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SUCURSALES EN EL PERU

 I. Empresas nuevas o Sucursales.

Los inversionistas y/o empresas extranjeras tendrán que decidir si operan a


través de la constitución de una empresa nueva o de una sucursal.

Las leyes del Perú reconocen diversas formas empresariales, entre las que están
la sociedad anónima, sociedad comercial de responsabilidad limitada, sociedad
colectiva, sociedad civil de responsabilidad limitada, sociedad en comandita por
acciones, asociaciones en participación, consorcios y sucursales.

De las formas societarias antes mencionadas tenemos que las Sociedades


Anónimas y las Sucursales de empresas extranjeras son las más usadas en el
país, por las ventajas que otorga.

II. Sucursales.
Las empresas extranjeras pueden libremente establecer sucursales en el
Perú, debiendo inscribirlas en el registro del lugar de su funcionamiento
en el país.

La escritura pública deberá contener cuando menos:

a. El certificado de vigencia de la sociedad principal en su


país de origen con la constancia de que su pacto social ni
su estatuto le impiden establecer sucursales en el
extranjero;
b. Copia del pacto social y del estatuto o de los instrumentos
equivalentes en el país de origen; y,
c. El acuerdo de establecer la sucursal en el Perú, adoptado
por el órgano social competente de la sociedad que
indique: el capital que se le asigna para el giro de sus
actividades en el país, la declaración de que tales
actividades están comprendidas dentro de su objeto social;
el lugar del domicilio de la sucursal; la designación de por
lo menos un representante legal permanente en el país; los
poderes que le confiere; y su sometimiento a las leyes del
Perú para responder por las obligaciones que contraiga la
sucursal en el país.
III. Agencias y Sucursales.
Tanto las agencias como las sucursales son medios para proyectar la organización de
ventas en territorios situados a alguna distancia de la oficina central; pero aparte de esta
característica común, la agencia y la sucursal difieren muchísimo en cuanto a
organización, administración y control.

Puntos de diferencia.

Agencia:

1. La agencia tiene su surtido de muestras para que las vean los clientes, pero no
mantiene existencias para hacer las entregas a los clientes. los pedidos, pues, se envían a
la casa central y es esta la que los sirve.
2. Los créditos son concedidos por la casa central; las cuentas a cobrar se llevan en
los libros de la casa central; esta efectúa los cobros.

3. El fondo fijo para los gastos de la agencia lo provee la casa central, la cual lo
repone a medida que se agota. La agencia no maneja ningún otro efectivo.

Sucursal:

1. La sucursal mantiene existencias de mercancías, la mayor parte de las cuales


son obtenidas en la casa central, pero parte de las cuales puede haber comprado en otras
entidades. Las entregas se hacen de la existencia de la sucursal.

2. Los créditos son concedidos por la sucursal; las cuentas a cobrar se llevan en los
libros de la sucursal; esta efectúa los cobros

3. Los cobros efectuados son depositados en un banco local para que lo acredite a
la misma; el gerente de la sucursal extiende los cheques para pagar los gastos.

Es evidente que una agencia ejerce las mismas funciones, poco más o menos, que un
viajante, en tanto que la sucursal desempeña la mayor parte de las funciones de una
empresa independiente, sujeta solamente a la inspección y el control de la casa central.

El resumen que antecede describe las funciones de la verdadera agencia y de la


verdadera sucursal, pero pueden ampliarse las de la primera de manera que resulte
investida de algunas de las facultades de la segunda. Por ejemplo, la agencia puede tener
algunas existencias de mercancías y hacer entregas, si bien es la casa central la que
concede los créditos y lleva en sus libros las cuentas a cobrar.
Los métodos empleados por la casa central:

Dependen, hasta cierto punto, del precio a que se facturan las mercancías a la sucursal.
Existen tres métodos típicos de facturar:

1. Mercancías facturadas a la sucursal al costo.


Este es el método usual y el más sencillo.

2. Mercancías facturadas a la sucursal a un precio arbitrario o intermedio entre el costo


y el precio de venta.
Se usa a veces este método con el fin de que el gerente de la sucursal no se entere del
costo de las mercancías vendidas y, por lo tanto de las utilidades de la sucursal.

3. Mercancías facturadas a la sucursal al precio de venta.

Este método se basa en la teoría según la cual si la sucursal carga a sus cuentas de
mercancías el precio de venta de los artículos recibidos y acredita a las mismas las
ventas al mismo precio, el saldo neto de las mercancías en los libros de la sucursal debe
representar el precio de las mercancías en existencia. En otros términos, se supone que
este método facilita un inventario continuo de las mercancías de la sucursal al precio de
venta y proporciona así una comprobación automática de las mercancías, que impedirá
o descubrirá los descuidos y los fraudes.
Este método funciona bien siempre que no se varíen a menudo los precios de ventas; si
esto fluctúan con frecuencia, es preciso hacer tantos ajustes que el trabajo que estos
implican suele contrapesar sus ventajas.

IV. Cuentas de sucursales.

La contabilidad de la sucursal es más complicada. Esta lleva un juego completo de


libros en el cual anota las mercancías recibida de la casa central y las adquiridas de otras
entidades, las ventas, las cuentas a cobrar, las cuentas a pagar y los gastos. El mayor
contiene una cuenta denominada casa central- cuenta corriente, a la cual se acredita todo
aquello que se recibe de la casa central y se debita todo lo que se envía a la misma. La
cuenta casa central-cuenta corriente es, pues, una cuenta de capital, que indica la
inversión hecha por la casa central en la sucursal.
Cuando esta última cierra sus libros se traspasa a la utilidad neta de la cuenta de
pérdidas y ganancias a la de casa central- cuanta corriente, como un aumento de su
responsabilidad cerraría contra la cuenta casa central- cuenta corriente.

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