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Los Diez Mandamientos de Dios para el Matrimonio

Un Mensaje Bíblico por Bayless Conley


Derechos de Autor 2003 Respuestas con Bayless Conley

Si usted lleva mucho tiempo casado, ya conoce este hecho. Si todavía no se


casa, entonces siento desilusionarlo, pero tengo que decirle lo siguiente.
Los matrimonios buenos, no suceden al azar. Tiene que trabajarlos. Un buen
matrimonio necesita algo más que la pasión. Necesita construirse sobre unos
principios. Pero con eso no quiero decir que debería perder la pasión en su
matrimonio. De hecho es un ingrediente muy importante en una relación de
matrimonio. Yo llevo más de dieciocho años casado, y siento más pasión ahora
que cuando primero nos casamos. Y Janet tenía las manos llenas en aquel
entonces. Oh, a mí sí me gusta el estar casado. Es guapísima, sentada allí en
primera fila. ¿Pero sabe usted que? Nuestro matrimonio está edicificado sobre
algo mucho más sólido que eso. Está edificado sobre principios. Y eso es
imprescindible. Porque si sólo hablamos de los sentimientos y todo eso, va a
exprerimentar muchos altibajos a lo largo de su matrimonio. Por eso, es
necesario que construyamos nuestro matrimonio sobre principios sólidos. En la
Sagrada Escritura encontramos las pautas y directrices para un matrimonio
sano. Y estos funcionarán en toda generación. Porque la Palabra y los principios
de Dios nunca llegan a ser anticuados. Nunca, Nunca.

Esta noche vamos a remontar unos tres mil quinientos años para estudiar unos
votos matrimoniales que siguen siendo muy relevantes hoy en dia.
No sé si usted se ha percatado de esto o no, pero Dios veía a Israel como su
Novia. A través de las escrituras, él se refiere a ellos como su esposa, y a sí
mismo como su marido. En el libro de Jeremías él dijo, “ Has sido una mujer
infiel. Has cometido adulterio.” Y hasta llegó a decir, “ te he escrito una carta de
divorcio.” En Ezequiel usa la misma analogía. En el libro de Oseas él usa la
misma analogía. Dios es el marido, e Israel, su pueblo, es la esposa. El habla
de su infidelidad, pero a la vez habla de su gran amor hacia ellos y como él
desea una relación a largo plazo. Aun en el Nuevo Testamento, vemos la
referencia a la iglesia como la Novia de Jesucristo. La metáfora continua.
Dios está usando la relación más estrecha e ìntima que conocemos, la de
marido y mujer, para demostrarnos que cerca quiere estar a nosotros.
El no quiere ser un dios lejano, sino desea un relación íntima y personal con Su
Pueblo.

Quiero que abramos nuestras Biblias al libro del Exodo, capítulo diecinueve.
Les diré que la inspiración de este mensaje lo recibí de un amigo mio, Phil Baker
de Perth, Australia. Estábamos hablando y le pedí que me inviara un caset
sobre algo que él enseñaba. Y él a su vez, recibió esto de un rabino judío.
Es algo muy interesante que sucede cuando Dios saca a Israel de la tierra de
Egipto, y en cierto sentido, renueva su relación con ellos. Han estado bajo
esclavitud por cuatrocientos años; claman a Dios, Dios oye su clamor y los libera
de esa esclavitud egípcia. Luego él le da a Moises lo que los teólogos llaman, el
decálogo, o sea Los Diez Mandamientos. Estos diez mandamientos no son una
lista que Dios dá de cosas que podemos o no debemos hacer. De hecho,
muchos piensan que Los Diez Mandamientos unicamente dicen, “y no haras...”
Debería usted de leerlos un dia. Tampoco son la escalera al cielo, ya sabe,
donde si guardes este, y guardas ese, y si guardas los diez, entonces se te
abrirán las puertas de cielo de par en par. Sin embargo en un sentido muy real lo
que sí són los Diez Mandamientos, son unos votos matrimoniales entre Dios y
su Pueblo. Dios les estaba diciendo, “Ahora que han salido de Egipto, si quieren
una relación conmigo a largo plazo, que crece y florece, esto es lo que tienen
que hacer.” Y vamos a ver la lista de los Diez Mandamientos en Exodo 20, pero
antes, vamos al capítulo 19 parar mirar unos versículos y tomar nota del
lenguaje que Dios está usando al hablar con su pueblo. Exoco 19, versículo 4.
(Lean Exodo 19:4-5) Amigo, el lenguaje que Dios usa aquí es íntimo y
romántico.

Y así llegamos al capítulo veinte donde se encuentran los Diez Mandamientos.


Los miraremos de paso y luego hablaremos de ellos.
Exodo 20, versículo 1 (Lean versículos 1 y 2). El primer mandamiento lo
encontramos en el versículo 3. (Ex. 20:3) El segundo está en el versículo 4 (Ex.
20:4). El mandamiento número tres está en el versículo 7 (Ex.20:7). Y en el
versículo 8 (Ex. 20:8) encontramos el cuarto mandamiento. Mandamiento
número cinco en el versículo 12 (Ex. 20:12) Mandamiento número seis en el
versículo 12 (Ex. 20:13). Mandamiento siete, verso 14 (Ex. 20:14). Mandamiento
ocho, versículo 15 (Ex. 20:15). Mandamiento nueve, verso 16 (Ex. 20:16). Y
Mandamiento número diez en el versículo 17 (Ex. 20:17).
Queremos hablar sobre como se entran los Diez Mandamientos en nuestra
relación con Dios. Y entendemos que esa relación es vertical, pero a la vez
existe un paralelo que podemos aplicar horizontalmente a nuestra relación
matrimonial.

Vamos al primero. En el versículo 3 Dios dijo, “No tendrán dioses ajenos delante
de mí.” Dios nos está diciendo, “Quiero una relación exclusiva. No quiere ser uno
de muchos, ni el de tu antojo mensual. Sino el único y él exclusivo.” Que
apropiado es esto para el matrimonio. Esto es de por vida. No estoy buscando
en otros lugares. Estoy comprometido a esto. Sólo te tengo a tí. La veo sentada
en la primera fila. Punto. De ahora hasta que la muerte nos separe.

A Henry Ford (el inventor del automóvil) en sus bodas de oro, le hicieron la
pregunta, “¿Como ha tenido usted este éxito en el matrimonio?”. El contestó, “
He tenido éxito en el matrimonio por la misma razón que lo he tenido en mi
negocio. Me quedo con un sólo modelo.”
Pero el espíritu de este mundo dice, “bueno pues sí, vamos a casarnos. Pero
habrá unos acuerdos pre-nupciales; y si esto no funciona, entonces no te
llevarás la casa, ni te toca eso, pero si te toca aquello. Claro esto es por si acaso
no funciona.” No mi amigo. Ninguna otra persona. Exclusividad. Una y sólo
una. Sin competencia.

Algo vergonzoso me sucedió antes de que me entregara al Señor. Yo estaba en


la universidad. Al estar sentado en la cafeteria, se acerca una señorita con la
cual había estado saliendo y se sentó a mi lado. Empecé a hablar con ella, en
eso, otra señorita con la cual había estado saliendo se sento también. Sin
embargo no se conocían, ni sabían que yo había estado saliendo con las dos.
En ese momento entra una tercera señorita y se sentó a mi mesa. Sí, yo estaba
saliendo con ella tambíen, sin que supiesen las otras. Pues en un período de
diez minutos, se sentaron cinco chicas a mi mesa......es verdad. Yo estaba
saliendo con todas sin que ninguna supiese de la otra. Creo que fue uno de los
momentos más incómodos de mi vida. De hecho, tan incomodo, que me levanté
de la mesa y salí corriendo y nunca regresé. No se que tanto habrían
descubierto las cinco despues de mi abandono, y no quise saber. Pero
escúchenme. Eso fue AC (Antes de Cristo). Ahora en el matrimonio, no hay
cinco, ni cuatro, ni tres, ni dos. Sólo una. Dios no le quitó tres costillas a Adán
para decirle, “Bien, aquí tienes a Eva, y a Sara y a Luisa. Escoga, o quédate con
las tres, lo que tu quieras.”
No, el tomo una sola costilla de Adán, luego la trajo a Adán, y los dos se hicieron
uno.
Querido amigo, si va a tener un matrimonio sano e íntimo, tendrá que tener esa
menta. Tendrá que decir, “ yo estoy en esto en lo bueno y en lo mal. No importa.
Estoy comprometido. Hasta que la muerte nos separe.”

Muy bien, en el versículo 4 encontramos el segundo mandamiento. El dijo, “No


te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo
en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.” Dios quería cubrirlo todo. Dios
estaba diciendo, “no hagan imágenes de mí para luego adorarlos. No amen a un
sustituto. Amenme a mí.¨ Desafortunadamente, la religión ha fabricado muchos
cuadros, estátuas, ídolos. Tenemos las campanas y el incienso y todo tipo de
cosa. Porque les es más facil adorar una imagen y relacionarse con eso que
relacionarse con Dios mismo. El dijo, “Yo no quiero que amen a un sustituto. Yo
quiero que me amen a mí.” Y en el matrimonio, no puede haber sustitutos. Ame
a su conyuge y encuentre satisfacción en esa relación, no en un sustituto.

Yo pienso que esa es una de la razones que la pornografía maldice tanto. Los
hombres son los que más se involucran en esto, pero hay mujeres también. Lo
que hacen es entregar su afecto y deseo hacia una imagen, y eso le roba al
matrimonio. La pornografía chupa la vida de la relación matrimonial. En muchos
aspectos, no hay ninguna diferencia entre eso y una imagen tallada. La
pornografía matará su matrimonio. No ame a un sustituto, ame a su esposa. Su
pasión le pertenece a su esposa. Su pasión le pertenece a su marido y no a una
imagen lasciva que está en la pantalla.

Existen personas que llenan su vida con su trabajo y allí encuentran todo su
cumplimiento. Otras llenan sus vidas con sus hijos y buscan en ellos todo su
cumplimiento. Y tanto el uno como el otro se convierte en un sustituto de lo que
deberían estar exprerimentando en su relación matrimonial. Con tiempo, todo
se desmorona. Este es un escenario típico: El hombre se sumerge en su trabajo
y luego dice, “estoy haciendo esto por tí, porque te amo.” Sería mejor tomar
algo de tiempo del trabajo para poder pasarlo con ella. Luego la esposa, muchas
veces sumerge toda su afecto y pasión y todo lo que es en los niños, y su
mundo gira en torno a ellos, y no hay un cumplimiento en su matrimonio.

Están intentando encontrar un cumplimiento fuera del matrimonio en otros


lugares y con otra gente. Luego viene una crisis.....lo despiden del trabajo, o se
jubila, o los niños crecen y se van de la casa, y de repente hay dos
desconocidos viviendo bajo el mismo techo. Cesaron de tener una relación hace
mucho tiempo. En el matrimonio, no hay lugar para sustitutos. Ame a su
conyuge.

A mí me gusta hacer cosas fuera de la relación matrimonial. O sea, me gusta


jugar al golf, y hay otras actividades de las cuales disfruto. Sin embargo, mi
mayor cumplimiento y placer viene aquí de mi esposa. No viene del jugar golf
con mis amigos, aunque me gusta mucho el hacerlo. Y eso lo veo...quizà no
entienda esto....pero yo lo veo como una necesidad. Para mí el jugar golf es
como unas mini-vacaciones. Me despojo un poco, respiro aire puro, hago
ejercicio y es una actividad sana. Pero no juego el golf porque no estoy
encontrando el cumplimiento en mi relación con mi esposa. No se trata de eso.
Mi cumplimiento lo encuentro aquí. Esto es importante. El golf no es un sustituto
por mi esposa.

Ahora vamos al verso 7 y dice, “No tomarás el nombre de Johová tu Dios en


vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”
Dios nos está diciendo, “si quieres una buena relación conmigo, entonces habla
bien de mí.” Cuide sus palabras. De hecho, la frase, “en vano”, significa: vacio,
sin propósito, no sincero, sin demostrar el respeto adecuado. Al hablar
despectivamente de alguien, usted está debilitando su respeto hacia ellos, ya
sea una figura política, Dios, su conyuge, o quien sea. Algunos son demasiado
frívolos e irrespetuosos en su hablar de Dios como también de su conyuge.

En el matrimonio, hay pocas cosas que puedan ser tan positivas o tan negativas
como lo son las palabras. Puede enriquecer, o puede hacer daño, dependiendo
de las palabras que usted habla. En el libro de Proverbios nos dice que el poder
de la vida y la muerte están en la lengua, y los que participan, comerán de su
fruto, ya sea de vida o de muerte. Deberá pensar en la palabras que usa. Las
Sagradas Escrituras comparan las palabras con las semillas. Las cosas que
dice ya de hábito, y no quiero decir algo como....bueno a lo mejor se enoja y dice
algo, luego responde, “...Oh amor, lo siento. No quise decir eso.” No hablo de
eso. Sino cosas que dice tan a menudo que han llegado formar un hábito en su
vida.
Esto es como sembrar semillas que luego cosechará. A Dios no lo engaña. Lo
que el hombre sembrare, eso también segará. Si usted habla cosas negativas de
su matrimonio, cosas denigrantes hacia su conyuge, es imposible que tenga una
relación saludable. Está sembrando al viento; y eventualmente usted cosechará
un torbellino. Edifique a su conyuge con sus palabras. Sea abundante en su
alabanza. El libro de Santiago nos dice que la lengua es igual al timón de un
barco. El timón determina en que dirección va el barco. Y con alguna gente, el
barco de su matrimonio navega hacia el naufrágio.

Hace varios años yo estaba predicando en un conferencia en el pais de


Zimbábwe en el Africa. Despues de predicar en la conferencia, fuimos a varios
pueblos africanos donde les predicámos a los indígenas de aquellas tribus.
Despues tuvimos unos días de descanso. Mi amigo me dijo, “agarra a tus hijos y
vamos a pescar pez tigre.” Los pez tigre de aquella región tienen una dentadura
gigantesca. Pues bueno, nos subimos a una lancha y allí vamos por el Rio
Zambeze, yo, mis hijos y otros dos en esa lancha pequeña. Fue como un sueño.
Estábamos navegando y había hipopótamos, y un elefante macho en la ribera, y
nos estábamos divertiendo un montón. Pues allí estábamosos pescando rio
arriba de las cataratas Victoria. Son tan grandes que las de Niagara a su lado
parecen un chorrito. Es una de la siete maravillas del mundo Y estábamos a tan
sólo 70 metros de la caida. En ese lugar el agua era de poca profundidad y
había cocodrilos y que sabe tantas cosa y empezé a pensar, “esto es
escalofriante.” ¡Allí estábamos pescando, con el ruido y el vapor subiendo de las
cataratas, a tan sólo 70 metros de la caida! O sea,¿que pasará si el motor se
parase? Y pensé, “pues nos brincamos al agua, con o sin cocodrilos.” Fue una
experiencia tremenda.

Y empecé a pensarlo. Mucha gente en su matrimonio van directamente hacia


las cataratas, gobernados por las palabras que salen de sus bocas. Más le vale
girar su barco. Dele vuelta a su barco. Algunos están a tan sólo a 70 metros del
desastre a causa de su hábito de decir cosas negativas de forma contínua.
Palabras llenas de ira, de amargura que dice continuamente. Escoga sus
palabras con mucho cuidado. Alguien diga “Amen.”
Janet y yo hemos estado en la presencia de algunas personas donde no
podíamos esparar el escaparnos. Ellos se estaban destruyendo mutuamente
con sus palabras. Palabras cortantes y feas. Una relación como esa
eventualmente se irá a pique. Eventualemente se encallará. Eventualmente se
desintegrará.
Quiero compartir una historia breve y luego seguiremos con el próximo punto.
Mi esposa y yo estábamos en una conferencia hace unos diez años. El orador
principal era de larga predicación. No le costaba hablar tres horas seguidas.
Al estar en una sesión donde él llevaba ya casí dos horas y cuarenta y cinco
minutos hablando, no pude más que fijarme en una familia que estaba sentada
cerca de nosotros. Eran los padres y dos adolescentes de quiza unos trece y
catorce años. Los chicos estaban sentados, tomando apuntes sobre lo dicho y
lo llevaban haciendo durante todo el mensaje. Yo estaba sorprendido. No
estaban pegándose, ni tirando papelitos, ni haciendo la multitud de cosas que
niños de su edad hacen para alborotar. Después de la reunión, le dije a mi
esposa, vamos a hablar con ellos. Nos presentamos a los padres y les pregunté,
“Miren, me he estado fijando en sus hijos, y tengo que preguntarles ¿cual es su
secreto? Me he estado fijando en sus hijos durante todo este tiempo. No estaban
peleandose entre si. Hablé con ellos y demostraron mucho respeto.¨
Me sorprendió su respuesta cuando me dijo, “Nuestro secreto es que les hemos
enseñado como usar la palabras correctas. A veces se pelean, igual que lo
hacen todos los hermanos, pero cuando lo hacen, les obligamos a decirse el uno
al otro, “tu eres mi hermano. Te quiero, y no haría nada para dañarte.” Les
obligamos a que hablen palabras de vida. Y funciona como magía.” Esa fue la
frase que él usó. Y luego dijo, “ y en nuestros tiempos de consejeria, hemos
tratado con parejas que están enemistadas. Aun en la sesión, están peleando
como perros y gatos. Creeme, yo he visto más de lo que uno desearía ver. Pero
luego lo que hacemos es le preguntamos. ¿Y por que te casastes con tu pareja?
Contestan, ‘pues porque la amaba.’ ¿Y por que la amabas? Y les obligamos a
decir algo bueno de esa persona. Y hacemos lo mismo con el conyuge. Luego
les decimos que si quieren que sigamos trabajando con ellos, tienen que
comprometerse a decirse palabras positivas toda la semana, y regresar a la
semana. Los que sí se comprometen regresan a la semana siguiente como si
fuese un cuerpo con dos cabezas. Su relación milagrosamente ha cambiado y
están encarrilados hacia el bien.”

Amigo, no menosprecie el poder de sus palabras. Piénselo: Dios creo el mundo


a través de las palabras. Dios dijo, y fue. Dios dijo, y fue. Lea la historia en
Genesis. Dios habló y se hizo. Y Dios ha hecho al hombre a su imagen y
semejanza, con la habilidad de hablar palabras; palabras que pueden cambiar
ambientes, vidas, palabras que pueden edificar o destruir. No menosprecie el
poder de su lengua.

Bien, siguiendo el tema. Vemos el Mandamiento número cuatro. El versículo 8,


“Acuérdate del dia de reposo para santificarlo.” Esta palabra “reposo”
literalmente quiere decir, “dejar de trabajar, descanso”. Y la palabra “santificarlo”
nos habla de algo apartado para Dios. Entonces Dios nos está diciendo, “Si
quieren una relación a largo plazo conmigo, tendremos que pasar tiempo juntos.
Un tiempo que sea especial. Exclusivo y extravagantemete mio. Yo quiero un dia
entero.” Para mantener una relación saludable y floreciente, los maridos
necesitan pasar momentos juntos. Momentos especiales. Momentos exclusivos.
Necesitan pasar tiempos extravagantes juntos. Pero no será una realidad, al no
ser que programen ese tiempo y que hagan de el una prioridad muy importante.
Que a menudo las parejas intentan buscar tiempo el uno para el otro en lo que
sobra de su horario tan ocupado. “Bueno querida, a ver si nos podemos ver el
jueves entrante entre las 4:00pm y 4:34, o quizás las 4:40. Eso debe darnos
tiempo para tener una conversación significativa y vulnerable. Te veré en cinco
dias.”
Muchos apartan tiempo para todo menos su conyuge. Tiempo con sus amigos,
para su deporte, o lo que sea, y su conyuge se tiene que contentar con las
migajas que sobran. Dios nos dice, “Si vamos a caminar juntos, si vamos a tener
una relación, si van a ser mi tesoro especial, un pueblo de sacerdotes
santificados para mí, entonces quiero de su tiempo.” Pero seguro que ya han
escuchado esta mentira, “Bueno, no pasamos una gran cantidad de tiempo
juntos, pero la que sí pasamos es de calidad.” Eso es un gran engaño.
Un tiempo de calidad es producto de la cantidad que pasan juntos.

Tengo un amigo que es miembro de esta iglesia. Le encanta jugar al golf, y ya


lo tiene bajo control. Pero no siempre fue así. El jugaba mucho golf además de
trabajar tiempo completo. De hecho, el jugaba unos 200 rounds al año. Para que
entendian cuanto es eso, tomando en cuenta lo que tarda uno en jugar un round
y siendo muy conservador en mi estamación, sería más o menos igual a 25
semanas de trabajo. Sin duda le costó su primer matrimonio y hasta me dijo eso.

El era como el que está en el campo de golf jugando. Ve un cortejo fùnebre


pasando por el camino adyacente al campo de golf. Se detiene, se quita el
sombrero e inclina la cabeza. Su amigo le dice, “vaya, que sentimental. Yo no
sabía que eras así.” Y el hombre contesta, “bueno, es que estuve casado con
ella por veinticinco años.”

Tiempo. Puede que no sea el golf. A lo mejor es otra cosa. Cada uno de
nosotros sabemos.....bueno ¿cuantos saben lo que es estar ocupado? Sí, todos
lo sabemos. Tenemos hijos, tenemos un trabajo, y muchas otras cosas. Por eso
necesita ser una prioridad en nuestro matrimonio. Es imprescindible que busque
ese tiempo exclusivo con su cónyuge. Es importante salir muy a menudo si
quiere que su relación crezca.

A partir de aquí, nos metemos en temas que tienen que ver con el caracter y
Dios nos está diciendo, “Si quieres una relación conmigo, necesitas demostrar
estas cualidades.” Y en un matrimonio, estas cualidades también son algo que
necesitamos cultivar.

Muy bien, el quinto mandamiento se encuentra en el versículo 12 y dice, “honra


a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu
Dios te da.” Honra a tu padre y a tu madre. Entre otras cosas, Dios nos está
diciendo que deberíamos mantener una actitud de gratitud.

Generalmente, aunque no es así en todos los casos, pero de forma general, los
padres se esfuerzan mucho y gastan mucho en la crianza de sus hijos. Y es algo
muy trágico cuando un hijo no demuestra gratitud por ello. William Shakespeare
dijo, “más agudo que el colmillo de una serpiente, es el tener un hijo
malagradecido.” Le aseguro que si ve a una persona que es malagradecida
hacia sus padres y no siente ninguna responsabilidad hacia ellos, eso les
afectará en otras areas de su vida también. Porque son egoistas, sienten que el
mundo les debe algo. Son un poco como los hippies. Van y recogen su cheque
de ayuda social, compran comida con bonos del gobierno, van a la clínica para
un chequeo gratis y luego tienen que correr para no llegar tarde a la
manifestación contra el “establecimiento.” ¿Hay alguien aquí que vivió esa
epoca hace treinta años? Usted sabe de lo que hablo.

Hay personas que sienten que el mundo girar alrededor de ellos. Todo tiene que
ver con “mis” necesidades. No estas supliendo mis necesidades. Es muy dificil
tener una relación con una persona malagradecida y egoista. Si quiere un
matrimonio bueno, tendrá que dar. Tiene que ser un siervo. No se trata de, “no
estás supliendo mis necesidades, mis necesidades, mis necesidades..” ¡Un
Momento! Tiene que servir. Necesita aprender a dar. Espero que mis hijos se
estén dando cuenta. Yo y mi esposa hemos invertido mucho tiempo en nuestro
hijos. Queremos que experimenten el éxito. Estamos haciendo todo lo posible
para asegurarlo. Pero creo que me quebrantaría el corazón que me dijesen, “oye
viejo, me debes eso.” Yo hago todo lo posible para honrar a mis padres. Hubo
un tiempo en mi vida, antes de conocer al Señor, cuando yo no apreciaba su
sacrificio, ni lo que me habian dado. Pero ahora hago todo lo posible para
honrarlos. Se merecen eso y mucho más.

Bien, vamos al sexto mandamiento en el versículo 13, “ No matarás.”


No mate a su cónyuge. Todo terminará de golpe si hace eso y además acabará
en la carcel.

Pero Jesucristo amplió esto en Mateo 5, dándole en el corazón del tema.


Escuche lo que dice en versos 21 y 22, “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22. Pero yo os digo
que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y
cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y
cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.”

Si usted va a tener un matrimonio sano y duradero, tendrá que aprender como


ser gentil. Las personas que se enojan facilmente, que estallan y tienen un
genio violento, destruyen relaciones. Ve a las casa de alguna gente y hay
agujeros en las puertas y en las paredes donde papi clavò el puño. Yo tuve un
amigo y estaba en su casa cuando algo sucedió. Yo creo que su esposa
simplemente no se enteraba, pero ella estaba pasando la aspiradora cuando el
se levanta de golpé, agarra la aspiradora y la tira contra la pared, agujereándola.
Al año ya estaban divorciados. Y no siempre son los hombres los que tienen el
genio. Algunas mujeres pierden los estribos con muy poca provocación y tiran
cosas, maldicen y pegan. Si usted está saliendo con una persona que facilmente
se enoja, debería tomarlo con mucha precaución. Está en la carretera con él en
el auto y alguien se le cuela y su novio baja la ventana y empieza a gritarle y
mentirle la madre, luego en voz dulce le dice, “¿y donde quieres cenar, querida?”
Escucha bien, si el puede gritarle a otra persona, también le puede gritar a
usted. Más le vale no casarse con alguien de mal genio. O si usted es una
persona que no tiene el control sobre su genio, más le vale que lo controle o el
diablo le estará controlando a usted. Cuida su ira porque erosiona los
fundamentos de una relación.

Bien, mandamiento número siete en el versículo 14, “ No cometerás adulterio.”


Con Dios, eso es poner a otras personas o cosas antes de él. Es adulterio
espiritual....metiéndose en el ocultismo u otras religiones. Y es obvio en el
matrimonio, ya que sería dificil encontrar algo tan destructivo como el adulterio.
Sed fiel. No sólo en acción sino también en pensamiento.

Otra vez Cristo amplia sobre esto en Mateo capítulo 5. El dijo, “Oísteis que fue
dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
El tener una disposición de lujuria, ahogará a su matrimonio. El amor da, pero la
lujuria toma. El amor nutre, pero la lujuria ahoga. El sexo fue creado para ser
disfrutado dentro del matrimonio. Es un don de Dios. Es maravilloso. Pero
escúcheme. La lujuria no tiene lugar en el matrimonio. Dañará al matrimonio.
Puede destruir una relación. Piense calmadamente sobre eso.

Número ocho, versículo 15,” No hurtarás.” En otras palabras, sea una persona
de integridad. Si siempre está haciendo trampa, timando o engañando, será
dificil que su cónyuge lo respete. Su buena solvencia moral deberá hacer que
su pareja sienta orgullo. Pero hay personas que no sienten ese orgullo porque
su pareja siempre está buscando el camino más corto y haciendo cosas que no
son del todo éticas, sólo para salir adelante.

Me acuerdo de una historia que leí de un predicador. El encontró un perrito


perdido...tenía tres hijos...y los tres se enamoraron del perrito. Y todos estaban
contentos. Pero un señor que vivía a unas cuadras eschuchó que el predicador
había encontrado un perrito. Así que llama por teléfono al predicador y le dice,
“me enteré que usted encontró un perro. Pues yo perdí mi perrito hace un
tiempo, y....” el predicador le dijo, “¿y como sabe que es su perro?” porque él
sabía que sus hijos querían mucho al perro. Entonces el hombre dió una
descripción exacta del perro. Pero el predicador, no queriendo ceder le dijo,
“bueno, hay muchos perros que se pueden parecer a eso. ¿Tiene algún rasgo
especial?”
Y el hombre le dijo, “Pues sí, tiene tres pelos blancos en la punta de la cola y voy
para su casa para ver si es mi perro.” El predicador y sus hijos miraron la cola
del perro y efectivamente tenía tres pelos blancos. En frente de sus hijos, el
predicador arrancó los tres pelos blancos. Cuando el hombre llegó a su casa, y
vió el perro, dijo, “Claro, ese es mi perro.” Es entonces cuando el predicador le
dice, “un momento, usted dijo que tenía tres pelos blancos y este perro no tienen
ningún pelo blanco en la cola.” El predicador luego dijo, “sí, nos hicimos con un
perro ese dia, pero ese día yo perdí a mis tres hijos en cuanto a Cristo porque
dejaron de respetarme. Yo no practicaba lo que predicaba.”
Y querido amigo, lo mismo es verdad en el matrimonio. Necesitamos vivir vidas
rectas. Aun si le cuesta, a la larga paga muy bien. Si es un hombre de negocios,
no engañe a la gente. Sea una persona de dignidad. No hurte.

Ahora llegamos al noveno mandamiento. Versículo 16,”No hablarás contra tu


prójimo falso testimonio.” Hable la verdad. No sea malicioso. Una persona que
cuenta mentiras de su vecino, por el motivo que fuese, no será un buen
conyuge.
La honestidad y la confianza son el corazón de un buen matrimonio.

Hace tiempo, tuvimos una situación en la iglesia donde una persona mintió
acerca de unas personas claves en la iglesia. Dijo unas mentiras descaradas
poniendo en peligro sus posiciónes, sólo para cubrirse a él mismo. La verdad
eventualmente se supo, aunque no salió de forma voluntaria. Tuvimos que
sacarlo a golpes. Pero sabe, ese tipo de persona no hace una buena pareja.
Porque tiene que existir la confianza si va a tener una relación floreciente.

Al llegar al final, vemos el último. Versículo 17, “ No codiciarás la casa de tu


prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su volkswagen,
etc.,etc. NO codicie. No esté descontento con lo que tiene. No haga que sus
cosas sean el enfoque de su vida sino ponga un énfasis sobre las bendiciones
que Dios le ha dado a usted y su cónyuge. Aprenda a apreciar las areas fuertes
de su cónyuge. Mire, yo no soy todo, ni puedo hacer todo. Janet entendió eso
cuando se casó conmigo, pero conforme el tiempo ha ido pasando, se le ha
hecho muy claro. Sus hermanos me dejan atónito. Ella tiene una familia entera
de genios en la mecánica. Pueden construir un coche desde comienzo a fin. Les
gusta trabajar con los autos. Pueden arreglar cualquier tipo de maquinaria. Uno
de sus hermanos acaba de construir su propia casa sólo. Yo no soy así. No
puedo arreglar nada. No tengo dones mecánicos. Mis talentos son otros. Mis
deseos son otros. Me gusta escribir, enseñar, y predicar. Me encanta estar al
aire libre. Me fascina otras culturas. Quiero comer algo nuevo todos los días. Me
gustan las aventuras. Pero si está buscando a alquien quien pueda arreglar su
auto e ir a las carreras los fines de semana, no soy yo. Lo que quiero decir con
todo esto es que tenemos que celebrar nuestras areas fuertes, y no pensar que
el pasto siempre está más verde del otro lado de la valla. Eso es mentira. Tanta
veces la gente está comparando su esposo o esposa con otra persona. Olvídese
de las comparaciones porque eso mata las relaciones.
En vez de mirar lo que no tienen, busque sus areas fuertes y empiece a
cultivarlas. Esté contento con lo que Dios le ha dado.

Escuché una analogía. Alguien dijo que el amor es como un banco, un banco de
amor. Una pareja se conocen. Puede que estén saliendo por primera vez. Su
cuenta está en cero. No han hecho ningún deposito. Pero se están portando
bien porque es la primera vez que sale, y él le da un cumplido sobre su vestido.
Digamos que eso le da unos diez dolares en su cuenta. Y luego ella le dice algo
como, “estás en forma.” Y eso añade otros veinte dólares a la cuenta. No hay
amor en esa cuenta todavía. Supongamos que necesita ingesar mil dólares en la
cuenta para que aparezca el amor, pero sigue ingresando y haciendo las cosas
bien. Luego ella quiere ir al partido con usted. Hombre, eso es un ingreso facil de
trescientos dólares. Hasta ahora, sólo le ha dicho cosas positivas. Le ha
comprado flores, otros cincuenta dólares en el banco. Y así es saldo va
subiendo cuando de repente ya hay más de mil dólares en el banco y salen las
palabras de su boca, “te quiero.” Y eso en si es un depósito grande.
Eventualmente se casan, van de luna de miel y siguen depositando. Dentro de
poco ya tiene mil quinientos, y luego dos mil, y tres mil dólares en su banco de
amor. Pero llega el momento cuando dejan de depositar. La actitud es como si
dijese, “bueno, pues ya nos casamos, ya la tengo, que padre.” Y ya no hacemos
las cosas con tanto cuidado como antes. El dinero no baja, porque sigue en la
cuenta, pero llega el primer pleito y se retiran cincuenta dólares. Pero que más
da, ya que tiene tres mil en la cuenta. Pero si sigue de esa forma, diciendo cosas
dañinas, no ponendiendo atención a sus necesidades, pues la cuenta va
bajando, treinta dólares por esto, sesenta por aquello. Luego quiza en el trabajo
alguien le da un cumplido. No es nada romántico en el principio, ni le entra ese
pensamiento. Pero con eso ya abrió otra cuenta sin percatarse de ello. Al dia
siguiente, el le dice, “que vestido tan bonito.” Y son otros cincuenta dolares en la
otra cuenta. La suya va bajando, mientras que la otra va subiendo y si esto
sigue, una aventura amorosa es casí segura. Lo que quiero enfatizar con esta
analogía, es que si quiere una relación duradera, tendrá que seguir sembrando
en su matrimonio. Tiene que estar continuamente depositando. No puede ser
cosa de una sóla vez.

Puede que usted esté aquí esta noche pensando,”mi matrimonio está hecho un
desastre.” Si es así, necesita invitarle a Dios a que forme parte de su
matrimonio. Quiza en su matrimonio tenga lo bueno , lo malo y lo feo, y todo
entre medias. Pero le digo que Dios puede resucitar el amor muerto. El puede
hacer que un buen matrimonio, sea mejor todavía. El puede hacer que un
matrimonio malo se convierta en bueno.

Quizá en su propia vida, usted esté perdido sobre un mar sin propósito. Hemos
hablado de los Diez Mandamientos. Y repito, no son una escalera para llegar al
cielo. ¿Pero sabe que? Si ha fallado una sóla vez en su vida, si ha fracasado en
guardar sólo un mandamiento....y Jesús amplió sobre esto: Si ha mirado a una
mujer para codiciarla, si ha robado algo, si ha dicho una mentira, sólo una,
entonces eso es suficiente para que no vaya al cielo. La ley nos juzga. Pero las
buenas nuevas son estas: La Biblia dice que La Ley fue el maestro para
demostranos el camino a Cristo. Jesús vino y murió en nuestro lugar, y la pena
de nuestro pecado cayó sobre él. Y ahora, a causa de lo que él hizo tenemos
acceso libre al Padre. A eso se le llama, La Salvación. Y es libre a todo el que la
recibe. Por favor incline su cabeza conmigo.

Derechos de Autor 2003 Respuestas con Bayless Conley

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