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C1. GENERALIDADES
El segundo de los tejidos fundamentales del cuerpo humano es el tejido conjuntivo o conectivo,
que es el que lo encontramos uniendo a los tres restantes, en los que además desempeña la
función de sostén, lo cual se debe a sus características histológicas, pues mientras los otros
tejidos (epitelial, muscular y nervioso), son la reunión de células, en el tejido conjuntivo, a más
de las células, encontramos un nuevo elemento, que es la sustancia intercelular (que muchos
autores la llaman matriz extracelular), y que es la que propiamente se ocupa de unir a los otros
tres, de acuerdo a lo que se muestra en la fig. C-1.
La sustancia intercelular del tejido conectivo, que se le conoce con otros nombres como
material extracelular, o matriz extracelular (MEC), es la responsable de las propiedades físicas
de los distintos tejidos de sostén, y a su vez, está formada por dos elementos: de una matriz
orgánica denominada sustancia fundamental y unas fibras que se encuentran en el seno de la
sustancia fundamental. Esta sustancia es la secreción inerte de las células y se acumula entre
ellas para formar, según los casos, membranas que, al cubrir a otras estructuras, las une y las
sostiene; tendones, que une los músculos al esqueleto; hueso, mediante el depósito en esta
sustancia fundamental de sales de calcio; cartílago; o tejido de relleno, como el adiposo.
Las fibras son producto de la elaboración y secreción de las células conjuntivas, dan al tejido
conjuntivo sus características propias, ya que, unas serán elásticas, otras serán rígidas, otras
serán más resistentes, etc., y englobadas entre la sustancia fundamental, constituyen
propiamente los elementos de unión y de sostén.
C2. HISTOGÉNESIS
Todos los tejidos conjuntivos son originarios de las células mesenquimatosas 1, es decir, de la
hoja media del embrión, la cual es conocida como mesodermo. De estas células, las
mesenquimatosas se diferenciarán en variedades específicas, que originarán los distintos tipos
de células del tejido conjuntivo, que tienen importancia en múltiples funciones orgánicas.
C3. CLASIFICACIÓN
La clasificación del tejido conjuntivo se basa en las características de la sustancia intercelular;
de acuerdo a ésta, estos tejidos se clasifican en dos grandes grupos: los no modelados o
blandos y los modelados o duros.
Fig. C-1. Dibujo esquemático de los principales componentes (células, fibras y matriz
amorfa) del tejido conectivo.
En el primer grupo, es decir, en los no modelados o blandos se encuentran los siguientes: laxo,
denso, mucoso, adiposo, fibroso y membranoso. En el segundo grupo, es decir, en los
modelados o duros se encuentran los tejidos cartilaginoso, óseo y dentario.
A los subtipos de esta clasificación, añadimos la sangre, considerada como un tejido conjuntivo
con sustancia intercelular líquida.
C4. ANALOGÍAS
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Todos los subtipos de tejidos conjuntivos guardan entre ellos, cuatro tipos de analogías:
genéticas, estructurales, químicas y funcionales.
Por la analogía genética, todos ellos son originarios del mesodermo embrionario (fig. C-2).
Por la analogía estructural, todos ellos están constituídos por células, fibras y sustancia
inter-celular, la cual a su vez, está formada por fibras y sustancia propiamente dicha (sustancia
fun-damental).
Por la analogía química, la sustancia fundamental de todos los tejidos conjuntivos está
formada por un componente proteico (que puede ser colágena, osteína, condrina, u otro),
susceptible de ser reducido a gelatina o jalea por la cocción.
Por la analogía funcional, todos ellos cumplen una función similar, que es la destinada a
servir de esqueleto al organismo y de medio de unión y de protección a los órganos y sistemas
de la economía; en efecto, en la mayor parte de los órganos, los tejidos laxos de sostén actúan
como material de relleno entre las células y otros tejidos con misiones más específicas. Las
variantes de tejido denso representan un soporte estructural, como la dermis en la piel y
constituyen las gruesas cápsulas de órganos, como en el bazo o en hígado y son el origen de la
importante fuerza de tensión que soportan tendones y ligamentos. El cartílago y el hueso que
suponen los principales componentes del esqueleto, son variantes rígidas del tejido de sostén.
Los tejidos de sostén tienen funciones esenciales a nivel metabólico, como el depósito de grasa
(tejido adiposo blanco), y la regulación de la temperatura en el neonato (grasa parda). Algunas
de las células del tejido conectivo intervienen en el sistema de defensa del organismo. Los
procesos de reparación tisular son en gran parte misión de los tejidos de sostén.
En resumen, las funciones del tejido conjuntivo se pueden resumir en: sostén, defensa,
transporte, almacenamiento, reparación, etc.
C5.1. GENERALIDADES: El tejido conjuntivo laxo (TCL) es el más abundante de los tejidos
conectivos del organismo, es de color blanco, grisáceo, de aspecto blando, flexible y algo
elástico, de allí su nombre. Hay autores que lo denominan como «ordinario», dada su
distribución muy generalizada en el organismo, y por no presentar una estructuración
especializada, como se observa en algunos de los demás conjuntivos.
En cuanto a sus funciones, como todos los demás conjuntivos, cumple en primer lugar, con la
función de sostén; luego con la de nutrición, mediante el desarrollo en el mesénquima del que
se origina, de vasos que llevarán la circulación a la intimidad de este tejido y de todos los
vecinos; y, finalmente, cumple con las funciones de desarrollo e inducción embrionaria,
conforme hemos visto en el tema relacionado con la histogénesis.
C5.2. LAS CÉLULAS: Los elementos celulares del tejido conjuntivo laxo son variados y de
actividades muy importantes en el organismo, pues ellas guardan relación con procesos
inmunológicos (de hipersensibilidad y alergia), con los procesos de la coagulación sanguínea,
con procesos fagocitarios y de defensa, por lo que requieren ser estudiados con detenimiento.
Las células del conjuntivo laxo se reúnen en dos grupos: uno constituído por aquellas células
propias del TCL, formadas en él, residentes definitivas y constituyentes del mismo. Y, otras que
podríamos decir, emigrantes, por cuanto, ni se han formado en él, ni son exclusivas del este
tejido (generalmente, son provenientes de la sangre).
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En el primer grupo están: los fibroblastos, los mastocitos o células cebadas, los histiocitos o
macrófagos, las células adiposas, las células pigmentarias y las células mesenquimatosas
persistentes. Al segundo grupo, pertenecen, las células plasmáticas, cuyo origen parece
radicar en otras estructuras histológicas, y las células de la sangre, especialmente, los
monocitos o micrófagos, los neutrófilos o polimorfonucleares y los linfocitos, las cuales se
hacen presentes en el tejido conjuntivo cuando son requeridas por procesos inflamatorios o
infecciosos, a donde acuden para realizar la acción fagocitaria y de defensa del organismo. En
las líneas que siguen, haremos una descripción histológica de cada uno de estos tipos (con
excepción de las células emigrantes, que las estudiaremos en la sangre), a fin de aprender a
identificarlas perfectamente.
Fig. C-2. Gráfico que muestra a todas las células procedentes del mesénquima y que
forman parte de los tejidos conectivos.
Los fibroblastos al igual que el resto de las células de los tejidos conectivos, proceden de una
célula mesenquimatosa indiferenciada (fig. C-2), y son el tipo celular predominante,
responsable de la síntesis del tropocolágeno, de las fibras elásticas y reticulares, y de gran
parte de la sustancia fundamental, si no en su totalidad del conjuntivo laxo.
Fig. C-3. Micrografía que muestra una célula cebada con citoplasma amplio y
cargado de gránulos, un núcleo central o ligeramente excéntrico, con cromatina en
grumos y nucleolo. Los gránulos pueden teñierse con eosina (como en este caso) o
con hematoxilna.
Las funciones de las células cebadas están en relación con el hallazgo de los gránulos
específicos del citoplasma de dos clases de sustancias: la heparina y la histamina (en algunas
especies animales hay también serotonina). Los mastocitos también liberan un agente
quimiotáctico eosinofílico y leucitario; y debido a la presencia de inmunoglobulinas
(especialmente IgE), sobre la superficie externa del plasmalema en personas sensibilizadas,
esas células se pueden degranular (es decir, liberar los gránulos, como se observa en la fig. C-
5), lo que causaría reacciones anafilácticas (del tipo shock anafiláctico), que pondrían la vida
en peligro.
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Su núcleo, más pequeño que el de los fibroblastos, es más obscuro y presenta vacuolas, a
veces, grandes que generalmente corresponden a bacterias, pigmentos, detritus, etc.,
fagocitados por la célula (fig. C-6).
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Todos estos fenómenos de los macrófagos, fueron observados en 1882, por el anatomista y
zoólogo ruso Metchnokoff, en una estrella de mar, la misma que introducía espinas de rosas,
alrededor de las cuales y en breve plazo, se veían acúmulos de células fagocíticas, razón por la
cual emitió su criterio, de que la defensa orgánica no se cumplía, solamente por los
anticuerpos humorales, sino y también, por la acción de células que lizaban a cuerpos
extraños, después de fagocitarlos.
A los histiocitos o macrófagos se los cataloga como fijos o libres, cuando están en estado de
reposo, ya que en el cuerpo no ocurre ninguna agresión, y como macrófagos activados,
cuando ocurre alguna inflamación o alguna reacción inmune y que los hace funcionar. Al
estímulo que hace que los histiocitos ingresen en un tejido lesionado y actúen se lo conoce
como quimiotaxis.
O células grasas, o adipocitos, son otros de los constituyentes fijos y constantes del TCL; son
células muy grandes, de 50 a 100 micras de diámetro, por lo que se presentan como gotitas de
grasa neutra, las que ocupan todo el citoplasma, y al núcleo se lo observa replegado en la
periferia por dentro de la membrana celular (fig. C-1), dando la imagen de un anillo con el
engarce de una piedra, por lo que se las ha llamado células en anillo de sello.
Tienen la particularidad de formar acúmulos, los cuales constituyen el TEJIDO ADIPOSO (ver
más adelante), que se organiza en lóbulos grasos, envueltos en tramas conjuntivas de fibras
colágenas y elásticas, que se ramifican para formar lobulillos.
Estas células se tiñen de rojo, con la coloración de Sudan III (fig, A-14); y de color rojo
escarlata y negro, con el ácido ósmico y el Sudan-Negro (fig. C-8).
La función de estas células y del tejido que forman, en primer lugar, es la de almacenar lípidos,
luego, la de servir de reserva de combustible para el organismo, ya que además es de poco
peso, y en tercer lugar, sirven de protección contra el clima, cuando es muy frío, ya que el
tejido acumulado debajo de la piel es un buen aislante; finalmente, sirven de relleno entre los
demás tejidos y órganos.
Las grasas son absorbidas a nivel del intestino, en forma de quilomicrones, y pasan a la linfa de
la sangre, donde se desdoblan en ácidos grasos y glicerol, desde donde salen al tejido
conjuntivo, donde son absorbidas por las células adiposas y, en su interior se resintetizan los
dos componentes (ácidos grasos y glicerol, que se recombinan), para formar las grasas neutras
de dichas células. En este proceso, intervienen en la sangre, la lipasa de la lipoproteína,
disolviendo a los quilomicrones y la heparina de las células cebadas que actúa como cofactor.
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Hay un estado intermedio de combinación de los ácidos grasos (en los que se desdoblan los
triglicéridos) con la albúmina de l sangre, y forman un complejo e álbumina-ácido graso no
esterificado, el cual proporciona a las células ácidos grasos, que les sirve de combustible, o
bien a las adiposas para formar su grasa, la que además sufre un constante proceso de
recambio, pues se ha calculado que cada mes, hay grasa nueva en le tejido adiposo.
Nunca se ha demostrado que los adipocitos sufran división mitótica, y se cree que los nuevos
se originan a partir de diferentes células más primitivas, los preadipocitos, los cuales persisten
después del nacimiento.
C5.2.4.1. EL TEJIDO ADIPOSO: adquiere importancia, ya que alrededor del 20% del peso corporal de
una persona adulta normal es tejido adiposo que, en consecuencia, representa una importante reserva
energética. Los lípidos están especialmente capacitados para almacenar energía, dado que poseen más
enlaces de energía química por unidad de peso o de volumen que los hidratos de carbono y que las
proteínas. El tejido adiposo se considera hoy un órgano difuso de gran actividad metabólica.
En los mamíferos existen dos tipos de tejido adiposo, que se diferencian por el color, entre otras
características; tejido adiposo amarillo y tejido adiposo marrón. El tejido adiposo amarillo o blanco
representa la mayor parte del tejido adiposo de la economía en el adulto. También se denomina tejido
adiposo unilocular porque las células sólo contienen una única gota grande de lípido. El tejido adiposo
marrón también se denomina tejido adiposo multilocular porque las células contienen muchas gotas
pequeñas de lípido; es escaso, ya que se encuentra sólo en determinados sitios.
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C5.2.4.1.1. EL TEJIDO ADIPOSO COMÚN O UNILOCULAR: El color de este tejido adiposo depende en
parte de la dieta. En los primates (el hombre, los monos y los prosimios) es amarillo debido a los
carotenos, entre otras sustancias. Las células adiposas uniloculares varían mucho de tamaño y pueden
ser muy grandes, con diámetros superiores a 100 micras. Los adipocitos esféricos se deforman entre sí
cuando se encuentran en pequeños grupos y adoptan formas poliédricas (fig. C-9) En los cortes
histológicos habituales a menudo las células están deformadas, porque los lípidos se disuelven durante la
preparación. Cada célula contiene una única gota grande central y el citoplasma se reduce a un fino
reborde que sólo representa un porcentaje mínimo del volumen celular (fig. C-9). El núcleo está
desplazado hacia una zona periférica, algo engrosada, del citoplasma y adopta forma oval aplanada. El
núcleo sólo se distingue en algunos de los adipocitos seccionados, debido al tamaño excepcional,
respecto del espesor del corte histológico. Los lípidos son, casi en su totalidad, triacilgliceroles y se
preservan por medio de cortes por congelación, coloreados después con colorantes Sudán (véase la fig.
A-14).
Cada célula adiposa está rodeada por una lámina externa, alrededor de la cual hay una fina red de fibras
reticulares. El tejido adiposo posee rica vascularización, pese a que el citoplasma con actividad
metabólica sólo representa un porten-taje muy bajo del volumen celular.
En los sitios donde el tejido adiposo tiene función amortiguadora de golpes, por ejemplo en la región
glútea, la grasa está dividida en cámaras por gruesos tabiques de tejido conectivo, que se extienden
entre la piel y las fascias musculares.
En el ayuno prolongado, los adipocitos liberan gradualmente los lípidos almacenados y la vacuola central
disminuye de tamaño. Es reemplazada por numerosas pequeñas gotas de lípido en el citoplasma. Por
último, si se moviliza todo el lípido almacenado, las células se asemejan a fibroblastos.
El tejido adiposo unilocular común tiene amplia distribución, en parte como grasa subcutánea, en el
panículo adiposo, en el mesenterio o en la zona retroperitoneal. La cantidad de grasa subcutánea en
exceso varía de una zona a otra, de acuerdo con la edad, el sexo y el estado nutricional. En los niños, una
capa grasa bastante uniforme cubre todo el cuerpo, mientras que en los adultos se acumula en algunas
zonas. Estas zonas de preferencia son distintas en el hombre y en la mujer, y esta distribución diferencial
constituye uno de los caracteres sexuales secundarios. En la mujer se ubican en las mamas, las caderas,
las nalgas y los muslos, mientras que en el hombre, las zonas más importantes son la nuca, la parte
inferior del vientre y la espalda y los flancos.
En ciertas zonas de acumulación de grasas las células adiposas no liberan el lípido almacenado en caso
de ayuno. Son ejemplos las acumulaciones grasas que rodean los riñones, las órbitas oculares, las
rodillas, las palmas de las manos y las plantas de los pies; en los lactantes también las mejillas. En estas
regiones, la función principal de los lípidos parece ser de tipo mecánico, es decir, de absorción de golpes
y de sostén.
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C5.2.4.1.2. EL TEJIDO ADIPOSO MARRÓN O MULTILOCULAR: El tejido adiposo marrón o grasa
parda, varía en color del dorado al marrón rojizo. Las células son poligonales y bastante grandes, pero
más pequeñas que las células del tejido adiposo blanco. El citoplasma es más abundante y más
granulado, y contiene numerosas pequeñas gotas de lípido de distinto tamaño (fig. C-10). El núcleo es
redondeado con gránulos de cromatina gruesos.
El tejido adiposo marrón se caracteriza por estar lobulado; por su aspecto se asemeja a una glándula. En
el escaso tejido conectivo se distinguen muchos más capilares que en el tejido adiposo blanco, dado que
la irrigación sanguínea en muy rica. Además se puede demostrar la presencia de numerosas fibras
nerviosas entre las células. Tras un ayuno prolongado las células adoptan un aspecto similar a un epitelio,
por lo que se acentúa la semejanza con una glándula.
Al igual que en el tejido adiposo blanco, los lípidos de las gotas de grasa del tejido adiposo marrón son
triacilgliceroles. La causa del color marrón es, sobre todo, el elevado contenido de citocromos de las
mitocondrias.
Como se vio antes, el tejido adiposo marrón es muy escaso en personas adultas; está muy desarrollado
en el feto y en recién nacidos, donde representa alrededor del 2 al 5% del peso corporal y se encuentra
entre las escápulas, en las axilas, en la región de la nuca y a lo largo de los grandes vasos sanguíneos. A
medida que transcurren los años, se transforma en tejido adiposo blanco.
Los triacilgliceroles de los adipocitos se sintetizan en parte a partir de ácidos grasos que llegan a los
adipocitos por el torrente sanguíneo, y que provienen del contenido de grasa de la dieta y son
transportados como quilomicrones hasta los capilares del tejido adiposo, o de la producción de ácidos
grasos por el hígado y transportados como VLDL (very low density lipoproteins, o lipoproteínas de muy
baja densidad). En ambos casos, la enzima lipoproteinlipasa de la superficie luminal de las células
endoteliales escinde los ácidos grasos, que son captados por los adipocitos. Estas células también pueden
sintetizar triacilgliceroles a partir de la captación de glucosa, que a la vez entrega glicerol para la síntesis
de ácidos grasos. La hidrólisis de los triacilgliceroles es catalizada por una lipasa del tejido adiposo.
La regulación nerviosa del tejido adiposo es ejercida por el sistema nervioso simpático (parte del sistema
nervioso autónomo). El tejido adiposo tiene abundante inervación, en especial el tejido adiposo marrón. El
transmisor químico noradrenalina (media la transmisión de impulsos en las terminaciones nerviosas,
véase con mayor detalle en el cap. 14) de los nervios autónomos al tejido adiposo, ejerce su acción
reguladora por el efecto estimulante sobre la lipasa del tejido adiposo, con la consecuente hidrólisis de los
triacilgliceroles, como se vio antes.
Son elementos no emigrantes, sino fijos, pero que se los observa solamente en determinados
tejidos conjuntivos, como en el globo ocular, en las coroides del iris y más raramente en la
dermis de la piel y en las papilas pilosas. Son células fusiformes o estrelladas y en su
citoplasma se encuentran gránulos de pigmento melánico, con el cual dan el color a la piel
(morena) y al globo ocular. Producen la cámara obscura para la visión en la coroides, y en el
iris, dándole el color perteneciente a la raza y aun al del tipo familiar.
Es otro tipo importante de células del conjuntivo laxo, y se las encuentra, preferentemente, en
estructuras con superficies húmedas, recubiertas por epitelios simples, es decir, donde la
barrera epitelial no es suficiente para detener a las agresiones microbianas, como sucede con
las vías aéreas del árbol traqueobronquial y con las digestivas. Se desarrollan en algunos
órganos hematopoyéticos, como el bazo y los ganglios linfáticos, desde donde se trasladan al
conjuntivo.
En cortes ordinarios, las células plasmáticas se presentan de forma redondeada, con núcleo en
posición excéntrica e igualmente de forma redondeada (fig. C-11 y fig. C-12), con abundante
cromatina, dispuesta en forma característica, ésto es, como las horas de una esfera de reloj, o
mejor como los radios de la rueda de una bicicleta, lo que ha inducido a nombrar a su núcleo
como «NÚCLEO EN RELOJ» o como «NÚCLEO EN RUEDA».
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Fig. C-11. Representación esquemática que ilustra la estructura fina de una célula
plasmática, la que muestra abundantes vesículas de superficie rugosa del retículo
endoplásmico y la región extraordinariamente bien desarrollada del aparato de Golgi.
El
Está comprobado que, las células plasmáticas definitivamente son sintetizadoras muy activas
de proteínas del tipo gammaglobulinas, que constituyen los anticuerpos humorales, para lo que
tienen muy desarrollado su retículo endoplásmico, sobre todo con abundantes vesículas de
superficie rugosa, las que, frecuentemente, se ven muy dilatadas (y raramente aplanadas), ya
que contienen una substancia flocular fina, cristales y pequeños cuerpos densos, acidófilos,
llamados «CUERPOS DE RUSSELL», visibles en el citoplasma libre de las células maduras.
Como se indicó líneas arriba, la actividad fundamental de estas células del conjuntivo, es la de
producir los anticuerpos humorales destinados a la defensa del organismo, contra las
agresiones, especialmente de tipo microbiano, confiriéndole a esta actividad, el nombre de
INMUNIDAD.
Las células plasmáticas fueron descubiertas por Cajal en 1890; él las llamó «cianófilas», por la
afinidad de su citoplasma a los colorantes básicos, especialmente por anilinas, como el azul de
metileno, que permite verlas azules.
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Fig. C-11. Plasmácito con contorno oval y núcleo excéntrico con cromatina en
grumos periféricos y evidente nucleolo. Se ven además otros componentes del
tejido conjuntivo laxo.
C5.2.7.1. LA INMUNIDAD. ¿Qué es la inmunidad? La sucede con la mayoría de las infecciones virales; y
palabra inmunidad quiere decir seguridad, y es un la adquirida ocurre, cuando el individuo, por su
término, inicialmente ocupado en Roma, para voluntad, acude a prácticas que le va a conferir
manifestar el derecho de algunos ciudadanos a la inmunidad. Ésta última hace alusión, a la
inmunidad política o social, y similar a la que importante actividad de la medicina preventiva,
actualmente existe en nuestro país, y que que es la VACUNACIÓN, que es el procedimiento
legalmente es conferida, por ejemplo, a los por el cual se confiere a los individuos inmunidad o
legisladores (inmunidad parlamentaria), o a los defensas en contra de una o de varias
magistrados (fuero de corte), y con las cuales, a enfermedades infecciosas.
estos individuos no los pueden juzgar, sino
determinadas autoridades, pues, tienen Se consideró a la práctica de la vacunación, como
«inmunidad» para ser juzgados por los jueces una medida profiláctica contra las infecciones, ya
ordinarios que conocen causas de individuos que su fundamento es la defensa contra las
comunes. agresiones microbianas, aprovechando la
capacidad de los anticuerpos. Como los
El término comienza a ser usado en medicina, anticuerpos pueden ser estimulados formarse en el
cuando se observó que hay individuos que han mismo individuo, o se pueden usar los formados en
sufrido determinadas infecciones y quedaban otros organismos (humanos o animales), la
protegidos contra una nueva agresión de tal inmunidad conferida por ellos se puede diferenciar
infección, como además, se observó que hay otros en dos clases una ACTIVA y una PASIVA. La
individuos que no contraen tales infecciones, pese primera cuando el individuo forma sus propios
a someterse a contagio; entonces, se estableció la anticuerpos como respuesta a la vacuna
diferencia entre INMUNIDAD NATURAL e administrada, y la segunda cuando los anticuerpos
INMUNIDAD ADQUIRIDA. Es natural cuando el que circulan en su sangre, fueron formados en otro
individuo no se contagia de una infección, nunca organismo e introducido al suyo de alguna manera.
sufre una infección, ni nunca hace algo para
protegerse; y es adquirida, cuando el individuo Ésto llevó a la variación en los diferentes tipos de
después de haberse enfermado una primera vez, o vacunas empleadas, ya que algunas emplean virus
de haber hecho algo para adquirir defensas en vivos, otras, muertos y otras, atenuados,
contra de ella, no vuelve a enfermarse. existiendo además, vacunas que solo utilizan los
productos antigénicos (tóxicos) de los
De otro modo, la inmunidad adquirida puede ser de microorganismos.
dos clases: una natural y otra adquirida. La
primera ocurre, cuando el individuo, sin la Resumamos en el siguiente esquema, lo indicado
intervención de su voluntad, sufre una enfermedad con respecto a la inmunidad.
y queda inmune para esa enfermedad, como
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INMUNIDAD
Natural Adqurida
Adquirida
Natural
(vacunación)
C5.3.1. LAS FIBRAS COLÁGENAS son las más frecuentes y están formadas por una substancia de
naturaleza proteica llamada COLÁGENO. A la observación microscópica, se presentan como
haces gruesos (fig. C-1 y fig. C-14), ondulados, constituídos por la unión de fibras, cuyo espesor
fluctúa entre unas 6 a 20 micras (término medio, 2 a 12 micras), las que a su vez, están
formadas por la unión de fibras más finas llamadas fibrillas colágenas, con un espesor de 0,3 a
0,5 micras, fuertemente unidas entre si por la matriz amorfa, y que por métodos especiales se
pueden disociar y estudiarlas aisladamente, lo cual permite descubrir el que se encuentran
constituídas por la reunión de las llamadas microfibrillas colágenas, y que según los autores
son la «unidad fibrillar» del colágeno, con un diámetro que oscila entre 200 y 400 amstrongs
(fig. C-12). Cada microfibrilla está formada por moléculas de una proteína llamada
tropocolágeno.
Fig. C-12. Representación esquemática de lo que es el colágeno. Cada haz de fibras está
compuesto por fibrillas más pequeñas, que a su vez, consisten en agregados de moléculas
de tropocolágeno, que cuando se superponen dan lugar a las bandas claras y obscuras
repetidas.
Si resumimos la estructura de las fibras de colágeno tenemos el siguiente cuadro:
Las fibras colágenas presentan una estriación longitudinal y una estriación transversal (fig. C-
13). La longitudinal está dada por la unión de las microfibrillas y de las fibrillas; pero la
estriación transversal está dada por las moléculas de tropocolágeno, las cuales forman
segmentos y sectores de 640 amstrongs, y que representan la unión de estas moléculas de
tropocolágeno, cuya longitud es de 300 nm (unos 2.800 amstrongs), y de 1,5 nm de espesor,
pero que al unirse lo hacen en segmentos de su cuarta parte, lo que quiere decir, una molécula
encima de otra, dejando libre, apenas un cuarto de su longitud.
Fig. C-14. Imagen que permite apreciar varios componentes del tejido conectivo
laxo (proveniente de la dermis cutánea). En la parte inferior derecha se ve un
manojo de fibras colágenas (sobre él se ve un mastocito); arriba y a la izquierda se
aprecia una glándula écrina y la luz de la glándula.
Si bien las fibras de colágeno no tienen elasticidad, por su presencia ondulada pueden llegar a
extenderse sin llegar a romperse, siendo las fibras elásticas, las que las harán regresar a su
posición inicial. Su función más importante es soportar fuerzas tensionales.
C5.3.2. LAS FIBRAS ELÁSTICAS están constituídas por otra proteína llamada ELASTINA, que es
el albuminoide más resistente a los cambios químicos, lo que hace que ellas resistan muchos
años después de la muerte, como se ha observado en las fibras elásticas de las arterias de
algunas momias muy antiguas de los egipcios. La elastina es sintetizada por los fibroblastos en
forma de un precursor denominado tropoelastina, que se polimeriza en la matriz extracelular. Y
para que la elastina se organice en fibras, es necesaria la presencia en las microfibrillas de una
glucoproteína denominada fibrilina, que al parecer es la responsable de la disposición
ordenada de las fibras elásticas.
En el tejido conectivo laxo, son fibras bastante más delgadas que las colágenas (fig. C-1), y en
los ligamentos elásticos, las fibras se disponen en paralelo y son bastante más gruesas que en
el tejido conectivo laxo, con un diámetro de 5 a 15 micras. Las fibras elásticas están formadas
por miofibrillas, con un diámetro promedio de 10 nm. Las miofibrillas se disponen en haces
incluídos en material amorfo, compuesto por la proteína elastina, la cual representa más del
90% de la fibra. La elastina no se degrada por la acción de las enzimas proteolíticas habituales
(como la tripsina), ni tampoco con la cocción o con la hidrólisis. Si es degradada por la enzima
pancreática elastasa. Las miofibrillas contienen gran cantidad del aminoácido cistina, pero no
contienen ni hidroxiprolina ni hidroxilisina; contienen además la glucoproteína denominada
fibrilina.
Se colorean por el ácido pícrico y las disoluciones ácidas de orceína, con una coloración
amarillenta o marrón rojizo (fig. C-15). En las preparaciones se observan como, fibras aisladas
y dirigidas en todos los sentidos y en forma ondulada, aunque, algo menor que los haces
colágenos (fig. C-1), con un diámetro de 0,2 a 1,0 micra de diámetro.
Están constituídas por fibrillas de unos 100 Angstoms de espesor, con períodos de 640
Angstoms, lo que les confiere estriación transversal, como a las colágenas; las fibrillas están
formadas por microfibrillas muy delgadas (fig. C-18). Las fibras están compuestas
mayoritariamente por colágeno tipo III y también por tipo I.
C5.4. LA SUBSTANCIA FUNDAMENTAL: Es una masa gelatinosa, amorfa que ocupa todos
los espacios libres que quedan entre las células y las fibras del tejido conjuntivo, y donde se
encuentran «nadando» los capilares (fig. C-14 que muestra abundante matriz extracelular y fig.
C-19). Tiene propiedades físicas de gel semifluído y permite el tránsito de moléculas a través
de los tejidos conectivos y el intercambio de metabolitos con el sistema circulatorio. Fue Sylvia
Bensley, quien demostró su existencia en 1934, ya que antes no se la podía ver en los
preparados histológicos.
El ácido hialurónico es el GAG que predomina en la materia amorfa del conjuntivo laxo, es el
que le confiere su viscosidad y es el único que carece de radicales sulfato en su molécula. Este
ácido se presenta como macromoléculas con aspecto plumoso, con propiedad de atraer y
retener líquidos entre ellas, lo cual obstaculiza la libre circulación del líquido tisular del
conjuntivo. En 1928, Karl Meyer descubrió que, al inyectar extracto testicular en el conjuntivo
se permitía el que el líquido circulara de mejor manera, siendo la responsable de este hecho,
una enzima conocida como HIALURONIDAZA y que estaba contenida en el extracto testicular; la
enzima era capaz de la despolimerización de las macromoléculas del ácido hialurónico, con lo
que se quitó la propiedad de atraer y retener entre ellas a los líquidos, permitiendo la libre y
rápida circulación en los espacios del conjuntivo laxo. Durante algún tiempo, se utilizó en la
clínica, la propiedad de esta enzima, de favorecer la absorción y circulación de soluciones
salinas o medicamentosas inyectadas por vía subcutánea.
A diferencia de otras muchas proteínas, las moléculas de los GAGs no son lo suficientemente
flexibles, como para constituir agregados globulares, por lo que permanecen en su forma
lineal, ocupando un gran volumen en relación, con la relativamente escasa masa molecular.
Los radicales cargados de los GAGs, le proporcionan a la masa gran hidrofilia, gracias a lo cual
atraen gran cantidad de agua y de iones positivos, en especial sodio, que constituyen el líquido
extracelular. Es este líquido extracelular el responsable de la turgencia, característica de los
tejidos conectivos de sostén.
Propias Fibroblastos
C. Cebadas o mastocitos
Histiocitos o macrófagos
Células Migrantes Adipocitos o c. adiposas
C. pigmentarias
C. mesenquimatosas
persistentes
C.
plasmáticas
C.
Los tejidos epitelial, muscular y nervioso (que son los componentes principales de los tejidos
especializados y de los órganos), están separados del tejido conectivo subyacente, por una
capa extracelular de sostén, denominada membrana basal (MB), que en el caso de los tejidos
muscular y nervioso se suele conocer con el nombre de lámina externa.
Cuando se la examina con ME, se descubre que bajo el epitelio, la MB, presenta una capa
electrolúcida, denominada LÁMINA LÚCIDA, que oscila entre 10 y 50 nm, por debajo de ella, se
observa un engrosamiento de entre 20 y 300 micras (su grosor depende del tejido
suprayacente), compuesto por un reticulado de finos filamentos; este engrosamiento se
denomina LÁMINA DENSA. En conjunto, la lámina lúcida y la lámina densa se conocen con el
nombre de LÁMINA BASAL, dependiente del epitelio (de acuerdo a lo que se expresó en B2). Por
debajo de la lámina basal se encuentra una zona angosta, compuesta por fibras reticulares
incluídas en sustancia basal, integrada por proteínas (del tipo colágenos I y III), y por
polisacáridos, esta zona se denomina LÁMINA RETICULAR (o zona fibroreticular), dependiente del
tejido conectivo (de acuerdo a lo que se expresó en B2) (fig. C-19).
Lámina lúcida
Laminina (glucoproteína)
Lámina basal
Colágeno tipo IV
Lámina densa
Entactina (glucoproteína sulfatada)
MEMBRANA BASAL
Perlecano (proteoglucano)
TEJIDO CONJUNTIVO
La lámina basal cumple varias funciones: el epitelio plano estratificado se une con la lámina
basal mediante numerosos hemidesmosomas (de acuerdo a lo que se expresó en B8.4), de los
cuales se extienden filamentos de colágeno tipo VII que se anclan en el tejido conectivo
subyacente; esta lámina actúa como filtro molecular pasivo, puesto que retiene moléculas,
dependiendo del tamaño, de la forma o de la carga eléctrica, esta función es muy notoria en la
MB que rodea a los capilares de los glomérulos renales; la lámina basal actúa también como
filtro celular, dado que perite el paso de ciertas células, entre las que están, los glóbulos
blancos para la defensa del organismo; cuando hay heridas, la MB actúa durante e proceso de
cicatrización, al actuar como capa de sostén para la migración de nuevas células desde los
bordes de la herida hacia la zona dañada; y parece que la MB interviene en la diseminación de
células tumorales hacia el tejido conectivo, puesto que estas células poseen gran cantidad de
receptores de laminina.
¿Cuál es el origen del líquido tisular? (fig. C-20). El líquido proviene del sistema circulatorio de
los vasos arteriales, que al pasar al tejido, lleva consigo, algunos elementos, entre los que
están cristaloides y gases y, no lleva el líquido, los coloides, que representan a las proteínas,
pese a que si pasa una pequeña cantidad.
¿Cómo se produce? La sangre que circula por los vasos sanguíneos, está sujeta al juego de dos
presiones: la una que se llama PRESIÓN HIDROSTÁTICA (PH) y que está determinada por la
fuerza de contracción del corazón como bomba, y la otra que se llama PRESIÓN OSMÓTICA
(PO), y que está determinada por la presencia en la solución que ella forma, de los cristaloides
y de los coloides, representados éstos últimos especialmente por las proteínas sanguíneas. En
la circulación arterial, la PH es mayor que la PO: en la circulación venosa, sucede lo contrario,
pues la PO es mayor a la PH que es prácticamente de cero.
La PH al salir la sangre del corazón generalmente es alta, y llega a las arteriolas con un valor
bastante reducido, a lo que contribuye la viscocidad sanguínea, que hace disminuir aún más la
presión hidrostática. Al llegar a los capilares, la presión desciende aún más, pero esta presión
es suficiente como para permitir la salida del líquido desde el plasma de los vasos, lo que va a
constituir el líquido tisular (fig. C-20); éste es el primer mecanismo para la formación de este
líquido. Un segundo mecanismo, está dado por la presencia de las llamadas vesículas
pinocitóticas del citoplasma, que al llenarse de líquido, se «asoman» al tejido, donde lo vierten.
Y, un tercer mecanismo, muy explicable, es la presencia entre las uniones de las células
endoteliales de pequeños espacios, de pocos amgstrons de espesor, en las cuales las MB no se
encuentran totalmente unidas, por lo que dejan libre, el paso al líquido del plasma. Los mismos
tres mecanismos podrían ser los que se emplean para regresar al citoplasma celular elementos
de desecho, y desde éste enviarlos a la circulación de los capilares venosos.
Existe otro mecanismo que contribuye a la absorción del líquido tisular y que aumenta
notablemente la circulación del mismo, es la presencia de los CAPILARES LINFÁTICOS, que son
finos vasos, que se inician en la intimidad de los tejidos conjuntivos en forma de fondos de
saco ciegos y que constituyen una amplia red en todos los tejidos. Estos capilares tienen la
función de absorber una buena parte del líquido tisular, y formando la llamada linfa, llevarlo
hacia los colectores cada vez más gruesos, lo que finalmente, van a desembocar en los
conductos torácicos, que son los mayores vasos linfáticos, que acaban en el sistema venoso a
nivel de la cavidad torácica.
Si es verdad que las proteínas no pasan, al menos en grandes cantidades desde la circulación,
las pequeñas cantidades que si pasan, no son absorbidas por los capilares venosos, de esta
absorción se encargan justamente los capilares linfáticos; por lo mismo, la linfa muestra una
constitución proteica diferente a la del líquido tisular.
¿Qué función tiene el líquido tisular? De lo expresado anteriormente, se deduce que, entre la
sangre y los tejidos conjuntivos a nivel de los capilares arteriales y venosos, se establece una
verdadera circulación; el producto de esta circulación el líquido tisular, tiene las funciones de
llevar con él hacia la intimidad de los tejidos conjuntivos, todos los elementos nutricios
(incluyendo el oxígeno y las sales), que las células necesitan para su actividad, y regresar
desde ellos a la circulación general, todos los productos de desecho que se acumulan
(incluyendo CO2, detritus orgánicos y minerales).
Fig. C-20. Esquema que demuestra como se produce el líquido tisular a nivel de los capilares y es
resorbido por los capilares y por los linfáticos. Los coloides de la sangre se representan por circulitos y
los cristaloides de la sangre y del líquido tisular por puntos.
Los elementos celulares del TCD son los mismos que del laxo, aunque no todos y menor
cantidad; se observan fibroblastos, algunos histiocitos, células adiposas en mayor cantidad y
pocas células emigrantes (especialmente linfocitos). Los fibroblastos son los más abundantes,
pues ellos se encargan de sintetizar y producir grandes cantidades de tropocolágeno, para las
fibras colágenas tan abundantes en este tejido.
Las fibras son en su mayor parte colágenas, las cuales toman una disposición plexiforme, lo
que de le da otra denominación, con la que se le conoce la TCD, de plexiforme, ya que las
fibras se encuentran orientadas en todos los sentidos, pero siempre con predominio del sentido
longitudinal, dejando entre ellas, pequeños espacios que son ocupados por la sustancia
fundamental y por los elementos celulares. Entre las fibras colágenas se encuentran algunas
fibras elásticas y algunas reticulares.
La sustancia fundamental existe en pequeña cantidad y está constituída por los mismos
elementos que en el laxo, es decir, glucosaminoglucanos (GAGs), líquido tisular, etc.
O TCM1 es un tipo especial de tejido conjuntivo, se caracteriza, en primer lugar, por el carácter
embrionario de sus elementos, y en segundo lugar, por estar constituído por abundante
sustancia fundamental, por pocas células (exclusivamente fibroblastos dispuestos de tal
manera que sus prolongaciones se anastomosan con las prolongaciones de células vecinas,
formando verdaderas redes). Las fibras son muy escasas, no forman haces y se las ve
esporádicamente en medio de la abundante sustancia fundamental.
Es un tejido modelado, ya que tiene forma definida. Es el tejido conjuntivo más resistente de la
economía humana y forma los tendones del organismo.
El TCT está constituído por abundantes fibras colágenas (fig. C-22), que constituyen haces
gruesos y que se disponen en forma paralela unos junto a otros, lo que les confiere una
enorme resistencia. Entre los haces colágenos así dispuestos, se encuentran cadenas de
fibroblastos, que a la observación microscópica se presentan como hileras de bastoncillos
lineales, al ser vistos de perfil, y grueso, al observarlos de frente (imagen que depende de los
núcleos de dichas células). La sustancia fundamental, la misma del conjuntivo en general, se
ubica entre los pequeños espacios dejados por las células y por los haces colágenos, por lo que
su cantidad es mínima, y además lo encontramos, por fuera del tendón, recubriéndolo. La
sustancia fundamental se halla también entre dos láminas de tejido conjuntivo fibroso que
rodea a los tendones, de modo que, estas vainas fibrosas entre las cuales encontramos a la
sustancia fundamental en forma de líquido sinovial, permite el libre deslizamiento del tendón
para cumplir con los movimientos.
Los tendones se forman por acúmulos de fibroblastos dispuestos longitudinalmente, los que
secretan abundante colágena para formar los haces, por lo que inicialmente tienen una
abundante vascularización, la misma que por la presencia de los elementos celulares y por la
compresión ejercida por el engrosamiento de los haces colágenos, va desapareciendo, hasta
que en el tendón ya formado, la vascularización es casi nula.
Es otro conjuntivo no modelado; forma las vainas fibrosas que recubren a los órganos y forma
también los tabiques conjuntivos que de ellas penetran, para dividir a ellos en lóbulos y
lobulillos, es decir forma el ESTROMA de las vísceras macizas. El TCF forma parte también de
las vainas de cubierta de nervios, vasos y tendones, y sirven para unir a éstos a los huesos, a
los huesos entre si, y a los órganos con las estructuras vecinas. Del mismo modo, forma el
periostio y el pericondrio.
En su estructura histológica, predominan las fibras, las mismas que adquieren una disposición
especial, lo que da la resistencia a las vainas fibrosas. Las células son muy escasas y la
sustancia fundamental está prácticamente ausente.
C6.5. EL TEJIDO CONJUNTIVO MEMBRANOSO
En este tejido conjuntivo, las fibras colágenas y elásticas, que son las que lo forman, adquieren
mucho desarrollo, en el sentido horizontal, de tal manera que, constituyen verdaderas
membranas, como las que encontramos en la capa media de las arterias de grueso calibre
(arterias elásticas), constituyendo las membranas elásticas fenestradas (que es donde las
volveremos a revisar).
Los elementos celulares predominantes son los fibroblastos, aunque éstos son escasos; la
sustancia fundamental casi no existe y se dispone en el espacio que queda entre plano y plano.
Este es un tejido organizado y resistente, por lo que y además de en las membranas de los
vasos sanguíneos, lo encontramos constituyendo las aponeurosis que recubren a los músculos
esqueléticos.
Hay autores, que nombran a otros tipos de tejidos conectivos (como el reticular), pero sin
mayor información sobre los mismos.
La FIBROMIALGIA (conocido por las siglas «FM») es en todo el cuerpo. Puesto que la fibromialgia
una condición crónica y compleja que causa produce pocos síntomas que se pueden percibir
dolores generalizados y un agotamiento profundo, abiertamente, ha llegado a apodarse como la
y también una variedad de otros síntomas. Como «invalidez invisible». Aunque es más común en
lo sugiere su nombre, la fibromialgia mujeres adultas, la fibromialgia también puede
principalmente afecta los tejidos blandos del afectar a niños, a ancianos y a hombres.
cuerpo. El nombre de fibromialgia se deriva de
«fibro», o tejidos fibrosos (tales como tendones y El dolor ocasionado por la fibromialgia por lo
ligamentos), «mios», o músculos, y «algia», que general consiste en dolor o ardor generalizados.
significa dolor. Aunque se llamó fibrositosis por Muchas veces, se describe como un dolor de pies
muchos años, ahora el nombre preferido es a cabeza. Su severidad varía de día en día, y
fibromialgia. A diferencia de la artritis, la puede cambiar de lugar, llegando a ser más
fibromialgia no ocasiona dolor o hinchazón de las severo en aquellas partes del cuerpo que se usan
articulaciones; más bien, produce dolor en los más (es decir, el cuello, los hombros y los pies).
tejidos blandos alrededor de las articulaciones y En algunas personas, el dolor puede ser lo
suficientemente intenso para interferir con las un ligero cansancio, hasta el agotamiento de una
tareas diarias y ordinarias, mientras que en otras, enfermedad como la gripe. Afortunadamente, la
sólo les ocasiona un malestar leve. También, el FM no es una condición que incapacite o que
agotamiento producido por la fibromialgia varía de afecte la longevidad.
persona a persona. Va desde una sensación de