Professional Documents
Culture Documents
Hoy día se le ha dado ese nombre, y se está tomando seriedad sobre el asunto
porque ya muchos adolescentes han sido tan marcados que han querido
suicidarse, mientras que otros han causado masacres y han sufrido fuertes
depresiones. Porque esto deteriora la autoestima y la moral de las personas de
una manera sorprendente. Muchas veces quedan cicatrices de por vida.
Irónicamente puedo decir que hay más conocimiento intelectual, pero cada día
gente más herida, dañada y maltratada, quizás menos sensibilidad. Las
oficinas de los psiquiatras y psicólogos andan más llenas que nunca, pero creo
que gran parte del asunto tiene que ver con la instrucción que van aprendiendo
los niños en sus hogares.
Entiendo que se debe fomentar una cultura de valores altos, donde haya
respeto por las personas. Puede que haya diferencias que nos intenten
separar, pero esas diferencias, no deben ser la puerta que se abra para las
faltas de respeto y el atropellamiento a la dignidad y el respeto que merece
cada ser humano sin importar su edad.
Aún me pregunto cómo logré sobrevivir a tantas cosas que tuve que pasar.
Solo sé que Dios estuvo ahí conmigo fortaleciéndome y consolándome. No
cedí a la presión aunque fue muy fuerte, sobre todo a esa edad donde la forma
de ver la vida es bastante determinante para el futuro. Pero también sé que
tuve un hogar donde mis padres me han amado tan profundamente que me
enseñaron a amarme, respetarme y valorarme sin importar la opinión de los
demás. Sé que pese a que sufrí mucho por estas cosas, no lo utilicé de
pretexto para atropellar ni molestar a otras personas. Más bien siempre he
tratado de respetar a todos aún cuando no lo merezcan.
No porque sea santa, sino porque creo que Jesús así vivió cuando estuvo en la
tierra. Eso sí, no permito que delante de mí se atropelle la dignidad de nadie.
Fue algo que propuse en mi corazón y que trato de hacerles ver y saber a los
demás. Como siempre he dicho la vida es un boomerang, y lo que das se te
devuelve. A muchos que vi burlarse de mí, me ha tocado verlos en condiciones
peores. Y eso no me alegra para nada. Pero los padres y las personas adultas
deben enseñar y demostrar con su ejemplo una conducta donde se fomente
más el amor y el respeto.
La Fiscalía quiere dejar claro que estas actuaciones no quedarán impunes y que los
alumnos que acosen a sus compañeros por estas motivaciones, o por cualesquiera otras,
tendrán que comparecer ante la justicia. El País
Bullying