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ANTIGUA ORACION DEL DIVINO Y JUZTO JUEZ.

Esta sagrada oración es el Arco Iris de paz. Es tomada y aprobada por la santa
Inquisición. Y dada a reconocer por S. Santidad León XII que le mando
extender en años del siglo V.
Con esta santa oración se libro el Papa Pio IX, cuando lo fue a asesinar el impío
Víctor Manuel agregando estas palabras, dijo: Señor, enemigos veo que me
quieren asesinar, alabado sea el santísimo sacramento del altar.
Todo aquel que la cargare bajo de buena intención, se vera libre y vencedor de
todos sus enemigos, se hará invisible a la vista de malos perseguidores y
vencerá fácilmente a todos los malhechores.

ORACION
¡OH! Divino y Justo Juez, hacedor del cielo y tierra, protector universal donde
todo el bien se encierra. Rey de Reyes sin igual, Juez de suprema virtud que a
las almas vuestro infinito amor paternal ¡Oh! Señor redentor mío, Salvador del
universo por vuestro infinito amor defiéndeme del adverso, voz me guiareis,
sois mi luz mi protector y mi gloria por vuestro infinito amor defiéndeme en
toda hora. ¡Oh! Señor omnipotente clementísimo Jesús, madame una buena
muerte por la que tu padeciste y tormentos que sufriste clavado en la santa
cruz, prepárame un santo padre, igual al que convirtió a tus amados apóstoles
Santo Tomas y San Pablo, líbranos como libraste a Santa María Magdalena y a
otras Vírgenes varias, haz que mi vida sea buena sin ser de obras temerarias,
favoréceme de cuestas de caminos peligrosos de las muy crueles prisiones y de
los ríos caudalosos de todos mis enemigos perturbación de demonios de
ladrones, malas lenguas y falsos testimonios, líbrame Oh supremo Ser de caer
en pecado mortal, pues este es el mayor mal que en el mundo puede haber,
Haz que en mi mis enemigos no tengan ningún poder, sean visibles o invisibles
nunca me puedan vencer , no me hayan de ver sus ojos ni de alcanzarme sus
pies, no me toquen con sus manos y puesto que eres mi juez, haz que no me
hablen blasfemias y si quisieran herirme se hagan pedazos las lanzas que les
roten los sables que se doblen los cuchillos, armas de fuego no disparen. A voz
Señor os suplico que ningún enemigo mío, tenga que dañarme a mi y que
ninguna tenga poder sobre mi, solamente tu señor, por que tu Divino Costado
y aquel Velo Sagrado del Santísimo Sacramento, os suplico Padre amado que
sea mi cuerpo cubierto, que no sea herido, ni preso, ni cautivo, ni puesto en
las manos de ningún enemigo, sean mis enemigos vencidos.
El Padre me libre, El Hijo me guarde, El Espíritu santo me acompañe y por mi
hablen. Amen Jesús.

Es tan linda esta oración que todo aquel que la carga, se hace invisible ala
vista de todos sus enemigos si la reza en los peligros, es libre de todos ellos.
El santo padre León XIII, se vio rodeado de enemigos y al rezar esta oración se
hizo invisible para ellos, y huyeron espantados luego que se les perdió.

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