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D.Hamis, B.taispe y ETinsete eds. La pn RES, We les _mereason Sonansinee 19 toy! els Intercambios en los territorios étnicos entre 1530 y 1567, segimn las visites de Mudnuco y Chucuito Carlos Sempat Assedourian Ubicado en el tiempo de la transicién, Polo de Ondegardo observé directamente el intercambio entre diferentzs alturas, “ay muy pocas tierras, o ninguna en la sierra, que los indios puedsn p: sar sin yr a otras por lo necesario”, Como indagador de las estruc- tures del Tawantinsuyu, Polo recogi6 de las fuentes orales indie nas los perfiles. del tiempo pasado: el dominio inca retrajo el inter- cambio costa-sierra, que solfa incluir oro y plata, en ol Tawantinsu- ju “avia peas contratacionés. .. y las que avian eran permutacio- hes, como ropa de algodon por de lan 0 pescaclo por otras cornidas, Lo primero se hiatia con los principales, jrorque la gente comin so lo rescatavan comida por comida, y en poca cantidad, en lo qual también ay diferentes costunsbres en unas partes-que en (Polo 1940: 145). En un informe al poder colonial, Polo eree inne: tesario desplegar su saber sobre las diferentes costumbres” que regalaban los intereambios y generaliza: “quando le comunicsd enbfa por la orden pasada traése para tolos por pocos que vayan por ello”, pues “si todos hubiesen de yr cada uno por lo que. me- fester quederfan cada afo los pueblos despoblauos y no st po- dria toner cuidndo ex particular con cada uno. . .” (Polo 1940: 176). & probable que Polo haya generalizade proyéctando el vio ds loscolas del alts puna, donde "van urbe roses me eo dejando de lado las costunibres de otras etnias donde patera, vallcia para ansbas”costumbres el cago implisit en aveance, raciiv: ajo, la “orden yasada ol intercamnbio entre iiferontes auras na Hala, sustntivado va fein eopecazae, I gs Revisarcmos las visitas de Iluanuco y CI Wweuite pues, eunyue particulares, permiten aprozinraciones més sis 4 Is cxestion de los intercambies id ruts de la : inereambios indigenas. Dos eapitutos de las guar sobre dicha cuestén. Uno de esos capitulos, que aludie sa existencia de posibles desigualdaues tributaries en ct Fawantines Yi, meneionaba a tos niereaderes como un eventual del pecans estraificacion : : grupo dela El otro capitulo ordenaba al vistador indayar las posibilidades productivas doles nice ite i Gomercios y granjeris «ue los dichos indios tienen’ al presenta, ____En telacién a los mercaderes el vsitador obitiene tate ipa de vivt de este tata sino gue quando fo ha neneter eadane og es otros vienen & ellos", no hay entee elles personas que lo les gan pot trato’ y manera de vivir sino que cada une cont le viens [Eneceddad asi to hace y los otros asimismo vienen a ellos y de gsta manera se comunican y contratan tos unos con los otros" fer el dempo del ynzo no habia meceateres en grueso come los bay ne ts apatoles seo eron ios iniios del tingues que ven. unos # olros comsidas solamente y que rope nevse ecu Boruc cada uno hata ln yushablamencterj lat wee Ue pos cantidal y no abla hombres caudalososde_mereade "9 hibia “'niercaderes sino eran los que vendian mendes cis en os tisnguez y que éstos eran de poea sustentacions t co de aif y lana y cosas livimas dando unas por otras", (Oni, 1967-1972, 1: 219, 179511: 29, 5a) feet bos dos primeros testimonios, que corresponden a pri les chugachus y" quros, se rtiren sla sieulaion tetera te N * figura espoei esos afos e indican la ausencia de sitios expresamente reservados para efectuar los trucques. Las dos iiltimas declaraciones, del principal de los mitimaes cuzcos y del curaca yacha, se remiontan ‘avantinsnytt ¥ sevialan la existencia ¢e tlangues, Cabe la. ducla significa ol término (feria, tratar cr tc laa declaraciones al i dichos tiangues fucron lo qu mercado) 0 “aparecen™ cuando el visitader indigenas 0 s« lengua y cédigo. Anotemos que las versi ‘se mencionan los tiangues parecen reflejar mas bien movimientes in- ternos de biones, es decir trueques entre las unidades domésticas de Ja misma etni. Las averiguaciones del visitador sobre los “tratos y comer cios y granjeria que los dichos indios tienen” al presents con otros grupos confirman lo ya expresado en las respucstas indigenas a fa pregunta anterior. En el Tawantinsuyu, como asf desyués de la entrada de los espaiioles, esta forma de circulacién se daba sin que hubiera mercaderes, sin reuniones en sitios que la costumbre 0 las “alianzas” establecieran como plazas permanentss 0 ferias rotativas. Toda la informacin indigena registrala por el visita dor sugiere una circulacién de bienes sin rasyos aparentes de centralizacisn. La visita de Hudnuco convalida, entonces, ciertos niveles de la generalizacién de Polo de Ondegardo: en el Tawantinsuyu habfa permuts de “comida por comida y en poca caatidad” en. tre los mismos productores, sin que dichos tratos sustentivaran la finada del merender. Y perece contradecirle en un aspecto espectfico: en la region de Hudnuco los hatun runas cfectuan individualmente tos cambios, “cuando lo ha menes- ter cada uno vay los otros vienen a ellos”. La visita de Hudnuco muestra que los grupos localiza- dos en esa area articulan intercambios con varias etnias; los chupachus, por ejemplo, orientan sus flujos hacia los ysx0s, guamalis, yachas, chinchacochas, guanucos y mitinaes. En la visita estos otros grupos aparecen como “indies comarca- nos" ubicados a distanciss de 3a 5 y 6 dfas; un principal de los initimaes yngas se queja de los rescates “porque var mucho ca se yeu paricular lejos cinco dias de camino En la declaraciéu del senior i del seor Diego Xayuia captamos la Su tierra tienen algodén, coca y inatz y eve o tesa se inliog yaros y los. guamaliesy guanueosy otros deren es pon SyRseBtar con ellos que tratn chaayuiy taney ovejas y leven Bot ll coca y alzouén y af y mae y tren uence? even Sieh, TESA. y Ue ats fos inion decent tila 2ulea een Jas cosas que tienen a las rescatar eon hee Yt Sensor eamado hana y chan y to demés que teneers gee ee Ral ds cada flujo aparece ew Ia informacion dads yor un faecal eros “llevan aji y rescatan con los yuainalies lat mbign - : nalfes lana y también a Hos yachas levan ait y papas y main y escatan eae ed ee 4& Seidel tcbuto “porque van por ell Hz 1967-1972, 1: 29, 179), La informacion registra nacin regstrada en la visita dsju_ perc f SRE materi que cautions esos contastos matinee et ects, por gjemplo, conforma un grupo scereno eon acceso & Merras ealicutes y usau Jos excedentes obenial Sceltuicos, mediante el nccanisino del ueque sare eee ee io iteios Ue elsifcacion mangjades por cieienenee, gtiemd® rE geupe chupechu, 0 precisando ine * (© vtecisando mejor, las unidades domestica den uch contol dectamente tes imbitosceolignen ea see on inten de sera 1) sierra alta frfa (papas, oca, maxus ces); 2) sierra baja tempiada (mate, yuinua) y 3) tre : caliente (coca, algods én “tigo Parent + algodén y también “trigo y maiz y aff y mee ¥ tapalios y caniotes y cacheoa y frijoles"), Pore ce evilente i Menen una dotacién insufiients en ganado (lana y charyui). La visita de Ortfe de Zaniga permite efectuet 1 an isis inteose de c6mo el dominio curopeo amplia la estera de k inercambis indigenes, pero aqui nos conformaremos con men cionar algunos detalles, Consideremee ato cones 2 10s primero el caso del. tribe "ropa de algoilén. Como ocurria en el tiempo del Tawwantne atyu, todos los efectivos del gmpo chupachu tienen acceso direc. to a las tierras de Cayra, propicias para el cultivo del algodon; la visita de 1562 sugiere incluso que existe una dotacién excesiva de tierras. Sin embargo, cuando Ortiz de Zinige interroga a los je fes indigenas ¢ indaga en las casas de los pueblos, registra un cimulo de declaracioncs coincidentes: “tienen tierras en Cayra donde pue: den coger algodén y que el que hilan para el tributo lo rescatan con papas que no lo siembran porque no pueden sembrazio porque ti nen mucha ocupacién en lo del tributo y que se alquilan en la ciu dad y les falta tiempo para ello”, “tienen tierras para algodén y no Jas-tienen sembradas porque con el muche tiempo que se ocupan en el tributo no tienen tiempo para las regar y beneficiar s¢ les pierde el algodén el cual rescatan con mafa y papas y cavi y cochies”, tie nen “tierras pora algodén porque silo sembrasen ¢¢ darfa en ellas y no lo siembran porque son pocos y no tienen tempo para ello y lo van a rescatar e los pucaracs tres dias’ de camino por papas yeohies y gallinas”, (Ortiz 1967-1972, 1: 189, 162, 239), Bs de- Cir, aungue mantiene lz posesién de las tierras bajes, el grupo chu pacha manifiests incapacided para la ocupacion productiva plena die dicho recurso debido e uns conjuncién de fac:ores: megnitud del tiempo consumido en la produccién excedente , para el enco- riendero, magnitud del ticmpo que requiere el cultivo del algodén, crisis en la magnitud de energia de que dispone ei grupo (en rela. cién al tiempo del inca, el nlimero de efectivos hatun runes se ha reducido en un 80s). Por estas causas, Ja obligacin del tributo “colonial en rope compele los chupachus & obtener un cierto cuantum de la materia algodén mediante el trueque; a la que pre: sumimos antigua circulacién haoia las xalcas se agregan ahora flu: jos con una nueva orientacién “ecologica: el algedén “que han menester para hacer Ie ropa del tributo lo rescatan entre [os yun- “Jo vienen «rescatar alos Llanos”, elec El tributo en rops proyoca asimismo otro efecto; segin el sefior Diego Xagua “les suele falter la ropa que hen de der (para el tributo) y la compran en las tiendas para dinero en esta ciu- dad. . .” (Ortiz 1967-1972, I: 29). El tributo de un producto eu ropeo, las alpargates, puede provocar el mismo efectos los miti | | as ee

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