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DE LA VEGA
Nuevos Tiempos, Nuevas Ideas
MODALIDAD A DISTANCIA
ASIGNATURA FUNDAMENTOS
EPISTEMOLÓGICOS DE LAS
CIENCIAS SOCIALES
CICLO I
CODIGO FE13230128630
OPE
SEMESTRE 2011 – II
INDICE
Introducción………………………………………………………………………………..3
Capítulo 1
EPISTEMOLOGÍA
Capítulo 2
Fundamentos teóricos…………………………………………………………………..23
Los instintos de la vida…………………………………………………………………..24
Teoría freudiana del determinismo psíquico………………………………………….25
Teoría de los sueños de Freud…………………………………………………………27
Etapas del desarrollo psicosexual……………………………………………………..28
Citas bibliográficas
Conclusiones
Recomendaciones
Bibliografía
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FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS
DEL PSICOANALISIS FREUDIANO
INTRODUCCIÓN
El contexto social, político y religioso (por sus raíces culturales judías) influyeron
enorme y decisivamente en sus estudios y métodos de trabajo personal y en la
elaboración de su teoría.
del espíritu de dudoso origen. Incluso es más consistente que Wundt quien
termina por aceptar el dualismo y sufre entonces a manos de Haeckel la
acusación de haber traicionado el monismo. Por tanto una sola fuerza operará
en el psiquismo: la naturaleza de dicha fuerza es físico-química. Habla repetidas
veces de la química de las pulsiones afiliándose a la química de Lavoisier, es
decir la química mineral. Rechaza con vehemencia toda necesidad de una
psicosíntesis como postulaba Janet, mostrando que lo fundamental es el análisis,
ya que es lo que permite descomponer y comprender.
Sostiene - de acuerdo con lo señalado por Du Bois Reymond cuando se hace
cargo de la rectoría de la Universidad de Berlín - el límite absoluto del
conocimiento. Evoca la autoridad kantiana sosteniendo que el objeto del
psicoanálisis no es sino "la cosa en sí", la que a su vez es "tan desconocida como
la realidad del mundo exterior". Se afilia por tanto al agnosticismo otro de los
fundamentos de su pensamiento. Participa junto con Mach de la generación que
sigue a los grandes pensadores; éste último estaba investigando la continuidad
entre la física y la psicología, es decir, cómo establecer esta relación entre las
sensaciones (lo físico) y lo psíquico.
Además en aquel momento surge "una psicología sin alma", o sea conforme a las
ciencias de la naturaleza, renunciando a las especulaciones metafísicas sobre al
alma. Por esto el agnosticismo es fundamental como postulado para una
psicología científica de este tipo. Cuando Freud plantea que el objeto de estudio
del Psicoanalisis es el inconsciente y que este es "la cosa en sí", utilizando
términos kantianos, reconociendo en ello a lo incognoscible entra en estos
parámetros, pero Freud no se va a conformar con ese aval agnosticista, sostiene
que esos procesos inconscientes se traducen en los fenómenos, constituyendo
una transobjetividad que requieren un procedimiento de conocimiento específico:
la metapsicología. Citando a Assoun, "Tomemos nota simplemente de que el
trabajo de construcción metapsicológico se requiere para superar en el fondo la
contradicción entre la exigencia fenomenal inherente al Psicoanálisis,
Naturwissenschoft, y la transobjetividad que trata. Esto significa que con la
metapsicología se nombró la identidad epistemológica freudiana".
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Sigmund Freud logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad
normal y anormal, y que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la
historia, la educación, la antropología y las artes.
La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue
el estudio de la histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas
histéricos dependían de conflictos psíquicos internos reprimidos y el tratamiento
de los mismos debía centrarse en que el paciente reprodujera los sucesos
traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. La técnica utilizada en
principio para ello fue la hipnosis.
Llegó a la convicción de que el origen de los trastornos mentales está en la vida
sexual y que la sexualidad comienza mucho antes de lo que en aquellos
momentos se pensaba, en la primera infancia. La afirmación de la existencia de la
sexualidad infantil produjo muchas críticas y oponentes a su teoría.
Más tarde introduce otra técnica de tratamiento: la asociación libre. Al principio era
paralela al uso de la hipnosis, pero esta última técnica la acaba desechando por
considerarla menos efectiva. En las asociaciones libres el paciente expresa sin
censuras todo aquello que le viene a la conciencia de forma espontánea.
Capítulo 1
EPISTEMOLOGÍA
¿QUÉ ENTENDEMOS POR EPISTEMOLOGÍA?
Por ello, además del estudio más tradicional del "contexto de justificación", de
indiscutible significación, es importancia agregar otras dimensiones al análisis
epistemológico, como la “epistemología histórica”. Destaquemos en primer lugar lo
que el mismo Reichenbach denominaba el "contexto de descubrimiento" y que,
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Los tres planos que hemos mencionado se hallan pues, fuertemente imbricados
conformando una compleja red de articulaciones e interdependencias. Todos
tienen una importancia inusitada para el proceso de producción de conocimiento
psicoanalítico, en la medida que cualquiera de ellos puede, en forma alternativa,
convertirse en un momento en centro de la mirada del investigador y generar
reflexiones.
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LA TESIS FISICALISTA
El tipo de relación que se establezca entre dichas series será tal, que al fijar las
propiedades de la base de superveniencia se estará fijando, al mismo tiempo, las
propiedades de lo superveniente. En palabras de Chalmers:
mental suponga que tal propiedad sea física también. En este estado de cosas, las
propiedades mentales serían reducibles a las físicas.
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Finalmente, el fisicalismo tipo “C” abarca las perspectivas dualistas. Según éstas,
las propiedades mentales son propiedades naturales, y, consecuentemente, no se
podrían deducir lógicamente de las propiedades físicas. En efecto, se trata de una
tesis no reductiva de los fenómenos mentales. En este punto, se acuerda con el
fisicalismo tipo “B”. Su separación reside en que, a diferencia de aquel, el
fisicalismo tipo “C” concibe los estados mentales como hechos ontológicamente
diferentes de los físicos. En este sentido, la afirmación ontológica fisicalista es
considerada falsa.
De modo que Freud fue un materialista de principio a fin. Incluso a veces pecó por
un exceso de entusiasmo en relación a las ciencias biológicas. Pero la puesta en
práctica del método analítico con sujetos humanos le había reservado algunas
sorpresas que, en un primer momento, lo desconcertaron. Una de esas sorpresas
fue encontrar, entre las asociaciones de los sujetos sometidos al método analítico,
una gran cantidad de pensamientos, organizados según temas y en series, que
pronto convirtieron al explorador del inconsciente en una suerte de etnólogo en
país extranjero. Entonces se hacía necesaria una generalización aún mayor que la
modelización metapsicológica, lo que dio lugar a aquello que podría designarse
como una antropología psicoanalítica. Pero la principal sorpresa fue, sin ninguna
duda, el fenómeno de la transferencia. Este fenómeno primero fue recibido por
Freud como algo indeseable, algo perjudicial para el desarrollo, que había creído
bien pautado, de los análisis. En un escenario típico -aunque bastante
simplificado- de transferencia, los pacientes, en lugar de atenerse a la persecución
de las metas que se habían fijado al venir a hacer un análisis, de pronto solo
muestran interés por la persona del analista. A través de sus producciones en
sesión intentan complacer al analista para ser queridos `por él. Enseguida vemos
por qué esta segunda sorpresa es la más importante: en lo sucesivo, los mismos
hallazgos que hace un momento nos hacían ver al analista como un etnólogo en
país extranjero, de pronto se vuelven sospechosos, como producto de la
complacencia del paciente con respecto al terapeuta. Lo que vengo de llamar
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Tales hechos se elaboran de una u otra manera por el aparato psíquico, dejando
en la esfera de lo inconsciente las temáticas pulsionales rechazadas, más o
menos conectadas con experiencias de naturaleza psicotraumática ocurridas en
las primeras relaciones objetales. Ello conlleva la presencia de una cierta cantidad
de energía libre, que es invertida en la organización de determinados productos
caracteriales y conductuales, ya normales, ya patológicos, propiciando así la
adaptación o la desadaptación. En el momento del encuentro clínico
psicoanalítico, este conjunto de elementos psíquicos sufre una nueva y peculiar
reelaboración en la mente del sujeto, con la participación o no de ingredientes
objetivos procedentes de la interacción clínica, lo que lleva a su expresión en los
llamados fenómenos transferenciales, el campo genuino del trabajo psicoanalítico.
El psicoanalista, por ello, no sólo está interesado por la interacción real o
fantaseada que tuvo lugar entre el sujeto y sus padres en la infancia y por eventos
puntuales que pudieran haber traumatizado psíquicamente al individuo, así como
por el esclarecimiento de los deseos que en tales circunstancias pudieron
movilizarse y entraron en conflicto con los controles normativos superyoicos (que
en gran parte proceden del entorno cultural), sino sobre todo por lo que aparece
en la relación dada por el aquí y ahora del encuentro psicoanalítico.
que alteran al sujeto, de forma que el llamado proceso secundario podrá tomar el
dominio donde era el dueño el proceso primario.
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para transmitirlo después, el significado profundo que todo ello ha tenido y tiene
para el sujeto, significado que éste, por la acción de sus defensas inconscientes,
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desconoce, gracias a lo que evita la angustia que el percatarse del mismo traería
aparejado.
caso han de ser reconstruidos y descritos a la luz de una teoría, la tarea de uno y
otro es inviable. La operatividad de esta labor se torna mayor, además, cuando se
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da una evidencia acumulativa, que puede referirse tanto al caso individual como al
conjunto de objetos o sujetos que comparten la misma característica. Por esta vía
se facilita la superación de lo idiográfico, accediéndose a un escalón más alto de
la ciencia, lo nomotético.
Tal como afirma Suárez, Ricoeur ha llevado a cabo un trabajo lúcido, riguroso y
honesto para fundamentar epistemológicamente el psicoanálisis, contrastando el
valor del discurso freudiano a la luz de la hermenéutica. Para Ricoeur el avance
epistemológico central del psicoanálisis freudiano es que supera lo energético por
medio de lo hermenéutico, gracias a lo que lo físico se abre a lo psicológico. Este
hecho constituye, justamente, la razón de ser del psicoanálisis, en donde la
energética pasa por una hermenéutica y ésta describe una energética.
y la explicación históricas.
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La hermenéutica psicoanalítica, por otra parte, no tiene como objetivo final la mera
comprensión intelectual de contenidos simbólicos, como acontece en las
tradicionales ciencias del espíritu, sino que su meta principal está en lograr que el
sujeto alcance una autocomprensión saturada de afectos (insight): no basta, e
incluso desde el punto de vista terapéutico es inútil, que el psicoanalista proponga
un significado del acto o del contenido mental y que el analizado lo acepte
intelectualmente, puesto que es imprescindible que éste, superando las barreras
de las defensas/ resistencias, tenga ocasión de experimentar el ¡ah! cognitivo y
afectivo que indica que su yo ha alcanzado la total comunicación con contenidos
antes inaccesibles.
FUNDAMENTOS TEÓRICOS
El psicoanálisis es una tradición humana, nacida en las mentes, los corazones, los
conflictos personales y las luchas interpersonales de sus fundadores y
contribuyentes. Así pues el psicoanálisis es un conjunto de teorías y una disciplina
creada en principio para tratar, enfermedades mentales, basada en la revelación
del inconsciente. El psicoanálisis busca ser también:
Preconsciente. Éste forma parte del inconsciente, aun cuando se trate de una
parte que fácilmente puede tornarse consciente. Contiene elementos que vienen
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Está cargado de energía, se observa indirectamente por los sueños, actos fallidos
y asociación libre. Tiene un modo propio de actuar que se distingue por ausencia
de cronología, ausencia de contradicción, lenguaje simbólico, igualdad de valores
para la realidad interna y externa (con predominio de la interna) y por el
predominio del principio del placer. Son los fenómenos que se escapan a la
conciencia y difícilmente pueden penetrar en ella (representado por el mundo de
los símbolos). Cuando un pensamiento o sentimiento consciente no parece
guardar relación con los sentimientos y sentimientos que le preceden, hay
conexiones reales pero inconscientes. Dentro del inconsciente hay elementos
instintivos que nunca han sido conscientes y a los que la conciencia nunca podrá
acceder.
Las fuerzas instintivas que rigen el comportamiento humano, Freud las distinguen
y las llama:
Una parte del cuerpo lo constituye el sistema nervioso, del que una de sus
características más prevalentes es la sensibilidad que posee ante las necesidades
corporales. En el nacimiento, este sistema es poco más o menos como el de
cualquier animal, una “cosa”, o más bien, el Ello. El sistema nervioso como Ello,
traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas motivacionales llamadas pulsiones
(en alemán “Triebe”). Freud también los llamó deseos. Esta traslación de
necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso primario.
El yo surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello de
acuerdo con el mundo exterior, a la vez que trata de conciliarse con las exigencias
del superyó. El yo evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario de
este y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los
impulsos del ello de una manera apropiada en el mundo externo. Usa el
pensamiento realista característico de los procesos secundarios. Como ejecutor
de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las
del mundo de la realidad, las del ello, y las del superyó, el yo tiene que conservar
su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.
Por ejemplo: cuando hace calor y una persona tiene sed, su "ello" le impulsará a
tomar algo frío y beberlo. No le importará el modo de obtener la bebida, sólo saciar su
sed.
Ego (Yo): Cumple varias funciones en relación con los mundos exterior e interior.
Es la parte de la psique que mantiene contacto con la realidad externa. Coordina los
impulsos (ello) y hace que se puedan expresar en el mundo externo. Se rige por el
principio de la realidad. Se distingue entre:
1. Función sintética del yo o función homeostática (coordinar entre ello y súper yo);
2. El examen y sentido de la realidad (comprobar la real existencia de los objetos).
El "yo", surge a causa de las limitaciones del "ello" en sus interacciones con el mundo
real. Con el aprendizaje y la experiencia, el individuo desarrolla las capacidades del
pensamiento realista y la capacidad de adaptarse al ambiente. Funciona a partir del
principio de la realidad.
El "ego" es donde se generan las acciones del individuo para dar respuesta a los
impulsos y motivos del subconsciente.
Por ejemplo: aunque el "ello" del hambriento le estimule a quitarle la comida a su amigo,
su "yo" razonará que, si se la pide, quizá se tarde más tiempo, pero a cambio obtendrá
una porción mayor.
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Superego (Superyo): Hace las veces de juez o censor de las actividades y reflexiones
del Yo.
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Autoobservación,
Conciencia moral,
Censura onírica,
Represión, y
Enaltecimiento de los ideales.
Por ejemplo: no fumar en los hospitales, ceder el paso a las señoras o el asiento a los
ancianos.
Freud decía que los sueños son una forma de realizar deseos y que muchos
deseos son el resultado de deseos sexuales reprimidos o frustrados. En su
opinión, la ansiedad que rodea dichos deseos hace que algunos sueños se
conviertan en pesadillas.
Freud mantiene que todos los sueños representan la realización de un deseo por
parte del soñador, incluso los sueños tipo pesadilla. Hay sueños negativos de
deseos, donde lo que aparece es el incumplimiento de un deseo.
La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal y cuya finalidad
última es precisamente la supresión de dicha tensión.
Para Freud la pulsión sexual es la fuerza motivacional más importante. Éste creía
que esta fuerza no era solo la más prevalente para los adultos, sino también en los
niños, e incluso en los infantes. Cuando Freud presentó sus ideas sobre
sexualidad infantil por primera vez, el público vienés al que se dirigió no estaba
preparado para hablar de sexo en los adultos, y desde luego menos aún en los
niños.
Freud observó que en distintas etapas de nuestra vida, diferentes partes de la piel
que nos daban mayor placer. Más tarde, los teóricos llamarían a estas
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áreas zonas erógenas. Vio que los infantes obtenían un gran monto de placer a
través de chupar, especialmente del pecho. De hecho, los bebés presentan
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una gran tendencia a llevarse a la boca todo lo que tienen a su alrededor. Un poco
más tarde en la vida, el niño concentra su atención al placer anal de
retener y expulsar. Alrededor de los tres o cuatro años, el niño descubre el placer
de tocarse sus genitales. Y solo más tarde, en nuestra madurez sexual,
experimentamos un gran placer en nuestras relaciones sexuales. Basándose en
estas observaciones, Freud postuló su teoría de los estadios psicosexuales.
El psicoanálisis establece una serie de fases a través de las cuales se verifica el
desarrollo del sujeto. Desde el punto de vista de dichas fases, los conflictos
psíquicos - y su posibilidad de resolución- dependerán del estancamiento de una
fase (fijación) o del retorno a una fase precedente (regresión). De ahí que esta
teoría implique un concepto dinámico sobre lo psíquico.
Etapa Fálica: Comprende desde los tres o cuatro años hasta los cinco, seis o
siete años. El foco del placer se centra en los genitales. La masturbación a estas
edades es bastante común. En este momento, las pulsiones parciales de fases
precedentes se concretan en una cierta primacía de lo genital. Es la primera
organización libidinal del niño respecto al caos de las pulsiones parciales
anteriores (orales-anales), que se completará en la pubertad.
Etapa de la Latencia: Dura desde los cinco, seis o siete años de edad hasta la
pubertad, más o menos a los 12 años. Durante este período, Freud supuso que
la pulsión sexual se suprimía al servicio del aprendizaje. Debo señalar aquí, que
aunque la mayoría de los niños de estas edades están bastante ocupados
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con sus tareas escolares, y por tanto “sexualmente calmados”, cerca de un cuarto
de ellos están muy metidos en la masturbación y en jugar “a los médicos”.
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En los tiempos represivos de la sociedad de Freud, los niños eran más tranquilos
en este período del desarrollo, desde luego, que los actuales.
feminista sobre las ideas de género de Freud será, en este sentido, implacable.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
CONCLUSIONES
Que Sigmund Freud es influenciado por las enseñanzas de Charcot, quien explicó
las posibilidades de cura de la histeria.
Que el contexto social, político y religioso (por sus raíces culturales judías)
influyeron enorme y decisivamente en sus estudios y métodos de trabajo personal
y en la elaboración de su teoría.
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Sigmund Freud logró formular una teoría psicológica que abarcaba la personalidad
normal y anormal, y que incidía en todos los campos del saber: la sociología, la
historia, la educación, la antropología y las artes.
La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue
el estudio de la histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas
histéricos dependían de conflictos psíquicos internos reprimidos y el tratamiento
de los mismos debía centrarse en que el paciente reprodujera los sucesos
traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. La técnica utilizada en
principio para ello fue la hipnosis.
Se rige por el principio de realidad y actúa como intermediario entre el ello y la otra
instancia del aparato psíquico; y el superyó, que representa las normas morales e
ideales.
A lo largo del desarrollo, la actividad erótica del niño se centra en diferentes zonas
erógenas. La primera etapa de desarrollo es la etapa oral, en la que la boca es la
zona erógena por excelencia, comprende el primer año de la vida. A continuación
se da la etapa anal, que va hasta los tres años. Le sigue la etapa fálica, alrededor
de los cuatro años, en la que el niño pasa por el "complejo de Edipo". Después de
este período la sexualidad infantil llega a una etapa de latencia, de la que
despierta al llegar a la pubertad con la fase genital.
RECOMENDACIONES
Que es importante versarse acerca de esta teoría del psicoanálisis, conocer sus
postulados que rigen su teoría, luego analizarlos y utilizar sus recursos
académicos que por mucho tiempo han y siguen influyendo en las personas que
se orientan por conocer dicha especialidad.
Nos brinda las pautas necesarias para conocer el desarrollo psicosexual del niño e
instruye no solo a los profesionales sino también a los padres de familia, que de
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Solamente utilizar esta teoría del psicoanálisis como una herramienta académica
más y no centrarnos en ella, pues conocemos muchas teorías que también
interpretan la personalidad desde su propio punto de vista y cada uno de ellos con
sus propios postulados.
BIBLIOGRAFÍA