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Jorge Osorio
Universidad de Concepción
0. Introducción.
se refleja en una amplísima bibliografía. Para una revisión del impacto de la perspectiva
conceptual de la metáfora y de sus conexiones con otras áreas de las ciencias cognitivas, véase
Lakoff y Johnson (1999). Para visiones panorámicas de los diferentes programas de
investigación en lingüística cognitiva, pueden consultarse Ungerer y Schmidt (1996), Taylor
(2002), Cuenca y Hilferty (1999), Inchaurralde y Vázquez (2000). Para exposiciones detalladas
sobre la naturaleza de la semántica cognitiva, resulta indispensable conocer el texto de Lakoff
(1987) sobre categorización. También recomendable es la lectura de Taylor (1989). Sobre los
estudios en metáfora conceptual, además de Lakoff y Johnson (1980), puede revisarse Lakoff
(1993), Rivano (1997), Kövecses (2002), Alarcón y otros (2004).
elaboración discursiva. Finalmente, nos concentramos en la participación de tales
estructuras en la práctica argumentativa. En la medida en que describimos la presencia
de los conceptos metafóricos en la argumentación y constatamos sus efectos retóricos,
podemos concluir que la lógica metafórica contribuye a la elaboración discursiva
argumental, proporcionando las garantías o supuestos según los cuales se extraerán las
conclusiones y poniendo a disposición del productor del discurso la red de
correspondencias, la lógica esquemática que la determina y la gama de expresividad
lingüística asociada.
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"dar vueltas sobre lo mismo", "avanzar en la discusión", etc., refieren a aspectos de la
comunicación en términos espaciales; por otro lado, "este tipo es entrador", "es movido", "no
se mueve adecuadamente", "copa todos los espacios sociales", etc., son expresiones relativas a
movimiento físico que figuran comportamiento social.
El dominio conceptual de origen posee una configuración tal que permite
delinear el dominio meta. En la metáfora LAS ACTITUDES SOCIALES SON
MOVIMIENTOS EN UN TERRITORIO, podremos visualizar en el dominio de
origen a una persona y un terreno que le es propio. Además, existe un radio de acción,
regulado socialmente de acuerdo a un criterio de tolerancia. Cuando el nivel de tolerancia
es superado, el movimiento es considerado una invasión, esto es, un ingreso no
autorizado al terreno de otro. Podemos reconocer variada expresividad para este
concepto, por ejemplo: "siento que ellos me invaden", "no me conviene meterme en un terreno que
me es ajeno", "no tolero que te metas en mi vida". Ser "patudo" es, entonces, salirse de su radio
de acción (el socialmente aceptado) ingresando, a la vez, al terreno de otra persona2.
La posibilidad de articular una explicación más allá del ámbito lingüístico es una
de las propiedades del análisis cognitivista en general. Sin embargo, será siempre
necesario entregar más evidencia conceptual (con su correlato en expresiones comunes)
para respaldar tales afirmaciones. Baste, por ahora, con afirmar que nuestro
acercamiento conceptual nos permite vincular "patudo" con otras expresiones como
"balsudo" y su variante "balsa"3, expresión metafórica basada en una imagen hiperbólica
del tamaño de los pies; de modo que "balsudo" es en rigor un sinónimo de "patudo". Las
propiedades conceptuales que permiten conectar "patudo" con la metáfora LAS
ACTITUDES SOCIALES SON MOVIMIENTOS EN UN TERRITORIO se
mantienen constantes también para "balsa" y "balsudo".
2 Esta es una constatación basada en las observaciones más generales presentadas por Hall
(1976), quien ha definido a la especie humana como un animal de "no contacto". Si se considera
que nos movemos en el mundo evitando los peligros que son inherentes al contacto, es posible
entender que constantemente debemos hacer ajustes a la extensión de nuestro radio de acción
con el fin de no invadir el territorio de los otros. Si alguien transgrede la distancia personal sin la
aprobación del otro, estará violando el principio regulador del no-contacto. Existen situaciones
límite en las que factores físicos impiden el mantenimiento de la distancia personal y el contacto
se acerca peligrosamente a la distancia íntima. Por ejemplo, en un bus repleto, las personas
deben hacer muchos esfuerzos para que la cercanía no sea percibida como invasión.
3 En el español de Chile actual, la forma “barsa” ha desplazado a la original “balsa”, tras una
etapa de alternancia, característica de algunos sociolectos (cfr. “espalda” vs. “esparda”).
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En lo que sigue, proponemos una mirada al fenómeno del uso del lenguaje
metafórico en el discurso, en términos de una elaboración conceptual. Tal como ha sido
observado por Gibbs (1994), entre otros autores contemporáneos, los conceptos
metafóricos pueden ser extensamente explotados con fines retóricos y constituirse en la
estructura esquemática central de los discursos (Gibbs, 1996; Allbritton, 1995). En
efecto, en la actualidad contamos con estudios en el ámbito del análisis del discurso que
se orientan principalmente a la determinación de los recursos lingüísticos que
manifiestan determinadas conceptualizaciones, potencialmente reveladoras de estructuras
de pensamiento de importancia social, política o científica. Es el caso de los trabajos de
Lakoff (1991; 2001) sobre el discurso gubernamental norteamericano, que ofrecen una
completa descripción del modo en que los conceptos metafóricos actúan en el marco de
la producción discursiva política e ideológica. Con el supuesto de que la metáfora, más
allá de su posición tradicional como figura retórica, es una poderosa herramienta para
“crear realidades” (Lakoff y Johnson, 1980), el autor se aboca a la dilucidación de los
objetivos implícitos en los discursos citados. También se pude observar el mismo marco
teórico y metodológico en los estudios de Turner (1999) sobre el uso de categorías y
metáforas en los discursos sobre pornografía; los trabajos sobre metáforas de la internet
(Druick, 1995; Sørenssen, 1996); la propuesta de Judge (1998) en relación con las
metáforas “militares” en el discurso medioambientalista; el análisis de Lizcano (1996) en
relación con las metáforas más recurrentes para los cambios tecnocientíficos; entre
muchas aplicaciones.
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aisladamente, está ligado muchas veces a una necesidad expresiva o comunicacional que
raramente responde a una planificación. Esta necesidad expresiva no se suprime al
asumir la elaboración metafórica como una actividad discursiva; sin embargo, nuestro
foco está puesto precisamente sobre el carácter planificado de estos discursos. De algún
modo, los hablantes, y con mayor frecuencia los comunicadores sociales (periodistas,
profesores, políticos), utilizan un apareamiento metafórico más allá de lo habitual,
siguiendo un derrotero conceptual que los lleva a buscar la coherencia discursiva en la
gama de correspondencias que el mapeo le ofrece.
Las denominadas metáforas de la salud y la enfermedad suelen estar muy
disponibles en los ambientes políticos y periodísticos. El dominio de origen SALUD-
ENFERMEDAD se ofrece muy productivo en proyecciones metafóricas hacia dominios
meta que requieran parámetros de contraste del tipo ESTADO POSITIVO-ESTADO
NEGATIVO, con estadios intermedios (sanidad, alivio, malestar, enfermedad) o
procesos graduales (mejoramiento, empeoramiento). Es así como cualquier sistema
complejo (economía, gobierno, educación, sociedad, iglesia, etc.) puede ser comprendido
parcialmente en términos de la oposición SALUD-ENFERMEDAD. Las metáforas
resultantes capturan, por lo tanto, la experiencia cotidiana de los sujetos, como parte
interesada, con estos sistemas. Si la economía “goza de buena salud” o, por el contrario,
está “agripada”, es un asunto relevante para el ciudadano, quien se ve comprometido
vitalmente en la conceptualización que sea el caso. De allí que estos mapeos metafóricos
ofrezcan toda una perspectiva sobre el fenómeno, y que su elección, de parte de
comunicadores profesionales, sea usualmente estratégica.
El extracto de texto que sigue ilustra la disponibilidad de este tipo de metáforas
(el destacado es nuestro).
Cheyre: Antuco es un tumor que debemos extirpar4
El comandante en jefe del Ejército analizó los hechos ocurridos en la Octava Región
ante unos 1.300 oficiales y suboficiales de la institución.El general Juan Emilio Cheyre
destacó que la tragedia en que murieron 44 conscriptos y un sargento en Antuco es un
"tumor" que afecta al Ejército, que debe ser extirpado incluyendo lo que llamó sus
"ramificaciones".
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DOMINIO DE ORIGEN DOMINIO META
UN ORGANISMO LAS INSTITUCIONES
Un organismo que crece Una institución que se desarrolla
Un organismo que decae Una institución que declina
Un organismo sano Una institución en buen estado
Un organismo enfermo Una institución en mal estado
Como hemos señalado hacia el final de la primera sección, los intentos por
caracterizar los discursos con base metafórica conceptual han cristalizado en múltiples
propuestas de análisis, en los más diversos campos discursivos. Consideramos, sin
embargo, que un aspecto aún no desarrollado del todo es el que se refiere a la inclusión
de conceptos metafóricos en el proceso de construcción de argumentos y su
funcionamiento dentro de la estructura global de los discursos. A pesar de que,
ciertamente, la metáfora no ha estado ausente de los estudios sobre argumentación y
retórica, su presentación habitual es la de un recurso, una figura al servicio de la
expresión y no la de una estructura, en el sentido al que nos hemos referido aquí. Por
contrapartida, de mayor provecho ha resultado la extensa y, por momentos, apasionada
controversia que ha tenido lugar entre filósofos de corte empirista, que defendían la
evitación de la metáfora en el discurso filosófico y científico, y su consecuente “daño
5 Es necesario agregar que resulta muy probable la existencia de un componente emotivo en las
palabras de quien es responsable político de una tragedia institucional, ya que la elección de este
aspecto de la metáfora parece buscar el impacto emocional: la tragedia fue un hecho de la
máxima gravedad. Esto puede explicar, en parte, la elección de la metáfora, pero no cómo se usa
ni cuánto de ella se explota.
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epistemológico”, y quienes consideraban el lenguaje metafórico como inevitable, en la
medida en que parece ser consustancial a toda expresión del pensamiento6. Esta última
orientación se puede encontrar contemporáneamente en diversos autores que parten por
declarar la existencia de “metáforas constitutivas” (cfr. Boyd, 1993) del pensamiento
científico, es decir, metáforas que están en la base de la formulación de las teorías
científicas y que sirven a su ampliación y desarrollo, así como también a su eventual
extinción7.
6 De Man (1979) interpreta el esfuerzo de filósofos como Locke por neutralizar este “daño”
como una paradoja, que termina por ubicar al lenguaje figurado en el centro del lenguaje y el
pensamiento. Con ello pone de relieve lo ingenuo e inútil que resulta el control sobre el discurso
no literal.
7 Véase, por ejemplo, Sternberg (1990) y su interesante panorama acerca de las metáforas que
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más sofisticada, que muchas veces también hacen uso de metáforas conceptuales,
integrándolas a un marco explicativo provisto de relaciones más o menos complejas,
para cuya comprensión el conocimiento metafórico resulta altamente efectivo (vid.
Taylor, 1989; Ungerer y Schmidt, 1996).
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remite a las esferas o ambientes en los que operamos con argumentos, creándolos,
reproduciéndolos, desarmándolos o reconstruyéndolos. La noción de campo argumental
es relevante para considerar la práctica argumentativa en su especificidad, esto es, en
cada campo serán aplicables criterios específicos, convencionalmente pertinentes, y no
parámetros pretendidamente universales.
Dentro del campo argumental relativo a la economía, podemos caracterizar un
cúmulo de discursos que elaboran argumentos, a partir de un concepto metafórico. El
caso que exponemos a continuación (Textos 1 y 2) corresponde al intercambio público
que sostuvieron un dirigente empresarial y el presidente de Chile sobre un tema
económico contingente, en marzo de 2001.
Texto 1
El Mostrador (www.elmostrador.cl)
28 de Marzo del 2001
(extracto)
El titular de la Sofofa recalcó que el momento económico por el que atraviesa el país no dista mucho del
panorama vivido inmediatamente después de la crisis asiática, donde el empleo, la pobreza y el menor
crecimiento siguen siendo los temas más graves que enfrenta el país.
El país se contagió con una gripe oriental y la receta que le dio el doctor no le ha permitido recuperarse.
Me tomó el doctor y cada día estoy peor. Por favor cambien el tratamiento porque está mal aplicado",
sostuvo con ironía Lamarca.
Sin dar una receta alternativa específica ya que dijo que "no puedo pelear con el doctor porque es el que
hay y no quiero culpar a nadie ni pelear con nadie", el dirigente empresarial ofreció su colaboración al
gobierno para buscar una fórmula que permita a la economía salir de la fase de estancamiento en que se
encuentra.
“La píldora es mala, hay que cambiarla”, sostuvo el líder de los industriales y agregó que el gobierno debe
llamar a todos los especialistas y dejar de lado los intereses personales, gremiales porque si no se cambia la
receta el deterioro va a ser peor y se va a reflejar en el crecimiento y en el empleo.
"Debemos unirnos el gobierno y los empresarios para encontrar una nueva receta que permita crecer
lento pero crecer más", afirmó el presidente de la entidad gremial quien agregó que "tenemos que tener
confianza, queremos colaborar con el cambio de receta".
Con respecto a las medidas que deberían adoptarse, Lamarca sostuvo, “sabemos que hay que hacer,
conocemos las medidas que son pro empleo, pro crecimiento, las autoridades no deben cerrarse porque
hay que hacer todo lo que sea necesario”.
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Texto 2
El Mostrador (www.elmostrador.cl)
Jueves, 29 de Marzo de 2001
(extracto)
De esta forma, el Mandatario respondió a los juicios emitidos ayer por el presidente de la Sociedad
de Fomento Fabril (Sofofa), Felipe Lamarca, quien señaló que la economía chilena es un paciente que
tras tres años no presenta mejoría, por lo cual se le debería cambiar la receta.
Frente a que aún no se ha podido aminorar la tasa de desempleo, que en febrero pasado fue de un
8,4%, Lagos dijo que el problema de los países desarrollados que incorporan nueva tecnología es que
aumentan su productividad y, por esto, no se generan nuevos empleos.
Argumento 1
SUPUESTO: los tratamientos médicos pueden sanar a los organismos enfermos
DATO1: un organismo vivo permanece enfermo
DATO2: el médico ha aplicado un tratamiento
CONCLUSIÓN: el tratamiento no ha sido efectivo
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La conclusión de este argumento se manifiesta en el texto en diversas
expresiones: “la receta económica está obsoleta”, “la píldora es mala”, “el tratamiento está mal
aplicado”. Este es un rasgo importante de considerar, porque en un intercambio verbal
como el referido en el texto periodístico, a diferencia de las elaboraciones discursivas
escritas, la selección expresiva no es tan estricta y sus variaciones pueden alterar la
planificación argumental. Sin embargo, en el Texto 1 se observa que las declaraciones de
Lamarca mantienen un apego a la conceptualización metafórica, que se expresa en otro
argumento, absolutamente coherente con el anterior, mediante el recurso de tomar como
dato la conclusión previa:
Argumento 2
SUPUESTO: el trabajo del médico es aplicar tratamientos efectivos
DATO: el tratamiento no ha sido efectivo
CONCLUSIÓN: el médico no ha hecho (bien) su trabajo
4. Comentario final
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Gibbs, 1996) se refiere a tres hipótesis sobre la motivación del uso de expresiones
metafóricas: a) la hipótesis de la inexpresibilidad, según la cual los hablantes producen
metáforas para expresar ideas que no pueden manifestarse mediante el lenguaje literal; b)
la hipótesis de la compactación, es decir, la función de la metáfora que sirve a la expresión de
información que por su volumen requeriría muchos recursos expresivos literales; y c) la
hipótesis de la experiencia vívida, esto es, que la metáfora permite capturar de manera vívida
la experiencia de cada fenómeno.
La práctica argumentativa puede ser observada, también, a la luz de estas
hipótesis. Si bien es probable que encontremos casos en los que la motivación proviene
de más de una fuente, en el caso estudiado parece cobrar mayor relevancia la motivación
basada en la idea de que la metáfora permite compactar ideas. Afirmar que la salud está
enferma es una pretensión argumental que se sostiene en un complejo entramado de
relaciones conceptual internas de una metáfora, con sus alcances lingüísticos (la
posibilidad a acudir a múltiples expresiones convencionales y novedosas) y lógicos (en
especial, el puente que se levanta entre la dinámica de la lógica factual y la de naturaleza
esquemática, provista por el dominio de origen).
Si bien aún queda por determinar la extensión de este fenómeno, así como sus
implicaciones en el amplio espectro de la argumentación, es en los aspectos señalados
que radica el particular estatus de los conceptos metafóricos como mecanismos de
razonamiento. A partir de una pretensión argumental (v. g., “la salud está enferma”)
surgen preguntas y respuestas que remiten, todas ellas, a la lógica metafórica. De este
modo se constituye un marco lógico en el que la factualidad alcanza otra dimensión, por
la vía metafórica. Como todas las pretensiones argumentales, las de carácter metafórico
también están abiertas a la controversia; y, sabiéndolo o no, a los interlocutores no les
resulta fácil escapar de la jaula metafórica.
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