You are on page 1of 5

Carta a los reyes majos

Por María José Larríu

De la huelga, a la carta a los Reyes Majos. Antes de ayer mirábamos expectantes la famosa
Huelga General, y ahora miramos patidifusos que la Navidad ha llegado a Amsterdam… y a
Madrid. En las empresas, las Personas que las integran deben empezar a pensar en lo que van a
pedir este año a los Reyes Majos. Y digo Majos, Magos serían si llegara para todos, y Majos puede
decir que al menos llegarán.

El Presidente de la Compañía

El Presidente ni se plantea pedir regalito, ni menos regalitos a los Reyes Magos. Le costó
demasiado llegar arriba como para desperdiciar dinero o esfuerzo y que encima de que se repitan
presentes, tenga que ir a los Grandes Almacenes a cambiarlo, parecer cutre, o mandar al Adjunto,
y que se entere. Aunque bueno, siempre podrá compartir una cena de lujo en el restaurante que
cierra, y sea la última oportunidad. Sus amigos estarán contentos.

Ideas para el Director General

Como estamos en año de crisis, aunque sea de salida, debe lanzar un mensaje de austeridad, y
pedir sólo un regalo. Así el Director General este año pedirá flexibilidad laboral y aguante ante la
Junta de Accionistas. Después de prescindir de uno de los dos chóferes, a diario limitarse al
menú ejecutivo de cuarenta euros, y de soportar las inspecciones laborales, no le quedan muchas
ganas. Con la que ha caído, y como va la bolsa, ya no teme que el Presidente asuma funciones
ejecutivas, así que prescinde con facilidad de su lista de deseos y lanza el mensaje con
contundencia.

Ideas para el Director de RRHH

El Director de Personas, que no de las personas, pedirá sobre todo no tener que poner en
marcha un nuevo ERE, porque todavía no se ha recuperado del anterior. Es hombre de bien y de
orden, y no el agotamiento es total, sin olvidar la obligación de ponerse al día que ha tenido con la
nueva legislación laboral y;

Ideas para el Director Comercial

El Director Comercial pedirá volver a tener presupuesto para viajes. Está cansado de no poder
viajar en avión regular, del low cost, y de los viajes en el día o, como mucho, en hoteles de
categoría inferior y de desayuno de plástico. No puede seguir gastando tanto en Omeoprazol. Este
año no. Pedirá presupuesto, y garantizará ventas, lógicamente.

Director de Operaciones/Técnico

El Director Técnico pedirá que no cambie la legislación industrial y de seguridad. Los últimos
años ha reducido tanto el gasto, el mantenimiento de máquinas, la modernización de equipos y ha
presionado tanto a los técnicos, que sólo hace que rezar. Para que no pase nada. Como no se ve
su parte, no pasa nada por no invertir. Así lleva cuatro años, el que más, rezando para que no pase
ningún accidente. Sólo gastará en chalecos fluorescentes, que ahora están de oferta.

Director de Marketing

El Director de Marketing, tras el intento del Director Comercial por hacerse con su puesto, pedirá a
los Reyes Majos que pasen de largo. Y recordará lo de la “Virgencita, Virgencita, Virgencita que
me quede como estoy”. La publicidad corporativa no existe, las campañas de promoción masiva
son ahora como mucho virales o de micro marketing, las promociones sólo se desarrollan en
fechas de Pagas Extras. Su vida estaba ya en el 2.0, y ahora todo es 2.0, porque le han dicho que
es más barato.

Director de Comunicación

El Director de Comunicación en los últimos años ha estrechado relaciones con el de marketing y,


aunque cada uno hace su plan anual, trabajan conjuntamente, conscientes ambos de haber estado
en el punto de mira. Además, como de comunicación, sabe cualquiera, sólo hay que poner la M
con A que es MA, la T con la TA, que es TA, ir a un curso de comunicación o, en algunos casos,
basta con haber hecho un MBA para ser casi Doctor en Comunicación Externa, de la Interna ni
hablamos, tras el ERE. Pedirá, eso sí, un Ipad 3G para estar conectado a tiempo real y twitear sin
contemplaciones. La funda tipo libro si viene también en el pack, no estaría mal, pero como han
dicho que sólo un regalo, no quiere parecer abusón. Después de lo poco que cuesta su
departamento, a diferencia eso sí, del de Marketing, tan costoso.

Director de Compras

El Director de Compras se ha convertido en el preferido del Presidente, y por eso está contento. Ha
establecido los contratos con proveedores chinos y gracias a sus buenas gestiones, a su
conocimiento del país, y gracias a su matrimonio con la camarera china del restaurante de debajo
de su piso de estudiantes, ha conseguido ser el hombre estrella. Vender no se vende mucho;
fabricar en España cada día es más complejo, la asistencia técnica está desbordada de actividad,
pero el no se vende mal, así que todo brilla para el hombre de hierro. De hierro de negociador. Es
tan bueno que casi le mandan a negociar el ERE; lástima que sea Ingeniero Industrial y no sepa
mucho de legislación, si no, ahí que hubiera ido. Sólo pedirá una American Express para uso en
el extranjero, que Visa según dónde no le funciona.

Director Financiero

El Director Financiero está muy contento y tampoco pensaba pedir regalo, a fin de cuentas no le ha
ido mal, ha ascendido al amortizarse el puesto en sí, y desde su posición de Jefe de
Administración, y gracias a su fidelidad a la casa, 20 años en ella, asumió el cargo, con un bonus
anual. Eso sí, la ganancia para la empresa es importante, su antecesor, hombre brillante fichado
por un head-hunter de postín, proveniente de una de las big-four, salió hace ya un año, y él
continúa. Aquellas ideas brillantes, aquellas amortizaciones planteadas, aquella estrategia de
refinanciación programada a tres años, se ha quedado en el papel. Era de esperar, el Director
Financiero (sin reconocimiento oficial), al final ha sido reconocido y premiado por su fidelidad y su
valía, era de esperar. Tantos años peleándose con bancos tienen su fruto. Sólo pedirá un ordenar
de pantalla más grande para su macros, ha cumplido los cuarenta y cinco, y sus ojos se
resienten.

Los trabajadores

Los trabajadores pedirán que no les rebajen más el sueldo como ser rumorea en el máquina de
café. Ya lo tienen congelado. Ya les rebajaron el número de horas que trabajar para compensar lo
no compensable. Ya están contentos por no haberles afectado el ERE. Ya han asumido la palabra
“polivalencia” tras una formación impartida por una prestigiosa consultora de formación. Y pedirán
que no se les rebaje el sueldo porque con boom inmobiliario los mayores se compraron una casa
en la playa levantina que no pueden pagar y los jóvenes un loft que no pueden ni compartir, y en
ambos casos, no pueden pagar las hipotecas, máxime desde que les quitaron los tickets
restaurante, que algo ayudaban.

Así, los Reyes Majos, este año vendrán con poca carga material, mejor, con lo que han adelgazado
los camellos desde que optaron por comprarles la comida de animales marca blanca de un
conocido supermercado. Y lo inmaterial, lo traerán todo con carta de instrucciones, que la gente
está muy aborregada y sólo se preocupa de ver programas basura en lugar de leer.

María José Larríu, Consultora de RRHH


Carta abierta a un directivo de RRHH

Por José Antonio Prades Villanueva

Fui jefe de equipo operativo con escasas edad y experiencia. Pocos se interesaban entonces por la
formación para ser jefe, aunque algo me dieron, y en algunas ocasiones, me sirvió más para
desorientarme que para ofrecerme soluciones. Después, los modelos de algunos de mis jefes me
ayudaron mucho más que los cursos. Cuando pasé a funciones de RRHH, llevaba recorrido un
camino que aún no sabía la enseñanza que me había proporcionado para saber escuchar a los que
se convertían en mis clientes internos.

De esa escucha, fui tomando nota y puedo transcribir ruegos, demandas y exigencias de esa
gente, a la que llamamos “jefe”, y en la que queremos depositar la responsabilidad de gestionar
bien el Talento. Lo voy a redactar en primera persona, como si lo tuviera a él aquí delante y me
contara lo que piensa. Estoy seguro de que hablaría de estos tres fundamentos:

-Mi gente es mía (no de mi propiedad, hablo de mi responsabilidad).

-Quiero aprender a tratarles mejor (no es filantropía).

-Necesito ayuda, sea de ustedes (RRHH) u otros que ya me buscaré.

Y toda la conversación posterior se resumiría en este Decálogo que resonaría como un grito al
cielo. Recuerde usted que el “jefe” le habla al área de RRHH.

1. Que me informen de qué derechos y qué deberes tienen las personas de mi equipo como
sujetos de un contrato jurídico-laboral.

2. Que me enseñen sobre los Convenios Colectivos, sus interpretaciones, sus modificaciones, la
legislación que los sustenta, y algo de filosofía de Derecho del Trabajo.

3. Que me asesoren, que me digan cuál es la política general de la empresa (sobre todo de
RRHH, aunque no sólo ésa), pero no me traigan las respuestas preparadas, que también tengo
algo que decir.

4. Que me enseñen los sistemas de gestión en el momento justo de implantarlos, no tres meses
antes.

5. Que me pidan la opinión sobre la repercusión de lo que han diseñado, sobre todo si va a
repercutir en el sueldo de mi gente.

6. Que me informen y me formen, sin conceptos etéreos ni extranjerismos.

7. Que se acerquen al negocio, que toquen al cliente.

8. Que me escuchen y que no se den la vuelta cuando hablo.


9. Que corrijan, corrijan, corrijan según lo que les dice quien ha aplicado el sistema en nuestra
empresa y no hagan lo mismo que su colega de otra empresa o de una consultora.

10. Escuchen, escuchen y pregunten; escuchen, escuchen y pregunten; (perdón por ser
reiterativo).

Así, todo irá mucho mejor.

José Antonio Prades Villanueva, Experto en Desarrollo Directivo

You might also like