PAS LA BANDERA Pas la bandera!

Torn victoriosa la ensea guerrera; cascadas de rosas desde los balcones alfombran el paso de los batallones.

Ms ah en la esquina, de pi junto al muro hay un miliciano inmvil, oscuro, que ms que estar vivo parece estar muerto; no grita ni aplaude, ni se ha descubierto, negra y larga capa cubre su figura, refleja en su gesto muy honda amargura, y junto a la bota limpia y charolada se advierte la punta brillante de su espada. Comienza el murmullo del pueblo indignado que surge y aumenta y ruge a su lado. Despierta insolente! le grita un obrero. Un viejo ceudo de porte altanero le grita Cobarde! No ves la Bandera? y sigue la turba maldiciente y fiera;

Las bandas prorrumpen llenando la esfera; Pas la bandera! sus bellos colores ondulan lucientes a los esplendores de un sol que se muestra tambin victorioso, de un sol ms radiante, de un sol ms hermoso.

Refulgen las armas en rtmica hilera; Pas la bandera!

Eres mal soldado, le dice una vieja, en tanto que pasa del grupo y se aleja. l, firme, sereno, resiste la furia del pueblo que arrecia su saa y su injuria, sin una protesta, sin un movimiento. Impvido, fuerte, no teme al torrente desencadenado de la plebe estulta. El viejo altanero despus que lo insulta; Arrancdle el kepis! grita enronquecido, y como parece que nadie lo ha odo, el mismo se atreve y rueda su kepis por entre la plebe que ruda lo atrapa y de un slo golpe le arranca la capa. Un clamor de asombro se cierne al momento, un Ah! que se escapa; un raro lamento. la plebe se estrecha, retrocede, huye, su escndalo cede, se va, disminuye... Se escucha a lo lejos una que otra palma, y luego, silencio, impera la calma; Dos lgrimas cruzan su faz de amargura, y dejan rodando sus hmedos trazos. Oh! la suerte artera; Por alzar triunfante su sacra Bandera, traidora metralla le arranc los brazos.

Qu jbilo inmenso al pueblo extasa, cuando en el delirio de su gritera la tierra estremece y ascendiendo al cielo vibrante, parece, en magno holocausto de aquella victoria, la "salve" a la Patria de un himno de gloria...

Los bravos avanzan, el hogar espera; Pas la bandera!

El pueblo en la acera, desbordante , ufano, su emocin exalta, y grita un anciano alzando la gorra: Mirad, compaeros es nuestra Bandera, abajo sombreros!

Todos se descubren sublimes, patriotas, en tanto que vibran las picas notas y de los balcones, alfombrando el paso de los batallones de los vencedores, sigue interminable la lluvia de flores.

AUTOR: Rosendo Ocaas