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Es cuando el color o la forma de un animal es de tal naturaleza que le permite pasar
inadvertido, o casi, en su medio. Tal es el caso de los insectos-palo, las mariposas como
Kallima que se confunden con hojas secas, o los bien conocidos camaleones, que incluso
cambian de color según el aspecto del substrato sobre el que viven. Casos como los del
camaleón son comunes en muchos grupos del reino animal, por ejemplo: en los pulpos, en
peces como los lenguados, en anfibios, como la «ranita de S. Antonio» (Hyla arborea) y
otros. La variación del color es una respuesta complicada y va ligada a cromatóforos cuyos
cambios fisiológicos son muy diversos. En ciertas aves y mamíferos puede haber cambios
estacionales del color (blanco en invierno, pardo o gris en verano, como el conocido caso
del armiño). Las coloraciones y manchas en serpientes y otros animales, las bandas del tigre
o de la cebra, desde siempre han sido consideradas como eficaces coloraciones crípticas
(Alvarado, 2010).

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La igualación del color con el medio suele tener un auténtico significado adaptativo, como
se ha demostrado en el caso bien conocido de la mariposa Biston betularia tras coloraciones
son de aviso o premonitorias, se ha estudiado, sobre todo, en mariposas cuyos colores
llamativos van unidos a mal sabor para el depredador que eventualmente podría capturarlas.
Así, el animal de presa puede decirse que aprende a distinguir el color llamativo de su
víctima, que es evitada dado el mal sabor que posee. También tienen colores aposemáticos
animales con protección eficaz, como las abejas y avispas con sus aguijones, los puercos
espines o las mofetas con sus glándulas repugnatorias. Puercos espines y mofetas tienen un
dibujo llamativo en blanco y negro, mientras los indefensos roedores presentan
coloraciones crípticas (Alvarado, 2010).

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Por último, en sentido estricto una especie imita a otra especie que es aposemática. Esto ha
sido estudiado especialmente en mariposas. Muchas especies de mariposas tienen un
aspecto que imita a especies de himenópteros peligrosos por sus aguijones, o bien por su
colorido se parecen a especies de mal sabor que tienen coloración aposemática y son
rechazadas por las depredadoras, que las recuerdan como desagradables; así parece que la
especie mimética se aprovecha de su parecido con la aposemática. (del biólogo inglés W.
Bateson) (Alvarado, 2010).

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]  (del biólogo Müller) consiste en el parecido que tienen entre sí dos especies
aposemáticas; se trata en este caso de una doble y mutua protección (Linares, 2009).

A continuación se apreciará un ejemplo de mimetismo mülleriano con este caso tan

interesante:

Ophrys speculum es una de las muchas especies mediterráneas de este género que imitan el
aspecto de una abeja a los ojos de un macho. La mancha azul evoca el reflejo del cielo
sobre las alas paralelas (Linares, 2009).

Mimetismo auditivo: Un caso notable de mimetismo auditivo lo ofrece la lechuza terrestre

o vizcachera (Athene cunicularia), que anida en cavidades del suelo, donde los pollos
responden a la aproximación de potenciales enemigos emitiendo un sonido como el de la
serpiente de cascabel (Linares, 2009).

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Alvarado ballestea, Ricardo. (2010). Enciclopedia GER. Mimetismo animal. Categoría

varios. Disponible en:
http://www.canalsocial.net/ger/ficha_GER.asp?id=12337&cat=varios, 07 de julio del 2010.

Linares Requejo, Rafael. (2009). BGYP. Biology and geology for young people. Blog de
apuntes, ejercicios y trabajos de la asignatura de biología y geología. Mimetismo.
Disponible en: http://bg4youngpeople.blogspot.com/2009/04/en-biologia-el-mimetismo-es-
un-fenomeno.html, 07 de julio del 2010.