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CONCEPTUALIZACION Y POLITICAS INTEGRACION SOCIAL

1. RETROSPECTIVA DE LA INTEGRACIÓN SOCIAL


Al abordar la evolución de la Integración Social, de las personas con necesidades
especiales es necesario partir de las actitudes que han prevalecido a lo largo de la
historia.

Históricamente a mediado del siglo XIX, en Venezuela al igual que en otros países
la tendencia de la sociedad hacia las personas con necesidades especiales fue de
caridad y de protección, segregándolas de la familia y de la comunidad,
impidiéndoles su desarrollo personal-social como ser humano.

Al comienzo del siglo XX se evidencia alguna preocupación por las personas con
necesidades especiales, bien por motivos filantrópicos o voluntarios, promovidos
por los padres y amigos de estas personas; se piensa en esa época que pueden
mejorar y compensar sus limitaciones. Sin embargo, el modelo asistencial que se
perfilaba en ese momento los mantenían segregados por cuanto se le consideraba
portador de un defecto que debía corregirse y no como una persona diferente a la
que por ley natural debía promovérsele el desarrollo de sus potencialidades, y el
derecho a su integración social como cualquier ciudadano, en todo los ámbitos;
familia, escuela y comunidad. Cabe señalar que la participación estatal era muy
restringida, por lo que las instituciones que se creaban provenían de la iniciativa
privada.

En Venezuela al igual que en otros países en el siglo XX se han producido


avances en cuanto a la integración social de las personas con necesidades
especiales, y sobre todo la respuesta de la sociedad hacia ellos. Entre los factores
que han influenciado se destacan, el progreso de las ciencias médicas,
pedagógicas y sociales y una mayor concientización de la sociedad ante las
personas con necesidades especiales considerando sus posibilidades y
limitaciones.

Posteriormente, con la aparición del modelo psicológico se enfatizó el uso del Test
como principal instrumento de diagnóstico considerándose la evaluación de la
inteligencia en términos de un coeficiente intelectual (C.I.), lo que conllevó a la
categorización de los niños en niveles de desarrollo intelectual, utilizándose este
parámetro para la ubicación del niño.

En el año 1936, con motivo de la celebración del primer congreso de educadores


en Venezuela se elabora la tabla de los derechos del niño venezolano, lo cual dio
inicio a un cambio en la concepción del niño con necesidades especiales.
Otro acontecimiento importante y que asumieron todos los países incluyendo a
Venezuela fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el cual
es considerado como el primer documento promulgado por la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) donde se consagran dos grupos de derechos: civiles y
políticos, por una parte y económicos y sociales por otra. Para esta misma época,
se establecen los compromisos de organismos internacionales como la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).

Estas declaraciones aportan a todos los países una base legal para la integración
de las personas con necesidades especiales a la educación; familia, salud,
trabajo, recreación y cultura. De esta forma se preparaba el terreno para el
desarrollo de iniciativas en todos los países.

Estos hechos y las presiones ejercidas por las asociaciones de padres que
solicitaban el derecho de los hijos con necesidades especiales a ser considerados
como personas, ofrecían una alternativa más justa "la integración social de las
personas con necesidades especiales, para elevarlos en el papel que les
correspondía, como miembros de una sociedad" (García, 1989), es decir, una
persona activa en la sociedad con la oportunidad de ejercer sus derechos y
cumplir con sus obligaciones.

A nivel mundial, en 1971, comienza un movimiento por la Integración sustentado


en la Normalización como principio rector. La concepción teórica que la
fundamentaba significaba "poner al alcance de todas las personas con
necesidades especiales, unos modos de vida diaria lo más parecido posible a las
formas y condiciones de vida del resto de la sociedad" (Nirye, 1989). Sin embargo,
dado que el mismo concepto llevaba implícito como referente el concepto de
normalidad, que estaba sujeto a un criterio de tipo estadístico, se generaron
controversias y prácticas inadecuadas en todos los países dando lugar a
diferentes descripciones e interpretaciones erróneas. En este sentido, la
integración se entendió solo en el contexto escolar.

La Normalización dio paso a la integración considerándose como el proceso de


incorporación física y social de las personas que estaban segregadas y aisladas.
Esto trajo polémicas, por cuanto existía la tendencia generalizada a que las
personas con necesidades especiales se incorporaran a las escuelas sin respetar
sus diferencias.

En Venezuela en el año 1976 se elaboró el documento de la Conceptualización y


Política de Educación Especial, en donde se sustentan las bases que regirían la
integración social de las personas con necesidades especiales, ubicada en un
contexto social, enfatizando sus posibilidades y el desarrollo de sus
potencialidades para la integración plena en su medio familiar, escolar, laboral y
social.

De esta forma la integración se centró en aquellos aspectos inherentes a este


principio "todas las condiciones de vida de la persona, tanto en el hogar como en
la escuela y la comunidad, debe ser contemplada como un derecho exigible por
todos los ciudadanos, en la medida que supone condiciones más favorables para
el desarrollo y también por razones de justicia social" (Briceño, 1981). Se
preconizaba así los derechos sociales expuestos en la Constitución Nacional de la
República de Venezuela y en la declaración de los Derechos Humanos.

Enmarcados en estos postulados se establecen por primera vez las políticas de


acción para la Normalización y la Integración en los diferentes ámbitos: familia,
escuela y comunidad. De esta forma se plantea el modelo psicopedagógico,
dirigido a la formación de un individuo con una personalidad autónoma y
socialmente integrado.

Prosiguiendo con la evolución histórica de la integración social, para el año 1978,


se crean los primeros equipos de integración, los cuales tenían como propósito
fundamental brindar asistencia psicoeducativa a los niños con necesidades
especiales que no requerían ni debían ser segregados de la escuela regular;
dichos niños constituían la mayoría de los alumnos que presentaban problemas en
su proceso de aprendizaje. Estos servicios tenían como otra de sus funciones
coordinar acciones con los distintos recursos institucionales de la comunidad, con
los sectores de salud, cultura y recreación a fin de facilitar la integración social de
las personas con necesidades especiales (Ministerio de Educación, Dirección de
Educación Especial, Anteproyecto de Equipos de Integración, 1978).

Al efectuar un análisis de la praxis de estos servicios se visualiza también un


intento por promover la integración de estos educandos a los ámbitos educativo y
social.

En Venezuela la década de los 80 marcó un hito histórico en la integración social


de las personas con necesidades especiales, esto a consecuencia de la
promulgación de la Ley Orgánica de Educación, donde se establece que la
Educación Especial es una modalidad del Sistema Educativo. Este suceso abre un
camino para la concreción de una política de integración social para las personas
con necesidades especiales, por cuanto se le garantizaba el ejercicio de sus
derechos y el respeto por sus diferencias individuales.
Importantes revisiones, en el orden conceptual se realizaron en esta década. En
primer lugar el principio de Normalización fue objeto de revisión en todos los
países produciéndose un enriquecimiento de sus contenidos y una aplicación, no
sólo en el campo educativo, sino también en las áreas de salud y trabajo: "todas
las condiciones de vida de las personas con necesidades especiales tanto en la
familia, la escuela y la comunidad, deben garantizarse con la concertación de
todos los sectores de la vida nacional" (Briceño, 1981).

Podría decirse sin lugar a dudas que éste fue un año pródigo en materia de
integración, se establecía como precepto que todas las personas con necesidades
especiales tenían los mismos derechos humanos que los demás miembros de la
sociedad, y por lo tanto, debía establecerse una política integral para satisfacer las
necesidades de estas personas en su entorno familiar, escolar, laboral y social.

En cuanto al entorno familiar se consideraba de vital importancia la interacción


entre padres e hijos y el papel del hogar como elemento básico para el desarrollo
integral del niño joven y adolescente. De esta forma cobraron auge las escuelas
de padres, para abordar con propiedad la participación de la familia en el proceso
educativo de las personas con necesidades especiales y por ende en su
integración social (González, 1980).

En lo que se refiere al ámbito escolar se fueron incrementando los equipos de


integración a nivel nacional con la finalidad de promover la integración escolar de
los niños con necesidades especiales.
En cuanto al ámbito socio-laboral se hicieron intentos de coordinación con el
Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE), para la capacitación e
inserción sociolaboral de los jóvenes y adultos con necesidades especiales.
En el año 1981 se declaró el Año Internacional del Impedido, de allí que las
Naciones Unidas establecieron como lema "Participación e Igualdad plena". Esta
fue un año pródigo en todo el mundo. En Venezuela, se realizaron a nivel nacional
seminarios, foros y otros eventos cuya temática versó sobre la discusión de la
problemática enfrentada por las personas con necesidades especiales para su
incorporación activa a la vida social.

Así mismo, se procedió a analizar la legislación venezolana, con la finalidad de


garantizar el cumplimiento del mandato constitucional que asegura la igualdad de
todos los venezolanos, para el ejercicio de sus derechos, mediante instrumentos
legales de protección social, que contemplen aspectos no previstos en las leyes.
De allí que se elaboró el primer anteproyecto de la Ley de Protección del Impedido
que fue presentado al Ejecutivo Nacional.. En su preparación, participaron
técnicos y profesionales de diversas disciplinas así como las propias personas con
necesidades especiales.
Paralelamente se realizó una extensa programación en todo el país con la
finalidad de promover actividades con participación de las personas con
necesidades especiales como medio de integración social.

Para este año la Dirección de Educación Especial y la Fundación para el


Desarrollo de la Educación Especial iniciaron acciones con el sector de transporte
y comunicaciones, Ministerio de Desarrollo Urbano, Instituto Nacional de Parques,
con la finalidad de acondicionar las instalaciones de los diversos servicios, que
estaban bajo su dependencia, ejecutándose las primeras acciones del "Proyecto
de Ciudad sin barreras en Venezuela".

Por otra parte la Asociación Internacional de Rehabilitación presentó un


documento como aporte al Año Internacional denominado Carta para la Década
de los 80, en el cual se propone a todos los gobiernos el afianzamiento de las
políticas de rehabilitación, y continuidad del programa de prevención y atención
integral dentro del marco del desarrollo socioeconómico del país (ONU, 1980). Sin
embargo, la falta de coordinación entre los sectores y la no continuidad de las
programaciones establecidas, constituyó una limitante para la consolidación de
una política de Integración Social.

A fines de 1981 y, en aras de promover la integración de las personas con


necesidades especiales, la Dirección de Educación Especial a través del
Programa de Integración Social realizó una evaluación a los equipos de
integración, con el fin de mejorar la calidad del proceso y lograr una coherencia
entre la fundamentación teórica y la práctica de dichos servicios. En líneas
generales los resultados derivados de esta evaluación indicaron que la acción de
estos servicios se centraba solo en el contexto escolar, esto a consecuencia de la
demanda de alumnos con dificultades de aprendizaje a los cuales debía de
atendérseles.

Al respecto una situación confrontada por los equipos de integración fue la


carencia de un trabajo cooperativo entre los maestros especialistas y los docentes
regulares, falta de compromiso de los Directivos de las Escuelas Regulares; poca
articulación entre los planteles y servicios de la Modalidad de Educación Especial
y la creencia de que el Equipo de Integración era el único responsable de la
integración de éstas personas, lo cual conllevó a un bajo alcance de la Integración
escolar para ésta población.

La situación antes expuesta, derivó la necesidad de elaborar lineamientos para la


operatividad de los equipos. Es entonces para el año 1984 cuando se plantean
dos vertientes; Prevención del fracaso escolar y la Integración Social de las
personas con necesidades especiales atendidas en los planteles y servicios de la
Modalidad de Educación Especial. En esa oportunidad se reiteraba la atención a la
población con dificultades de aprendizaje, enfatizándose de esta forma la vertiente
de la prevención del fracaso escolar. Esta situación llevó a que los Equipos de
Integración en su mayoría funcionaran más como Unidades Psico-Educativas
(UPE), que como Equipo de Integración. Con respecto a la integración escolar de
un alumno con necesidades especiales se hacía en forma personalizada.

Para 1986, se consideró pertinente realizar una consulta y análisis con los equipos
de integración social y los planteles y servicios de la modalidad de Educación
Especial acerca de la conceptualización y la praxis de la integración social, con la
intención de proporcionar una coherencia teórica y unificar criterios en cuanto a las
líneas a seguir para la implementación de este principio. En dicha consulta se
analizó una vez más a los equipos de integración evidenciándose la necesidad de
actualizar a los Profesionales en lo referente a la conceptualización de la
integración, y los enfoques teóricos que la sustentan.

Para el año 1987, a fin de analizar la práctica de la integración social de las


personas con necesidades especiales, en Venezuela y en el ámbito
latinoamericano se realizó con los auspicios de la UNESCO el "Primer seminario
para la integración de las personas con necesidades especiales".
Los resultados arrojados en éste seminario apuntaban a la necesidad de afrontar
la integración escolar como una política de carácter nacional, así mismo se
percibió la necesidad de trabajar en forma cooperativa con el personal de los
planteles y servicios de educación especial a los fines de unificar criterios en
cuanto a la integración de la población con necesidades especiales en las
diferentes áreas de atención. Por otra parte, se apreció la necesidad de incorporar
en forma activa a supervisores, como una vía para propiciar la excelencia del
trabajo en las escuelas básicas.

Para el año 1988, se hizo un intento para promover acciones coordinadas con los
niveles de Preescolar y Básica en las instancias zonales para la integración
escolar de las personas con necesidades especiales. Si bien es cierto que algunas
zonas realizaron propuestas concretas entre los entes de Educación, Salud,
Trabajo y Familia, estas no cristalizaron en toda su plenitud, por cuanto, no
respondían a líneas de acción articuladas entre los niveles y modalidades del
sistema educativo y otros sectores del ámbito nacional.

Hasta 1990, la integración social de las personas con necesidades especiales, se


plantea predominantemente en el contexto escolar. Vale destacar que aun cuando
se han dado variadas experiencias de integración de niños, jóvenes y adultos con
deficiencias visuales, auditivas y motoras y de integración sociolaboral, estas han
sido direccionadas solo desde la modalidad de Educación Especial y no como
parte integral del Sector Educativo, y de los otros sectores de la vida nacional.

2. SITUACIÓN ACTUAL DE LA INTEGRACIÓN SOCIAL


Al efectuar un análisis de la práctica que ha caracterizado la integración social de
las personas con necesidades especiales se observa un sesgo al considerársele
desde una perspectiva escolar, abordándose poco la integración familiar y laboral.
En cuanto a la integración familiar se percibe que los planteles y servicios han
programado talleres, jornadas y encuentros para promover la participación de los
padres en el proceso educativo de los niños y jóvenes con necesidades
especiales. Sin embargo dichas actividades tienen un carácter más informativo,
que de verdadera participación activa de los padres en todo el proceso y en la
toma de decisiones relativas a los hijos.

Es oportuno señalar que como estrategia de participación de los padres, se


impulsaron los encuentros estatales de padres en cada Zona Educativa, en los
cuales la asistencia ha sido masiva, sin embargo en la mayoría de dichas
entidades, el contenido de las programaciones respondían muy poco a las
necesidades de estos.

En cuanto a la práctica de la integración escolar, se evidencia la carencia de


acciones coordinadas y articuladas con los niveles y otras modalidades del
sistema educativo, que respondan a una política de integración social desde el
ente Ministerial, situación que ha originado un bajo compromiso de la Escuela
Básica para asumir la integración.

Si bien es cierto que los equipos de integración han realizado acciones para la
integración familiar y comunitaria, estas no responden a un lineamiento de política
articulada entre el Ministerio de Educación y los otros sectores de la vida Nacional.
Otra de las debilidades encontradas en esta época, es la desvinculación de los
equipos de integración con los planteles y servicios de Educación Especial.
Otras de las situaciones confrontadas por los equipos de integración, ha sido la
necesidad de actualización permanente de sus profesionales en materia de
políticas de atención integral de la población con necesidades especiales,
programas de bienestar social, etc.

Por otra parte, se ha evidenciado que la mayoría de los equipos han planificado y
ejecutado proyectos de integración social, que de contar con el apoyo de una
política intersectorial hubiese tenido una mayor trascendencia en beneficio de la
población con necesidades educativas especiales.
En relación a la integración laboral se aprecia que aún cuando en la
fundamentación teórica del modelo de atención de las personas con necesidades
especiales en cuanto a Educación y Trabajo, se concibe el trabajo en íntima
relación con la Educación y una significación social, en la práctica se centra en el
desarrollo de habilidades y destrezas de los jóvenes y adultos en un oficio a fin de
incorporarlos al campo laboral, valorizándose de esta forma el sentido
socioeconómico y no el desarrollo integral de la persona, donde la Educación y el
Trabajo son dos procesos inclusivos que se dan desde tempranas hasta la
adultez. Esto trae como consecuencia que de acuerdo al compromiso cognitivo de
la persona se decide su capacidad productiva para insertarse en el campo laboral.
Esto por supuesto, dificulta sus posibilidades de integración socio-laboral,
permaneciendo en la mayoría de los casos por largo tiempo en la institución.
(Documento Reorientación Político Conceptual de Educación y Trabajo (1997))

En este orden de ideas, las acciones desarrolladas para la integración laboral, han
sido en su mayoría por iniciativa de los talleres de educación laboral y no
articulados interinstitucional y sectorialmente.

En el año 1992, a solicitud de la Oficina de Desarrollo Social de las Naciones


Unidas y el Departamento de Cooperación Técnica para el Desarrollo de las
Naciones Unidas, la Dirección de Educación Especial y la Fundación para el
Desarrollo de la Educación Especial elaboraron las Normas Uniformes sobre la
Igualdad de Oportunidades para los Impedidos en Venezuela. El objetivo de ésta
propuesta era él de contribuir a la creación de un cuerpo coherente de
disposiciones generales a fin de garantizar el derecho de las personas con
necesidades especiales a la educación, salud, trabajo, deporte, recreación,
cultura, accesibilidad y seguridad social. Hecho importante para esta época en
Venezuela es la publicación de la Ley para la Integración de Personas
Incapacitadas en Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 4.623 de fecha 03-09-93.

De acuerdo a lo establecido en el título V de la Ley sobre "Disposiciones


Transitorias”, se conforma el Consejo Superior de Integración el 08-06-95,
integrado por un representante de los Sectores de Salud, Trabajo, Educación,
Familia, Organizaciones no Gubernamentales, CTV, FEDECÁMARAS, y un
representante de la Universidad Central de Venezuela. Le corresponde a éste
consejo, la divulgación, información y sensibilización a la comunidad a fin de
promover una disposición al cambio hacia las personas con necesidades
especiales. Al respecto una debilidad, de este consejo ha sido la no consolidación
de la articulación intersectorial. Por otra parte no se han desarrollados proyectos
específicos en materia de integración socio-laboral.
Cabe destacar, las implicaciones de esta la Ley, por una parte su fundamentación
teórica está basada en una concepción de la persona impedida que data de
tiempos antiguos, no reflejando la visión actual de éstas personas, que son
consideradas como ciudadanos con derecho a disfrutar de los beneficios que
otorga la legislación en materia de familia, escuela, trabajo, salud, recreación,
cultura, entre otros. En dicha Ley "para cada derecho que se pretende alcanzar
(social, educativo, seguridad social, trabajo), se establece una condición que niega
el espíritu y razón de la norma, o sea, la anula..." (Nunes 1996).

Para 1994, la política y línea estratégica de la Dirección de Educación Especial se


enmarca en la integración social de las personas con necesidades especiales, en
una dimensión intersectorial, donde el eje direccional e integrador esta dado por el
sector educativo de acuerdo a lo establecido en la Constitución Nacional de la
República, en la Ley Orgánica de Educación, y en las declaraciones
internacionales de organismos tales como U.N.E.S.C.O y O.N.U. en el marco de la
intersectorialidad dirigida a la participación y articulación de instancias,
organismos, sectores y sociedad civil que posibilitan la puesta en marcha de
proyectos, convenios, para la integración escolar y socio-laboral de los niños,
jóvenes y adultos con necesidades especiales (Báez B. 1994).

En lo que se refiere a la integración escolar de las personas con necesidades


especiales en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo, la
educación especial da apoyo al alumno integrado y a los docentes que actúan en
dicho proceso a través de estrategias de integración, organización escolar,
adaptación curricular, equipos y materiales, metodologías y recursos didácticos a
través de una acción cooperativa entre los profesionales especialistas de la
modalidad adscritos a la escuela regular. (Documento integración escolar, líneas
estratégicas de políticas Educativas de la Modalidad de Educación Especial 1996).
Ahora bien, considerando que la integración escolar de las personas con
necesidades especiales es un proceso continuo sistemático y progresivo, que
implica el desarrollo de acciones que garanticen el cambio actitudinal de los
administradores de la Educación, la Dirección de Educación Especial a los fines
de establecer las normas para la integración escolar de las personas con
necesidades especiales elaboró la resolución 2005 de fecha 02-12-96, a los fines
de garantizar el proceso de integración en términos del derecho de la persona y
del deber de las instancias responsables de dicho proceso, lo que a su vez
fortalecerá la articulación y administración de una política educativa integral entre
los niveles y modalidades del sistema educativo.

Otras de las políticas establecidas para este mismo año, .Es la resolución Nº1762
del 09-10-96, donde se establecen las normas para el ingreso y permanencia de
los alumnos en los Planteles Oficiales y Privados de los niveles de Preescolar,
Básica, Media Diversificada y Profesional. Consecuentemente se plantea la
reorientación del Programa de Integración. Este se define como un programa de
apoyo de la Dirección de Educación Especial como instancia nacional que tiene la
competencia de diseñar las políticas relacionadas con la Integración Social de las
personas con necesidades especiales, supervisar y velar por el cumplimiento de la
Política de Integración Social así como también efectuar seguimiento a los
acuerdos y convenios que se realicen en función de la integración social de las
personas con necesidades especiales entre otras.

3. VISIÓN PROSPECTIVA DE LA INTEGRACIÓN SOCIAL

3.1. Personas con Necesidades Especiales


Al conceptualizar la integración social como un proceso que se inicia a edades
tempranas y que continúa a lo largo de la vida, el individuo con necesidades
especiales como centro de dicho proceso, es concebido como una persona, un
ente único, en permanente desarrollo, único en sus características y necesidades.
Las personas con necesidades especiales son aquellas cuyas características
físicas, intelectuales y sensoriales requieren, de planes y programas
complementarios o sustitutivos, transitorios y/o y permanentes para favorecer su
integración. Estas personas como cualquier ser humano, son capaces de auto
desarrollarse, de interactuar, en todas las instancias que configuran la vida:
familia, escuela y comunidad.

Estas potencialidades que tiene toda persona, son susceptibles de evolucionar,


cuando es respetado como tal, cuando se le brinda la oportunidad de desarrollar
sus capacidades, y de interactuar armónicamente en el medio donde se
desenvuelve respetando su diferencia. Este hecho diferencial en los individuos
proporciona un fundamento "El derecho a ser diferente, a ser reconocido,
respetando las peculiaridades de su propia identidad".

La persona con necesidades especiales al igual que otras, tiene el derecho de


pertenecer a una familia, equilibrada y estimulante, donde el afecto, el
reconocimiento, valoración de las capacidades y el respecto a su individualidad
contribuyan al desarrollo armónico de la personalidad; como individuo y miembro
de un colectivo tiene derecho a la educación en igualdad de condiciones como los
demás ciudadanos. Es preciso señalar que esta igualdad no significa en ningún
caso reclamar la uniformidad, sino que supone educar en el respeto por las
diferencias individuales de cada persona. En este sentido, se atienden las
necesidades educativas especiales de estos educandos a través de adaptaciones
curriculares en cuanto a estrategias, metodologías, equipos, etc. y personal de
apoyo especializado.
De esta forma la persona con necesidades especiales tiene derecho a recibir una
educación en todo el continuo de su vida de acuerdo a las características propias
del desarrollo.

El niño en la edad preescolar establece vínculos interpersonales, se relaciona con


los otros, particularmente con la madre y con los pares, adquiriendo conciencia de
su propia persona y aprendiendo a verse como parte de un grupo con el cual
interactúa. Así mismo, tiene conciencia de sus propias necesidades, existe un
deseo de saber explorar, descubrir sobre todo si se les presentan los objetos
adecuadamente, por lo tanto necesitan estímulos significantes para mantener un
equilibrio frente a la necesidad sentida. El niño necesita un punto de referencia, el
mundo perceptivo.

Ahora bien, en el caso de niños que presentan necesidades especiales de orden


sensorial, físicas e intelectuales, las experiencias de estos primeros años
requieren de un medio ambiente, con mayor diversidad y riqueza con estímulos
visuales, sonoros, táctiles, olfativos, gustativos necesarios para el desarrollo
cognoscitivo, socioemocional, motor y del lenguaje.

Se destaca aquí la importancia del núcleo familiar, por cuanto esta es la base
desde la cual el niño comienza el desarrollo de su vida psíquica y social; la
comprensión, la aceptación y el amor son factores decisivos para la formación de
su personalidad y posterior desarrollo como individuo. Ante esta responsabilidad
cabe a la familia la tarea de proporcionar al niño todos los medios necesarios para
que incremente en mayor grado posible todas sus capacidades y posibilidades.

En esta edad, una buena valoración de sí mismo por parte de los demás y los
refuerzos sociales gratificantes, contribuyen a elevar el nivel de autoestima.
Por lo tanto es imprescindible en los primeros 5 años, y sobre todo en esta
población tener en cuenta que esta requerirá siempre de refuerzos afectivos y
sociales de reconocimiento y valoración objetiva de sus propias capacidades,
éxitos y fracasos, para consolidar su personalidad.

En la edad escolar el niño, está tratando de afirmarse como persona y esta lucha
constante entre sus experiencias, emociones, inseguridad e impulsos le produce
cambios de carácter y humor. A esta actuación hay que agregar el ingreso a la
escuela; nuevos compañeros, experiencias diferentes que habrá de asimilar en
medio de una creciente exigencia intelectual, asumiendo nuevos roles, y una
mayor disciplina. Así mismo, comienza a integrarse en pequeños grupos
compartiendo elementos entre ellos, y a menudo se juegan posiciones individuales
y de supremacía y ninguno quiere perder. Esta etapa va pasando y el niño se ira
adaptando, comprendiendo, sociabilizándose e integrándose paulatinamente hasta
completar este periodo tan decisivo de su vida. Ahora bien, cuando los niños
presentan necesidades especiales sensoriales, dificultades de aprendizaje,
impedimentos físicos, retardo mental, autismo y talento estos pueden interferir en
su adaptación escolar y social. Por ello es sumamente importante comprender la
tarea fundamental que deben asumir la familia y los maestros. Los padres más allá
de la natural e instintiva preocupación e interés, deben proveerse de los
conocimientos esenciales para poder acompañar a su hijo a través de sus
experiencias con amor e inteligencia y una clara conciencia de la importancia que
tiene, el crear un clima de aceptación, motivación y creencia en las posibilidades y
capacidades del niño.

El docente debe establecer una comunicación, intercambiando con el niño afecto,


confianza, y amistad, y ubicado en que cada educando posee características
propias y distintas necesidades y es por ese motivo que su actuación debe estar
en función de esa diversidad. Esto lleva al desarrollo de estrategias, adaptadas a
las necesidades del niño, así como también de actividades que complementen el
proceso y lo enriquezcan con las vivencias y experiencias necesarias, logrando
que la actividad escolar y el proceso de enseñanza aprendizaje se cumplan en
forma total, en armonía en un clima de interacción con los demás compañeros.
En la etapa de la adolescencia, la búsqueda de identidad alcanza su punto crítico
esto por cuanto se presentan muchos cambios significativos en el desarrollo físico,
mental y social. El mundo se va percibiendo de manera diferente a como se había
visto antes, de allí que la persona pueda cuestionar las cosas y buscar la
comprensión para satisfacer sus necesidades. Se percibe además la necesidad de
ajustarse a nuevos roles sociales, particularmente con los pares de la misma
edad.

La familia es un cambio más, al cual la persona tiene que hacer frente, se percibe
la necesidad de abandonar la protección y seguridad que siempre ha tenido. La
búsqueda de identidad y de independencia conduce a la necesidad de
intercambiar ideas, experiencias, e interacción con los compañeros del mismo
sexo y del opuesto, y a desarrollar destrezas e intereses.

Hacia el final de la adolescencia; puede lograrse un sentido de identidad, un


estado emocional placentero y de bienestar psicosocial, y a comprometerse con el
sistema de valores. Por otra parte desarrolla confianza en las interacciones
sociales, se identifican cualidades, intereses personales y vocacionales.
La trascendencia de ésta etapa es significativa, es en sí una fase de transición de
la niñez a la adultez. y en los que va a tener influencia las experiencias educativas
y sociales, vividas en los años anteriores, en cuyo caso es necesario brindarle un
ambiente donde se sientan seguros, atraídos en los vínculos con los demás,
donde sea respetado como persona.
En esta etapa es esencial la aceptación por parte de los compañeros y amigos de
la comunidad; de allí la necesidad de establecer actividades que le permitan la
interacción con los demás, y sobre todo de actuaciones, que le permitan impulsar
su identidad, y capacidad en los roles que les toca desempeñar. Papel
fundamental juega la familia como elemento básico, para su autorrealización como
persona, y para elevar su autoestima.

El desarrollo de la imagen de sí mismo, el concepto que de su persona obtenga


cobra una importancia fundamental en esta etapa. La auto-aceptación, por parte
de los jóvenes con necesidades especiales, de sus propias posibilidades y
limitaciones es paso previo e ineludible para que se produzca un desarrollo
positivo tanto funcional como social.

La adultez se concibe como la capacidad de participar en un trabajo productivo, y


de asumir responsabilidades inherentes a la vida social, para actuar con
independencia y tomar sus propias decisiones con entera libertad, es decir, la
persona cumple un rol productivo que la capacita para bastarse a sí mismo y
actuar independientemente en sus múltiples manifestaciones de vida.

Así mismo en esta etapa, muestra interés por adquirir y renovar sus conocimientos
como fuente de desarrollo permanente y de proyección hacia el futuro para
atender las demandas de los cambios que son necesarios para su
desenvolvimiento.

Estas variables que caracterizan la adultez permiten a las personas vivir y


participar responsablemente en la vida familiar, ser un activo promotor del cambio
social, capaz de integrarse en su realidad con fines de transformarla, capaz de
autogestionar su propio aprendizaje y ser consciente de su rol cívico, político, etc.
El tener una necesidad especial puede conducir a que las personas permanezcan
al margen de la vida social, esto debido, muchas veces a la existencia de
prejuicios valorativos por parte de la familia y la comunidad lo que incide en la
plena realización de la persona como ente válido en la sociedad.

Por ello, es necesario unas relaciones significativas, que contribuyan a la


formación de una imagen positiva de sí mismo y una concientización de sus
posibilidades en beneficio del desarrollo de la persona. Así mismo se requiere una
formación acorde a las aptitudes, intereses, y a las experiencias que como adulto
ha experimentado. Es pertinente también desarrollar acciones que permitan, la
interacción, con los agentes de la comunidad, a fin de promover el sentido de
pertenencia, y aceptación como un miembro más del grupo social al que
pertenece.
En síntesis, es preciso tomar en cuenta que el individuo con necesidades
especiales es ante todo una persona, y como tal tiene un potencial de habilidades
y capacidades, un cúmulo de aspiraciones, y una gran necesidad; la de seguir
aprendiendo para una mayor participación en la sociedad, por lo tanto debe
proveérsele de los mecanismos necesarios para que potencie sus habilidades y
conocimientos con miras a promover el autodesarrollo.

Se debe estar consciente de que en esta etapa el hombre adquiere conciencia de


sus responsabilidades cívicas, familiares, sociales, etc. Todo ello dado por los
aprendizajes adquiridos en el transcurso de su vida lo que le convierte en un ente
autónomo capaz de integrarse en la sociedad

3.2 Conceptualización de la Integración social

3.2.1 Bases Filosóficas, Psicológicas, Pedagógicas y Sociales de la


Integración Social.
La integración social responde a una concepción del hombre, en su condición de
persona, cuya dignidad personal radica, en asumirse como ser cultural, social e
histórico, con una tendencia hacia la autorrealización, libertad y apertura solidaria
con los demás seres humanos, con capacidad de originalidad y creatividad y
jerarquía de valores y dignidad personal.(Nozenko,1995)

Desde esta concepción "el hombre es producto de su propia creación, ya que es el


único ser sobre la tierra que puede ejercer una vocación consciente, de allí que
necesita trabajo y libertad para autodesarrollarse y proyectarse hacia el futuro"
Guedez (p.119). Por otra parte el hombre tiene una existencia proactiva y, en tal
sentido, puede reaccionar de acuerdo a estímulos y acciones de transformación
de su realidad para favorecer con esa acción un orden más correlacionado con el
conjunto de sus necesidades y las del grupo en el cual convive.

La integración como hecho social, implica la interacción del individuo en su


entorno, la pertenencia a un grupo social con espíritu de solidaridad y respeto, e
interviniendo en su propia realidad con posibilidades de transformarla para su
beneficio y el de la colectividad. Estar integrado socialmente significa, satisfacer
las aspiraciones y necesidades, tanto personales como sociales, asumiendo las
responsabilidades y las obligaciones que como miembro de una sociedad le
corresponden.

La integración social, implica la interrelación que se establece con los diferentes


grupos que conforman la sociedad: familia, escuela y trabajo, en este sentido
revaloriza la condición de persona como ente eminentemente social al propiciar
cambios, que le permiten intervenir en la vida social, político, económico y cultural
como miembros participativos, cooperativos, solidarios contribuyendo de esta
forma al bienestar colectivo. Desde una connotación eminentemente social la
integración permite la proyección hacia el futuro propiciando así mismo, deseos y
aspiraciones hacia nuevos ideales individuales y grupales.

Como proceso la integración social, se concibe como la adaptación de las


respuestas del individuo a los requerimientos del medio y de la interacción de
ambos. Es la secuencia por la que se van adquiriendo patrones conductuales que
permiten la integración en la sociedad con la potencialidad de participar,
interactuar y cooperar como miembro de un colectivo. Desde esta perspectiva la
integración implica un proceso de socialización y de aprendizajes sociales a través
del cual el individuo logra conocer, analizar, reflexionar y valorar la realidad
sociocultural, y enfrentarse a las condiciones que se le presenten y a desarrollar
las habilidades para transformar dicha realidad.(Name C. 1996)

La integración puede concebirse como un camino formado por etapas sucesivas y


secuenciales, conformada por diversos elementos la familia, la escuela, el trabajo
y la comunidad.

Toda esta concepción de la integración permite conceptualizarla como "un


proceso dinámico, gradual y progresivo que involucra las distintas instancias del
quehacer humano y que implica acciones continuas y sistemáticas para posibilitar
el ajuste progresivo y dinámico entre ambos polos indisolublemente unidos de la
relación: la persona con necesidades especiales, sus competencias así como las
limitaciones con las posibilidades reales y efectivas del medio para satisfacer los
requerimientos integrales de ese individuo para su beneficio y progreso" Name
(1987).

La integración como derecho, implica, gozar en pie de igualdad, de la educación,


el trabajo, la recreación, la cultura y de los servicios sociales y al disfrute a los
derechos económicos y sociales, así como también al cumplimiento de los
deberes que el estado tiene asignado.

En esta línea de pensamiento la integración social como derecho, hace referencia


"al derecho de toda persona a desarrollarse plenamente, en función de las
posibilidades de que dispone, y la obligación de la sociedad de transformar estas
posibilidades en realizaciones efectivas y útiles" Piaget (1979).

En síntesis la integración social promueve la participación social para que las


personas con necesidades especiales como cualquier ciudadano, conozcan la
realidad en que viven, desarrollen sus capacidades y actúen solidariamente para
intervenir en la transformación de si mismo y de la sociedad en la medida de sus
posibilidades de acuerdo a lo establecido en el marco constitucional Venezolano.
La integración social, es un principio fundamental de la educación especial y por
ende de la educación general. Así mismo se concibe como el principio rector de
las políticas de la atención educativa integral de las personas con necesidades
especiales, desde edades tempranas hasta la adultez, partiendo de una
concepción del hombre como una unidad real y dinámica y en constante
interacción con el medio donde se desenvuelve.

De esta forma la integración social se vincula con la democratización, la cual se


fundamenta en la igualdad social, económica, política y jurídica. En este sentido se
reafirma el derecho de las personas con necesidades especiales a participar en
igualdad de oportunidades de la vida nacional. Así en la democratización de la
educación se debe considerar que no solo se trata de hacer accesible la
educación a toda la población que la requiere, sino que debe propiciarles su
permanencia en el sistema y obtención del máximo provecho según sus
necesidades.

Desde una dimensión educativa la significación de la integración social es ir hacia


un modelo democrático donde el individuo se eduque para asumir las
responsabilidades y compromisos en su familia, escuela y comunidad en el rol que
le corresponde. Guedez (1987).

En correspondencia con el principio de Modernización la integración social


propicia el desarrollo integral de las personas con necesidades especiales a la luz
de los avances científicos y tecnológicos, a las necesidades regionales o
nacionales, puesto que el mismo se encuentra en continuo dinamismo,
caracterizado por el avance y desarrollo de investigaciones permanentes en el
campo de la psicología, y con los progresos de las ciencias sociales, con la
finalidad de incorporarlos en la atención integral de las personas con necesidades
especiales para promover la efectiva integración social.

La prevención y atención integral temprana es el conjunto de acciones


interdisciplinarias, dirigidas al niño que por sus antecedente pudiera presentar
alteraciones, tomando como eje fundamental para la atención sus potencialidades
e involucrarlo al grupo familiar como participante activo (Roa A. 1997).

Todo esto constituye un espacio de integración social por cuanto facilita el máximo
desarrollo de las potencialidades al favorecer desde edades tempranas la
participación e interacción en el medio comunitario requiriendo para ello la
comprensión de todos y cada uno de los factores que conforman la sociedad, esto
conlleva a un cambio de actitud y expectativas, a través de medidas de
información y educación a la comunidad.

Estas acciones tienen amplias connotaciones en el campo educativo, político,


social, asistencial, económico, lo que trasciende al campo de las ciencias médicas
Roa A. (1996). Así mismo implica el perfeccionamiento de los profesionales, de
manera que las políticas de atención integral respondan a las necesidades de las
personas y a las demandas de la sociedad actual para hacerlos partícipes de las
transformaciones que esta demanda en el devenir histórico.

La normalización significa ofrecer a las personas con necesidades especiales,


unas condiciones de vida, educativas, laborales, recreativas, deportivas y
culturales normales en la comunidad a la que pertenece atendiendo y resaltando
sus potencialidades, y posibilidades más que sus limitaciones y respetando sus
diferencias.

Desde una perspectiva psicológica el niño es un sujeto activo en el proceso de


desarrollo que, va construyendo progresivamente, sus esquemas, a través de la
interacción con el medio (Novac 1980).
El desarrollo humano tal como lo plantea Ajuriaquerra (1890), no solo depende de
la indemnidad anatómica y funcional del sistema nervioso; sino también necesita
que se cumpla una instancia exclusivamente humana (p.12), esto se logra
potenciando las posibilidades de autorrealización.

Este enfoque enfatiza la adquisición del conocimiento como construcción social,


promoviendo, en el niño como sujeto cognoscente su intervención en la realidad
con posibilidad de transformarla para su beneficio y el de su comunidad.

Desde una orientación constructivista, el desarrollo se produce por un proceso que


toma en cuenta la experiencia que el individuo obtiene de las acciones que el
mismo ejerce sobre los objetos naturales. "Todo ello conlleva afirmar que la fuente
del conocimiento es la actividad social del hombre (Roman, 1996) lo que se
vincula con la interacción del individuo en su medio". El desarrollo se produce por
un proceso que toma en cuenta en primer lugar la experiencia de la acción propia,
y la que el individuo obtiene de las acciones que el mismo ejerce sobre los objetos
y con los otros (p.110).

Desde el punto de vista del enfoque histórico cultural, este plantea la importancia
de la interacción social para la construcción de las funciones superiores, entre las
cuales el aprendizaje es considerado fundamental para el desarrollo del niño en su
entorno cultural. Este proceso de interacción implica construir las experiencias
culturales indispensables para el desarrollo integral del individuo, potenciándose
de esta forma las relaciones con el entorno aspecto fundamental para su
participación activa en la sociedad en todos los ámbitos familia, escuela y
comunidad es decir tal como lo señala el mismo autor "aportes del entorno", entre
los cuales se distinguen la estimulación que el niño recibe, y el establecimiento del
vínculo madre e hijo. Además es necesario el encuentro entre el sujeto y la
realidad y el espacio de enriquecimiento en términos de sus aprendizajes sociales,
lo cual es una expresión viva de la integración. (p.110).

Vygotsky citado por Mirabent (1989) establece que las funciones psíquicas
superiores aparecen primero fuera del individuo, en la cultura, es decir en los
conocimientos acumulados en la sociedad, en la que nace, y solo durante el
desarrollo, lo que permite una comprensión más profunda de su condicionalidad
social. Esto ayuda a entender como en el transcurso de la relación del niño con la
realidad, lo objetivo o sea lo social, se convierte en subjetivo o en individual, es
decir, como lo que el niño adquiere en sus relaciones con los adultos y coetáneos
lo lleva sucesivamente a la organización de su propia actividad.

En este sentido, es obvia la importancia que adquieren los contextos de relación


interpersonal en la construcción y formación de la funciones psicológicas(p.42). En
otras palabras se está subrayando de este modo el origen social de los procesos
psicológicos individuales y la importancia de la interacción con los otros para el
desarrollo de las personas. En efecto, señala Vygotsky, que la acción del adulto
como instrumento de mediación (social), para la acción de un sujeto sobre el
entorno, juega un papel sumamente decisivo en este planteamiento.

Esta base interactiva en la génesis de las funciones psicológicas superiores juega


un rol fundamental en la optimización del desarrollo de la persona y de lo que se
podría denominar "la formación de la vida mental y social", indispensables para
una efectiva integración en todos los ámbitos familia, escuela y comunidad. Desde
esta visión se puede asumir el papel que juega la interacción como motor
condicionante del desarrollo del individuo, elemento fundamental para una efectiva
integración social.

Bajo esta concepción Monks(1992) expresa que el desarrollo humano está en


gran parte determinado por aprendizajes sociales. "El desarrollo, si es visto como
cambios que implican el comportamiento dentro de un grupo social, es un proceso
de toda la vida". La integración entre la naturaleza del individuo y el ambiente
determinan que tipo de comportamiento y motivos de conducta emergen y llegan a
manifestarse.

Lo expuesto en lo párrafos que preceden permiten afirmar que en la formación de


la persona con necesidades especiales debe tomarse en cuenta la realidad
ambiental donde interactua el individuo, sus condiciones tanto biológicas como
psicológicas, en función de responder a las demandas socioculturales del entorno
en sus diferentes dimensiones, logrando así, su efectiva integración social.

Desde un enfoque pedagógico, la educación, desde una dimensión social exige


una concepción educativa, que conduzca a cambios significativos en la mentalidad
humana, donde el hombre recobre su valor y su condición de persona, (Guédez,
1987). En correspondencia con éstas exigencias, la práctica educativa potencia,
las posibilidades efectivas de las aspiraciones del hombre. Al respecto Freire
(1979), "parte del hecho de que el hombre no debe ser considerado como un
simple receptor de información, sino un elemento activo en el proceso"(p.60).

De este modo surge la necesidad de relacionar la práxis educativa, con el entorno


inmediato, destacando en esta, de manera especial al educando, con
necesidades, expectativas, intereses, motivaciones, viéndolo como un ser único
irrepetible, dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje. En este mismo orden
de ideas, toda la acción educativa, debe necesariamente estar percibida de una
reflexión sobre el hombre y de un análisis del medio de vida, del hombre a quien
se quiere educar (p.61).

"El hombre llega a ser sujeto por una reflexión sobre su situación, sobre su
ambiente concreto, mientras más reflexiona sobre la realidad, más emerge,
plenamente consciente, comprometido, listo a intervenir respecto a la realidad
para cambiarlo".(p.61)

Si se aspira sinceramente a que el hombre se inserte en el proceso histórico y en


particular que participe de manera activa y creadora en los períodos de transición,
relacionándose con los otros hombres tomando conciencia de su poder para
transformar la naturaleza y responder a los desafíos que esta le pone, es
necesario prepararlo por medio de una auténtica educación que libere, que no
adapte, domestique y sojuzgue", Freire (p.167). Esto le permite al hombre,
constituirse como persona, transformar el mundo, entablar relaciones de
reciprocidad, hacer cultura y la historia.

La integración social se fundamenta en la dignidad humana el respeto por la


diferencia y en el disfrute de los derechos sociales. En el campo educativo esta
situación refleja, una autentica igualdad de oportunidades, al preconizar la
educación de las personas en el entorno menos restrictivo; "la escuela regular".
Esto supone un cambio en las condiciones en que se da el proceso educativo, es
decir tomar en consideración las condiciones que acompañan a dicho proceso a
fin de garantizar respuestas y logros paulatinos en cada uno de los actores que
intervienen en dicho proceso.
Una escuela que respete la diversidad debe por lo tanto ofrecer opciones
curriculares que se adapten a los niños respetando sus ritmos de aprendizajes, a
través de adaptaciones curriculares cuando los alumnos requieran una
modificación en la ayuda pedagógica que se ofrece al grupo, así mismo los
recursos metodológicos para individualizar la enseñanza que cada docente o
equipo utilizará, tales como, materiales diversificados, equipos y ayudas
audiovisuales.

Otros de los medios para acceder al curriculum es el concurso de profesionales de


apoyo, tanto de la modalidad de Educación Especial como de los niveles del
sistema educativo. Por ser un proceso complejo y multifactorial que requiere de la
convicción, compromiso de la sociedad, requiere de la participación de las
familias, de la movilización de la comunidad, organizaciones voluntarias. Los
padres son partícipes privilegiados en este proceso.

La preparación del personal educativo en su totalidad es el factor clave en el


progreso de la integración. De allí que la escuela como institución socializadora
deba incorporar elementos que la persona trae de su contexto familiar para
abordar la formación del individuo sobre la base de su situación en términos de las
condiciones sociales, culturales y económicas para cumplir de esta manera con la
incorporación efectiva en la sociedad en donde le toque actuar.
Desde una perspectiva sociológica la escuela en su función social está orientada
hacia la formación de ciudadanos auténticamente humanos, en donde puedan
surgir los mejores, como agentes participativos capaces de integrarse en forma
activa a los procesos económicos, sociales y políticos.

"Por otra parte la escuela tiene un papel fundamental en el desarrollo de los


valores de la persona, una educación para el cambio" Norenzo L. (1990,p.35).
Esto significa que la escuela tiene una intencionalidad social donde se refleja las
costumbres, convicciones y estilos de vida característicos de una sociedad.

Desde esta perspectiva la educación tiene que ver con dos aspectos
fundamentales: formar al individuo como persona constructora de una historia,
responsables de sus acciones y las de la colectividad, y como agentes capaces de
suscitar nuevas ideas, opciones y transformaciones para si y para los demás. Es
indudable que en este proceso cobra particular relevancia la influencia que ejerce
la escuela como institución social por excelencia sobre la familia que integra la
comunidad, dada las expectativas que esta tiene. (p.36).
3.2.2 Bases Legales para la Integración Social
La fundamentación legal de la integración social se inscribe en los derechos
fundamentales del hombre, de la dignidad y condición de la persona. Estos
derechos, atributos de todas las personas e inherente a su dignidad que el Estado
está en el deber de respetar, garantizar o satisfacer son los derechos humanos.
En Venezuela la integración se fundamenta primeramente en la tabla de los
derechos del niño venezolano (1936) elaborado en la primera convención del
Magisterio Venezolano, donde se establecen todas aquellas garantías que
necesita el niño para desarrollarse en la vida social como persona, para disfrutar
de una vida digna, que permita la satisfacción de las necesidades esenciales.
En este mismo orden de ideas la integración social se fundamente en
declaraciones y mandatos internacionales .Al respecto en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos como primer documento promulgado a nivel
internacional (1945) establece en el artículo I que "todos los seres humanos nacen
libres e iguales en su dignidad".

Otro de los documentos que sustentan la integración social de las personas con
necesidades especiales es la recomendación 99 de la Organización Internacional
del Trabajo (O.I.T.) del año 1955, referida a los principios y práctica de la
Adaptación y Readaptación profesional del impedido donde se establece la
necesidad de asegurar medidas adecuadas y al alcance de todas las categorías
de personas inválidas y de promover oportunidades de empleo en le mercado
regular.

Por otra parte en la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada en la


Convención de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General en
Noviembre de 1959, se establece en el artículo 27: "asegurar que todos los niños
con necesidades especiales tengan un acceso efectivo a la educación, la
capacitación, servicios sanitarios, servicios de rehabilitación, preparación para el
empleo y oportunidades de esparcimiento, con el fin de lograr la integración social
y el desarrollo cultural y espiritual en la máxima medida posible".

Por otra parte en el título III capítulo I de la Constitución Nacional de la República


de Venezuela (1961) se establecen los derechos, deberes y garantías de todos los
venezolanos. De allí que en el artículo 43 se señala que todos tienen derecho al
libre desenvolvimiento de la personalidad sin más limitaciones que las que derivan
del derecho de los demás y del orden público y social.

En el artículo 78 de la misma Constitución Nacional se establece a la educación


como derecho social permanente e irrenunciable de todos los venezolanos sin
más limitaciones que las derivadas de la vocación y las aptitudes.
Así mismo en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos adoptado por
la Asamblea General de la ONU (1966), se establece con mayor precisión y de
manera más completa una serie de derechos entre los que se encuentran: el
respeto a los miembros de minorías étnicas, religiosas o idiomáticas. En el artículo
27 se consagra el derecho que les corresponde en común con los miembros de su
grupo, a tener su propia vida cultural, derecho a ser tratado humanamente y con la
dignidad inherente a todo ser humano y el derecho de todo niño a adquirir su
nacionalidad y a recibir protección de su condición menor.

En la Convención Americana sobre Derechos Humanos adoptada por la


Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos (1969), en el
artículo 11 "de la Convención" los Estados partes se obligan a "respetar los
Derechos y Libertades reconocidos en ellos y garantizar el libre y pleno ejercicio a
toda persona que esté sujeta a su jurisdicción sin discriminación alguna. En el
Programa Mundial para las Personas con Discapacidad, en sus artículos 120, 121
y 124 se establece que "la educación debe darse en la medida de lo posible
dentro del Sistema Escolar General".

En la declaración de los Derechos de los Impedidos (1975) en su artículo 3 se


señala que se respete su dignidad humana. El impedido cualesquiera sea el
origen, la naturaleza o gravedad de sus deficiencias, tiene los mismos derechos
fundamentales que sus conciudadanos de la misma edad, lo que supone en
primer lugar, el derecho a disfrutar de una vida decorosa lo más normal y plena
posible.

Para 1980, en Venezuela se promulga la Ley Orgánica de Educación, donde se


establece el derecho de todos los ciudadanos a recibir una educación conforme
con sus aptitudes y aspiraciones sin ningún tipo de discriminación por razón de
raza, sexo y credo, posición económica y social o de cualquier otra naturaleza.
A nivel internacional en este mismo año se proclama la carta para los 80, la cual
es una declaración de consenso acerca de las prioridades para la realización de
acciones durante la década 1980-1990, fue elaborada para promover el logro de la
participación plena y la igualdad de los impedidos en todo el mundo. Implica el
derecho de toda persona impedida a participar en la vida social normal de la
comunidad en cual vive.

En 1981 se elaboró el Programa de Acción Mundial para los Impedidos aprobado


por la Asociación General en resolución 37/52. En este mismo año se promulgó el
año internacional del impedido (1981) y el Programa de Acción Mundial subrayó el
derecho de las personas con discapacidad a tener las mismas oportunidades que
los demás ciudadanos.
Para 1983 la Organización Internacional del Trabajo adopta el convenio 159 sobre
la readaptación profesional y el empleo de personas inválidas. Este convenio y la
recomendación 168 que la complementa, sitúan a la obtención y conservación de
un empleo así como a la promoción en el mismo en la perspectiva de la
integración o reintegración de la persona en la sociedad.

Para este mismo año se elabora el Programa de acción Mundial de la Naciones


Unidas para los Impedidos sobre equiparación de oportunidades de educación y
formación, en dicho programa se insta a los gobiernos de los Estados miembros a
adoptar políticas que reconozcan los derechos de los impedidos a la educación.

En Venezuela en 1983, el Consejo Municipal del Distrito Federal elabora las


ordenanzas para la construcción y adaptación de edificaciones.

En 1986 se promulga en decreto Nº 12 de la Alcaldía del Municipio Libertador


sobre otorgamiento de becas a los hijos de matrimonios impedidos y de política de
contratación laboral de los impedidos.

En 1990 en la declaración Mundial de Educación para todos, en el artículo 3 se


establece que las necesidades básicas de aprendizaje de las personas impedidas
merecen especial atención.

Por otra parte la Ley Orgánica del Trabajo de 1990 reafirma en su artículo 24 que
"toda persona tiene derecho al trabajo". Así mismo en el capítulo IX (Artículo 375
al 378 se establece las condiciones y el derecho de las personas con necesidades
especiales al trabajo).

En esta misma línea de pensamiento en la Declaración Mundial sobre Educación


para Todos"(1990) elaborada por la UNESCO en su artículo 3 numeral 5 se
establece que las necesidades básicas de aprendizaje de las personas con
necesidades especiales demandan atención especial, por lo cual es preciso tomar
medidas que faciliten la igualdad en el acceso de la Educación.

Prosiguiendo con la fundamentación legal de la integración para el año 1991, la


Oficina de Desarrollo Social de las Naciones Unidas establece las directrices para
el establecimiento y desarrollo de comités nacionales de coordinación en la esfera
de la discapacidad. Dichos comités tienen como objetivos fundamentales:
fomentar la plena integración, independencia y productividad de los impedidos en
la comunidad, las escuelas, y en todos los aspectos de la sociedad.

En 1992 la Oficina de Desarrollo Social de la Organización de las Naciones Unidas


elabora las normas uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las
personas con discapacidad, paralelamente en Venezuela se asumen estas
normas, las cuales tienen como finalidad garantizar que niñas, niños mujeres y
hombres con discapacidad, en su calidad de miembros de su respectivas
sociedades puedan tener los mismos derechos y obligaciones que los demás.

Otro instrumento legal que fortalece el derecho de las personas con necesidades
especiales en Venezuela es la Ley de Integración Social de las personas con
incapacitadas, promulgada en el año, 1993 en el cual se destaca la obligatoriedad
de la integración en los ámbitos familiar, escolar, laboral y social.

En la Declaración de Salamanca (1994), aprobada por la Conferencia Nacional


Especial, organizada por el Gobierno Español en colaboración con la UNESCO y
celebrada en Salamanca, se establece como principio rector por las escuelas
deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas,
intelectuales, sociales, emocionales, lingüísticas u otras.

En la misma declaración en los artículos del 28 al 31 se señala la garantía de


ofrecer opciones curriculares que se adapten a las necesidades educativas
especiales atendiendo al principio de igualdad de oportunidades.

En el ámbito de la integración escolar se promulga en Venezuela la resolución Nº


2005, de fecha 12 de diciembre de 1996, en la cual se establece la garantía del
ingreso, prosecución escolar y culminación de estudios de los educandos con
necesidades educativas especiales, y la obligación de ser asumida por los niveles
y otras modalidades del sistema educativo.

En síntesis la integración social, se fundamenta en el derecho al respeto por la


dignidad de la persona, de allí que su fin primordial supone en primer lugar
promover el disfrute de una vida plena como sea posible, a través de su
interacción con la familia y a participar en todas las actividades educativas,
sociales y recreativas. Por otra parte la integración se asume como una política
Nacional, y como tal, aspira que estas personas satisfagan todas estas
necesidades.

3.3. Caracterización del Modelo para la Integración Social


El modelo para la integración social se fundamenta en una orientación
humanística social por cuanto toma en cuenta al individuo como un ser bio-psico-
social enfatizando más las potencialidades que las limitaciones, atendiendo a las
diferencias individuales y el respeto por la diversidad, así mismo considera a las
personas con necesidades especiales en una relación histórico y cultural.
En el modelo la integración social se plantea como un proceso que se da a lo largo
de todo el continuo de la vida de la persona con necesidades especiales desde
edades tempranas hasta la adultez, en forma dinámica, sistemática, flexible e
interactiva, esto significa que desde muy temprana edad deba promovérsele la
valoración de la familia, de la escuela, del trabajo en un sentido social como fuente
de bienestar y progreso personal que permita ir construyendo su proyecto de vida.
(Terre O. 1997).

Por otra parte el modelo para la integración social tiene un enfoque educativo, por
cuanto se propicia un proceso de ajuste de las personas con necesidades
especiales a los valores, exigencias y pautas de comportamientos de los grupos
que conforman el medio ambiente social en el cual se desenvuelve; y en general
su integración en la vida de los mismos. Es decir, desde una perspectiva educativa
se persigue la formación integral del individuo para su participación activa dentro
del grupo social en el cual le toca convivir.

La integración social debe iniciarse a edades tempranas, lo cual permite


proporcionar un conjunto de experiencias sociales que le permiten interactuar con
los iguales a lo largo de su desarrollo. Es en el contexto de los intercambios
sociales con otros niños, donde cada uno descubre la existencia y particularidades
del otro, al mismo tiempo que afina el conocimiento de si mismo, promoviéndose
relaciones interpersonales, fraternidad, disciplina, colaboración, cooperación,
valoración de trabajo y solidaridad.

Desde este punto de vista el ser humano está sujeto a cambios, esto se hará en la
medida en que se les brinden las condiciones y experiencias que le permitan el
desarrollo de sus capacidades.

La integración social se fundamenta en una relación recíproca; la persona con


necesidades especiales se integra verdaderamente cuando entra en un proceso
de interacción en que ambos se modifican e interactúan y tienen relaciones
mutuas, no es simple adaptación unilateral de cada uno de los grupos
involucrados; es la extensión de la actividad hacia todos los agentes que integran
la sociedad.(Casanova 1990).

En el ámbito de la integración familiar, la familia tiene un papel muy importante en


la conducta presente y futura de todo individuo. El afecto, el estímulo dan las
bases para su desarrollo integral, mas en el caso de las personas con
necesidades especiales en las cuales influyen determinantemente para la
integración social.
Por lo tanto, la familia como grupo social debe cubrir las necesidades de las
personas, en cada momento de su evolución cronológica y social. Cada edad de
las personas exige nuevos modos y estilos de comunicación, y en ese proceso
debe predominar la aceptación, apoyo, cooperación, en un clima de afecto y
solidaridad.. (Nozenko,89)

Si todo ello se cumple, la persona con necesidades especiales se sentirá en igual


de oportunidades como cualquier otra, participando de las decisiones que tome el
grupo familiar, fomentando de esta manera su autoestima y valorando su esfuerzo,
de allí la necesidad de establecer vínculos entre la familia y el centro educativo a
los fines de mancomunar los esfuerzos para lograr el desarrollo integral de la
persona y por ende su integración social, de esto se desprende la necesidad de
promover las organizaciones de padres a los fines de involucrarlos en todo el
proceso educativo como promotores de la integración social.

Al ubicarnos en la integración escolar, la escuela suele ser el primer ámbito no


familiar con el cual debe enfrentarse el niño y representa su entorno social
inmediato. Esto es así en la medida en que hace énfasis en la autorealización,
libertad, autodeterminación, y apertura solidaria con los demás seres humanos. De
esta forma la integración escolar permite tal como lo señala Rojas S. (1990) la
promoción de las potencialidades que tiene el individuo como ser humano. (p. 5).

En primer lugar la escuela a través de sus recursos humanos, técnicos, físicos y


materiales deberá proporcionar una respuesta educativa en lo que es común y
también a la diversidad, en cuanto al respeto las características, necesidades
individuales, ritmos de aprendizaje de los alumnos, mediante estrategias
individualizadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, a través del trabajo
cooperativo con otros profesionales de apoyo, que faciliten la progresiva
integración de los alumnos con necesidades educativas especiales al ámbito del
aula regular y por ende a la escuela en general.(N de Báez B. 1996)

El reto de la escuela consiste precisamente en ser capaz de ofrecer a cada


alumno la ayuda pedagógica que el necesite. En este punto cobra vital importancia
la flexibilidad curricular, de allí que los programas deben adaptarse a las
necesidades de los niños, para ello es necesario que la escuela ofrezca opciones
curriculares que se adaptan a los niños con capacidades e intereses diferentes. Es
decir una escuela integradora que acoge de niño con necesidades especiales,
como elemento que dinamiza y modifica los planteamientos didácticos y donde se
benefician todos los niños. Una escuela abierta y critica, que acepta las diferencias
y ofrezca sus aulas como marco natural para el desarrollo y la educación de los
niños con necesidades educativas especiales (Marchessi. 1980).
Para el logro de estos planteamientos es necesario una acción cooperativa,
orientada hacia la búsqueda de un consenso entre los diferentes actores
involucrados en el proceso, y en el establecimiento de niveles de compromiso y
asunción de responsabilidades en un clima armónico y de confianza.

Al referirse al trabajo en equipo es absolutamente imprescindible el trabajo


cooperativo entre todos los profesionales tanto de los servicios de apoyo de la
modalidad como de los docentes de la escuela básica, y de los entes de la
comunidad, basada en una concepción participativa y en el desarrollo coordinado
de la acción , la discusión, reflexión y la revisión compartida de la actividad, como
una forma de potenciar la profesionalidad de todos los involucrados, en beneficio
de la integración social de los alumnos con necesidades especiales.

Tomar en cuenta que cada individuo es único, irrepetible, conduce a que la praxis
del modelo de integración, se inscriba en el respeto por las diferencias.
Este cometido se hace vigente en los proyectos de plantel como una estrategia
educativa, para la consolidación de la institución escolar como instancia
cohesionadora e integradora de la comunidad, se trata pues, de entender la
integración escolar como componente del proyecto pedagógico de plantel, en un
trabajo de construcción colectiva, entre el plantel y su entorno por medio de la
participación de la asociación de las familias, asociaciones de vecinos, otras
organizaciones sociales y económicas, que promuevan la efectiva integración
social.

Ahora bien, considerando que toda persona tiene la necesidad de integrarse, de


ser aceptado y de tener responsabilidad compartida, ésta solamente pueden ser
satisfecha en el marco y el contexto de un verdadero grupo estable, en donde se
dé un proceso progresivo de integración y en donde la comunicación le permita a
sus miembros sentirse aceptados y compartir los esfuerzos por un objetivo común.
Desde esta visión se requiere de una escuela que ofrezca a todos los alumnos la
misma igualdad de oportunidades para acceder a una cultura dentro de una
misma institución y en la misma aula evitando la segregación. Una escuela que
posibilite cambios en la organización escolar, curricular, para adecuar el proceso
de enseñanza y aprendizaje a las características diferenciales de los alumnos.

En la integración escolar, cobran particular relevancia las adaptaciones


curriculares a los fines de efectuar los ajustes necesarios en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, permitiéndole a los alumnos con necesidades especiales
integrarse a la actividad de su grupo en las mejores condiciones, participando de
objetivos comunes e interactuando con los compañeros y demás miembros de la
comunidad educativa. Estas adaptaciones se refieren también a las metodologías
de enseñanza y a las interacciones docente-alumno y alumno-alumno, además
comprenden todos aquellos elementos personales: docentes, padres y
especialistas. Así mismo, las adaptaciones están referidas a la distribución de
espacios, supresión de barreras arquitectónicas hasta la adecuación de recursos
didácticos, textos, materiales y equipos.(Nuñez B. 1996)

La integración escolar requiere asimismo de servicios con funciones de apoyo los


cuales contribuyen a favorecer la integración de los alumnos con necesidades
especiales apoyando a las escuelas, en la definición y puesta en práctica de una
oferta curricular que proporcione una respuesta educativa adecuada a las distintas
necesidades de los alumnos y el desarrollo personal-social.

En éste aspecto tiene vital importancia lo relacionado con el desarrollo profesional


del docente. Esta formación y/o capacitación en servicio debe orientar un perfil
para lograr un profesional que estimule la creación de ambientes nutritivos que
permitan el crecimiento personal de los alumnos, ser un agente de cambio,
dominio de la práctica pedagógica, conocimientos de las características
particulares de los alumnos, así como de las necesidades de su entorno, ser un
promotor de situaciones de aprendizaje que permitan la interacción entre los
educandos, dirigidas tanto a propiciar un cambio en la comunidad para la
aceptación de las personas con necesidades especiales, como a coordinar
acciones con los recursos de la comunidad, en el ámbito de la educación, salud,
trabajo, recreación y cultura.

La práctica docente en una escuela integradora debe partir de la reflexión conjunta


entre docentes regulares y servicios de apoyo, lo que llevará a la planificación y a
una puesta en acción de acuerdo con las deliberaciones de todos los
profesionales, indudablemente este modo de proceder trae consigo un mayor
esfuerzo y una mayor exigencia pero al mismo tiempo proporciona un crecimiento
profesional al lograrse las metas establecidas.

El docente que requiere la escuela integradora debe tener un perfil cuya actividad
no sea el mero aplicador de normas y principios, sino la de un profesional que a
través de su práctica aprenda a construir y contrastar nuevas estrategias de
acción, nuevos modos de enfrentar y de comprender los problemas que una
situación tan compleja como la que ofrece la escuela integradora suele ocurrir
frecuentemente. Carr (1984).

La forma más coherente de afrontar con garantía el éxito de integración, es


hacerla a través de la acción participativa de todos los docentes regulares,
personal técnico; psicólogos, trabajadores sociales entre otros. Los problemas
reales que genera la integración raramente se pueden afrontar como empresa
estrictamente personal, lo lógico es concebirlo como un trabajo cooperativo e
interdisciplinario.

Si los docentes que participan en la integración no sienten por si mismos esta


necesidad de trabajo cooperativo y de reflexión colectiva e indagación sobre su
propia práctica profesional, la integración social fracasa.
La integración social desde la perspectiva de este modelo integral da importancia
a la interacción de las personas con necesidades especiales en la comunidad, por
cuanto esto le confiere un sentido de pertenencia, de formar vínculos amistosos, y
tener acceso a actividades recreativas, deportivas culturales, lo que le proporciona
una satisfacción, que redunda en su efectiva integración social.

Al ser concebido el modelo para la integración desde una perspectiva


eminentemente social, también tiene gran transcendencia la valoración del trabajo
desde edades tempranas, como una vía para el bienestar y progreso, tanto de la
persona con necesidades especiales, como para la familia y la comunidad. Todo
ello a través de su interacción con el medio, lo que le permitiría manifestar sus
intereses, aptitudes, preferencias, siempre que se les brinde la oportunidad a
través de actividades donde se les promueva su participación y reflexión.

En este sentido la integración sociolaboral representa una necesidad vital de toda


persona, es por excelencia un medio que proporciona al hombre su bienestar
social, permitiéndole constituirse en un ente participativo proporcionándole la
valoración de sí mismo, el reconocimiento de su esfuerzo y su auto-realización.
(Documento de Conceptualización y Política de Educación y Trabajo. 1997)

Por estas razones los planes, programas y proyectos dirigidos a la integración de


las personas con necesidades especiales en los diferentes ámbitos: familia,
escuela, recreación, deporte, cultura y trabajo deben estar acordes con sus
necesidades.

3.4. Administración del Modelo de Integración Social


El Programa de Integración Social como programa de apoyo de la Dirección de
Educación Especial como instancia nacional tiene las competencias de

1) diseñar las políticas relacionadas con la Integración Social de las personas con
necesidades especiales;
2) supervisar y velar por el cumplimiento de la política de Integración Social así
como también efectuar seguimiento a los acuerdos y convenios que se realicen en
función de la integración social de las personas con necesidades especiales;
3) asesorar a los diferentes sectores en las Instancias Territoriales en la
administración y ejecución de las políticas y programas para la integración social;
4) asesorar técnicamente a los organismos gubernamentales y no
gubernamentales de acuerdo a sus requerimientos en materia de integración
social;
5) propiciar intercambios con instituciones y entes públicos y privados nacionales
como internacionales a fin de generar propuestas que apunten a la optimización
de la integración social de las personas con necesidades especiales;
6) orientar el desarrollo profesional de los recursos humanos de la Modalidad de
Educación Especial en los ámbitos estatales y municipales en cuanto a la política
y administración de la Integración Social;
7) asesorar a los entes formadores en lo que respecta a la formación profesional
en el campo de integración;
8) orientar a las asociaciones de personas con necesidades especiales para la
elaboración de proyectos que redunden en su efectiva integración social; 9)
asesorar a los medios de comunicación para la realización de programas de
divulgación, difusión y orientación a la familia y a la comunidad sobre las personas
con necesidades educativas especiales y su integración social.

Las instancias Estadales y Municipales, en el marco de la descentralización,


tienen las competencias de administrar y supervisar las programaciones
relacionadas con la integración social dirigidas a la población con necesidades
especiales. En consecuencia, a las mismas les compete planificar, coordinar,
supervisar y evaluar programas y proyectos sectoriales e intersectoriales dirigidos
a la integración social de las personas con necesidades especiales.

En el Plan Regional de Educación de cada Entidad Federal se deben incluir


programas dirigidos a la Integración Social atendiendo a los lineamientos de la
política nacional de la Modalidad de Educación Especial.

A nivel institucional, la Unidad Operativa de la Modalidad de la Educación Especial


en el Programa de Integración Social es el Equipo de Integración, el cual es un
servicio de educación especial que cumple funciones de apoyo cuya acción debe
realizarse en forma articulada con los planteles y servicios de la Modalidad de
Educación Especial y con las instituciones de los niveles y otras modalidades del
sector educativo, así como con los servicios de otros sectores de la comunidad en
la que se inscribe a los fines de generar un trabajo conjunto para el logro de la
integración social de las personas con necesidades especiales en los diferentes
ámbitos: familia, escuela y comunidad. Esto requiere que el equipo incentive y
promueva la organización de una comunidad integrada que contribuya a identificar
necesidades y proponer soluciones compartidas para garantizar la efectiva
integración social
Más allá de la ubicación física de las personas con necesidades educativas
especiales, en el ambiente educativo, en esencia, debe promoverse la
participación activa del individuo en su medio, estableciendo vínculos entre las
personas con las que comparte. En esta línea de pensamiento el Modelo para la
Integración Social se suscribe dentro de una política nacional y como tal requiere
de las instancias y entes responsables, para garantizar el derecho de las personas
con necesidades especiales, a disfrutar de la igualdad de oportunidades
educativas y sociales, tal como se establece en la Constitución Nacional de
Venezuela, Ley Orgánica de Educación y su Reglamento, Ley del Trabajo y
Declaraciones Internacionales.

En cuanto a la integración de los niños, jóvenes y adultos con necesidades


especiales se requiere que los planteles y servicios del Sector Educativo o
instituciones y recursos de otros sectores cumplan funciones de apoyo con la
escuela regular a través de una acción cooperativa que garantice un efectivo
proceso de integración social.

La integración social debe garantizarse tanto en la modalidad de la educación


especial como en la escuela regular. En el modelo para la integración social
reviste gran trascendencia un cambio en el rol de las escuelas especiales por una
parte debe atender a través de los planteles y servicios a los niños, jóvenes y
adultos con necesidades educativas especiales, que requieren de una atención
educativa especializada integral, para facilitar el desarrollo de sus competencias
individuales y, por otra, debe propiciar la integración de los educandos con
necesidades educativas especiales que reúnan las condiciones para desarrollarse
a través de dicho proceso en los distintos niveles y modalidades del sistema
educativo apoyando al alumno integrado en la escuela regular y a los docentes y
demás profesionales implicados en este proceso.

A tal efecto, los planteles y servicios de Educación Especial, tales como: Institutos
de Educación Especial, Aulas Integradas, Unidades Psicoeducativas, Centros de
Dificultades de Aprendizaje, Centros de Atención Integral, Centros de
Rehabilitación de Lenguaje, Talleres de Educación Laboral, Centros de Desarrollo
Infantil, Centros Experimentales de Artes y Ciencias, más allá de cumplir con los
objetivos para los cuales fueron creados, tienen la responsabilidad de asumir la
integración social de esta población a la familia, escuela y comunidad. Igualmente
los Núcleos de Bienestar Estudiantil, los Servicios de Orientación, los Equipos
Técnicos Zonales de Preescolar, a través de un trabajo articulado con los servicios
de Educación Especial, brindarán apoyo para la Integración Social.

La integración es responsabilidad de todos los profesionales involucrados en el


hecho educativo. Cuando no se cuenta en el sector donde estén ubicados los
planteles y servicios con un Equipo de Integración, los profesionales de dichas
instituciones deberán asumir la responsabilidad de orientar el proceso de
integración social de los educandos con necesidades especiales.
El desarrollo del Modelo para la Integración Social le corresponde al ente
educativo de la Modalidad de Educación Especial, en cada zona educativa en una
acción coordinada y participativa de los entes sociales de la comunidad y bajo un
enfoque de carácter intra e intersectorial .

Ahora bien, al estar concebida la integración social desde un enfoque integral,


ésta demanda la participación y responsabilidad de diferentes instancias
relacionadas con las personas, como entes que pertenecen a una sociedad, es
decir, se requiere de una acción participativa de la familia, escuela y la comunidad,
de los sectores de la vida nacional a nivel estadal, municipal y local para
garantizar con éxito la integración social de las personas con necesidades
especiales.

3.5. Líneas de Acción para la Integración Social


Al analizar la naturaleza y alcance de la integración social de las personas con
necesidades especiales, es ineludible considerarla como una política nacional;
cuya finalidad es garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas
en el marco del respeto por la diversidad y el ejercicio de sus derechos.
En este sentido se requiere de una coordinación estrecha de todos los entes
comprometidos, instancias gubernamentales, no gubernamentales, a fin de que,
todos de una manera u otra, estén comprometidos en esta acción.
En este orden de ideas, para el desarrollo del Modelo para la Integración Social se
requiere de líneas de acción, las cuales se enmarcan en las exigencias del cambio
educativo y de la Descentralización del Sistema Educativo.
Por una parte se debe fortalecer la articulación de las acciones dentro de la
modalidad de Educación Especial para posibilitar el apoyo que los alumnos con
necesidades educativas especiales requieren para el logro de los objetivos
curriculares propuestos por la institución escolar facilitando de esta forma la
efectiva integración social, y por otra se debe garantizar la integración de los
educandos con necesidades especiales a través de acciones articuladas con los
niveles y las otras modalidades del Sistema Educativo así como también con otros
sectores de la vida nacional. Para ello se deben coordinar esfuerzos intra e
intersectoriales en planes de acción concretos y específicos.

De allí que, la vinculación de los equipos de integración con los Institutos de


Educación Especial (IEE), Unidades Educativas (UE), Centros de Atención Integral
(CAI), Aulas Integradas (AI), Unidades Psicoeducativas (UPE), Centros de
Dificultades de Aprendizaje (CENDA), Centros de Rehabilitación del Lenguaje
(CRL) y los Centros Experimentales de Artes y Ciencias (CEAC), debe orientarse
hacia un trabajo cooperativo para la revisión y discusión de las programaciones a
seguir con los alumnos con necesidades educativas especiales integrados en los
niveles de Preescolar, Básica, Media Profesional y Adultos. Así como también
para el desarrollo de acciones y estrategias dirigidas a la familia, al trabajo y la
comunidad.

Desde el punto de vista de la intramodalidad la integración social de la población


con necesidades especiales de 0 a 6 años debe garantizarse a través de la
articulación de acciones entre el Equipo de Integración, los Centros de Desarrollos
Infantil y otros Servicios de la Modalidad de Educación Especial que cumplen
funciones de apoyo (AI, UPE, CENDA, CAI, IEE, UE, CRL, CEAC), para el
desarrollo de acciones conjuntas que promuevan la socialización del niño como
elemento básico para el inicio del proceso de integración social. Esta acción
también involucra el trabajo conjunto con la familia y la comunidad. Por ello es
necesario el establecimiento de vínculos con el grupo familiar a fin de informarlos,
apoyarlos y estimular su participación en todo el proceso educativo para facilitar la
integración social del niño con necesidades especiales.

Así mismo es necesario un trabajo articulado a la comunidad a través del diseño


de estrategias para la interacción del niño con sus iguales, fomentando desde
edades tempranas las relaciones sociales indispensables para su efectiva
integración social.

En la línea intrasectorial se les debe garantizar la integración social por medio de


la articulación de acciones entre el equipo de integración, Centro de Desarrollo
Infantil, Institutos de Educación Especial, Unidades Educativas, Centros de
Atención Integral, Centros de Rehabilitación del Lenguaje, Centros de Educación
Preescolar a través de su propuesta "Preescolar integral de calidad a través de
sus programas formales y no convencionales, y Escuelas Básicas con Preescolar,
con el apoyo de los servicios de la modalidad Aulas Integradas, Unidades
Psicoeducativas, Cenda, y los de los otros niveles NIBE, Servicios de Orientación
para garantizar el ingreso, prosecución y permanencia en este nivel educativo.
Esta acción también involucra el desarrollo de estrategias dirigidas a la familia con
el fin de estrechar relaciones de cooperación y de apoyo entre los equipos de
profesionales y los padres, participando estos en la adopción de decisiones en el
ámbito escolar y en la supervisión y apoyo del aprendizaje de sus hijo, aspecto
básico para cimentar las bases de una integración temprana. Por otra parte es
necesario trabajar mancomunadamente, con los actores de la comunidad, a fin de
incorporarlos al proceso de integración.
En la línea intersectorial la integración a este grupo etáreo debe garantizarse a
través de la articulación de acciones entre el equipo de integración, los centros de
desarrollo infantil, institutos de educación especial, unidades educativas, centros
de atención integral, centros de rehabilitación de lenguaje con el apoyo de los
servicios de la modalidad (AI, UPE, CENDA,) y de los otros niveles , (NIBE,
Servicios de Orientación) y con el Sector Social en sus programas Hogares de
Cuidado Diario, Integrados del Ministerio de la Familia, Red Materno Infantil, es
decir se debe realizar una efectiva articulación con la red de atención a la
población en edad preescolar y seguir los planes nacionales destinados a la
infancia, así mismo con los programas no convencionales implementados por las
organizaciones no gubernamentales y servicios autónomos.

En este ámbito es necesario también el desarrollo de acciones conjuntas para


promover la participación de la familia, como promotores de la integración social,
en esta etapa tan importante de la vida del niño, fomentando el compromiso para
una efectiva integración social. Por otra parte es necesario el fortalecimiento de las
asociaciones de padres como elemento básico para participar en la concepción y
aplicación de programas dirigidos a mejorar las condiciones educativas y sociales
de sus hijos, promoviendo de esta forma la integración social.
Siguiendo las líneas estratégicas de la integración social de la población con
necesidades educativas en el rango de 6 a 15 años la coordinación de esfuerzos
entre el equipo de integración, con los institutos de Educación Especial, Unidades
Educativas, Talleres de Educación Laboral, con el apoyo de los otros Servicios de
la Modalidad de Educación Especial, (AI, UPE, CENDA, CRL, CEAC, CAI) y de los
otros servicios de los niveles del Sistema Educativo (NIBE y Servicio de
Orientación). Esta acción estará orientada al desarrollo de experiencias educativas
y sociales que apunten a una efectiva integración social.

Así mismo es de vital importancia el trabajo cooperativo para la participación de


los padres a través de estrategias de información y formación como verdaderos
promotores de la integración social. Es un imperativo el desarrollo de proyectos
para la incorporación de la comunidad tanto para generar un cambio de actitud
hacia las personas con necesidades especiales como para su participación activa
en el proceso de integración.

Así mismo es necesario la coordinación de acciones entre el Equipo de


Integración, Talleres de Educación Laboral, Institutos de Educación Especial,
Unidades Educativas, Centros de Atención Integral, con los niveles de Educación
Básica, Media Diversificada y Profesional, Modalidad de Adultos en sus programas
IRFA (Instituto Radiofónico de Fe y Alegría, Centros de Educación Básica de
Adultos y Centros Educativo de Atención a la Comunidad), a los fines de
garantizar el ingreso, prosecución y culminación de estudios, así como el apoyo y
la orientación a los docentes en materia de planificación, organización escolar,
selección de recursos y adaptaciones curriculares acordes a las necesidades de
los educandos, con el apoyo de los servicios de la modalidad de educación
especial, (AI, UPE, CRL) y de los niveles (Servicios de Orientación y NIBE).
También cobra vital importancia el trabajo conjunto , para la participación de la
familia y la comunidad. De allí la necesidad de constituir, promover y/o fortalecer
las asociaciones de padres como instancias de participación, organización y toma
de decisiones para la integración social de las personas con necesidades
especiales.

En relación a la comunidad, es pertinente, un trabajo cooperativo con los


diferentes grupos del entorno social, puesto que estos permiten a las personas
con necesidades especiales a través de sus servicios, compartir espacios
deportivos y culturales como cualquier miembro de su comunidad, y a beneficiarse
de todo lo que dicha comunidad genera.

De igual manera es necesario la articulación entre los Equipos de Integración, los


Institutos de Educación Especial, Unidades Educativas, Centros de Atención
Integral, Centros de Rehabilitación de Lenguaje, Centros Experimentales de Artes
y Ciencias y el Instituto Radiofónico Fe y Alegría y otros programas del sector
gubernamental y no gubernamental a los fines de generar proyectos conjuntos
para el ingreso, prosecución y culminación de estudios. Así como también con el
Instituto Nacional de Deportes YMCA , otras organizaciones deportivas y
culturales.

Po otra parte, es necesario la coordinación de acciones con el sector Salud y


Social con el apoyo de los Servicios de Modalidad (AI, UPE, CENDA, CAI, CRL,
CEAC) y los de los niveles del Sistema Educativo (NIBE y Servicios de
Orientación). Asimismo, es pertinente el desarrollo de estrategias que permitan la
incorporación de la familia y de la comunidad en el proceso de la integración
social.

En cuanto a la familia se precisa del establecimiento de un trabajo cooperativo


para involucrarla en todas las programaciones destinadas a los niños y jóvenes
con necesidades especiales, para así convertirse en plenos defensores de los
derechos de sus hijos.
En relación a la comunidad es pertinente, el desarrollo de planes que permitan su
vinculación con el proceso de integración social.

En relación a la integración de la población con necesidades educativas


especiales de 15 años o más se requiere de un trabajo coordinado entre el Equipo
de Integración y los Talleres de Educación Laboral, Institutos de Educación
Especial, Unidades Educativas, Centros de Atención Integral, Centros de
Rehabilitación del Lenguaje, a fin de generar estrategias conjuntas para el inicio y
prosecución de la escolaridad, así como también, para la integración familiar y
socio-laboral.

La participación de la familia en esta etapa de la vida del joven con necesidades


especiales es de gran relevancia como estímulo, apoyo y creencia en sus
posibilidades y como una fuerza para el logro de las metas trazadas por la
persona con necesidades especiales, por ello es necesario el desarrollo de
acciones que favorezcan el intercambio con los profesionales a fin de apoyarlos
para asumir un adecuado rol en esta etapa tan compleja.
En lo que se refiere a la comunidad es prioritario generar en forma cooperativa
proyectos y planes que permitan la incorporación de los diferentes agentes de la
comunidad en el proceso de integración. Igualmente para garantizar la integración
de la población con necesidades especial de 15 o más años se requiere de la
articulación del Equipo de Integración, lo Talleres de Educación Laboral, Unidades
Educativas, Centros de Atención Integral y los niveles de Educación Media,
Diversificada y Profesional, con la modalidad de Adultos en sus programaciones
IRFA, CEBA, CEAC, y Educación Superior a los fines de planificar y programar en
forma conjunta acciones para el ingreso, prosecución y culminación de la
escolaridad, así como todo lo referente a la planificación y evaluación de los
aprendizajes con el apoyo de los servicios de la modalidad de Educación Especial
(AI, UPE, CENDA) y con el de los niveles del sistema educativo (NIBE y Servicios
de Orientación).

Así mismo, se requiere de planes conjuntos para involucrar las organizaciones de


padres en la consecución de las metas trazadas por las personas con
necesidades especiales.

En cuanto a la comunidad es imperativo desarrollar proyectos conjuntos con los


entes de la comunidad para hacerlos partícipes del proceso de integración social y
responder así a las necesidades sociales de esta población como un ciudadano
más. En esta misma línea, la población de este grupo etáreo requiere de la
articulación de los Equipos de Integración, Talleres de Educación Laboral,
Unidades Educativas, Institutos de Educación Especial, Centros de Atención
Integral, con el Ministerio del Trabajo para los efectos de la inserción laboral a
través de las oficinas de empleo. Con el Ministerio de Sanidad para la realización
de planes conjuntos para la prevención de enfermedades infectocontagiosas,
planificación familiar, etc. Con el Ministerio de la Juventud en los programas
juventud desocupada para la elaboración de proyectos de capacitación e inserción
laboral. Con el Ministerio de Justicia para el desarrollo de planes en materia de
prevención del delito. Con el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE)
para la capacitación, especialización y actualización e inserción laboral. Con el
Instituto Nacional de Deporte (IND), sector empresarial y con el Consejo Nacional
para las personas con necesidades especiales y con las federaciones,
asociaciones de personas con necesidades especiales, organizaciones no
gubernamentales para la capacitación, inserción laboral y otros programas
educativos, deportivos, recreativos y culturales, todo ello con el apoyo de los
servicios de la modalidad (AI, UPE, CENDA) y de los otros nivel (NIBE y Servicios
de Orientación).

Así mismo se requiere la coordinación de esfuerzos para promover la participación


activa de la familia y de la comunidad. En cuanto a la familia es de gran
relevancia, involucrar a las asociaciones de padres en todas las programaciones
destinadas a la integración social, esto con la finalidad de promover el compromiso
y la asunción de responsabilidades para hacer realidad la integración de sus hijos
en el ámbito educativo, laboral, recreativo, deportivo, cultural, así como el disfrute
de los beneficios sociales.

En relación a la comunidad es necesario un trabajo cooperativo para le diseño de


proyectos compartidos con las instituciones gubernamentales y la sociedad civil, a
fin de garantizar la integración social como un proyecto compartido por todos los
entes de la vida nacional.

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