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Esta noche vamos a remontar unos tres mil quinientos años para estudiar unos
votos matrimoniales que siguen siendo muy relevantes hoy en dia.
No sé si usted se ha percatado de esto o no, pero Dios veía a Israel como su
Novia. A través de las escrituras, él se refiere a ellos como su esposa, y a sí
mismo como su marido. En el libro de Jeremías él dijo, “ Has sido una mujer
infiel. Has cometido adulterio.” Y hasta llegó a decir, “ te he escrito una carta de
divorcio.” En Ezequiel usa la misma analogía. En el libro de Oseas él usa la
misma analogía. Dios es el marido, e Israel, su pueblo, es la esposa. El habla
de su infidelidad, pero a la vez habla de su gran amor hacia ellos y como él
desea una relación a largo plazo. Aun en el Nuevo Testamento, vemos la
referencia a la iglesia como la Novia de Jesucristo. La metáfora continua.
Dios está usando la relación más estrecha e ìntima que conocemos, la de
marido y mujer, para demostrarnos que cerca quiere estar a nosotros.
El no quiere ser un dios lejano, sino desea un relación íntima y personal con Su
Pueblo.
Quiero que abramos nuestras Biblias al libro del Exodo, capítulo diecinueve.
Les diré que la inspiración de este mensaje lo recibí de un amigo mio, Phil Baker
de Perth, Australia. Estábamos hablando y le pedí que me inviara un caset
sobre algo que él enseñaba. Y él a su vez, recibió esto de un rabino judío.
Es algo muy interesante que sucede cuando Dios saca a Israel de la tierra de
Egipto, y en cierto sentido, renueva su relación con ellos. Han estado bajo
esclavitud por cuatrocientos años; claman a Dios, Dios oye su clamor y los libera
de esa esclavitud egípcia. Luego él le da a Moises lo que los teólogos llaman, el
decálogo, o sea Los Diez Mandamientos. Estos diez mandamientos no son una
lista que Dios dá de cosas que podemos o no debemos hacer. De hecho,
muchos piensan que Los Diez Mandamientos unicamente dicen, “y no haras...”
Debería usted de leerlos un dia. Tampoco son la escalera al cielo, ya sabe,
donde si guardes este, y guardas ese, y si guardas los diez, entonces se te
abrirán las puertas de cielo de par en par. Sin embargo en un sentido muy real lo
que sí són los Diez Mandamientos, son unos votos matrimoniales entre Dios y
su Pueblo. Dios les estaba diciendo, “Ahora que han salido de Egipto, si quieren
una relación conmigo a largo plazo, que crece y florece, esto es lo que tienen
que hacer.” Y vamos a ver la lista de los Diez Mandamientos en Exodo 20, pero
antes, vamos al capítulo 19 parar mirar unos versículos y tomar nota del
lenguaje que Dios está usando al hablar con su pueblo. Exoco 19, versículo 4.
(Lean Exodo 19:4-5) Amigo, el lenguaje que Dios usa aquí es íntimo y
romántico.
Vamos al primero. En el versículo 3 Dios dijo, “No tendrán dioses ajenos delante
de mí.” Dios nos está diciendo, “Quiero una relación exclusiva. No quiere ser uno
de muchos, ni el de tu antojo mensual. Sino el único y él exclusivo.” Que
apropiado es esto para el matrimonio. Esto es de por vida. No estoy buscando
en otros lugares. Estoy comprometido a esto. Sólo te tengo a tí. La veo sentada
en la primera fila. Punto. De ahora hasta que la muerte nos separe.
A Henry Ford (el inventor del automóvil) en sus bodas de oro, le hicieron la
pregunta, “¿Como ha tenido usted este éxito en el matrimonio?”. El contestó, “
He tenido éxito en el matrimonio por la misma razón que lo he tenido en mi
negocio. Me quedo con un sólo modelo.”
Pero el espíritu de este mundo dice, “bueno pues sí, vamos a casarnos. Pero
habrá unos acuerdos pre-nupciales; y si esto no funciona, entonces no te
llevarás la casa, ni te toca eso, pero si te toca aquello. Claro esto es por si acaso
no funciona.” No mi amigo. Ninguna otra persona. Exclusividad. Una y sólo
una. Sin competencia.
Yo pienso que esa es una de la razones que la pornografía maldice tanto. Los
hombres son los que más se involucran en esto, pero hay mujeres también. Lo
que hacen es entregar su afecto y deseo hacia una imagen, y eso le roba al
matrimonio. La pornografía chupa la vida de la relación matrimonial. En muchos
aspectos, no hay ninguna diferencia entre eso y una imagen tallada. La
pornografía matará su matrimonio. No ame a un sustituto, ame a su esposa. Su
pasión le pertenece a su esposa. Su pasión le pertenece a su marido y no a una
imagen lasciva que está en la pantalla.
Existen personas que llenan su vida con su trabajo y allí encuentran todo su
cumplimiento. Otras llenan sus vidas con sus hijos y buscan en ellos todo su
cumplimiento. Y tanto el uno como el otro se convierte en un sustituto de lo que
deberían estar exprerimentando en su relación matrimonial. Con tiempo, todo
se desmorona. Este es un escenario típico: El hombre se sumerge en su trabajo
y luego dice, “estoy haciendo esto por tí, porque te amo.” Sería mejor tomar
algo de tiempo del trabajo para poder pasarlo con ella. Luego la esposa, muchas
veces sumerge toda su afecto y pasión y todo lo que es en los niños, y su
mundo gira en torno a ellos, y no hay un cumplimiento en su matrimonio.
En el matrimonio, hay pocas cosas que puedan ser tan positivas o tan negativas
como lo son las palabras. Puede enriquecer, o puede hacer daño, dependiendo
de las palabras que usted habla. En el libro de Proverbios nos dice que el poder
de la vida y la muerte están en la lengua, y los que participan, comerán de su
fruto, ya sea de vida o de muerte. Deberá pensar en la palabras que usa. Las
Sagradas Escrituras comparan las palabras con las semillas. Las cosas que
dice ya de hábito, y no quiero decir algo como....bueno a lo mejor se enoja y dice
algo, luego responde, “...Oh amor, lo siento. No quise decir eso.” No hablo de
eso. Sino cosas que dice tan a menudo que han llegado formar un hábito en su
vida.
Esto es como sembrar semillas que luego cosechará. A Dios no lo engaña. Lo
que el hombre sembrare, eso también segará. Si usted habla cosas negativas de
su matrimonio, cosas denigrantes hacia su conyuge, es imposible que tenga una
relación saludable. Está sembrando al viento; y eventualmente usted cosechará
un torbellino. Edifique a su conyuge con sus palabras. Sea abundante en su
alabanza. El libro de Santiago nos dice que la lengua es igual al timón de un
barco. El timón determina en que dirección va el barco. Y con alguna gente, el
barco de su matrimonio navega hacia el naufrágio.
Tiempo. Puede que no sea el golf. A lo mejor es otra cosa. Cada uno de
nosotros sabemos.....bueno ¿cuantos saben lo que es estar ocupado? Sí, todos
lo sabemos. Tenemos hijos, tenemos un trabajo, y muchas otras cosas. Por eso
necesita ser una prioridad en nuestro matrimonio. Es imprescindible que busque
ese tiempo exclusivo con su cónyuge. Es importante salir muy a menudo si
quiere que su relación crezca.
A partir de aquí, nos metemos en temas que tienen que ver con el caracter y
Dios nos está diciendo, “Si quieres una relación conmigo, necesitas demostrar
estas cualidades.” Y en un matrimonio, estas cualidades también son algo que
necesitamos cultivar.
Generalmente, aunque no es así en todos los casos, pero de forma general, los
padres se esfuerzan mucho y gastan mucho en la crianza de sus hijos. Y es algo
muy trágico cuando un hijo no demuestra gratitud por ello. William Shakespeare
dijo, “más agudo que el colmillo de una serpiente, es el tener un hijo
malagradecido.” Le aseguro que si ve a una persona que es malagradecida
hacia sus padres y no siente ninguna responsabilidad hacia ellos, eso les
afectará en otras areas de su vida también. Porque son egoistas, sienten que el
mundo les debe algo. Son un poco como los hippies. Van y recogen su cheque
de ayuda social, compran comida con bonos del gobierno, van a la clínica para
un chequeo gratis y luego tienen que correr para no llegar tarde a la
manifestación contra el “establecimiento.” ¿Hay alguien aquí que vivió esa
epoca hace treinta años? Usted sabe de lo que hablo.
Hay personas que sienten que el mundo girar alrededor de ellos. Todo tiene que
ver con “mis” necesidades. No estas supliendo mis necesidades. Es muy dificil
tener una relación con una persona malagradecida y egoista. Si quiere un
matrimonio bueno, tendrá que dar. Tiene que ser un siervo. No se trata de, “no
estás supliendo mis necesidades, mis necesidades, mis necesidades..” ¡Un
Momento! Tiene que servir. Necesita aprender a dar. Espero que mis hijos se
estén dando cuenta. Yo y mi esposa hemos invertido mucho tiempo en nuestro
hijos. Queremos que experimenten el éxito. Estamos haciendo todo lo posible
para asegurarlo. Pero creo que me quebrantaría el corazón que me dijesen, “oye
viejo, me debes eso.” Yo hago todo lo posible para honrar a mis padres. Hubo
un tiempo en mi vida, antes de conocer al Señor, cuando yo no apreciaba su
sacrificio, ni lo que me habian dado. Pero ahora hago todo lo posible para
honrarlos. Se merecen eso y mucho más.
Otra vez Cristo amplia sobre esto en Mateo capítulo 5. El dijo, “Oísteis que fue
dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
El tener una disposición de lujuria, ahogará a su matrimonio. El amor da, pero la
lujuria toma. El amor nutre, pero la lujuria ahoga. El sexo fue creado para ser
disfrutado dentro del matrimonio. Es un don de Dios. Es maravilloso. Pero
escúcheme. La lujuria no tiene lugar en el matrimonio. Dañará al matrimonio.
Puede destruir una relación. Piense calmadamente sobre eso.
Número ocho, versículo 15,” No hurtarás.” En otras palabras, sea una persona
de integridad. Si siempre está haciendo trampa, timando o engañando, será
dificil que su cónyuge lo respete. Su buena solvencia moral deberá hacer que
su pareja sienta orgullo. Pero hay personas que no sienten ese orgullo porque
su pareja siempre está buscando el camino más corto y haciendo cosas que no
son del todo éticas, sólo para salir adelante.
Hace tiempo, tuvimos una situación en la iglesia donde una persona mintió
acerca de unas personas claves en la iglesia. Dijo unas mentiras descaradas
poniendo en peligro sus posiciónes, sólo para cubrirse a él mismo. La verdad
eventualmente se supo, aunque no salió de forma voluntaria. Tuvimos que
sacarlo a golpes. Pero sabe, ese tipo de persona no hace una buena pareja.
Porque tiene que existir la confianza si va a tener una relación floreciente.
Escuché una analogía. Alguien dijo que el amor es como un banco, un banco de
amor. Una pareja se conocen. Puede que estén saliendo por primera vez. Su
cuenta está en cero. No han hecho ningún deposito. Pero se están portando
bien porque es la primera vez que sale, y él le da un cumplido sobre su vestido.
Digamos que eso le da unos diez dolares en su cuenta. Y luego ella le dice algo
como, “estás en forma.” Y eso añade otros veinte dólares a la cuenta. No hay
amor en esa cuenta todavía. Supongamos que necesita ingesar mil dólares en la
cuenta para que aparezca el amor, pero sigue ingresando y haciendo las cosas
bien. Luego ella quiere ir al partido con usted. Hombre, eso es un ingreso facil de
trescientos dólares. Hasta ahora, sólo le ha dicho cosas positivas. Le ha
comprado flores, otros cincuenta dólares en el banco. Y así es saldo va
subiendo cuando de repente ya hay más de mil dólares en el banco y salen las
palabras de su boca, “te quiero.” Y eso en si es un depósito grande.
Eventualmente se casan, van de luna de miel y siguen depositando. Dentro de
poco ya tiene mil quinientos, y luego dos mil, y tres mil dólares en su banco de
amor. Pero llega el momento cuando dejan de depositar. La actitud es como si
dijese, “bueno, pues ya nos casamos, ya la tengo, que padre.” Y ya no hacemos
las cosas con tanto cuidado como antes. El dinero no baja, porque sigue en la
cuenta, pero llega el primer pleito y se retiran cincuenta dólares. Pero que más
da, ya que tiene tres mil en la cuenta. Pero si sigue de esa forma, diciendo cosas
dañinas, no ponendiendo atención a sus necesidades, pues la cuenta va
bajando, treinta dólares por esto, sesenta por aquello. Luego quiza en el trabajo
alguien le da un cumplido. No es nada romántico en el principio, ni le entra ese
pensamiento. Pero con eso ya abrió otra cuenta sin percatarse de ello. Al dia
siguiente, el le dice, “que vestido tan bonito.” Y son otros cincuenta dolares en la
otra cuenta. La suya va bajando, mientras que la otra va subiendo y si esto
sigue, una aventura amorosa es casí segura. Lo que quiero enfatizar con esta
analogía, es que si quiere una relación duradera, tendrá que seguir sembrando
en su matrimonio. Tiene que estar continuamente depositando. No puede ser
cosa de una sóla vez.
Puede que usted esté aquí esta noche pensando,”mi matrimonio está hecho un
desastre.” Si es así, necesita invitarle a Dios a que forme parte de su
matrimonio. Quiza en su matrimonio tenga lo bueno , lo malo y lo feo, y todo
entre medias. Pero le digo que Dios puede resucitar el amor muerto. El puede
hacer que un buen matrimonio, sea mejor todavía. El puede hacer que un
matrimonio malo se convierta en bueno.
Quizá en su propia vida, usted esté perdido sobre un mar sin propósito. Hemos
hablado de los Diez Mandamientos. Y repito, no son una escalera para llegar al
cielo. ¿Pero sabe que? Si ha fallado una sóla vez en su vida, si ha fracasado en
guardar sólo un mandamiento....y Jesús amplió sobre esto: Si ha mirado a una
mujer para codiciarla, si ha robado algo, si ha dicho una mentira, sólo una,
entonces eso es suficiente para que no vaya al cielo. La ley nos juzga. Pero las
buenas nuevas son estas: La Biblia dice que La Ley fue el maestro para
demostranos el camino a Cristo. Jesús vino y murió en nuestro lugar, y la pena
de nuestro pecado cayó sobre él. Y ahora, a causa de lo que él hizo tenemos
acceso libre al Padre. A eso se le llama, La Salvación. Y es libre a todo el que la
recibe. Por favor incline su cabeza conmigo.