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Autodependencia1, autoestima y elección

Lic. Carlos Enrique Acuña Escobar

“Han dejado de engañarte, no de quererte, y sufres como si hubiesen dejado de quererte”.


Antonio Porchia en su libro Voces

La autodependencia es un concepto tomado de la Terapia Gestalt, propuesto por


el terapeuta argentino Jorge Bucay, y que tiene una relación estrecha con el
concepto de autoestima entendida como la manera como nos vemos a nosotros
mismos, la manera como nos sentimos acerca de nosotros mismos.

Primeramente, veamos el significado de “dependencia”. La palabra dependencia


tiene su raíz etimológica en el término del latín dependēre, que literalmente
significa: colgar, pender. Dependencia hace referencia, entonces, a una relación
de subordinación entre dos cosas, entre dos personas, entre una persona y algo
más. El Diccionario establece entre sus acepciones la de: “Situación de una
persona que no puede valerse por sí misma”. Es decir, depender es necesitar el
apoyo de otro. Por ejemplo, una persona depende del alimento para conservar su
salud y su vida. En ocasiones, la dependencia hacia algo, como las drogas, resulta
peligrosa, porque la persona llega a cometer actos ilícitos con tal de obtener la
sustancia de la cual depende. Cuando la dependencia hacia algo es única, cuando
la persona no tiene más opciones para resolver su situación, se vuelve destructiva
y limitante.

Pero podemos hablar de una dependencia que procede en dos sentidos, como
cuando la persona requiere algo de alguien, y esa otra persona a su vez, requiere
algo de la primera. ¿Podemos pensar en algunos ejemplos? El trabajo, la persona
requiere dinero para satisfacer algunas de sus necesidades, y para obtenerlo
trabaja; y la compañía requiere de alguien que haga el trabajo y está dispuesta a
pagar por ello. Decimos en este caso que se da una interdependencia o
dependencia recíproca.

La interdependencia se da únicamente entre las personas. No existe


interdependencia con elementos como el aire, la comida, la luz del Sol o las
drogas, ya que esos elementos no requieren de nosotros nada.

La interdependencia no equivale a la dependencia, que establece una jerarquía


entre dos elementos o personas; la interdependencia pone al mismo nivel a las
personas. Por ejemplo, la compañía requiere de mi trabajo pero no
necesariamente de mí, pueden encontrar otra persona que haga el trabajo. Y yo
no requiero necesariamente de “ese” trabajo, puedo hallar otro.

Cuando éramos pequeños necesitábamos del cuidado de nuestros padres para


poder vivir. Dependíamos de ellos. Pero cuando somos mayores, necesitamos de
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Un concepto de Jorge Bucal.

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otras personas en una relación interdependiente, ya no dependemos de otros,
aunque seguimos dependiendo de elementos necesarios para la vida.

¿Notan ustedes alguna diferencia entre dependencia e interdependencia? Es


como si la interdependencia me permitiera cierto espacio de elección que la
dependencia no me da. Ese espacio hace posible que yo tenga voluntad y libertad
de decisión. Mientras que la dependencia parece negarme esa libertad, limitarme
a una relación forzada hacia algo. La dependencia se sitúa en un nivel carente de
racionalidad.

¿Qué podemos decir de la independencia? ¿Existe algo así? ¿Puede una persona
ser independiente? Yo pienso que no. Para mí, la independencia no existe como
algo absoluto, puede verse como algo relativo, como interdependencia. De
manera que una dependencia relativa o una independencia relativa entre personas
son lo mismo que la interdependencia.

Así, la independencia no es posible y la dependencia no es algo bueno, sobre todo


cuando hablamos de dependencia hacia las drogas. Adicción y dependencia en
ese último caso vienen a ser sinónimos, no obstante tener etimología diferente.

Ahora bien, ¿qué es la autodependencia? No es independencia porque tal cosa no


existe. Y no es interdependencia hacia otros, sino hacia nosotros mismos.

Todas las personas conservamos de alguna manera experiencias de diversas


situaciones que hemos vivido. Estas experiencias no desaparecen de nuestra vida
ni se sustituyen unas a otras. Es decir, de alguna manera, todos conservamos
experiencias infantiles que, por decirlo así, nos mantienen como niños en ciertos
aspectos de nuestra personalidad. Pero, al mismo tiempo, ciertas partes de
nosotros han crecido y son adultas.

Cuando niños, dependientes de otros, carecíamos de recursos y habilidades


suficientes para valernos por nosotros mismos. Muchas veces, la dependencia
hacia otros nos dejó huellas afectivas negativas. Pero como adultos hemos
desarrollado recursos y habilidades que antes no teníamos y que nos permiten
actuar y decidir de manera distinta en interdependencia con los demás.

Autodependencia es la interdependencia entre mis partes infantiles que han


quedado detenidas en su desarrollo y mis partes adultas. Mis partes infantiles se
caracterizan por ser auto indulgentes, esto es, inclinadas a perdonar y disimular
los yerros. Por lo que en la autodependencia mis partes crecidas, adultas, deben
hacerse cargo de aquellas otras infantiles, sin auto indulgencia, para ayudarlas a
continuar el crecimiento que quedó detenido por experiencias negativas del
pasado.

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Nuestra parte infantil suele generarnos conflictos internos que se reflejan en
nuestras relaciones con los demás, ya que suele ser egoísta y dependiente de
otras personas, situaciones o cosas, y estar anclada al pasado. Esta dependencia
permanece vigente en nuestras relaciones actuales, no la hemos cambiado por
interdependencia porque ésta requiere de habilidades de interrelación que nuestra
parte infantil no desarrollo.

De tal manera, cuando nos relacionamos con el mundo de afuera –o con nuestro
mundo interno– lo hacemos sólo desde la perspectiva de esa parte infantil, dando
por resultado relaciones conflictivas y demandantes.

Nuestra parte adulta, por otro lado, puede establecer relaciones interpersonales
más eficientes basadas en la interdependencia, y puede hacerse cargo de la parte
infantil, pero es necesario que seamos concientes de que poseemos ambas partes
y de la manera como funcionan.

Nuestra parte infantil está detenida en su desarrollo y asediada por el temor a


crecer ya que considera que no posee las habilidades y recursos necesarios para
hacer frente al mundo, el cual se le presenta como amenazador y se tiene el temor
de resultar lastimado afectivamente, como sucedió con las experiencias que
causaron la detención en el desarrollo. Es decir, tenemos la experiencia negativa
del daño emocional y el riesgo de perder nuestra vida, que hizo que detuviéramos
nuestro desarrollo como una medida de protección que mantenemos vigente.

Nuestra parte adulta debe enseñar a nuestra parte infantil cómo hacer frente al
mundo, cómo aprovechar los recursos y habilidades actuales, para que
nuevamente se ponga en movimiento y termine su desarrollo detenido.

La autoestima en nuestra parte infantil es baja. Los conflictos que se dan por
nuestra parte infantil suelen ser de tipo emocional o afectivo, y acerca de la
responsabilidad por nosotros mismos, ya que cuando niños carecíamos de los
recursos para hacernos cargo de tal responsabilidad.

En nuestra parte adulta, la autoestima es alta porque sabeos qué podemos y qué
no podemos hacer. Sabemos cómo, cuándo y en qué medida podemos ser
afectivos y responsables.

Espero que estas ideas tengan sentido para ustedes, y quiero proponerles que
hagamos un ejercicio que nos ayude a entenderlas mejor. Por favor, formemos
tres equipos. Yo voy a darle a cada uno un texto, una pequeña historia que quiero
que la lean y comenten al interior de cada equipo. Las tres historias son diferentes.
Tienen cinco minutos para leer y comentar la historia que les toque.

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Bien. Ahora formen equipos diferentes, cada uno con un integrante de los equipos
anteriores. En cada equipo, cada integrante explicará a sus compañeros de equipo
la historia que le tocó y comentarán sobre ella. Tienen cinco minutos para ello.

Bien. Ahora quiero que algunos de ustedes nos compartan las conclusiones a que
llegan. Cómo estas historias se relacionan con nuestras propias vidas y
experiencias, y con nuestra situación actual.

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Autoestima alta

Autodependencia

Dependencia Interdependencia

Autoestima baja Elección

Voluntad

Decisión

Racionalidad

Ayer Hoy Mañana

Aquí y ahora

Nadie puede cambiar el pasado. Sólo podemos cambiar nuestro presente.

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