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íEfectivamente yo te dije que la literatura es una friega en cierta ocasión que hablamos por
teléfono. Sí, hay un gran trabajo detrás del acto de escribir, pero no sabrí
a hacerte una gran
disertación sobre la friega que es la literatura..


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íNo sabrí
a decirte. Ojalá y fuera yo Monsi-váis.

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•
 


í¡No son magní ficos! Los escribo como puedo. Te puedo decir cómo surgió uno de ellos. Yo
vi una vez un cuento que se llama La casita de sololoy. Vi una vez a una amiga mí a, peinar a
su hija. Vi que estaba muy nerviosa, muy cansada. Le cepillaba el pelo con saña, hasta con
furia. Me dolió mucho que la peinara en esa forma. De ahínació el cuento que es la historia
de una mujer que justamente al terminar de cepillar su pelo, de medio levantar su casa
íporque viví a en una casa toda tirada; cada vez que abre un clóset se le caen en la cabeza
los tenis de todos los niñosí sale corriendo destapada de su casa, como queriendo escapar
hacia otra vida. Camina a otro barrio que es más rico, encuentra a una amiga de la infancia,
se mete a esa casa y se abre ante ella la posibilidad de una vida distinta para ella, incluso de
volver a encontrarse a un novio que no la mire con tanta indiferencia o con esa mirada
bovina y agresiva con la que la mira su marido. Decide que va a ir a un salón de belleza
porque va a ir a una cena invitada por esa amiga. Finalmente regresa a su rutina, a su
marido, a recoger los calcetines, a limpiar el aro negro que se hace en la tina, a juntar
zapatos. Ese cuento sínació exactamente de la imagen que tuve de esa mujer que peinaba a
su hija con rabia. Otros cuentos a veces nacen de alguna realidad dolorosa o de alguna cosa
que se me ocurre o sucede.

De mi mamá tengo el recuerdo de una mujer de una enorme belleza, que tení a vestidos
largos; yo veía esos vestidos en el corredor en la noche, cuando vení
a a decirme buenas
noches, cuando se iban a alguna cena. Recuerdo sus pechos que eran muy hermo-sos y muy
blancos y su olor: muy perfumada. No puedo decirte más. Yo vivímucho con mis abuelos. Mi
abuelo me enseñó un poco a leer y a escribir, además de matemáticas. Poste-riormente me
mandaron a la escuela, lo cual me aterró. Después fuimos mi hermana y yo a una escuela
comunal, muy estricta, una escuela francesa y ya. Después nos vinimos a México, mi
hermana, mi mamá y yo. Nos vinimos en un barco de refugiados, más o menos, que se
llamaba ³El Marqués de Comillas´; mi papá se quedó en la guerra. Todaví a recuerdo mi
último pollo en Francia, muy rico.


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íYo tengo la fijación del periodismo. Siempre me ha ayudado. Nunca me he sentido


realmente ni novelista, ni cuentista, ni pretendo crear; y eso en cierta manera me salva
muchísimo, porque yo veo que muchos escritores se pasan las noches refutando a un
malvado que los atacó o sufren lamentándose: ¡Ah, yo no estoy en tal anto-logí a!

Para míes una gracia aparecer como escritora, porque todo lo que yo he hecho lo sustento
un poco en el periodismo. Para hacer una novela, por ejemplo Hasta no verte, Jesús mío, fui
mucho a ver a la Jesusa, investigué mucho, hablé mucho con ella. Y para hacer la novela en
la que estoy trabajando ahora, Tina Modotti, utilizo mucho las muletas de la investigación:
voy a la Hemeroteca, hablo con mucha gente, hago muchas entrevistas anticipadas o
prioritarias a la novela. Después ya me lanzo a escribir, detrás de cada libro hay como mil
hojas de investigación y de trabajo. Mi idea no es tanto hacer algo creativo, de gran inspira-
ción, como hacer algo informativo; ah, claro, procuro siempre que esté bello, o lo mejor
escrito posible. Procuro un poco decir cosas de mi pa s. Hay en nuestro pa s muchos temas
que no se han tratado, que no se han dicho; muchas cosas que no se han investi-gado,
incluso que son temas de novela. Por ejemplo el asesinato de Chinta Aznar, que era una
mujer yucateca; la encontraron después de un mes, las moscas verdes de la muerte volaban
sobre su cuerpo, por allá por la Avenida Insurgentes. Esta mujer era muy interesante y
siempre quiso que viniera Alfonso xiii a gobernarnos, porque era la nieta de Luis Gutiérrez y
González, uno de los que fueron a traer a Maximiliano. Yo quer a hacer algo sobre la reacción
mexicana a partir de este asesinato y traerlo hasta el d a de hoy.

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¿Lo popular? No sab a que eras semejante torturadora. ¿El habla popular? Yo conoc el
habla popular justamente cuanto llegué a México, a los 9 años. S , a los 9 años, cumpl esos
años en el barco. Mi contacto inmediato fue con las sirvientas. Dec an ³yo vide´, dec an ³la
suidad´ y una serie de palabras como ³naiden´; ellas hablan de cosas que a m me parec an
mágicas; era seguramente el lenguaje popular. Ese mismo lenguaje lo utiliza Jesusa
Palancares; pero, en realidad, no lo usa, porque la Jesusa no habla con el lenguaje popular
que se usa en toda la República. Ella dice unas cuantas cosas populares. Fui yo quien metió
todo el len-guaje popular que ha o do en toda la República; hay modismos de Guadalajara,
hay cosas de muchas partes y también hay cosas inventadas. Cuando a la Jesusa le
preguntan cómo era su marido o su novio, dice: No era ni alto ni chaparro, ni gordo ni
flaco, una cosa as ³apopochadita´. Uno se pregunta qué es eso de apopochadito. Quién sabe
qué será: es algo mágico y es parte del lenguaje popular. Hay muchas descripciones que a
m se me quedaron muy grabadas. Recuerdo que una señora Magdalena, que yo estimaba
mucho y que vend a buñuelos, me dec a: No vayas a platicar con aquel hombre, porque
platica puras ³distancias´ . Como idea poética, es preciosa. Y as hab a muchas expresiones
que quizás si las hu-biera o do más tarde cuando uno es mucho menos poroso, entonces no
se me hubieran quedado grabadas. En cambio nunca le Platero y yo, nunca supe del Siglo
de Oro Español. Yo tengo una educación espe-luznante, totalmente deficiente, porque aqu
vine a estudiar inglés. Recientemente fui a dar una conferencia a Harvard. Estaba yo entre
puros gongoristas y quevedistas; es-taba toda aterrada porque les ten a que hablar de la
onda, de popotitos, etc., y dec a yo: Van a decir que cómo pudieron invitar a esta mujer que
confundió a Harvard con una discoteca, pero s es cierto que mi formación es popular. Y para
no decir, como dice Margarita, que me estoy minimizando, s hay en m una formación
francesa, una formación inglesa porque a mi mamá se le ocurrió mandarme a un convento
de monjas del Sagrado Corazón. All s nos hac an leer a Shakespeare. En fin, le un poquito.

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Algunos cap tulos están totalmente basa-dos en la vida de Jesusa, están tomados in-cluso
de sus palabras, y otros cap tulos, no; en ocasiones recurro a fragmentos novela-dos.

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S , es una novela testimonial. Es igual a La noche de Tlatelolco; la que está hecha con la
voz de la gente que no ten a acceso a los periódicos ni a los periodistas.

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Desde luego, si una gente como Jesusa no piensa muy bien de los revolucionarios, pues
tiene toda la razón y su testimonio es absolutamente ver dico. La Jesusa s conoció a
Emiliano Zapata y yo no lo conoc . S conoció a Pancho Villa y yo no; por lo tanto, eso es lo
que cuenta.

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  •
 

 No, si no es Jesucristo. No sé qué har amos con Emiliano Zapata.

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 ¿En la reencarnación de Emiliano Zapata? Mi abuelo cre a que uno se continuaba en sus

hijos, en sus nietos. La Jesusa cree en la reencarnación y es una manera de ayudarla en esta
vida tan dura por la cual atraviesa, una vida de sobrevivencia, una vida de haber cómo llego
de hoy en la mañana a hoy por la noche. Por ello, pensar que antes fue feliz le proporciona
felicidad. As deca:  Ahora me va mal a m, porque antes fui un hombre malo o  ahora
me va mal porque yo antes fui reina . Uno quisiera abrazarla y decirle tomándola en brazos:
 No, ahora es cuando vas a ser reina . Eso es muy doloroso.

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 Mi interés en la vida de los demás. La soledad te enseña a escuchar mucho a los demás,

porque siempre quieres aprender de los demás, es decir, volverte un poco es-ponja.

•    


 Ay, no sé, tú quieres que diga cosas muy importantes. Para ti ¿qué es, a ver?

•! •
  

 Yo me voy a crucificar solita aqu , Margarita. Me haces preguntas dificilsimas. ¿Qué es la

soledad? Pues no sé. Todos estamos más solos que la chifosca mosca. Yo no sé, la soledad
la conocemos todos, la vivimos todos. Y también para volver a Rosario que deca ³Solas
solteras, solas casadas´. Hay mucha soledad en las mujeres, porque cuando tienen a los
hijos, pues hay que ocuparse de ellos; pero cuando los hijos crecen y se van, entonces hay
mucha soledad. La soledad es el signo de los seres humanos. ¿Cómo se rompe? Pues
escribiendo, como lo ha hecho Rafael Gaona. Tratando de hacer algo. La soledad es parte de
nosotros y es lo que vivimos cotidia-namente. Si nosotros nada más contáramos las horas
que empleamos dentro de un automóvil para venir aqu a la Ciudad Universitaria, ésa ya es
una cuota enorme de soledad. O bien la soledad que empleamos durante el da« la mayor
parte del tiempo estamos solos. No estamos solos para comer; yo estoy sola para dormir.
Estamos solos para una serie de cosas. Vivimos solos.


• '   

 Claro que s , bueno, vivimos con nuestros hijos, pero ellos tienen su vida, no vamos a estar

siempre encima de ellos para ³joder-los´, como tú dices«

•   ! 


()

 [Guarda silencio, y después contesta.] Una definición o una idea de m creo que no la

tengo. Pienso siempre en función de las obligaciones que tengo como madre y como
periodista. En lo que tengo que hacer mañana. En un cúmulo de actividades; pero ¿quién
soy? Es horrible autodefinirse. ¿Oye, qué piensas tú, Margarita?
Elena Gallegos, Claudia Herrara
La Jornada
Ciudad Méxio
Martes 13 de marzo 2007

{V Mexico asumirá liderazgo, sin importar lo que diga EU


{V Reconoce que es válida y hasta deseable la red de apoyo a AMLO
{V Respeto al zapatismo porque abrió una conciencia nacional que no ten amos respecto de
la dramática desigualdad social, sobre todo en las zonas ind genas; no ha incurrido en
acciones de guerra, lo cual aplaudo

El presidente Felipe Calderón asegura que jamás permitir a que Estados Unidos lo usara como
ariete para golpear a la izquierda latinoamericana. Conviene en que buscará, en cambio, que
México ejerza un liderazgo en la región, porque está necesitada de ponderación, equilibrio y
sensatez. Sobre la visita que anoche inició el presidente George W. Bush, dice que no quiere
generar grandes expectativas, pero espera que Estados Unidos reconozca y valore que la relación
con México es la más importante para ellos. En torno de las cr ticas por la tardanza en el viaje
del mandatario estadunidense, señala: más vale tarde que nunca.

En una larga conversación con La Jornada -la primera que sostiene con este diario desde que ganó
la candidatura presidencial- habla de su partido y, si bien soslaya las diferencias con el dirigente
panista, insiste en que reflexivamente el PAN tiene que asumir que ganó y ser corresponsable
con su gobierno. Agradece que, dado su estilo, en los d as recientes el ex presidente Vicente Fox
haya sido cauto.

Comenta que, como siempre, respeta a Andrés Manuel López Obrador, pero que no le ha hecho
sombra. Ofrece que seguirá buscando una relación constructiva con el PRD y que desea una
colaboración directa con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, con quien,
bromea, es necesario echarme unas carreras en bicicleta, ahora que el perredista estimula el uso
de ese medio de transporte.

A continuación se reproducen extractos de la entrevista realizada ayer es su despacho en Los


Pinos:

-¿Cuál es la decisión más difcil de estos 100 d as?

-¡H jole! Son varias. La más compleja ha sido la integración del gabinete.

-¿Se siente satisfecho?

-S . Aunque, bueno, esa decisión fue propiamente en los d as previos. En cuanto a estos 100 d as,
pues las acciones en materia de procuración de justicia: los operativos, las extradiciones.

-En unas horas será anfitrión del presidente George W. Bush, ¿qué espera de la visita?

-No me gusta generar grandes expectativas en temas dif ciles. Espero que la relación pueda ser
fortalecida y seguir con una estrategia que nos permita defender los intereses nacionales. No doy
por descontado, aunque sé que es difcil, que as  como para nuestro pa s la relación más
importante es con Estados Unidos, que Washington reconozca y valore que la relación con México
también es la más importante. El presidente Bush lo dijo en 2001, antes de los atentados del 11
de septiembre.

Mucho se ha dicho que el viaje del presidente Bush es tard o -continúa-, pero más vale tarde que
nunca; más vale que en los últimos años de su gestión se dé y se reconozca la importancia que
tiene la relación con México.

-Hay quienes señalan que Washington buscará usarlo como ariete contra los gobiernos de
izquierda en Latinoamérica...

-¡No lo permitir a! La verdad -ataja- es que no me interesa ser instrumento de Estados Unidos ni
de ningún otro pa s. He dicho abiertamente que México debe ejercer un liderazgo en la región
acorde con su tamaño, historia, posición geográfica y económica en un momento en el que
América Latina está necesitada de ponderación, equilibrio y sensatez, e inmersa en una discusión
acerca del rumbo que deben tomar nuestros pases.

Mi propósito es que México asuma un liderazgo claro, independientemente de lo que piense o
deje de pensar... de lo que quiera o deje de querer Estados Unidos. Y no creo que ayude en nada
esa identificación (de ariete).

-Entonces s  tiene la percepción de que dejamos de ser como el hermano mayor...

-La importancia de México en la región no se ha perdido. Hay muchas cosas que reconstruir y
fortalecer en lo que se refiere a nuestra presencia diplomática.

-Con Cuba las relaciones están prácticamente congeladas, ¿seguirán as ?

-Ya las sacamos del congelador y estamos trabajando discreta pero intensamente en restablecer
una relación cada vez más fluida y sólida.

-¿Se ha propuesto viajar a Cuba?

-Inclusive lo hemos planteado. He expresado mi interés en visitar a Fidel Castro, e


independientemente de que me alegra tener noticias de que se recupera, no descarto la
posibilidad de programar una visita de trabajo o de Estado a la isla. Para ello tiene que haber un
proceso que acelere el restablecimiento de una relación diplomática constructiva con ese pa s.

-Pasaron casi nueve meses del 2 de julio. Desde Los Pinos, cuáles dir a que fueron las lecciones
que le dejaron los comicios y el conflicto poselectoral.

-Tiene que reformarse, transformarse la manera en que integramos autoridades. Es decir, los
procesos electorales. Nos falta todav a mucho camino que recorrer para asumir con objetividad y
veracidad una cultura democrática que tiene que darse cuando se gana o se pierde. También veo
que el pa s requiere respuestas muy, muy rápidas a males que son añejos y que están muy
enraizados en el sentimiento de la gente.

-Usted ha puesto énfasis en el fortalecimiento de la institución presidencial, ¿qué tanto tiene esto
que ver con las pifias y los excesos verbales de su antecesor?

-Yo no juzgo al ex presidente. Cada quien afronta con estilos diferentes las circunstancias que le
toca enfrentar. Lo que s  creo es que el ejercicio del poder público, concretamente de la
Presidencia, tiene que hacerse con mucho respeto a los ciudadanos y a la institución misma.

En la medida en que se descuida esa vinculación de respeto, se debilita la capacidad misma del
poder público. Por eso sé que, más allá de lo cercano o familiar que uno se perciba, es muy
importante cuidar las formas, imágenes, tradiciones, contenidos...

-Las recientes declaraciones del ex presidente Fox (señaló que se tuvo que retirar del proceso de
desafuero emprendido contra Andrés Manuel López Obrador, pero que el 2 de julio se desquitó con
el triunfo de Calderón) parecen no ser producto de la casualidad...

-Tienen mucho que ver con su manera de ser -dice Calderón, quien más tarde recibió al ex
mandatario en Los Pinos, donde compartieron la comida-; yo lo entiendo as . Lo respeto y valoro.
Me queda claro que ninguna de sus declaraciones han sido de mala fe o con intención de causar
algún perjuicio. Forman parte del estilo.

No se queda ah , al precisar: considero además que él, conociendo su propio estilo y su manera
de ser, también ha hecho un esfuerzo importante por moderarse y ser cauto, por lo menos
últimamente, lo cual yo valoro.

-Si no, lo tendr amos declarando a diario...

El presidente Calderón sólo esboza una sonrisa.


-¿Se les debe seguir pagando o no a los ex presidentes? -se le cuestiona.

-Tanto lo del sueldo de los presidentes como la posibilidad de que perciban una pensión lo debe
determinar la gente que sabe. De lo que s  estoy convencido es que debe preservarse la
seguridad. En mi caso, por supuesto, estoy absolutamente convencido, porque hemos tocado
muchos intereses.

Tal vez debe revisarse también el marco de acción de los presidentes y secretarios de Estado
cuando dejan su encargo. Todav a hace falta mucho en la legislación que existe en materia de
conflicto de interés, manejo de información privilegiada, etcétera. Lo que creo es que no son cosas
que se definan, en un sentido o en otro, desde el impulso pol tico.

-Para usted la seguridad f sica de los ex presidentes es asunto de seguridad nacional.

-¿Cuidarlos? S .

-Antes de tomar posesión, el ex presidente Fox dijo que gobernar a él, no el PAN. Ahora parece
que usted tampoco puede gobernar con su partido, porque hay una parte del panismo con la que
tiene diferencias. Manuel Espino va y dice en Colombia, por ejemplo, que ocho gobernadores
pri stas apoyaron su campaña...

-Yo estoy muy agradecido con el PAN, con los militantes, con los legisladores. Me siento y estoy,
generalmente, en casa con los panistas. Con el presidente Espino, pues tengo una relación
respetuosa, más coordinada de lo que parece, digámoslo as . Esto también corresponde a estilos y
formas de pensar distintas.

Hago todo mi esfuerzo y sé que él también, para armonizar esa relación, para que que finalmente
la Presidencia y el gobierno funcionen bien, y en eso el PAN tiene que jugar un rol muy relevante.

-Es el partido en el gobierno...

-El partido asume una responsabilidad al postular a un candidato y al ganar una elección. En el
gobierno esa corresponsabilidad debe ejercerse, valga la redundancia, responsablemente.

-¿Qué errores no repetir a, de la experiencia de Fox en su relación con el PAN?

-Más que juzgar a Fox -vuelve a repetir la frase- lo que creo es que el partido en el poder debe
ejercer el gobierno corresponsablemente. No puede haber un abandono; no puede decirse, 'bueno,
ah  está el gobierno y yo seguiré siendo oposición porque esa es mi naturaleza'. No es as . Ganar
es una oportunidad de gobernar. Esta es la parte más importante: el PAN, y me incluyo porque
esa cultura la aprend  y viv  durante mucho tiempo, tiene que asumirla reflexivamente.

-¿No le han resultado más complicados Fox y Espino, que López Obrador?

-Ehhh... Ninguno de los dos o de los tres han sido complicados, lo que se dice complicados. Cada
uno ha asumido una actitud acorde con sus convicciones y preocupaciones. Yo no veo
complicación en ello.

-¿Le incomoda que se haya reactivado la comisión que investiga a los hijos de la señora Marta
Sahagún?

-No me incomoda. He sido legislador varias veces y sé que esas inquietudes deben ser
desahogadas y esclarecidas. Lo único que pido es que as  como nadie debe ser exonerado cuando
haya pruebas que lo incriminen, tampoco nadie debe ser acusado o condenado cuando no las
haya.

-¿Cómo va a evitar que los parientes sean usados por empresas para hacer negocios con el
gobierno?

-El tema de los parentescos debe ser regulado no sólo para evitar situaciones reales o aparentes
de nepotismo, sino para evitar el tráfico de influencias, que muchas veces se da sin el
consentimiento o el conocimiento del propio gobernante. Hay una tendencia a usar o aprovecharse
de la cercan a, el manto de la influencia y hasta el apellido. A m , por ejemplo, me han salido, en
estos meses recientes, muchos parientes -se r e.

Tomé la decisión, y la conoce toda mi familia, que de ninguna manera habrá trato preferencial
para ellos, para nadie. No ha faltado quien lo tome como una señal de agravio y desatención, pero
ni hablar.

-Prometió que rebasar a por la izquierda a López Obrador, ¿a qué se refer a con izquierda?
¿Mantiene ese propósito?

-Fue una expresión muy citada, ¿no? A lo que me refer a y me refiero es a tener un gobierno con
una pol tica social muy activa, con pol ticas públicas eficaces para abatir la desigualdad. En este
arranque de gobierno la agenda ha estado dominada por el tema de seguridad, pero mi esfuerzo
se encaminará a lograr que la agenda social sea el referente para la gente que ha sufrido la falta
de equidad durante décadas.

-¿Le ha pesado la sombra de López Obrador?

-No. La verdad, no. Me parece que tiene un liderazgo social muy relevante, El ha seguido con sus
ideas, con las cosas en las que cree. Trabaja intensamente, desde luego, en articular una red de
soporte de seguidores, lo cual me parece válido y l cito, incluso hasta deseable, porque es
fundamental que puedan canalizarse de manera articulada las distintas expresiones pol ticas. Yo le
sigo guardando el mismo respeto de siempre.

-¿Y su relación con Marcelo Ebrard?

-Es buena; constructiva. No es directa del jefe de Gobierno con el Presidente de la República. Me
gustar a que lo fuera, porque se avanzar a más. La colaboración entre los secretarios es cotidiana,
fluida. Los operativos, dignos de encomio, que ha emprendido Marcelo Ebrard, han contado con el
respaldo, discreto si se quiere, tanto de la AFI (Agencia Federal de Investigación) como de la PFP
(Polic a Federal Preventiva) y la SIEDO (Subprocuradur a de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada).

En mi propuesta de Ley de Ingresos contemplé el techo de endeudamiento que solicitó el jefe de
Gobierno. Quisiera mayor espacio de colaboración, porque los más altos ndices de inseguridad en
el pa s los padece no sólo la ciudad de México sino la zona metropolitana. Hay muchas
coincidencias. Podemos colaborar hasta en el programa de est mulo al uso de la bicicleta. Yo creo
que es necesario echarme unas carreritas con Marcelo Ebrard.

-¿Qué tan bueno es en la bici?

-Pues regular, aunque siempre he tenido bici.

-¿Existe o no, para usted, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, porque nunca lo menciona?
¿Existe o no el conflicto?

-S , por supuesto. Efectivamente no lo menciono frecuentemente. Tampoco está, para bien o para
mal, en los temas relevantes de la agenda nacional. Respeto además al zapatismo, porque abrió
una conciencia nacional que no tenamos respecto de la dramática desigualdad social, sobre todo
en las zonas ind genas.

Existe pues, como movimiento articulado en torno a ideas y propuestas. No ha incurrido en


acciones de guerra, lo cual yo celebro y aplaudo, porque finalmente implica un gesto de
responsabilidad con el pa s y creo que hay que seguir actuando en los temas de equidad y pol tica
social.

-¿Hasta dónde está dispuesto a aceptar y tolerar la cr tica? ¿Qué recogerá de ésta, y cuál será su
relación con los medios cr ticos?

-He aprendido mucho de mis cr ticos y, sobre todo, de los caricaturistas. Tener referentes cr ticos
habiendo sido yo mismo un cr tico durante tantos años, es de gran utilidad. Lo que busco es que
los cuestionamientos se den en torno a principios de verdad, de veracidad, y tendré una relación
respetuosa e indiscriminada con todos. En México, como en cualquier pas, siempre es preferible
apostar por la libertad que pensar en cualquier tipo de restricción.

-¿Está de acuerdo con que más de 80 por ciento de los recursos públicos que gobiernos y partidos
destinan para difundir sus programas y propuestas se concentren en medios electrónicos,
principalmente las televisoras?

-Es urgente reformar el marco pol tico-electoral. Nosotros hacemos nuestros planteamientos y
dejamos el espacio institucional del Congreso. Qué bueno que los legisladores estén asumiendo un
liderazgo en materia de reforma del Estado y pol tico-electoral. No quiero frustrar o estorbar a
este propósito tratando de meter, a como dé lugar, una agenda propia del Presidente.

-¿Su gobierno está pagando facturas por los apoyos recibidos el 2 de julio, con el PRI, con Elba
Esther Gordillo, con los empresarios...?

-En la campaña puse a mi equipo la regla de que la recaudación que se tuviera fuera l cita y no
dudosa en su origen. Como lo dije en su momento a los donantes: yo no tengo ningún
compromiso, el único es ganar. Me ayudaron mucho las circunstancias, porque hab a temor a mi
oponente (se refiere a López Obrador), as  que mucha gente lo único que buscaba era mi triunfo.

Después de la campaña reun  a los donantes. Les dije, 'gracias por su apoyo y también por no
haberme pedido nada, porque voy a gobernar con absoluta libertad'. De hecho, hay gente que
colaboró en la campaña y a la que le han afectado significativamente muchas medidas fiscales que
hemos tomado.

En cuanto a la señora Elba Esther Gordillo -argumenta-, ella es la l der y la presidenta del SNTE
(Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación). Tengo una relación de respeto, obligada,
con ambos. La tengo yo al igual que los gobiernos panistas, pri stas y perredistas. Prefiero esa
relación de frente, con acuerdos pol ticos claros que me permitan no sólo gobernar, sino
establecer, de parte de ellos, compromisos con la calidad educativa y con otras reformas al sector
que, sin su concurso, no se dar an.

Respecto del PRI puedo decir que está asumiendo, de manera responsable, su rol como partido
de oposición, y eso le está dando una importancia mucho mayor a la que tuvo en las urnas. A m
me gustar a tener una relación igual de constructiva con el PRD, y estoy seguro que a este partido
le ir a mucho mejor de como le va ahora. ¿Por qué? Porque la gente valora la cooperación, el
diálogo. Hay una madurez en nuestra cultura pol tica y una opinión pública sensata; van un paso
adelante de los partidos, por desgracia.

-¿Buscará esa relación con el PRD?

-S , la he buscado y espero que el PRD lo procese, aunque más allá de si hay o no relación
conmigo, los gobernadores perredistas actúan de manera constructiva y son correspondidos. Lo
mismo puedo decir de los legisladores.

Volviendo a su pregunta anterior, tengo la firme convicción de que el único compromiso que tiene
el Presidente es con el pas, más allá de que en el gobernar cotidiano haya factores reales de
poder que se enfrentan todos los d as, y frente a ello hay que escoger las batallas
adecuadamente.

-En Oaxaca hay una crisis de derechos humanos. Durante el conflicto murieron 23 personas y 200
están en las cárceles. Para el gobierno federal, ¿ya terminó el problema?

-No, al contrario. Es un tema muy delicado. La única manera de enfrentarlo es siendo


escrupulosos en el manejo de la ley. Para unos y para otros. La ley tiene que aplicarse al gobierno
del estado y a los secretarios y ministerios públicos, y también a los ciudadanos. En eso se tiene
que ser absolutamente parejo.

Le he dado instrucciones al secretario de Gobernación para que haya un seguimiento cercano y
puntual de ese tema. Vamos a atender y revisar escrupulosamente las recomendaciones de la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos para evitar que instituciones federales, por cualquier
motivo, incurran en violaciones. Tampoco habrá solapamiento de ningún tipo.
-El uso del Ejército en los operativos, el matiz de sus recientes iniciativas en materia penal,
producen temor de que haya tentación autoritaria, mano dura...

-No tengo ninguna tentación autoritaria, y no creo en la mano dura. Creo, en cambio, en la mano
firme. La mano dura tiene connotaciones de violación a derechos humanos, ignorancia de la ley,
desconocimiento de la democracia. Yo me formé en la lucha por los derechos humanos, por la
democracia, por la legalidad. El Estado, en cambio, debe tener claridad y firmeza en el combate a
enemigos verdaderamente peligrosos.

El grado de descomposición y de avance de la delincuencia organizada es tal, que debemos


acumular toda la fuerza del Estado para hacerle frente en una batalla que no podemos darnos el
lujo de perder. Las organizaciones criminales, con la mano en la cintura, comenzaron a decapitar
gente y a aterrorizar a la población, y por eso se requiere de todos una respuesta sólida y
contundente. Sé que mi tarea como Presidente es tomar el toro por los cuernos y no evadir esa
responsabilidad.

-¿No teme que involucrar al Ejército en esas tareas se traduzca en violaciones a los derechos
humanos?

-Eso no depende de que sean militares o no. Pueden ser polic as o ministerios públicos. Lo
evitaremos en la medida en que seamos capaces de hacer valer el marco institucional, y que
medios y sociedad vigilen su actuación. No vamos a tolerar ningún acto de impunidad del Ejército
o de quien sea.

A manera de despedida, comenta: he estado pendiente del caso de la señora que se dice
asesinaron en Zongolica (tras una presunta violación tumultuaria por militares). La CNDH
intervino, y lo que resultó de la necropsia fue que falleció de gastritis crónica no atendida. No hay
rastros de que haya sido violada. Ojalá ustedes puedan tener, por sus medios, acceso a esa
información.

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El maestro José Emilio Pacheco ²articulista, narrador, ensayista, poeta, traductor y


ahora presidente de un Congreso de Escritores, la mayor a en desgracia- elude las
entrevistas. Sin embargo, un da se percató de que haba mentido y ante su amiga,
Elena Poniatowska, confesó: Sin quererlo ment. Uno siempre s e engaña acerca de
s mismo y se imagina su propio pasado. Yo estaba seguro de no haber dado nunca
una entrevista, y dos años después de escribirle a Moore comprobé que no era as.
Hay por lo menos dos entrevistas: una contigo, en 1968, y otra anterior con Beatriz
Reyes Nevares.

Con la venia del poeta, quien considera que  


 
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, debo informar al público presente, pero sobre todo a quienes
ya no están y a los que vendrán, que José Emilio Pacheco ha concedido al menos
siete entrevistas, contada la m a, que jamás existió, antes de quedar escrita para
este acto-homenaje en la Ciudad de Puebla. Dicho lo cual, les pido se sume al mito
como un nuevo fantasma y para regocijo de Borges.

¿Por qué escribe maestro? ! *   #+



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El poeta busca que alguien lo vea (¿Nietzsche?); hacer útil la inútil dependencia de
ver y dejarse ver por otros ojos (Zaid).

José Emilio Pacheco, narrador, perfiló a Adelina y as rescató ²para otros² a La
reina en   
 

. Por él supimos de sus vac os, su envidia. Y de Óscar, el
hermano burlón e insensible. Éste le hizo ver que el suelo de aquel * *, en
realidad un patio de casa antigua, iba a desplomarse si la protagonista no
adelgazaba.
Por esa   podemos recordar que Adelina sol a escribir un diario con tinta verde
sobre un cuaderno rayado, y que lo manten a oculto dentro de su ropero. El
destinatario de sus secretos y lector perdido se llama, desde 1963, Alberto. Adelina
carece de interlocutores válidos y, por lo mismo, se confió al papel. Redactó: Si mi
padre me quisiera tanto como yo creo, ¿no te parece?, ya me hubiera mandado
lejos, a España, a Canadá, a Inglaterra, a no sé dónde, lejos de todo este infierno
que mi alma sin ti ya no soporta.

Pero el autor onmividente le contagia sus dudas y cambia: 1


2


     
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La protagonista continúa su relato de fobias recién actualizadas por el arribo de una


nueva versión del carnaval de Veracruz, hasta alcanzar una frase que parec a
encender, por fin, su corazón ²intermitentemente, como marquesina   

² para que Alberto lo viera: ... No me acuerdo de ningún otro d a, tan
bonito como aquél en que nuestras vidas se encontraron para ya no separarse
jamás.

El heredero de S sifo corrige de nuevo:  $  ".

Con estos recursos, en apariencia sencillos, el narrador nos va conduciendo por el


Parque de diversiones, nos gu a por su obra: un juego de cajas chinas en donde
nadie ve a nadie sin que al mismo tiempo sea mirado, juzgado y condenado. Quien
narra explica y es quien ve al lector que lo observa, hasta fundirse ambos en una
misma hoguera. En la periferia del c rculo, principio y fin son uno: Heráclito.

GE.- ¿Es usted una piedra pulida por el mar, al que no vemos sino encarnado en
sus obras? Perdón por l a insistencia.  
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JCM.- ¿A qué se debe este olvido en que de repente caen algunos autores?


  

      
  

 




   

 
 



 



 
 

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JCM.- Entonces, es normal.

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JCM.- Y su obra, ¿pasará también por el purgatorio?

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GE: Ese texto me recuerda a Jorge Luis Borges, maestro. A los comerciantes de la
literatura... Puede ser que haya atinado. Si fuera as , usted se hubiera re do
rebatiéndome: ¡Noooo. Esto lo pensó u sted! Por cierto, ¿ya vio los nuevos
adoquines de Reforma? Sin embargo... ,8- 
 

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 No José Emilio. El maestro Gabriel Zaid asegura que ningún verdadero
escritor tiene algo que decir embotellable en distintas formas, y Hoffman quer a
meter a los malos escritores dentro de unas garrafas, como castigo por su osad a.

Por José Emilio Pacheco, autor, que rescató del olvido, imaginó y tradujo para s y
para nosotros        , sabemos o recordamos qué tanta importancia
puede llegar a tener el sentimiento del rid culo durante la infancia (y después,
más). Jorge tuvo que rehacer la redacción de las cartas dirigidas a Ana Luisa,
mismas que, por no sé que man as del engranaje burocrático llegaron a las manos
de todos nosotros, los observadores: sus lectores, problema que nos aleja hasta de
la camarader a, pero nos acerca en la amistad, según confió a George B. Moore en
su   
.

Y ya metidos en la función judicial (¿Freud o López Velarde?), pasemos a la


isotrop a de las cartas que la propia Ana Luisa enviaba a Jorge. Tanto le avergonzó
su redacción y ortograf a a aquel lector de /   $1 , que se
apresuró a transcribirlas correctamente en un diario que él también ²como
Adelina² escond a de los inquisitivos ojos familiares. Será imposible olvidar que,
quien pretenda escribir algo más o menos presentable necesita leer much simo,
incansablemente, consciente de que: todo envejece, excepto el poeta apócrifo
Julián Hernández al dirigirse A los poetas que vendrán. ( 

 
).

Por cierto, maestro, Adelina, ¿era fea por ser hermana de Óscar, el mismo que
reveló el secreto ²por todos conocido ² de Ana Luisa? ¿Gorda y fea porque golpeó
a Jorge al salir de la escuela? ¿Se acuerda usted de Zenobia ²/% ² cuando
lanzó esta queja a su confesor: Qué injusticia ¿no cree? Nadie escoge su cara. Si
alguien nace fea por fuera la gente se las arregla para que también se vaya
haciendo horrible por dentro. A los quince años, padre, ya estaba amargada... ¿De
quién estamos hablando en realidad? De Langerhaus, el niño alemán a quien todos
molestaban en la escuela: ...Era un genio, un niño prodigio. Los demás no éramos
nadie: ¿cómo bamos a perdonarlo? No sé, José Emilio. Estamos todos en el
azogue del espejo. Hasta El sapo al que deseamos aplastar: Trágico impulso
humano: destruir/ lo mismo al semejante que al distinto. (9 * ).

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¿Qué le parece ésta, maestro?:


Como Ulises me llamo nadie. Soy tú porque eres yo. O serás porque fui.../ Después me volv 
lugar común para simbolizar la sabidur a. Lo más sabio suele ser lo más obvio. Y como nadie
quiere verlo de frente, nunca estará de sobra repetirlo: /No somos ciudadanos de este mundo sino
pasajeros../ Serena máscara, secreto rostro que te niegas a ver.../, yo soy tu cara auténtica, la
que más te aproxima a tus semejantes/... que a golpe de luz erigen la apariencia del mundo, tu
entendimiento de lo que llamamos realidad.../ la señal de Ca n, el odio a tu propia especie, tu
capacidad bicéfala de hacer y destruir, hormiga y carcoma... /Sin m , qué cárcel ser a la vida en la
tierra.../ Gracias a m  todo es valioso porque todo es irrepetible y efmero...

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  (El Norte, Monterrey, 1995).

GE.- José Emilio, usted se metió en bosques circulares, según podemos leer en las
menciones de sus filósofos y poetas queridos: el fuego se transforma en mar; de
ese mar la mitad se transforma en tierra; la otra en tempestad y ésta posee sus
propios e inesperados rayos: el timonel. Entra a la muerte y resurrección de las
cosas y afirma que las opiniones de un poeta no interesan. Opiniones humanas:
juegos de niños. Heráclito de nuevo.
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 (La
Jornada, agosto, 2000).

GE.- Maestro: sus textos nos trasladan hacia mares  . Jorge Luis Borges
dijo que la esencia de la literatura radica en la concepción, en el momento mismo
en que se la concibe, la saca a la luz. ¡Entonces s es literatura! En el poema El
fuego, de su libro 6    se advierte un olor a savia conocida: En la
madera que se resuelve en chispa y llamarada,/ luego en silencio y humo que se
pierde,/ miraste deshacerse con silencioso estruendo tu vida. Y no contento con
este poema potenciado, su interés social abre la enorme grieta por la que
sangramos: Y te preguntas si habrá dado calor,/ si conoció alguna de las formas
del fuego,/ si llegó a arder e iluminar con su llama./ De otra manera todo habrá
sido en vano./ Humo y ceniza no serán perdonados,/ pues no triunfaron contra la
oscuridad,/ leña que arde en una estancia desierta/ o en una cueva que sólo
habitan los muertos. Responsabilidad; ética obsesiva. Quizá, como Borges,
Montale, Rimbaud o Mallarmé su felicidad derive del lenguaje. ¿Es cierto que en la
poesa no hay final feliz? ¿Los poetas ²siempre² acaban viviendo su locura?

CG.- ¿Eres muy valiente, José Emilio?

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CG.- ¿Valenta es felicidad?, ¿sera esa la conclusión?

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GE.- Maestro José Emilio Pacheco: imposible negar que todo lo que le fue ntimo y
querido se destruyó, que de usted sólo queda su nombre. ¿Se trata de la  de
Empédocles; mejor dicho, su inverso: uno -muchos, a través del cual un ser se
alter- a; es decir se hace otros? Le que es un camino indefinidamente
reversible sobre s mismo, el crculo cósmico vital, el proceso que no permite que
cosa alguna apoye sus pies en lo eterno: Lo eterno no es suelo propio para los
trashumantes pies de las cosas sujetas al proceso vital cclico. El filósofo escribió:
Lo que sea bello repetir conviene/ dos y aun tres veces. Necesito saber si
derivado de esta     nació el poema   : Piso la tierra
que no es firme/ sino más bien caliza y se desmorona./ Torre de naipes, fugaz
castillo de arena,/ los das que nos tocaron movedizos. He estado pensando si esa
idea de que sus textos son perfectibles ¿tendrá alguna relación con / 
3, su primer libro, publicado en Cuadernos del Unicornio, en 1958? Le aviso
que le el ensayo Naufragio en el desierto de Elena Poniatowska, quien ²producto
de una entrevista² revela su timidez ante el hecho de ser reconocido como una
revelación, y narra cómo se dedicó a difundir que en realidad le caa muy mal al
maestro Arreola, que de todos sus seguidores usted era el detestado, el viudo, el
inconsolable.

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 (a mis poemas
anteriores),

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GE.- Lo mismo ha de haber pensado Flaubert. El fuego del arte verdadero, cuna de
otros, que usted adoptó hoguera en el Centenario de su ausencia (1980) ²

  ², redefine las horas quemadas en la corrección: Muchos juzgan
excesivo este rigor.../ Pero todo escritor debe honrar/ el idioma que le fue dado en
préstamo, no permitir/ su corrupción ni su parálisis, ya que con él/ se pudrira
también el pensamiento./ Su obligación primera consiste/ en escribir prosa o verso
de la mejor manera posible./ El gran estilo de Flaubert no es un vitral ni un
adorno,/ se halla siempre al servicio de lo que narra. Maestro: ignoro por qué este
fragmento me transporta a Rubens, a Daro y a otro poema de su libro 6 $
  . Ahora soy yo la que re ante alguna de sus muchas alegoras plumferas.

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GE.- ¿Lo contrario ser a El pornógrafo? Sé que corro riesgos innecesarios, como
hacen arañas y moscas; conozco su capacidad memorstica, visual y hasta olfativa.
Pero también su humor. Si vamos a ponernos sólo medianamente serios (oh
insoportable aburrimiento), entonces debo entender ambas posiciones como las
expuso y exhibe en los versos 9 y 10 del     del poema Legtima
defensa: Escribe lo que quieras./ Di lo que se te antoje./ De todas formas va a
ser condenado. (1949). Quisiera ser un pésimo poeta/ para sentirme satisfecho
con lo que escribo/ y vivir lejos/ de tu dedito admonitorio,/ autocrtica(1949). Lo
dijo en otros dos poemas: Balance y Manifiesto: En aquel año escrib diez
poemas/ Diez diferentes formas de fracaso. Y: Todos somos poetas/ de
transición./ La poesa jamás/ se queda inmóvil. ¿La crtica a esto ser an Leones y
Grillos? (9 * )


 
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GE.- Por nosotros está muy bien tenerlo aqu dándole la vuelta al poliedro de la
vida, con conciencia despierta en segundo grado, cuando la mayora sólo duerme,
advirtió Parménides. En    avisa doblemente de este pecado
original, harto común en nuestros das: Todo ante m s e vuelve alegora. Muchos
también revisamos a solas aquel cinito impune, la memoria que repite lo que en
ella quedó fijo, su lente doble: la verdad encontrada con su opuesto, lo verosmil, la
certeza que salta de pronto. ¿Usted mencionó un tigre? Por eso tuvo que escribirlo
con tinta roja: La poesa es la sombra de la memoria.

A ver, maestro José Emilio, pare. Estoy cayendo en su


   como    en un
pozo y usted ²con todo respeto² es aquel enorme   agazapado. ¿Corregirse
hasta la daga sin ser definitiva la corrección, no es igual que inscribirse en una
Clnica de belleza? (6 $  ). Como sé que le chocan los recitales lo
diré $. I: Esas que ves ah/ sudando a mares/ pro retorno imposible/ fueron un
da/ las muchachas en flor.... José Emilio: se ha redo de s mismo, de casi todo:
¡qué puede un poeta contra la competencia del Kamasutra o del Reader's Digest!
( 
    
).

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CG.- ¿Son cambios inocentes, sin malicia?

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GE.- Es verdad y continuará peor. Sin embargo el tiempo ha sido benigno con
usted. En el poema      lo reconoce: La moda s es imagen de
la muerte/ Todo pasa De acuerdo/ Pero si no pasara yo sera un protozoario/ en un
mundo de amibas e invertebrados. ¿Es inocente ese poema? No. Ya habrá ocasión
de... Todos tenemos una historia, José Emilio.

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GE.- En serio maestro, ¿cuando era joven, no quiso    en un
poema? Mientras tanto comerse el mundo / no es un lugar común en su caso:/
quienes vuelan y danzan y se acoplan/ son las termitas./ Y poco a poco se devoran
el viejo Centro de Nueva Orleáns sus mandbulas./ Fauces feroces como taladro
implacable./ Insectos inmunes/ a los venenos conocidos.... José Emilio: el tiempo
estuvo de su parte. Quizá ya no querrá burlarse de los poetas oficiales/ amargos
pobladores de un sarcófago/ llamado Obras completas. No creo que necesitemos
hacer una distinción entre los oficiales y los oficiosos: su vida es su escudo, pero
usted lo supo mucho antes de saberlo: El niño tiene la intuición de que no es
preciso formar/ una secta aparte o sentirse/ superior a los otros para hacer poesa./
Pues la poesa se halla en la lengua,/ en su naturaleza misma está inscrita...

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GE.- Pacheco por usted mismo, no ser a de su agrado. Por eso ²al respecto del
tema² rescato una esclarecedora carta dirigida a Carlos Fuentes en enero de 1966,
donde otro escritor lo menciona: En este México tan divertido y tan fúnebre todo
es igual a su imagen diaria. Los poetas proliferan en probetas anacrónicas,
solemnes y aburridas. Cómo me dan pena algunos de nuestros poetas: viven sus
vidas al revés, comienzan por ser viejos y terminan, informes masas de gelatina,
en el limbo del que nunca debieron salir. El poeta más joven, novedoso y audaz
sigue siendo Octavio. Sabines, a los cuarenta, se empeña en no pasar de los
veinte: pese a ser rabiosamente juveniles, sus poemas tienen canas y arrugas.
Bonifaz ha hecho del experimento una profesión, y sus textos son cada vez más
perfectos y admirables. Sin embargo les falta algo, ese algo que no se ha vuelto a
dar en México después de Paz. Montes de Oca repite hasta el cansancio las
fórmulas que descubrió en    :   y 

 ;
además aún no aprende a estructurar sus poemas. Aridjis es un poeta a, a
hora y deshora fatiga con un erotismo entre provinciano y de clase media baja, y
también de la zona rosa. Está por salir un nuevo libro de Pacheco, poeta que entre
otras cosas me interesa porque ha hecho el milagro de que nuestra poes a joven
pase de la etapa de los moluscos a la etapa de los vertebrados. Cuando se suelte el
pelo, José Emilio quizá llegue a ser el gran poeta que tanta falta nos hace.... Tras
quejarse de que Spota ahora dirige un ¡suplemento cultural en El Heraldo!, pobre
pa s, as andamos, el autor de esta misiva, Emmanuel Carballo, se despide del
novelista. ( Emmanuel Carballo. Protagonistas de la literatura mexicana.
Alfaguara, México, 2005). ¡Su generación fue implacable!

 
   
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GE.- S!, lo veo, y además me consta su generosidad con los que vamos trepando
los muros en esta época de lagos en extinción, lodos y pocas islas. A cierta edad,
uno puede hacer mofa de la cursiler!a, burlarse de aquel 
  ,
atentar anónimamente contra quien relega nuestros libros 
 y escribir,
contra toda regla: Su vejamen de mi poes"a se ha vuelto clásico./ Por su opinión
me han excluido eternamente/ de panoramas, antolog"as, historias, revisiones... Y
podemos hasta rematar con un verso de Jacques Prévert o condenarse a muerte ²
  *² entre los poetas eleg"acos que tampoco nos incluyen. Pero, maestro,
toda esa historia es hoy toro pasado. ¡No me diga que nunca gimió el hierro en el
agua! Sé que en estos temas usted prefiere arrimarse a la sombra de Borges: El
olvido es el fin de todo. El perdón es una forma de vanidad. José Emilio olvida, y
yo hago lo mismo bajo su sombra.
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CG.- ¿Quién fue primero, el poeta o el narrador?

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CG.- ¿Has echado mano de las ventajas de la computadora para rescribir?

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