You are on page 1of 4

VERDAD Y AHIMSA EN EL SOCIALISMO

La Verdad y el Ahimsa deben encarnar en el socialismo. Para que puedan hacerlo, el adepto debe de
tener fe activa en Dios. Una adhesión simplemente mecánica a la verdad es propensa a quebrarse
en el momento crítico. De ahí que yo haya dicho que a Verdad es Dios. Este Dios es una Fuerza
viviente. Nuestra vida proviene de esa Fuerza. Esa Fuerza reside en el cuerpo, pero no es el cuerpo.
Quien niegue la existencia de esa gran Fuerza, se niega a sí mismo el uso de ese inagotable Poder,
y de ese modo queda impotente. Es como un barco sin timón que, arrojado de acá para allá, muere
sin adelantar nada. El socialismo de la gente de esa clase no los lleva a ninguna parte, y ¿qué decir
entonces de la sociedad en que viven?

Si tal fuera el caso, ¿significa eso que ningún socialista cree en Dios? Si hay alguno, ¿por qué no ha
hecho ningún progreso visible? Y también, muchas personas creyentes han vivido antes de ahora;
¿por qué no han podido llegar a fundar un Estado socialista?

Es completamente difícil silenciar estas dos dudas. No obstante, es posible decir que quizá nunca se
le ocurrió a ningún socialista creyente que haya vinculación alguna entre su socialismo y la fe en
Dios. Es igualmente seguro decir que los creyentes, como norma común, nunca alaban el socialismo
ante las masas.

Las supersticiones han florecido en el mundo pese a los hombres y mujeres creyentes. Hasta en el
mismo hinduismo la intocabilidad mantiene desde hace mucho una indudable vigencia.

El hecho es que siempre ha sido materia de esforzada búsqueda conocer esta gran Fuerza y sus
posibilidades ocultas.

Yo afirmo que en la persecución de esa búsqueda yace el descubrimiento del Satyagraha. No quiero
afirmar, sin embargo, que todas las leyes del Satyagraha hayan sido establecidas o descubiertas. Lo
que sí digo, sin temor y con firmeza, es que todo fin digno puede ser logrado por el empleo del
Satyagraha. Es el medio más elevado e infalible, la fuerza más grande. El socialismo no habrá de
ser logrado por ningún otro medio. El Satyagraha puede liberar a la sociedad de todos los males,
tanto políticos como económicos y morales.
Harijan, 20 de julio de 1947.
EL ESTADO NO VIOLENTO

Muchas personas han dicho sacudiendo la cabeza: "Pero usted no puede enseñarle la no-violencia a
las masas. Eso es solamente posible para los individuos, y sólo en raros casos". Eso es, en mi
opinión, un grosero autoengaño. Si la humanidad no fuera habitualmente no violenta, ya se hubiera
destruido a sí misma hace muchas épocas. Pero en el duelo entre las fuerzas de la violencia y las de
la no-violencia, estas últimas siempre resultan triunfadoras al final. La verdad es que no hemos
tenido la suficiente paciencia para esperar, y aplicarnos con todo empeño a difundir la no-violencia
entre la gente, como medio para fines políticos.

Young India, 2 de enero de 1930.

Para mí el poder político no es un fin, sino uno de los medios para capacitar a la gente para mejorar
su condición en todos los aspectos de la vida. El poder político significa la capacidad para regular la
vida nacional por medio de los representantes nacionales. Si la vida nacional llegara a ser tan
perfecta como para regularse a sí misma, no sería necesaria ninguna clase de representación. Hay
entonces allí un estado de anarquía ilustrada. En tal estado cada uno se dirige a sí mismo, y lo hace
en forma tal que nunca llega a ser un impedimento para su vecino. En el Estado ideal, por lo tanto,
no hay poder político porque no hay Estado. Pero el ideal nunca llega a realizarse del todo en la vida.
De ahí la clásica afirmación de Thoreau, que es el mejor gobierno aquel que gobierna a los menos.

Young India, 2 de Julio de 1931.

Pienso con muchísimo temor, en un aumento del poder del Estado, porque, aún cuando
aparentemente hace bien reducir la explotación, produce el mayor daño a la humanidad al destruir la
individualidad, que subyace bajo la raíz de todo progreso.

Lo que desapruebo es la organización basada en la fuerza, pues eso es el Estado. Tiene que haber
organización voluntaria.

The Modern Review, 1935, p. 412.


La centralización como sistema no condice con la estructura no-violenta de la sociedad.

Harijan, 18 de enero de 1942.

En cuanto a la cuestión de si en una sociedad ideal debiera haber alguna clase de gobierno o
ninguna, no creo que debamos de preocuparnos por eso en este momento. Si continuamos
trabajando a favor de una sociedad semejante, lentamente irá convirtiéndose hasta cierto punto en
una realidad, de modo tal que el pueblo pueda beneficiarse por ella. La línea de Euclides no tiene
ancho, pero nadie ha sido hasta ahora capaz de dibujarla, y nunca se podrá. Pero del mismo modo,
sólo hemos podido hacer progresos en la geometría manteniendo en la mente la línea ideal. Lo que
sea verdadero aquí, lo será para todo ideal.

Debe recordarse que en ninguna parte del mundo existe un Estado sin gobierno- Si de algún modo
pudiera convertirse en realidad alguna vez, eso sería en la India; pues el nuestro es el único país en
que, de algún modo, se ha hecho una tentativa. No hemos sido capaces hasta ahora de demostrar
ese valor en el grado necesario, y para cuyo logro existe solamente un camino. Aquellos que tengan
fe en esto último, tienen que demostrarla. A fin de poder hacerlo hay que desterrar completamente el
temor a la muerte, del mismo modo que hemos desterrado el temor a la prisión.

Harijan, 13 de setiembre de 1946.

LA FUERZA POLICIAL

Sugiero que, si queremos que la India evolucione a lo largo de caminos no-violentos, tendrá que
descentralizar muchas cosas. La centralización no puede ser mantenida y defendida sin una fuerza
adecuada. Los hogares sencillos en los cuales no hay nada que robar no necesitan protección
policial; los palacios de los ricos tienen que contar con fuertes guardias que los protejan contra el
despojo. Lo mismo ocurre con las fábricas gigantescas. Organizada en forma rural, la India correrá
menos peligro de invasiones foráneas que una India urbanizada, bien equipada con fuerzas militares,
navales y aéreas.
Harijan, 30 de diciembre de 1939.
Un gobierno no puede llegar a ser enteramente no-violento, porque representa a todo el pueblo. No
puedo concebir hoy una edad de oro semejante; pero sí, creo en la posibilidad de una sociedad
predominantemente no-violenta, y estoy trabajando para que así sea.

Harijan, 9 de marzo de 1940.

Aún en un Estado no-violento, puede ser necesario contar con una fuerza policial. Esto, lo admito, es
una señal de mi imperfecto Ahimsa. No tengo el valor de declarar que podemos arreglarnos bien sin
una fuerza policial, como lo tengo respecto del ejército. Por supuesto, puedo vislumbrar, y lo hago, un
Estado en el que la policía no sea necesaria; pero en cuanto a si podemos llegar a alcanzarlo, sólo el
futuro lo podrá decir.

La policía que yo concibo tendrá, sin embargo, un patrón enteramente distinto del de la fuerza actual.
Sus filas estarán compuestas de creyentes en la no-violencia. Serán sirvientes, y no amos, del
pueblo. La gente les prestará instintivamente toda clase de ayuda, y mediante la cooperación mutua
podrán hacer frente con toda facilidad a los disturbios cada vez más crecientes. La fuerza policial
contará con alguna clase de armamento, pero lo utilizará muy raramente, si es que alguna vez lo
hace. En realidad los policías serán reformadores. Su trabajo policial estará limitado primariamente a
ladrones y estafadores. Las peleas entre capital y trabajo, y las huelgas, serán pocas y espaciadas
entre sí en un Estado no-violento, porque la influencia de la mayoría no-violenta será tan grande que
podrá atraerse el respeto de los elementos principales de la sociedad. Del mismo modo, no habrá
lugar para los disturbios comunales.

Harijan, 1º de setiembre de 1940.

You might also like