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Diederichsen. Diedrich
Personas en loop: ensayos sobre cultura pop - la ed. - Buenos Aires:
Interzona Editora, 2005.
208 p.; 21x13 cm. (lnterzona ensayos)
ISBN 987-1180-14-4
punto de vista, constituye una de las herramientas teó- indí vualmente de estos valores, y la solidaridad inter-
ricas más potentes dentro las nuevas escenas políticas y nacional antiimperíalista. Por diversas razones, este
culturales. Esta relación entre generación, multitud y estado de cosas desapareció en las décadas posteriores.
vida no es completamente equivalente a aquella entre En los años noventa surgieron formas degradadas en las
tesis, antítesis y síntesis, pero de alguna manera da co- que los jóvenes intelectuales, ya forzados a, ya orgullo-
mo resultado una suerte de triángulo. Los tres concep- sos de "soportar disonancias cognitivas", sostuvieron
tos tienen que ver con lo que podría definirse como el posiciones diversas en cuanto a la teoría políti.ca, la vi-
principal problema existencialista del compromiso po- da práctica, lo generacional y la praxis política; o al me-
lítico o la politización, es decir con la pregunta, más nos cultivaron estilos· de vida tan diversos que, si uno
bien narcisista, de cómo pueden relacionarse mis pro- hubiera formulado sus premisas políticas implícitas, ha-
blemas y mis experiencias de carencia con los proble- brían aflorado las correspondientes disonancias.
mas realmente relevantes del mundo. Desde hace un tiempo, sin embargo, se vuelve a tra-
Hace aproximadamente cuarenta años surgió de for- bajar en las síntesis. "¡Entreguen la vida bella!", nos
ma embrionaria -por ejemplo, en la acción subversiva- interpelaban el verano pasado la organización Attac y
no sólo esa cosa llamada "nueva izquierda" sino también la juventud sindical desde sus afiches callejeros en las
un modelo de nexo entre experiencia generacional y calles de Berlín. El hecho de que esta organización,
orientación política, que a pesar de todos sus cámbios quizás la más crítica de la globalización -hace algún
externos sigue aún hoy vigente en su núcleo. Ya en este tiempo, uno hubiera dicho internacionalista-, intente
punto es posible subrayar uno de los rasgos de esta convocar con estas palabras es, por lo pronto, algo no-
constelación: siempre que se enfatiza una comunidad es vedoso. En el pasado, con una "vida bella" hubiera si-
para romper con otra. Me vuelvo internacionalista para do casi imposible movilizar a alguien por una buena
no ser nacionalista. Rompo con mis padres para unirme causa. En su lugar, se habría procurado solidaridad en
a mi generación. Éste es un proceso carente de contenido tanto ternura de los pueblos o, en cualquier caso, otra
y,. por lo tanto, imposible de evaluar, pero podemos, al consigna altruista que remitiera a una definida moral
describirlo así, reconocer algunos problemas estructura- internacionalista y su política en el nombre del otro,
les que se vinculan con el compromiso y la politización, más tarde tan criticada.
por un lado, y con la autoconciencia, la comprensión de Así pues, una contradicción esencial que terminó
sí y el sentimiento de vida, por otro. Pues justamente lo por corroer la norma de politizació1t de la izquierda y
que se busca es una constelación exitosa y coherente en de gran parte del llamado centro, era la siguiente:
ambos planos. Cuarenta años atrás, el contexto solu- aquellos con quienes uno hacía causa y en cuyo nom-
cion~ba el problema separando los campos: por un la- bre se criticaban las relaciones políticas globales, el
do, unos padres nazis y un presente occidental-impe- contexto de explotación mundial, la destrucción de
rialista y represivo; por otro, la posibilidad de liberarse ambientes ecológicos en todo el planeta en favor
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separación, ya no la parte del contenido, que determinaba y las contraculturas juveniles de ser leídas como, orga-
y legitimaba la comunidad, sino sólo la parte vacía y nizaciones puramente edípicas -lectura que desactiva
formal de la construcción de una generación. Los nom- sus col).tenidos- se cumplió en esta regresión aparente-
bres generacionales que se multiplicaron inflacionaria- mente voluntaria que representan los diagnósticos ge-
mente a fines de los noventa -"generación X", "cyberge- neracionales. No hay sino diferencias naturales, a las
neración", "generación @", "generación golf", "genera- que corresponden diferencias de vocabulario que en
ción AlIy" y, finalmente, "generación Guerra del Golfo"- otro caso no tendrían ninguna relevancia.
no eran sólo máquinas de mercadotecnia que ofertaban Pero no se trataba solamente de una regresión;
comunidades de sentimiento de vida precariamente ela- también de una anulación de la antigua diferencia
boradas, sino que se correspondían con una realidad cul- entre norma y descripción. Si en otros tiempos, so-
tural, con un saber vuelto vacío y abstracto: a pesar de ciólogos y diagnosticadores de la época describían
que obviamente tengo más cosas en común con una de- las comunidades politiZadas como generación, por-
I
terminada clase de personas que con otras, no hay en el que una matriz biológica basada en leyes naturales
origen de esta comunidad ningún motivo que surja del parecía siempre más tranquilizadora y normal que
plano de! contenido. Lo que queda es e! azar biológico leer los movimientos con sus propias escalas, con sus
de haber nacido al mismo tiempo,· el cual tampoco escalas políticas, como síntoma de una agudización
obliga a remitirse a las condiciones sociales, a la di- en la lUl.:ha de clases, hoy las autodenominadas gene~
mensión comprometedora de estar involucrado, sino raciones desperdician toda ventaja estratégica y de-
que se contenta con la descripción casi tautológica de claran, de antemano, obedientes, ser una generación.
un síntoma: el que indica que aquellos sujetos entrena- 'Si no alcanza para un quiebre histórico, al menos
dos en cierto vocabulario son luego capaces de manifes- que sea suficiente para uno biológico.
tar el conocimiento de ese mismo vocabulario. Esto es Mientras que a través del concepto de generación
puesto en escena en los shows que reviven las décadas de! estaría formulado e! mínimo deambición política crea-
setenta y de! ochenta. dora de comunidad, en el otro extremo es posible en-
El concepto de "generación" es la reducción de la contrar un nuevo máximo. Con "el otro extremo" no
fórmula productora de compromiso político que exis- nos referimos a los establecidos y los adultos, sino a
tía desde la nueva izquierda (es decir, separación más ese sector que siempre existe dentro de la generación y
solidaridad y constructores de comunidad) a una fór- que está en desacuerdo con la mayoría que lo único
mula vacía y cuasi biológica: me separo de mis padres que quiere es construir una generación. Porque antes
porque en algún momento tiene uno que separarse de de poder entender qué es lo que subyace tras el grito
ellos, y así formo una comunidad político-cultural con por la nueva vida, debemos echar una mirada al con-
aquellos que igualmente se separan de sus padres. El pe- cepto que de alguna manera se opone al de generación,
ligro que corrían la formación de generaciones políticas que no es otro que e! de multitud.
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El desarrollo más reciente (bastante influenciado por en diferente medida por el mundo entero. El Imperio y
la recepción de Imperio) intenta resolver directamente el sus víctimas -o sus adversarios concientes- no están cla-
problema que acabamos de describir y que originalmen- ramente separados, ni por su localización ni por su inte-
te había conducido al debilitamiento de las referencias gridad personal: el conflicto atraviesa a todos. Aunque
internacionalistas. Hagamos una pequeña recapitula- esto no lo volvería de ningún modo arbitrario. El hecho
ción al respecto. 1) Política en nombre del otro: la iz- de que distintos sujetos, grupos enteros y hasta regiones
quierda occidental no sería auténtica a nivel global. Sus del mundo hagan un compromiso o se vean forzados a
sujetos, jóvenes y adultos jóvenes occidentales, fanta- hacerlo, o que muestren orientaciones variadas e inco-
sean con ser parte de una alianza en un escenario ro- herentes, no quiere decir que no estén reaccionando
mántico. De este complejo forman parte también el exo- frente al mismo proceso de reificación de la socializa-
tismo, la glorificación del otro, etc. 2) Nacionalismo de ción capitalista expansiva. La lucha de clases no es ya un
liberación: los izquierdistas de Occidente, sobre todo los asunto de escuadrones enfrentados en el campo de bata-
alemanes, idealizan un tipo de rebelde que también es lla, sino que se ha vuelto, por así decirlo, molecular.
nacionalista y fundamentalista y lo consideran como el El concepto de multitud constituyó una provoca-
representante de los auténticamente oprimidos. Esto, ción formidable, porque, al menos en la recepción ale-
con frecuencia, los acerca involuntariamente a escena- mana, sirvió para describir con igual vehemencia la
rios antisemitas, como aquellos postulados por la ideo- participación en contextos políticos globales de traba-
logía nazi: pueblos nobles cercanos a la "naturaleza" en jadores posmodernos, inmateriales y de jóvenes sI\obs
contra de la "civilización británico-judía". 3) Universa- politizados superficialmente. De esta participación ex-
lismo eurocentrista (inversión de 1 y 2): colonización trajo reivindicaciones que el concepto de generación
occidental en nombre de la liberación. El iluminismo impugnaba, y pudo representar un nuevo tipo de mo-
occidental y su universalismo se conciben a sí mismos deración. El concepto de multitud encerraba también
libres de sus raíces particulares. En sus relaciones ex- grandes ventajas estratégicas, porque permitía repen-
traeuropeas, olvidan el hecho de que fue recién en sar los agentes del cambio social, en especial los de un
oposición al colonialismo europeo que los sujetos colo- cambio social global y radical. Al mismo tiempo, su
nizados pudieron volverse sujetos políticos. generalidad descriptiva constituyó una fuenteinagota-
Ahora bien, el concepto de multitud soluciona estos ble de imprecisión, voluntarismo y una politización
problemas ya que ignora su existencia, o los explica co- considerada hipócrita.
mo ideología (y con esto no haría falta ocuparse de En este sentido; una muestra de los efectos poco agra-
ellos), o bien argumenta históricamente que en los tiem- , dables del concepto de multitud pudo verse en el ensayo
pos de la multitud habría habido un cambio por el cual programático escrito por Okwi Enwezor en ocasión de
las contradicciones que afectan más agudamente a los la última Documenta. Allí delineó una "oposición glo-
habitantes del así llamado Tercer Mundo, se extienden bal" que iría desde los atentados del 11 de septiembre y
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allá de cualquier otro objetivo, los demás partidos ya veces citada "vida", no sería en último término otra
se han acostumbrado hace rato a tener los puestos de cosa que la producción de signos aprovechables por la
trabajos como fundamentación última de cualquier industria cultural.
tontería: destrucción o salvación del medio ambiente, Así, uno de los eventos paralelos a la temporada de
lucro privado o medidas de ahorro público; nada es Pollesch en el teatro Prater de Berlín se llamó, en un to-
fundamentado en sí mismo, todo en virtud de los po- no despreocupadamente aporético, "El show de la fal-
sibles puestos de trabajo. El consenso religioso de que sa vida". De las ponencias y las presentaciones de los
los puestos de trabajo son el bien más preciado de participantes podía deducirse que bajo las condiciones
nuestra sociedad ha devenido tabú. En este aspecto, capitalistas, la vida pura siempre se vuelve falsa, una
más allá de si uno comparte las expectatiy-as de salva- autocomercialización bajo la forma de la mercanCÍa. A
ción en la pesada tarea asalariada, más allá de cuál sea otra conclusión llegó Mark Siemons quien, en una po-
el trabajo de uno, una cosa es clara para todos: que to- lémica nota publicada en el Frankfurter Allgemeine
das las decisiones destinadas a conseguir o mantener Zeitung, sostuvo que los sujetos allí articulados, que se
puestos de trabajo alcanzan su objetivo de un modo pensaban a sí mismos viviendo una vida falsa, daban
tan misterioso como el que se conoce én otros empren- en realidad la impresión de ser muy felices. El hecho de
dimientos religiosos: a través de la oración o el sacrifi- que caractericen su vidacomo falsa sería antes que na-
cio de corderos. da el resultado de una conformidad con la escena, que
Por más sentido que tuviera un cambio en la valo- tradicionalmente exige aferrarse a la negación' aun
ración del trabajo, sería de muy poca ayuda para los cuando no haya para ello ninguna causa urgente reco-
jóvenes que en las obras de René Pollesch gritaran nocible. Los productores de signos y sujetos de la cul-
"¡No quiero vivir así!" La desconfianza de estos jóve- tura -para continuar el diagnóstico de Siemons- son
nes se dirige precisamente contra, por así decirlo, el felices cuando pueden hacer sin impedimentos lo que
pleno empleo encubierto, en el terreno cultural y en el constituye su función y tendencia: vincularse a sí mis-
ámbito del tiempo libre. Incluso dudan de que sea po- mos y a los demás con sentidos y símbolos. El que uno
sible un desempleo decente. Todo lo que uno hace con por principio se perciba en contradicción con las con-
su capacidad de creación, con su productividad y con diciones no tendría tanto que ver en este caso con que
su deseo conduce siempre hacia nuevos productos, éstas impidieran determinadas facetas del desarrollo
mercancías, slogans y usos, y también hacia relaciones de la vida, sino con el modo en que la cultura y el ar-
(salariales) más o menos mediadas. El recurso "subje- te serios se perciben a sí mismos: a partir de la nega-
tividad" es aprovechado sin piedad para alimentar la ción de las condiciones. y esta tradición es respetada,
lucha con los competidores. Justamente aquello que como un ritual, en los más recientes desarrollos artís-
uno haría todo el día con su amor cuando estuviera ticos, que obtienen su legitimación del hecho de perci-
finalmente desocupado y feliz, la ominosa y muchas birse como críticos.
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Esto, sin embargo, no es suficiente para explicar culturales criados en la felicidad. De todas maneras,
el "giro existencialista", la focalización en la propia esto sólo es posible en un plano muy general: la ina-
vida, tan característicos en la música y la literatura decuación del capital de signos es una forma del en-
pop, e incluso en la teoría crítica y la nueva política mudecimiento forzado que puede ser comparada con
de los últimos años. Quizás esta imp~esión de extra-
el proceso de pérdida de realidad y desilusión de las
ñeza, yel "no quiero vivir así" asociado con ella no experiencias de aprovechamiento. La comparación
sean realmente el resultado de las experiencias de
entre el trabajo Cultural y la prostitución que atra-
explotación ya tantas veces denunciadas, ni de la
viesa las obras de Pollesch es una exageración -justi-
disponibilidad para ser vendido.y comprado, sino ficable a nivel dramático- del núcleo real de las ex-
más bien consecuencia de que la producción de sig-
periencias de extrañeza. Según mi parecer, lo que an-
nos que uno practica durante todo el dÍá dejó de te-
da mal en la vida falsa es sólo en parte la extrañeza,
ner sentido hace ya mucho tiempo: en verdad, ya provocada por lo económico, que se experimenta en
nadie escucha cuando uno es creativo. El arte, la
el trabajo y en el trabajo cultural. El malestar se re-
cultura y las formas creativas son más bien el embe-
laciona en mayor medida con la carencia de fuerza
llecido modo cotidiano en el que se sintoniza toda I
I
de la propia vida y con su peso comparativamente
nuestra comunicación. Nadie escucha entonces de
poco importante en la balanza de la multitud. Esto
verdad a aquellos que, cuando niños, fueron escu-
remite a un problema político democrático antes q~e
chados mejor y con más amor que cualquier otra ge-
neración anterior. El que con semejante experiencia
a uno económico cultural: al desacoplamiento políti- i
co de la producción de signos culturales, en especial
de adecuación a los signos ingresa a un mundo don-
de aquellos que provienen de círculos subculturales y
de respecto a nuestras declaraciones de vida reina
vanguardistas, donde mientras mayor es la riqueza
una despreocupada arbitrariedad, experimenta una
de signos y la complejidad del vocabulario, mayor es
desilusión. La antigua seguridad respecto a los sig-
la opacidad. Esto es "culpa" de las condiciones, pe-
nos sólo puede ser recuperada cuando tomamos
ro también un buen motivo para repensar el papel
nuevamente nuestra vida como punto de referencia, del proletariado subcultural: en lugar de poner en
en especial nuestra infancia; sólo así nos resulta po-
primer plano el temor a que el excedente de signos
sible encontrar una base para nuestros signos, in-
sea aprovechado y alimente la producción de fanta-
cluidos los políticos.
sías sociales en la publicidad y la industria culturil1,
La extrañeza producto de experiencias de aprove-
sería mejor preguntarse cómo se alcanza el sentido
chamiento es, por el contrario, una abstracción que
político. Esto no significa simplemente reemplazar
pone la universalidad de la explotación yel aprovecha-
la crítica económica por la afirmación de la demo-
miento económicos en cortocircuito con el sufrimiento
cracia y de lo público, sino poner aquélla a los pies
específico de irrealización que padecen productores
de ésta y no medir en la felicidad de tener hijos las
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también hay momentos en que los personajes de Po- ¿No será que el desplazamiento del punto de Arquí-
Uesch disfrutan de estas experiencias de alienación, medes, del trabajo hacia la vida, que se produjo en el
se regocijan al volverse objetos. Esta superación tan arte bohemio de izquierda acuñado en la subcultura
irónica del narcisismo es a su vez el inicio de un re- tiene que ver con que instintivamente los i,mplicados se
corrido hacia la política de vagos y vanguardistas. han dado cuenta de que los diagnósticos de Foucault y
Ese camino podría haber recurrido a una sobree- Agamben también los afectan a ellos? ¿No suscito nin-
laboración de la idea de multitud, pero en los últi- gún interés cuando soy creativo, cuando puedo produ-
mos años había aparecido otro éxito teórico-político cir esto y lo otro? ¿Sólo puedo ser deseado y compra-
además del de Imperio. Quizás no se vendió tan do a causa de mi propia vitalidad? ¿Sólo puedo susci-
bien como éste, pero atrajo la misma atención. Me tar interés cuando me muestro vivo de una manera vi-
refiero al libro Hamo sacer, de Gio~gio Agamben. sible y reconocible? ¿La protesta entonces sólo puede
Aquí también, el concepto central es la vida, dife- decir "¡No quiero vivir así!"?
renciada en bíos y zoé. Mientras que bíos se refiere Los personajes del teatro de René PoHesch no son .
a la vida calificada, a la forma de vida, zoé es la exis- productores creativos que comprenden que su trabajo
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tencia biológica desnuda. Inspirado en Foucault, sólo puede ser medido según la escala de toda producti- ¡
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quien poco antes de morir desarrolló el concepto de vidad de mercancía: ésa es una desilusión antigua, una
biopolítica, Agamben sigue de cerca el desarrollo 1
creciente de las constelaciones políticas y las rela-
ciones de poder que administran esta vida desnuda
desilusion de anteriores generaciones. Más bien, se trata
de productores que saben con certeza que sólo la produc~ I
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