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Una princesa engreída que mira a un hombre y que quiere poseerlo simplemente porque le atrae, una
mujer admirada por su belleza, una mujer que no resiste el rechazo, o mejor, que no perdona el rechazo,
una mujer que danza y pide la cabeza de ese hombre para besar sus labios muertos.
Un hombre apuesto, decadentista, admirador y amante de la belleza masculina, poeta antes que
novelista o dramaturgo, reticente con los moralistas y cruel con las moralistas, talentoso para sus obras y
genial para con su vida.
Lo anterior pareciera ser una pequeña descripción de las características de dos personajes que
aparecerán en una obra de teatro.
Una obra teatral«
Claro, ¿una obra teatral escrita o una obra teatral representada?, acaba de surgir la primera interrogante.
¿Dos fenómenos distintos?
¿Cuál es la diferencia entre una obra teatral escrita y una obra teatral representada?
Salta a la vista una posible respuesta: en que la obra escrita todavía reposa en el papel, mientras que la
representada ya cobró vida, ya se mueve en el espacio, ya podemos ser testigos del carácter de los
personajes, de su forma física, de sus actitudes, de sus gestos, de sus sudores, colores y humores .
Ajá, entonces surge una nueva interrogante: ¿La obra escrita carece de vida?, en otras palabras: ¿Los
signos del que se compone una obra teatral escrita son los mismos signos que componen una obra
teatral representada?
¿Qué signos componen una obra de teatro?
¿Son los verbales y los no verbales o los verbales y los para-verbales? ¿Cómo percibo esos signos?
¿Qué factores influyen para poder captarlos o para no captarlos?
¿Entonces una obra teatral es un cúmulo de signos?
¿El público que asiste a ver una obra teatral sabe que está viendo un cúmulo de signos relacionados
entre sí en el mismo instante? ¿Tienen que saberlo?
¿Los elementos u objetos que se utiliza en una obra teatral funcionan como signos?
¿A qué contexto corresponde esos signos?
¿Sufrirán alteraciones dichos signos si son percibidos por medio de otro lenguaje?, es decir: si una obra
de teatro la filmo y luego la veo por televisión, ¿funcionará de la misma manera los signos?
¿Nos deben de educar para interpretar esos signos y comprender la obra de manera cabal?, ¿o debemos
darle a una obra artística la interpretación y el significado que queramos, o mejor dicho, que podamos?
-Como diría un viejo director teatral peruano: ³dejo a la enciclopedia del público el significado de mi obra´-
Éstas interrogantes y otras más surgen como consecuencia de haber apreciado la obra ³Salomé´, que no
supe si fue teatral o cinematográfico, a juzgar por cómo lo vi, es pues netamente cinematográfico, porque
el lenguaje de la imagen juega un papel relevante a nivel de planos y contra planos.
Ahora, analizando los espacios y su composición, parecía una cuestión más teatral«
Más allá de esta reflexión, lo que sí resaltó fue la pomposidad en la puesta de esta obra, entonces surgen
más preguntas todavía: ¿esa pomposidad, es algo que halló el director dentro de la obra escrita por el
querido Óscar?, es decir, ¿esa pomposidad fue parte de la esencia de la obra?, ¿o fue más bien un
atrevimiento del director? -como pomposo me refiero a la aparición de animales (tigres y serpientes), de
personajes complementarios, que al mismo estilo del coro griego, solo acompañaban la escena sin
contribuir casi en nada- ¿Hubiese cambiado en algo la puesta, por ejemplo, si no aparecían los
animales? ¿Es necesaria en una puesta tanta pomposidad? ¿No es más importante para un director
redescubrir la sutil esencia que plasmó el autor? ¿No es más importante para un director encontrar la
espiritualidad del autor?

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