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UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPÀN

FACULTAD DE DERECHO

CURSO : DERECHO EMPRESARIAL I

DOCENTE :

INTEGRANTES : AGURTO CONTRERAS YORDAN


CAMPOS DÁVILA VÍCTOR
ROJAS MARCOS CARLOS

CICLO : VII - “207” G

PIMENTEL 2011
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de la economía y las nuevas relaciones derivadas del cambio, han generado en
su tiempo la necesidad de contar con un marco jurídico adecuado. El Código de Comercio
vigente o lo que queda de él, data de 1902. Este tiene como antecedente inmediato el primer
Código de Comercio Peruano que data de 1853, reflejo del código de comercio español de
1829, así como lo fue el de 1885 para el Código de Comercio de 1902. En los 94 años de
promulgado son muchas las modificaciones introducidas, por leyes como la Ley de
Sociedades Mercantiles, la Ley de títulos valores, la ley de Registro Fiscal de Ventas a
plazos, la Ley Procesal de quiebra, normas que a su vez han sido modificadas por otros
dispositivos. No olvidemos que el Código Civil de 1984, así como el Código Procesal Civil
y la Ley General de Instituciones Bancarias y Financieras y de Seguros también han
derogado algunos artículos del Código de Comercio.
Es decir, frente a tales mutilaciones y a la actual situación que vive el País inmerso dentro
de una economía de libre mercado, es preciso un marco jurídico adecuado, de ahí que el
Congreso haya delegado al Poder Ejecutivo la facultad de promulgar un nuevo código de
comercio, en base al trabajo de una Comisión que propondrá el texto respectivo. El
concepto y los contenidos del Derecho Comercial han ido variando con el pasar del tiempo
y a la coincidencia de los miembros de la comisión revisora en una de estas distintas
conceptualizaciones es que responderá el nuevo Código de Comercio o quizás más bien, las
normas reguladoras de la actividad mercantil.
El derecho comercial fue considerado un derecho de excepción aplicable a quienes ejercían
el comercio, es decir a los comerciantes, posteriormente dejando de lado este concepto se
consideró que el derecho comercial regulaba los actos de comercio independientemente de
aquel que lo ejercitara. Esto implicaba un avance, puesto que el campo de aplicación del
derecho comercial iba creciendo, así se llega a los actos de comercio realizados en masa, al
concepto de empresa y a una regulación macro.
Tal como lo precisa Marcos Satanowsky es usual y conveniente definir o caracterizar la
materia sobre la cual se expone o se estudia, como un anticipo sistematizado de su
contenido, como ámbito genérico de aplicación de la ley mercantil, vasto y a veces
impreciso. Aún su misma denominación de derecho comercial, resulta hoy discutible, desde
que la materia de su contenido abarca hechos y actos jurídicos que no son de comercio,
dentro del concepto económico, ni del comerciante, extendiéndose, por el contrario, a
actividades netamente civiles, de relaciones económicas de derecho privado, en forma de
actos aislados, llamados impropiamente como de comercio en el derecho positivo, objetivos
de comercio, subjetivos de los comerciantes, o unilaterales o mixtos." Asimismo señala que
el estudio de la evolución histórica del derecho comercial ha permitido determinar cómo
fue precisándose paulatinamente su concepto y contenido. Esto es totalmente cierto.
Es pues la realidad, la que alimenta al derecho; al menos es lo que debiera ser. En el
derecho comercial, esto no es sólo una verdad sino una necesidad. El Código de Comercio
de 1902, surgió como una necesidad de regular la actividad del comerciante como persona
natural dedicada a la actividad mercantil. Es el principio y el fin del Código, y alrededor de
él giran todas las instituciones.
Este Código, como ya lo señaláramos, basado fundamentalmente en el Código Español de
1885, fue dado para una sociedad de pequeños y medianos comerciantes que actuaban en
forma personal, aun cuando se hacía referencia a compañías mercantiles o industriales que
se constituyeran con arreglo a este código.
El comerciante de hoy no trabaja más solamente de manera individual, integra una sociedad
y su actividad empresarial forma parte de una organización. El panorama mercantil de la
vida actual es distinto a lo legislado por el Código de Comercio. Se ha pasado de una
economía de comerciantes a una sociedad de empresas. Nuevamente hacemos alusión al
desarrollo vertiginoso de la economía mundial.
El Código de 1902 nos habla de actos de comercio como: "...los comprendidos en este
código y cualesquiera otros de naturaleza análoga", si bien podemos tratar de incluir dentro
de estos últimos a la actividad empresarial, es necesario regular a la empresa como el
núcleo de la actividad mercantil, a fin de que nuestra legislación recoja lo que sucede en la
realidad.
La empresa se ha constituido en el sustituto de los comerciantes. Los que inicialmente
fueron actos del comerciante, vale decir, actividad empresarial, fue progresivamente
institucionalizándose. Como afirma el Dr. Torres y Torres Lara "el acto al ser repetido se
convierte en "actividad", ésta al afrontar el riesgo se transforma en actividad empresarial, a
su vez ella se objetiviza de tal manera en un grupo humano que se llega a institucionalizar
en "empresa" para finalmente sustituir al comerciante como sujeto de la actividad
mercantil".
De tal afirmación podríamos concluir que la empresa ha tomado el lugar del comerciante,
no obstante nuestro Código de Comercio, sólo cataloga a la actividad empresarial dentro de
la actividad del comerciante.
LA EMPRESA EN LA LEGISLACIÓN COMPARADA
Resulta conveniente que en esta sede se defina el derecho empresarial comparado, ya que
permite tener un conocimiento más exacto del tema materia de investigación.
El derecho empresarial comparado es la disciplina jurídica del derecho empresarial y
comparado que aplicando el método comparativo estudia las similitudes y diferencias del
derecho empresarial en los diferentes estados.
La empresa para el texto legal peruano codificado, prácticamente no existe. En todo caso es
simplemente la actividad del comerciante, tal como lo ofrece la lógica de los Códigos
Francés y español en que se fundó.
No se piense que lo que decimos es novedad en el Perú. No sólo nuestros distinguidos
maestros como el Dr. Ulises Montoya Manfredi vienen sosteniendo desde hace mucho tesis
similares sino que los maestros de hace varias décadas ya lo hacían. Es suficiente remitirse
a las Actas de la Comisión Reformadora del Código de Comercio para encontrar
expresiones tan modernas como las siguientes, señaladas por los reformadores en la década
del 40.
"El Derecho Mercantil de nuestro tiempo, como régimen jurídico de las empresas, desborda
los límites del comercio en sentido económico y se extiende a actividades y relaciones de
naturaleza agrícola e industrial".
Juan Bautista de Lavalle, en representación de San Marcos defendió el concepto de que las
actividades agrícolas, forestales y mineras, así como las industriales debían ser
consideradas como comerciales cuando adoptaran la forma de "empresa".
Además dijo textualmente lo siguiente en la sesión del 13 de mayo de 1942: "Aún cuando
el Código de Comercio de 1902 no utiliza el concepto de empresa, la verdad es que éste ha
penetrado en la vida de los negocios, en el léxico común y se ha incorporado a
determinados actos legislativos".
El 15 de abril de 1943, al aprobar la Comisión Reformadora el art. 9 del Proyecto de nuevo
Código de Comercio, ya diferenciaba perfectamente los conceptos de empresa y sociedad
cuando decía: "En el nombre de los negocios, empresas y sociedades nacionales no podrá
incluirse ninguna referencia a nación, ciudad o lugar extranjero". Esta diferencia se observa
también en los artículos 1692 y 1714 del Código Civil de 1936 pero en la visión tradicional
de que empresa es la actividad del empresario. En los arts. 500 y 522 de ese Código la
empresa aparece como un bien.
El delegado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Juan Bautista de Lavalle
reparó que el término "Empresa" incursionó por primera vez en la ley 1378 de 1911 sobre
accidentes de trabajo.
En efecto dicha ley no sólo alude a "empresas de muelles, de carga y descarga" (art. 3) de
edificios (art. 4), sino que además distingue los conceptos de empresa y empresario
llegando a "personalizar" la empresa del tal forma que el art. 38 y el 40 exigen señalar el
domicilio del empresario y de la empresa. Con el tiempo el empresario, que para dicha ley
era fundamentalmente una persona natural, se ha convertido normalmente en una sociedad
y la empresa a su vez se ha institucionalizado aunque aún no adquiere la condición de
persona, como reclaman desde hace años autores como Carlos Fernández Sessarego

No es pues que nuestros juristas estuvieran fuera de las modernas corrientes. Lo cierto es
que las reformas legislativas no siguieron su ritmo.
Sin embargo como afirma Garrigues, la realidad es más fuerte que la ley. El nuevo
fenómeno está por todas partes. No hay actividad mercantil donde no existan empresas y
más bien el comerciante ha sido reducido a su más mínima expresión, limitado sólo a la
actividad marginal e informal. La realidad se ha "metamorfoseado", el comerciante se
transformó y desarrolló su propia empresa y ésta lo sustituyó como protagonista.
Sin embargo, como hemos señalado, la Empresa no está regulada como tal. Por cierto que
hay diversas maneras de ubicarla dentro del Derecho siguiendo la regla de que en él nunca
existen lagunas. Podemos aplicarle las normas del comerciante diciendo que en realidad es
un "comerciante institución". Podemos también aplicarle las normas de las sociedades. Pero
en uno y otro caso se trata de extender las normas diseñada para otra finalidad.
El comerciante del Código de Comercio es una persona natural. Un hombre de carne y
hueso que no se puede comparar con lo que modernamente entendemos por una Empresa.
La legislación de sociedades por su parte es la reguladora del contrato entre los socios de
una sociedad y se refiere a las relaciones entre los socios vinculados a la gestión y a los
resultados de una Empresa, pero no a la Empresa misma. Sólo unas cuantas normas y por
extensión, se ocupan de ésta. De modo que la Empresa como tal, excepto en el nivel
Constitucional, está normalmente fuera del contexto legal. A esto se agrega el error
generalizado de confundir la empresa con la sociedad que es su titular. Para muchos, hablar
de empresa es hablar de la sociedad titular. Es más, algunas normas legales aluden a la
sociedad para referirse a la empresa o a ésta cuando quieren establecer obligaciones del
titular. Esto se presenta por ejemplo, tanto en el campo tributario como en el laboral. En el
campo tributario cuando se dice por ejemplo: "las empresas que se disuelvan pagarán el
Impuesto a la Renta por el monto de las sumas que se entreguen a los socios". En este caso
"la empresa" no se disuelve sino la "sociedad titular" de la empresa.
Puede disolverse la sociedad sin disolverse la empresa. Por ejemplo una sociedad dedicada
a la ganadería puede transferir su empresa ganadera constituida por varias plantas y demás
activos a otra sociedad y luego una vez que tienen el dinero total de la transferencia de sus
activos, se liquida y se disuelve. Aquí la empresa no se liquidó sino que los bienes se
transfirieron de propietario, lo que se disolvió fue la sociedad titular.
En el ámbito laboral también se observa esto. Garrigues manifiesta por ejemplo que el error
de pretender establecer la cogestión empresarial es que se intenta hacerlo a nivel de la
sociedad titular en vez de hacerlo a nivel de la Empresa (1978: 261).
En efecto, en las grandes unidades empresariales, lo que el trabajador debe "cogestar" es la
Empresa y no el contrato de sociedad, pues éste tiene por objeto determinar las relaciones
jurídicas entre los inversionistas. Tan absurdo es poner aquí el nivel de participación, como
si los inversionistas pretendieran tener un representante dentro del Sindicato. La Sociedad,
el Sindicato y la Empresa son niveles distintos.

El encuentro de la cogestión debe darse a nivel de la Empresa y no en el nivel de la


sociedad. El error ha hecho que hasta hoy los esfuerzos en ese sentido hayan resultado
negativos para ambas partes: la sociedad se encuentra con un elemento ajeno y el trabajador
nunca puede imponer sus intereses.

I. TRATAMIENTO ACTUAL DE LA EMPRESA


Por lo consecuente el tratamiento de la empresa en la legislación vigente es, según vemos
propiamente inexistente, además de tales dificultades, las normas relativas a la Empresa,
son unidimensionales ya que cada disciplina ve en la empresa algo distinto, así el Derecho
Empresarial ve la empresa, fundamentalmente como una actividad.

La Empresa es fundamentalmente un ente generador de riqueza y acumulador de la misma.


El Estado tiene interés en el resultado y participa en él. La legislación comparada, viene
organizando sus propias instituciones y conceptos. Es típico el concepto siguiente "aunque
un ente sea persona jurídica para el Derecho Civil, para el Derecho Empresarial o para
cualquier disciplina, no son personas jurídicas para el Impuesto a la Renta sino aquellos
entes así calificados por la propia legislación comparada".

Empresa es más bien un campo de conflictos sociales por resolver, básicamente el conflicto
capital - trabajo. El juego regulatorio se refiere fundamentalmente a las relaciones entre los
accionistas, participacionistas o socios, sociedad y terceros; en el Derecho Empresarial, los
protagonistas son otros, la sociedad versus los trabajadores. Mientras que para ésta la
Empresa tradicionalmente comprende sólo a los titulares, la Empresa es una comunidad en
conflicto, constituida tanto por los a portantes del capital como del trabajo.

Así como Galgano señala que las razones de la propiedad feudal sucumbieron frente a las
razones del capital en el paso de la sociedad feudal a la sociedad capitalista, hoy las razones
del capital sucumben frente a las razones del trabajo.

Pensamos que pronto éstas a su vez sucumbirán frente a las razones del consumidor. Una
amplia legislación se observa venir en esta materia, como producto de los excesos de la
fuerza laboral que en convivencia con el capital imponen convenciones colectivas que son
verdaderas leyes, que obligan al consumidor, quien no han sido parte en la generación de la
norma pero que finalmente tiene que pagar los costos impuestos unilateralmente por las dos
grandes fuerzas: del Capitalismo y del Sindicalismo (Constitución art. 54). Esto es
particularmente grave en países sub-desarrollados como el Perú en el cual más del 95% de
la población está fuera del sector inversor o sindical.

Para el Derecho llamado Social, las empresas constituyen un campo donde no sólo
funcionan intereses del capital y del trabajo en términos de ganancia, sino además un centro
que es el hábitat donde se desarrolla el hombre moderno. El hogar ha sido sustituido
parcialmente por la Empresa. El hogar ha reducido su campo de influencia. Es hoy casi el
refugio sólo para el descanso. El hombre moderno ya no se realiza en su hogar. En él puede
encontrar el descanso reponedor de sus fuerzas, la tranquilidad para recuperar el equilibrio
emocional, el ambiente de apoyo mutuo familiar, pero es en la Empresa en donde pasará los
más importantes momentos de su vida, trabajando 8 o 9 horas diarias. Las horas más
activas y productivas, serán absorbidas por ese ente del cual parece ser sólo una parte. Ese
ente, la Empresa, asimismo constituye un poder económico dentro de la sociedad, y si su
tamaño lo permite, ese poder se transforma en poder político, con capacidad de transmitir
sus intereses e imponer su voluntad al conjunto de la sociedad. Por eso para el Derecho
Social, la Empresa es además una dimensión de la política y del ejercicio del poder dentro
de la sociedad.

II. HACIA UNA LEGISLACIÓN ORGANICA SOBRE LA EMPRESA


El análisis presentado permite observar la urgente necesidad de que el Perú se ponga al día
con una legislación orgánica sobre la Empresa en base a las siguientes conclusiones:
1) La Empresa se ha convertido en el nuevo eje del Derecho Mercantil y en gran parte de la
vida social.
2) La normatividad actual de la Empresa es pobre, inorgánica y unilateral.
3) El tratamiento de la Empresa iniciado por la Constitución debe completarse mediante
una legislación adecuada que manteniendo el concepto unitario de la Empresa incorpore sus
tres elementos: su condición predominante de sujeto: comunidad de trabajo, su actividad
mercantil y los bienes instrumentales.
4) Las facilidades de una legislación especial sobre la Empresa son, entre otras, las
siguientes:
a) Tratamiento uniforme, lo que implica disciplina jurídica.
b) Maximización de eficacia de la institución empresarial privada, social o
estatal, para efectos económicos y sociales; y
c) Mejor comprensión del fenómeno empresarial.
5) Es necesaria la promulgación de una Ley General de la Empresa que regule en forma
unitaria y orgánica a la Empresa, sus obligaciones, el tráfico jurídico, su Registro y su
función social, conteniendo los siguientes puntos básicos entre otros que se consideren
necesarios:
a) Unificación del concepto de Empresa partiendo de una conceptuación institucional y
reconociéndole sus tres planos como actividad, bien y fundamentalmente sujeto, sin caer en
los extremos unilaterales de ver a la Empresa sólo desde una visión mercantilista,
patrimonialista o sindicalista.
b) Tratamiento uniforme en la actividad de las empresas de todo tipo, en el mercado,
dejando las diferencias al nivel de la organización del titular según la normativa de leyes
especiales: sociedades, cooperativas, propiedad social, pequeña empresa, empresas
comunales, empresas artesanales, etc.
c) Determinación de las normas relativas a la eficiencia y contribución al bien común
exigidas por la Constitución.
d) Regulación del tráfico jurídico del patrimonio empresarial: compra-venta,
arrendamiento, Comodato e hipotecas, garantizando en cada caso los derechos de los
trabajadores.
e) Creación del Registro Nacional de las Empresas, para el registro facultativo de las
mismas.

III . EXPERIENCIAS EXTRANJERAS EN MATERIA DE EMPRESA


Entre las experiencias más interesantes en materia de tratamiento de la Empresa vinculadas
a nuestro sistema jurídico pueden mencionarse los casos de Italia, Portugal y Yugoslavia en
Europa, y más particularmente los casos de Honduras y Guatemala dentro de la legislación
latinoamericana.
Es interesante advertir, además, la novedad que en esta materia establecerá próximamente
el nuevo Código Civil del Brasil, en actual debate en la Cámara Legislativa (suspendido en
estos meses por el análisis preferencial de la nueva Constitución Brasilera).
A) EL CASO ITALIANO
Si bien los italianos son en gran medida los pioneros en regular a la Empresa, fueron
posiblemente los alemanes quienes influyeron más en la modernización de los conceptos
relativos a este fenómeno contemporáneo. Pero fue en el Código Italiano de 1942 donde
estos conceptos tomaron cuerpo, de tal manera que se incorporaron al propio Código Civil
que hasta ese entonces era reacción para recibir las influencias del Derecho Empresarial. En
Italia, el movimiento de unificación del régimen de obligaciones, en gran medida
promovido por la aparición de la Empresa moderna, había sido impulsado en un primer
momento por Vivante desde fines del siglo pasado.
El nuevo Código del año 1942 incorporó así un nuevo Libro, el Quinto, llamado "Del
Trabajo", dentro del cual se incluyó la regulación de la Empresa en su Capítulo I, Título II.
Ciertamente que la normativa ha sido ampliamente criticada, pues en dicho Capítulo no se
regula a la Empresa, sino al empresario, no obstante lo cual aparece como mérito de este
Código el primer intento serio sobre la materia.
B) EL CASO YUGOSLAVO
Desde la otra mitad del mundo, desde el ámbito socialista, también jugaron vientos a favor
de la renovación del concepto de Empresa. Se abandonó progresivamente el prejuicio de
creer que es lo mismo decir "empresa" que decir "lucro" o "empresa capitalista". La
Empresa fue redefinida como una institución que persigue un beneficio económico no
necesariamente lucrativo. Aquí se produce un gran paso de acercamiento en la concepción
jurídica entre occidente y el área socialista. Esta concepción ha llegado ya hasta nuestros
países o tal vez ha "rebotado". Lo cierto es que las más recientes modificaciones de las
leyes de Sociedades en el Occidente han evitado la expresión "lucro" o ganancia que
contenían los viejos Códigos Comerciales o Civiles, y ahora se prefiere señalar que el
objetivo de las sociedades es "obtener un beneficio".
Así, ahora definidas las sociedades, pueden comprender a las sociedades mercantiles, a las
cooperativas y las sociedades estatales (sin que ello implique desconocer sus radicales
diferencias). La nueva conceptuación, pues, se orienta a comprender al fenómeno
empresarial como unitario (Las recientes modificaciones de la Leyes de Sociedades del
Perú y antes de Argentina, así lo demuestran). Yugoslavia, sin embargo, se ha orientado
hacia una visión específica de la Empresa. La concibe fundamentalmente desde una
perspectiva de comunidad de trabajo es decir en uno sólo de sus planos. Desde tal
concepción elabora toda una normativa primero constitucional y luego legal sobre lo que es
la empresa.
C) EL CASO DE PORTUGAL
En el caso portugués vemos un esfuerzo similar al yugoslavo en materia de tratamiento de
la Empresa. Esta conceptuación parte del mismo texto Constitucional que se orienta a
regular a la Empresa con una visión social, casi sindical. Para esta Constitución, la Empresa
es una comunidad, incluso política, así puede advertirse del art. 55-1 que dice "Los
trabajadores tendrán derecho a crear comisiones de trabajo para la defensa de sus intereses
y la intervención democrática en la vida de la empresa, con vistas al refuerzo de la unidad
de las clases trabajadoras y a su movilización para el proceso revolucionario de
construcción del poder democrático de los trabajadores".
D) EL CASO DE HONDURAS:
Llama la atención la originalidad de este Código surgido en un pequeño país de Centro
América, lo que implica un necesario reconocimiento a sus juristas quienes con la
indudable influencia de los profesores mexicanos (quienes no lograron concretar las
reformas en su propio país) procuraron a Honduras un Código de Comercio moderno y de
liderato en varios aspectos aunque en el aspecto social se mantenga en la vía tradicional ya
que ve en la Empresa sólo sus planos de actividad mercantil y de objeto-bien.
El Código Hondureño data de 1950, es decir sólo ocho años después de promulgado el gran
Código Italiano. El Código de Honduras mantiene su superación de la normativa Civil no
habiendo seguido en esto las más modernas corrientes, pero renovó sustancialmente y
mucho más allá que el Código Italiano, la institución de la Empresa.
A diferencia de nuestro C.C. que reputa a la empresa eventualmente como bien inmueble
(art. 1103), este Código la califica como bien mueble (art. 646). Asunto de gran interés para
su debate. El Registro Público de Comercio según el Código Hondureño es doble: de
empresas y de titulares de ellas. Esto permite facilitar el negocio jurídico de la empresa.
Mientras la visión portuguesa nos muestra la Empresa desde una perspectiva fundamental y
exclusivamente "sindicalista", la perspectiva Hondureña es básicamente mercantilista -
patrimonialista. Ambas concepciones si bien aportan ideas al desarrollo conceptual de la
Empresa, son todavía unidimensionales.
E) EL CASO DE GUATEMALA
El Código de Comercio de Guatemala es de 1970 es decir veinte años posterior al de
Honduras y veintiocho años al de Italia.
Se trata evidentemente de un Código basado en el de Honduras que se orienta a
perfeccionar algunas normas de su predecesor, pero en esencia, recoge fundamentalmente
la concepción de la Empresa como actividad - bien. El hecho de que 20 años después de la
promulgación del Código Hondureño otro país con similares características haya seguido
sus lineamientos, indica que el primero ha resistido bien a los cambios del tiempo en
materia de economía.
F) EL CASO DEL BRASIL
Recientemente se viene debatiendo el proyecto del nuevo Código Brasilero. En él llama la
atención un Libro especial, el N° II, denominado "Del Derecho de la Empresa".
Como podemos observar, Brasil está pronto a ingresar en una nueva etapa mediante la
renovación de su tratamiento sobre la Empresa. La primera potencia sudamericana asume
así el nuevo camino frente a las realidades de la economía moderna.
G) EL CASO DE ARGENTINA
La empresa surge como una organización de fuerzas económicas (capital y trabajo)
conforme a un plan elaborado por el empresario para lograr resultados económicos.
La empresa es un conjunto de bienes de distinta naturaleza que sirve de sostén para la
actividad del empresario, es instrumental, pero por su importancia se sobrepone a la
persona del empresario.
El Código argentino incorporó muy primitivamente el concepto de empresa en el art. 8º inc.
5º y la labor extensiva que la jurisprudencia realizó. Es claro que la empresa nunca puede
ser un acto de comercio sino una «organización compleja para realizar actos jurídicos,
que serán de comercio en tanto la empresa pueda adoptar una forma mercantil».
Hay quienes entienden que la empresa es el concepto totalizador del Derecho Mercantil,
razón por la cual la identifican plenamente con esta rama jurídica (con algunas excepciones
como letra de cambio, cheques, etc.).
Por ello es necesario sintetizar largas y meritorias labores. La empresa existe en la realidad
tangible de todos los días, es un fenómeno tal que, traducirlo a normas jurídicas puede
resultar tarea ardua, a veces desaconsejable por los juristas. Podemos definir el fenómeno
«empresa» como:
«Actividad compleja y organizada de los factores de la producción, para fabricar o
intermediar en productos o servicios, Con un fin.»
Si ese fin es económico o de lucro, estaremos frente a la empresa civil o comercial. Es que,
al entender de Etcheverry, puede existir empresa sin fines especulativos como es el caso de
asociaciones, fundaciones. Por extensión, una actividad organizada como unidad, integrada
por personas y bienes, podría caracterizarse de esa manera.
Es diversa la realidad cuando se observa que el fenómeno económico descrito se manifiesta
en un número de casos de diferente entidad jurídica: empresas cooperativas, mercantiles,
artesanales, agrarias, inmobiliarias, empresas de actividades civiles (por ej. agrupaciones de
profesionales), empresas sin fines de lucro, sociedades del Estado.
El fenómeno «empresa», si bien parece unitario, ofrece aspectos diversos en los cuales
deben detenerse la doctrina, ley o jurisprudencia, colocándolos de acuerdo con el sistema
normativo positivo a fin de integrarlos a él de una manera permanente y coherente.
Según Halperín la empresa mercantil es «la organización de bienes y servicios para la
producción de bienes o de servicios con un fin económico».
Ascarelli la define como: una «actividad económica cuyo instrumento es la hacienda»,
distingue la empresa del empresario y de la actividad, y le agrega el concepto de riesgo»
propio de toda empresa.

Para Zaldívar la empresa «es una universalidad institucional» es decir, una creación
opuesta a la contractual, formada por una serie de elementos, algunos de los cuales escapan
al control de las partes. La actividad de todos estos elementos, más que propender a la
utilidad del propietario de la empresa, procuran el beneficio de la colectividad.
Dentro de la Ley de Contrato de Trabajo (art. 5º) se da un concepto de empresa pero el
mismo debe ser entendido con los alcances allí dados, es decir, como concepto de empresa
laboral ya que la Ley enfatiza «a los fines de esta ley». Indica que: «A los fines de esta ley
se entiende por empresa la organización instrumental de medios personales,
materiales e inmateriales, ordenados bajo una dirección para el logro de fines
económicos o benéficos».
Este concepto laboral se incorpora al ordenamiento general de manera especial y teniendo
como mira el fin que esa materia requiere: se enfoca sólo desde el factor trabajo, buscando
el mejor desarrollo de los derechos que reconoce esta rama a todos los asalariados.
No hay en general norma mercantil que precise el concepto de empresa. Nuestro art. 8º la
menciona en el inc. 5º, pero aún cuando ello no debe extrañarnos, lo cierto es que se le ha
hecho decir a la ley mucho más de lo que ella dice o lo que pensaron los codificadores.
Garrigues expresa que la empresa «es una noción económica que trasciende a lo jurídico
en algunas manifestaciones, pero no como unidad».
H) EL CASO DE MEXICO
Francois Perroux, distingue dos aspectos básicos de la empresa capitalista. Por un lado ve
una entidad con cierto patrimonio que le permite realizar sus funciones y de la otra,
encuentra aun empresario con variadas actividades tales como:
a) Afrontar los riesgos que implica la producción.
b) Asegurar la unidad de la empresa, si esta comprende varios emplazamientos y unidades
técnicas, diversos y aislados unos de otros.
c) Competir ventajosamente en el mercado para lo cual tiene que buscar la mejor
combinación de los factores productivos y sus precios.
d) Asegurar la unión entre los mercados de factores y de productos.
e) Vender los bienes y servicios producidos de acuerdo a la demanda, al mejor precio para
obtener la mayor ganancia posible.
En función de todo esto Perroux propone una definición unitaria para la empresa:
"Empresa es una forma de producción por medio de la cual, en el seno de un mismo
patrimonio, se combinan los precios de los factores de la producción, aportados por sujetos
distintos al propietario de la empresa, en vista de vender una producción en el mercado, un
bien o un servicio, y obtener una renta monetaria igual a la diferencia entre dos series de
precios".
Empresa es la unidad de control, decisión y coordinación de todas las actividades que le
son inherentes, mediante la intervención, bien de una sola persona o de varias. Este
concepto difiere del jurídico. Empresa es la reunión de varias personas que aportan los
diversos recursos necesarios para producir y que esperan obtener una ganancia o un lucro.
En sentido amplio la empresa es la unidad de producción. En su Conjunto. En sentido
stricto la empresa son las personas y organismos que intervienen una función directora y
coordinadora en el proceso de producción.
Algunos autores señalan que la empresa surge cuando no es la misma persona quién aporta
todos los factores de la producción, sino son varios, es decir, unos aportan bienes, otro
trabajo, otros coordinan y entre todos logran producir.
Las empresas se forman con la finalidad primordial y principal de obtener un lucro o
ganancia. La función social de la empresa se cumple con la producción de bienes y
servicios, es decir en el momento en que una empresa brinde a la comunidad más bienes y
servicios que aquellos que utilizó en el proceso de producción.
Cuando una empresa gasta más recursos de los que da a la sociedad, es decir obtiene
pérdidas, no cumple con la función social, ya que no produce riqueza para la colectividad:
es una carga y no una ayuda. Al producir riqueza, la empresa cumple su función social.
La realización de actos de comercio presupone la función de aportar al mercado general de
bienes o servicios, con fines de lucro. Esta actividad es realizada por el comerciante
individual o social, a través de la organización de los elementos patrimoniales y personales
necesarios, elementos que en su conjunto integran su empresa. De aquí la definición de
carácter económico: la empresa es la organización de una actividad económica que se
dirige. a la producción o al intercambio 'de bienes o servicios para el mercado.' Barassi así
mismo dice que la empresa es la organización profesional de la actividad económica del
trabajo y del capital tendiente a la producción o, al cambio.
El derecho mercantil, dice Vívante, ha hecho suya esta concepción económica y ha
declarado comercial la empresa, porque ha visto en la función del empresario un papel de
mediación, que lo coloca entre una masa de energías productoras (máquinas, operarios,
capital) y la masa de los consumidores, función que hace de él mismo, aunque no siempre,
un comerciante.
No siempre, hemos dicho; porque bien cabe que el empresario no se proponga hacer del
ejercicio de su empresa su profesión habitual, como sucederá, por ejemplo, en todos
aquellos casos en que la empresa se constituya para una obra temporal determinada
(pavimentación o drenaje de las calles de una ciudad, construcción de una carretera, cte.).
El legislador, al reputar mercantiles las empresas enumeradas, lo ha hecho únicamente
teniendo en cuenta la función mediadora del empresario, sin atender a que esa función
alcance o no a imprimir, en quien la desempeña, la calidad de comerciante.
La empresa es el organismo que actúa la coordinación de los factores económicos de la
producción. La naturaleza mercantil deriva de la entidad económica de la empresa, del
volumen considerable de los negocios que produce, de la asimilación por su harte de todos
los elementos técnicos del fundo mercantil. El paralelismo entre el fundo de comercio y
fundo industrial constituye el fundamenta de la comerciabilidad del segundo'.
I) EL CASO DE ECUADOR
El Código de Comercio no proporciona una definición de "empresa" y peor establece
diferencia alguna entre empresas nacionales o no.
Debemos aceptar la definición doctrinal de empresas que se desarrolla en el territorio
nacional, como una empresa nacional. Es decir aquella cuyo campo de acción no trasciende
el territorio nacional y siguiendo el Derecho Andino contenido en el Art.8 de la Decisión
46, la empresa cuyo titular natural jurídico no es extranjero; así como, aquella que se
caracteriza por tener una decisión técnica, financiera, administrativa y comercial en manos
de nacionales.
Es obvio que la empresa nacional y el multinacional se rigen por el derecho nacional; la
primera por causales innecesarios de argumentar, las segundas por cuanto no es domicilio,
sino la ley del domicilio la que rige su comportamiento en el mundo económico.
"No se desconoce... que la empresa multinacional es fundamentalmente un concepto y un
hecho económico y que el correspondiente sistema normativo no tiene otro alcance que de
facilitar la planificación de la actividad productiva de bienes y servicios en función del
nuevo espacio y de las condiciones que va generando la integración".
Concepto que, para trascender al mundo jurídico, debe tener un titular que sea reconocido
por el derecho como sujeto de derecho.
Es el sujeto físico y jurídico el que, como titular de la Empresa se identifica en el mundo
económico como "Empresario" y, proporcionando el impulso inicial, es el responsable de
todas las relaciones jurídicas que asuma la Empresa

J) EL CASO DE ESTADOS UNIDOS


En Estados Unidos las empresas pueden tener dos formas: corporación (corporation) y
sociedad (partnership), cada una de las cuales a su vez comprende dos tipos básicos. Una
corporación puede ser una corporación C o bien una corporación S. Una difiere de otra
según como esté encuadrada para los fines del impuesto sobre beneficios. Una sociedad, a
su vez, puede ser una sociedad limitada (limited partnership) o una sociedad colectiva
(general partnership). La diferencia entre ambas radica en la medida en que los socios son
responsables de las obligaciones de la sociedad. A continuación se describen las
características principales de estas cuatro organizaciones:
a) CORPORACIONES
Una corporación es una entidad jurídica organizada de acuerdo con leyes estatales y
fundamentalmente regulada por las mismas. Aunque existen diferencias entre las leyes
aplicables en los distintos estados, la conformación de una corporación es básicamente la
misma en todo el país. Una corporación se forma cuando sus integrantes presentan la
información pertinente (artículos de incorporación o certificado de incorporación, según el
estado) ante el secretario de estado correspondiente y pagan un arancel relativamente bajo
por la inscripción. Los datos proporcionados, que son bastante básicos, pasan a ser de
dominio público. Una corporación debe presentar ciertos documentos para poder realizar
transacciones en un estado que no es aquel en el que registró su formación.
La ventaja fundamental de una corporación es que los accionistas (los propietarios de la
corporación) generalmente no son responsables de las obligaciones de la misma. Su
responsabilidad se limita a las aportaciones realizados (el importe invertido en acciones de
la corporación). Un comité de dirección, elegido por los accionistas, dirige la corporación.
A su vez, este comité designa a los funcionarios que se encargarán de ejecutar la política
corporativa. Los artículos o certificado de incorporación y los estatutos constituyen los
documentos que regulan las actividades de la corporación. Con frecuencia, dichos
documentos en su conjunto son conocidos como la "carta" de la corporación.
Corporaciones C
De acuerdo con las leyes del impuesto sobre beneficios, en Estados Unidos una corporación
puede constituirse como corporación C o S. Las corporaciones C deben pagar impuestos
sobre las ganancias a nivel corporativo en el orden nacional. Si una corporación distribuye
dividendos ya sea en dinero o en especie a sus accionistas, dichos accionistas también
deben pagar impuesto sobre beneficios.
Corporaciones S
Una corporación S no paga impuestos a nivel corporativo. Se considera que las ganancias
(y pérdidas) "pasan" a los accionistas, de modo que son ellos quienes deben pagar
impuestos sobre los beneficios que hayan obtenido de la corporación hayan o no recibido
dividendos de la misma. Una corporación S percibe ventajas impositivas sólo si está
inscrita en Estados Unidos e integrada por 35 o menos accionistas, ninguno de los cuales
puede ser extranjero no residente en el país, ni otra corporación ni, con algunas
limitaciones, un fideicomiso. Además, todos los accionistas deben estar de acuerdo en
constituirse en una corporación S y la entidad no puede emitir más que una clase de
acciones.
b) SOCIEDADES
Las sociedades son similares a la corporación S en tanto y en cuanto se las considera
transmisores y no sujetos de pagar impuesto a las ganancias a nivel societario, sino que los
socios deben pagar impuesto sobre las ganancias en base a los ingresos de la sociedad.
Cada estado tiene sus propios estatutos societarios, generalmente basados en disposiciones
uniformes, por lo tanto hay gran uniformidad entre los estados en este tema.
Sociedades colectivas
Una sociedad colectiva resulta de la asociación de dos o más personas o entidades, de
acuerdo con un contrato, con el fin de operar conjuntamente un negocio para mutuo
beneficio. Cada socio en una sociedad colectiva es personalmente responsable de todas las
deudas y obligaciones de la sociedad.

Sociedades limitadas
Una sociedad limitada resulta de la asociación contractual de uno o más socios colectivos
(general partners) y uno o más socios con responsabilidad limitada. Los socios colectivos
tienen el derecho y la responsabilidad de dirigir la empresa. Además, son personalmente
responsables de las deudas y obligaciones de la sociedad. Una corporación suele participar
en calidad de socio colectivo para establecer la responsabilidad limitada. Su
responsabilidad se limita a sus aportaciones de capital. Además de ejecutar un contrato
societario, la formación de una sociedad limitada requiere la presentación de un certificado
de sociedad limitada en el estado en que se constituye.
Sociedad de responsabilidad limitada
La mayoría de los estados autorizó la formación de SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD
LIMITADA recientemente. Aunque en su organización se incurren mayores gastos, la
LLC es muy flexible y puede ser utilizada para limitar la responsabilidad de los propietarios
en la misma medida que una corporación, mientras que para fines impositivos opera casi
como una sociedad limitada.
II. INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS NACIONALES: México, Brasil,
Colombia y Chile.

En los últimos años varias compañías chilenas han ido ingresando al mercado de Perú y
Colombia, naciones que han experimentado un crecimiento económico ejemplar en el
contexto de América Latina. Si bien es cierto el proceso de internacionalización de las
empresas nacionales comenzó en la década de los noventa, y que ahora se está viviendo una
especie de segunda ola, en el ámbito de la región latinoamericana es mucho más importante
y significativo el avance que han ido mostrando las compañías mexicanas en Sudamérica,
en especial en el mercado brasileño.
Durante el año 2007 varias empresas mexicanas, que vieron en la economía azteca un
mercado poco dinámico, han salido al exterior en un proceso significativo de fusiones y
adquisiciones de firmas. Algunos analistas incluso lo han denominado como “go
shopping”, hacia Brasil, particularmente.

Por otro lado, compañías brasileñas yendo a invertir en México ha sido algo prácticamente
inexistente, de tal manera que se puede observar una gran “asimetría” en este fenómeno.
Al parecer, un mercado bursátil poco desarrollado en México sería la explicación ante la
baja presencia de empresas brasileñas en la nación azteca. En cambio, el mercado de
valores de Brasil aparece más profundo y dinámico, tanto es así que el año 2007 un total de
64 firmas o compañías se abrieron a bolsa en la nación “verde amarelha”.

Brasil viene siendo una nación que en el año 2015 superará los 200 millones de habitantes,
y en los últimos años una fracción importante de su población ha ido viendo un incremento
de su poder adquisitivo gracias a la estabilización macroeconómica que se ha ido logrando,
uniendo baja inflación con crecimiento económico. El presidente Lula ha sido un
mandatario de izquierda con orientación a la economía de mercado.
Estos factores explican de manera importante el interés de varios grupos económicos de la
nación azteca por invertir en Brasil, tanto es así que en 2007 las adquisiciones mexicanas
totalizaron US$ 777 millones en dicho país. También vale la pena señalar que esta creciente
inversión de México se da en otros lugares de Sudamérica, por ejemplo, con una inversión
directa en Colombia por US$ 665 millones en 2007.
Esta vendría siendo una segunda ola de inversiones en el exterior por parte de empresas
mexicanas, especialmente hacia Brasil, dado que la primera ola se vivió a finales de los
noventa con gigantes económicos aztecas tales como Femsa, Telmex, Bimbo y Jugos del
Valle saliendo a invertir fuera de las fronteras locales. Esto quiere decir que las compañías
mexicanas no sólo analizan el mercado estadounidense a la hora de invertir en el exterior,
sino que también son capaces de buscar selectivamente nichos de mercado y oportunidades
de negocios en América Latina.
Las empresas chilenas, en todo caso, han mostrado cierta timidez y falta de madurez en su
proceso de internacionalización, y dado que México está penetrando fuertemente el
mercado de Brasil y Colombia, las firmas nacionales podrían estar perdiendo valiosas
oportunidades en el exterior si su avance es demasiado lento.
CONCLUSIONES
 La Empresa se ha convertido en el nuevo eje del Derecho Mercantil y en gran parte de la
vida social.

 La normatividad actual de la Empresa es pobre, inorgánica y unilateral.

 El tratamiento de la Empresa iniciado por la Constitución debe completarse mediante una


legislación adecuada que manteniendo el concepto unitario de la Empresa incorpore sus tres
elementos: su condición predominante de sujeto: comunidad de trabajo, su actividad
mercantil y los bienes instrumentales.

 Las facilidades de una legislación especial sobre la Empresa son, entre otras, las siguientes:
 Tratamiento uniforme, lo que implica disciplina jurídica.
 Maximización de eficacia de la institución empresarial privada, social o estatal, para
efectos económicos y sociales.
 Mejor comprensión del fenómeno empresarial.

 Es necesaria la promulgación de una Ley General de la Empresa que regule en forma


unitaria y orgánica a la Empresa, sus obligaciones, el tráfico jurídico, su Registro y su
función social, conteniendo los siguientes puntos básicos entre otros que se consideren
necesarios:

 Unificación del concepto de Empresa partiendo de una conceptuación institucional


y reconociéndole sus tres planos como actividad, bien y fundamentalmente sujeto,
sin caer en los extremos unilaterales de ver a la Empresa sólo desde una visión
mercantilista, patrimonialista o sindicalista.

 Tratamiento uniforme en la actividad de las empresas de todo tipo, en el mercado,


dejando las diferencias al nivel de la organización del titular según la normativa de
leyes especiales: sociedades, cooperativas, propiedad social, pequeña empresa,
empresas comunales, empresas artesanales, etc.

 Determinación de las normas relativas a la eficiencia y contribución al bien común


exigidas por la Constitución.

 Regulación del tráfico jurídico del patrimonio empresarial: compra-venta,


arrendamiento, Comodato e hipotecas, garantizando en cada caso los derechos de
los trabajadores.

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