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Panamá mantendrá asilo a María del Pilar Hurtado exjefa del DAS

El mandatario panameño, Ricardo Martinelli, afirmó la semana pasada que


Hurtado permanecerá en Panamá porque su Gobierno "respeta" el asilo que le
concedió en noviembre de 2010.

  EL UNIVERSAL
miércoles 25 de mayo de 2011  03:06 PM

Ciudad de Panamá.- Panamá prevé mantener el asilo que otorgó a la exjefa de


inteligencia colombiana María del Pilar Hurtado, solicitada por la Justicia de
Colombia por un caso de escuchas ilegales, dijo hoy el canciller panameño,
Juan Carlos Varela, que aseguró que esto no afectará las "excelentes"
relaciones entre los dos países.

El canciller anunció que su colega colombiana, María Ángela Holguín, visitará


Panamá "probablemente la tercera semana de julio, en julio 24, para enviar un
mensaje claro de que tenemos relaciones fluidas, fuertes", manifestó Efe.

"Tenemos que esperar que la cancillería de Colombia presente formalmente


ante nuestro país la solicitud de extradición, nosotros vamos a evaluar lo que
se envíe, pero yo dificulto que nuestra Cancillería vaya a ir en contra del asilo
territorial, que es parte del derecho internacional", sostuvo.

Varela argumentó que el asilo territorial es una figura que "manejan los países"
y que, una vez otorgado, debe respetarse porque de lo contrario se le
"debilitaría" como herramienta del derecho internacional.

"En su momento", la Cancillería de Panamá "consideró que por las


circunstancias que se dieron" la exdirectora del Departamento Administrativo
de Seguridad (DAS, inteligencia estatal) "se merecía un asilo territorial y se le
dio", añadió Varela, al destacar que el caso en contra de la exfuncionaria "es
un problema de justicia colombiana".

El lunes pasado, la canciller Holguín también descartó que el caso de Hurtado


se convierta en un foco de conflicto entre los dos países.

"Vamos a respetar la decisión de Panamá. Yo no voy a entrar en un conflicto


con Panamá ni a pelear con Panamá por una decisión que ellos tomen", señaló
la canciller colombiana.

El mandatario panameño, Ricardo Martinelli, afirmó la semana pasada que


Hurtado permanecerá en Panamá porque su Gobierno "respeta" el asilo que le
concedió en noviembre de 2010.

El gobernante reaccionó así después de que la fiscal general colombiana,


Viviane Morales, pidiera la detención de Hurtado por cargos relacionados con
una trama de escuchas y seguimientos ilegales a magistrados, políticos de
oposición, defensores de derechos humanos y periodistas durante el Gobierno
de Uribe.
La fiscal Morales ya había aclarado en abril pasado que una orden
internacional de captura contra Hurtado no podría ejecutarse en Panamá, por la
condición de asilada que tiene, sino cuando ésta salga del país
centroamericano.

El otro investigado por el caso de las escuchas ilegales es Bernardo Moreno,


exsecretario general de la Presidencia en el Gobierno de Uribe, quien seguirá
el proceso en libertad después de que el Tribunal Superior de Bogotá abstuvo
de imponer la misma medida de detención en su contra.

El presidente Ricardo Martinelli aseguró que la exdirectora del DAS "tiene asilo
territorial" y el gobierno panameño "respeta las libertades" y por lo tanto no la
entregará a Colombia.

"María Del Pilar se queda aquí en Panamá, porque ella tiene asilo territorial, y
eso lo vamos a mantener. Panamá es un país que respeta las libertades, y al
que se le da asilo, se queda aquí", afirmó Martinelli.

La la fiscal general de la Nación, Viviane Morales, pidió este miércoles la


captura de Hurtado por los delitos de concierto para delinquir agravado, abuso
de función pública, peculado por apropiación, falsedad ideológica en
documento público y violación ilícita de comunicaciones.

El experto en Derecho Internacional, Julio Yao, expresó hoy en Noticias AM de


TVN que la concesión de asilo político a María del Pilar Hurtado, la ex jefa de la
policía secreta colombiana, no es una decisión de soberanía, sino una
arbitrariedad del Gobierno panameño.

Yao dijo en Noticias AM de TVN, que Hurtado no califica para recibir asilo
político ni territorial en Panamá.

Hurtado no es perseguida política, ni está en peligro su vida en Colombia, sino


que está sometida a las leyes ordinarias de su país, sostuvo el experto en
Derecho Internacional. Tampoco es tema de derechos humanos.

Por ello, Yao consideró que Panamá puede decidir que el asilo sea
reconsiderado, ya que no hay motivo para mantenerlo.

Afirmó que la concesión de este asilo fue una contradicción, una falta de lógica,
improvisación, desconocimiento del manejo de las normas del derecho
internacional. Aseveró que este Gobierno ha fracasado en política
internacional.

Fuentes de la Cancillería panameña informaron que el Canciller encargado,


Álvaro Alemán, notificará esta mañana a Hurtado la concesión del asilo, ante la
ausencia del Canciller Juan Carlos Varela, quien se encuentra en Estados
Unidos.

Medios colombianos, como Caracol, aseguran que la notificación se dará a las


10 a.m y que fue el ex presidente Álvaro Uribe quien solicitó al Presidente de
Panamá el asilo para Hurtado.

Hurtado no argumentó persecución, sino temor por su seguridad


personal": Cancillería de Panamá

Maria
Del
Pilar
Hurtad
o.
DEBATEJavier Bonaga, asesor de la Cancillería panameña, dijo que su país
otorgó el asilo no porque dude de la imparcialidad de la justicia colombiana,
sino por "razones de seguridad".

Miércoles 24 Noviembre 2010

En una entrevista con La FM, Javier Bonaga, asesor del canciller de Panamá,
Juan Carlos Varela, explicó que la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado
no argumentó “persecución política” en su contra para solicitar el asilo en su
país.
Bonaga, uno de los funcionarios panameños autorizados para explicar el asilo
dado a María del Pilar Hurtado, dijo que la exfuncionaria argumentó razones de
seguridad.

A la pregunta de por qué el Gobierno panameño otorgó el asilo a Hurtado,


reiteró que éste se acogió a la Convención Internacional del Asilo Territorial.

“Nosotros nos atenemos a la convención. En ella dice claramente que todo


Estado tiene derecho, en ejercicio de su soberanía, a admitir dentro de su
territorio a las personas que huyen”, reiteró Bonaga.

“Incluso, si hacemos una revisión de la Convención, en el artículo 4 dice:


"'hasta' abarcar delitos comunes cometidos con fines políticos". Nosotros no
podemos afirmar ni negar que la señora en cuestión (Hurtado) haya cometido
un delito en Colombia, no nos consta. Hasta ahora lo que le hemos otorgado es
el asilo territorial y se le ha explicado a la señora todo lo concerniente a sus
derechos, obligaciones y responsabilidades como asilada en Panamá”, dijo.

Bonaga no reconoció que el expresidente Uribe haya tenido un acercamiento


con el presidente panameño, Ricardo Martinelli, para ayudar Hurtado. “No
damos por hecho que Uribe haya tenido contacto con el gobierno de Panamá”,
aseveró.

A la pregunta de si el Gobierno panameño ponía en duda la independencia de


la justicia con su decisión, el diplomático afirmó: “Ella no invocó una
persecución política en su contra. Ella argumentó temor por su seguridad
personal (…) Nosotros lo hemos calificado como un razonable temor por la
seguridad”.

Con estas palabras Bonaga contradijo el argumento de quienes han rechazado


el asilo de Hurtado porque pone en duda la imparcialidad de la justicia. No
obstante, sin proponérselo, cuestiona los logros de Uribe en materia de
seguridad, su principal bandera.
 
Entre tanto, y según informó Caracol Radio, la Cancillería de Panamá confirmó
a través del director de Asuntos Jurídicos de la Cancillería de Panamá, Vladimir
Franco, que de recibir solicitud de extradición, se estudiará su viabilidad, y en
caso de encontrar méritos, se podría revocar el asilo concedido a la exdirectora
del DAS, María del Pilar Hurtado.
 
"Hay que valorar la extradición, si la extradición procediera entonces se va a
ejecutar, se levanta el fuero y se ejecuta la extradición (...) Hay que ver si la
extradición procede, si es viable", señaló el funcionario del Ministerio de
Relaciones Exteriores a la misma cadena radial.

De asilo ‘político’, Tuza y WikiLeaks


EUDORO JAÉN ESQUIVEL*
titojaen@gmail.com
 
2011-05-24 H ay situaciones en nuestro país que ameritan mejores
explicaciones. Una de ellas es el caso de doña María del Pilar Hurtado, hoy
prófuga de la Justicia de su país. Esta señora recibe en nuestro país un trato
igual al de un huésped oficial, amparada bajo la condición de asilo ‘político’.

No discuto el derecho de nuestro Órgano Ejecutivo de concederle asilo a doña


María; presumo que existen fuertes y sesudas razones de Estado para
mantenerle dicho estatus, a pesar de la orden de captura por actos criminales
que pesa sobre ella en Colombia; razones que deben ser de tal magnitud que
ameritan poner en riesgo nuestras históricas buenas relaciones con Colombia.
Lo lamentable es que no se dan buenas explicaciones, solo que se mantiene el
estatus y punto.

Sin embargo, cuando están en juego nuestra imagen y reputación internacional


y más aún, cuando están en peligro nuestras buenas relaciones con Colombia,
los panameños tenemos todo el derecho de conocer las razones que justifican
su presencia en nuestros lares, aunque al menos sea para poder respaldarlas
ante las eminentes críticas internacionales que surgirán indudablemente. Es
razonable solicitar explicaciones sobre el porqué del discutido asilo y, sobre
todo, sobre los beneficios que recibimos los panameños por concederle el
privilegio de permanecer en nuestro país. La ausencia de buenas explicaciones
solo engendra conjeturas y suspicacias.

Por el otro lado, doña María en un gesto de hidalguía y valentía debiera


voluntariamente entregarse a la Justicia de su país y demostrar su inocencia y
no contribuir a dañar nuestras relaciones con Colombia, estoy seguro de que
con el Estado de Derecho que hoy existe en su país y la publicidad mundial
que ha recibido su caso, el gobierno colombiano velará por su integridad física.

Háganos el favor, doña María, váyase de Panamá, se lo agradeceremos como


un noble gesto; su aun inexplicable permanencia aquí solo dará como
resultados nuestro desprecio y repudio.

La construcción de la Torre Financiera, condenada a pasar a la historia bajo el


nombre de ‘la Tuza’, es otra de las situaciones que no han sido bien
explicadas. No tengo ninguna duda de que sus promotores, arquitectos,
financistas y funcionarios del MEF, todos bien capacitados, han encontrado
buenas razones técnicas y financieras para tal monumental proyecto, pero mi
consternación va por otros lados. Me preocupa la alta prioridad que se le
concede al proyecto, cuando el país confronta otras necesidades sociales más
apremiantes. ¿Por qué no dedicar esos recursos financieros para mejorar el
suministro de agua?; ¿para revitalizar el Agro?; ¿para aumentar esfuerzos en
reducir desigualdades sociales y niveles de pobreza?; ¿para la educación? Por
el otro lado, ¿cómo se justifica la Tuza con el proyecto paralelo de una Ciudad
Gubernamental?

Las respuestas a estas preguntas son lo que los panameños esperamos. No


buscamos justificaciones financieras, que no dudamos existen, lo que
queremos conocer son argumentos de política de Estado del tan alto interés
social y beneficio general que compensen afectar el tráfico vehicular de una de
las vías de circulación más vitales, como lo es la Cinta Costera; como también
afectar el entorno físico y tranquilidad ambiental de dos de los hospitales más
importantes del país. Ausencia de buenas explicaciones, igual que el caso
anterior, solo produce conjeturas y malos pensamientos.

Por último, nada de lo que publican los WikiLeaks era desconocido a los
panameños, si no lo sabíamos, lo sospechábamos, lo que sí es revelador es el
grado de ingenuidad (por no usar otro calificativo vulgar más descriptivo) de
nuestros políticos y gobernantes al confiar secretos y confidencias; solicitar
consejos y aprobaciones, y buscar aceptación personal de los representantes
diplomáticos estadounidenses. Lo realmente dramático es que los WikiLeaks
demuestran el grado de influencia que tienen esos señores en nuestros
asuntos internos y en cierta medida nuestro grado de sujeción. Da razón a
considerarlos ‘Procónsules del Imperio’ como lo catalogan los izquierdistas.

Al final, son patéticas y ridículas las explicaciones de algunos de los afectados,


quienes alegan en otras: que eran mentiras, que las conversaciones no
tuvieron lugar, que son puros ‘bochinches’, que fueron mal interpretados o que
era mala fe; pues, la gringa no gustaba de nosotros. Ante estas reacciones nos
preguntamos; ¿qué interés tendrían los diplomáticos estadounidenses en
mentir, en inventar chismes y en denigrar injustamente a personalidades
criollas? Es difícil creer que diplomáticos como los que nos han enviado los
Estados Unidos tengan dicho comportamiento. Sencillamente, señores
afectados, aprendan la lección y no suelten la lengua; sean más prudentes
cuando hablan con diplomáticos de otros países. Sus conversaciones no serán
privadas. Ellos están obligados a reportarlas a sus gobiernos. Tengan esto
siempre en mente: divulguen solo lo que quieren que se sepa en su capital.

El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, indicó este jueves que la


exdirectora del DAS, María del Pilar Hurtado, seguirá en su país en condición
de asilada territorial.
 
En declaraciones recogidas por el periódico Panamá América, el
mandatario afirmó: "María del Pilar se queda aquí en Panamá".
 
Martinelli dijo que la razón es clara al argumentar que "ella tiene asilo territorial,
y eso lo vamos a mantener. Panamá es un país que respeta las libertades, y al
que se le da asilo, se queda aquí".
 
El 19 de noviembre de 2010, el gobierno de ese país concedió el asilo
territorial a la exfuncionaria,  investigada por el proceso de las
interceptaciones ilegales adelantadas desde el organismo que dirigió contra
varios personajes de la vida pública del país.
 
En la audiencia de imputación de cargos, realizada el miércoles contra
Hurtado y el exsecretario General de la Presidencia Bernardo Moreno, el
magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, Luis Fernando Ramírez, le llamó la
atención a la Fiscal General de la Nación, Viviane Morales, por no argumentar
jurídicamente las razones del por qué ellos deberían ser cobijados con medida
de aseguramiento.
 
La cita judicial continuará el próximo martes.

María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS, llegó a Panamá en noviembre del
2010. Y allí va a continuar.
 
Así lo aseguró a periodistas el presiente de Panamá Ricardo Martinelli, quien
aseguró que "María del Pilar se queda aquí en Panamá, porque ella tiene asilo
territorial y eso lo vamos a mantener. Panamá es un país que respeta las
libertades, y al que se le da asilo, se queda aquí”, según medios del vecino
país.
 
Mientras tanto, en Colombia, el proceso de la exdirectora del DAS tuvo un
nuevo capítulo en la tarde del miércoles, cuando la fiscal Viviane Morales le
imputó ante el magistrado Luis Fernando Ramírez, del Tribunal Superior de
Bogotá, los delitos de concierto para delinquir agravado, violación ilícita de
comunicaciones, abuso de función pública, peculado por apropiación y falsedad
ideológica en documento público, y además pidió su medida de aseguramiento.
 
La decisión del magistrado Ramírez, quien funge como juez de control de
garantías, quedó en suspenso hasta el próximo martes. Ese día deberá definir
si acepta o no la solicitud de enviar a la cárcel a Hurtado y al exsecretario de
Presidencia Bernardo Moreno, a quien le fueron imputados los delitos de
concierto para delinquir agravado, violación ilícita de comunicaciones y abuso
de función pública.
 
Lo que muchos se preguntan es qué pasará con Hurtado si es cobijada con
medida de aseguramiento, sobre todo teniendo en cuenta las recientes
declaraciones del presidente Martinelli.
 
Por ahora, la fiscal Viviane Morales solicitó la declaratoria de contumacia (por
la no comparecencia de Hurtado a la diligencia) y pidió la medida de
aseguramiento, que de ser avalada por el magistrado Ramírez llevaría a emitir
una circular roja de la INTERPOL.
 
La fiscal aclaró, recientemente, que la INTERPOL no podrá proceder en
Panamá debido al asilo territorial otorgado a Hurtado, pero que si la
exfuncionaria sale de ese país sí se podrá efectuar el recurso de la circular
roja.
 
Para la Fiscalía, las autoridades panameñas deberán conocer la nueva
situación jurídica de Hurtado y "mirar cuáles medidas se tomarán".
La cancillería justificó asilo a María Pilar Hurtado

El MInisterio de Relaciones Exteriores informó este lunes que no tiene


conocimiento de una orden de arresto internacional, contra la exjefa del DAS,
María Pilar Córdoba y reiteró que esta es beneficiada de un asilo territorial.

La cancillería, en un comunicado enviado a HORA CERO reiteró que toda


persona perseguida por delitos políticos tiene derecho al asilo.

COMUNICADO DE PRENSA SOBRE ASILO MARÍA DEL PILAR HURTADO

El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Panamá informa que


hasta el momento no se tiene conocimiento de la emisión de una orden de
detención internacional contra la señora María del Pilar Hurtado.

Al respecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Panamá


reitera que a la Señora MARÍA DEL PILAR HURTADO se le otorgó asilo
territorial mediante Decreto Ejecutivo No 301 del 19 de noviembre de 2010 y
que toda persona tiene el derecho de buscar y recibir asilo en territorio
extranjero en caso de persecución por delitos políticos o comunes conexos con
los políticos y de acuerdo con la legislación de cada Estado y los Convenios
Internacionales.

Por estos días en que la Fiscalía formaliza sus argumentos para llevar a juicio
a la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado, dentro del llamado
escándalo de las ‘chuzadas’ y los seguimientos ilegales, y se debate el asilo
político que le fue concedido por el actual gobierno de Panamá, es pertinente
registrar cómo el vecino país siempre ha estado en la agenda conjunta de
Colombia y Estados Unidos. Al menos así lo revelan los cables diplomáticos
que fueron enviados desde la Embajada de Bogotá a Washington entre los
años 2007 y 2010.

Uno fechado en marzo de 2007, por ejemplo, dejó al descubierto tensiones


entre los dos países por el anuncio del entonces presidente Uribe de restringir
el acceso de bienes provenientes de la zona de libre comercio de Colón
(Panamá). Del vecino país se registraban protestas porque había un acuerdo
firmado entre las dos naciones e incluso un oficial de la Embajada observó que
la postura de Uribe obedecía a la negativa panameña a la construcción de la
carretera Panamericana a través del Darién.

Las opiniones apuntaban a que en Panamá se temía que abrir esa carretera
iba a facilitar las acciones de las Farc e incluso también se decía que Uribe
presionaba por razones personales, pues la obra iba a beneficiar a su
departamento natal, Antioquia. En el gobierno del entonces presidente Martín
Torrijos, según los cables liberados por Wikileaks, se tenía la creencia de que
en Colombia había malestar por el contrabando proveniente de Panamá, pero
que la cooperación comercial realmente estaba afectada por el tema de la
carretera.

Ese mismo año, 2007, hacia el mes de junio, un nuevo cable diplomático
evidenció otro motivo de tensión permanente en la frontera: los refugiados. La
base de la discusión en ese momento fue la presentación del informe titulado
“Desplazados colombianos en la frontera”, que el entonces canciller de
Panamá hizo llegar a la Embajada de Estados Unidos con el propósito de
debatir sobre la obligación del vecino país de preservar su frontera, pero al
mismo tiempo atender el problema de los refugiados, perseguidos por la
guerrilla.

En ese momento la opinión panameña era la que podía proveer una asistencia
humanitaria temporal y que no podría aplicar los tratados de refugiados de
1951 y 1967, porque los colombianos estaban huyendo de la guerrilla y no del
gobierno. Por eso su idea fue no darles a los refugiados ese estatus, toda vez
que el asunto se había convertido en un problema localizado y que en el vecino
país la decisión era más bien prestar una asistencia humanitaria y que
Colombia resolviera el dilema en la región fronteriza.

La Embajada comentó que la decisión del gobierno panameño de negarles a


los refugiados el estatus legal, porque eran perseguidos de la guerrilla, no era
correcto, sus argumentos eran infundados y la determinación estaba por fuera
de la condición de refugiados de 1951. En el cable quedó manifiesto que el
juego de palabras y maniobras de Panamá en su atención a los refugiados
estaba enfriando sus relaciones con la ONU y posicionando un argumento
infundado, cuando lo único importante era que los refugiados demostraran un
ambiente de persecución.

Ya en el año 2008 saltaba a la vista que la frontera con Panamá era un tema
caliente. La prueba es que en agosto de ese año se reportó en un cable
diplomático que unos 60 hombres habían entrado a la provincia del Darién, lo
cual había aumentado el miedo en la región. Aún así, la percepción era que
todos los comentarios públicos del gobierno panameño apuntaban
abiertamente a abstenerse de señalar a las Farc y hablar más bien, en
abstracto, de elementos criminales. De todos modos, era evidente la presencia
militar en la región.

La percepción en la Embajada era que no esperaba mucho del gobierno


panameño, pues el tema de las Farc se clasificaba más como un problema
colombiano. Del lado colombiano, se pretendía una mayor colaboración, al
tiempo que se presionaba a la guerrilla en la región fronteriza. Además, se
reclamaba acción contra el tráfico de drogas y de armas. Con el cambio de
gobierno, en 2009, quedó claro que el nuevo presidente, Ricardo Martinelli, de
entrada fue más receptivo a las peticiones y pretensiones del gobierno de
Álvaro Uribe.

 El último cable de 2010 sobre el tema recogió la complacencia del entonces
presidente Uribe con su homólogo Martinelli por una acción del Servicio
Nacional de Fronteras de Panamá contra la guerrilla de las Farc, pero
también las inquietudes de los sectores de oposición por las relaciones entre
los dos mandatarios respecto al polémico tema de la seguridad en la frontera.
De todos modos, era claro que el cambio de gobierno en el vecino país era
favorable para Colombia.

 Un año después esta realidad quedó evidenciada cuando el gobierno de


Ricardo Martinelli le otorgó asilo político a la exdirectora del DAS, María del
Pilar Hurtado. Entonces se dijo que quien había estado detrás de esa petición
había sido el propio expresidente Álvaro Uribe. Los cables de Wikileaks
dejan ver al menos las fricciones y particularidades de una relación
internacional donde los refugiados eran un inconveniente, pero el asilo no lo
fue. Sólo sigue generando el debate judicial y político.

A María del Pilar Hurtado la puede acusar la Fiscalía General de la Nación con
las pruebas más sólidas, pero si desde el poder judicial continúan las voces
que la condenan a priori, es casi seguro que el Gobierno de Panamá no le
retirará el asilo concedido y, mucho menos, que se la entregará a las
autoridades colombianas si la piden en extradición.

A la exdirectora del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el


Ejecutivo panameño la cobijó con esta medida no para evitar la acción de la
Justicia colombiana -pues en el momento en que solicitó el asilo no tenía
ningún cargo en contra por delitos comunes o políticos-, sino para darle
seguridad, pues el argumento de la señora Hurtado fue que temía por su vida.

Y eso no es extraño, pues esta figura de asilo para brindar protección a la vida
de una persona es una de las más usadas por los Estados y son muchos los
colombianos que, en este momento se encuentran en calidad de asilados -no
de refugiados- por razones de seguridad.

"La prueba de que está en riesgo no es necesaria. La Cancillería panameña,


como en todos los países del mundo, parte de la buena fe de que lo dicho por
el solicitante de asilo es verdad. Esta es la doctrina que se maneja en este
tema", aseguró Vladimir Franco, director general de Asuntos Jurídicos y
Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá.

Fue este hombre quien, la mañana del pasado 18 de noviembre recibió a María
del Pilar Hurtado en su despacho del segundo piso de la Cancillería, luego de
que la exfuncionaria colombiana se presentara de improvisto y manifestara en
la portería su intención y entregara una nota en ese sentido.

Franco se abstuvo de hablar sobre los detalles, pues son confidenciales, y


señaló que tras hablar con la señora Hurtado, y ante lo que consideró un temor
fundado de la solicitante, redactó un concepto jurídico favorable al asilo y lo
remitió al canciller y vicepresidente panameño, Juan Carlos Varela, quien a su
vez dio un informe al presidente Ricardo Martinelli.

"Creo que ese mismo jueves en la tarde o noche se tomó la decisión. Al día
siguiente se elaboró la resolución, que le fue notificada personalmente a la
señora Hurtado el lunes pasado", dijo.

Las controversias
Mientras el Presidente y su grupo de coalición defienden el asilo ante las
críticas de sus opositores, Vladimir Franco ha sido el encargado todos estos
días de dar la cara ante los medios de comunicación. Por momentos se le ha
visto un poco descompuesto, pero responde siempre con palabras medidas de
jurista y diplomático.

"Se nos señala de actuar manera apresurada, pero en estos casos siempre se
debe hacer el trámite rápido, ante el peligro inminente que puede correr esa
persona. Por eso nos tomamos menos de 24 horas para darle respuesta a la
señora Hurtado", dijo, tras lo cual aseguró que no creía que la exdirectora del
DAS hubiera hecho contactos previos, pues solo se enteró de la decisión
"cuando informaron que había alguien solicitando asilo, porque eso
corresponde atenderlo a este despacho".

El peligro inminente que María del Pilar Hurtado manifestó correr en Colombia
no lo siente en Panamá. Cualquier Estado que concede asilo a alguien, está
obligado a proteger a esa persona, pero al recibir la notificación de la acogida
por el Gobierno panameño, ella no solicitó protección especial y, por tanto,
anda sin personal de seguridad, al menos de manera oficial.

Pero por la alegada falta de seguridad en Colombia, se ha generado parte de la


controversia. El presidente Juan Manuel Santos y el ministro de Interior,
Germán Vargas Lleras, aseguraron que la exdirectora del DAS tenía las
medidas necesarias para alguien que manejó buena parte de la lucha contra el
crimen organizado y otros grupos armados ilegales.

En Panamá, esas declaraciones públicas no son suficientes aún para que la


administración de Martinelli le revoque el asilo. "En el hipotético caso de un
pedido de extradición, el Gobierno de Colombia debe hacer una declaración
oficial de garantías de seguridad a la señora Hurtado para que nosotros
podamos entregarla. Lo debe hacer por los canales diplomáticos, sea verbal o
por escrito. Se trata de garantías de seguridad física y de integridad para que
ella pueda enfrentar su proceso o cumplir su condena, en caso de que sea
condenada", indicó Vladimir Franco.

Y más aún, recuerda el funcionario de la Cancillería panameña, si persisten


algunas posiciones en una de las ramas del poder público, se dificultará aún
más cualquier solicitud de extradición por parte del Gobierno colombiano.

"El presidente (encargado) de la Corte Suprema de Colombia (Jaime Arrubla)


utilizó unas palabras con unos calificativos en los que prácticamente la
condena y eso nos muestra que no está dando las garantías para esta
persona. Eso lo dijo él en Colombia, pero nosotros solo tuvimos en cuenta lo
que dijo ella aquí", que fue antes de las declaraciones del magistrado.

Sin embargo, el ejecutivo panameño puede considerar esas palabras de


Arrubla y, por más bien que estén sustentados y explicados los cargos que la
Fiscalía colombiana le impute a la exdirectora del DAS, acogerse a los
convenios internacionales que obligan a los países asilantes a no poner o dejar
en riesgo al asilado.

Y precisamente para evitar poner en riesgo a la señora Hurtado, el Gobierno


panameño no informó a su similar de Colombia, que fue uno de los reclamos
hechos por Santos y la canciller María Ángela Holguín, quien incluso habló de
la posibilidad de una nota de protesta, algo que va en contra de las normas
internacionales, pues los tratados establecen que los Estados son soberanos
para conceder asilo sin dar explicaciones y sin que los demás Estados las
exijan.
Hoy, mientras en la prensa y en círculos políticos panameños y colombianos se
discute aún la conveniencia o no de este asilo territorial, María del Pilar Hurtado
permanece en algún lugar de este país centroamericano, sin poder hablar
públicamente de su caso, a la espera del nuevo rumbo que pueda tomar su
proceso en Colombia y en Panamá.

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