You are on page 1of 15

¿Y DÓNDE ESTÁ

MI HÉROE?
de

Horacio Tignanelli

Escuchar a tiempo una razón, puede evitar un encierro, un enojo, un pelea.


Puede llegar a ayudar, incluso a cumplir,
el deseo más querido

Buenos Aires, Argentina, 1991


BREVE HISTORIAL
¿Y dónde está mi héroe? Se estrenó en la Sala Liber/Arte,
de la ciudad de Buenos Aires, en 1992, por el elenco Títeres
del Tranvía. La escenografía y construcción de títeres
estuvo a cargo de Lelia Bamondi. Los titiriteros fueron Ana Celentano, Martín Barbieri y
Horacio Tignanelli, quien además realizó la puesta en escena y la dirección general.
Estuvo en esa sala dos años en cartel y también se realizaron numerosas presentaciones en el
interior del país. Participó de varios festivales y fue finalista del Certamen Metropolitano de
Espectáculos Infantiles.
En 1993 la obra se llevó en gira por Brasil, en diferentes localidades de los estados de Rio
Grande do Sul y Rio de Janeiro. Posteriormente, parte de elenco original realizó una gira con la
pieza por Francia e Inglaterra, con singular éxito.
En 1997, el Grupo Sobrevento de Brasil decide montar la obra. Se realiza entonces un
proyecto de intercambio entre titiriteros de tres países diferentes: Brasil, China y Argentina.
Para desarrollar el espectáculo Sobrevento convoca al marionetista chino
Yang Feng, para desarrollar la obra con la técnica de muñecos chinos y a
Horacio Tignanelli, para adaptar su obra al contexto brasileño. A ellos se suma
luego, el Mestre Saúba, de Pernambuco, director del grupo Mamulengo Só-
Riso, el mayor escultor vivo de mamulengos; Saúba fue el constructor de los
muñecos de la obra. Con la dirección de Luiz André Cherubini y el título
Cadê o meu herói? se estrenó en octubre de 1998, en la ciudad de São
Paulo, manteniendo lleno total del teatro durante más de seis meses.
Luego se presenta con similar éxito en Rio de Janeiro y, ya en 1999, participa
de una serie de festivales en diversas ciudades de España durante un mes.
Premio
En el ínterin, Cadê o meu herói? ganó el Premio “Mambembe” de Funarte, del Mambembe
Ministerio de Cultura de Brasil. Al presente (2006), la pieza continúa en el
repertorio de ese grupo brasilero1.

Contacto
Cangallo 87 - (1405) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfonos: 4982-0277 + (15) 5158-6873
Correo electrónico: hoti@speedy.com.ar

1
Más información al respecto en la página http://www.sobrevento.com.br/heroi.htm.
Personajes principales
Acido Amargo, Cucharita De Miel, Soldados, Cartero (Actor), Juan Ignacio, Dragon, Hinchada,
Goméz, Ejercito, Titiritera (Actriz), Titiritero (Actor).

Sobre la escenografía
Las acciones principales entre los títeres se desarrollan en un retablo clásico cuyo horizonte
coincide con la línea de "terrazas" de un castillo. La estructura consta de dos torres laterales y
fondos de casas. Hay rincones y salidas ocultas. En el frente del castillo hay un puente levadizo, de
dimensiones tales que facilite el ingreso y el egreso de los actores y muñecos. Otras acciones se
desarrollan en el espacio alrededor del castillo, en un radio de aproximadamente dos metros.

Sobre las músicas


Todas las músicas señaladas en el texto son grabaciones. Se trata de viejas bandas sonoras,
correspondientes a series clásicas de televisión; se trata de seleccionar aquellas más populares y que
mayor audiencia han tenido en el país. Obviamente se trata de aquellas series televisivas de acción
o suspenso, policiales, bélicas o fantásticas. La única música en vivo es el tango que toca y canta el
cartero, en visible contrapunto con todas las demás músicas grabadas. En el caso de que no se elija
un "tango", debe variarse el instrumento a ejecutar por el personaje. Si se presenta la dificultad de
que actor no puede tocar ningún instrumento, debe buscarse un sincronismo perfecto entre su
actuación y la banda sonora correspondiente.

Sobre los actores y la técnica


La obra se resuelve perfectamente con tres actores-titiriteros. Con cuatro o más actores se
acrecientan el alcance y las posibilidades de las acciones planteadas. Por su estructura y trama, la
obra está especialmente pensada para interpretar con títeres de guante.

Sobre los efectos


En el texto no se han referido los efectos sonoros que acompañan a muchas de las acciones, pero son
fácilmente deducibles.

Sobre el texto
El texto de la pieza es el usado para el montaje de la obra. No obstante, por circunstancias de la
puesta en escena puede que se varían algunos parlamentos. Aquí aparecen los textos originales, que
dan el perfil de carácter de los diferentes personajes y encadenan las acciones dramáticas. El guión
definitivo quedará ensamblado en el montaje final de la obra.

Sobre la duración
Aproximadamente una hora.

Sobre el público
Destinada a todo público y particularmente para niños.
¿Y DÓNDE ESTÁ MI HÉROE ?
1ª ESCENA
Se abre el telón bajo una suave melodía medieval (Música I).
Se ve un castillo de grandes dimensiones; dos torres franquean a izquierda y derecha a la terraza
de la fortaleza.
Hacia el interior se ven techos de diferentes aguas y veletas en algunas casas interiores; en el
frente se alza, imponente, un puente levadizo.
Banderas y banderines flamean en lo alto de las torres; en una de ellas, aquella que tiene una
ventana , sin vidrios ni postigos, está encerrada la doncella Cucharita de Miel.
Los ruidos de la ciudadela se acrecientan a medida que desaparece la melodía, hasta acallarse
totalmente cuando resuena la voz atronadora del señor del castillo, el Barón Acido Amargo.

ACIDO AMARGO ¡Silencios, silencios!


Luego de una breve caminata, Acido Amargo se dirige a la torre de la ventana y recita
sentidamente los siguientes versos de Gustavo Adolfo Becker.

ACIDO AMARGO Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar.
[En la ventana de la torre asoma su cabeza la doncella Cucharita de Miel]
Dime mujer cuando el amor se olvida, ¿sabes tú dónde va?
CUCHARITA Yo no se adonde se va el amor. Yo sólo se que quiero irme a mi casa.
Dejame salir de esta torre, Barón es muy húmeda y está fría...
ACIDO AMARGO ¡Jamás, bomboncito de crema, jamás!
CUCHARITA Pero ya es tarde, tengo que ir a mi casa.
ACIDO AMARGO ¡Nunca volverás, caramelito mío, nunca! Yo quiero que seas mi dulce
novia, quiero que me des un dulce abrazo, que me beses dulcemente...
CUCHARITA Pero terminala con esas cosas, Barón. Lo nuestro no puede ser. Es
imposible.
ACIDO AMARGO Si puede ser.
CUCHARITA No, no puede ser.
ACIDO AMARGO Que si, que si.
CUCHARITA Que no, no y no.
ACIDO AMARGO Si, chupetín de naranja. Vos y yo seremos novios muy pronto.
CUCHARITA Pero te digo que no podemos ser novios. Haceme caso, dejame salir, por
fa vor.
ACIDO AMARGO No. Tenés que pensarlo mejor, azuquita. Y hasta que te decidas, te quedás
en cerrada en la torre.
CUCHARITA Pero que vos me encierres no va a cambiar nada...
ACIDO AMARGO Si, si. Vas a terminar siendo mi novia, bizcochuela. Te voy a convencer
por cansancio. Y después... qué linda será la vida la gente nos verá juntos y
dirá "allí va el Barón Acido Amargo, que soy yo, con la Baronesa Cucharita
de Miel, que serás vos".
CUCHARITA ¡Yo no quiero ser Baronesa, quiero seguir siendo señorita!
ACIDO AMARGO No me importa.
CUCHARITA Dale, Acido, no seas amargo. Es tarde, dejame salir.
ACIDO AMARGO No.
CUCHARITA Entonces... ¡me escapo!
ACIDO AMARGO No podés, canela con jerez. Está cerrado con llave y con candado.
CUCHARITA Entonces... ¡llamo a la policía!
ACIDO AMARGO No podés, el teléfono no funciona.
CUCHARITA Entonces... ¡grito!
[Cucharita de Miel lanza un alarido sonoro pero inocente]
ACIDO AMARGO Nadie te va a escuchar. Y si alguien lo hace, le corto la oreja.
CUCHARITA No importa, un héroe vendrá a rescatarme.
ACIDO AMARGO ¿Un qué? ¡Ja, jo, jo, ja! Imposible, Cucharita de Miel, imposible. Mis
guar- dianes lo detendrían inmediatamente.
CUCHARITA Me vas a hacer llorar...
ACIDO AMARGO No, no, eso no...
CUCHARITA Si, si, eso si... ¡Qué desdichada soy! [Cucharita de Miel gime y lloriquea]
ACIDO AMARGO No llorés, pochocla. [Acido Amargo cambia el tono duro de su voz y
vuelve a recitar a G. A. Becker] A sus ojos, una lágrima asomaba, y a mis
labios, una frase de perdón...
CUCHARITA ¡Terminala con el verso! Para que sepas, va a venir un héroe a
rescatarme. Y mientras llega voy adentro a mirar televisión. ¡Tomá, chupate esa
mandarina!
[Cucharita de Miel desaparece en el interior de la torre]
ACIDO AMARGO Pero, Cucharita de Miel, los héroes no...
Ácido Amargo endurece su tono de voz y comienza a dar órdenes. El castillo entero tiembla a su
paso. A llamar a sus soldados, entran dos de ellos portando cascos, escudos y lanzas. Los soldados
sólo contestan a sus órdenes con sonidos incomprensibles

ACIDO AMARGO ¡Guardias, centinelas, soplones! ¡Todos a sus puestos! Abran bien los
ojos, carguen todas sus armas, afilen sus cuchillos... El enemigo está cerca.
Cierren el puente, suelten el perro, activen la alarma. ¡Qué nadie entre o
salga del castillo sin mi consentimiento!
Los soldados cumplen sus órdenes. Se colocan en posiciones de guardia. Se escuchan cerrojos
trabándose, aparecen armas en las terrazas de las casas y en lo alto de las torres. El puente
levadizo se cierra estrepitosamente bajo un ensordecedor ruido de cadenas, mientras se escucha
una melodía sombría (Música II)

2ª ESCENA
Un cartero entra en la sala, caminando desde el público. Viste uniforme gris y una gorra que, en la
parte frontal, lleva pegadas algunas estampillas. En los costados de su gorra sobresalen dos
pequeñas alitas doradas. Un lápiz color rojo está montado sobre una de sus orejas;
intermitentemente, el Cartero lo saca y hace anotaciones en una arrugada planilla que trae en la
mano. Carga además una bolsa que desborda de sobres y cartas de diferentes tamaños; algunas de
esas cartas, el Cartero las reparte entre el público.
Pero lo sobresaliente es que el Cartero trae un pesado paquete donde se ven letras y palabras
indescifrables. Sólo se distingue el dibujo de un castillo como el que está en escena y el nombre
"Cucharita de Miel". El paquete está atado con hilo y también tiene estampillas.
Cuando entra el Cartero, el castillo y su vecindad se ilumina completamente y puede apreciarse
que en uno de sus costados hay un montón de basura acumulada.

CARTERO ¿Será acá? ¿Habrá otro castillo cerca?


El Cartero inspecciona el castillo pero no halla ninguna señal de sus habitantes. Deja el paquete en
el piso, cerca del basural y golpea la puerta, es decir, el puente levadizo.

CARTERO No atiende nadie. Mejor descanso un poco, hoy camine demasiado.


Se sienta cerca del basural y sin querer tropieza con un bandoneón, entre los trastos viejos.

CARTERO ¡Oh! Un bandoneón abandonado...¡Oh! Un abondoneón bandoneonado...


El Cartero deja la bolsa y toma el instrumento, lo estudia. Juega con él y le extrae algunos sonidos.
Finalmente interpreta brevísimos acordes de algunos tangos populares.

CARTERO Dicen que adentro del bandoneón vive el tango...


El Cartero, finalmente, canta e interpreta el tanto El cartero 2.

Pa' servir al municipio, me enrolé en la sucursal.


Bolsa y gorra me entregaron, y que salga a caminar.
Y entre cartas y buzones, telegramas y estampillas,
me afanaron3 ilusiones, me robaron las cosquillas.
Todo el día caminando como quien tira el arnés,
ya perdí mis dos tamangos4, ya no tengo ni mis pies.
Las piernas se me han fundido. Los dedos se entumecieron.
Toda mi vida he perdido, trabajando de cartero.

Pa'mi el tiempo anda lerdo y el reloj no me hace caso.


Sin darme cuenta me pierdo y vivo un eterno retraso.
Y al llegar a la estafeta con el zurdo5 mal herido,
por las caras que me esperan prefiero seguir perdido.

Aborrezco a la propina, que me alejó de mi senda.


Mi vida está convertida en una gran encomienda.
Las piernas se me han fundido. Los dedos se entumecieron.
Toda mi vida he perdido trabajando de cartero.

Mientras el Cartero entona su tango, un par de centinelas aparecen en castillo y dan una silenciosa
alarma. Banderas y armas se mueven en las terrazas del castillo. Sombras siniestras se proyectan
contra las paredes de la fortaleza. Con el último acorde del tango surge un estandarte que flamea
en la terraza del castillo, por sobre el puente levadizo. El Cartero se da cuenta de ello y deja el
bandoneón.

CARTERO ¡Hey! ¡Gente! ¡Abran! ¡Soy el cartero! [Levanta la encomienda y lee el


remitente]
Debo entregarla a la señorita Cucharita de Miel...
Lentamente se abre el puente levadizo, bajo un sonoro rechinar de cadenas. El Cartero se inclina y
mira hacia adentro del castillo. No ve nada en su interior. Deja la encomienda a un lado y se
agacha dispuesto a entrar al castillo; mete la cabeza y llama a Cucharita de Miel.
Cuando el Cartero introduce la cabeza dentro de la puerta interior del castillo, en la terraza aparece
un grupo de soldados que levantan una gigantesca hacha. A la orden de uno de ellos, el hacha cae
con fuerza sobre el Cartero, que se desploma sobre el puente levadizo. El golpe no es a la vista del
público y sólo se observa el cuerpo del Cartero extendido, inerte, sobre el puente levadizo. Aquí
comienza la Música III, mientras el puente levadizo es levantado una vez más; se ve como el
cuerpo del Cartero es jalado e introducido lentamente dentro de la fortaleza, hasta desaparecer por
completo de la vista del público. Al mismo tiempo, en la terraza, varios de soldados levantan un
patíbulo. Los movimientos de los soldados son rápidos y graciosos. Una vez que todo el cuerpo
del Cartero ha entrado en el castillo, los soldados tiran de una cuerda y simulan levantar el cuerpo
del Cartero, quien queda así colgado del patíbulo, agarrado por su gorra. De este modo, sólo se ve
la gorra con alas del Cartero, suspendida de la soga, oscilando en el aparejo que trajeron los
soldados.

3ª ESCENA
Finaliza la Música III y la doncella Cucharita de Miel se asoma a su ventana gimiendo
desconsolada.

2
Tango "El Cartero" (1982). Letra Horacio Tignanelli. Música Araceli. Mazzucco & Andrés. Pastore.
Arreglos Rodolfo Mederos.
3
Del lunfardo afanar robar. Me afanaron me robaron.
4
Del lunfardo tamangos zapatos.
5
Del lunfardo zurdo corazón.
CUCHARITA ¡Qué desdichada soy! ¡El Barón no me deja salir! [Llora exageradamente]
¿Dónde está mi héroe?
[La doncella se percata de la presencia del Cartero, colgando a un lado de su
ventana] Bueno, Usted seguro que no es un héroe, buen hombre, con esa cara...
El Cartero le contestará desde dentro del castillo. No se verá su cara; su voz aparece en off,
percibiéndose cuando habla por el movimiento de su gorra colgada del patíbulo.

CARTERO Disculpe, señora, no la escucho.


CUCHARITA ¡Doncella! Doncella, querido, doncella, nada de "señora". ¿Y se puede saber quién
es Usted?
CARTERO Soy el cartero. Bueno, era el cartero.
CUCHARITA ¡El cartero! ¿Y ahora me lo dice? ¡Por fin llegó! ¿No trajo nada para mí? Yo soy
Cucharita de Miel y ...
CARTERO Ah, si, si, si. Un paquete.
CUCHARITA ¡Démelo, entréguemelo! ¡Rápido! ¿Dónde está ese paquete?
CARTERO Afuera del castillo.
CUCHARITA ¿Afuera? ¿Cómo afuera, cartero? ¿Qué clase de servicio es éste? Pero qué cosa,
el Correo cada día anda peor. ¡Cartero! Tiene que salir de ahí inmediatamente y
traerme ese paquete...
CARTERO Pero no puedo, señorita, estoy atado...
CUCHARITA ¡Pero qué servicio! Tiene que traerlo, cartero. Ese paquete es mi salvación,
Cartero.
CARTERO ¡No me diga!
CUCHARITA Yo estoy atrapada en esta torre. Para poder salir, encargué un héroe por
correspon- dencia. Un héroe que me saqué de acá y le de una lección al Barón Acido
Amargo. Un héroe con un año de garantía y dos vidas de repuesto.
CARTERO ¡No me diga!
CUCHARITA ¡Si le digo! ¡Y ese héroe está en el paquete que Usted dejó ahí afuera, pobrecito!
¡Vaya! ¡Tráigame mi héroe!
CARTERO Lo siento, estoy atado.
CUCHARITA Yo le ayudo...
La doncella saca unas enormes tijeras. En ese momento un soldado hace su ronda de guardia y la
descubre. La doncella las esconde en la torre hasta que el soldado desaparece; luego se las da al
cartero.

CUCHARITA Tome cartero, huya, huya...


Se ve la mano del cartero agarrando las tijeras que le ofrece Cucharita de Miel. Corta las sogas que
lo atan y se escucha que cae estrepitosamente. Tiembla el castillo; los soldados corren por todos
lados y finalmente desaparecen en una acción muy rápida. Las manos del cartero se ven en la
terraza del castillo como si estuviese agarrado; con ellas se ve la gorra del cartero. Luego, se ven
sus manos tratando de forzar, desde dentro, al puente levadizo no lo consigue.

CARTERO ¡La puerta esta cerrada! ¡No puedo salir!


Cucharita de Miel muestra un rollo de papel. Es un plano del castillo. Se lo entrega al Cartero.

CUCHARITA Tome cartero, tome. Con este plano, busque la salida del castillo.¡Rápido,
Cartero!
Las manos del cartero despliegan el mapa.

CARTERO ¡Aquí hay una salida secreta!


Las manos del cartero descubren una puerta en la terraza del castillo. La puerta es diminuta y abre
hacia el público; rechina al abrirse. El cartero simula meterse adentro y desaparece; primero mete
el mapa, luego la gorra y, finalmente, la mano.

CUCHARITA ¡Cartero! ¡Se olvidó la propina! ¡Ay! ¡Pronto estaré liberada! ¡Oh! ¿Cuándo
vendrá mi héroe? Mientras espero... mejor termino de ver la novela en la televisión.
La doncella desaparece en la torre y comienza la Música IV.

4ª ESCENA
Mientras dura la Música IV, el cartero está afuera del castillo, siguiendo diferentes rumbos. La
escena es en penumbras, el castillo se ve desdibujado. El cartero aparece por un costado o, si es
posible, por una trampa del escenario (subiendo desde el piso). Camina sigiloso, mirando el plano
y contando lentamente sus pasos. Finalmente se dirige a la encomienda que brilla bajo una luz
especial. La Música IV finaliza. Entonces, el Cartero desata el paquete y abre la caja con mucho
cuidado. Saca dos personajes, que aparecen de espaldas al público, indefinidos; sólo se aprecia que
de cada uno de ellos cuelga una etiqueta. El cartero toma ambos y elige uno de ellos.

CARTERO ¿Será éste? [Lee la etiqueta del personaje] "Juan Ignacio de los Laureles
Sempiternos, Caballero Inmaculado y Defensor de la Justicia, la Moral y el Civismo"
[Piensa un poco] ¡Debe ser éste!
Música V. El Cartero se coloca al personaje Juan Ignacio en una de sus manos. Además, se atavia
con diversos elementos que saca también del paquete y que él interpreta deben pertenecer a ese
personaje. De este modo, el cartero, oculto por la tapa abierta de la caja, se ha colocado un
sombrero tipo cowboy, un pañuelo al cuello, lleva cartucheras para dos revólveres, una estrellita de
sheriff en el pecho; además saca una larga soga en forma de lazo que enrolla en su mano.
El personaje que se ha calzado el Cartero, Juan Ignacio, es un caballero medieval con sombrero de
penacho, capa y larga espada.
Durante toda la Música V, el Cartero simula ser llevado por Juan Ignacio, a la vista del público,
por los alrededores del castillo. Sus piernas trotan como caballo, su mano libre maneja el lazo, su
cara está enfundada por el pañuelo y Juan Ignacio "tira" del Cartero disfrazado por toda la escena.
Por último ambos desaparecen hacia los fondos del castillo. En las terrazas, un par de soldados
preparan armas e izan banderas de guerra. Se escucha la llegada de un caballo sus cascos frenan y
un sonoro relincho llena la escena.
Juan Ignacio surge por las casas del castillo y se dirige a su terraza; en ese momento, todos los
soldados desaparecen simultáneamente queda sólo en la escena.

5ª ESCENA
Juan Ignacio se mueve y habla "amaneradamente". Se acerca a la ventana de Cucharita de Miel.

JUAN IGNACIO ¡Doncella, bella doncella! ¡He venido a rescatarte! No temas, niña. No
sufras, pequeña. Pronto serás libre, inocente mujercita. Yo soy Juan Ignacio, tu
héroe, tu vasallo, tu esclavo, tu felpudo, tu inodoro.
[Un soldado aparece por los fondos del castillo]
¡Oh, doncella! ¡He aquí un enemigo! No temas, niña. No sufras, pequeña.

Juan Ignacio se enfrenta con el soldado y lo derrota luego de una lucha "cuerpo a cuerpo", sin
armas de ninguna especie. En la batalla, Juan Ignacio repite reiteradamente que él es el héroe y
debe ganar la pelea. Se mueve haciendo giros y simula más ser un bailarín que un gladiador;
persigue al soldado y se hace perseguir por él. Finalmente, luego de un poderoso cachetazo,
arroja el cuerpo del soldado derrotado dentro de un "pozo" que descubre en otra "puerta secreta"
del castillo. El sonido del soldado cayendo es estrepitoso y muy extenso.

JUAN IGNACIO Ya falta poco, pequeña. Ya termino, niña. Pronto serás libre, inocente
mujercita.

Un ruido ensordecedor antecede la aparición de varios soldados que portan una gigantesca jaula,
tapada por una delicada manta de puntillas. El ruido sale de adentro de esa jaula. Los soldados se
apartan un poco, sacan la tela y huyen del lugar. Música VI. Dentro de la jaula hay un poderoso
dragón que puja por salir. Este dragón tiene cuerpo de serpiente, alas de murciélago y cabeza de
tigre. Su cola lleva espinas y la mueve amenazante. Hecha humo por la boca, donde sobresalen
tres filosos dientes.
La escena se llena de una gran humareda, durante la cual se escuchan ruidos metálicos y de
cerrojos que se abren. Se divisa al dragón suelto en la escena; sus alas baten. Juan Ignacio saca la
espada. El dragón se le acerca y lo traga en un sólo movimiento. Se siente cómo lo mastica; el
héroe da pequeños quejidos. El humo desaparece; se ve a los soldados que regresaron con
pantallas y abanicos para despejarlo.
Ahora se ve al dragón durmiendo apaciblemente. Los soldados hacen silencio para no despertarlo
y, como en puntas de pie, se van uno por uno. Entonces se escucha la voz apagada de Juan
Ignacio, desde dentro del dragón.

JUAN IGNACIO No temas, niña. No sufras, pequeña. No ha nacido monstruo que pueda
digerirme. No ha surgido fenómeno que pueda detenerme. Yo soy Juan
Ignacio, tu héroe, y seré libre para que seas libre.
El dragón se despierta con las palabras de Juan Ignacio y eructa suavemente. El héroe lo atraviesa
con su espada formando una puerta en el cuerpo del dragón, con picaporte y marco, y sale de su
cuerpo victorioso.
El dragón, partido por la mitad por "la puerta de Juan Ignacio" lo ataca, furioso. Cada mitad es
vencida por el héroe, quién con movimientos veloces convierte a cada mitad en una serie de valijas
y bolsos, que muestran la misma textura que la piel del dragón.

JUAN IGNACIO Esto es sencillo para mí, pequeña. No llores, niña. Pronto estarás libre,
inocente mujercita.
[Mirando lo que ha quedado del dragón]
¡Vamos! ¡Ya hice las maletas!
[Inspeccionando el lugar. En casi todos los recovecos del castillo surgen
cabe citas de soldados que lo miran con recelo]
¿Acaso hay alguien más?

Una densa melodía surge en el ambiente. Música VII. Se escucha la voz estridente de Ácido
Amargo.

ACIDO AMARGO Yo soy ese más... ¡Te olvidaste de mí! [El Barón hace su aparición]
¡El Barón Acido Amargo!
JUAN IGNACIO Encantado, señor. Yo vengo a rescatar a la dama, y me llamo Juan
Ignacio de a Laureles Sempiter...
ACIDO AMARGO Ya se quien sos, paparulo. Pero conmigo perdiste, cerdo de calesita.
¡El amor me hace invencible!
Música VIII. El Barón y el héroe se trenzan en un feroz y cómico combate que acaba con la
derrota de Juan Ignacio, el cual es arrojado fuera del castillo, por sus fondos. Durante la pelea
vuelan objetos al paso de los contendientes (ropas, cartas de las que llevaba el Cartero, papeles,
entre otras cosas). Cuando finalmente Ácido Amargo ha quedado solo en la terraza, surgen de las
torres y de los techos de las casas gran cantidad de soldados que vivan y vitorean al Barón,
simulando una hinchada de fútbol.

HINCHADA ¡Dale Barón, dale Barón! ¡Dale Barón, dale Barón!


ACIDO AMARGO ¡No, no, nada de eso! No quiero fama. Sólo quiero el amor de Cucharita
de Miel.
[Se dirige a la ventana del castillo, y vuelve a recitar a Gustavo A.
Becker]
Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu
corazón, de su profundo sueño, tal vez despertará...
[Hace una pausa silenciosa]
¿Cucharita de Miel? ¿Querés ser mi novia?
[Cucharita de Miel no sale a su ventana, sólo se escucha su voz]
CUCHARITA No, Acido. Lo nuestro no puede ser. Dejame salir.
HINCHADA ¡Qué la tiren a los chanchos, oh, oh, oh! ¡Qué la tiren a los chanchos, oh,
oh, oh!
ACIDO AMARGO ¡Señores, por favor! ¡Es una dama!
[Dirigiéndose a Cucharita de Miel]
Nunca, nunca. Nunca saldrás, mi amor.
[El Barón sale furioso]

6ª ESCENA
Cuando la terraza ha quedado despejada, Cucharita de Miel vuelve a asomarse a su ventana y
gime, desconsolada. El Cartero, de quien sólo se ve su gorra deambular de aquí para allá, entra en
escena, escapándose de los soldados.

CUCHARITA ¿Y dónde está mi héroe? ¡Que desdichada soy!


[Dirigiéndose al Cartero]
¡Usted tiene la culpa, cartero!
CARTERO ¿Yo? ¿Qué hice yo?
CUCHARITA ¿Qué me trajo, tonto?
CARTERO Le traje lo que me pidió un héroe.
CUCHARITA Ese era un héroe antiguo; y los antiguos, ya no sirven para nada. Una
don-
cella como yo precisa otro tipo de héroe... Digamé ¿en la encomienda no
había otro héroe por casualidad?
CARTERO Si, me parece que sí.
CUCHARITA ¡Perfecto! ¡Ese es el que necesito! Seguro que Usted agarró el héroe de
repuesto. ¡Vaya! ¡Vaya, cartero! ¡Tráigame mi héroe!
CARTERO Pero Cucharita, me están persiguiendo los soldados y perdí el plano, no
se cómo salir de acá adentro...
CUCHARITA No se preocupe, cartero. Tome esto.
[Cucharita de Miel le entrega una cassette]
Escuche esta cinta, contiene quince lecciones prácticas para salir de un
castillo...
CARTERO ¡Gracias!
Se ven las manos del Cartero tomando la cassette; luego, desaparece por otra puerta secreta en la
terraza del castillo. CUCHARITA queda sola en la escena.

CUCHARITA ¡Ay! ¿Cuándo vendrá mi héroe? Será mejor que me abrigue un poco.
Pronto estaré afuera y no es cuestión de que me pesque un resfriado.
Cucharita de Miel desaparece en su torre y comienza la Música IX.

7ª ESCENA
Esta parte es similar a la 4ª Escena. Durante toda la duración de la Música IX, se ve al cartero
fuera del castillo, siguiendo diferentes rumbos. Una luz lo sigue por toda la escena sólo está
iluminado este personaje, que lleva puestos un par de auriculares y simula estar escuchando las
"lecciones" de la casete de Cucharita de Miel.
El castillo ha quedado oscurecido. Finalmente se dirige nuevamente a la encomienda, otra vez
iluminada. Finaliza la Música IX. El cartero se abalanza sobre el paquete y comienza a revolver la
caja. Lo hace torpemente vuelan diferentes elementos, como calcetines, ollas y otros artículos
absurdos. Saca el otro personaje.

CARTERO ¿Será éste el héroe de Cucharita? [Lee la etiqueta del personaje] "Doctor Profesor
Ingeniero Licenciado Robert Gomez" [Piensa un poco] ¡Debe ser éste!

Música X. El Cartero se ha colocado a Goméz en una de sus manos; pero además, se ha colocado
diversos elementos que también ha encontrado en el paquete y que él, una vez más, interpreta
deben pertenecer a ese personaje. Así, el cartero, oculto por la tapa de la caja, se pone un
pasamontaña que sólo deja ver sus ojos, ha colocado varios cartuchos de "dinamita" en sus
bolsillos, con un radiotransmisor masculla algunas palabras incomprensibles, etc. La apariencia
del cartero cambia completamente se ha transformado en una especie de "espía". Goméz, por su
parte, se trata de un típico señor inglés, con sombrero bombín y paraguas; lleva saco de levita,
camisa de cuello duro y una hermosísima corbata de colores.
Mientras dura la Música X, el Cartero simula ser llevado por Goméz. Su movimiento es sigiloso.
En una mano porta a Goméz, en la otra ha doblado sus dedos como si llevase una pistola. Como en
la 4ª escena, el Cartero desaparece en los fondos del castillo.
De pronto, se ve a Goméz entrar a la terraza, aparece y desaparece por todas las aberturas del
castillo. En cada aparición, Goméz coloca una especie de "bomba" que simula estar a punto de
estallar. Varios soldados también aparecen y desaparecen por las aberturas, conformando una
coreografía absurda y divertida Goméz pone bombas y, detrás suyo, un soldado las quita o las
apaga. Por último, Goméz queda sólo en la escena.

8ª ESCENA
Goméz habla fundamentalmente con un lenguaje numérico repite cifras y valores. Se dirige a la
ventana de Cucharita de Miel.

GOMÉZ ¿Cucharita? Soy yo, el treinta y tres. ¿Entendiste, cuatrocientos? ¡Siete y veinte!
¡Siete y veinte!
[Cucharita de Miel le responde desde su torre, sin aparecer]
CUCHARITA Ya te escuché. Esperá la propaganda, ya voy...

Un soldado se acerca por detrás y atrapa a Goméz. Simultáneamente sube a escena,


mecánicamente, una caja de controles (son comandos con luces, palancas y botones). Goméz,
forcejando con el soldado, alcanza esos comandos y logra accionar una de sus palancas.
Entonces, un par de catapultas se levantan rápidamente y atrapan al soldado por ambos perfiles,
bajo un poderoso estruendo.
Goméz queda liberado y separa las catapultas; al hacerlo encuentra que el soldado ha quedado
"aplanado" es un disco que mantiene el dibujo bidimensional del soldado. Goméz lo agarra y lo
arroja fuera del castillo con movimientos atléticos.
Goméz festeja su victoria gritando una larga sucesión de números. Inmediatamente surge otro
soldado que lleva espada, lanza, casco de combate y escudo; es un poco más grande que los
demás. Goméz no se inmuta; rápidamente abre una puerta secreta y extrae de ella una linterna.
El soldado se le aproxima y Goméz le apunta con la linterna. Ya lo tiene encima cuando Goméz
acciona su arma. Al iluminarlo, el cuerpo del soldado se desvanece instantáneamente y sólo
quedan sus ropas. Goméz las levanta, se suena la nariz con ellas y luego las arroja fuera del
castillo. Vuelve a vociferar cifras, ahora como si fuese un niño cantor de la lotería.
Comienza la Música XI. Con ella se inician dos acciones simultáneas: (1) Se arma un gran
ejército. Las terrazas, techos y torretas del castillo se empiezan a llenar de soldados, formando un
batallón armado con escudos y lanzas; los soldados desfilan, cambian de posición y arman
figuras en formación. Los soldados gritan y vociferan en un idioma incomprensible. (2) Al notar
la presencia del ejército, Goméz comienza a armar un "aparato" se trata simplemente de un
enchufe eléctrico hay cables, fichas y chispas.
Cuando la Música XI termina, un soldado del ejército se separa de la formación, acercándose a
Goméz.

SOLDADO ¡Ultimatúm!
GOMÉZ ¡Siete y veinte! ¡Nunca! ¿Ultimatúm? ¡Cuarenta y dos! ¡Arma secreta
nuclear!
El soldado retrocede y se une al ejército. Todos se colocan en formación de ataque. Goméz saca su
nueva arma. Se trata de un secador de cabello. Se produce una gran pelea, en donde los soldados
son literalmente soplados por el secador de Goméz hacia todas partes del castillo, provocando una
gran conmoción. Durante la refriega vuelan telas, utensilios y toda una infinidad de cosas absur-
das. Finalmente, Goméz vuelve a quedar solo en la escena.
GOMÉZ ¡Siete y veinte! ¡Cucharita, ciento dos!
[Goméz busca por todas partes]
No más enemigos... ¡Vamos! Cuatro, tres, dos... ¡uno!
[La Música VII vuelve a escucharse. La voz estridente de Ácido Amargo
llena todo el castillo].
ACIDO AMARGO "Uno" que te va doblar en ocho, chupa números... ¡Te olvidaste de mí!
[El Barón aparece]
¡Yo, el Barón Acido Amargo!
GOMÉZ ¿Cuarenta y uno...?
ACIDO AMARGO No, tengo treinta y ocho, el cuello te abrocho.
GOMÉZ ¡Arma secreta nuclear!
ACIDO AMARGO Conmigo perdiste, regla de cálculo. ¡El amor me hace invencible!

Vuelve a escucharse la Música VIII. Goméz intenta "soplar" al Barón con el secador de pelo, pero
el Barón resiste y alcanza a desenchufar el arma del héroe, que queda desprotegido. Goméz lo
ilumina con la linterna, pero el Barón coloca un espejo devolviéndole la luz Goméz, entonces,
suelta la linterna. Finalmente se accionan las catapultas, pero Ácido Amargo esquiva el golpe y
empuja a Goméz, quien queda atrapado en el artefacto al mismo tiempo que suena una gran
explosión. Esta última escena es rápida de modo que no se sepa exactamente quién de los dos ha
caído en la trampa de las catapultas; finalmente se ve que surge, victorioso, el Barón Ácido
Amargo. En ese momento, aparecen en las torres y en los techos de las casas del castillo gran
cantidad de soldados que vivan y vitorean al Barón, simulando una hinchada de fútbol.

HINCHADA ¡Dale Barón, dale Barón! ¡Dale Barón, dale Barón!


Mientras tanto, Ácido Amargo toma el "disco" en que ha quedado convertido Goméz y lo arroja
fuera del castillo. Luego se dirige a la hinchada.

ACIDO AMARGO ¡No, no, nada de eso! No quiero fama. ¡Yo quiero otra cosa!

9ª ESCENA
Cucharita de Miel se asoma tímidamente a la ventana. Gime y limpia sus lágrimas. Ácido Amargo
se ubica en la torre opuesta.

CUCHARITA ¿Y dónde está mis héroes?


ACIDO AMARGO Todos han sido derrotados, manzanita de caramelo.
CUCHARITA Acido, no seas tan amargo. Dale, dejame salir, no podemos ser novios.
[Los interrumpe la Hinchada]
HINCHADA ¡Borom bom bom! ¡Borom bom bom! ¡Ella es la novia del gran Barón!
ACIDO AMARGO ¡Basta muchachos! ¿No ven que se va a poner colorada?
[A Cucharita de Miel]
Pero, chocolatín mío, claro que podemos ser novios...
CUCHARITA ¡No! Vos no me querés...
HINCHADA ¡El la quiere! ¡El la quiere!
ACIDO AMARGO ¡Silencio, muchachos! Pero, claro que te quiero, mi queso y dulce.
CUCHARITA ¡Mentiras! Si me querrías, me dejarías salir de acá.
HINCHADA ¡Qué la deje! ¡Qué la deje!
ACIDO AMARGO ¡Silencio! Eso nunca, Cucharita, nunca. Si te dejo salir, te vas a ir y yo...
Yo me moriría de pena...
CUCHARITA ¡Pero es la revés!
ACIDO AMARGO ¿Cómo decís?
CUCHARITA Si me dejás salir, comprenderías porqué lo nuestro no puede ser.
ACIDO AMARGO ¡No! ¡No quiero entender nada! Sólo quiero un besito...
HINCHADA ¡Qué la deje! ¡Qué la deje! ¡Qué la deje! ¡Qué la deje!
CUCHARITA Dale, Acido, dejame salir.
HINCHADA ¡Qué la deje! ¡Qué la deje! ¡Qué la deje! ¡Qué la deje!
CUCHARITA Dale, Amargo, dejame salir.
HINCHADA ¡Qué la deje! ¡Qué la deje! ¡Qué la deje! ¡Qué la deje!
ACIDO AMARGO ¡Silencio! ¡Está bien! ¡Salí nomás! Pero sólo un ratito.
HINCHADA ¡Borom bom bom! ¡Borom bom bom! ¡Es un gran tipo, nuestro Barón!
ACIDO AMARGO ¡Basta, muchachos! ¡Centinelas! ¡Abran la puerta de la torre de la
doncella!
Un par de soldados se acerca hasta la torre de Cucharita de Miel. Quitan un candado enorme y
metros de cadenas. Finalmente, se escucha cómo se abre una puerta. Cucharita de Miel deja la
ventana y sale por detrás de la torre; se reúne con Ácido Amargo.

ACIDO AMARGO ¡Muy bien! ¡Ahora explicame todo!


CUCHARITA Pero, Acido, todavía no... Todavía no salí del todo...
ACIDO AMARGO ¿Cómo?
CUCHARITA ¡Claro! Para salir, tenés que abrirme el puente levadizo...
ACIDO AMARGO ¡No! No, no, no. ¡Eso sí que no! ¡De ninguna manera!
HINCHADA ¡Qué lo abra! ¡Qué lo abra!
CUCHARITA Dale, baroncito, dejame salir...
ACIDO AMARGO ¡Está bien! ¡Centinelas! ¡Qué abran el puente, para que salga la
doncella!
HINCHADA ¡Borom bom bom! ¡Borom bom bom! ¡Es un gran tipo, nuestro Barón!

Comienza la Música XII. El puente levadizo baja lentamente, con sonidos de cadenas e hierros
retorciéndose. Por la puerta que ahora queda visible, aparece primero Cucharita de Miel y, detrás,
su Titiritera, quien la porta enfundada. Ambas están vestidas de modo semejante. Cucharita y la
Titiritera se ubican por fuera del retablo, es decir, la Titiritera de espaldas al público y la doncella
de perfil, contra las terrazas del castillo. El Barón Ácido Amargo reacciona violentamente y toma
una lanza; algunos soldados han aparecido. Gran confusión.

ACIDO AMARGO ¡Un mamífero! ¡Un monstruoso mamífero! ¡Preparen las armas!
TITIRITERA ¿Qué dice este tipo?
CUCHARITA [A la Titiritera] Dejá, yo le explico todo.
[A Ácido Amargo] ¿Ves? ¿Ves?
[Ácido Amargo asiente asustado]
Yo no soy sólo lo que vos veías de mí... [Señala a su Titiritera]
Está ella también... Y adónde yo voy, viene ella. Y adónde va ella, seguro
que voy yo. Somos muy unidas... Estamos muy juntas... ¿Entendés?
¿Te das cuenta ahora porqué lo nuestro no puede ser, Barón?
ACIDO AMARGO Me doy cuenta...
TITIRITERA Vamos, Cucharita, se me hace tarde.
CUCHARITA No te enojés, Acido. La vida es así. Quizás en otro cuento podamos estar
juntos...
ACIDO AMARGO Cucharita, yo...
TITIRITERA ¡Vamos! [Jala con fuerza de Cucharita de Miel]
ACIDO AMARGO ¡Señora, dejelá un rato más!
TITIRITERA ¡Imposible! ¡Vamos!
CUCHARITA Adiós Acido... Adiós, mi amor invencible...
La Titiritera saca de cuadro a Cucharita de Miel; mientras se alejan discuten acaloradamente, sin
que se entiendan sus palabras. Cucharita llora por su amor perdido y la Titiritera le explica que ya
deben irse. En el castillo se han asomado todos los soldados, el dragón (con vendas por las heridas
recibidas) y también los héroes (que pelean un lugar para observar mejor la escena). Presencian en
silencio cómo el Barón Ácido Amargo se lamenta por su amada con profundos suspiros. De
repente, todo cambia, Ácido Amargo llama desesperadamente a Cucharita de Miel.

ACIDO AMARGO ¡Cucharita de miel, amore mío!


Cucharita de Miel entra rápidamente a cuadro, arrastrando con fuerza a la Titiritera.

CUCHARITA ¿Qué? ¡Qué! ¿Qué? ¡Qué! ¿Qué, baronazo, qué?


ACIDO AMARGO Yo... yo...
CUCHARITA ¡Vos qué...!
ACIDO AMARGO Yo también no soy...
CUCHARITA ¿Qué?
ACIDO AMARGO A mi también me ponen una mano en ...
[Ahora se dirige a todos los curiosos que lo observan desde el castillo]
¡Fuera todos ustedes! Esta es una conversación privada...
[Dirigiéndose a Cucharita de Miel]
Quiero decir, alguien me...
CUCHARITA ¡Qué!
ACIDO AMARGO Que yo tampoco soy sólo lo que vos ves de mí. Hay algo más, digo
"alguien" más... [Señala a su Titiritero] Mejor de lo explico afuera,
esperame...
[Cambiando el tono de voz]
¡Centinelas, dejen paso! Va a salir el Barón Ácido Amargo...
Ácido Amargo desaparece de la terraza del castillo; se escuchan sus pasos bajando por una esca-
lera. Inmediatamente aparece por la puerta aún abierta que da al puente levadizo. Su salida es
brusca y enérgica, casi un porrazo.
El Titiritero que lleva al Barón es arrastrado por éste y queda de rodillas sobre el puente levadizo,
de frente a la Titiritera que sostiene a Cucharita de Miel.
Los soldados y demás personajes vuelven a asomarse por diferentes partes del castillo y siguen los
acontecimientos con suaves movimiento y cuchicheos. Ácido Amargo se acerca a Cucharita de
Miel, quien se agacha un poco para hablarle.
Ambos Titiriteros inician cierta interrelación con sus miradas.

ACIDO AMARGO ¿Ves? Yo también voy acompañado. Siempre tengo que ir adónde él me
lleva.
Y adónde quiero ir yo, él siempre viene conmigo. Es así, no me lo puedo
sacar de encima, es un mamífero...
CUCHARITA Ácido, que contrariedad...
ACIDO AMARGO ¡No! ¡Al contrario! Yo pensé que... Yo decía que...
CUCHARITA ¿Qué?
ACIDO AMARGO En fin, que si nosotros queremos estar juntos... ¡Ellos van a estar juntos...
y
listo!
CUCHARITA ¿Te parece?
ACIDO AMARGO ¡Si!
Cucharita de Miel le dice algo al oído de la Titiritera y simultáneamente, Ácido Amargo le habla al
oído a su Titiritero. Finalmente, el Titiritero se levanta y se presenta a la Titiritera. Le da un beso
en la mejilla. Ácido Amargo intenta lo mismo con Cucharita de Miel.

CUCHARITA ¡Esperá! ¡Ahora no! ¡Esperá el final de la historia!


ACIDO AMARGO ¿Y cuando es el final de la historia?
[Cucharita de Miel acerca su cara al Ácido Amargo]
CUCHARITA ¡Ahora mismo!
[Son interrumpido por la voz del cartero que surge desde del
castillo]
CARTERO ¡Un momento! ¡Esto no termina así!
Los Titiriteros y sus personajes, fuera del castillo, se ubican en un costado, tomados de la mano.
Comentan la interrupción y hacen conjeturas. La escena se ilumina a pleno.

ACIDO AMARGO ¡Otro mamífero! ¿Y éste quién es?


TITIRITERA Seguro que es un intruso...
TITIRITERO Alguien del público...
CUCHARITA No, es el cartero del barrio...
El Cartero sale por el puente levadizo pero ahora está vestido como un antiguo cantante de tangos
sombrero de ala, pañuelo y saquito corto con ribetes. Camina haciendo firuletes y se dirige hacia el
bandoneón.

CUCHARITA ¡Cartero!
CARTERO ¡Ya no soy el cartero! ¡Yo era el cartero!¡Ahora soy el héroe del tango!
Y para demostrártelo, piba, te voy a interpretar un valsecito para que
baile con… su media naranja... ¡Ese es un final para esta historia!
El Cartero se acomoda y ejecuta un breve valsecito con el bandoneón. Durante el mismo, los
titiriteros bailan tomados y los títeres también. En cada vuelta del vals se van alejando del castillo
hasta desaparecer por completo; la luz va recortándose simultáneamente y concentrándose en el
Cartero. Cuando las parejas han salido de escena, se escuchan los últimos acordes del bandoneón;
la luz se apaga y cae el telón

You might also like