación y el mantenimiento de ambientes favorables junto al reforzamiento de
la participación comunitaria y de las redes de solidaridad asociadas.

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11. Anexos
11.1. Glosario
Glosario
A
Aceites Esenciales : Compuestos de sustancias orgánicas, volátiles o aromáticas, que pueden
ser alcoholes, acetonas, cetonas, éteres y que se producen y se almacenan
en los canales secretores de las plantas.
Afrodisíaco : Excitante del apetito sexual.
Alcaloides : Sustancias orgánicas nitrogenadas que poseen actividad sobre el sistema
nervioso central y autónomo del hombre.
Alcalosis : Alteración que tiende a eliminar ácidos o añadir bases en el organismo.
Respiratoria Es debida a una perdida de bióxido de carbono como consecuencia de una
hiperventilación.
Analgésico : Alivia el dolor.
Antidiabético : Que presenta propiedades hipoglicemiantes.
Antiespasmódico : Que inhibe el dolor del aparato gastrointestinal y facilita la expulsión de
gases.

39
Antiparasitario : Que elimina los “vermes” o gusanos que parasitan los intestinos.
Antipirético : Contra la fiebre.
Antirreumático : Mejora y alivia los dolores del reumatismo.
Antiséptico : Destruye las bacterias e impide su desarrollo.
Antitusígeno : Alivia la tos.
Antracosis : Neumoconiosis producida por la inhalación de polvo de carbón.
Astringente : Alivia y descongestiona tejidos inflamados.

B
Balsámico : Que tiene cualidades como sustancia aromática.

C
Cardiomegalia : Aumento del tamaño del corazón por hipertrofia miocárdica y/o
dilatación.
Carminativo : Que favorece la expulsión de gases.
Cofosis : Sordera.

D
Depurativo : Que limpia la sangre.
Disfagia : Trastorno del lenguaje.
Disnea : Dificultad para respirar.
Diurético : Que produce aumento en la secreción de orina.

E
Emenagogo : Que tiene el poder de estimular la menstruación
Enfermedad de : Mal de Altura crónico, caracterizado por cefaleas agudas, ruido de oídos,
Monge disnea, vómitos y disfagia.
Epidemiología : Campo de la ciencia médica que estudia las relaciones de los diversos
factores que determinan la frecuencia y distribución de un procesos
infeccioso, una enfermedad en una comunidad.
Exantema : Erupción cutánea.
Expectorante : Que produce la licuación del moco del aparato respiratorio favoreciendo
su eliminación.

F
Febrífugo : Que hace desaparecer la fiebre.

G
Glucósidos : Compuestos formados por dos partes, una es azúcar o glucosa y la otra de
no azúcar que se denominda aglucona o genina. Se caracteriza por ser un
principio activo que se activa en agua, ya sea en cocción o maceración.

H
Hematíes : Eritrocitos o células anucleadas de la sangre cuya misión fundamental es
el transporte de oxigeno a los tejidos. El 33% del eritrocito lo constituye
una proteína llamada hemoglobina.
Hematocrito : Porcentaje del volumen total de la sangre ocupado por los hematíes, cuyo
valor normal es de 42 a 47%.
Hemoglobina : Hemoproteína que se encuentra presente en el citoplasma cuya principal
propiedad es combinarse con el oxigeno para formar oxihemoglobina.

40
Hipotensora : Que baja la presión arterial.

L
Laxante : Que facilita la evaluación de los residuos del intestino.

M
Megacolon : Afección caracterizada por distensión masiva del colon, acompañada de
estreñimiento grave.
Morbilidad : Frecuencia con la que una determinada población padece una cierta
enfermedad.
Mucílagos : Tipo de heterósido que junto con las gomas forman parte de los principios
activos compuestos de los hidratos de carbono.
Mucolítico : Que facilita la expulsión y evacuación del moco depositado en las vías
respiratorias.

N
Narcótico : Que produce sueño o inconsciencia.
Nosología : Estudio de las enfermedades y su clasificación sistemática.

O
Oxiuriasis : Infección intestinal producida por Enterobius vernicularis caracterizada
por prurito perianal que afecta principalmente a individuos situados en
edades prereproductivas.

P
Principios Activos : Sustancias que se encuentran en las diversas partes u órganos de las
plantas y que alteran o modifican el funcionamiento de órganos y
sistemas del cuerpo humano.

S
Sedante : Que presenta la propiedad de disminuir alguna función.

T
Tanino : Compuesto o principio activo que tiene propiedades astringentes y
antisépticas y es utilizada para curtir los cueros.
Y
Yatiri : Especialista cultural y líder de las Comunidades Atacameñas que posee
profundos conocimientos rituales, medicinales y herbolarios.

V
Vermífugo : Antiparasitario.

41
11.2. Anexo Etnobotánico:

42
11.3.- Catálogo Plantas Medicinales de Talabre

43
i La población indígena de América en la actualidad bordea los 50 millones de habitantes. Los afrodescedientes, distribuidos principalmente en Brasil, Países del Caribe, Colombia, Haití y Venezuela, suman en
conjunto más de 150 millones de habitantes (Fuente: OPS 2003).
ii Se dividió a la población representada en nueve grupos etarios conformados por los siguientes intervalos: A1 0-9 años; A2 10-19 años; A3 20-29 años; A4 30-39 años; A5 40-49 años; A6 50-59 años; A7 60-69
años; A8 70-79 años; A9 80 años o más.

iii Lamentablemente no se pudo tener acceso al documento “Manual de Clasificación estadística internacional de enfermedades, traumatismos y causas de defunción” elaborado por la Organización Panamericana
de la Salud y Organización Mundial de la Salud (1978). Se espera perfeccionar el presente informe considerando tal pauta clasificatoria para una eventual publicación del mismo.

iv Los valores expuestos en esta tabla difieren de los proporcionados en algunas investigaciones etnobotánicas realizadas en Talabre (Cárdenas, 1998: 262), ya que en el presente informe por razones analíticas todas
las especies que se ubican entre los 3.800 a los 4.000 msnm, zona en donde se produce un recambio de las asociaciones florísticas fueron consideradas como perteneciente al piso altoandino o pajonal a excepción

de la Añawa negra -Adesmia spinosissima- que en recientes colectas botánicas ha sido registrada en altitudes más bajas.

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