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Índice

Capitulo I

1.1 Generalidades

1.2 Definición de ética y moral.

1.3 Principios éticos.

1.4 Normas morales.

1.5 Persona moral

Capitulo II

Influencia de la ética en la medicina humana.

2.1 .- Historia de la ética en la salud.

2.2 .-Ética medica en la formación del medico.

2.3 .- Código ético.

2.4 .- Principios éticos de las ciencias médicas.

2.5 .- Interacción medico – paciente.


INTRODUCCIÓN

A través de la historia, el hombre fue evolucionando tanto su poder físico


como cognoscitivo, motivo por el cual se vio obligado a establecer una
sociedad, para evitar su propia autodestrucción.

Así, cuando surgió la sociedad, el hombre se auto rige por normas, leyes
que las personas deben cumplir. A la vez, se crearon principios, por los
cuales la persona debe regirse, de forma voluntaria.

A través del paso de la historia, las diferentes ocupaciones que el hombre


realiza, se aplican a su vez leyes, deberes y principios, a lo cual se llamó
ética.

La ética surge como necesidad de establecer principios para la sociedad y el


desarrollo de las ocupaciones, con el fin de mantener una sociedad
ordenada.

Actualmente, vemos que en muchas ocasiones existe una falta de estos


principios, que no son cumplidos por las personas, que incumplen debido a
diversos motivos, mayormente económicos.

Esperando sea del agrado de los lectores, quedamos de Uds.


CAPITULO I

GENERALIDADES

1.1 DEFINICION DE ETICA Y MORAL.

El termino ética proviene etimológicamente del vocablo griego “ethos” que


significa costumbre, a su vez “moral” deriva del latín mores que significa
“costumbre”,” habito”. Ambos se definen como las ciencias de las
costumbres .

La ética es una ciencia filosófica que estudia la moral como forma de la


conciencia moral. La ética y moral se manejan ambivalente, es decir con
igual significado, sin embargo analizados los dos términos en un plano
intelectual, no significan lo mismo, pues mientras que “la moral tiende a ser
particular, por la concreción de sus objetos, la ética tiende a ser universal,
por abstracción de sus principios “.2

Se entiende por moral al conjunto de principios o de normas (reglas de


comportamiento) de las personas que regulan las relaciones entre si y
también respeto a la sociedad, al estado, a la patria y a la familia.

Las normas morales abarcan la conducta de las personas no solo en el


marco de la vida privada, sino todo el comportamiento del individuo
respecto a las demás personas y a la sociedad.5

La moral se relaciona con el concepto de lo, bueno y lo malo, de lo que uno


debe o no debe hacer. Dado que la costumbre es cambiante, la moral
también lo es. Las morales son relativas a las sociedades y a las épocas que
aquellas estructuran.2

Ambas disciplinas se refieren a la búsqueda del bien para el hombre que, en


última instancia, le proporcionara la felicidad. La ética dirige la reflexión al
mundo cognitivo para identificar los valores. La moral se concreta en las
normas de comportamiento aplicadas a la vida cotidiana.2
Solo cuando la moral es algo impuesto desde afuera, es decir cuando la
normativa no responde a uno de los valores de la persona, es cuando la
moral resulta opresiva.6

Podemos diferenciar entre la moral cerrada, que actúa por presión y oprime
a la persona, y la moral abierta, que actúa por llamamiento y ayuda al
desarrollo personal.6

Es necesario que la ética sea una ciencia porque esto le da validez racional y
universal, esto quiere decir que la ética no es algo meramente subjetivo, sino
que su discurso racional rebasa la individualidad y detenta la universalidad
que tiene la ciencia.1 La ética es mas de tipo inductivo que deductivo, es
decir, no parte de unos valores establecidos a priori sino de valores
existentes, apreciables en la sociedad, teniendo en cuenta los mecanismos
que los promueven.1

Se concluye entonces que la diferencia de moral y ética radica en un


principio individual y colectivo, respectivamente, que la ética sea una
ciencia, que debe ser estudiada, analizada y comprendida para poder utilizar
estos principios como una ayuda al desarrollo de las personas. Para poder
conformar una sociedad equilibrada.

1.2.- PRINCIPIOS ETICOS.

Emmanuel Kant enseña que existen dos leyes que rigen al hombre: la ley
natural y la ley moral; lo que concreto diciendo “Sobre mí el cielo estrellado;
dentro, la ley moral “. La naturaleza se rige por la ley de la necesidad; el ser
humano no solo por la necesidad sino por la ley de moral: dada su
capacidad de libertad.

Según Kant, en el hombre se dan unos principios que son imperativos, es


decir, racionales, universales y categorías, esto es, no subordinarnos a un
fin.
Estos principios son auto – obligados; se aceptan en conciencia y no son
impuestos por ninguna autoridad externa. (1)

La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de


beneficencia y de autonomía, pero cuando estos principios entran en
conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es el principio de justicia el
que entra en juego para mediar entre ellos. En cambio, la política sanitaria se
basa en el principio de justicia, y será tanto más justa en cuanto que consiga
una mayor igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades. El
paciente se rige por el principio de autonomía, el médico por el de
beneficencia y las instituciones hospitalarias se rigen por el principio de
justicia. 11

Con esto se concluye que los principios éticos son algo interno de una
persona, elegidos según la conciencia de cada uno y optativo, es decir,
pueden ser puesto en práctica o no, según elección.

1.2.1.-PRINCIPIO DE AUTONOMIA

Define el derecho de toda persona a decidir por sí misma en todas las


materias que la afecten de una u otra manera, con conocimiento de causa y
sin coacción de ningún tipo. Determina también el correspondiente deber de
cada uno de respetar la autonomía de los demás. (9)

Todo ser humano debe ser reconocido por los otros como autónomo. Su
autonomía es ontológica, brota de su mismo ser. Esto quiere decir que la
norma que debe regir su comportamiento, parte de sí mismo; parte de sí
mismos: auto- nomos y por lo tanto es sujeto moral. 1

Con esto se concluye que ninguna persona puede imponer, impartir o


inducir principio de ética alguno, sino que debe respetar la autonomía de
cada persona, ya que cada ser tiene capacidad de elección.
11.- PRINCIPIO DE JUSTICIA EN LA BIOETICA

Mientras no interfiera con la libertad de otros, la persona es libre de definir la


orientación de su vida, opta por su propia norma.1

La persona humana no vale para nada porque es valiosa en sí misma, no


puede tomarse como instrumento. Cuando una persona toma a otra como
instrumento para lograr algo, la está degradando en lo más valioso de su
ser que es la autonomía; tal ocurre en las formas de explotación como la que
puede darse injustamente remunerado o la esclavitud.1

Cada persona posee el derecho irrenunciable a determinar y conducir su


vida por sí mismo, y no se le puede privar de vivir una vida plena y auto
determinada. Al actuar se encuentra en una situación particular, única e
irrepetible, que necesariamente influye en su acción, pero no
necesariamente la determina.10

Con esto se concluye que el principio de libertad se aplica siempre y cuando


no interfiera con la libertad de otras personas, ya que cada uno es autónomo
y rige su vida por sí misma.

1.2.2.- PRINCIPIO DE JUSTICIA

Define el derecho de toda persona a no ser discriminada por


consideraciones culturales, ideológicas, políticas, sociales o económicas.
Este principio se sustenta en la obligación ética de dar a cada una de las
personas lo que verdaderamente necesita o corresponde, en consecuencia
con lo que se considera correcto y apropiado desde el punto de vista
moral. La aplicación consecuente de este principio puede suscitar el
surgimiento de problemas éticos, que últimamente se presentan con gran
frecuencia en la práctica médica y que están en relación directa con los
adelantos tecnológicos de carácter diagnóstico y terapéutico.11

En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre todos


los hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean menos
desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad.

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar


igual a los iguales y desigual a los desiguales) y un principio material
(determinar las características relevantes para la distribución de los
recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica,
esfuerzo personal, etc...11

Si el principio de justicia afirma la soberanía del ser humano, el de justicia


establece la eticidad de la relación entre los seres humanos.1

Muchos conflictos en el campo de la ética surgen de cuál de estos dos


principios debe primar. El principio de justicia no significa que todos los
seres humanos somos iguales, si no que tenemos como personas humanas,
los mismos derechos para satisfacer nuestras necesidades.1

Todos los seres humanos tienen los mismos derechos, independientemente


de su desarrollo e integridad física o psíquica; de sus condiciones raciales,
sociales, políticas, económicas o religiosas. Es decir, tiene los mismos
derechos humanos el niño que esta por nacer que el adulto y el anciano, etc.
1

La humanidad ha ido a los largo de la historia, explicitando estos derechos


humanos. Este proceso se inicia en la época del imperio Romano con la
promulgación de las Doce tablas ; luego con la carta Magna de Inglaterra en
el siglo XII; La declaración de los derechos humanos del hombre y ciudado
en 1789; hasta que en 1948 se promulgo la Declaracion de Derechos
Humanos , en la cual ha seguido ampliándose.11

Con esto se concluye que la persona en su accionar no debe regir su


opinión según la creencia religiosa, sexo, color de piel, ideología, etc, de otra
persona, sino que debe estar presto a dar lo que alguien realmente necesita,
de una manera correcta.

1.2.3.- PRINCIPIO DE BENEVOLENCIA.

El principio de benevolencia es la obligación moral que tiene todo ser


humano de hacer el bien a los otros.1

Una excepción seria el derecho a la legítima defensa por el cual puedo aun
quitarle la vida a otro por salvar mi propia vida, pues esta es el valor más
primario y fundamental que tengo.1basado ene stos algunos legitimizan la
llamada “guerra justa” y la pena de muerte. Otros en cambio piensan que
nunca una guerra puede ser justa ni que la pena de muerte puede ser
legitimada moralmente, pues ningún ser humano tiene derecho, por ningún
motivo, de quitarle la vida a su semejante.1

En todas las religiones se establece el principio de benevolencia como


fundamento del comportamiento moral del ser humano. Hipócrates lo
consigno como primordial en el ejercicio de la medicina con el Dictum:
“Primun non nocere”, es decir “Primero no hagan daño”.1

Este principio de benevolencia debe entenderse como una obligación, no


solo con los humanos sino también con los seres de la naturaleza: Porque la
ecología es parte de la ética. El respeto por los animales, las plantas y los
minerales nos debe obligar a usarlos solo en la medida que necesitemos.1
Con esto concluimos que el ser humano para ser ético requiere de un
principio de benevolencia, es decir, por principio hacer el bien a otras
personas en primera instancia, salvo defensa de la vida, siguiendo la
consigna de Hipócrates, donde reza: Primero no hacer daño.

1.3.- NORMAS MORALES

Estas normas éticas o morales son pautas de comportamiento por las que
debe transcurrir la conducta humana. Si el hombre no respeta su
cumplimiento le sucederá lo mismo que si hace caso omiso de las leyes de
la gravedad y decide tirarse desde un quinto piso: se romperá los huesos. La
única diferencia estriba en que la relación de causalidad de leyes causales,
como la gravedad, se percibe de forma inmediata, por lo que nadie intenta
vulnerarla, a menos que quiera suicidarse.

Las normas morales o éticas, por el contrario, son contingentes, es decir, de


las mismas causas no se siguen siempre los mismos efectos; no se cumplen
inexorablemente como la aludida ley de la gravedad: se pueden observar o
quebrantar. Pero son universales, pues todos los hombres sufren con su
incumplimiento las mismas consecuencias.1

Concluimos que las normas éticas o morales son pautas de comportamiento


universal, que rigen la conducta humana, según el principio de sociedad, si
no se respeta, se provocará daño a sí mismo. Pueden quebrantarse u
observarse, pero si se incumple, dado su carácter universal, las personas
sufren.

1.4.- PERSONA MORAL


Constituye la naturaleza ideal o espiritual. Es el sujeto que tiene pleno
conocimiento de sí mismo y de los principios a que está sometido su
comportamiento. Tiene capacidad para reconocer los valores y autonomía
plena para decidir lo más correcto, es decir, tiene dominio sobre su
estructura bio-psíquica. Es el ser justo, caritativo, bueno, abnegado, etc.

El ser humano es un sujeto biopsicosocial, es un todo agregado, con un


pensamiento inicial de bondad.

CAPÍTULO II.

2.1.- HISTORIA DE LA ETICA EN LA MEDICINA HUMANA

2.1.1.- ÉTICA CRISTIANA:

La ética cristiana se expresa a través de la deontología médica. La


deontología médica es un sistema de reglas prácticas que se sitúa entre la
ciencia natural y la piedad religiosa. La ciencia natural plantea un problema:
la moral médica ha de aplicar la razón al conocimiento del orden de la
naturaleza. El plan de la naturaleza es obra divina, por lo que la razón no
debe alterarlo, sino conformarse o adecuarse a él.

La naturaleza que el hombre debe respetar es una naturaleza que él mismo


sigue forjando por un proceso de auto creación. No se puede aceptar sin
más que la naturaleza sea algo dado e inmutable.
El objeto de la investigación no es adecuarse a la naturaleza, sino crear
naturaleza, transformando y perfeccionando. Debe admitirse esto para poder
conciliar ciencia y fe (latín).

Se concluye que la ética cristiana es una forma de deontología, aplicada a la


medicina, basada en su principio de piedad. Donde se trata de dar a la
ciencia un orden y una orientación, con el fin de unificar la fe con la ciencia.

2.1.2.- ÉTICA SECULARIZADA:

La sociedad y la cultura occidentales han sufrido una progresiva


secularización. el hombre occidental moderno, para orientar y hacer su vida
ha querido atenerse exclusivamente a las posibilidades y recursos de su
propia naturaleza; a sus propios impulsos, a su propia razón e imaginación,
a su propia voluntad. Es decir, ha querido eliminar de su existencia histórica
todo lo que sea "sobrenatural".

La ética secularizada surge de la escisión entre los deberes religiosos


(relegados a la conciencia moral) y los deberes civiles, prescritos e
impuestos por la autoridad.

Se basa en nuevos valores:

• Altruismo: Secularización del amor de caridad al prójimo en forma de


filantropía.
• Bien social : Primacía de la sociedad sobre el paciente
• Positivismo, o religión de los hechos, con la consideración del
paciente como objeto.
Se concluye que la ética secularizada es una separación (a diferencia de la
Cristiana) de la religión, que es relegada a una forma moral de actual, y
poniendo como principio las reglas de las autoridades.

2.1.3.- ÉTICA MÉDICA:

La ética médica tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada


por el más ilustre médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha
tenido una gran influencia en el ejercicio de la profesión médica en los siglos
posteriores. A cada régimen social correspondió una ética médica
subordinada a los intereses de las clases dominantes y muy influidas desde
el medioevo por la moral religiosa, a través de las enseñanzas doctrinarias
que tratan de dar razón de lo religioso.

El término "deontología" viene del griego “deon, deontos”, que significa


“deber, obligación”, y a veces se ha utilizado como sinónimo de ética y
moral.

Históricamente se ha referido al conjunto de deberes de una profesión


expresado en un código de normas éticas que afectan a los profesionales de
un determinado colectivo. Generalmente ha sido aprobado por la
corporación correspondiente (colegio de médicos por ejemplo), que vigilará
por la calidad del ejercicio profesional y prestigio social.

El colegio médico del Perú, como representante de los médicos colegiados


del Perú, asume como uno de sus objetivos prioritarios la promoción y
desarrollo de la deontología profesional, y contempla en sus estatutos un
código de ética y deontología médica.

El incumplimiento de estos principios constituye falta disciplinaria tipificada


en los estatutos generales del colegio médico.
Las leyes están relacionadas con la ética, al menos en su fundamento, pero
en la práctica pueden darse leyes inmorales. no debemos confundir
legalidad y moralidad, aunque sería deseable la máxima coherencia entre
ellas.

Existe una gradación de estos tres conceptos (ética, deontología, ley) según
su nivel de exigencia. la ley establece unos mínimos que se deben cumplir
para convivir en sociedad

La ética médica (conjunto de principios y normas morales que regulan la


asistencia médica) tiene como fundamento ineludible el comportamiento y
las relaciones interpersonales establecidas entre un médico (sabedor,
conocedor y actor competente) y un paciente (objeto y sujeto, a la vez
orgánico, social y personal), en el que aquel ve un amigo.

La ética médica es un conjunto de conceptos, que se dan tras la aplicación


de varios principios, en un fin por dar un balance correcto y adecuado del
actuar del médico entre la ciencia, y su trato con el paciente. Para poder
mejorar la salud del paciente en todo aspecto (físico, psicológico, etc).

2.2.- ÉTICA MÉDICA EN LA FORMACIÓN DEL MÉDICO:

En la medicina de hoy, los cambios en algunos campos han sido tan


vertiginosos como drásticos y ofrecen perspectivas globales promisoras a
partir de cambios conceptuales y el replanteamiento de algunos principios
filosóficos y sociólogos.

La configuración necesaria para el recto proceder medico debe entonces,


instalarse a tiempo.

El surgimiento de la bioética atreves de sus centros de investigación


aplicada y los cambios en el modo de abordaje de los problemas éticos
medico; los cambios políticos- económicos, la participación estatal en la
atención a la salud y el cambio hacia la medicina socializada; la importancia
del perfil profesional; la influencia del conductismo; la mayor participación
de los pacientes en las decisiones que involucran a su salud y las fallas en la
atención medica.

La gran mayoría de los textos de ética médica tradicional no contemplan que


los médicos no solo tienen responsabilidades con los pacientes que
consultan. Si no también con la familia y con la sociedad en su conjunto, en
lo que su salud se refiere.

El tema de la ética médica es tan vasto que no solo la facultad de medicina


sino otras también participan en su análisis y contribución, como parte de
los programas de formación profesional.

Desde la antigüedad Protágoras (480-410 a.c.) enseño: “el hombre es la


medida de todas la cosas”. La regla de oro de la ética sigue siendo
“Reconocer la dignidad del otro como persona”.

Las ética se define como la disciplina que se ocupa de lo moral; de estricta


competencia a los actos humanos, a los que califica buenos o malos,
cuando sean libres, voluntarios y consciente. Puede entenderse también
como el cumplimiento del deber. Relacionarse con lo que uno o no hacer. Su
diferencia con la moral parte de que esta tiende a ser particular, por la
concreción de sus objetos, en tanto la ética tiende a ser universal, por la
abstracción de sus principios.

Se concluye que la ética médica sufre variaciones conforme avanza el


tiempo y muchos cambios acontecen, como las políticas de los países, las
religiones, etc. Pero consevando el factor primordial, el de reconocer y
respetar la dignidad del paciente como persona.
2.3.-CODIGO ETICO:

Declaración de los principios:


La ética médica orienta la conducta de los médicos hacia el bien, busca lo
correcto, lo ideal y la excelencia. La deontología médica regula los deberes de los
médicos.
El Código de Ética y Deontología, para el cumplimiento de sus fines, contiene un
conjunto de
Preceptos que, por su aplicación, garantiza un ejercicio profesional competente,
honesto y Honorable de los miembros de la Orden médica. Rige para todos los
colegiados y concierne al Ámbito de la moral individual y ética personal y social
del médico.
La medicina es ciencia y arte y, como tal, se orienta al logro de la más alta calidad
de vida, se fundamenta en el respeto a las personas y la dignidad humana. La
medicina es una profesión humanista que trata y respeta la individualidad y la
integridad moral, psíquica, física y social de las personas, como expresión de su
derecho a la salud. Su misión es preservar la saludy, cuando ello no es posible,
aliviar las dolencias y, en todos los casos, consolar a los pacientes y familiares.
El respeto a los pacientes, su familia, los colegas y otros profesionales y técnicos
de la salud hace de la medicina una disciplina paradigmática del desarrollo
humano.
La medicina, tradicionalmente, se rige por los principios de beneficencia que
consiste en la búsqueda del bien para el paciente y la no maleficencia que
consiste en evitar cualquier forma de daño o lesión.
Concurren con ellos los principios de autonomía o respeto por las decisiones del
paciente competente, en función de su proyecto de vida y, asimismo, el de
justicia, que reconoce que todos los seres humanos deben ser tratados por igual
y, si hubiera que hacer una excepción, se favorecerá a los más necesitados.
Todos ellos se orientan a la búsqueda del mejor interés del paciente en
concordancia con los valores que sustentan los derechos fundamentales del
hombre y la sociedad.
Para el cumplimiento de sus fines, el médico debe capacitarse permanentemente
en los avances científicos, tecnológicos y de gestión.
La solidaridad es un principio inherente a nuestra organización social, se expresa
como un afán de ayuda mutua y encuentra en el acto médico una forma de
realización que permite una relación horizontal con el paciente y con la sociedad,
que afirma nuestros valores y refuerza el tejido social.
La salud es un estado de apropiación del cuerpo que consiste en el bienestar
físico, psíquico y social lo que permite a la persona humana proyectar un plan de
vida, acorde con sus valores y creencias, con pleno respeto a los derechos
humanos universales lo que compromete a la profesión médica, la sociedad y el
estado.
El Derecho a la salud se sustenta en los principios de equidad, solidaridad,
universalidad e integridad de la atención. El médico promueve estos principios y
no establece diferencias entre las personas a las que atenderá sin discriminación
de ninguna clase.
El médico debe permanentemente tomar decisiones en los campos de la vida, la
salud y la enfermedad, las cuales son probabilísticas y estarán más cercanas a la
certeza en la medida que cuente con los medios y recursos que exige la lex artis.
Es su responsabilidad realizar el acto médico en forma diligente.
Es responsabilidad de la sociedad y el estado en forma compartida disponer de
los mejores medios y recursos posibles para este propósito.
El ejercicio de la medicina incluye un permanente respeto a los derechos
fundamentales de los pacientes, tales como el derecho a la libertad de
conciencia y de creencia, el derecho a la integridad física, psíquica y moral, el
derecho al libre desarrollo y bienestar de las personas, el derecho a la intimidad
personal y familiar, el derecho a la información y al consentimiento informado, el
derecho a la no discriminación en razón de sexo, edad, enfermedad o
discapacidad, credo, raza, origen étnico, género, nacionalidad, filiación política,
orientación sexual o condición socioeconómica, entre otros.
En su actividad profesional el médico tiene el deber de guardar el secreto
profesional; éste brinda al acto médico su característica de confianza y garantía
en la relación médico-paciente de reserva y discreción.
El médico procurará en el ejercicio de su profesión, en los diversos campos en
los que está se ejerza, que los principios que este Código reconoce, se expresen
en políticas de efectiva aplicación para lograr los propósitos contenidos en el
mismo.
El decoro, la honestidad, el altruismo y la integridad moral, constituyen normas
que condicionan y gobiernan la conducta de los médicos y exaltan su idealismo
a los planos más elevados de la vida en comunidad.
La docencia e investigación médicas son parte constitutiva de la práctica
médica y su realización se inscribe en las más antiguas tradiciones y son
esfuerzos sociales corporativos de la más alta responsabilidad por lo que su
orientación y control se fundamenta en los principios éticos más relevantes de
nuestra época.

Se concluye que el Código Ético es una forma de ser del médico, tanto con
el paciente, como con su forma de vida, condicionando el actuar del médico
para poder hacer el bien y no dañar al paciente, también presenta requisitos
de un médico, como una persona honesta, altruista. Para, de esta manera,
ser respetado, y que las personas depositen su confianza en esa persona
para poder mejorar su salud.

2.4.- PRINCIPIOS ETICOS DE LAS CIENCIAS MÉDICAS:

JURAMENTO DE HIPÓCRATES

Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higías y Panacea y pongo por
testigos a todos los dioses y
diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a
cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en

tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia.

Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de


mis días, partiré con ellos

mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis


hermanos y si quieren aprender la

ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de


recompensa.

Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a


mis hijos, a los de mi

maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que


determine la ley médica, y a

nadie más.

Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más


provechosa según mis

facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé


a pretensiones que busquen la

administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa semejante; me


abstendré de aplicar a las mujeres

pesarios abortivos.
Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré
la talla, dejando tal

operación a los que se didican a practicarla.

En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que l bien de los
enfermos; mi libraré de

cometer voluntariament faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré


sobre todo la seducción de mujeres u

hombres, libres o esclavos.

Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi


ejercicio y que no sea

indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando


como un deber el ser discreto en

tales casos.

Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente


mi vida y mi profesión,

honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga


sobre mí la suerte contraria.

(Versión del griego, por el R.P. Manuel Briceño Jáuregui, S.J.)

CONSEJOS ATRIBUIDOS A ESCULAPIO


”¿Quieres ser médico, hijo mío? Aspiración es ésta de un alma generosa, de un espíritu
ávido de ciencia. ¿Deseas que los hombres te tengan por un Dios que alivia sus males y
ahuyenta de ellos el espanto? Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida? Tendrás que
renunciar a la vida privada; mientras la mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su
tarea, aislarse de los importunos, tu puerta quedará siempre abierta a todos; a toda hora del
día o de la noche vendrán a turbar tu descanso, tus placeres, tu meditación; ya no tendrás
horas que dedicar a la familia, a la amistad o al estudio; ya no te pertenecerás. Los pobres,
acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia; pero los ricos te tratarán
como a esclavo encargado de remediar sus excesos. Habrás de mostrar interés por los
detalles más vulgares de su existencia, decidir si han de comer ternera o cordero, si han de
andar de tal o cual modo cuando se pasean. No podrás ir al teatro, ausentarte de la ciudad,
ni estar enfermo; tendrás que estar siempre listo para acudir tan pronto como te llame tu
amo.

Eras severo en la elección de tus amigos; buscabas la sociedad de los hombres de talento,
de artistas, de almas delicadas; en adelante, no podrás desechar a los fastidiosos, a los
escasos de inteligencia, a los despreciables. El malhechor tendrá tanto derecho a tu
asistencia como el hombre honrado: prolongarás vidas nefastas, y el secreto de tu profesión
te prohibirá impedir crímenes de los que serás testigo.

Tienes fe en tu trabajo para conquistarte una reputación: ten presente que te juzgarán, no
por tu ciencia, sino por las casualidades del destino, por el corte de tu capa, por la
apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la atención que dediques a las
charlas y a los gustos de tu clientela. Los habrá que desconfiarán de ti si no usas barba,
otros si no vienes de Asia; otros, si crees en los dioses; otros, si no crees en ellos. Te gusta
la sencillez: habrás de tomar la actitud de un augur. Eres activo, sabes lo que vale el
tiempo: no habrás de manifestar fastidio ni impaciencia; tendrás que soportar relatos que
arranquen del principio de los tiempos para explicarte un cólico; ociosos te consultarán por
el solo placer de charlar. Serás el vertedero de sus disgustos, de sus nimias vanidades.
Sientes pasión por la verdad, ya no podrás decirla. Tendrás que ocultar a algunos la
gravedad de su mal; a otros, su insignificancia, pues les molestaría. Habrás de ocultar
secretos que posees, consentir en parecer burlado, ignorante, cómplice. Aunque la Medicina
es una ciencia oscura, a quien los esfuerzos de sus fieles van iluminando de siglo en siglo,
no te será permitido dudar nunca, so pena de perder todo crédito. Si no afirmas que conoces
la naturaleza de la enfermedad, que posees un remedio infalible para curarla, el vulgo irá a
charlatanes que venden la mentira que necesita. No cuentes con agradecimientos: cuando el
enfermo sana, la curación es debida a su robustez; si muere, tú eres el que lo ha matado.
Mientras está en peligro te trata como un dios, te suplica, te promete, te colma de halagos;
no bien está en convalecencia, ya le estorbas, y cuando se trata de pagar los cuidados que le
has prodigado, se enfada y te denigra. Te compadezco si sientes afán por la belleza: verás lo
más feo y repugnante que hay en la especie humana, todos tus sentidos serán maltratados.
Habrás de pegar tu oído contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de míseras
viviendas, los perfumes harto subidos de las cortesanas, palpar tumores, curar llagas verdes
de pus, fijar tu mirada y tu olfato en inmundicias, meter el dedo en muchos sitios. Cuantas
veces, un día hermoso, lleno de sol y perfumado, o bien al salir del teatro, de una pieza de
Sófocles, te llamarán para un hombre, que molestado por dolores de vientre, pondrá ante
tus ojos un bacín nauseabundo; diciéndote satisfecho: "Gracias a que he tenido la
precaución de no tirarlo". Recuerda, entonces, que habrá de parecer que te interesa mucho
aquella deyección.

Hasta la belleza misma de las mujeres, consuelo del hombre, se desvanecerá para ti. Las
verás por la mañana desgreñadas, desencajadas, desprovistas de sus bellos colores y
olvidando sobre los muebles parte de sus atractivos. Cesarán de ser diosas para convertirse
en pobres seres afligidos de miserias sin gracia. Sentirás por ellas más compasión que
deseos. Tu vida transcurrirá como a la sombra de la muerte, entre el dolor de los cuerpos y
de las almas, entre los duelos y la hipocresía que calcula a la cabecera de los agonizantes: la
raza humana es un Prometeo desgarrado por los buitres. Te verás solo en tus tristezas, solo
en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano. Ni siquiera encontrarás apoyo entre los
médicos, que se hacen sorda guerra por interés o por orgullo.

Únicamente la conciencia de aliviar males podrá sostenerte en tus fatigas. Piensa mientras
estás a tiempo; pero si, indiferente a la fortuna, a los placeres de la juventud; si sabiendo
que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma bastante estoica para satisfacerse
con el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas bien pagado con la dicha de una madre,
con una cara que sonríe porque ya no padece, o con la paz de un moribundo a quien le
ocultas la llegada de su muerte: si ansías conocer, penetrar todo lo trágico de su destino,
entonces sí... ¡Hazte médico, hijo mío!”.

Generalmente su principal símbolo es en el momento de la graduación,


donde en una ceremonia realizan juramentos que deberán ser cumplidos a
cabalidad.

El más conocido es el Juramento Hipocrático, que por lo general es utilizado


en la mayoría de facultades de medicina del país.

Los Juramentos Médicos, en especial el Hipocrático, han sido analizados a


través del tiempo fundamentalmente desde el punto de vista de los valores
morales que sustentan la relación médico/paciente, médico/colegas,
médico/sociedad, así como también aquellos principios que sustentan los
aspectos pedagógicos, Algunos análisis han sido tomados como referencia
para la aplicación de los valores y principios a problemas éticos en diversos
contextos y situaciones propias de los actuales problemas médicos. Los
preceptos éticos del Juramento Hipocrático han constituido, a lo largo de los
siglos, la unidad y el fundamento de la ética médica, venciendo los límites
temporales, culturales, nacionales, y religiosos. Existen varios trabajos qbue
han analizado el Juramento Hipocrático considerando los principios éticos
básicos.
En las tres últimas décadas, el uso del Juramento Hipocrático modificado se
incrementó en un 34,3% en las Escuelas de Medicina de Estados Unidos y en
un 33,4% en las de Canadá; mientras disminuyó el porcentaje de escuelas
que utilizan la Declaración de Ginebra en Estados Unidos y creció levemente
en Canadá. Este mayor desarrollo del Juramento Hipocrático modificado y
de la Declaración de Ginebra se logró en detrimento de otras fórmulas. En el
Reino Unido, de 27 Facultades de Medicina casi la mitad no emplea ningún
texto, el 14,8% usa la Declaración de Ginebra y el 11,1% emplea el Juramento
hipocrático, mientras que el resto se vale de otras fórmulas (25,9%).

A partir de la década del sesenta, se trató de buscar el consenso acerca de


valores y principios éticos. Así lo demostraron múltiples declaraciones,
informes elaborados e investigaciones realizadas al respecto. Es así que se
estableció un acuerdo sobre principios fundamentales: beneficencia, no
maleficencia, justicia y respeto por la autonomía del paciente. Estas normas
éticas permiten a los profesionales de la salud provenientes de diferentes
culturas compartir un compromiso moral común y básico, una terminología
moral y un marco de referencia analítico común.

Los preceptos de beneficencia y no maleficencia se hallan centralmente


contemplados en el Juramento Hipocrático. El primero es expresado en dos
oportunidades:
«... dirigiré la dieta con los ojos puestos en la recuperación de los pacientes,
en la medida de mis fuerzas y de mi juicio...»

«...Al visitar una casa, entraré en ella para bien de los enfermos...»
En cuanto al principio de no maleficencia también es indicado en dos
declaraciones del Juramento Hipocrático:
«...y les evitaré toda maldad y daño...»

«... manteniéndome al margen de daños voluntarios y actos perversos...»


Los otros dos principios éticos (justicia y respeto por la autonomía del
paciente) no son manifestados específicamente. El Juramento Hipocrático se
caracteriza por su paternalismo. Al respecto dice:

«... dirigiré la recuperación de los pacientes, en la medida de mis fuerzas y


de mi juicio...»

Asimismo, se distingue también por su individualismo: el médico tiene


obligación especial de beneficiar a «sus» pacientes independientemente de
las consecuencias para otros que no sean sus pacientes. La primera
caracterización indudablemente contradice el principio de respeto por la
autonomía del paciente y la segunda, el de justicia. Sin embargo, en cuanto a
este último precepto, algunas traducciones del texto griego, sobre todo al
inglés, han trasladado el término adiki’e como justicia cuando, en realidad,
son vocablos pertenecientes al principio de no maleficencia: «maldad y
daño» y «de daños voluntarios y de actos perversos» Si bien algunos
autores señalan que este principio de justicia no está expresado
específicamente en cuanto a la igualdad de tratamiento, a la equitativa
distribución de recursos y al derecho del paciente a recibir atención de su
salud, otros manifiestan que la declaración referida al abuso sexual es una
expresión del principio de justicia en cuanto al igual trato de mujeres y
hombres y de libres y esclavos, por un lado, y por otro, como un
comportamiento injusto al abusarse de la condición vulnerable del enfermo.

Asimismo la expresión:
«... No operaré con el cuchillo ni siquiera a los pacientes enfermos de
cálculos, sino que los dejaré en manos de quienes se ocupan de estas
prácticas...»

es reconocida como una limitación de su habilidad, y por ende un


comportamiento justo para con el paciente.

Con referencia al principio de respeto por la autonomía del paciente, no lo


indica específicamente, sino que señala el respeto por la vida y la dignidad
humana al proscribir el aborto, el suicidio y la eutanasia:

«... No administraré a nadie un fármaco mortal, aunque me lo pida, ni tomaré


la iniciativa de una sugerencia de este tipo. Asimismo, no recetaré a una
mujer un pesario abortivo; por el contrario, viviré y practicaré mi arte de
forma santa y pura...»

Asimismo, este principio de respeto por la autonomía del paciente se


manifiesta en la regla ética de la confidencialidad:

«... Callaré todo cuanto vea u oiga, dentro o fuera de mi actuación


profesional, que se refiera a la intimidad humana y no deba divulgarse,
convencido de que tales cosas deben mantenerse en secreto...»

También al respecto se han realizado trabajos que analizaron si estos


principios éticos se han mantenido en los Juramentos Médicos utilizados en
la actualidad. En las décadas del 60 y 70, los preceptos más señalados en
los Juramentos Médicos de los Estados Unidos y Canadá fueron:
preocupación por el bienestar del paciente, confidencialidad y abstención de
dañar. En estos últimos veinte años, se repiten los mismos compromisos
éticos, pero se agregan en menor medida los de justicia y respeto por la
autonomía del paciente; en cuanto a la regla de veracidad, ningún Juramento
la especifica.

Aunque el Juramento Hipocrático y sus modificaciones no contemplan todos


los principios éticos, sí expresan «valores éticos esenciales para el médico y
criterios aplicables a muchas situaciones que enfrenta la práctica
contemporánea». Por ello, resultó novedoso y de interés analizar si estos
votos se encuentran especificados en los Juramentos Médicos.

Así como hemos analizado los textos de distintos Juramentos Médicos en


sus aspectos pedagógicos6 y en relación a la formación humanística del
médico, el objetivo del presente trabajo es determinar si los principios éticos
de beneficiencia, de no maleficencia, de justicia y de respeto por la
autonomía del paciente con sus reglas de veracidad y de confidencialidad,
se hallan indicados en los Juramentos Médicos usados en la actualidad, en
las ceremonias de graduación de las Facultades de Ciencias Médicas.

Se concluye que los principios éticos de las Ciencias Médicas se basan en


juramentos de personas ilustres que su mensaje ha sido tomado en cuenta a
través de la historia, utilizándose a su vez como un juramento para los recién
egresados de las carreras de medicina humana y otras ciencias médicas,
donde juran respetar y practicar los principios éticos de su labor.

2.5.- INTERACCIÓN MÉDICO-PACIENTE:


El médico en su ejercicio profesional no solo tiene obligaciones con su
paciente sino también como la sociedad en donde ejerce. La ley de ética
médica en el artículo primero establece las obligaciones del médico con la
sociedad como auxiliar de la justicia y en las tareas que ella le encomiende.

Muchos profesional tienes un concepto muy individualista de su quehacer


medico y sobrevaloran los deberes con el paciente.

No pocas veces le surgen al médico conflictos sobre si debe primar la


obligación con la comunidad o con el paciente, frente a una determinación
que debe tomar.

La relación entre el médico y el paciente debe ser una relación entre


persona; cada una con sus derechos y deberes. Esto puede dificultarse
cuando la atención se hace a través de una institución u otra entidad
promotora de salud. La formación humana del médico hará que la relación
siempre sea personal, sin que ninguno de los se vuelva, o un numero de
ficho, en el caso del paciente; o el doctor del consultorio quince, en el caso
del médico.

La relación que se produce en el quehacer medico es beneficios para ambas


partes. El paciente se lucra de las acciones del médico; este a su vez
obtiene beneficios del paciente. Aparte de los honorarios que recibe; el
médico aprende a sus pacientes grandes enseñanzas; aun en el enfermo sin
cultura nos enseña. Confieso que he aprendido mucho de mis pacientes, los
cuales me han enseñado una sabiduría adquirida en la escuela del vivir.
Pero para aprender estas enseñanzas es necesario que el médico vea en el
paciente, antes que todo, una persona.

Todo medico tiene una deuda de gratitud con la sociedad y los pacientes,
gracias a las cuales aprendió la medicina. Aunque el estudiante pague
matricula durante su enseñanza, el tener acceso a hospitales de la
comunidad, lo hace deudor con la sociedad y los pacientes. Todo tenemos
producido sufrimiento al prender la medicina. El progreso de la medicina se
hace, la mayoría de las veces, a costa del dolor de nuestros semejantes. El
pensar esto, no debe producir un sentimiento no solo de gratitud sino de
humildad

La relación entre medico y el paciente es peculiar por la situación inferior


izada del paciente. La misma palabra “paciente” con nota una significado de
dolor del que sufre pacientemente. Por esto mismo si el médico no es
humano caerá en lo que la sociedad llama el imperialismo medico. Es la
actitud arrogante que se asume frente al paciente indefenso. El estar
enfermo, así sea por un problema menos, es una situación que transforma al
individuo.

Todo medico antes de graduarse debería sufrir una enfermedad importante,


ser hospitalizado y ojala sometido una cirugía para que comprendiera mejor
el sufrimiento de sus pacientes

Se concluye que la relación médico paciente debe darse en una atmósfera de


confianza, donde el paciente confíe en el médico y pueda facilitarle cualquier
dato requerido para llegar a un correcto diagnóstico y tratamiento. El
lenguaje es la herramienta utilizada para la comunicación.

2.5.1.- Modelos de relación:

5.1 TIPOS DE RELACION MEDICO-PACIENTE SEGUN EL GRADO DE


PARTICIPACIÓN:
En la actualidad, luego de estudios realizados, se describen tres niveles o
modalidades de relación médico-paciente.

El nivel 1, o de "actividad del médico y pasividad del enfermo", es el tipo de


relación que se produce en situaciones en que el paciente es incapaz de
valerse por si mismo: situaciones de urgencia médica o quirúrgica,
pacientes con pérdida o alteración de conciencia, estados de agitación o
delirio agudo, etc. En estos casos, el médico asume el protagonismo y toda
la responsabilidad del tratamiento. El prototipo de este nivel de relación
sería el que se establece entre una madre y su recién nacido: relación
madre-lactante.

El nivel 2 o de "dirección del médico y cooperación del enfermo", es el tipo


de relación que tiende a darse en las enfermedades agudas, infecciosas,
traumáticas, etc., en las que el paciente es capaz de cooperar y contribuir en
el propio tratamiento. El médico dirige, como experto, la intervención adopta
una actitud directiva, y el paciente colabora contestando a sus preguntas,
dando su opinión, y realizando lo que se le pide. El prototipo de relación de
nivel 2 sería el que se establece entre un progenitor y su hijo no adulto:
relación padre-niño.

El nivel 3 o de "participación mutua y recíproca del médico y del paciente",


es la forma de relación más adecuada en las enfermedades crónicas, en las
rehabilitaciones postoperatorias o postraumáticas, en las readaptaciones
físicas o psíquicas, y en general en todas las situaciones, muy frecuentes en
el mundo médico actual, en que el paciente puede asumir una participación
activa, e incluso la iniciativa, en el tratamiento: Así en pacientes diabéticos,
enfermedades cardiacas, enfermedades de la vejez, etc., el médico valora las
necesidades, instruye y supervisa al paciente, que, a su vez, lleva a cabo el
tratamiento por si mismo, según lo programado, y con la posibilidad de
sugerir otras alternativas o decidir la necesidad y prioricidad de una nueva
consulta. El prototipo de relación que establecen es el de una cooperación
entre personas adultas: relación adulto-adulto.

Como parece lógico, no es que haya un nivel de relación mejor que otro,
pero sí uno más adecuado para un determinado padecimiento o una
situación clínica dada. Frecuentemente médico y paciente tendrán que
modificar su actitud a lo largo de una misma enfermedad y adoptar uno u
otro tipo de relación de acuerdo con lo que permitan o requieran las
circunstancias.

Se concluye que hay diversos casos, en donde el médico debe actuar,


sin consentimiento del paciente, sin poder elegir o decidir aceptar el
accionar del médico o no. Existe otro caso donde el paciente coopera.
Así como cuando tanto el médico como el paciente forman un
“equipo”, donde ambos cooperan entre sí. Según el estado del
paciente, pueden darse estos casos. Para ello el médico debe ser
competente y ético.

5.2 Tipos de Relación Médico Paciente según el objetivo de la relación

- Interpersonal: La enfermedad es considerada como un todo el


trastorno forma parte del paciente y se produce una implicación
personal en la relación, ya que ésta se establece directamente entre
dos personas entendidas en su globalidad afectivo-intelectual. El
médico no sólo ve el órgano enfermo, sino la totalidad del paciente, lo
somático y lo psíquico. La actitud del terapeuta resuena sobre la del
paciente, de modo que "se pasa de la medicina de una persona a la
medicina de dos personas". Es la relación que se utiliza en psiquiatría
y más aún en psicoterapia.

- Técnica: La atención se centra en el órgano "que no marcha bien" y el


paciente adquiere connotaciones de cliente que solicita la reparación
del mismo. Se trata de una relación más pragmática, operativa y
funcional, dirigida a la obtención de información sobre la alteración
del órgano y el tipo de restauración que se pretende. Es el modelo de
relación que caracteriza la práctica médica general y las
especialidades médicas, y que, si se exagera, corre el peligro de
ignorar la personalidad o incluso parcelar el cuerpo físico del
paciente, tratando al órgano enfermo, como si de un auténtico objeto
se tratara..

Ambos tipos son importantes, el médico debe prestar atención tanto a


síntomas y signos, pero sin dejar de lado el concepto de que la
persona es un ser biopsicosocial, y su relación con el paciente le dará
facilidad para una correcta elaboración de comprensión de los
síntomas, así como de su causa psicológica.

Se concluye que tanto la relación interpersonal y técnica son compatibles


y deben ir juntas en el accionar del médico, puesto que el hombre es un
ser biopsicosocial, por lo tanto, se debe tener el conocimiento de la
enfermedad como tal, a la vez de tratamiento, así como el conocimiento
del paciente como persona y como un todo.

5.3. Aspectos relevantes de la relación médico paciente

El médico debe estar consciente que su relación profesional interpersonal


con el paciente debe estar caracterizada por:1

• El respeto que inspira su investidura técnica en una profesión de alto


contenido social.
• La expectativa por parte de la población de que manifieste un
comportamiento adecuado a su alta responsabilidad.
• Su condición de piedra angular en la prestación de un servicio de gran
significación humana como es promover o restablecer la salud.
• Demandar una constante disposición a la relación de ayuda sin
aspiración de reciprocidad.
• Requerir del facultativo el planeamiento cuidadoso de cada una de sus
acciones para evitar errores de grandes potencialidades iatrogénicas.

Resulta de suma importancia en la Relación Médico Paciente tener en cuenta


las características personales del médico y del paciente. Por parte del
médico, es fundamental que conozca su carácter, sus debilidades, su nivel
de información, hasta donde puede manejar una situación determinada y
cuando debe recurrir a otro colega. Debe tomar en cuenta el gran significado
profesional de su prestigio científico y social.

Otros aspectos a tener en cuenta en esta relación son los objetivos que
persigue el paciente, el estado afectivo de ambos y la posición de cada uno.
El médico como profesional por lo general es ubicado por el paciente en una
posición de superioridad, por lo que el médico debe con su actuación
equilibrar esta situación. Otro aspecto fundamental en la Relación Médico
Paciente lo constituye las vías de comunicación. Esta comunicación puede
ser: verbal por medio de la palabra, la extraverbal por medio de gestos,
expresiones faciales, el tacto, sobre todo al realizar el examen físico y por
último el instrumental utilizado como complemento.

Se proponen diferentes etapas en el curso de la entrevista médica,


utilizando como modelo el encuentro en la consulta externa que puede ser
extrapolada a cualquier otro sitio donde se realice la primera relación
médico-paciente, con las variantes que requiere cada sitio (hospital, hogar,
entre otros).1 Estas etapas son las siguientes:
• Recepción. Esta etapa, no utilizada con frecuencia, alcanza una
extraordinaria significación, si se tiene en cuenta la angustia e
inseguridad con la cual acude el paciente a este primer encuentro.
• Identificación. La toma de los datos de identidad conducido
hábilmente permiten conocer elementos muy útiles sobre la
personalidad del paciente y características sociodemográficas.
• Interrogatorio. Esta es la etapa más importante de la Relación Médico
Paciente. El interrogatorio constituye uno de los aspectos más
difíciles de la historia clínica y el que requiere más tiempo, capacidad
y dedicación. Inicialmente el paciente expresará libremente su
sintomatología sin interrumpirlo, salvo que se salga del hilo
conductor, y siempre hacerlo con suavidad y delicadeza. En una
segunda parte ya corresponde al medico precisar las características
de cada síntoma y ordenarlos cronológicamente.

En varias investigaciones realizadas por distintos autores donde se exploran


las deficiencias cometidas por médicos residentes y estudiantes de
medicina se exponen los múltiples errores que se cometen en los distintos
aspectos del interrogatorio.

• Examen físico. Si bien el interrogatorio resulta la etapa que requiere


mayor tiempo y dedicación, el examen físico resulta también de suma
importancia. Debe tener un orden sistemático, en privacidad, respetar
el pudor del enfermo y por supuesto, dedicar el mayor tiempo al
aparato u órgano que se sospeche sea él más afectado, sin dejar de
examinar el resto de los sistemas.
• Investigaciones complementarias. Es deber del médico explicar las
investigaciones a realizar y en caso de posibles riesgos pedir su
consentimiento. Igualmente al comunicar sus resultados debe cuidar
de sus manifestaciones verbales y extraverbales que pueden
ocasionar iatrogenia.
• Información final. El ultimo paso, que no por ser el último deja de ser
importante, lo constituye la información al final de la consulta en el
paciente ambulatorio y la reunión al alta en el caso del ingresado,
donde debe explicarse con detalle cual es el diagnóstico, tratamiento y
el seguimiento evolutivo.

Tanto la información insuficiente como su exageración pueden ser causa de


iatrogenia. Es importante recordar que uno de los objetivos del paciente es
saber que tiene y cual es su pronóstico.

Este es un aspecto muy delicado que el médico tiene que manejar con
mucho y tacto, teniendo en cuenta el tipo de enfermedad y la personalidad
del paciente y hasta donde se puede llegar en la información.

Se concluye que los aspectos relevantes de la relación médico paciente se


da en la responsabilidad del médico, debido a su gran responsabilidad (la
salud de otras personas), siendo claro, conciso, con conocimiento y
actuando según un patrón, tanto en el interrogatorio como en el examen
físico, siguiendo pautas, y un orden, además de un modo de trato acorde al
bienestar del paciente, respetando su pudor y su modo de pensar.
BIBLIOGRAFIA

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10.- PRINCIPIOS ETICOS BASICOS.

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11.- PRINCIPIO DE JUSTICIA EN LA BIOETICA

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12.- BIOETICA

http://es.wikipedia.org/wiki/Bioetica

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