You are on page 1of 2

TODO UN SEDUCTOR

Conversando con un grupo de muchachos, hablábamos de una “costumbre”, “práctica”, rol … (en
realidad no sé cómo llamarlo), que hoy en día se ha perdido. Es el “arte” de conquistar, de
seducir… a la persona del sexo opuesto.
ATENCIÓN, ¡¡que no panda el cúnico!! En el diccionario tenemos 2 acepciones de esta palabra,
veamos:
1) Persuadir, incitar con promesas o engaños a que se haga algo, particularmente inducir a
alguien a tener relaciones sexuales.
2) Atraer, fascinar, ejercer gran influencia.

Cuando me refiera a seducir, estoy pensando en la segunda acepción, o sea, atraer a la otra
persona, echarle ganas para conquistarlo(a). Desgraciadamente hoy en día la seducción se usa
para aplacar o satisfacer un deseo egoísta, engañando o abusando de los sentimientos de otra
persona, obviamente importándome un pepino si causo daño o no.

Cuando recuerdo la época anterior al noviazgo con mi esposo, debo reconocer que este
hombrecito era candidato No. 1 al “Oscar de la academia” en su papel de seductor para
conquistarme. En directa complicidad con su papá, urdieron todo un plan. Noche tras noche se
reunían para planear estrategias, seguido de varios consejos, “tips” y de un cuanto hay, con tal de
conquistar mi corazón… ¡¡Qué romántico!!... suena a guión de película, pero es la verdad.
Yo sentía una gran “simpatía” por él, pero NADA más… En cambio él, sentía algo mucho más
poderoso que una simple amistad. El me amaba y deseaba que yo me convirtiera en su esposa.
Por lo tanto hizo un trabajo de joyería para alcanzar su meta y pese a reiterados desaires y
“fracasos” en sus intentos, él tenía claro su “objetivo” y lucharía hasta lograrlo.

Y así es… el que persevera alcanza, así que, después de largos meses de tire y afloje, que si, que
no, que no sé, pero quién sabe… este empeñoso y perseverante hombrecito logró tocar hasta la
fibra más íntima de mi corazón y caí rendida… ¡¡me enamoré!! (GRANDE resultó su galardón,
¿no?... jajaja)

Si considero a mi esposito empeñoso, perseverante y todos los adjetivos, me quedo sin palabras
para describir lo que Dios hace día a día con cada uno de nosotros. Malabares de todo tipo, para
cautivar nuestra mirada, lograr que le escuchemos…
¡¡ SEDUCIR NUESTRO CORAZÓN !!

Cuando finalmente lo logra, nos sentimos en la gloria misma, nos cautivamos con sus palabras,
nos enamoramos de él, andamos como locos, “presumiendo” novio a todos los que conocemos.
Le decimos cosas lindas, le prometemos una y otra cosa y cuando estamos en lo mejor de
nuestra apasionada relación: ¡¡APARECE UNA PRUEBA!!
¿Qué onda?, ¿qué pasó?, ¿de qué se trata todo esto Señor?, ¿Acaso te quieres burlar de mí?,
¿En qué quedamos?, ¿No decías que me amabas?

No eres el único que pensó así, mira la conversación que tuvo Jeremías con Dios (Léelo con
tranquilidad, está en Jer. 20:7-12, yo lo resumiré con mis palabras)

- ¡”Me llamaste con lindas palabras, me sedujiste, eres más fuerte que yo y terminaste convenciéndome.
¿Y qué saqué con esto?... ¡¡Ahora todos se burlan de mí!!
Cuando abro mi boca para decirles que están haciendo algo mal y que cambien su actitud, me va peor.
La verdad es que hay días en que no quisiera acordarme de ti y me quedaría callado para evitarme
problemas, ¡¡Pero no puedo!!
Pareciera que un fuego adentro de mí me fuese a achicharrar, ¡¡es como si me quemaran los huesos!!
La gente se burla de mí, me tratan como a un loco, incluso aquellos que se dicen mis “amigos” me dan la
espalda…

Pero tú, mi Dios, eres el Todopoderoso. Tú tienes claro quien está haciendo lo correcto, sabes lo que
pienso y lo que deseo. A Ti no hay quién te gane ¡¡y siempre estás a mi lado!!
Bueno…. Y si es así, entonces no hay quién pueda vencerme. Aunque tengan ganas de verme
derrotado, tu te encargarás de ellos.”

¿Te suena familiar?, ¿Te sientes identificado? ¿Te ha pasado algo así?
¡¡NO TE SORPRENDAS!!

El amor de Dios sin duda alguna cautiva, seduce nuestro corazón y nos sentimos en la luna…
pero no te olvides ni seas ingenuo(a) pensando que nada malo o contrario a tu voluntad te va a
ocurrir en tu vida como cristiano(a), ¡¡por el contrario!!

El enemigo conoce nuestros puntos débiles y por allí nos ataca. Usará incluso a personas muy
cercanas y amadas por nosotros para callarnos, para derrotarnos y debilitarnos. Pero si realmente
conoces a la persona de Jesús, no un conocimiento de palabra sino de hecho, habrá un fuego que
te quema por dentro y no te dejará quedarte callado.

El Rey David escribió al final del Salmo 23:5


“Aunque se enojen mis enemigos, tu me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡¡me das
un trato especial!

¿Puedes imaginarte esa escena?


Por un lado estás tu, rodeado de problemas, de personas que lo único que quieren es verte hecho
puré… Por el otro lado Dios: vestido de gala, esperándote con un banquetazo a “todo dar”, un
buffet plagado de los manjares más exquisitos que puedas probar. Invitándote a tomar asiento y
en medio de aquella tormenta te dice:
Pásale hijo(a), toma asiento, te estaba esperando. Disculpa el ruidero de allá afuera, no hagas
caso. ¿Qué quieres que te sirva?
Una locura, ¿verdad? Pero es así, una santa locura.

Dios quiere tenernos cerquita, atendernos, mimarnos, amarnos, complacernos, protegernos y


usarnos.
Déjate seducir por El. Confiemos en Él a pesar de las circunstancias que nos rodeen no dejemos
de alabarle y de usar esas capacidades especiales que nos ha dado, porque el Espíritu de Dios
no nos hace cobardes. ¡¡AVIVA EL FUEGO!!

You might also like