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EMPRESAS SOCIALMENTE RESPONSABLES

Últimamente se habla cada vez más de “Responsabilidad Social”. En este


sentido, La Empresa cumple un papel determinante y por esta razón quería
reflexionar brevemente sobre la “Humanización del Trabajo”

Atrás quedaron ya aquellas épocas en que las que el trabajador era considerado un
bulto sospechoso, una cosa, un número. Hoy, el individuo es protagonista destacado
en el mundo de las relaciones laborales, y por eso, la “Empresa socialmente
responsable” debe responder con rigor y seriedad a las expectativas de los individuos
que la componen.

Vivimos en un entorno voluble y globalizado donde la tecnología ha cobrado un


protagonismo incontestable. No obstante, son las personas las que deben hacer uso
de dicha tecnología y no al contrario. Para ello, la “Empresa socialmente
responsable” debe ofrecer a sus trabajadores unas condiciones de trabajo que
fomenten el desarrollo personal de los individuos y les permita mantener una calidad
de vida que haga personas más equilibradas, felices y, en consecuencia, más
productivas. El binomio “rentabilidad-felicidad” debe ser el objetivo al que deberían
aspirar todas las empresas.

Cuando las expectativas individuales de una persona se diluyen en una tediosa


realidad laboral diaria, aparece el cansancio, la desgana, la rutina, el bajo
rendimiento y la improductividad. Y para que eso no ocurra debemos cuidar las
condiciones ambientales, laborales, las relaciones personales y el equilibrio personal.

Cuidar las Condiciones ambientales supone ofrecer unas instalaciones limpias, con
luz y con amplios espacios, con servicios complementarios -como un comedor, o salas
de lectura y relax- y con todas las facilidades que se puedan ofrecer (transporte etc)

Cuidar las Condiciones laborales significa custodiar el buen clima laboral de la


compañía mediante unos salarios justos, unos horarios que se respetan, unas
vacaciones proporcionales y aseguradas etc.

Jaime Pereira.- Experto en RRHH


www.jaimepereira.es
Fomentar las Relaciones personales significa ofrecer oportunidades a la gente de ser
más personas. El estilo de dirección debe ser muy participativo, menos jerárquico,
más dialogante y tratando de satisfacer todos los intereses. Hay que fomentar el
compañerismo y las buenas relaciones personales como una vía de mejora continua.

En cuanto al Equilibrio personal, la empresa debe esforzarse en lo posible para


conseguir que el balance entre la vida profesional de sus trabajadores y su vida
familiar sea una realidad. Pese a que el trabajo es muy importante, no es el centro de
la vida. Hay otras parcelas, familia, ocio, política, economía, religión... que enriquecen
a la persona. Las personas equilibradas son personas sanas y, por tanto, altamente
productivas -que es lo que la sociedad y las organizaciones necesitan-

La empresa tiene que ayudar a la sociedad en sus problemas. El envejecimiento de la


población, el bajo índice de natalidad, la educación… Para ello debe desarrollar
medidas que tiendan a facilitar la armonía del trabajo y la familia, así como apoyar a
la mujer trabajadora y apostar por fórmulas como el tele-trabajo, el trabajo a tiempo
parcial, las jornadas reducidas, los horarios flexibles, las guarderías en el lugar de
trabajo, el respeto al horario, etc…

El llevar a la práctica empresarial la conciliación de vida profesional y familiar, es,


además de rentable para las organizaciones, el mejor camino para conseguir una
sociedad equilibrada, armónica y con futuro; una en la que todos sus miembros
puedan desarrollar su potencial como seres humanos.

Madrid, 8 de abril de 2003

Jaime Pereira.- Experto en RRHH


www.jaimepereira.es

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