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¿EXISTE EL INFIERNO?

Es bien sabido por todos que supuestamente en el infierno pagarán sus penas las
almas que no hayan cumplido con los mandamientos instaurados por su dios. Pero
analicemos de donde viene realmente el mito del infierno para poder concluir si
realmente existe ese sitio o solamente es una invención de la iglesia para mantener
atados a sus fieles con el terrorismo de la existencia de un infierno donde "será el
llanto y rechinar de dientes" (Mt 8,12).

Si nos remontamos al libro del génesis donde se dice: "Voy a exterminar al hombre
que creé sobre la faz de la tierra, y con el hombre a los ganados, reptiles y hasta
aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho" (Gen 6,5-8) vemos que dios no es tan
omnisciente como piensan muchos fundamentalistas que siguen la biblia al pie de la
letra. Él debió saber antes de crear al hombre, el arrepentimiento que iba a sentir y
así evitar la creación del supuesto infierno para las almas de los hombres que no
cumplan sus mandatos. Pero veamos si realmente fue dios o Jesús quien implantó
el infierno o solamente es un invento de la iglesia para mantener atados sus fieles y
evitar que su institución se acabe.

Si se lee el antiguo testamento de la biblia católica, se puede notar claramente que


allí se presenta un dios vengativo, un dios que no inspira amor sinó temor (Lev
26,14-45, Dt 28,15-45, Ex 20,5 y otras) donde se nota un dios vengativo,
psicópata, machista, sanguinario y guerrero. Pero en ninguna parte del antiguo
testamento se nombra ni una sola vez lo que hoy conocemos como infierno

En el nuevo testamento vemos una repentina aparición de un dios todo amor y


bondad además de un infierno que no aparecía en el antiguo testamento (Mc 9,43-
49, Mt 5,29; 8,12; 13,42-50; 22,13; 24,51; 25,30). ¿Nota algo el lector?... El autor
que más habla del infierno es el que escribió Mateo, los otros en ninguna parte lo
mientan, y si lo hacen es de manera esporádica sin darle trascendencia.

El "verdadero" significado al infierno es dado posteriormente por la iglesia católica y


más exactamente en el concilio de Florencia en 1442 después de muchos años de
disputas teológicas entre creyentes en el infierno como un lugar para purgar penas
para después ascender al paraíso eterno y los que firmaban que al infierno se iba
eternamente. En este concilio se proclamó que todas las personas NO CATÓLICAS
se van para el infierno. Quinientos años más tarde en el concilio vaticano II (1962-
1965) se declaró que quien no fuera católico desde nacimiento tendría el cielo, pero
quien se retire de la religión católica para pasarse a otra (apostatar) después del su
muerte arderá en el infierno eterno.

Los niños no bautizados irán a un lugar similar al infierno llamado limbus, donde
sufrirán menos que los condenados a las llamas eternas. Así con esta estrategia las
madres irán prontamente a bautizar sus hijos matriculándolos en una religión de la
cual ni ellas mismas saben si seguirán, todo es con el temor de no ir a caer en las
llamas del infierno. Una aterradora forma de ganar más borregos seguidores.

Jesús, como puede leerse en la biblia no le da mucha trascendencia al infierno y


aunque compartiera ideas apocalípticas, solamente menciona el infierno con
expresiones fijas y tradicionales; su mensaje es sin duda, alegre y no amenazador,
como lo quiere tergiversar la iglesia (y no solo la católica) para así evitar que se
genere una deserción masiva de sus filas de fieles y borregos temerosos.
La concepción de infierno ha cambiado muchas veces durante la historia, según se
desarrolle sociopolíticamente la iglesia y sus arcas. Muchos teólogos desde hace
muchos años hasta nuestros días, viven en constantes contradicciones sobre el
infierno.

En cada concilio hay cambios radicales con respecto al infierno, Jesús nunca le dio
mayor trascendencia a este lugar, no existe prueba alguna sobre la existencia del
infierno donde habita el señor del mal, es más, ni siquiera Pablo (el escritor más
antiguo del nuevo testamento) que utiliza expresiones bastante radicales y cínicas,
no habla en absoluto del infierno.

¿Qué se puede concluir?, Que el infierno no es más que una estrategia religiosa
para mantener la sociedad atada a una institución por temor a caer en las llamas
del infierno, sabiendo que éstas mismas han sido inventadas por ellos y las han
manipulado a su antojo a través de toda la historia con los distintos concilios para
mantener viva su institución por medio del temor natural a la muerte.

Documento elaborado por David Andrés Galeano (davidgaleano@edatel.net.co)

Copyright © 2002

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