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Movimiento de

Educación Popular Integral y

BANDIDOS Y POSADAS EN EL
Promoción Social

CAMINO: 1) la temeridad y la
actividad excesiva

Introducción. Transitar el propio itinerario espiritual exige tener presente, por una parte, los posibles
asaltos, obstáculos y accidentes, y por otra parte, las posadas y ayudas. Tomaremos el artículo de Javier
Melloni, “Bandidos y posadas en el camino” para trabajarlo por partes. Además nos ayudaremos con el
decálogo de la serenidad de Juan XXII y un breve escrito –adaptado- de Anselm Grün. Ojalá nos sirva en
nuestro caminar.

«Camino», palabra familiar y también humilde que el camino acababa en la séptima estancia,
que evoca la existencia de un origen y un destino oculta en lo más hondo del alma. Y un hombre,
y, entre ambos, de una aventura: la aventura de Juan, el de la Cruz, lo haría culminar en la
nuestro caminar, hecha de asaltos y de extravíos, y cumbre desnuda del Carmelo. Una forma
también de encuentros y de momentos inolvidables femenina y otra masculina de referirse a una
que nos confortan a lo largo del recorrido. Para misma realidad: el itinerario de la fe, que se
unas personas, este camino tiene su origen en su adentra en la cálida intimidad de la
vida en una fecha muy determinada, ligada a una interioridad, pero que al mismo tiempo se
experiencia o a una situación muy concreta, expone a la austera intemperie del despojo.
identificable en el tiempo y en el espacio. Le Expresadas con sensibilidades diferentes, ambas
llamamos «conversión», y es el paso de verterse imágenes coinciden: en la vida del Espíritu, lo
sobre uno mismo a verterse en Dios. Este más alto se identifica con lo más profundo. Y lo
descentramiento es capital para empezar a caminar más profundo es lo más humilde, porque está
verdaderamente: salir del propio encurvamiento oculto, bajo tierra. Y los humildes, en el
sobre sí para entrar en la apertura de Dios. Nuestra Evangelio, son los primeros en entrar en el
propia especificidad, que recibimos con el don de Reino de los Cielos, ese Reino oculto en el
la vida y que es la que nos da vida propia, sólo la interior del corazón y al que se accede por la
hacemos fecunda cuando la entregamos. Para otras puerta de la Cruz y del Sepulcro, es decir, del
personas es difícil identificar el momento en que abajamiento.
empezó el éxodo de sí mismos hacia Dios. En
ellos, la meta del camino, ser hijos en el Hijo, Los asaltos en el camino
estuvo presente desde el principio, y no sabrían Los Padres del Desierto descubrieron que ese
identificar un origen preciso en su decisión de
estrecho camino que conduce al corazón se abre
verterse -perdiéndose- en el abismo de Dios. En paso entre los asaltos que vienen de seis
cualquier caso, iniciada la aventura, todos pasamos
direcciones distintas: «Por arriba, están la
por semejantes asaltos y reposos hasta el momento autosuficiencia y el orgullo; por abajo, la
en que unamos definitivamente nuestro pobre ser
desesperación y la ignorancia; por la derecha,
con el Ser de Dios. Los Padres del Desierto fueron la intolerancia y el desprecio de las cosas; por
hábiles exploradores de esas sendas que parten y
la izquierda, la pereza y el deseo incontrolado;
se adentran en el corazón. Parten del corazón, en el interior, la inercia; y en el exterior, la
porque es allí donde se produce la conversión.
temeridad y la actividad excesiva».
Pero se adentran de nuevo en el corazón, porque
ese éxodo hacia Dios y hacia los demás se realiza
en las propias profundidades, allí donde Dios es
1) La temeridad y la actividad
más íntimo a nosotros que nosotros mismos: «El excesiva
Reino de Dios está dentro de ustedes» (Lc 17,21), Vamos a detenemos en cada uno de estos seis
había dicho ya Jesús antes que san Agustín. Siglos asaltos, recorriéndoles en sentido contrario;
más tarde, una mujer, Teresa, la de Jesús, mostró iremos así de los más inocuos a los más
Fe y Alegría Venezuela
Junio 2003
La temeridad y la actividad excesiva
Bandidos y posadas en el camino:
Javier Melloni
temibles. Por el exterior, la temeridad y la discernimiento, es decir, para percibir el mejor
actividad excesiva Este primer asalto se presenta camino que lleva hacia Dios y hacia el Reino en
desdoblado en dos: aquello que hacemos.
 por un lado, como una falta de discernimiento, En cuanto al entusiasmo excesivo, es trampa y
debida al exceso de entusiasmo; obstáculo, porque anuncia un cansancio
 por otro lado, también como una falta de prematuro, una incapacidad para mantenerse
discernimiento, debida al exceso de ruido. constante y paciente a lo largo de todo el
Exceso de ruido y exceso de entusiasmo: las dos recorrido. Un recorrido que con frecuencia se
primeras trampas que obstaculizan el camino del revelará austero e ingrato y que necesitará
corazón y hacia el corazón. El exceso de ruido no fuentes más sólidas que las de la euforia. Es
proviene de la actividad, sino del activismo, es cierto que hay un tiempo para ésta: el tiempo de
decir, de un modo tenso y nervioso de hacer las los debutantes, de los novicios. Pero, si bien el
cosas. No se trata de no actuar, sino de actuar de entusiasmo inicial es un estímulo y una fuerza
un modo que nos permita distanciamos de nosotros para iniciar la marcha, puede ser también una
mismos y de eso mismo que hacemos. Sólo así pulsión mortífera si persiste. «La pasión sola
podemos dejar tiempo y espacio para el ahuyenta la verdad», dice María Zambrano.
(Javier Melloni Rivas)

Para revisar cómo estamos en estos aspectos, quizá nos sirvan las preguntas que sugiere C. Cabarrús
para acercarse al equilibrio entre trabajo y descanso. Veámoslas:
 ¿Hago evaluación de mi trabajo?
 ¿Tengo un proyecto personal que reviso con frecuencia?
 ¿Vivo con estrés?
 ¿Cómo me doy alimento y descanso a nivel psicológico, corporal y espiritual?
 ¿En qué cosas puedo verificar si me alimento en cada una de esas dimensiones?
 ¿Cómo me doy cuenta de que lo hago?

Decálogo de la serenidad

1. Sólo por hoy tratare de vivir exclusivamente 7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa
el día, sin querer resolver el problema de mi que no deseo hacer, y si me sintiera
vida todo de una vez ofendido en mis sentimientos, procurare
2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de que nadie se entere.
mi aspecto; cortés en mis maneras, no 8. Sólo por hoy me haré un programa
criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o detallado. Quizá no lo cumpliré
disciplinar a nadie, sino a mí mismo. cabalmente, pero lo redactare. Y me
3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que guardare de dos calamidades: la prisa y la
he sido creado para la felicidad, no sólo en el indecisión.
otro mundo, sino en este también. 9. Sólo por hoy creeré firmemente aunque las
4. Sólo por hoy me adaptare a las circunstancias demuestren lo contrario que
circunstancias, sin pretender que las la buena providencia de Dios se ocupa de
circunstancias se adapten todas a mis deseos. mí como si nadie existiera en el mundo.
5. Sólo por hoy dedicare diez minutos de mi 10. Sólo por hoy no tendré temores. De
tiempo a una buena lectura, recordando que, manera particular no tendré miedo de
como el alimento es necesario para la vida gozar de lo que es bello y de creer en la
del cuerpo, así la buena lectura es necesaria bondad.
para la vida del alma. Puedo hacer bien durante doce horas lo que me
6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo descorazonaría si pensase tener que hacerlo
diré a nadie. durante toda mi vida. (Juan XXIII)
2 Fe y Alegría Venezuela
Febrero 2004
La temeridad y la actividad excesiva
Bandidos y posadas en el camino:
Javier Melloni

El sentido de la propia medida

Constantemente me encuentro con personas También hay personas para quienes


que se ponen enfermas porque rebasan el su medida es, a priori, demasiado pequeña.
límite de sus medidas. Unos se exceden No se atreven a hacer nada. Fijan
porque asumen demasiado trabajo, duermen constantemente sus límites para que nadie
poco y están siempre inquietos. Otros optan los traspase. Así nunca sabrán lo grandes que
por superar sus límites, porque tienen una son sus posibilidades. Para saber dónde están
imagen ideal demasiado elevada de sí mismos; mis límites tengo que rebasarlos. Para
quieren hacerlo todo a la perfección y descubrir y aprender tengo que experimentar
enferman cuando comprueban que son como mi medida. Tengo que caminar para ver
los demás. Algunos se ven tan fascinados por hasta dónde puedo llegar en un día.
ideas religiosas que no encuentran reposo;
desearían estar meditando constantemente y El sentido de la justa medida te hará
olvidar las exigencias de la vida. Hay quienes bien si hoy fijas los límites de tu trabajo, si
piensan que deben satisfacer todas las tienes que decidir que asumes una
expectativas que otros han depositado en ellos. obligación. Necesitas el sentido de la medida
Dejan que la medida les sea impuesta desde en las conversaciones con tus colaboradores,
fuera, en vez de obedecer a la llamada interior. para averiguar hasta qué punto puedes
confiar en ellos; en el trato con tus hijos, de
San Benito dice que la sensibilidad modo que los estimules pero no les exijas un
para la justa medida es la madre de todas las esfuerzo excesivo; y en las relaciones
virtudes. Recomienda encarecidamente al abad personales, para que percibas hasta qué
que lo ordene todo con medida, «de modo que punto deseas intimar con esa persona y
los fuertes deseen hacer más, y los flacos no cuánto tiempo quieres permanecer a su lado.
rechacen el trabajo» (Regla de san Benito Pero sentido de la medida también te
64,19). Cada vez que rebaso mis límites, sufro acompaña en tu viaje interior, en el viaje que
las consecuencias. Si ayuno demasiado, te ha de llevar a ser tú mismo. Te mostrará lo
arruino mi salud. Si trabajo demasiado, me que puedes y lo que no puedes hacer. Te
muestro demasiado susceptible con los demás. enseñará el arte de alegrarte de tus medidas.
Si hago una excursión por la montaña y realizo Cuando hayas encontrado tu medida, podrás
un esfuerzo excesivo, me arriesgo entrar en la vida con plena confianza.
innecesariamente. (Adaptación del texto de Anselm
Grün: el ángel de la medida propia)
El alma también tiene su medida.
Algunos traspasan esa medida. Se niegan a
aceptar que su alma tiene una determinada
constitución. Reconocer la justa medida
requiere, de una parte, humildad y valentía
para aceptar los propios límites; pero, de otra
parte, también requiere generosidad el asumir
con agradecimiento las cualidades y los
valores positivos de uno mismo.

3 Fe y Alegría Venezuela
Febrero 2004

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