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lleva el viento y
otras cosas
Escrito por mi 48 cumpleaños
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Introducción:
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gaia terra que tal vez somos el conjunto de lo vivo. No quiero
desconocer que existe el anverso: el amor, la ternura, la
cooperación, la creatividad y otra serie de lindas palabras que,
en algunas ocasiones, son algo más y ejemplifican algo mejor de
lo que podemos llegar a ser. Pero nuestro mundo tiene el fuste
torcido y este fuste torcido es su propia ánima, lo que nos hace
estar en cierto modo condenados a repetir o empeorar tantas de
las maldades que hemos ido construyendo a lo largo de nuestra
propia evolución.
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Condenados, por último a no conformarnos con nada de esto.
Hoy estamos a punto, dicen los que saben, del colapso de
nuestra civilización y de la destrucción casi irreversible del
mundo natural tal como lo conocemos.
Y este relato, para su mejor sazón, habría que leerlo con una
música de fondo que lo ambiente y encierre en el sonido preciso.
Yo propongo nada menos que el réquiem para soprano,
mezzosoprano, dos coros mixtos y orquesta de György Ligeti.
No preguntéis por qué, ya lo intuiréis cuando lo hagáis sonar.
Por si acaso mando un archivo también con la música, aunque se
me ocurre que también podría valer (pero menos) la Noche
transfigurada, opus 4 de Amoldm Schönberg, que no pongo en
archivo alguno.
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más que palabra. Palabra que, por ser nuestra, se vuelve luego
idea y quiere construir un mundo.
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sobre blanco (y no a viceversa) en la próxima entrega o en otra
posterior.
Felicidades gente.
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I
AL FINAL DE LOS TIEMPOS
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0.- Inventarium finis
Todo acabó.
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1.- Dulce bellum inexpertis
Mi nombre es Edemérito Pisán. Nombre, dicho sea, que me
pusieron en mi propia vida de vivo, cuando nací. No sé por qué
el supuesto nombre o de donde lo sacaría mi familia. No lo he
encontrado en personas de mi vida de vivo ni ahora que estoy a
la otra orilla y tengo todo el tiempo para escuchar los susurros
de la nada.
Cuando morí era aún pequeño; muy niño para darme cuenta
de la verdadera muerte mía. De modo que seguí como si nada,
siendo uno más. Hasta llegó el momento en que me olvidé, la
costumbre, de la propia muerte mía.
Mucho más tarde vino lo del fin del mundo. Sin darme
cuenta del tremendo lío que se nos venia encima, el mundo se
fue deslizando, sumidero abajo, por su desagüe definitivo hasta
que se derritió. Pero esto pasó muchos años después de mi vida
de vivo, ya digo, y todo fue tan rápido como la propia agonía de
los moribundos. Visto y no visto. Algo inesperado.
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Los otros, al parecer, ya no están ni siquiera
desmaterializados como yo.
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2.- Ut solis radium
Escuchad, ecos de la noche, mi desesperada llamada de
auxilio.
Tantos días sin fin, emitiendo por este canal que ni siquiera
sé si funciona.
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De nada me vale imaginarme otros mundos, porque son
mundos vacíos. No me puedo engañar.
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3.- Beatus ille qui procul negotiis
Edemérito, Edemérito, estoy escuchando tu pograma desde
hace unos días y me he decidío a conexionar.
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Y que me voy pal atobús, que ya lo voy perdiendo, y que me
echo a correr con toa mi encarnadura y que zas, que me caigo
rodando calle abajo, como una arbóndiga, que me partí un
tobillo del testerestazo, y, qué disgusto mas horrendo, que el
atobús tié un cartel la mar de provocativo que dice que si dios no
existe. Dios mío, que me dolía ya el alma mucho mas que la pata
quebrantá, y que, así por las buenas, que no era ilusión ni ná, que
el otobús sigue con su cartel del insulto y yo que me da un
soponcio de muerte y me queo tirá en mitá la calle hasta que
vino lambulancia porque una moza que pasaba pal trabajo me
vio tan desarreglá y quejicosa y la llamó pa que me auxiliase.
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mundo. Hasta que vinieron esos cabrones de los
paradeanormales con sus cachivaches y zas y zas, me adiñaron
tres corrientazas con esa máquina que llevaban y me cegaron del
tó, dejándome aquí en tierra sin encontrar ya el camino hacia lo
alto.
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estabas atormentando a todos los vecinos con tus rezos y
composturas y esas puñeteras procesiones con las otras locas, y
que del hospital volviste oronda y como si nada, con tu pata
escayolá, y bien que te chuleabas, y luego te fue delatando la
preñez y quisiste desprenderte de la bola extra haciéndote una
perrería con el curandero ese de las barbas y te fuiste por abajo
como una cascada y ahí que la palmaste, no deprimía, sino
exprimía y hueca por so burra.
No seas tan entrometía, vecina, que parece que has comío ajo
picao.
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Ya estás de nuevo tú ahí, la Paca, la señorita; ahí, como
cuando vivías y coleabas, entremetiéndote onde no te llaman,
faltona, abusada. Como que quedarte en sinsustancia no te ha
abajao el orgullo, que no eres más que una puñetera sombra,
como toas nosotras, condaná a la mendicidad y a la vida eterna
en este pulgtrorio de asco. Que te crees tu en tu altivez que
atormentarnos a las otras desgraciás que estemos aquí, alhajita,
te va a rentar: Que esa es tu condena, fastidiarte que solo puedes
cacarear como la gallina y sabes que mañana será más de lo
mismo. Y asín para siempre, que quiere decir que no hay
descanso ni fin, porque estás atrapada como todas nosotras.
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4.- Pecunia non olet.
Espectros de la noche, vivos o muertos, mi nombre es
Edemérito Pisán, la voz de la ausencia, y emito desde las ondas
de una radio abandonada. Llamad a las ondas, salid en antena,
contad vuestras pláticas para que sea nuestra constante voz, lo
único que nos queda, el hilo que nos une al mundo que se fue.
Porque ahora la vida es solo esto, una voz que fluctúa sin parar
desde que descubrimos el modo de hablarnos por medio de este
desvencijado aparato de radio.
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Que el día en que ya nada se oiga de nosotros, habremos
desaparecido del todo.
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sorpresa. Yo no soy como tú una sombra, un espectro, una voz
colgada que ha perdido su cuerpo y su figura tras esa catástrofe
que te da tanto miedo. Yo soy anterior a todo eso, y aún no he
nacido. Ya existía antes y nunca he sido de verdad. Tal vez me
fabricó la mente vuestra o yo la fabriqué a ella. Este estadio en
que te encuentras no es un drama y siempre estuvo aquí, al otro
lado de tu orilla. Este mundo es otro mundo, porque tu mundo
de antes, el mundo poblado de vuestros ruidos, solo era uno más
entre muchos posibles. Tu mundo tal vez siga vivo y sólo ocurra
que tú ya no estás en él. O tal vez tal vez era solo una partícula
dentro de un mundo más grande que la abarcaba. Tal vez un
mundo entre otros tantos, no quiero ahora hablar de esto, todo
llegará a su momento.
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realidades, nuevas materias, nuevas falsedades con tanta realidad
o más que vosotros mismos, nuevas apariencias.
Pero ¿de qué habla este tipo? Este tío es un ateo de esos. A
ver si vas a ser uno de esos chalaos de los autobuses.
Sí, Ana rosa, yo soy una cosa, por decirlo fácil, similar a los
dioses en los que crees, más grande que todos ellos, el último y
principal de los dioses, algo que es y no es. ¿cómo voy a negar
que dios existe? Existe más que si existiese. Incluso aquí que no
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puede asegurar salvación alguna, incluso aquí existe para
vosotros, ya lo veréis, como promesa, como futuro, otra realidad
virtual, y os prescribirá la nueva vida y una ética que poco a
poco irá convirtiendo en un nuevo peligro. Y ese dios ausente,
desde su nada silenciosa pero eficaz como un cuchillo, mandará
en vosotros y será dador de vida para vosotros. Hasta hacerla
insoportable.
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donde me justificaréis y me haréis la realidad de realidades.
Como antes lo hicisteis, porque yo soy vuestra propia alma y
vosotros sois el miedo.
Sois puro fruto de una mala pasada. No sois nada, pero una
nada que piensa es un peligro. Un peligro y un espejismo.
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humanos, diluyéndoos en vuestro último atributo, la palabra,
también pura vanidad.
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5.- Rorate caeli et nubes pluant iustum
En el silencio de la noche, escuchad a Edemérito Pisán, una
sombra que se acuerda de su nombre, que se quedó congelado en
este no lugar cuando era aún joven, y que de muerto vivió un
tiempo entre los mismos, pero ahora, una vez la catástrofe
aniquiló todo lo demás, se encuentra desplazado a este limbo
inconcreto con otras sombras sin rumbo. Oíd el programa
radiado que nos comunica para que aún no nos acabemos de
morir.
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a la vecina. Yo los pillé un día. Entonces me encontré sola,
totalmente sola. Ya no podía más.
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Yo también morí por aquellas fechas. Lo hice en un
sufrimiento permanente. Sufrí toda la vida. Desde pequeño. Mis
hermanos se reían de mí. Yo era renco. De tanto escarnio me
volví zazo también. No tuve amigos. Todos se aprovecharon de
mí. No tuve amor. No tuve nada. Era el tonto del pueblo. Todos
se reían de mí. Risas, risas, susurros. Luego vinieron los palos,
el escarnio, los escupitajos. Y luego la pobreza. Y luego el frío y
el hambre. Y luego maté a un hombre. Sin quererlo. Y luego la
culpa y el miedo a la venganza. Y luego de la culpa me sentí
como un miserable desvalido. Y seguí a otros tantos y me metí
en aquella barcaza. Y me ahogue en el mar. Y aún conservo el
dolor en el pecho que ya no tengo, que comieron los peces
cuando morí y mis huesos se enterraron en el fondo del mar.
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Yo bebí un detergente. Era ácido y quemaba. Y sabía a
medicina. Morí entre retortijones. Morí creyendo que saciaba mi
sed. En un hotel donde trabajaba de sol a sol. Aún mi cuerpo
debe estar escondido en los bajos de aquel sitio, para evitar el
escándalo. A mi familia la dijeron que me vieron salir con un
tipo sospechoso. Que me debía haber ido para siempre. Les
dieron un puñado de billetes para callar sus bocas y todo acabó
sin más historia.
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Siempre sufriendo y siempre tras del niño. Hasta que me cortó la
garganta. Desgraciao.
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cortar más. Yo lloraba y lloraba, pero él no quería venir
conmigo. Aquí lo tenía todo. Le podía haber curado. Le dejó la
mujer. Era lógico. Con un tullido. No quiso venirse. Acabó
suicidándose. Yo recibí la noticia de mi otro hijo. Qué desastre.
Aquí desperté y vi que no era un sueño.
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6.- Vivamus atque amemus
Amigo Edemérito ¿dónde estás que no acudes a tu programa
diario? Te esperamos con mucha impaciencia. ¿Te has
desvanecido por completo? En un mundo como este, donde nada
se ve ni se puede tocar, la falta de voz es la muerte total. Como
tú mismo decías, si dejamos de hablarnos, ya no seremos ni
siquiera el eco de nuestra metamorfosis en pura nada.
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vamos a enamorar de las sombras? Hablemos de cualquier otra
cosa. No por pasar el rato, sino para dar solución a nuestro
propio misterio.
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amor que no llegó nunca. No saboreé el afán de cada día
esperando el futuro de un amor radiante que nunca llegó.
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piel de satanás. Yo se lo dije un día: yo ya no sé si casarme
contigo o volverme al convento. El se reía mostrando la mella de
su boca y su lujuria. Nunca pasó a más la cosa. Llegué a odiarlo.
El sacristán se casó con otra. Yo perdí la fe. Mis padres me
odian, o peor, yo los odio porque me persiguen y me tratan
como una niña y no me dejan vivir. Nunca conocí el amor, me
inmolé por un amor imposible. Temí el posible. Ahora dicen que
soy una maniaca y me tienen en tratamiento rodeada de médicos
y citas. Solo me queda el odio, el odio es el verdadero rostro del
amor.
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Nada queda, sino esta especie de sonidos que somos los aquí
presentes.
Sonidos ciegos que por tanto no podemos amarnos.
Cuánto gilipollas.
En eso tienes razón. Lo único que nos limita son los testigos.
Testigos que evitan nuestra destrucción y nuestra degradación.
Testigos que pueden ser la medida de nuestro límite, nuestro
referente de lo que debe ser. La única coacción que existe a
nuestro desmedido egoísmo. ¿No os habéis dado cuenta que
nadie abusa de la confianza de otro delante de testigos?
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Edemérito, tú de nuevo, qué grata sorpresa.
Sí, una memoria que nada tiene que ver con el mero recuerdo
y que saca su impulso de la recuperación de aquello que nos
hurtamos en su día a vivir en el goce del instante. O de aquello
que se reveló con tanta densidad en el momento preciso y nos
dio noticia de nuestro profundo ser. Momentos fugaces,
incapaces de convertirse en sentido, ni en programa, ni en
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destino, pero que nos definen como seres efímeros y en el
umbral, capaces de ensimismarnos y de enajenarnos, de crear y
de petrificar, de vivir y matar. En mitad de un azar que no
permite explicación sino como mera prisión. Seres del momento
y sin sentido ni fin, mera vida que se vive y que hay que
saborear intensamente. Fugaces como pompas de jabón.
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De vosotros depende, pero estáis advertidos. Ante vuestra
elección de meras voces desvaneciéndose se encuentra el rebasar
la fatalidad de la disolución o conformaros con desaparecer
definitivamente en la nada. Una y otra opción valen poco,
porque el mundo se acaba de todas formas y ya está,
sencillamente, siendo invadido por la nada. Pero un instante, por
infinitamente minúsculo que sea, apostado al amor o a cualquier
otra idea crea un mundo nuevo en toda su eternidad. Un mundo
pleno. Vosotros podéis crearme y yo a vosotros. Lo podemos
hacer ahora, no tengáis miedo, antes que todo acabe. Y si lo
hacemos yo seré vuestro dios y vosotros seréis mi pueblo
elegido, el pueblo de los últimos residuos de un mundo
destruido. El inicio de un nuevo mundo recién nacido y
resistiéndose al vacío. Sólo me queda esperar, porque sé que el
material de vuestro pensamiento es ambicioso y nada podrá ya
salvaros del veneno del futuro. Y cuando me hayáis elegido, yo
os daré de nuevo la ley.
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7.- Sic transit mundi
Amigos, os habla de nuevo Edemérito. Os habla desde este
insólito chisme que nos hace nacer y que hemos de mantener
abierto día y noche para seguir sintiéndonos vivos.
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sombras. Un día mi tío me echó de casa. Mi padre estaba
tretrapléjico. Mi madre vivía de fregar casas. Se quedó sin curro.
Mi padre murió atropellado. Le dieron a mi madre una pasta,
pero ella se deprimió y mi tío se hizo cargo de la situación. El
me echó de casa. Me echó porque decía que era raro, que estaba
loco. No me comprendía. Me fui lejos, con amigos. Aprendí a
vivir en la calle. Me prostituí. Me abandoné. Me volví
vagabundo y ya nunca pude regresar. Oía voces, siempre oí
voces, ahora todo son voces y nada más que voces. Un buen día
me llevaron a una fiesta. Allí me invitaron a todo lo que se
pueda imaginar. La corrupción. Allí me presentaron a unos
jueces. Estaban locos. Jugaron y jugaron a la ruleta. Me
invitaron a todo. Me llevaron a bañar, me vistieron de rico. Me
llevaron como si fuera uno de ellos. Me daban todos los
caprichos. Fue la corrupción durante dos días. Me compraron un
billete de lotería. Me tocó y todo. Entonces me volvieron a
llamar y me llevaron a un lugar secreto. Allí había una agente de
la CIA que me pusieron para vigilarme. Me robaron el billete.
Yo no les vi, pero aprovecharon el momento para robarme. Me
dieron el cebo de la rubia porque ellos sabían que me volvían
loco las agentes de la CIA, ella me robó todo. Luego nunca más
me abrieron la puerta. Me echaron como a un perro, como mi
tío. Yo los denuncié pero los jueces se habían repartido el dinero
entre todos ellos y se pusieron de acuerdo para no darme
justicia. Los denuncié y los denuncié. Un día mandaron a unos
chorizos a darme una paliza. Estaba durmiendo en la calle. Entre
cartones. Entonces llegó uno de ellos y me quiso quitar el sirio.
Era la excusa porque era claro que eran jueces disfrazados.
Tenían voz de jueces. Yo les amenacé para que se fueran. Ellos
me rodearon, me robaron todo. Me sacudieron fuerte. Casi me
matan. También me quitaron la radio. La radio me hacía
compañía en la noche, pero ellos me la robaron. Esos jueces me
persiguieron siempre, siempre. Yo los oía en cada momento. Oía
sus voces y sus risas. Los veía copular. Se escondían y se
disfrazaban de hombres normales. Ya estaba desesperado
cuando ocurrió el fin del mundo. Cuando desperté ya era libre.
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No estaban, sé que murieron de los primeros. Ahora la voz que
oigo es esta, no las voces de conspiradores. Ahora sé que estoy
libre de ellos. Seguro que mi tío también pagó sus culpas. Aquí
solo estamos los justos.
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8.- A deo rex a lege rex
Edemérito, amigos, se me ocurre que, tal que viviendo en la
pura nada, sin materia, sin olores, sin gusto, sin colores ni
claridad, viviendo como pura voz, realmente somos como
dioses. Hemos llegado al olimpo. Esto es el nirvana. La muerte
no tiene dominio sobre nosotros, dado que la hemos
sobrevivido.
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Pero Dios fue cambiando su rostro hasta desvelar su propia
ausencia y vacuidad. Dios, Dinero, Poder, Guerra, Futuro,
Mentira, Verdad, Amor, grandes palabras, grandes nombres de
un politeísmo práctico que habitó la tierra. Dioses profanos que
mostraban la falacia de lo sacro. Dioses sacros que mostraban la
falacia de lo profano. Dioses nacidos del temor, de la angustia,
de la esperanza, de la mentira, del ansia de libertad, de la
creatividad del hombre... Dioses que eran pura falsedad, pero
falsedad con una tremenda realidad, capaces de ordenar aquel
mundo y de dotarlo de fines y objetivos.
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perseguían y al final se andaban persiguiendo siempre un dios
distinto.
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Mira Edemérito, entre tú y el sinnombre nos estáis haciendo
un lío.
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Pero bueno, otro que se ha descerebrado. ¿Qué galimatías es
este? Algo nos engaña y nos hace tender a anonadarnos. Pero es
pura mentira. Conformémonos con pensar que en el mundo de
antes, cuando éramos el ser supremo, nos excedimos en nuestro
afán de ser dioses y con ello desenmascaramos la mentira de los
atributos divinos y la proyección de nuestra ansia de poder que
ellos eran. Y que no vivíamos en el instante, en el gozo del
instante. Y que buscamos sentido donde no lo había. Y que nos
escindimos para instalar nuestra vida en las ideas y fabricamos
un mundo tan virtual que hizo innecesaria nuestra materialidad,
porque en realidad, a tope de nuestra vida, bien podíamos
prescindir del engorroso cuerpo. Y que este exceso, esta locura,
no tenía otro destino que la muerte porque nos abocó a morir de
hastío, a ser tan aburridamente eternos. Y que ahora, que hemos
perdido el cuerpo, nos damos cuenta de la desgracia, pero ya no
tiene remedio. Y por eso nos comunicamos, lo único que nos
queda por hacer.
Pues eso, que somos como los dioses, y como ellos hemos
salido por la puerta de atrás. Ahora bien ¿nos hemos borrado del
mundo, pero hay otro mundo por ahí donde la vida, sin nosotros
continúe mostrando su rebeldía a la lógica de la nada imperante,
o es que ya no hay mundos de ningún tipo y todo acabó? Y si
acabó ¿por qué seguimos teniendo voz?
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9.- Quia non albor creavit
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Edemérito, yo te escucho y también recuerdo sueños que
soñé. Como todos. Sueños que no se cumplieron. Sueños de
felicidad, sueños de proyectos por hacer. Sueños e ideales. ¿Te
cuerdas de los ideales? ¿De las ideas que movían a la gente?
Todo eso se ha muerto también con nosotros.
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todos nos lanzamos cohetes mutuamente. No hubo modo de
pararlo. Todo acabó.
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10.- Solidum argumentum
Amigos escuchantes. Soy Sandra. Yo no tengo una historia
que contar. Yo no soy nadie. Siempre viví invisible, a espaldas
de los otros. Nunca tuve nada. Siempre estuve sola. Sola desde
bien pequeña. Desde pequeña me dejaron en un orfanato, mi
primer internado. Allí me dejaron y nunca más. Salí de allí para
un correccional y desde allí a una cárcel. De allí a una casa de
acogida y desde allí a un manicomio, mi primer manicomio.
Luego a otro y a otro. Estaba ya en el sexto manicomio cuando
acabó el mundo. Oyendo una radio donde un loco nos invitaba a
pensar un mundo sin manicomios y nos decía que nuestros
cuerpos eran cárceles que no nos dejaban soñar y salir de ese
mundo gris. Yo estaba escuchando cuando acabó todo.
Tú de nuevo.
Sí tú, el libertino.
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Sí, sería buena idea, pero vuestra propia inclinación os hace
incompatibles con ello.
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El pobre loco deambuló sin hogar por el mundo. Como un
viejo buhonero que era apaleado en cada aldea y en cada lugar
por donde pasaba.
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11.- Postquam mare transit
Hubo un día un visionario que calafateó un barco grande y
se lanzó a la mar con unos cuantos compañeros en busca de una
tierra prometida y paradisíaca. Arribaron a una isla poco
agraciada y despoblada. Allí los recibió un perro y durante tres
días encontraron comida preparada por alguien a quien no
consiguieron ver más. Luego se echaron de nuevo a la mar.
Dormidos en la noche toparon con una isla y bajaron de su nao.
Allí se quedaron, al reposo de la sombra de los árboles, pero la
isla navegaba por el mar sin amarras a tierra firme, cambiando
de rumbo a su placer. Más tarde aquella isla viviente empezó a
dar otros síntomas de vida. Todo un misterio. Hasta que encalló
en una playa de otra isla a barlovento. Una isla bellísima y
embaucadora. Allí vivieron siete años y partieron luego de ello
en la misma criatura marina que los llevó a tales parajes.
Llegaron a una nueva isla. Una isla esa llena de rumores de
pájaros que los embaucaron. No vieron animal alguno, pero los
oían maravillados y nunca pudieron olvidar su trino. Más tarde
arribaron a otra isla, esta habitada por hombres mudos que nada
decían y mucho trabajaban. De allí se fueron con viento fresco,
pues soñaban un paraíso más animado, y en su bogar sin rumbo
dieron con la boca del infierno, donde un marino monstruo se
comió a varios de los navegantes muy a su satisfacción, la del
monstruo, y para pesadumbre de los marinos. Después de tanto
afán, pero aún codiciosos del paraíso, encontraron una columna
de cristal de roca, toda ella pulida y esbelta, reluciente y
asombrosa, pero se pobló el mar de niebla y se acabó la visión
de todo lo visible, haciéndose los hombres como ciegos sin
rumbo que sólo en la fuerza del azar caprichoso podían confiar.
Y pasados los confines de la tierra, ya disipada la niebla, se
situaron al límite del mar ignoto, donde dicen las leyendas que
se encuentra la tierra de promisión, pero un tal preste Juan, o
algo parecido, les impidió el paso muy cristianamente,
desaconsejándoles la continuación del viaje, porque quien en
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este nuevo confín entraba había de perder la condición humana y
resignarse a ser mero rumor disipado en la nada, en la ausencia
de materia, en la misma presencia del innombrable que todo lo
es y abarca, y así cantar en el sordo coro de los arcángeles, que
dice el gloripatri día y noche en una aburridísima eternidad sin
fin.
Y puñetera.
Sí, así es, yo las ví siendo niño. Y oí cantar las sirenas. Y las
ciudades vivían en una isla flotante que cambia de lugar, o que
se encubre en la niebla y reaparece en uno u otro sitio según su
capricho.
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Y un rey de aquellas tierras se cubría con polvo de oro para
celebrar los baños rituales en su sagrado lago.
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12.- Radiante flagelo
Me fatiga este empeño nuestro de seguir hablando.
La palabra es falsedad.
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No tiene sentido, deberíamos callar definitivamente. Callar y
cerrar definitivamente este capitulo.
La palabra no mata.
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13.- Homo sampler
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evanesceros del todo. Antes de que sea ya irremediable. Tal vez
renazcáis en algún otro estado creando un mundo nuevo.
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14.- Noli me tangere
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Pero como todo lenguaraz tiene su merecido, y como el
padre, amén de cura de almas, era a su vez imagen del Salvador,
hizo armar un grupo de beatas para que pidieran por la salvación
del bruto.
Pero como los malos actos nunca vienen solos, sino que
acontece que se encadenas unos a otros, ocurrió que el prelado
en aquel momento estaba volviendo de la capital, donde había
ido a conseguir no sé que bula que le faltaba a la parroquia. Y
fue así la cosa que al pasar el padre al lado del calvario plantado
en una encrucijada del camino, una de las finadas, ya en cuerpo
de aparecida, dado el desaguisado provocado por el pastor, se le
presentó al Padre, tirándolo del caballo y dejándolo tullido de
una pierna.
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De este modo, planeó el cura, debería proponerse al cabrero
un trato para venderle un prado. Y para este trato se hizo valer
de disfraz el curita, convenciendo a un viejo del pueblo de que
se hiciera pasar por dueño del mismo, y que lo pusiera en venta
de forma tal que el cabrero considerase que la compra sería un
gran beneficio para su rehato.
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A pesar de tal escándalo, el cabrero siguió en sus trece y
renegado como era, no permitió a sus cabras pasar por delante
de la Iglesia sin orinar sus pilares sagrados.
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II
LA CABEZA DEL LOCO
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1.
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Me quieren matar el hijo que llevo en mi seno cefálico. El dios
que lo cambiará todo. Ellos saben que cuando suba al trono y me
pregunte será el juicio final y ellos no estarán justificados, serán
los primeros en arder en la hoguera del infierno. Pero antes les haré
sajar los ojos con una hoja de afeitar, para sacarles la vista y
hacerlos sufrir. Vivirán ciegos durante trescientas noches, como
ellos me han tenido a mí, y un ángel exterminador les atizará con
una daga cortándoles los dedos de las manos de uno en uno. Luego
serán arrojados a los leones para que los devoren en el fuego
purificador. Luego vendrá el fin del eón presente con todas sus
pomps y el reino de los inocentes que nunca nos manchamos de
pecado.
67
2.-
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Suenan las sirenas, lo que quiere decir que se acaba el tiempo
de esta transmisión. En diez minutos apagarán la luz y, como de
costumbre, vendrán a cerrar y me sacarán de aquí. Tenemos
únicamente diez minutos para decir todo lo que hay que decir, no
perdamos el tiempo, porque el mensaje es urgente.
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Hoy vivimos prisioneros de una cabeza, fuera de nuestros
propios cuerpos, enajenados de nuestra materialidad. Luego
viviremos en estado puro. Sin cárceles ni manicomios.
70
3.-
Edemérito, maldito. Yo te maldigo por tu mala fe. Ayer
prometiste un programa sobre la amistad y nos estás mortificando
con tus manías del fin del mundo. Nos has congregado para
timarnos con tus obsesiones. No quieras enloquecernos más con
tus bobadas. No asaltes nuestros pensamientos con tus miedos y
tus mentiras. ¿O es que quieres que te vuelvan a reducir a mierda
los cuidadores?
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Te gusta hacer sufrir con tus manías, pero la verdad es que esto
es una prisión de locos, donde todos estamos atrapados. Yo, tú,
todos nosotros no somos sino pobres diablos obligados a pasar por
el aro. Somos capaces de destruirnos, todos lo sabemos, y por eso
nos han traído aquí, donde nos controlan hasta los cigarrillos que
fumamos. Al menos no nos mortifiques tú con más fantasmas.
No, amigos, aquí somos locos porque así nos llaman. Nos
comportamos como locos porque así se espera de nosotros.
Vivimos fuera de nosotros, en la pura idea, pensándonos como
locos, viviendo como si no tuviéramos cuerpo, en la nada, en la
ceguera, en la oscuridad. Por eso que la radio inventa otro mundo,
un mundo liberado de la materia, donde podemos volar como
pájaros porque solo somos nuestra voz.
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vacío, que son las que te enferman. Para ti sí sería salvación que el
mundo se acabase y te dejase descansar. Aunque te murieras del
pasmo y no volvieras a despabilarte.
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4.-
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pena. Unos polvos y luego esos lodos. El dolor de una madre
nunca acaba. Pero yo sigo luchando por esos hijos robaos y pa
recuperarlos y recuperar mi vida y darme una oportunidad.
Cuando salga de aquí ya restablecía iré a decir a esos hijos
olvidados que nunca los he olvidao en mi vida y los llevo en mi
puro corazón y que es el momento de volver a empezar, de
darnos lo que la mala suerte nos quitó.
Soy un loco como tú, pero no por loco voy a dejar de tener
razón. No hay más que verte para verte venir.
Que te den.
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¿Cómo vamos a ser felices aquí encerraos y trataos como
pura mierda? Todos sabemos que no pintamos nada. Que este
mundo nuestro del manicomio es como si no existiese para los
demás. Que somos un paréntesis en la sociedad. Ellos ni nos
tienen en cuenta. Somos el convento de los locos, donde
rezamos nuestros sufrimientos. Apartados del mundo.
Yo una vez sí que fui feliz. Fue un instante fugaz. Duró poco,
Pero me mantiene en pié, como los cigarrillos que le robo a
Aurelio. Fui feliz pero no recuerdo por qué. Me echaron mal de
ojo. Pusieron la pata del pollo atada a una cuerda y con eso me
emponzoñaron la vida. No pude tener hijos. Cada vez que lo
intentaba , miraba la pata de pollo y se acababa todo. Lo he
intentado tres o cuatro veces. Pero nada ha valido. Solo el último
intento estuvo a punto de salir bien, cuando tiré la pata de pollo
al váter. Allí casi sí. Me falto decisión pero casi sí. Luego sufrí
radiaciones. Alguien me daba radiaciones. Me perseguían y me
daban constantemente radiaciones. Por donde iba me perseguían.
Era insoportable. Se turnaban para perseguirme. Me perseguían
por toda la ciudad. Era un acoso. Yo notaba su agobio. Me
perseguían por manía. La puta de la vecina. Ella me deseaba
pero como no quise tener un hijo con ella me hizo el mal de ojo.
Y luego me embrujó para que todo me saliera bien. Toda la vida
me había ido bien, pero desde hace veinte años no me sale una a
derechas. Por la puta de la vecina. Me mandaba los espías y me
daban los calambres. Me daban chispazos que me dejaban en el
puro desgarro. La puta madre que la parió. Menos mal que
encontré el antídoto. Cuando cargué la pila en el pantalón.
Contrarrestaba los maleficios y les hacía cortocircuitos. Yo
notaba cómo se revertía el mal y ellos sufrían los calambres.
Pero cada día le daban más intensidad a las radiaciones y tuve
que cargar más pilas. Luego me tuve que aislar con papel de
aluminio. Era un sinvivir, porque ellos estaban dispuestos a
todo. Tuve que matar al gato de la vecina. Era una advertencia.
Era un gato embrujado. Al envenenarlo le salió el alma gatuna y
me poseyó. Entonces es cuando vine aquí, porque no podía
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aguantar más. Aquí he sido muy feliz siempre. Gracias a los
cuidadores he dejado de maullar. Y como comida humana otra
vez. Y estoy a punto de tener un hijo. Todos los locos de este
manicomio serán sus padres. Se lo merecen porque son buenos y
me cuidan también.
77
5.-
Amigos, retransmite Edemérito. Ya sabéis que hoy es el día
equis del fin del mundo anunciado. Preparaos para la salida. Nos
vamos y dejamos a estos cabrones aquí, penando y padeciendo.
Yo ya me voy, me voy antes a preparar el camino, porque para
llegar al destino tenemos que trasmigrar de nuestros cuerpos y
evanescernos. Me esfumo y quedo en el aire flotando para
esperaros. Este aparato de radio será nuestro comunicador. El
nos pondrá en contacto a vosotros y a mi. Me quedan cinco
minutos. Voy a radiaros los últimos cinco minutos, la despedida.
Ahora me he tomado un elixir de pastillas. He juntado todas las
que he ido ocultando en estos quince días. Ahora me las trago.
Ya digo que el mundo acaba en un poco de tiempo. Debemos
seguir hablando, hablando todo el rato. Lo primero que se nos
ocurra. Sin pensar. Solo la voz. La voz es el faro. Hay que
guiarse por la voz. No hace falta inteligencia. Salimos de este
mundo de solo tres dimensiones y por eso la inteligencia
desaparecerá en el camino. Pero no la voz. Sigamos hablando,
será nuestra forma de ser. El mundo se acaba, se muere, hoy es
el día anunciado. Seguid hablando. Seguid gritando, gritando
para guiarnos en un mundo de ciegos. Seguid gritando. Es
nuestra venganza. Nos vamos de aquí. Nos vamos a ser libres,
porque para ser libres debemos dejar de pensarnos. Debemos
dejar de vivir,. Debemos saltar la frontera del tiempo y del
espacio. La materia vuelve a sus cauces, se repliega,
desaparecerá, se hará mera fluctuación de onda, mera oscilación,
oscilación lenta, se frenará la gravitación. EL colapso. Se enfría
el universo. Se congela. Se llena de vacío. Se jodió todo.
Estamos en el otro lado. Seguid hablando, gritad. Gritad. Gritad
cabrones, no os oigo. Os espero al otro lado Os estoy esperando.
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Mi nombre es Edemérito Pisán. Nombre, dicho sea, que me
pusieron en mi propia vida de vivo, cuando nací. No sé por qué
el supuesto nombre o de donde lo sacaría mi familia. No lo he
encontrado en personas de mi vida de vivo ni ahora que estoy a
la otra orilla y tengo todo el tiempo para escuchar los susurros
de la nada.
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III
EL INVENTOR DEL HOMBRE DE PALO
80
testamentum
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Turriano, aquí presente, que ha soñado dichos mundos y los ha
dotado, como buen relojero en que se precia, de sus propio
engranajes y muelles y esferas para que así compuestos
funcionen con toda cabalidad.
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Y vine a descubrir que es la voz el medio por que el hombre
viaja. Que es el pensamiento el vehiculo que usar puede para
irse y volver de uno a otro tiempo.
Mas no quiero acabar este pliego sin advertir que otros tantos
hombres, cada uno con su propia ánima, están agora inventando
otros mundos con su pensamiento y creando con ello la fértil
comunicación de unos y otros, pues en realidad no somos sino el
pensamiento de otros que nos están pensando, la voz que nos
dice y otros dicen, la fragilidad de una brizna que puede ser o no
ser.
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In principia erat vermbum
84
Tuninensi, aquí sobredicho Juan Turriano, que según me indicó
para mi perturbación, sabe que yo le iba a denunciar a su señoría
y dice que sabe el día que partirá al otro mundo y que
conservará la voz para guiarse en el tránsito a un estado del ser
más perfecto, y que viajará al futuro cuando quiera y se pondrá
de nombre Edemérito de Pisa y se vengará del mundo que agora
le niega la fama que merece haciendo finar el susodicho.
85
Anima mea
Llegado al atrio de la Iglesia de San Román pude ver cómo
los vecinos de la villa pujaban y ponían en una mesa, que allí la
decían pedra das almas, trozos de carne y bollas de pan para que
las comiesen las almas del purgatorio, y dicen que algunos de
ellos susurran y hablan a los vivos, y que van en grupos unidas
precedidas de la niebla y murmurando sus lamentos y sus ciutas
y que alguna de las almas del purgatorio, una vez finado el
dueño, antes de irse para el otro barrio vuelven a la tierra para
despojarse de sus ropas humanas, y que entonces es cuando,
para guiarse, van cantando y parloteando y es por ello que si en
el camino se oyen murmullos sin que se vea a quién pertenecen,
es que topaste con un alma del purgatorio.
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Finis terrae
Y dejó de sufrir.
Y dejó de preocuparse.
No recordaba nada.
No vivía en su cuerpo.
No estaba en el mundo.
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No era nadie.
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