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¿Cómo liderar un proyecto?

Liderar un proyecto, necesita de algunos aspectos importantes que se exponen a continuación:

Primero debemos entender que es un líder.

Desde el ámbito de la gestión de proyectos, el líder es la persona capaz de movilizar a una


serie de individuos con el fin de lograr una meta previamente establecida. El líder se identifica
como la persona que se encuentra al frente de un equipo para sacarle el máximo partido a un
contexto determinado. De estos líderes existen varias teorías, entre las que se destacan la
personalista, que expone que el líder nace, son líderes solo aquellos que poseen una
personalidad para ello.

Por otra parte la teoría situacional, sostiene que lo que hace que una persona sea líder, es una
situación determinada.

Pese a las dos teorías anteriores, sabemos que al líder lo conforman la personalidad y las
aptitudes y que para ser líder se necesita cierto entrenamiento de una serie de habilidades.

Los líderes pueden ser de varios tipos, los más conocidos son: los formales, en el que su poder
es fruto de una jerarquía determinada por el cargo que ocupa, en este tipo, encontramos jefes,
coordinadores, directores, entre otros. Los líderes informales por su parte son aquellos en los
que su poder proviene de su forma de ser, son personas con carisma. Los líderes ocasionales
son los que ejercen el rol de líder en una situación determinada puesto que sus características
responden a la necesidad del grupo.

El líder de un proyecto, que deba asumir funciones de coordinador o director del equipo gestor
del proyecto, debe poseer habilidades de tipo social, talento e intuición.

Clasificación según estilos de dirección para liderar un proyecto:

Existen tres formas de liderar un proyecto, la primera de ellas es la participación de los


miembros del equipo en las decisiones, sus características se fundamentan en que cada
miembro tiene una función determinada de la que es responsable y en la que puede decidir,
las decisiones que competen al grupo se toman de forma compartida, una vez fijados los
objetivos y la organización del trabajo el grupo trabaja de forma autónoma, el director
supervisa el trabajo realizado en cuanto a resultados, las decisiones que afecten a la estrategia
del proyecto se consultarán con el equipo, pero la decisión última recaerá en el director, su
figura debe ser un referente de apoyo a la tarea y al individuo. Este estilo podría ser apropiado
para dirigir: Un equipo de alto nivel profesional. Un equipo con una organización muy definida.
Cuando por el tipo de tarea es necesaria una descentralización del poder a fin de potenciar la
autonomía de los miembros.
En la segunda se encuentra un grado de concentración en el poder directivo, se caracteriza
porque el control sobre el grupo es absoluto, el director asume la responsabilidad máxima de
los acontecimientos, el director señala en cada momento qué debe hacerse, Todas las
decisiones deben pasar por su él.

El tercer estilo es el marcado por el consenso grupal, que se caracteriza porque el rol del
director es el de coordinador por excelencia. Su tarea primordial es mantener la cohesión del
equipo y la identificación de sus miembros con el mismo y con la organización, cada decisión
se lleva a cabo por consenso grupal. Este estilo sólo puede funcionar en organizaciones o
empresas en las que cada miembro sea el único responsable de su trabajo, además que la
especialización del trabajo sea un elemento esencial.

Es posible que alguna de las tres formas de liderar un proyecto sea mejor que la otra, sin
embargo es la situación particular la que determina cual tipo de liderazgo frente a la dirección
de una empresa es el más apropiado.

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