Professional Documents
Culture Documents
Jean Claude-Ludi plantea que en la actualidad “vivimos la ruina de la profesión (…), estamos
haciendo lo mismo que la escuelas de medicina en el siglo XIX”2.
Pero ¿cuál el camino? ¿existe un único camino para enfrentarnos a los nuevos retos de praxis de la
producción arquitectónica, en tanto teoría y acción?
Lo más probable es existan múltiples caminos, como arquitectos en Bolivia y el mundo, pero lo que
diferencia a todos ellos es la solidez con que pueda fundamentarse y argumentarse la práctica
desde una teoría 4, y viceversa, elaboradas éstas no con el afán de universalizarse irreflexivamente,
más bien como contribución a la disciplina y su lenguaje para su desarrollo coherente en la compleja
realidad histórica actual.
En ese sentido, si bien este documento se propone una reflexión sobre el concepto de arquitectura
como ciencia, a partir del desarrollo de su concepción histórica, clasificación, definición y funciones
del conocimiento, desde la perspectiva de varios autores y posturas ideológicas, el autor solo utiliza
los argumentos iniciales sobre ciencia y su clasificación, claramente positivistas, en sentido didáctico
y opta a interpretar el sentido esencial de arquitectura como una disciplina social por tanto
materialista histórica y dialéctica, en síntesis: una reflexión epistemológica sobre la arquitectura y los
principios teóricos básicos para efectuar su valoración crítica en el marco de los procesos de praxis y
formación profesional.
1 Los dogmas de la arquitectura antigua y moderna, entendiendo la modernidad arquitectónica como los proceso y sistemas arquitectónicos resultantes
desde el Renacimiento, fueron cuestionados desde varias posturas durante el Siglo XX, la aparición de la crítica arquitectónica así como el
afianzamiento de una nueva cultura posmoderna que pretende establecer la reestructuración teórica y práctica en las ciencias, habrá de plantear
caminos y recovecos difíciles de seguir. Cuando Jencks intentara sistematizar las corrientes ascendentes de la arquitectura en los años 70 y 80 no
sospechaba que la tarea, en el marco de la globalización masiva posterior, fragmentaría aún más las explicaciones de la práctica individualizada de los
arquitectos. La multitudinaria, dinámica y compleja realidad de la arquitectura actual, a la par de las prácticas inter y transdicisplinarias, hace que en
muchos casos la adscripción a cuerpos teóricos y tendencias en la producción arquitectónica superen la formalidad tradicional de sus procesos de
concepción y valoración en las escuelas de formación, de esta manera los aparentes saltos “cualitativos”, principalmente en la estética arquitectónica,
derivan sin referencias precisas.
2 Jean Claude-Ludi en “La Nación”, Chile, 8 de agosto de 2004.
3 Héctor Maletta “Epistemología Aplicada: Metodología y Técnica de la Producción Científica”, 2008: 55.
4 Aquí “teoría” deberá comprenderse como el soporte de las acciones, el don del lenguaje, como plantease Borón…
El problema del conocimiento
El conocimiento como proceso se remonta a los albores del razonamiento humano, así la facultad de
conocer es inherencia inmanente a la naturaleza del homo sapiens.
A partir del griego philos: amor por; sophos: ciencia, y del latín scientia: conocimiento, se puede
comprender que filosofía es en definición sencilla el “conjunto de saberes (conocimientos) que busca
establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el
conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.”5
Sujeto Objeto
Filosofía
Esquema 1: La mente (sujeto) encuentra en la naturaleza (objeto) el conocimiento infinito y la verdad metafísica (filosofía)
La filosofía antigua, desde los tiempos presocráticos, ejercitaba una actitud “realista” ante el
problema del conocimiento, pues aceptaba que la mente podría conocer cuanto le rodea, de esa
manera, el acceso a la verdad sería posible a través de una comprensión metafísica (más allá de la
naturaleza) de la realidad.
(Introducir concepción metafísica de la concepción de la realidad, ¿la idea es la realidad? ¿es la realidad una proyección fantasmagórica de la Idea? o
¿son las ideas la proyección de la realidad?)
5 En “Diccionario de la lengua española” Real Academia Española (RAE). Los paréntesis son nuestros.
La ciencia moderna
A partir de los aportes sistemáticos en matemáticas y física de Copérnico, Galilei y Newton, en pleno
nacimiento de la edad moderna, y en claro cuestionamiento del aristotelismo imperante que
considera la ciencia como un conocimiento ‘teorético’, el conocer por el conocer; Francis Bacon
plantearía que la ciencia tiene un fin eminentemente práctico, debe ser útil en la vida del hombre.
Sujeto Ciencia
Objeto
Esquema 2: La mente (sujeto) encuentra en la naturaleza (objeto), el conocimiento y la verdad material a través de un
método (ciencia)
“El fin de la ciencia no es la contemplación de la naturaleza, sino el dominio de la misma, pero ello
sólo será posible si la conocemos, porque ‘natura nisi parendo vincitur’ (a la naturaleza se la domina
obedeciéndola) ya que ‘conocimiento y poder humano viene a ser lo mismo’. Es decir, hay que
conocer las leyes que rigen los fenómenos naturales para que, sometiéndose a ellas, se las utilice
en propio beneficio.”6
Tal visión utilitarista del conocimiento puede entenderse desde diversos puntos, están presente en la
historia los aciertos y desaciertos de tal visión filosófica, pero a saber, y en esencia, la ciencia como
aspecto de la cultura es “el resultado de la elaboración intelectual de los hombres, que resume el
conocimiento de estos sobre la realidad que le rodea y surge de la actividad conjunta de los
individuos en la sociedad.
Paul Feyerabend 8 sugiere que en relación a las múltiples y radicales transformaciones de la idea de
“ciencia” a través de la historia, y siendo los estándares científicos propios de condiciones socio-
culturales diversos, intentar hacer una evaluación de las teorías científicas existentes en los campos
de conocimiento comparándolas unas con otras para definir cuál es la mejor9, es un trabajo inútil.
Tal postura radical, se manifiesta ante una visión cerrada del positivismo en pleno Siglo XX, que
desde ciertas esferas de la comunidad científica habrá de proponer su método como el más
adecuado para desarrollar el conocimiento.
originarios”, 2006:9.
11 Luis Gerardo Meza Cascante “El paradigma positivista y la concepción dialéctica del conocimiento”, 2003.
Positivismo Dialéctica
Sin embargo de las diferencias epistemológicas entre ambas concepciones del desarrollo del
conocimiento humano, que se encuentran por los principios arriba mencionados y el aparente
dualismo entre las ciencias humanas (sociales) y naturales 12, la lógica del enfoque dialéctico en el
empleo de herramientas de características cuantitativas en el estudio de procesos en el mundo
social, plantea, al contrario de cerrarse en un empirismo fundamentalista, el afianzamiento científico
de disciplinas como la sociología, economía, arquitectura, entre otras, en la medida en que sus
métodos se adaptan a los requerimientos propios de su trabajo de investigación y desarrollo de su
campo y objetos de conocimiento.
El pensamiento complejo
Ante el reduccionismo de la construcción objetiva del conocimiento de la realidad a factores de
causalidad lineal, el tejido de lo objetual y lo subjetivo de las relaciones humanas en las esferas
antropo-bio-cosmológicas hace la realidad cognoscible en franco reconocimiento de la complejidad
de lo viviente, la complejidad de la tierra, la complejidad cósmica.
“La complejidad abarca al mismo tiempo los fenómenos, los principios fundamentales que rigen los
fenómenos, y los principios fundamentales –metodológicos, lógicos, epistemológicos– que rigen y
controlan nuestro pensamiento.”13
“Morin resalta incesantemente que el pensamiento complejo es ante todo un pensamiento que
relaciona y que es el significado más cercano al término complexus (lo que está tejido en conjunto).
Ello equivale a decir que en oposición al modo tradicional de pensamiento, que divide el campo de
los conocimientos en disciplinas atrincheradas y clasificadas, el pensamiento complejo es un modo
de religación (nótese que del término latino religare emana la palabra “religión”). Por consiguiente, se
opone al aislamiento de los objetos de conocimiento, los restituye a su contexto y, toda vez que
resulte posible, los reinserta en la globalidad a la cual pertenecen.” 14
Partiendo del reconocimiento del ser humano como centro de la realidad, la superación de la división
y la simplificación de pensamiento pretende no estructurar y completar la realidad cognoscible sino
asumir que ésta es enorme, invisible y misteriosa, en este sentido, la complejidad y el pensamiento
complejo no son categorías conceptuales teóricas sino hechos de la vida: los entrelazamientos,
ligas, interacciones dinámicas de los fenómenos y sistemas que componen el mundo natural-social.
12 Héctor Maletta en “Epistemología Aplicada: Metodología y Técnica de la Producción Científica”, 2008: 48-54. La caracterización de este dualismo
Según Miguel Grinberg, Morin plantea tres líneas de reflexión sobre la complejidad:
“Vivimos bajo el imperio de ideas racionalizadoras, que no consiguen darse cuenta de lo que
sucede y privilegian los sistemas cerrados, coherentes y consistentes. La ciencia económica
contemporánea –formalizada y matemática– es un magnífico ejemplo de racionalización.
Esta completamente cerrada, no consigue percibir las pasiones, la vida, la carne de los
seres humanos. Por eso, es incapaz de hacer previsiones cuando surgen acontecimientos
inesperados”. 17
15 Edgar Morin en “El paradigma perdido: ensayo de bioantropología”, Ed. Kairós, Barcelona, España, 2008:143.
16 Edgar Morin en “Mis demonios”, Ed. Kairós, Barcelona, España, 2005:283.
17 Edgar Morin citado por Miguel Grinberg en “Edgar Morin y el Pensamiento Complejo”.
las relaciones de procesos ligados a lo biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural,
social e histórico.
En este sentido el campo de acción del conocimiento tiende a la holística, como el estudio del todo
complejo, de lo multi a lo transdisciplinar, por sobre el reduccionismo, como estudio de las partes del
todo, lo disciplinar.
Para poder comprender de manera formal el planteamiento de la arquitectura como una ciencia, es
necesario caracterizar el universo de ciencias y su organización, por eso el siguiente titulo pretende
ubicar a la arquitectura en el marco de las clasificaciones de las ciencias existentes.
Desde que Comte y St. Simon plantearan sus respectivas clasificaciones de la ciencia hacia el siglo
XIX, son numerosos los científicos preocupados, que han intentado ordenar el conocimiento de
manera coherente, con varios niveles conceptuales que puedan facilitar las tareas de investigación.
A pesar del intento, la perspectiva actual es confusa al respecto, pues el desarrollo de ciencias
intermedias, producto de las tareas inter y transdisciplinares derivadas de la teoría del pensamiento
complejo, además de cierto fundamentalismo empirista, ha complejizado cualquier tarea de
sistematizarla, se puede afirmar que “el árbol de la ciencia” goza de una frondosidad tal, que nadie
se anima a podarlo. 18
“La ciencia se puede clasificar según, su objeto, su método, otros por su afinidad, su complejidad y
dependencia, sin embargo toda clasificación tiende a buscar los vínculos o relaciones existentes
entre las diferentes disciplinas o formas de conocimiento, así una clasificación o división acertada
18Juan José Ibáñez hace una caracterización de la clasificación de las ciencias y los recursos web sobre el tema en “Clasificación de las Ciencias: El
Caótico Árbol del Conocimiento”, http://weblogs.madrimasd.org/universo/archive/2009/01/15/111198.aspx
implica la presencia del objeto propio de cada ciencia y sus relaciones con otras áreas afines, el
método o requerimiento de cada ciencia para enfrentar su objeto, e igualmente su propósito para los
cuales produce el hecho de investigación.”19
A partir del sistema propuesto por Comte, varios autores, entre ellos Mario Bunge 20, Nasif Nahle21,
Rudolf Carnap 22, M.B KerdroV. 23, Adela Cortina 24 y otros, han propuesto una clasificación ciencias a
partir de sus objetos de estudio y sus métodos, que con sus variantes mínimas mantienen la
constante: las ciencias formales y las ciencias fácticas.
Las ciencias formales tienen como objeto de estudio entes ideales sin existencia real y su método es
la deducción; mientras que las ciencias fácticas se ocupan del estudio de los hechos, los procesos,
los objetos y las cosas, su método es la observación y la experimentación, aunque también la
deducción. 25
Joaquín Fernández Pérez nos propone una clasificación sencilla de tres tipos de ciencias a partir de
sus propósitos u objetivos de uso: “la ciencia básica, cuya misión es explicar los fenómenos de la
naturaleza porque la propia ciencia los demanda para conocer mejor; una ciencia aplicada cuyo fin
es resolver problemas sociales y económicos en general o empresariales en particular; y desarrollo
tecnológico, que pretende resolver los grandes retos de la producción de bienes y servicios.” 26
19 Julio César Pech Salazar en “Clasificación de las Ciencias”, ITESCAM, México, en el Programa de Fundamentos de Investigación de la carrera de
Ingeniería en Sistemas Computacionales, 2007; http://www.itescam.edu.mx/principal/webalumnos/sylabus/asignatura.php?clave_asig=ACU-
0402&carrera=ISC0405001&id_d=52
20 Mario Bunge en "La ciencia, su método y su filosofía", Editorial Panamericana, 1998
21 Nasif Nahle en “Ciencia”, 2007; http://biocab.org/Ciencia.html
22 Rudolf Carnap en “Ciencia y el método científico” en http://www.scribd.com/doc/247451/Ciencia-y-el-metodo-cientifico, y “Ciencia” en
http://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia
23 M.B KerdroV V. en “Ciencias”; http://www.edumexico.net/menu/ciencias/ciencias_formal_factual.html
24 Adela Cortina en “Clasificación ciencias”; http://www.proyectoafri.es/ffia1/cd3fciencia/ffiaciencia/clasificiencias1.htm
25 Mariano Davis “La ciencia, características y clasificaciones”; www.monografias.com
26 Joaquín Fernández Pérez “¿Cómo se hace la ciencia? y ¿Cómo se comportan los científicos?”, Facultad de Ciencias Biológicas, 2006:2.
Aritmética
Teoría de
conjuntos
Matemática
Formal Algebra
Lógica
Geometría
Física
Química
Físicas
Ciencia Filosófía Geología
Astronomía
Geografía
Natural
Biología
Fisiología
Biológicas Anatomía
Botánica
Psicología Genética
Factual
Zoología
Sociología
Antropología
Economía
Sociales
Ciencias políticas
Geografía humana
Historia material
Historia de las
ideas: arte,
ciencias, otras.
Estas tres formas de conocimiento se relacionan entre sí de manera armónica o simbiótica, aunque
tengan reglas diferentes.
Una última clasificación de las ciencias a considerar, es la que utiliza UNESCO para la organización
de los trabajos de investigación de alto nivel, la “Nomenclatura Internacional de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura para los campos de Ciencia y
Tecnología”28.
Dicha clasificación codifica y ordena las disciplinas del conocimiento científico en función al objeto de
estudio y sus desdoblamientos en objetos más pequeños y específicos, la codificación de esta
27Clasificación esquemática de las ciencias más común, pero que no enuncia a la Arquitectura en la estructura principal, por lo que habría que deducir
de las concepciones históricas y epistemológicas, propias de ella para su definir su ubicación objetual.
28Se puede consultar a detalle esta nomenclatura en http://www.et.bs.ehu.es/varios/unesco2.php#6201
clasificación tiene como objeto de inicio al valor en base a cifras de dos, y sucesivamente las cifras
de cuatro o seis dígitos, se estructura según el nivel de detalle del trabajo. La clasificación general y
su desdoblamiento a partir de dos dígitos es el siguiente:
Los campos de investigación propuestos por esta nomenclatura, ubican las tareas comunes de la
arquitectura, de manera independiente lo que afirma la tendencia histórica de la disciplina como arte
y ciencia.
Ciencia Arte
Tecnología
Si consideramos a la cultura como concreción objetiva y subjetiva de los seres humanos, se podrá
establecer que sus dimensiones creativas son: ciencia, arte y tecnología.
Es importante remarcar que, primero, al ser la arquitectura una ciencia social, es decir que su objeto
de conocimiento se encuentra contenido en los procesos sociales y sus relaciones de apropiación de
la naturaleza, ésta tiene un propio cuerpo teórico, leyes, principios, procesos, métodos y conceptos
que la explican; segundo, que la arquitectura al ser un objeto físico, se encuentra materialmente
determinado y se puede explicar desde un cuerpo teórico propio de las ciencias naturales: física,
biología, geografía, otros; la relación transversal de ambos criterios contribuyen a hacer de la
arquitectura una disciplina científica compleja.
Análisis etimológico
El concepto “Arquitectura” proviene del griego “αρχ” (arch), cuyo significado es jefe/a, quien tiene el
mando, y de “τεκτων” (tekton), es decir constructor o carpintero.
Así, para los antiguos griegos el arquitecto es el jefe o el capataz de la construcción y la arquitectura
es la técnica o el arte de quien realiza el proyecto y dirige la construcción del edificio y las
estructuras, ya que, para los antiguos griegos, la palabra “Τεχνη (techne)” significa saber hacer
alguna cosa 32, entonces una acepción de arte no ligada al sentimiento se direcciona al “buen obrar”
en sentido técnico, de dominio de la materia por parte de un oficio.
Otros estudios plantean a las palabras “arjé”, el principio o comienzo y “tekton” cuyo significado sería
construir o edificar.
A partir de la primera palabra se puede hacer una doble interpretación de arquitectura: “la primera
como el principio de edificar, en cuanto se entiende el término principio como base o realidad
fundamental de la técnica de proyectar y construir edificaciones. La segunda como principio de
fundar, derivado del significado del término comienzo, que puede relacionarse a la idea de
establecerse de un modo permanente, a la que la arquitectura también puede asociarse.” 33
Esquema 7: Arquitectura históricamente es un Sistema de Ideas, una Actividad Operativa, Un Objeto Terminado 35
Eliana Cárdenas anota sobre ésta caracterización de definiciones que, “no debe perderse de vista
que la producción de los arquitectos (o proyectistas, o cualquiera que construya) tiene como
propósito conformar los “objetos” que integran el marco de vida humano” 36; sin embargo, en su
estudio, Ludeña señala la existencia de una mayor frecuencia a concentrarse en el objeto de la
arquitectura como resultado tangible, aislando el producto del proceso creativo y de las condiciones
y factores que lo modelan. 37
Proceso de
producción
1. Sistema de ideas
2. Actividad operativa
Esquema 8: Relación dialéctica Necesidad-Proceso de Producción-Edificio
Los elementos detectados por Ludeña en las definiciones nos permite inferir tres eslabones
interrelacionados entre sí: la necesidad humana y el objeto arquitectónico; la primera como situación
inicial y la segunda como situación terminal, más un tercer eslabón intermedio que se encarga de
articular a ambos, el proceso de producción (que comprende las relaciones sociales y de producción, así como sus
contradicciones en el marco de la lucha de clases a lo largo de la historia).
Dicho soporte, y su proceso de producción y consumo 38, son una expresión sintética de una
específica concepción del mundo social, que en su dinámica vendrá a complejizar, ya no
formalmente su definición, sino que la explicación conceptual misma; más aún cuando la historia del
pensamiento nos plantea un derrotero de elaboraciones que continúan un abstraccionismo del
mundo.
Así es comprensible que la concepción de arquitectura como arte, ciencia o espacio, definiciones
propias de contextos históricos específicos, se concentre en un reduccionismo metafísico o
desligado de las condiciones materiales propias de la historia subyacente en la práctica de los
dogmas del diseño arquitectónico occidental, universalizado desde hace décadas.
Esta historia puede dividirse en dos periodos: uno primero corresponde a la historia de la
arquitectura antigua, en la que caben las expresiones culturales de Euroasia y África,
particularmente aquellas desarrolladas alrededor del Mediterráneo, y como segundo, en un
paralelismo con la revolución del pensamiento moderno y el nacimiento y desarrollo del capitalismo,
la expresión cultural del continente europeo principalmente, y con la colonia, América.
Para el motivo de este titulo, el estudio se concentra en el segundo periodo, que a su vez contiene a:
Renacimiento, Ilustración, Siglo XIX, Movimiento Moderno, Posmodernismo; no se pretende una
crónica detallada, sino una caracterización general que pueda contribuir al entendimiento del objeto
de la arquitectura y su desarrollo adecuación en el tiempo.
38"el producto de la rama de la construcción, el 'espacio construido' (producción) tiene la particularidad de necesitar del suelo urbano, no sólo para su
proceso de producción, sino también para su proceso de consumo (bien transferible o producto que se vende y compra)” Jaramillo, S., 1982:156. Los
paréntesis son nuestros.
39 Aquí es importante apuntar que nuestro estudio se referencia esencialmente a la arquitectura como fenómeno de producción social derivado de la
cultura occidental europea, es decir, la denominación “arquitectura” comprende en sí una acepción cultural que remonta su identidad epistemológica-
gnoseológica a la elaboración y reelaboración de conceptos orientales y mediterráneos por parte de las culturas clásicas antiguas europeas y su
posterior divulgación global desde el modernismo por el despliegue colonial hacia el oriente y América.
En ese sentido, se debe reconocer que la arquitectura como disciplina de construcción del conocimiento desde la lógica occidental difícilmente podrá
establecer en su cuerpo teórico los principios y fundamentos de la praxis de producción del hábitat desarrollado por formaciones sociales con lógicas
propias de concepción y producción material espiritual de la realidad. A partir de ello la interpretación de “arquitectura” puede tener múltiples
ascendentes y fundamentaciones socio-culturales históricas con sus propios sistemas de auto-organización, producción, reproducción y consumo.
Del Renacimiento y la Ilustración
En arquitectura
“De Architectura Libri Decem” de Marco Vitruvio es el único tratado del mundo antiguo que pudo
llegar intacto en sus escritos hasta el Renacimiento europeo. En plena transición del periodo obscuro
de la edad Media, la recuperación del pensamiento clásico greco – romano expresado en los
principios vitruvianos que hacen a la práctica arquitectónica, por parte de los humanistas como Leon
Battista Alberti en Italia, Jean Martin en Francia, John Shute en Inglaterra, Walter Rivius (o Ryff) en
Alemania 40 entre muchos otros, establecerá la basa doctrinal sobre la cual han de esgrimir y
promover la elevación del objeto de la arquitectura hacia el status de ARTE, centrando los principios
operativos de la disciplina en la concepción estética del edificio.
La expansión de la ciudad, museos, teatros, parques, bibliotecas y una revisión crítica de los
preceptos vitruvianos tratados por los hombres amparados en los círculos de poder político
religiosos, demarcará la ruta de la arquitectura neoclásica hasta entrado el siglo XIX, para Francesco
Milizia en Italia, Claude-Nicolas Ledoux en Francia, Karl Friedrick Schinkel en Alemania, Isaac Ware
en Inglaterra 43, entre otros, la búsqueda de un modelo arquitectónico de validez universal motivará
una nueva mirada hacia el pasado greco-romano y su relación con la naturaleza, pero con el
convencimiento de que la arquitectura debiera de replantear su excesiva inclinación al esteticismo y
encontrar una nueva lógica para responder a las expectativas de la época.
"La Arquitectura es el Arte de Construir (...) es: 1º La base y regla de todas la otras Artes. 2º
Forma la ligazón de la Sociedad Civil. 3º Produce y aumenta el comercio. 4º Impulsa la
riqueza pública y privada en beneficio y en decoro del Estado, de los propietarios y de la
posteridad. 5º Defiende la vida, los bienes, la libertad de los ciudadanos" (Del Tomo I) 44
Se siembran en este periodo las motivaciones de un gran puñado de arquitectos que a lo largo del
siglo XIX plantearán y replantearán el objeto de la disciplina, buscando el salto de calidad que se
adecúe a las nuevas condiciones de la historia.
El progreso científico e industrial experimentado durante los siglos XVIII y XIX, inaugurarán el
surgimiento de nuevas formas de vida, la nueva realidad se fundamenta en:
Los nuevos pensadores de la sociedad (pos) industrial cuestionarían no solo el cuerpo doctrinal de la
disciplina, sino los fundamentos científicos de la misma, así como los procesos de formación en las
Academias.
El racionalismo abrirá las puertas a un debate subyacente en la búsqueda de nuevos “estilos”, como
Arte, la arquitectura debe de replantearse en su concepción limitada e intuitiva de “el buen obrar”
metafísico y adquirir renovadas dimensiones que se ajusten a los requerimientos sociales y de las
dinámicas de producción, las máquinas, las nuevas técnicas, materiales y procedimientos.
El desarrollo de la tecnología, del hierro, el vidrio, el concreto y más tarde el acero, generaron la
noción de progreso o de la supremacía nacional en la ciencia, el caso de los monumentos
conmemorativos de las ferias mundiales: el Palacio de Cristal (1851) de Joseph Paxton en Inglaterra
o La Torre Eiffel (1889) de Gustav Eiffel en Francia, pusieron en evidencia que muchos de los
planteamientos teóricos de la época se alejaban de una realidad técnica que posibilitaba el
replanteamiento de los procesos tradicionales de construcción, las posibilidades funcionales, las
percepciones y relaciones espaciales. Fue en el trabajo de los ingenieros como Paxton y Eiffel que
se sentarían los principios de la arquitectura desde un enfoque industrial.
Una visión diferente de la realidad de la sociedad y su ciudad industrial irá generando, también
durante este periodo, una perspectiva romanticista de recuperación de los lazos con la naturaleza.
Henry Van de Velde en Bélgica, Charles Robert Ashbee en Inglaterra abogarían por la recuperación
del trabajo manual; el Art Noveau de Antoni Gaudi en España y Victor Horta en Bélgica recurrirán al
trabajo artesanal del ornamento; Louis Sullivan y Frank Lloyd Wright en Estados Unidos elaborarán
analogías orgánicas para desarrollar sus propuestas arquitectónicas; Ebenezer Howard en Inglaterra
propondrá la regeneración de los aspectos sociales y biológicos en su propuesta de Ciudad Jardín.
El discurrir de estas corrientes de pensamiento se extenderá durante la transición del Siglo XIX al
XX, pero en el proceso de ruptura de la nueva realidad con los estilos clásicos y académicos, se
había llegado a un estado en que reconoce que la “concepción de una arquitectura moderna
implicaba un compromiso sincero con las nuevas realidades sociales y tecnológicas provocadas por
la industrialización; también implicaba el rechazo de las imitaciones superficiales de las formas del
pasado, y una plasmación más ‘directa’ u ‘honrada’ del mundo contemporáneo, por no decir una
imprecisa anticipación de un futuro mejor”. 45
La sociedad del Siglo XX que confía en la idea del progreso como noción de que el presente supera
al pasado, y el mañana será aún mejor que hoy, se caracteriza por la fe en la razón humana, en su
capacidad de resolver sus problemas a través de la generación y acumulación de conocimientos: las
ciencias.
En arquitectura
El siglo XX se puede caracterizar de forma general como un proceso continuo de lucha entre
conocimiento científico e intuición, lecturas de condicionantes ideológicas y necesidades sociales,
analogías mecánicas y naturales, búsqueda de nuevas espacialidades, estética, funcionalidad, entre
otras. En síntesis dos posturas encontradas sobre el espíritu de los tiempos que se extiende hasta
hoy en día: una primera concentrada en sugerir que “el gran estilo de los tiempos modernos” surgiría
de alguna manera a partir de las nuevas técnicas constructivas, y no a través de unos experimentos
formales personales; y una segunda que sugiere que las ideas encuentran los recursos técnicos más
apropiados a sus motivaciones estilísticas, como propuestas individuales o enmarcadas en
corrientes.
Es en el transcurso del siglo que se ejemplifica de mejor manera el equilibrio de ambas posturas, y
también en los dos momentos en los que suele dividir la historia de la arquitectura: el modernismo y
posmodernismo.
El modernismo establece sobre una base tecnológica y funcionalidad racional una nueva estética
que habría de internacionalizarse con el trabajo y teorización de arquitectos en Europa y Estados
Unidos principalmente.
Adolf Loos desde Austria propondría el año 1908 con “Ornamento y delito” las bases de una nueva
estética racional, despojada de las ornamentaciones “decadentes” de los estilos del pasado. En
continuidad con esa línea y desde su propia perspectiva Wright, Le Corbusier, Mies Van der Rohe,
Walter Gropious creerán desenterrar, los valores esenciales y abstractos del medio propio de la
arquitectura 46, de que habían creado no tanto un nuevo estilo sino la cualidad del estilo en general,
una cualidad fundamental en todas las obras sobresalientes del pasado. 47
Como una antítesis de las preocupaciones funcional formalistas, el arquitecto suizo Hannes Meyer
establecerá una concepción de arquitectura “responsable en lo social” 48, sustentada en la
construcción y sujeta a las condiciones sociales de las mayorías, en sus propias palabras:
Serán los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) los que propondrán los
parámetros conceptuales de la actuación profesional arquitectónica y urbanista, en una escala
mundial y sin distinción de estratos ni características socio culturales, lo que no quiere decir que
varios de estos principios no hayan sido reinterpretados y adaptados a las condiciones propias de
determinados contextos pero sin alejarse de los fundamentos, el caso de: Alvar Aalto en Finlandia,
Lucio Costa y Oscar Niemeyer en Brasil, José Villagrán en México, Carlos Villanueva en Venezuela
entre otros.
Le reacción del movimiento cultural posmodernista que se perfilaba desde mediados del siglo,
alcanzaría a la arquitectura hacia la década de los sesentas con los escritos de Robert Venturi y
posteriormente en los setentas con Charles Jencks, estos autores establecían una postura crítica
reactiva en relación a la expansión homogeneizante y dogmática en que se habían formado varias
generaciones de arquitectos y sus correspondientes modelos modernistas de edificación y
urbanización.
46 Los valores formales universales: proporciones, disposición, articulación, claridad, medida, proceso de abstracción de la realidad y la historia.
47 William J. R. Curtis en “La arquitectura moderna desde 1900”, 2007:28.
48 Kenneth Frampton en “Historia Crítica de la arquitectura moderna”, 1980-1998:131.
49 Meyer propone un conjunto de trece puntos que deben caracterizar la nueva pedagogía de la arquitectura marxista. “La arquitectura es a ciencia de
Charles Moore, Michael Graves, Robert Stern, entre otros, además de Venturi en Estados Unidos
intentarán liberarse de su formación modernista y propondrán algunas edificaciones emblemáticas
de este periodo, a su vez que refugiados en disciplinas como la semiótica, filosofía, la sociología, la
literatura u otras artes, originarán principios propios. El ornamentalismo, el contextualismo, y el
alusionismo 51, así como muchos otros ismos aparecerán en innumerables nuevos marcos práctico-
teóricos de la arquitectura 52.
"Creo que se puede decir que los principios de la arquitectura, en cuanto fundamentos, no
tienen historia, son fijos e inmutables, aunque las diferentes soluciones concretas sean
diversas, y diversas las respuestas que los arquitectos dan a cuestiones concretas". 53
El cuerpo doctrinario de la modernidad en su riqueza valuadora de las posibilidades del ser humano
y su historia contemporánea siempre mutante, no fue cuestionado en su propia complejidad como
respuesta arquitectónica a las particularidades que cobijaron su estructuración y difusión, ya que el
discurso plural, eclético y complaciente con el presente 54, propio del posmodernismo no supondrá
una ruptura total, pues las concepciones precedentes del objeto como arte, como ciencia, son
constantes hasta el día de hoy.
51 Catherine Ettinger Mc Enulty y Salvador Jara Guerrero en “Arquitectura contemporánea: arte, ciencia y teoría”, 2008:31-33.
52 Charles Jencks es uno de los autores que ha podido desarrollar desde “El lenguaje de la arquitectura posmoderna” una clasificación de las múltiples
tendencias originadas en el seno de la cultura arquitectónica posmodernista.
53 Aldo Rossi en "Architettura per i musei", 1968.
54 Mary McLead en “Del posmoderno a la deconstrucción”, 1989.
55 En la jerga de seminarios, conferencias, encuentros, publicaciones se trata a los arquitectos como estrellas del sistema global transnacional, vale la
analogía: Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci a los Medici, como Frank Lloyd Wright y Frank Ghery a los Guggenheim, salvando las distancias históricas
y culturales, los medios masivos de comunicación e información.
56 Renzo Piano en “Zero Gravity: The Art Institute: Renzo Piano building for a New Century”, 2007.
Aportes a la definición desde la Teoría Urbana
Como resultado de un proceso de reflexión crítica del desarrollo teórico en lo que respecta a la
explicación del desarrollo urbano de las sociedades del primer mundo, los años sesenta y setenta
comprenden un cúmulo de aportes, principalmente de Francia e Italia, al estudio cada vez más
complejo del “desarrollo espacial” de la ciudad capitalista, que a su vez tendrán un fuerte impacto en
los investigadores de todo el mundo hasta nuestros días.
Sin embargo de este ambicioso planteamiento, la revisión profunda de la teoría elaborada en Europa
vendrá a pasar por un filtro y un aporte aún más sustancial en lo que respecta a una real
conceptualización científica del estudio y explicación de los fenómenos arquitectónicos y urbanos
liberados de las cargas distorsionantes del pensamiento y realidad eurocentrista.
Como primera y elemental elaboración, Emilio Pradilla se plantea una necesaria definición científica
del espacio, que supere la ambigüedad, idealismo y mito del concepto aplicado a las ciencias
sociales tan popular y “vulgarizado” en las elucubraciones teóricas contemporáneas. Un
cuestionamiento certero a los enunciados de Henri Lefebvre y Manuel Castells en el desarrollo de la
“teoría urbano-regional”, o Zevi, Jacobsen y Mendoza en el desarrollo de la “teoría del espacio”
arquitectónico, por sus claras tendencias a explicar el concepto “espacio” desde la filosofía o la
geometría.
Pradilla recupera una reflexión de José Luis Coraggio sobre la pregunta “¿qué es el espacio?” y los
que buscan la respuesta en la geometría y sus desarrollos:
“… esta transposición está cargada de problemas pues supondría, como lo hacen muchos autores
burgueses, que la relación naturaleza-sociedad, cuyas leyes son históricas, particulares y
cambiantes, puede ser homologada al funcionamiento de la materia, cuyas leyes son universales,
inmutables y ahistóricas, y que los conceptos válidos para un campo lo serían, por tanto, para el
otro.” 58
Y argumenta al respecto:
Concluye que el uso o transposición del concepto de “espacio”, para el análisis de la naturaleza, la
sociedad o sus relaciones, solo tiene una validez descriptiva, cuantitativa y representativa, no
explicativa, concluyente o resolutiva sobre dichos fenómenos. Y que la utilización de este concepto
para los fines arriba mencionados constituye una arbitrariedad subjetiva e ideológica, por tanto
acientífica.
Esta crítica a la idealización esta sujeta a la comprensión de que cualquier teoría que intente explicar
la producción arquitectónica y urbana, como espacio-forma concreción social, en el marco
condicionante del modelo capitalista imperante, debe ajustarse a la dialéctica histórica de las
relaciones sociales y naturaleza, con su respectiva caracterización concreta.
Como segundo punto que rescatamos, Pradilla sustenta que “no es ‘el producto’ el que está en la
base de la organización social, sino las relaciones de producción, es decir, la unidad compleja de
relaciones técnicas y sociales que los hombres establecen entre sí y con la naturaleza en el proceso
de producción y reproducción de su vida material”. 60
Como tercer punto, y en el marco propositivo en correspondencia con los puntos mencionados,
Pradilla establece un “sistema de soportes materiales de la vida social”, como expresión de las
formaciones sociales sobre el territorio y su modelación en función de las relaciones económicas,
políticas e ideológicas que la constituyen.
La teoría de los sistemas de soportes materiales de las formaciones sociales, permitirán con el
adecuado uso del método materialista histórico-dialéctico, la explicación de los fenómenos:
• cuáles son las condiciones económicas, políticas e ideológicas en las cuales una formación
económica-social lleva a cabo el proceso de producción, intercambio, distribución y consumo
de los objetos que materializan la apropiación social de la naturaleza, entrando a articularse
a ella en una forma durable;
59 Ibídem: 42.
60 Ibídem: 58.
• qué lugar ocupan estas contradicciones en el enfrentamiento entre las clases sociales en
sus diferentes formas y niveles;
Esquema 1: El sistema de soportes materiales esta constituido por las relaciones de las estructuras:
económica, jurídico-política e ideológica
En este marco teórico, sistemas de soportes materiales de las formaciones sociales serán “aquellos
objetos materiales, resultantes de un proceso voluntario y conciente de transformación de la
naturaleza preexistente -de producción-, para satisfacer cualquiera de las necesidades sociales
históricamente determinadas y estructuradas que se insertan inmóvil y durablemente sobre ella,
dando lugar a la modificación de su estructura, su forma y funcionamiento, a la vez que sirven de
condición particular, material, de la existencia y funcionamiento del elemento, proceso o relación
social que determinó su producción y que se lo apropia. Su unidad y su carácter están dados y
determinados por la relación entre objeto material y proceso de producción y apropiación por un
elemento particular, diferenciado y diferenciable de la vida social. (…).
Los procesos de producción, cambio, distribución y consumo de soportes materiales, al igual que los
de cualquier otro objeto material, están determinados por el conjunto de relaciones económicas (de
producción, técnicas y sociales, de intercambio, de distribución social y de consumo) sobre las
cuales se construye la sociedad concreta históricamente determinada en la que tiene lugar su
producción y/o consumo-destrucción de su valor de uso.” 62
61 Ibídem: 83-84.
62 Ibídem: 92.
Definición desde un enfoque psicológico
En este marco se debe asumir que las expresiones vertidas por arquitectos o científicos de otras
disciplinas están permeadas de una subjetividad que proyecta una percepción del mundo real,
siempre diferente.
Así la Arquitectura como: arte, ciencia, espacio, edificio, capacidad creativa y transformativa de la
realidad (en beneficio de la sociedad y sus componentes); responde a una dialéctica entre el
proceso de construcción mental y emocional de los individuos para desarrollar su intelecto,
y por otro lado a la capacidad intelectual de asimilar los condicionamientos sociales culturales
históricos 64, en palabras de Robert Moraes:
“Las lecturas individuales del mundo se hacen por parámetros gestados por la sociedad. Así, el
individuo y la sociedad no deben ser opuestos en el análisis. La captación de los fenómenos, las
formas de su descripción y su representación, los modelos para su ecuacionamiento analítico, los
conceptos y categorías; en fin, los productos de la reflexión, todo emana de la propia vida de la
sociedad. Son cosas gestadas por la praxis humana. En este sentido se puede decir que la
conciencia individual es un producto social, así como la propia armazón de las subjetividades.” 65
En ese sentido aún a pesar de la correspondencia histórica que deba tener una definición esencial
de la arquitectura, esta obedecerá tendenciosamente al bagaje psíquico y cultural de quién realice el
planteamiento, lo cual se corresponde con esa imposibilidad del sujeto, arquitecto, de aislarse de la
realidad en la que se inscribe.
Pero manifiesta la necesidad de establecer los fundamentos concretos de la disciplina, sin caer en
abstracciones amorfas en indefinibles.
Problema Objetivo
Objeto
Es esa parte de la realidad que delimita y desarrolla el arquitecto. El objeto del arquitecto se
manifiesta en: el objeto de trabajo, su modo de actuación, sus campos de acción y las esferas de
actuación.
Objeto de trabajo
El objeto sobre el cual el arquitecto trabaja es el proceso de producción y consumo de los soporte
materiales arquitectónicos de la sociedad, cuya expresión son las edificaciones, las urbanizaciones,
las redes, los equipamientos y otros.
Modo de actuación
Campo de actuación
66 En “Diseño Curricular” 2001:68-69, Álvarez explica su Teoría de los Procesos Conscientes, dicha teoría caracteriza los procesos que realizan las
personas en la resolución de un problema en correspondencia a las funciones específicas del mismo, la Primera Ley de dicha Teoría establece el
vínculo entre el proceso profesional y el medio a partir de la relación problema – objeto – objetivo. La lógica planteada por Álvarez caracteriza la
correspondencia entre el accionar profesional y el proceso formativo para la elaboración del perfil profesional requerido por la sociedad, sin embargo,
tal estudio no es privativo del diseño curricular solamente, para el desarrollo de este punto se ha utilizado la tríada propuesta por tal autor para
establecer las características básicas de la profesión y la disciplina.
67 Dice Álvarez que “Se considera ciencia a aquella disciplina que posee un objeto y una metodología propia que no coincide con ninguna otra”,
2003:54.
c) La dirección, supervisión, administración y fiscalización de las obras de Arquitectura y/o
Urbanismo.
d) La elaboración de avalúos, peritajes y tareas afines dentro del campo de su actividad
profesional.
e) La elaboración de proyectos de planificación Urbano – Regionales y su dirección,
fiscalización y administración.
f) El ejercicio de otras actividades, que por su naturaleza se hallan incluidas o corresponden al
ámbito de su profesión. 68
En los incisos “b”, “c” y “e” podemos interpretar tres escalas ambientales de actuación profesional
que contribuyen al proceso de producción del Hábitat. Estas escalas contienen una serie de
características particulares que complejizan los procesos de diseño en cuánto mayor sea su
amplitud: trabajo interdisciplinar, teorías, recursos técnicos, contexto, entre otros.
Hábitat
Planificación
Territorial
Diseño urbano
Diseño
arquitectónico
Esquema 42: El Hábitat, contenedor de distintas escalas de producción de soportes materiales de la sociedad
Esferas de actuación
68Ley 1373 “Ley del Ejercicio Profesional del Arquitecto”, 13 de noviembre de 1992, Capitulo IV: De la Prestación de Servicios Profesionales, Artículo
Nº 25. Las itálicas son nuestras.
• Sectores privados: oficinas o empresas consultoras de arquitectura, paisajismo, gestión
inmobiliaria, diseño, planificación urbana, empresas constructoras, universidades, centros de
estudio e investigación, instituciones o asociaciones no gubernamentales, otros.
El objetivo del profesional arquitecto es: diseñar, construir los soportes materiales arquitectónicos de
una determinada sociedad y cultura históricamente determinadas, de manera que pueda satisfacer
de manera adecuada a sus necesidades y aspiraciones, mejorar su calidad de vida y articularse a la
naturaleza.
Arquitectura es
Proceso de
producción y consumo
La arquitectura es la ciencia social que estudia el proceso de producción de los soportes materiales
arquitectónicos en el marco de la apropiación y transformación de la naturaleza y las formas en que
éstos son consumidos por las formaciones sociales-culturales históricamente determinadas.
Cuándo se plantea el concepto “lo social se expresa en lo espacial”, se puede establecer que la
relación directa de los sistemas de relaciones sociales: jurídico- políticos, económicos e ideológicos
determinan ya no solamente los rasgos objetuales de la arquitectura, sino el proceso de producción
y su complejidad subjetivo-objetual.
El modelo teórico conformado por la relación: formación social, proceso de producción, sistema de
soportes materiales arquitectónicos, sintetiza esta intención, al establecer la realidad de las
relaciones internas de las formaciones sociales expresadas en un modelo de producción
arquitectónica que exprese en la conformación los sistemas de soportes materiales en un marco
contextual de factores condicionantes.
El elemento Formación social, representa las características generales y específicas que tiene cada
sociedad en relación a otras, tales características se pueden articular dialécticamente a partir de lo
general y particular, la lógica y la historia, el género y la especie, lo común y lo irrepetible.
Todo proceso a través del cual un objeto, ya sea natural o con algún grado de elaboración, se
transforma en un producto útil para el consumo o para iniciar otro proceso productivo.