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Reflexiones de un Talmid

Por Juan Medel R.


yochananmr@gmail.com
Santiago de Chile

ANSIEDAD Y EL STRESS
¿DE DÓNDE O PORQUÉ VIENEN?

Todos a veces en forma casi inconsciente nos vemos envueltos en los afanes de la vida actual, al punto
que nos vemos cargados de ansiedad y stress a niveles que escapan a nuestro control, y pasamos
momentos más que dolorosos, por decir lo menos. La vorágine en que se mueven nuestras sociedades
nos arrastra y nos obliga en gran medida a ser participantes del sistema de vida imperante, claramente
marcado por el consumismo descontrolado y ansioso, sumado a una enajenación 1 y cosificación2 de las
personas. Que insertas en las masas y grupos sociales de turno, van perdiendo su individualidad para
transformarse en una marioneta del sistema 3. El Consumismo con variadas facetas y manifestaciones
clava sus garras en nosotros en diversos frentes y flancos.
Cuando nuestras necesidades básicas de subsistencia están provistas, solapadamente surgen en nosotros
otras necesidades o aparentes necesidades, que actúan como motores impulsores que se alojan en
nuestras mentes. ¿Cuáles son esas otras necesidades que se apoderan del inconsciente colectivo en
nuestros grupos sociales? Vale la pena detenerse un poco en nuestro camino, y por lo menos traer a
nuestra mente esta pregunta y rumiarla hasta extraer de ella las verdades que esconde.

Alimento, techo y abrigo, son las tres necesidades básicas de todo ser humano y en esto parecen estar
de acuerdo todas las sociedades y etnias en el mundo. Sin embargo, no todos los grupos sociales
parecen caer en el bum consumista que observamos en las ciudades postmodernas. Esto es porque en
alguna medida ciertos grupos se han mantenido al margen del llamado “desarrollo”.

Algunas veces recuerdo con nostalgia la sencillez de la vida hace 30 años en los tiempos de mi niñez.
La zona rural en la que tuve la bendición de vivir los primeros años de mi vida, marcaron
profundamente mi corazón en forma muy positiva. De vez en cuando, recreo mi alma recordando el
contacto con la naturaleza y los animales domésticos que formaron parte de mi diario vivir en mis
primeros años de vida. Recuerdo a mis padres y a los adultos que me rodeaban con caras felices y
llenos de vida, y a pesar de no poseer grandes lujos ni posesiones materiales sobresalientes, sino por el
contrario, más bien todo era sencillo y modesto. Sin embargo, recuerdo en ellos y en mí mismo una
sensación de bienestar, de quietud, de paz y tranquilidad. ¿Pero es este recuerdo de mi niñez la
realidad de la vida o es simplemente la sensación de bienestar producto de esa maravillosa burbuja que
llamamos niñez? Creo que ambas cosas, pues creo que mis gratos recuerdos de aquella época de mi
existencia son producto de la vida de un niño que se crió con amor y en donde la buena relación
familiar provocaba un entorno ideal para crecer y relacionarse con lo hermoso de la vida. Por otro lado,
mi burbuja me impedía ver y sentir las sensaciones que la vida nos provoca fuera de la burbuja de la
niñez. Ahora que ya no soy niño y soy partícipe de la rueda de la vida como todos, también recuerdo y
entiendo a mis padres y a otros adultos el porqué de sus lágrimas y momentos de sufrimientos. Cuando
somos niños no vemos esta segunda cara de la moneda de la vida.
1
Enajenación: la alteración y deformación, en la conciencia de los individuos, de sus auténticas relaciones de vida.
2
Cosificación: considerar a una persona como si fuera una cosa.
3
Sistema: modo de vida impuesto por los líderes y gobiernos de turno. En la actualidad la mayoría de los sistemas imperantes
en el mundo son capitalistas, materialistas y globalizantes.
1
Pero a pesar de ver hoy estas dos caras de la vida, no recuerdo haber visto a las personas que me
rodeaban en mi niñez con tanta ansiedad y sufrimiento como ahora, y en especial en las ciudades ¿Será
que las necesidades que había hacen 20 o 30 años atrás eran tan pocas y simples que no alcanzaban a
enfermar a la gente, con ansiedad, depresión, stress y demás? y ¿Por qué hoy que la tecnología ha
superado nuestra imaginación con toda suerte de objetos tecnológicos que nos facilitan un poco más la
vida, pareciera que todo el mundo necesita algo más para estar completo y a salvo? ¿De dónde nos han
venido tantas necesidades, qué o quienes las han creado?

Creo que una respuesta a la última pregunta es que las han creado con la mercadotecnia, con la
propaganda mercantilista, el mensaje subliminal, medios de comunicación masivos tales como
audiovisuales, escritos y otros. La enfermedad del consumismo creada en el inconsciente colectivo,
llega en los casos más graves a hacer sentir a muchas personas que si no adquieren ciertas mercaderías
y de ciertas marcas llegarán a ser totalmente infelices, se sienten inseguras, bajan su autoestima y en
casos extremos algunos creen incluso que pueden llegar a morir.

Por su puesto que esta especie de frenesí consumista no surge por casualidad en la colectividad social
postmodernista como ya hemos dicho, obedece a un cúmulo de estímulos al que todos somos expuestos
diaria e insistentemente. La constante publicidad y esfuerzos del marketing (mercadotecnia o
mercadeo) por instalar en nuestras mentes la cultura consumista de los productos que nos ofrecen,
siempre terminan por lograr sus objetivos. Y la mayoría de las personas arrastradas por las masas
alienadas, finalmente son fácil presa de los intereses del mercadeo.

La sociedad postmodernista y globalizada 4 se las ha arreglado para producir una fruta dulce, sabrosa y
apetecible, que una vez que se ha probado, la mayoría de sus comensales se vuelven adictos
dependientes, consumistas compulsivos, esclavos de los aparatos tecnológicos, las modas, la comida
chatarra, los juegos, el software, programas de televisión, los viajes, la estética, las dietas, etc., etc.

¿Hay algún problema con disfrutar de los adelantos tecnológicos de nuestra actualidad?, desde luego
que no lo hay. No podemos caer en el error de pensar que los tiempos pasados fueron mejores que el
presente, al respecto Cohelet dice:

Ecl 7:10
“No digas: “¿A qué se deberá que los tiempos pasados fueron mejores que éstos? Pues no es la
sabiduría la que te hace preguntar sobre esto”.

4
La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación
e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de
transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como
un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia
liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y
democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.
http://es.wikipedia.org/wiki/Globalizaci%C3%B3n

2
Los aparatos tecnológicos no son buenos ni malos hablando en términos estrictamente morales, son
solo objetos. Las cualidades morales de buenos o malos son solo atribuibles a nosotros, los seres
humanos, ni siquiera podemos atribuirlas a los animales, lógicamente por nuestra condición superior.
Evidentemente los tiempos presentes son mejores que los pasados; no podemos comparar, por ejemplo,
realizar un viaje de una considerable distancia a lomo de caballo, burro, camello u otro animal medio
de transporte con todas las incomodidades y lentitud que viajar de esta manera significaba, al confort y
rapidez de viajar en automóvil, auto bus, tren, avión, etc.

Postmodernidad, con este nombre ha sido denominada por los sociólogos al sistema de vida en que
estamos inmersos en la actualidad. Esto quiere decir que La Modernidad que comenzó con la inventiva
y llegada de la máquina a vapor y el posterior desarrollo e industrialización de los grandes países,
conocido también este periodo de la historia como la Revolución Industrial, ocurrida entre la segunda
mitad del siglo XVIII y principios del XIX. La modernidad ya es historia, ya tuvo su inicio, su auge y
su declinación. Es por esta razón que los estudiosos de las sociedades humanas han acuñado el Término
Postmodernidad, es decir, lo que ha venido después, como resultado y efecto de la Modernidad.

Es interesante considerar el impacto que ha causado en el planeta sobre su flora y fauna, y por
consiguiente en la humanidad la recién pasada Modernidad. Los estragos medioambientales producto
de la industrialización con todo su poder destructivo y contaminante, han sido tan desastrosos que
hemos causado daños y desequilibrios en nuestro ecosistema planetario, que posiblemente nunca
podremos reparar del todo. El calentamiento global producto de la contaminación ha traído como
resultado una serie de trastornos a nuestro planeta, entre ellos el desequilibrio climático, deshielos,
aumento de las zonas desérticas, etc. Sumemos a esto la constante explosión demográfica con la
consiguiente urbanización, que ha puesto bajo el cemento enormes extensiones de territorios, que en
épocas pasadas, fueron ricos en flora y fauna. Éstas y otras cosas ya son bien conocidas, pero
lamentablemente aún, no hay una conciencia colectiva del daño que hemos hecho y de cómo podemos
repararlo.

¿Y cuál es el impacto de la Modernidad en el ser humano, es decir, en usted, en mí y nuestros


semejantes? Tenemos que con tristeza reconocer que ha sido tan brutal y quizás más que lo que ha
ocurrido con nuestro planeta. Las sociedades postmodernistas cargamos con los costos de llegar a ser
modernos y globalizados. Los costos de la enorme batería de aparatos tecnológicos que producto del
sistema, algunos de ellos se han vuelto imprescindibles para mantenerse en la cresta de la ola; los
costos de tener una vida llena de comodidades artificiales de carísima mantención, los estamos pagando
demasiado caros.

La migración de miles de personas que dejan la sencillez y tranquilidad de las zonas rurales en las que
han vivido gran parte de sus vidas, en busca de mejores oportunidades laborales y mejores estándares
de vida para sus familias en las grandes ciudades. Los hace enfrentarse sin previa preparación, con un
sistema de vida completamente distinto al que estaban acostumbrados. De la paz natural que resulta por
el contacto con la naturaleza y la vida rural, pasan a formar parte de la multitud tumultuosa y
estresante de las urbes. Donde todo es competencia, exigencia al máximo, todos los pedidos y
obligaciones son para ayer; y que cuando se termina una labor ya hay varias otras acumuladas y
esperando ser atendidas.

No es extraño ver a muchos ejecutivos y operarios de grandes empresas, consumir drogas estimulantes,
bebidas alcohólicas, ansiolíticos y otras sustancias. Según ellos para poder aguantar el despiadado
ritmo de exigencia laboral de sus empleadores.

3
Imaginemos por un instante el impacto que este tipo de vida causa en una persona de procedencia rural,
provinciana. El impacto es doloroso, tanto en el corto, como en el largo plazo. La ansiedad y el stress
pueden golpear con mucha fuerza a personas en esta condición.

¿Qué podemos decir del consumismo religioso y espiritualista en la actualidad?

Producto de la opresión del sistema postmodernista y del cumplimiento profético de lo que previamente
vieron y anunciaron nuestros profetas. Vemos en la actualidad un resurgimiento de la espiritualidad en
las grandes ciudades. Vemos por todos lados también una suerte de mercadotecnia religiosa, que
valiéndose de todos los recursos a su alcance, ofrecen sus técnicas de rápida solución a los problemas y
necesidades de la actualidad. Es así como la proliferación de sectas y denominaciones religiosas es un
fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad. Muchas y quizás lamentablemente la mayoría
de ellas, nacidas en oscuros y retorcidos intereses de sus líderes, que valiéndose de técnicas de
manipulación de masas y del sufrimiento humano, raudamente se transforman en verdaderos imperios
económico-religiosos, si me permiten acuñar este término. La oferta y la demanda de religiones
solucionadoras de problemas, de líderes milagrosos y carismáticos que prometen a sus seguidores,
abundancia, riquezas y honores, algo así como café instantáneo, pero a cambio, un servilismo ciego y
sin condiciones. Y todo esto en nombre de la religión o denominación que profesan o representan.
Tampoco faltan los consumidores de emocionalismo o emociones fuertes, que rápidamente son presas
de los mercaderes de la fe de las religiones postmodernistas, globalizadas y oportunistas. En esto según
mi opinión, encabezan la lista la mayoría de los telepredicadores, principalmente los predicadores de la
prosperidad y la súper fe. Estos utilizan como su principal estrategia, la estimulación de la codicia
humana mediante las promesas de enriquecimiento rápido y liberación de opresiones, con la condición
de que sus seguidores den todo lo que poseen para sus ministerios y proyectos económicos. Con mucha
pena tenemos que decir, que este mercadeo religioso utiliza la Sagradas Escrituras para sus ganancias
deshonestas. La cantidad de personas que son heridas y estafadas religiosamente por movimientos
religiosos como estos son miles, y que después de desilusionarse con sus líderes se sienten
completamente defraudados y no quieren ser restaurados en su fe.

A demás de estos grupos religiosos mencionados arriba, que en su gran mayoría dicen pertenecer a la
cristiandad, hay una variedad enorme de otros movimientos espirituales y religiosos, que ofrecen sus
alternativas de soluciones y curaciones para los males que aquejan a la sociedad postmoderna. Un sin
fin de técnicas alternativas de sanación se ofrecen tanto como para el cuerpo, como para el alma.
Meditaciones, técnicas de relajación, conjuros, talismanes, palabras mágicas, invocaciones, espiritismo,
chamanismo, angelología, etc., etc.
Como pueden ver, el consumismo en nuestra era actual tiene una gran variedad de caras, facetas y
estrategias.

Que el Eterno que es bueno y conoce a los suyos, nos libre de estos males y restaure a los que han sido
presa de ellos. Que levante maestros y líderes, y fortalezca a los que ya están sirviendo con amor a los
justos; que pastoreen a sus ovejas con honestidad y nobles sentimientos, enseñando el consejo sano de
la Toráh y todas las Escrituras, pues en ellas el Eterno ha puesto el potencial para sanar nuestras almas
y nuestros cuerpos, para que el Nombre del Eterno y de su Mashiaj no sean blasfemados entre los
incrédulos.

La dolencia más marcada de nuestra edad presente sobre la que estoy llamando vuestra atención con
esta reflexión, es el stress y la ansiedad producto del consumismo exacerbado y la lucha por

4
mantenerse en el sistema de vida actual. ¿Cuál es la voz que alzamos como discípulos de nuestro
Mashiaj Yeshúa y desde la perspectiva de nuestra emunáh judío netzarita?

Las palabras de Nuestro maestro por excelencia nos pueden dar luz e iluminar las tinieblas que por
momentos también cubren en parte nuestros ojos, así enseñaba en su doctrina el Maestro:

Mat 6:24-34
“Ningún esclavo puede servir a dos amos, porque siempre amará al primero más que al segundo, o al
segundo más que al primero. De la misma manera, no podréis servir al mismo tiempo al Eterno y a tus
tesoros materiales. (25) Por tanto, ya que habéis escogido servir al Eterno, no estéis ansiosos por
vuestra vida material, qué habréis de comer o qué habréis de beber; ni por vuestro cuerpo, con qué os
habréis de vestir. ¿No es la vida más valiosa que la comida y el cuerpo más valioso que el vestido? (26)
Mirad atentamente a las aves del cielo, que ni siembran ni cosechan ni guardan el grano en graneros y
sin embargo, vuestro Padre que está en los cielos las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que
ellas? (27) ¿Y quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir a su alma una hora más de
vida? (28) Y por el vestido, ¿por qué ponéis tanto afán en ello? Considerad atentamente cómo crecen
los lirios del campo; no trabajan con fatiga ni se hacen de ropas hilando, (29) más os digo que ni aun
Shlomó cuando estaba en el máximo de su esplendor, se vistió así como uno de ellos. (30) Y si es así
como el Eterno viste a la hierba del campo que hoy está en pie y mañana se seca y es echada en horno
de fuego, ¿no hará mucho más por vosotros hombres de poca fe? (31) Por tanto, no os angustiéis el
alma diciendo: ¿qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos? (32) Porque los gentiles
dedican su vida detrás de todas estas cosas, pero vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. (33) Mas buscad primeramente el Reino del Eterno y su Justicia y
todas estas cosas os serán añadidas. (34) Por tanto, no estéis ansiosos por el día de mañana porque el
Mañana traerá consigo sus propios problemas. Suficiente para vosotros es la fatiga de cada día”.

Todo aquel que esté alienado 5 con el sistema de vida actual y su corazón no esté iluminado por las
verdades eternas de la Torá, al leer estas palabras del Mashiaj, pensará que es un conformista, que está
en contra de la riqueza, del progreso y posiblemente también creerá que es un mediocre. Pero nada de
eso es verdad, ni siquiera parecido.
En el versículo 24 citado arriba, no es que el Maestro esté en contra de las riquezas materiales, lo que él
no aprueba, es que una vez que se han logrado las riquezas, transformarse en un esclavo servilista de
ellas y olvidarse de Di-s, que él es quien nos da el poder para hacerlas. El que pone su corazón en las
riquezas que le han sido dadas dejará de servir al Eterno y terminará por servir a ellas. Es decir, su
corazón dejará de servir al Eterno guardando sus mandamientos para aumentar cada vez más sus
riquezas y gozar de los deleites temporales que con ellas pueda adquirir.

Entonces el secreto no está en ser pobres o deshacernos de nuestras riquezas, el secreto está en no
volvernos esclavos de ellas y perder así el temor al Eterno.
Por otro lado, el afán sin control por hacer riquezas lleva en sí el potencial de caer en la ansiedad y la
preocupación excesiva, y esto no deben hacer los sadikim (Justos) del Eterno.
Saber qué es lo que realmente vale es lo importante, saber distinguir entre lo temporal y lo
trascendente, entre la verdad y el error. Entre saber hasta qué punto la provisión de nuestras
necesidades dependen de nuestros esfuerzos y saber que hay cosas que no están a nuestro alcance, y

5
Quiero expresar con el uso del término “alienado”, la enajenación que experimenta el individuo inserto en la sociedad capitali sta
y consumista, al punto de anular su propia personalidad e individualidad y ser parte de una masa colectiva, sin ser consciente de a
dónde va o dónde lo llevan. En este sentido las personas son vistas por los que manejan los hilos del poder como simples cosas,
elementos de un conjunto; números de la ecuación del sistema que ellos han creado.

5
que estas dependen de nuestro Padre celestial que maneja este mundo y que da a cada uno de nosotros
conforme a nuestras necesidades.

En los salmos está escrito:

Sal 127:1-2
“Si el Eterno no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Eterno no guarda la ciudad,
en vano vela la guardia. (2) Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que
comáis el pan de afanosa labor, pues El da a su amado aun mientras duerme”.

La observación y conclusión del salmista puede hacer que veamos la verdadera perspectiva de la vida y
que desde allí podamos encontrar reposo para nuestros corazones. En la sabiduría de nuestros profetas
y sabios no es posible alcanzar algo que no nos sea dado desde arriba, pues es el Eterno el que está en
control del universo y de nuestras vidas. “si el Eterno no edifica la casa, en vano trabajan los que la
edifican”, en otras palabras, todo esfuerzo y afanoso trabajo por alcanzar mayores logros y posesiones
materiales, puede resultar en una vaciedad y frustración completa si es mas allá de lo que la voluntad
divina ha determinado para nosotros. Cuando por nuestro libre albedrío decidimos insistir en nuestros
propósitos consumistas y quizás ocultamente ambiciosos, es cuando nos exigimos a nosotros mismos,
más de lo que podemos dar y de lo que nos ha sido permitido de arriba. Entonces, el stress y la
ansiedad no demoran en causar sus estragos en nosotros. En vano, es decir, sin frutos se tornan nuestras
madrugadas y las largas jornadas de laborioso trabajo.

Yeshúa nos dice que si hemos decidido servir al Bendito no podemos estar en una constante ansiedad
por nuestras necesidades y sustento, el Padre bueno sabe de estas necesidades. El Maestro nos invita a
observar como el Eterno maneja y sustenta a seres creados inferiores a nosotros y nos muestra como el
Padre los sustenta, viste y provee todas sus necesidades sin que ellos estén en ansiosa preocupación.
Nos dice el maestro que la hierba del campo y las aves del cielo no trabajan ni almacenan sus víveres
en graneros, pero que son alimentados constantemente, y más que esto algunos de ellos han sido
dotados de esplendor y hermosura que ni aun el más sabio de los hombres pudo adornarse como uno de
ellos. ¿No tendrá Él cuidado de nosotros con mayor razón?

Un cariñoso reproche nos hace el Divino maestro diciéndonos que nuestras ansiedades se deben a
nuestra poca o débil emunáh. Nos cuesta tanto entender que debemos confiar absolutamente en el
cuidado del Eterno por nosotros, y sin querer alejamos los milagros que sin ninguna duda el Bendito
está dispuesto a hacer en nuestro favor por nuestra emunáh y por amor de su Gran nombre.
Está escrito

1Pe 5:6-7:
“(6) Humillaos pues, bajo la mano poderosa de Di-os, para que a su tiempo, os exalte; (7)
echando confiadamente toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”.

El contexto de estos dos versículos que hemos citado arriba nos indica palabras de exhortación y ánimo
para los santos ¿Qué significan las palabras “Humillaos pues, bajo la mano poderosa de Di-os”, en el
versículo 6? Estas palabras guardan el secreto de nuestra emunáh. ¿Cuál es? La respuesta es que nada
puede venir a nuestras vidas sin que el cielo la haya diseñado o permitido, claro si andamos en su
voluntad guardando sus mandamientos. Entonces cuando el fragor de la vida nos encierra en
dificultades y necesidades, debemos reconocer que es la mano de Abba y nuestra reacción debe ser de
humillación y sometimiento. “Padre, si es tu voluntad que pase de mi esta copa, pero no se haga mi
voluntad sino la tuya”, decía nuestro Santo maestro en su tefilah delante del Eterno. Y resultado de
6
nuestro sometimiento a los planes divinos para nuestra vida, será exaltación en el tiempo adecuado
conocido por el Padre, como fue exaltado el Mashiaj luego de someterse humildemente bajo la
poderosa mano del Eterno.
Entonces mientras las circunstancias son adversas y el día y la tormenta arrecian en nosotros Santiago
nos dice, que debemos echar toda nuestra ansiedad sobre Abba porque él tiene cuidado de nosotros.

Continuando con nuestra meditación en las palabras de nuestro Maestro hakadosh en Mateo 6:24-34,
nos dice en el versículo 32 que no angustiemos nuestras almas pensando en nuestro sustento y demás
necesidades porque esto no es propio de los hijos del Reino, esto dice el Maestro es la constante
búsqueda de los gentiles y a ello dedican todo su esfuerzo y sus vidas. Nuestra dedicación es la mejor
parte, y una que no nos será quitada, la búsqueda del Reino de Di-s y la justicia de él, es decir, conocer
el Reino de Di-s que es equivalente a sus mandamientos, para que de esa manera podamos vivir en
verdadera justicia delante del Eterno y de los hombres. Y aquellas cosas que los gentiles buscan con
afanosa ansiedad nos vendrán por añadidura. Porque el padre sabe que las necesitamos y es justo que
también las tengamos.

¿Cuál es la diferencia entre buscar afanosamente las provisiones necesarias para nuestras vidas y que
estas nos sean añadidas? La diferencia está en que en la búsqueda de estas por nuestra cuenta, la
ansiedad y el duro trabajo nos angustian el alma, pero cuando nos son añadidas desde arriba, nos
sucede como a las aves del cielo y la hermosa hierba del campo, que no trabajan ni guardan en graneros
ni están en ansiosa preocupación por el día de mañana pero el Padre las alimenta y viste
maravillosamente.

CUANDO NUESTRO CORAZÓN NO ESTÁ BIEN UBICADO


Estoy convencido de que si nuestro corazón estuviera correctamente ubicado, es decir, si nuestros
intereses estuvieran perfectamente dirigidos, la ansiedad y el stress de la vida postmoderna no podrían
clavar sus garras en nuestras almas.
Dijo nuestro Maestro hakadosh:

Luc 12:33-34
“Vended vuestros bienes y dadlo como tzedaka y haceos así bolsas que no envejecen y tesoros
en los cielos que no se agotan, donde el ladrón no puede llegar ni la polilla destruir. (34)
Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón”.

Al oído y entendimiento materialista de la filosofía postmodernista del sistema en que estamos


inmersos, estas palabras del maestro deben sonar como palabras de un asceta ermitaño, un resentido
social o simplemente las palabras de un loco. ¿Vender las posesiones materiales y donar el dinero a los
pobres? ¿A quién se le puede ocurrir semejante tontería? Cuando el mensaje del capitalismo
consumista es la adquisición de bienes, la inversión y los negocios, la acumulación de bienes de todo
tipo y esperar el momento de hacer un mejor negocio con ellos. No hay cabida para las obras de
justicia con los necesitados en el sistema de vida consumista. Vemos tantas exageraciones de
consumismo y avaricia que ya en cierto sentido hemos perdido la capacidad de asombro en relación a
esta cuestión. Hace un tiempo en un programa de televisión se documentó como vivían algunos
famosos. Con que orgullo mostraban enormes habitaciones repletas de calzados de distintos tipos y
variedades, y vestimentas en cantidades y calidades de las que a uno le cuesta imaginar, y esto por
nombrar solo algunas de las muchas extravagancias en que viven.

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Si pueden costear todo esto y quieren hacerlo, no es un pecado que lo hagan, pero uno se pregunta ¿Por
qué tanto? Sin ánimo de hacer juicio sobre estas personas, lo que pienso es que están atrapados en lo
profundo de sus vidas y la mayoría de ellos no pueden ver más que sus propias necesidades y
ambiciones. Recuerdo una historia muy aleccionadora que reza como sigue:

Cierto matrimonio muy adinerado pronto estaría de aniversario de bodas. El esposo se quebraba
la cabeza sobre que regalo haría a su esposa. Entre más pensaba, más se complicaba el pobre
hombre porque su esposa era extremadamente exigente. Finalmente después de pensarlo mucho
decidió cual sería el regalo. Y le compró un automóvil, último modelo, computarizado y con
toda la tecnología más moderna. Llegado el día del aniversario, y luego de una magnífica cena
en el restaurante más lujoso de la ciudad, al llegar a casa sorprende a su querida esposa con el
regalo de aniversario. Ella estaba completamente emocionada por tan extraordinaria muestra de
amor de su esposo, hubo lágrimas de alegría y parecía estar viviendo la más grande de las
felicidades. Lo único que deseaba era que llegara el siguiente día para probar el automóvil y
mostrarlo a sus amistades.
Llegado la mañana, la ansiedad la inundaba, se prepara, toma su coche nuevo y se dirige a
probarlo y mostrarlo a sus amigas. El automóvil era una verdadera maravilla, y ella estaba
encantada y sus amigas también. Pero mientras regresaba a casa luego de su aventura con su
coche nuevo y mientras conducía por la avenida principal, algo ocurrió que la hizo entrar en una
profunda angustia, y comenzó a llorar sin poder dejar de hacerlo hasta llegar a casa. Se encierra
en su cuarto sin poder dejar de llorar el resto del día. Cuando llega el esposo de sus labores y
observa en el estado de angustia que se encuentra su amada esposa, le pregunta asustado que le
ha pasado. Era tanta la angustia que ella tenía que no podía responder palabra. El esposo
preguntaba que si algo le había ocurrido con el automóvil, que si algo no funcionaba bien, en
fin. Todo estaba en orden con el carro. El único problema dijo la esposa entre sollozos es que
cuando venía por la avenida en dirección a casa, vi otro automóvil igual al que tú me regalaste.
Creo que esta historia no necesita comentarios.

Para nuestro Maestro no existe la riqueza y la abundancia como un fin egoísta en sí mismo, sino como
un medio, ¿un medio para qué? Para tener suficiente para sí mismo y compartir con el pobre. El
Maestro dijo que a los pobres siempre los tendríamos con nosotros y que cuando quisiéramos les
podríamos hacer el bien. En otras palabras, el pobre es la oportunidad que el Bendito nos concede para
hacer tzadakah, que quiere decir obras de justicia. Cuando damos al pobre y necesitado no estamos
haciendo limosna o siendo buena persona como algunos han enseñado; estamos haciendo lo que es
justo delante de Di-s; el pobre me da la oportunidad de elevar mi alma delante del Eterno y de
acumular tesoros en el cielo donde no se agota, ni ladrones entran, ni polillas corrompen.
Cuando nuestro corazón esta elevado y motivado con propósitos como los que enseñó nuestro Maestro,
está en el lugar correcto, nuestras intenciones y motivaciones están ubicadas perfectamente. En este
lugar no hay cabida para el stress ni la ansiedad, sino para la paz, la tranquilidad y un profundo
sentimiento de realización personal. “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro
corazón”.

Después de todo lo que hemos dicho en esta reflexión ¿Cuál debe ser la medida con que emprendamos
nuestras metas personales, como personas responsables y miembros de una sociedad con las
características que ya hemos descrito a grosso modo? Tenemos que trabajar, estudiar una profesión,
educar hijos, ser esposos, levantar negocios, hacer uso de las tecnologías, levantar congregaciones, etc.,
etc. ¿Cuál es el criterio entonces para hacer todo esto y más, sin ser presa de la ansiedad y el stress?

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Ya hemos presentado una respuesta en parte. El maestro de la Asamblea Kohelet (Eclesiastés) nos da
una respuesta que también debemos considerar, así está escrito.

Ecl 9:10
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol,
adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”.

En este versículo Kohelet nos da una maravillosa clave para que no demos lugar a la ansiedad y el
stress, está en estas palabras: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”.

Muchos no miden si tienen los recursos (fuerzas) suficientes para comenzar y terminar un cometido.
Quieren hacer frente en batalla con diez mil soldados a uno que viene en contra de ellos con veinte mil;
comienzan a edificar una torre, sin considerar sin tienen los recursos para terminarla.

Es seguro que la ansiedad y el stress en las sociedades postmodernas están asociados a más causas que
las que he nombrado, y de ningún modo esta reflexión pretende ser un examen clínico del estado
psicológico colectivo de la sociedad actual, pues no soy un especialista en el tema. Sin embargo, creo
que como discípulos de nuestro Mashiaj Yeshúa, haremos bien en considerar esta exhortación y revisar
nuestras motivaciones y caminos. Para que con la Gracia divina y guía de las Escrituras, podamos
conducirnos en este sistema de vida actual hasta la venida del Mesías nuestro Señor y Rey, con
sabiduría y sensatez. Sabiendo que está escrito:

Jn 16:33
“Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero
¡tengan confianza; yo he vencido al mundo!”

Para finalizar, les recuerdo que estamos a pocos días para que santifiquemos la festividad de Yom
Teruáh (día de oír la teruáh del shofar) conocido también como Rosh haShanáh (cabeza de año). Todos
seremos presentados delante del Eterno el Juez del universo. No olvidemos que debemos revisar
nuestros caminos, para enderezar lo torcido y hacer sendas rectas para nuestros pies, doblegando
nuestros corazones para hacer completa teshuváh (retorno a la obediencia al Eterno).

Deseo con todo mi corazón que por los méritos de nuestro justo Mashiaj, todos seamos inscritos para
un año de vida, salud, paz, prosperidad y las más ricas bendiciones, amén.

Shalom,

Moréh Juan Medel

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