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MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2004

DIARIO PRESENTE 7H
EDITORIAL

¿Cómo dijo?
Ricardo Espinosa

¿Méjico o México?
Diremos como dicen los muchachos de ahora: Lo que pasa con la equis es que “está muy equis”.

Así son los orígenes de nuestro idioma. Estamos tomando como ejemplo el extraordinario caso de la “X” que
algo tiene de cruz y de calvario, sobre todo para nosotros los mexicanos, una letra que aparece realmente
pocas veces en nuestro vocabulario y que sin embargo, por equis razón, nos identifica. Tal vez porque aparece
en el nombre de México y de los mexicanos y para permanecer ahí ha tenido que nadar contra corriente.

Empezando porque la hemos tenido qué defender a capa y espada para que se quede en el nombre de nuestro
país, a pesar de que los españoles se enojan y vociferan queriendo descalificarnos: José, pero mira que sois
unos tíos tercos... ¿eh? Que Méjico se escribe con J, hombre... ¡joder...! (¿o se debería escribir xoder?).

La enigmática X es una letra que sentimos muy nuestra, la queremos mucho, tanto que le damos
indistintamente 4 sonidos en nuestro querida lengua española mexicana: La s de Xochimilco, la Sh de Xola, la
ks de necaxa y la j de México.

¿Y por qué tantos sonidos? Pues porque los conquistadores oían a nuestros aborígenes decir mexica y unos
entendía meshica y otros mejica, mesica o mecsica y escribían las crónicas como Dios les daba a entender y
por lo visto les dio a entender poco y diverso.

En matemáticas, la X es la incógnita y el comediante Chabelo acaba calificándola de “espantosa” cuando


aparece inopinadamente en sus concursos, como queriendo privar a un indefenso niño de su premio.

Otra pregunta muy de nuestro tiempo es ¿quién diseñó y puso en operación el símbolo de interrogación?

¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo dijo? ¿Cómo dice que dijo? En las romanas épocas remotas, cuando se quería hacer
que una frase fuese interrogativa, se escribía la palabra quaestio después de la frase. Así, quaestio indicaba “es
pregunta”.

Con el tiempo, aquella palabra se fue abreviando. Primero, en lugar de quaestio se empezó a poner qo. Es
decir, una q minúscula, seguida de una o también minúscula y luego un minúsculo puntito.

Aunque esto ya representaba en sí una gran simplificación, se acortó luego aún más, quedando solamente la q
y el punto, o sea q. Todavía después se empezó a poner el puntito debajo de la q y más tarde, alguien le dio
una mordidita a la letra y nos quedó como producto final ese “gusanito” que nos sirve como símbolo para cerrar
las frases interrogantes, tal como lo conocemos ahora: ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ??????

En algunos idiomas como el inglés, ahí paró la cosa, pero en español todavía se le asignó una contraparte que
es el mismo signo pero en posición invertida y sirve para indicar en dónde empieza la pregunta, prudente
medida, a decir verdad, porque en inglés hay momentos en que no sabe uno si se está preguntando o
afirmando algo... ¡y si no sabes inglés, tantito peor!

Recordemos entonces que en nuestro idioma, para escribir con corrección, es necesario siempre escribir ambos
signos, el que abre y el que cierra la interrogación.

Consultorio verbal
comodijo@prodigy.net.mx

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