c Enseguida se sugieren algunas de las características de la persona que ha acumulado
verdadera madurez. c Acepta con gratitud que se le critique y aprovecha las críticas para superarse. c No se entrega a la autocompasión. Ha empezado a creer que las leyes de la compensación funcionan en todas las cosas de la vida. c Nunca espera ser tratado con especial consideración por otras personas. c Sabe controlar sus arranques de mal genio. c Se enfrenta a las emergencias con serenidad c No se deja herir fácilmente en sus sentimientos. c Acepta la responsabilidad de sus propios actos sin escudarse en excusas. c Ha superado la etapa de pretender de la vida "el todo o el nada" y reconoce que ninguna situación o persona es totalmente buena o totalmente mala; además, ha empezado a apreciar las ventajas de "el justo medio". c No se impacienta ante retrasos razonables. Ha aprendido que é1 no es el árbitro del universo y que frecuentemente tendrá que ajustar su voluntad a la conveniencia de otras personas. c Es buen perdedor. Puede tolerar la derrota y la decepción sin quejas ni lloriqueos. c No se preocupa indebidamente por las cosas que no puede remediar. c No es dado a jactarse ni a exhibirse en acciones socialmente inaceptables. c Se alegra sinceramente ante el éxito o la buena suerte de otros. Ha superado los sentimientos de envidia y de celos. c Tiene la suficiente amplitud mental para escuchar reflexivamente la opinión de otros. c No busca continuamente defectos en otras personas. c Planea con anticipación en vez de confiarse en la inspiración del último momento.