Táctica, violencias,

transgresiones
y romanticismo
revolucionario.
Una lectura al Che Guevara
a partir de Bataille.
Por Luis Pino Moyano.

“La solidaridad es una virtud del género

humano,
que permite a los hombres que la practican
manifestar el amor a sí mismos y a sus
semejantes,
ofreciéndose a estos en los momentos de
angustia,
de desesperación o de necesidad,
para ayudarles material y espiritualmente
a reconquistar el bienestar perdido
y a olvidar el agravio recibido”.

Jean Paul Sartre.

La actividad que comienzo a realizar
al escribir estas líneas es, de suyo,
apasionante. Conlleva el influjo del
deseo. Es que leer a Ernesto Che
Guevara implica una serie de desafíos.
Leeremos a aquél de quien señalara
Salvador Allende, en la mítica
entrevista dada a Régis Debray, que
fue uno, de los dos hombres, que le
impactó tan solo con su mirada.
Estaremos leyendo a aquél que ha
inspirado libros, poemas, canciones.
Silvio Rodríguez, Víctor Jara, Mario
Benedetti, Nicolás Guillén y hasta
Julio Cortázar cantan y declaman
musical o poéticamente acerca de las
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luchas y sufrimientos de este hombre.
Estamos leyendo al que fue asesinado
en el desarrollo de la lucha por lo que
él, y tantos otros han creído justo.
Estamos leyendo al hombre que se
convirtió, o mejor dicho, convirtieron,
en icono, cargando su imagen en
llaveros, fotos, llaveros, chapitas,
poleras y demás. Súmese a esto,
nuestra cultura como gente de
izquierda en Chile de estar apegados a
la figura de mártires, viendo en la
sangre derramada de cientos de
héroes, visibles y anónimos, la fértil
semilla del movimiento popular. Por
mi parte, no pretendo constituir al
finado en estatua, ni menos pretendo
convertirlo en un icono ni en el
sustento de un discurso populachero.
No es mi intención. Parafraseando a
Unamuno, Che, es nada menos que
todo un hombre. Y nada más, desde
luego. Lo que pretendo ensayar en
estas líneas, es una lectura de algunos
textos del guerrillero argentino-
cubano, relacionados a su concepción
de la violencia política. Ahora bien, es
2
una lectura a partir del texto El
Erotismo1 de Georges Bataille. Es esta
interpretación romántica, la que nos
permite vislumbrar una serie de
prismas, sustentados en las ideas
fuerza de violencia, transgresión,
interdicto, muerte. Es la mirada, la re-
lectura del pensamiento del Che, a su
discurso político, a partir del fuego
sagrado y profano del erotismo, en
tanto elemento cuestionador del ser2. Y
al cuestionar la esencia misma del
discurso guevarista, discuto el propio
ser del Che. Y, por supuesto, me
cuestiono a mí mismo, mi existencia,
mi pensamiento. Escribo sin tener la
clara certidumbre del puerto al que
llegaré influenciado por las ondas
tempestuosas de la discontinuidad. Y
siento, en esta ocasión, que es mejor
que sea así. Dudas, muchas.
Contradicciones, totales,
parafraseando a cierto cantante
argentino. Certezas, también las hay.
Entonces, en este juego, lleno de
1
Bataille, Georges. El Erotismo. (Barcelona:
Tusquets Editores, 2000).
2
Ibídem, p. 33.
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contradicciones convergentes, no subjetividad, vale decir, cuando entra a

queda otra cosa que ponerse manos a la condición de objeto4. Ahora bien,
la obra. esta reformulación metodológica,
nueva en sí, a pesar de tener elementos
Aunque ya fue inferido en
de la vieja cientificidad, en definitiva,
líneas anteriores, me parece relevante
y producto del giro orientador, se
comenzar esta re-lectura, con una cita
produce una ruptura con ella. Bataille
del texto de Bataille, que me parece
señala que: “llega un momento, sin
clave. Él dice: “El erotismo del
duda precario, en que, con la ayuda de
hombre difiere de la sexualidad animal
la suerte, ya no debemos esperar la
precisamente en que moviliza la vida
decisión de otros (en forma de dogma)
interior. El erotismo es que en la
antes de adquirir la experiencia que
conciencia del hombre pone en
queremos”5. Esta ruptura con el
3
cuestión al ser” . Considero que
encasillamiento moderno, el que se
Bataille pone el acento en algo que me
encuentra lleno de interdictos, permite
parece fundamental. Da a entender que
experimentar la liberación. Y la
en muchas ocasiones buscamos fuera
principal liberación, en el plano
de nosotros mismos nuestros objetos
epistemológico, es que nos permite
de deseo. Pero dichos objetos,
hablar de la “experiencia interior”, en
responden a nuestra interioridad, a la
otras palabras, nos hace hablar de
interioridad del ser. Por lo cual, para
nuestra individualidad, la que por
hacer una lectura con los “lentes de
definición es arbitraria y no tiene
Bataille”, uno debe divorciarse de la
carácter de universal. Demás está decir
cientificidad moderna, puesto que ella
que el discurso político del Che, está
busca acercarse de manera objetiva a
influenciado de manera clara y directa
los fenómenos, lo cual es posible al
por su experiencia, fundamentalmente,
científico cuando niega su
4
Ibídem, p. 42.
3
Ibídem. 5
Ibídem, p. 38.
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la vivida en la Sierra Maestra junto al
Movimiento 26 de Julio. Esto, porque
bajo el paradigma materialista, el
sujeto conoce y aprehende a partir de
la experiencia. La realidad genera
estímulos sensoriales, los que al
intelectualizarse generan el concepto.
Hay una dualidad sujeto-objeto (quien
conoce y lo conocido). El marxista,
como ve la realidad en la estructura
productiva, entiende que el sujeto toma
y orienta la naturaleza según sus
intereses. Esto permite subvertir el
orden a través de la lucha
revolucionaria. Dicha situación era
más potente y extrema, cuando se
sobreentendía que la historia tiene una
direccionalidad y fin, en este caso, la
construcción del socialismo
conllevaría, tarde o temprano, a la
disolución de las clases. Donde más
queda clara esta idea es, en mí opinión,
en las palabras parteras de Fidel
Castro, quien señala: “Pero nosotros
consideramos que este continente tiene
en su vientre una criatura que se llama
Revolución. Que viene en camino, y
4
que inexorablemente, por ley
biológica, por ley social y por ley de la
historia tiene que nacer. Y nacerá de
una forma o de otra. El parto será
institucional, en un hospital, o será en
una casa. Serán ilustres médicos o
será la partera quien recoja la
criatura, pero de todas maneras habrá
parto”6. Es el influjo de esa idea, la de
un parto inexorable la que motiva a
tomar a estos hombres las armas y
empuñarlas contra quienes pretenden
conservar el status quo. Es por ello,
que el Che al hablar del guerrillero
como “reformador social”, se tiene la
“intención de colocar algo nuevo en
lugar de lo viejo”7. Esta ruptura del
orden establecido, en palabras de
Bataille, radicaría en la transgresión de
lo prohibido. Lo prohibido, para el
pensador francés, viene a ser lo
opuesto al retorno a la naturaleza y se
manifiesta en forma de interdictos. Los
interdictos fundamentales son la
6
Castro, Fidel. Archivo Sonoro.
7
Guevara, Ernesto. La Guerra de Guerrillas.
En: Guevara, Ernesto. Escritos y discursos.
Tomo 1. (La Habana: Editorial de Ciencias
Sociales, 1985), p. 67.
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muerte y la reproducción sexual, lo conveniente, puesto que aleja el objeto

que se refleja en que ambos actos son, de nuestra conciencia. Nos hace sentir
generalmente, escondidos. La pavor frente a dicho objeto, que viene
transgresión, por su parte, “levanta la a ser la enajenación. La construcción
prohibición sin suprimirla”8. racional humana, que conocemos y
Presupone, entonces, una relación catalogamos bajo el nombre de
dialéctica entre ley y violación. La modernidad, ha puesto al trabajo como
violación emanaría de la desconfianza el freno racional de la fiesta y el juego,
de los beneficios que produciría la lo que hace que el hombre deje de
observancia de las leyes estipuladas. responder al impulso del deseo. Deseo
La violación, en tanto operación que busca su satisfacción inmediata. El
erótica, tiene como resultado la trabajo, desde la revolución industrial,
destrucción de la estructura de ser es realizado en colectividad, “en
cerrado. En este sentido, “la cadena”, por tanto la prohibición, en
prohibición elimina la violencia, y tanto disciplinamiento, produce la
nuestros movimientos de violencia (y detención de la individualidad. Como
entre ellos los que responden al diría Marx: “el trabajo es externo al
impulso sexual) destruyen en nosotros trabajador… no pertenece a su ser…
el tranquilo ordenamiento sin el cuales el trabajador no se afirma, sino que se
inconcebible la conciencia humana”9. niega… Por eso el trabajador sólo se
Vale decir que, la prohibición ha sido siente en sí fuera del trabajo, y en el
conveniente para la ciencia, en trabajo fuera de sí… así también la
palabras de Bataille, lo que no es otra actividad del trabajador no es su
cosa que la conveniencia del sistema propia actividad. Pertenece a otro, es
moderno racionalista que sustenta la la pérdida de sí mismo (…) La
idea del progreso continuo. Es enajenación aparece tanto en el hecho
8
Bataille. Op. Cit., p. 40. de que mi medio de vida es de otro,
9
Ibídem, p. 42.
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que mi deseo es la posesión activa de producción, por las relaciones de

otro, como el hecho de que cada cosa producción”12. Esta denuncia, es una
es otra que ella misma, que mi denuncia hecha desde la pasión. Pasión
actividad es otra cosa, que por último que es resultado de la estrecha ligazón
domina en general el poder con otros hombres. Es un acto de amor.
inhumano”10. Sin lugar a dudas, creo En otras palabras, por muy hippie que
que la mejor representación de esta suene todo esto, es hacer el amor en el
problemática, fue la realizada por sentido pleno de la expresión. Es esta
Chaplin en Tiempos Modernos, en la pasión, que se acerca a la esencia
que escenifica a un advenedizo discontinua del ser, que hace que el
trabajador industrial, que para seguir el Che se salga de todo canon teórico
ritmo de la máquina, debe, él mismo, imaginable, y diga elocuentemente a
transformarse en émbolo o palanca. En Carlos Quijano: “Déjeme decirle, a
este sentido, el trabajador es riesgo de parecer ridículo, que el
perfeccionado como tal, pero es revolucionario verdadero está guiado
rebajado en su condición humana. Eso, por grandes sentimientos de amor. Es
constituye, en palabras de Guevara, al imposible pensar en un revolucionario
guerrillero en una “especie de ángel auténtico sin esta cualidad. Quizás sea
tutelar caído sobre la zona para uno de los grandes dramas del
ayudar siempre al pobre”11. Esto hace dirigente; éste debe unir a un espíritu
que el Che denuncie “que la diferencia apasionado una mente fría y tomar
entre los hombres no está dada por el decisiones dolorosas son que se
color de la piel, sino por las formas de contraiga un músculo. Nuestros
propiedad de los medios de revolucionarios de vanguardia tienen
12
Guevara, Ernesto. Discurso en la Asamblea
10
Marx, Karl. Manuscritos: Economía y General de las Naciones Unidas, 11 de
Filosofía. (Madrid: Alianza Editorial, 1972), Diciembre de 1964. Publicado en: Periódico
pp. 108, 109, 166. Revolución, 12 de diciembre de 1964.
11
Guevara. La Guerra de Guerrillas. Op. Cit., Tomado de: Guevara, Ernesto. Escritos y
p. 67. discursos. Tomo 9. Op. Cit.
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que idealizar ese amor a los pueblos, a
las causas más sagradas y hacerlo
único, indivisible. No pueden
descender con su pequeña dosis de
cariño cotidiano hacia los lugares
donde el hombre común lo ejercita”13.
En otras palabras, lo que Guevara
quiere decir es, que los revolucionarios
verdaderos, son aquellos que aman la
vida. Por ello, quienes aman la vida,
siguen soñando, creyendo y luchando
por la construcción de un mundo
mejor. Estas palabras nos hacen
encontrarnos con la vida que ama y
que se esfuerza por construir
esperanza. Por la vida que ama y se
deleita con la justicia. En definitiva,
por la vida que ama. Sólo amando se
pueden construir revoluciones, por
ende, sólo amando se pueden construir
mundos mejores. Esto me hace retomar
la cita epigráfica de Sartre, en relación
a la solidaridad, definida como el acto
que busca reconquistar el bienestar
13
Guevara, Ernesto. El Socialismo y el
hombre en Cuba. Texto dirigido a Carlos
Quijano, publicado en Marcha, Montevideo,
12 de marzo de 1965. Tomado de: Guevara.
Escritos y Discursos. Tomo 8. Op. Cit.
7
perdido. Para conseguir esto, el
revolucionario debe romper, desde su
interioridad, el convencimiento de
autosuficiencia, puesto que, al decir
del pedagogo brasileño Paulo Freire:
“la autosuficiencia es incompatible
con el diálogo. Los hombres que
carecen de humildad o aquellos que la
pierden, no pueden aproximarse al
pueblo. No pueden ser sus compañeros
de pronunciación del mundo. Si
alguien no es capaz de sentirse y
saberse tan hombre como los otros,
significa que le falta mucho que
caminar para llegar al lugar de
encuentro con ellos. En este lugar de
encuentro, no hay ignorantes
absolutos ni sabios absolutos: hay
hombres que, en comunicación,
buscan saber más”14.
Lo anterior, implica un acto de re-
nacimiento. Y el nacimiento nos hace
encontrar con la idea de la muerte,
puesto que, el hombre debe tomar
conciencia de desgarrarse del mundo,
14
Paulo Freire. Pedagogía del Oprimido. (Madrid:
Siglo Veintiuno de España Editores S.A., 1997), p. 108.
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lo que implica una transformación.
Bataille dice: “la muerte de uno es
correlativa al nacimiento de otro; la
muerte anuncia el nacimiento y es su
condición. La vida es siempre un
producto de la descomposición de la
vida”15 Dicha transformación no
provendría, para Bataille, desde
afuera, sino que es un proceso interno.
La muerte no se reduce al simple acto
de morir, sino que, es el movimiento
al sinsentido y, como bien sabemos, a
partir de la lectura de Bataille, “lo que
designa a la pasión es un halo de
muerte”16. La muerte, al igual que el
erotismo, resulta vertiginosa y violencia animal. Es violencia, sí,
fascinante. Para el Che, el combatiente
revolucionario está dispuesto a dar su
vida, “está dispuesto a morir, no por
defender un ideal sino por convertirlo
en realidad”17. Aquí nos adentramos al
concepto de violencia. Bataille, en un
paréntesis, señala que “la violencia
humana no es esencialmente efecto de
15
Bataille. Op. Cit., p. 59.
16
Ibídem, p. 25.
17
Guevara, La Guerra de Guerrillas. En:
Guevara. Escritos y Discursos. Tomo 1. Op.
Cit., p. 37.
8
un cálculo, sino estados sensibles
como la cólera, el miedo, el
deseo…”18. En este caso, la violencia
emanaría del convencimiento, propio y
colectivo, de las condiciones míseras y
paupérrimas de un amplio espectro de
la humanidad. Ahora bien, esta
violencia, al manifestarse de manera
política, le da sentido a la transgresión.
El discurso político le otorga a la
violencia solidez, fortaleza. Dicha
violencia organizada es manifestada
en la guerra. Bataille señala: “la
guerra es una violencia organizada.
Transgredir lo prohibido no es
pero ejercida por un ser susceptible de
razón (que en esta ocasión pone su
saber al sentido de la violencia)”19. El
sustento teórico de esta guerra, Che lo
encuentra en el llamado y demanda
finales que hacen Marx y Engels
concluyendo el Manifiesto Comunista:
“Los comunistas no tienen por qué
guardar encubiertas sus ideas e
intenciones. Abiertamente declaran
18
Bataille. Op. Cit., p. 68.
19
Ibídem, p. 69.
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que sus objetivos sólo pueden
alcanzarse derrocando por
violencia todo el orden
existente. Tiemblen, si quieren, las
clases gobernantes, ante
perspectiva de una revolución
comunista. Los proletarios, con ella,
no tienen nada que perder, como no
sea sus cadenas. Tienen, en cambio,
un mundo entero que ganar”20. En
Guevara, esta violencia toma la forma
de “guerra de guerrillas”. Dicha
violencia, es la “base de la lucha de
un pueblo por redimirse”21. La guerra
de guerrillas es un método sustentado
en la lucha popular de masas. Es la
guerra del pueblo. “La guerrilla es la
vanguardia combativa del pueblo,
situada en un lugar determinado de
algún territorio dado, armada,
dispuesta a desarrollar una serie de
acciones bélicas tendientes al único
fin estratégico posible: la toma del
20
Marx, Karl y Engels, Friedrich. El
Manifiesto Comunista. (Buenos Aires:
Centro Editor de Cultura, 2006), 94.
21
Guevara, La Guerra de Guerrillas. En:
Guevara. Escritos y Discursos. Tomo 1. Op.
Cit., p. 33.
9
poder”22. A éste método de lucha
la popular, mayoritariamente, obrera y
social campesina, la revolución cubana le
hizo tres aportaciones significativas.
la Estas, según el Che, son: “1º) Las
fuerzas populares pueden ganar una
guerra contra el ejército. 2º) No
siempre hay que esperar a que se den
todas las condiciones para la
revolución; el foco insurreccional
puede crearlas. 3º) En la América
subdesarrollada el terreno de la lucha
armada debe ser fundamentalmente el
campo”23. Guevara hace notar que las
dos primeras aportaciones mellan la
quietud de algunos “revolucionarios”,
que ponen como pretexto de su
inmovilidad la ausencia de
condiciones objetivas y subjetivas,
esperando que se produzcan
mecánicamente, sin acelerarlas24. A
pesar de esa labor del guerrillero, el
primer foco debe emanar de la certeza
de “la imposibilidad de mantener la
22
Guevara, Guerra de Guerrillas: un método.
Publicado en: Cuba Socialista, Septiembre de
1963. En: Ibídem, p. 189.
23
Guevara, La Guerra de Guerrillas. En:
Ibídem, p. 31.
24
Ibídem.
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lucha por las reivindicaciones dentro institucionalidad y busca romper sus

del plano de la contienda cívica”25. Es moldes estructurantes. En esta lucha
sobre la base del descontento popular, violenta “no importa cual sea el
que el movimiento revolucionario resultado de las luchas de hoy. No
adquiere forma y proyección. El tercer importa, para el resultado final, que
aporte, estaría centrado en la uno u otro movimiento sea
estrategia, la cual se levanta como transitoriamente derrotado. Lo
enemigo del olvido de los sectores definitivo es la decisión de la lucha
periféricos subdesarrollados, dentro de que madura día a día; la conciencia
la propia Latinoamérica de la necesidad de cambio
subdesarrollada. Además, para revolucionario, la certeza de su
Guevara, el guerrillero es: “un posibilidad”28. Esta lucha no admite
reformador social, que empuña las paso atrás ni transacciones. “Una vez
armas respondiendo a la protesta iniciada la lucha antiimperialista, es
airada del pueblo contra sus indispensable ser consecuente y se
opresores y que lucha por cambiar el debe dar duro, donde duela,
régimen social que mantiene a todos constantemente y nunca dar un paso
sus hermanos desarmados en el atrás; siempre adelante, siempre
oprobio o la miseria”26. El objetivo de contragolpeando, siempre
esta guerra, como el de toda guerra, es respondiendo a cada agresión con una
la aniquilación del enemigo, a lo que más fuerte presión de las masas
se suma, la “intención de colocar algo populares”29. Prueba de ello, es la
nuevo en lugar de lo viejo”27. El uso
de esta violencia política es contraria a
28
Guevara, Guerra de Guerrillas: un método.
Publicado en: Cuba Socialista, Septiembre de
las condiciones especiales de la 1963. En: Ibídem, p. 208.
29
Guevara, Cuba ¿excepción histórica o
vanguardia en la lucha contra el
25
Ibídem, p. 32. colonialismo? Publicado en: Revista: Verde
26
Ibídem, p. 34. Olivo, 9 de abril de 1961. En: Guevara.
27
Ibídem, p. 67. Escritos y Discursos. Tomo 2. Op. Cit.
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propia muerte del Che, en la sierra
boliviana hace cuarenta años atrás.
Pero no es la muerte. Porque, como
diría Carmen Castillo, “la muerte
existe sólo para quienes creen en
ella”. Esta muerte es la vida misma.
Tiene esa significancia para
revolucionario, puesto que traicionar
sus ideas, para conservar la vida, sería
vivir una no-vida. Es como la semilla
que para producir fruto debe germinar,
en otras palabras, debe morir para
producir vida. Además de esto, según
Bataille, “el muerto es un peligro para
los que se quedan”30. El peligro está
en el contagio. Los hombres podrán
para luchar. Creo, que el conflicto
siempre es mejor a la indiferencia tan
ad hoc al mundo en que vivimos, que
cual tasa de leche tranquila, es señal
de anquilosamiento. Mi intención,
apasionada y, porque no decirlo,
el erótica también, es seguir estudiando,
trabajando y luchando, para lo que hoy
linda en la utopía se convierta en una
bella y duradera realidad.
La buena noticia la da Nicanor
Parra, cuando nos dice: “CAUTION:
El cadáver de Marx aún respira”.
Soñemos…

morir, pero las luchas y las ideas

quedan indelebles en los registros de
la memoria y del corazón. Las ideas,
parafraseando a Fidel Castro, tienen
una fuerza que es invencible.

Mientras los engendros de un

capitalismo neoliberal, tales como, la
desigualdad y la segregación, sigan
existiendo, seguirán habiendo razones

30
Bataille. Op. Cit., p. 50.