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Manual de redaccion e INVESTIGACION DOCU MENTAL Susana Gonzalez Reyna Colombia, Puerto Aico, enexvele Catalogacién en la fuente Gonzélez Reyna, Susana ‘Manual de redaccién e investigacién documental -- 4a ed, -- México - Trilas, 1990 (reimp. 1994) 204 p. :il. ; 25m Incluye indices ISBN 968-24-4057-2 1 Investigaci6n - Metodologia 2. Documentacién. 3. Informes, Redacccién del. t. LC-Q180.A1G6'G6.5 D001. 42'G644m_— 847 La presentacién y disposicién en conjunto de MANUAL DE REDACCION E INVESTIGACION DOCUMENTAL son propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o trasmitida, mediante ningun sistema © métodso, electrénico 0 mecénico (incluyendo el fotocopiado, a grabacién o cualquier sistema de recuperaci6n y almacenamiento de informacién), sin consentimiento por escrito del editor Derechos reservados © 1979, Editorial Trilas, S. A. de C. V., Av. Rio Churubusco 385, Col. Pedro Maria Anaya, CP. 05540, México, D. F. Divisién Comercial, Calz. de fa Viga 1132, CP. 094359 México, D. F. Tel. 6330995, FAX 6330870 Miembro de la Camara Nacional de ia Industria Editorial. Reg. nim. 158 Primera edicién, 1979 Segunda edicién, 1980 (ISBN 968-24-0897-9) Reimpresién, 1982 Tercera edicién, 1984 (ISBN 968-24-1462-8) Reimpresiones, 1986, 1987 y 1988 Cuarta edicién, 1990 (ISBN 968-24-4057-2) Reimpresin, 1991 Segunda reimpresién, enero 1994* Impreso en México Printed in Mexico sta obra se terminé de imprimir el 15 de enero de 1994, en los talleres de Impresora Publimex, 5. A., Calz, San Lorenzo nim. 279-52, Col. Estrella letapatapa, GP. 09880, México, D.F. Se encuademé en Acabados Editoriales Anfre'd, Tapiceria num. 66, Col. 10 de mayo, GP, 15290, México, D.F. Se tiraron 5 000 ejemplares, mas sobrantes de reposicion KC 100 Prélogo Para que nos respeten nuestros lectores es necesario escribir correctamente. Todos sabemos escribir porque desde los primeros afios de instruc- cién escolar nos ensefian las letras, las palabras, las oraciones y los parra- fos. Sin embargo, afios m4s adelante nos percatamos de que esa ensefianza no es suficiente para expresar con claridad lo que pensamos y lo que sen- timos. Se nos manifiesta la necesidad de saber redactar, de saber exponer de manera coherente y precisa las ideas y las emociones. Cualquier persona, si se empefia, puede aprender a redactar con un nivel Iégico-gramatical aceptable; y si le interesa puede alcanzar otros ni- veles superiores y hacer de su prosa no s6lo una comunicacién clara y precisa, sino también elegante. La redaccién no es una entelequia ni un algo imposible. Por el con- trario, es una realidad muy necesaria y de facil alcance, si se le brinda dedicacién y constancia. Aunque con distinto nombre, en casi todos los planes de estudio se contempla la ensefianza de la redaccién. Sin embargo, no basta con este reconocimiento, con este enfatico sefialamiento de su importancia, para que sc logre el aprendizaje. Es necesario instrumentar los cursos vincu- lando Ia teoria con la practica, y enfrentando al estudiante con los pro- blemas de la comunicacién escrita a fin de que los supere. De nada sirven las ideas brillantes si éstas no estan expresadas con claridad y precisién. Una mala comunicacién provoca problemas que pueden tener una gran trascendencia. Las brillantes ideas se opacan al expresarse mal. Los exdmenes se reprueban porque no hay claridad ni coherencia en lo que se dice. Se niega un trabajo porque no se supo escribir la solici- tud. No se publica el trabajo de investigacién porque est4 mal redactado. En fin, quien logra una buena comunicacién logra gran ventaja en todos aspectos. E] objeto de estudio de Ja redaccién est4 dado por la integracién de varias disciplinas particulars. Ellas son: la légica, la semdntica y la gra- mitica, vistas desde la perspectiva del fendmeno de la comunicacién, mismo que las delimita e interrelaciona de modo que cobran un nuevo significado, En otras palabras, si consideramos que el estudio de la redac- cién esta dado por una serie de materias que se estudian en la secundaria y la preparatoria, de manera implicita el estudiante al cursarlas estaria aprendiendo a redactar. Mas no es asi. La cuestién esté en la nueva significacién que adquieren estas disciplinas al interrelacionarlas e inser- tarlas dentro del proceso de la comunicacién. Y, paralelamente, a los ejercicios especificos que complementan el estudio tedrico y que estén encaminados a lograr una buena composici6n. Mediante el aprendizaje de las definiciones y las reglas se comprende la teoria, pero sélo con Ja practica se logra una buena comunicacién. De esta unidad, en constante retroalimentacién, se consigue una redac- cién clara, precisa y, gpor qué no?, elegante. A riesgo de parecer dogmatica y parcial me atrevo a sefialar el estu- dio de la redaccién como uno de los pilares basicos en la formacién esco- Jar y profesional del individuo. Y cuando me refiero al estudio de la redaccién, estoy implicando en ello todo el fenémeno lingiiistico reque- rido en la comunicacién, asi como todos aquellos otros elementos grama- ticales y légicos que acompafian a la comunicacién y sin los cuales se corre el riesgo de no hacerse entender. Un buen curso de redaccién deber4 combinar la ensefianza tedrica, concentrada en férmulas sencillas, con distintos textos ejemplares que sir- van como apoyo didactico. La prdctica, por el contrario, deberd ser abundante y nunca habr4 ejercicios de mds, todos son indispensables. La necesidad de redactar se presenta a diario, no desperdiciemos la opor- tunidad de aprender con ello también, El Manual de redaccién e investigacién documental esta hecho pen- sando en todo lo dicho. No es un manual de comunicacién, es el resultado de la integracién de varios conocimientos vinculados estrechamente con el fenémeno de la expresién, y vistos desde el 4mbito de la comunicacién. El propésito de éste es ensefiar, a cualquier persona interesada en obtener una comunicacién eficaz, los requerimientos tedricos basicos para expresarse con claridad y precisién. Asimismo se le concede especial im- portancia al estudio de las técnicas de investigacién documental. De nada servir4 que el estudiante se exprese con correccién si no tiene nada que decir. Para informar, antes necesita informarse. 6 — Prélogo En consecuencia, la disparidad entre la redaccién y las técnicas de investigacién documental es aparente. Son dos campos de estudio separa- bles, pero su conjuncién en este manual cumple la funcién especifica de ensefiar al estudiante a informarse —técnicas de investigaci6n documen- tal— y a informar —redaccién. Los requerimientos escolares —trabajos y ex4menes— obligan al alumno a indagar sobre distintos fendmenos, cada uno de los cuales re- quiere de técnicas especificas; mas ninguno se escapa de las técnicas basicas: consulta de documentos, y especificamente de libros, registro de informacién y presentacién de trabajos monograficos. El manual, entonces, ademfs de la légica, la sem4ntica, la morfosin- taxis y las formas de la expresién lingiiistica, comprende el proceso de la investigacién en sus fases principales: eleccién del tema, plan de trabajo, registro y ordenamiento de la informacién y redaccién de la monografia. Como podré apreciarse no descubro cosas nuevas, sdlo me limito a integrar conocimientos dispersos a fin de que adquieran un nuevo prop6é- sito comun, y que, ademés, faciliten el aprendizaje. Cada capitulo del manual est4 integrado por una parte teérica y una practica. Cabe aclarar que estas unidades son reducidas y constituyen la prdctica minima para alcanzar los objetivos. Sin embargo, por tratarse de ejercicios representativos, el estudiante puede elaborar sus propias prActicas con base en ellos y de acuerdo con sus necesidades personales. La correccién de los ejercicios la puede hacer el mismo estudiante consultando el manual. De este modo reforzar4 su aprendizaje. Por ultimo, la secuencia que guardan las unidades del manual puede alterarse a voluntad del estudiante para satisfacer las necesidades de aprendizaje personal. Susana GonzALez REYNA Protogo 7

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