You are on page 1of 151

POR FAVOR,

SEA EXITOSO

CÓMO CREAR UNA VIDA


EXTRAORDINARIA

DAVID MONTALVO
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los
titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la
reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o proce-
dimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamiento informático.

© 2002, David Montalvo


© 2002, deauno.com (de ELALEPH.COM S.R.L.)

contacto@elaleph.com
http://www.elaleph.com

Primera edición

ISBN

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en el mes de enero de 2003 en


Imprimir Online S.A., Av. L.N. Alem 618,
Buenos Aires C1001AAO, Argentina.
DAVID MONTALVO

POR FAVOR,
SEA EXITOSO
Cómo crear una vida
extraordinaria

Ediciones deauno.com
PRÓLOGO
¿Cuántas veces en su vida ha escuchado la pa-
labra ÉXITO? ¿Cómo define el éxito? ¿Se
siente un ser exitoso? ¿Está llamado a serlo?
Tal vez ha conocido a alguna persona que es muy
exitosa, pero... ¿qué hacen, cómo piensan, qué sienten y
qué dicen esos seres que parecen de otro planeta?
El éxito en nuestros días puede tener muchas in-
terpretaciones, pero sólo tiene un objetivo. Para algunos,
representa ser famoso y salir en la televisión; para otros,
ser directores de una empresa multinacional; otros, se
conformarían con una pequeña mansión y una isla para
los días de vacaciones; algunos más, ven el éxito como
tener un club de admiradoras o admiradores.
Pero definitivamente, como diría Franco Soldi, sea
cual sea su definición de éxito, el objetivo principal es la
autosatisfacción de saber que hace lo máximo, para llegar
a ser lo mejor que es capaz de ser.
Muchos lo quieren, pero pocos lo consiguen.
Mientras el resto del mundo se la pasa anhelando el
éxito en esos pequeños instantes pasajeros de su vida
como el dinero, la fama, el trabajo y el placer, hay otras
personas –muy pocas por cierto– que trabajan día a día

7
8 DAVID MONTALVO

para lograr un éxito integral no en cierta parte de lo que


hacen, sino en toda su vida, haciéndola realmente ex-
traordinaria.
Se trata de esas personas que no son exitosas de
momento, que no dependen de tener una cuenta en el
banco o una pareja modelo a su lado para “ser alguien”;
sin embargo, en todo momento son seres inigualables.
No se trata de descubrir el hilo negro; todos, abso-
lutamente todos, han sido llamados a ser como estos úl-
timos: hombres comprometidos con su misión, con su
historia, con su mundo, a ser excelentes en todas las áreas
de su vida.
Es ahí donde nos centraremos en este camino al
éxito definitivo.

“Los que triunfan no son los que siguen las huellas


de los demás, sino los que hacen su propio camino”

Tenía catorce años cuando escribí ese pensamien-


to, y cuando empezaron a surgir en mí las ideas para ha-
cer una transformación en mi vida. Por diversas razones,
ese proyecto no pudo continuar como hubiera querido,
pero la semilla de lograr mis más altos sueños, seguía
viva.

No fue sino hasta hace un año, que renació esa idea


y decidí lanzarme a la aventura de arriesgarlo todo, con
tal de obtener resultados diferentes a los que ya tenía,
con tal de conquistar metas altas y hacer un camino per-
sonal que cumpliera con la misión que tengo encomen-
dada.

Todo lo que viví en ese tiempo, todas las estrate-


gias que seguí y los métodos que empleé para llegar al-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 9

canzar cosas inesperadas –pero inmensamente positivas–


da como resultado este libro.
Lo comparto en este momento con usted; es para
mí un privilegio hacerlo y más lo será, si le saca el máxi-
mo provecho posible.
Será un trayecto que iremos recorriendo juntos; di-
fícil, claro está, lleno de incertidumbre tal vez, pero tam-
bién repleto de sorpresas, sentimientos y alguna que otra
duda, que se irá aclarando mientras vaya avanzando.
Déjese llevar por las palabras; es el momento per-
fecto que le habían reservado desde hace mucho tiempo,
para hacer un alto en su vida y encontrar, a lo mejor,
aquella respuesta que tanto ansiaba.

DOCE, es el número mágico de nuestro recorrido;


serán las diversas estaciones donde pararemos; cada una
de ellas nos transportará a vivir diversas experiencias,
recuerdos, imágenes y obtendremos recursos valiosos que
nos servirán no sólo en nuestro camino de este momento,
sino en el de la vida diaria.
Es recomendable que lea el libro en orden, porque
está escrito de forma que vaya abarcando, poco a poco,
cada una de las áreas que integran la vida del ser huma-
no. Aunque al finalizar, puede regresar al capítulo que
mejor le haya servido para obtener más ideas.
He tocado temas como: el conocimiento de uno
mismo; la posibilidad de hacer cambios; el sentido autén-
tico de su vida; las cuatro áreas más importantes que tie-
ne que mantener estables; cómo proponerse sueños y
brincar los obstáculos que le impiden realizarlos; el valor
universal de las ideas puestas en acción; saber decidir y
hacerlo con agilidad; planeación estratégica para lograr el
mayor número de resultados; una nueva manera de ver
las situaciones que vive a diario; dar sin esperar recibir
10 DAVID MONTALVO

algo a cambio; dejar huella y, para cerrar con broche de


oro, un mensaje final para lanzarlo al campo de batalla.
Todo esto con pensamientos y reflexiones de gran-
des hombres exitosos, y alguna que otra anécdota y metá-
fora que podrá trasladar al momento que está viviendo
hoy por hoy.

Espero que disfrute de su lectura, tanto como yo lo


hice al escribir el libro.
No olvide que, para ser exitoso, es cuestión de que
quiera serlo y ponga los medios específicos para lograrlo.
Este puede ser un buen camino, para iniciar su
gran travesía a la cumbre de la realización de sus más
anhelados sueños.
No tenga miedo de descubrir el plan tan grande
que se tiene preparado para usted.
Comience su vuelo, yo lo iré acompañando, y muy
pronto estaremos viviendo una experiencia única, dife-
rente y que lo llevará a hacer algo que muy pocos logran:
¡TRASCENDER!

Gracias y muchos éxitos.

El autor
CAPÍTULO I
Lo único necesario
“Volar es darle sentido a tu vida para transformar tu
personalidad, definir tus actitudes, alcanzar tus metas
y entender para qué y para quién vivir. Volar es elegir
tu hacer futuro pensando en los demás dejando atrás
odios, mentiras y miserias. Es amarse y amar a los
demás”
-Alfonso Lara Castilla-

C uentan que un joven tenía el sueño de trabajar


en una empresa multinacional antes de casar-
se. Después de varias citas y llamadas telefónicas, obtuvo
una entrevista en una prestigiosa compañía. Al llegar a la
reunión con el director de recursos humanos estaba un
poco nervioso y, con una simple pregunta, se terminó su
oportunidad.
Le preguntaron: ¿qué me puede contar de usted?
El joven, sin preocupación alguna, comenzó a relatar sus
múltiples experiencias en el área de la mercadotecnia y
sus grandes hazañas en la universidad; obviamente, dijo
algo referido a su mención de promedio de excelencia y

11
12 DAVID MONTALVO

una que otra aparición en los periódicos, los varios diplo-


mados que había cursado y, desde luego, para que se
escuchara un poco más interesante, le comentó que su
misión en la vida era: “realizarse como ser humano”
¡cuando ni siquiera conocía el significado de la frase!
–Disculpe que lo interrumpa, pero a lo mejor no
entendió la pregunta: ¿qué me puede contar de usted?
–le dijo el señor con algo de risa.
El joven se quedó callado y nervioso, no pudo con-
testar a algo tan simple. No le estaban pidiendo sus di-
plomas o reconocimientos, ni siquiera su promedio en la
universidad o a cuánta gente conocía, si tenía propieda-
des o un automóvil último modelo. Lo único que quería
el ejecutivo de la empresa, era que hablara de él mismo
como ser humano: como usted y como yo.
Cuántas veces en la vida somos expertos en detallar
nuestro impresionante “Curriculum Vitae”, pero ¡ah,
cómo se nos complica describirnos tal y como somos!
Vamos tan deprisa por el mundo, que ni siquiera sabemos
quiénes somos, a dónde vamos, o cómo vamos a hacer
para alcanzar lo que queremos.
Si vamos a hablar de una “cultura del éxito” –que a
fin de cuentas es un camino para llegar a la cumbre, con
los líderes de líderes que en verdad dejan una huella en
los demás– primero tenemos que conocernos, para des-
pués entendernos y así superarnos.
Pero no, conocernos por nuestros logros o fracasos,
carreras, maestrías o doctorados, ni mucho menos por
nuestra capacidad económica, sino por algo más impor-
tante: lo que llevamos adentro.
A veces es difícil hacer un alto en nuestra vida para
quitarnos todas las máscaras que nos hemos impuesto,
para descubrirnos como lo que realmente somos: seres
humanos con cualidades y defectos, pero con un poten-
cial maravilloso. Por supuesto que cuesta sacar ese ver-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 13

dadero “yo”, pero es indispensable hacerlo para vivir


tranquilos.
Siempre me he preguntando: ¿De dónde vienen
esas famosas “caretas” con las que tapamos nuestros ros-
tros? ¿Por qué a veces ni siquiera nos podemos mirar en
un espejo?
Todo se ha ido transformando con el paso del
tiempo; desde que éramos pequeños nuestros padres nos
formaron en ciertos valores, que luego nuestros amigos
fueron cambiando; después, a lo mejor lo hizo nuestra
pareja, o una persona muy importante en nuestra vida; la
sociedad en sí, también agregó de su cosecha y fue po-
niendo en nosotros diversas personalidades para que
–como cualquier político en campaña– termináramos
“actuando” y diciendo a cada cual lo que quiere escu-
char.
Somos unos “ángeles” bajados del Cielo cuando es-
tamos en nuestra casa, pero con nuestros amigos somos
totalmente lo contrario. Con los maestros somos excelen-
tes alumnos, pero cuando están hablando mal de alguien,
somos los primeros en criticar.
En fin, en nuestra corta o larga vida –que no le per-
tenece a nadie más que a nosotros mismos– todo el mun-
do resultó parte importante de la historia; cada una de las
personas que conocimos, le fue metiendo de su propia
“sopa” para convertirnos en una increíble mezcolanza de
ideas, frases, personalidades, formas de pensar y de sen-
tir.
Creo que ha llegado el momento de tomar el timón
de nuestra existencia y comenzar a caminar con nuestros
propios pies.
Roosevelt comentó alguna vez la frase: “Haz lo que
quieras, con lo que tengas, donde estés”.
Tenemos la grandiosa oportunidad de ser estrellas
únicas que dejen una estela que nunca se termine. Si
14 DAVID MONTALVO

somos lo que tenemos que ser, podemos hacer lo que


queramos, como lo queramos, y a la hora que queramos.
A veces causa risa, pero sucede en muchas ocasio-
nes que los seres humanos pedimos libertad e indepen-
dencia, y ni siquiera estamos libres de nosotros mismos.
Somos tan esclavos de nuestros placeres, modas, pasiones
y apegos, que en tanta supuesta búsqueda de libertad nos
perdemos y nos encerramos en nuestra propia vida.
Para continuar este camino al éxito, debemos saber
con qué contamos porque, por lo menos, ya tenemos en
mente qué deseamos en forma general: llegar a ser per-
sonas exitosas en este siglo XXI. Ya usted tendrá su for-
ma particular de canalizar ese éxito, donde más lo
necesite.
Si este libro lo estuviéramos leyendo en una isla
desierta, que creo sería la prueba más emocionante y
divertida en esta vida, ¿con qué contaríamos para llegar a
ser exitosos? ¿Con alguna que otra palmera y sus cocos?
¿Con el chimpancé que ya hasta se hizo su gran amigo?
Lo más lógico sería contar con algún alimento, o
dinero, pero recordemos que muchas cosas que ahora
consideramos importantes, ya no nos servirían en ese
lugar.
Es por eso que existe una respuesta que duele,
desde luego, pero que si la vamos repasando en nuestra
vida, será la frase definitiva del éxito.
En esa isla desierta, a la que le puede poner como
usted quiera, con lo único que contamos es con el hecho
de que usted puede tocar su corazón y sentir su respira-
ción, y saber, por lo tanto, que ¡está vivo!
Así es, está vivo, sólo necesita estar con vida en esa
isla, para ser realmente una persona exitosa y plenamente
feliz.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 15

Inclusive un acompañante podría hacer esos mo-


mentos diferentes, pero no sería indispensable para que
se realizara como ser humano.
Lo mismo sucede en las pequeñas islas de la vida,
en las que pueden surgir distracciones que supuestamen-
te son las “claves” del éxito: un automóvil, un millón de
dólares, o la casa de sus sueños.
Todo eso, simplemente es el resultado de su es-
fuerzo; pero, lo único con lo que cuenta hoy por hoy, es
con su propia vida.
Sin embargo, tristemente, es a lo último que noso-
tros le ponemos atención.
“Conocerse a sí mismo”, no lo va a hacer mediante
un curso de superación personal de tres días, ni tampoco
le aseguro que leyendo este libro va a conocerse como la
palma de su mano, pero sí le puedo ofrecer las herra-
mientas necesarias para que visualice un panorama mu-
cho más amplio del que tenía, y descubra que sus sueños
van más allá de donde esperaba.
A lo mejor parece más sencillo sentarse en el diván
y recordar el pasado, pero ¿por qué no ponerse de pie,
conocer cómo somos, qué queremos, y afrontar el presen-
te tal cual es?
El conocerse a sí mismo, no sólo es algo positivo,
sino “lo único necesario” para iniciar nuestro proceso
hacia el éxito, en este nuevo siglo de tantos retos y opor-
tunidades.
Nadie ama lo que desconoce; así como a nosotros
nos gusta conocer a la otra persona, cómo es, sus gustos y
preferencias para poder convivir mejor con ella, es mucho
más importante intimar con nosotros mismos y saber con
qué contamos, para empezar a valorarnos realmente, tal y
como somos.
Pero, ¿qué tan difícil es conocerse? Es tan sencillo
o complicado como usted quiera que sea. Conocer la ver-
16 DAVID MONTALVO

dad es algo que cuesta mucho, pero a la larga nos va a


quitar muchas telarañas que nos impedían, por ejemplo,
lograr grandes proyectos que teníamos empolvados, por-
que no sabíamos ni por dónde empezar.
Así como sucede con otra persona, conocerse es
cuestión de tiempo y de actitud. Hay que dedicar siem-
pre unos minutos al final del día para valorar las actitudes
y actividades que tuvimos, hacer un pequeño “examen
personal” para así descubrir nuestros errores, planear un
propósito para el día siguiente y tenerlo en mente, para ir
mejorando poco a poco.
Otra de las cosas que también ha dado resultado en
mi vida, es preguntarle a una persona de mi confianza,
para que me oriente en mi carácter y mi forma de ser con
los demás. A veces vivimos tan deprisa, que ni siquiera
tenemos tiempo para ver cómo nos estamos comportan-
do, y si con nuestra forma de ser no estamos dañando a
otros.
Tenemos que estar con los ojos abiertos, y alertas
para cambiar cualquier detalle que valga la pena. Siem-
pre debemos preguntar a una persona que nos conozca
desde hace tiempo, para ir balanceando entre nuestra
propia perspectiva y la que está fuera de nosotros.
Hay una vieja anécdota que me platicaron, sobre la
importancia de ser lo que realmente somos; creo que es
adecuada, por el hecho de que muchas veces hay un gi-
gante dormido dentro de nosotros, pero todo es cuestión
de conocerlo, despertarlo y ponerlo a trabajar.

Érase una vez un hombre que, mientras caminaba


por el bosque, encontró un aguilucho. Se lo llevo a su
casa y lo puso en un corral, donde pronto aprendió a co-
mer la misma comida que los pollos y a conducirse como
éstos.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 17

Un día, un naturista que pasaba por allí le preguntó


al propietario por qué razón el águila, el rey de todas las
aves y los pájaros, tenía que permanecer encerrada en el
corral con todos los pollos.
–Como le he dado la misma comida que a los pollos
y le he enseñado a ser como un pollo, nuca ha aprendido
a volar –respondió el propietario– se conduce como los
pollos y, por lo tanto, ya no es un águila.
–Sin embargo –insistió el naturista– tiene corazón
de águila y con toda seguridad, se le puede enseñar a
volar.
Después de discutir un poco más, los dos hombres
convinieron en averiguar si era posible que el águila vola-
ra. El naturista la cogió en brazos suavemente.
–Tú perteneces al cielo, no a la tierra. Abre las alas
y vuela –le dijo.
El águila, sin embargo, estaba confusa; no sabía qué
era y, al ver a los pollos comiendo, saltó y se reunió con
ellos de nuevo.
Sin desanimarse, al día siguiente el naturista llevó
al águila al tejado de la casa.
–Eres un águila. Abre las alas y vuela –le dijo para
animarla.
Pero el águila tenía miedo de su yo y del mundo
desconocido y saltó una vez más en busca de la comida
de los pollos.
El naturista se levantó temprano al tercer día, sacó
al águila del corral y la llevó a la montaña. Una vez allí,
alzo al rey de las aves y lo animó nuevamente.
–Eres un águila. Eres un águila y perteneces tanto
al cielo como a la tierra. Ahora, abre las alas y vuela –le
dijo.
El águila miro alrededor, hacia el corral, y arriba,
hacia el cielo. Pero siguió sin volar. Entonces, el naturista
la levantó directamente hacia el sol; el águila empezó a
18 DAVID MONTALVO

temblar, a abrir lentamente las alas y, finalmente, con un


grito triunfante, voló alejándose en el cielo.

Es posible que el águila recuerde todavía a los po-


llos con nostalgia; hasta es factible que, de cuando en
cuando, vuelva a visitar el corral. Todos sabemos que el
águila nunca ha de vivir una vida de pollo. Siempre fue
un águila, pese a que fue mantenida y domesticada como
pollo.
Recordar que cuando el alumno está listo, el maes-
tro aparece. El águila estaba lista para volar y apareció la
persona que le dio el ánimo para hacerlo.
Hay veces que nosotros mismos encontramos esa
chispa que nos ayuda a lanzarnos a volar por lugares que
nunca hemos visitado.
No tengamos miedo de encontrarnos con nosotros
mismos, tomemos unos cuántos minutos para darnos
cuenta de quiénes somos realmente y a qué estamos lla-
mados. Porque ya cuando nos conocemos, encontramos
miles de posibilidades para trascender, y mientras más
alternativas se nos presenten, mayores posibilidades de
éxito habrá.
Pero, por si algo falla, ¿es posible cambiar?
CAPÍTULO II
¿Puedo cambiar?
“Nada que valga la pena se obtiene gratuitamente:
todo tiene un precio. En este caso, el precio es el
cambio, un salto de nivel que será como una
transmutación alquímica que te convertirá de
plomo en oro”.
-Salvador Carrión-

“D éjenme en paz, yo soy así y no voy a cam-


biar”.
Esta frase la he escuchado en diversas ocasiones, y
muchas veces con el mismo resultado. Seres humanos
que se oponen a toda costa a esa palabra que causa esca-
lofríos en toda la sociedad: el cambio. En la empresa se
tiene miedo a cambiar los productos o a contratar perso-
nal, en la escuela se tiene miedo de cambiar la forma de
enseñanza, un restaurante tiene miedo de cambiar de
comida.
En nuestra vida sucede algo muy similar. Vamos
remando por la misma corriente que siempre hemos se-
guido, nos cuesta dejar la vida pasada para trasformarla en
una nueva, más próspera y con más expectativas de éxito.

19
20 DAVID MONTALVO

Sin embargo, también es muy cierto que si seguimos


haciendo lo que siempre hemos hecho, no llegaremos
más allá de donde siempre hemos llegado.
Es por eso que, hacer un cambio en cualquier as-
pecto de nuestra vida, es una catapulta segurísima para
conseguir grandes logros inimaginables.
A pesar de la resistencia que ponemos al cambio, al
pasar los años nos damos cuenta que la mayoría de las
personas llegan a hacer ese giro de 180 grados en sus
vidas, que tanto habían esperado; a veces de forma posi-
tiva, en otras negativa pero, a pesar de todo, cambian.
¿Por qué sucede esa transformación en las perso-
nas? ¿Casualidad o constancia en nuestros hábitos?
Recuerdo mucho aquel ejemplo que, de adolescen-
tes, veíamos en la clase de Química: una vela, por más
que se queme y se derrita conserva su estado de cera. Tal
vez deja de ser vela, pero el color, la cera, y algo de su
forma, todavía quedan presentes a pesar de haberla ex-
puesto al fuego.
Parece complicado librarnos de nuestra forma de
ser, carácter, hábitos, depresiones o crisis existenciales.
Todo eso es verdad, ¡pero no es absoluta! Hay maneras
de cambiar toda la forma y la estructura de la vela –antes
de quemarla– para hacer una figura totalmente distinta,
inclusive de otro color.
¡Y podemos intentar algo para comenzar a realizar
este cambio! Lo primero, es querer que suceda. Estoy
seguro que todas las personas, a pesar de las circunstan-
cias, pueden cambiar en cualquier momento de su vida,
siempre y cuando ellas mismas deseen cambiar. Nada ni
nadie hará que lo hagan. Si quieren perder unos kilos de
más, dejar de fumar, o alegrarse la vida un poco, por más
que se presenten con los mejores nutricionistas, doctores
o psicólogos, si los interesados no lo desean y no ponen
su voluntad, nunca lograrán el cambio.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 21

Por más que la tristeza o la desesperanza abunden


en nuestra vida, siempre hay una posible solución para
hacer ese “click” que nos llevará al convencimiento que
necesitamos, para emprender el camino que nos conduz-
ca a cualquier meta que nos propongamos. Ese “click”
para el cambio, puede llegar a base de una experiencia
negativa o un motivador positivo que tengamos a futuro.
Nadie actúa si no tiene en mente un objetivo a lograr.
Es por eso que tenemos que escribir al menos cinco
motivadores por los cuales queremos hacer ese cambio.
Cuando estemos en plena lucha, los recordaremos y nos
darán los alicientes necesarios para seguir trabajando con
mucha tranquilidad, y teniendo la satisfacción de que
estamos dejando un posible bien menor, por un bien
mucho mayor.
Veamos un claro ejemplo para una persona que
quiere cambiar su carácter: cada persona que quiere rea-
lizar cambios en un aspecto de su vida, debe de tener
cinco motivadores.
El primero de ellos, debe ser la situación negativa
por la cual estaba pasando, que sea la que le recuerde las
situaciones desagradables que había tenido, con el fin de
darse cuenta que el comportarse de esa forma no le ha
dado ningún resultado positivo.
Ejemplo: un fracaso en sus relaciones sentimenta-
les, haber engordado 20 kilos, despido del trabajo, o
cualquier otro factor que lo haya afectado negativamente.
De ahí partimos a las ideas a futuro, o a los “moti-
vadores a futuro” que nos ayudarán a enfocarnos en las
soluciones del problema para realizar el cambio, como:
ampliar el grupo de amistades, buscar la tranquilidad y
paz interior, encontrar un nuevo trabajo, o mejorar la
relación familiar.
22 DAVID MONTALVO

Hay que visualizar mentalmente los motivadores a


futuro como una imagen brillante y a colores, por encima
de la situación negativa que estaría en blanco y negro.
Si los recordamos día a día y ponemos los medios,
obtendremos el tan ansiado cambio.
Por lo tanto, tenemos:

1. Fracaso en sus relaciones sentimentales, “mo-


tivador negativo”.

Y luego, las ideas a futuro, para realizar el cambio.

2. Ampliar su grupo de amistades


3. Conseguir la tranquilidad y paz interior
4. Encontrar el trabajo que siempre había soñado
5. Mejorar la relación en la familia

Se escucha sencillo pero, como todo en esta vida, se


requiere de tiempo y, sobre todo, de mucha perseveran-
cia. Hay veces en las que pensamos que el cambio es algo
que va a surgir de la noche a la mañana, nada más por
nuestra cara bonita, pero es una tarea para las personas
que viven intensamente y luchan por estar en constante
evolución.
Una vez, en una conferencia a un grupo de jóvenes,
les hice una pregunta: ¿a quién de ustedes le gustaría
cambiar algo en su vida el día de hoy? Todos levantaron
la mano.
Después les pregunté: ¿quién de ustedes está ha-
ciendo algo para lograr ese cambio? De los cincuenta,
respondieron tres o cuatro personas.
Y pasa lo mismo cuando hablamos de que Fulanito
necesita cambiar, qué mal carácter tiene Menganito, ya
no soporto a Perenganito. Pero cuando nos cuestionamos
POR FAVOR, SEA EXITOSO 23

a nosotros mismos, salimos en nuestra propia salvación y


rápidamente contestamos: ¡ah, no! ¡Yo estoy perfecto!
Así como somos responsables de nuestra felicidad,
sucede lo mismo con el cambio que queramos obtener en
cualquier aspecto.
Somos actores principales de nuestra vida, de noso-
tros depende si somos diferentes o si seguimos caminan-
do por donde va toda la gente.
Porque, tristemente, hacemos que las otras perso-
nas también sean responsables de nuestro cambio.
No se trata de irnos adecuando a las necesidades de
cada persona, sino de ser auténticos, originales y autosu-
ficientes. Porque a lo mejor nunca podremos cambiar las
actitudes que tiene nuestra pareja, o el vicio de nuestro
padre, o los problemas que viven los jóvenes, pero sí po-
demos cambiar muchas cosas de nuestra propia persona-
lidad, para vivir desde otra perspectiva.

Hay límites, desde luego; no podemos transformar


el planeta con un toque mágico, ni le puedo proponer
técnicas de un solo día para ser otra persona. Pero si hay
voluntad, firmeza, coherencia de vida y esfuerzo humil-
de, se pueden abrir más caminos para construir una vía
más viva al caminar.
No nos preocupemos por todo aquello que no po-
demos cambiar o que no está a nuestro alcance, porque
nos quedamos en esas cosas y, a lo que verdaderamente
sí podemos hacer, ni siquiera le prestamos atención.

Como dice Jimmy Dean, “no puedo cambiar la di-


rección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar
siempre a mi destino”.

Y para llegar a ese destino –o para terminar una ca-


rrera de cinco kilómetros– hay que empezar con el pri-
24 DAVID MONTALVO

mer paso. Además de desear ese cambio con nuestro co-


razón y nuestra mente, hay que poner en acción todos los
medios necesarios para irlo logrando.
Si algo distingue a los filósofos, es su capacidad de
asombro. Nunca podemos perder esa característica ini-
gualable de estar siempre a la expectativa por lo que su-
cede. Por eso mismo, hay que estar siempre pendiente
de lo que necesitamos cambiar.
No podemos concentrarnos en veinte puntos, si es
que necesitamos cambiarlos para mejorar. Pero si en cada
mes o cada semana, nos proponemos cambiar aunque sea
un aspecto de diversas áreas, ¡ya se imaginarán el resul-
tado que tendremos en un año!
La pluma es más potente que la mejor memoria.
Por lo tanto, hay que hacer nuestro Plan de cambio per-
sonal por escrito estableciendo, al menos, una meta cen-
tral y objetivos mensuales o semanales, según estemos
dispuestos.
Este plan lo tendríamos que tener en un lugar visi-
ble, puede ser en nuestro cuarto, la oficina, o cualquier
otro sitio por el que pasemos varias veces al día.
Entre los objetivos existen muchísimos como los
que ya propuse y algunos otros: bajar una determinada
cantidad de kilos, dejar de fumar, comenzar a hacer ejer-
cicio, lograr una cierta calificación en la escuela, ¡hasta
reírse más o conseguir un trabajo!
Para que estos cambios vayan dando mayores resul-
tados, tienen que tener un beneficio extra, además de los
motivadores a futuro que nos trazaremos. De vez en
cuando, es bueno darnos una palmadita en la espalda.
Sería excelente que, por cada esfuerzo que vaya
haciendo en sus objetivos a corto o largo plazo, se regale a
sí mismo algún reconocimiento personal, que puede ir
desde algo material, hasta un muy buen descanso.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 25

Mientras más vaya avanzando, se sentirá una per-


sona realmente diferente, obtendrá resultados nunca
esperados y creo que, en verdad, se lo merecerá.
Todos soñamos con cambiar algún aspecto de nues-
tra vida. Pero muy pocos emprenden ese camino al éxito
definitivo. Sea uno de ellos y recuerde que con un pe-
queño “click” que usted mismo puede sugerir y soñar a
futuro, encontrar la motivación suficiente para nunca caer
y estar al pie del cañón, en esta época de cambio y evolu-
ción.

¡Estoy seguro de que puede y VA A CAMBIAR!


Porque así va a encontrarse con el verdadero senti-
do y valor de su vida.
CAPÍTULO III
La aventura de vivir
El éxito es una escalera por la que puedes subir
con las manos en los bolsillos.
-Anónimo-

E n medio de un proceso hacia el cambio defini-


tivo en nuestra vida, sería conveniente recor-
dar aquellas metáforas que la Madre Teresa nos enseña-
ba “La vida es un juego... diviértete, la vida es una lu-
cha... empréndela”.
Hay que pasar por la tormenta y por la calma, por el
éxito y los obstáculos, por las tristezas y las alegrías, por-
que de todo esto está llena la vida.
Tenemos que ser nosotros mismos, aceptarnos y
cambiar lo necesario; pero también es importante darle
ese “sabor especial” a todo lo que hacemos, para que
nuestras actividades sean realmente extraordinarias y
dignas de ser recordadas.
Cada uno hace de su vida un cielo o un infierno,
dependiendo de su propia actitud. Podemos pasar por las
situaciones más desagradables y sonreír a todo lo que

27
28 DAVID MONTALVO

acontece. Pero, por otro lado, podemos pasar por las si-
tuaciones más alegres o prometedoras y, aún así, vivir un
vacío interior que parece no llenarse con nada.
Esto me recuerda a algunos grandes hombres de
negocios, que viven en importantes esferas de la política
y se mueven en las elites de la sociedad. Todos los días,
su principal preocupación es llevar el “pan” a casa y, al
no poder tener más de lo que esperaban, sienten una
frustración tan tremenda, que los hace estar a punto de
lanzar “todo por la borda” y, peor aún, llegan a la conclu-
sión de que no son felices.
Pero, por otro lado, no voy a olvidar la imagen de
una viejita de ochenta años que vivía en una sierra, per-
dida en el estado de Veracruz, en México. Su “casa” era
un pequeño cuarto con techo de lámina. Era multiusos,
debido a que ahí dormía, tenía un pequeño fogón, lavaba
su ropa y había una pequeña mesita donde comía algún
alimento cuando tenía la posibilidad de hacerlo.
Sin embargo, al platicar largas horas con ella, me di
cuenta que la felicidad que llevaba por dentro, nada ni
nadie se la podían quitar. Su sonrisa contagiaba a todos y
se podía decir que vivía tranquila y en paz.
¿Cuál es la diferencia entre tenerlo o no tenerlo to-
do, y ser felices? ¿Acaso nos tenemos que ir a vivir a un
pueblo perdido para vivir mejor?
Todo está en cómo utilicemos lo que tenemos y
cuál va a ser la actitud que tomemos ante lo que vivamos.
Aquí no se trata de juzgar quién está mal o quién
está bien, porque ni todos los hombres empresarios son
infelices, ni todas las viejitas de los pueblos son felices.
El mundo es así, con una gran variedad de posibili-
dades, pero eso no significa que ya estamos “marcados”
por nuestra mala suerte y siempre vamos a vivir de una u
otra manera.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 29

Los únicos que podemos decidir cómo vivir, somos


nosotros mismos; nadie más lo hará por nosotros. Pode-
mos convertir nuestra vida en una gran aventura o en un
desafío complicadísimo, todo es cuestión de enfoques y
de perspectiva.
Si día a día, nos levantamos con un fin en mente
por el cual seguir vivos, todo se hará más tranquilo y lle-
vadero. Y, si no, habría que preguntarle al Dr. Viktor
Frankl, psiquiatra que estuvo prisionero durante mucho
tiempo en los desalmados campos de concentración nazi,
y creador de la logoterapia, por esa experiencia que, para
él, fue una oportunidad más para vivir mejor.
Él escribió esto:
“Por primera vez en la vida experimento la verdad
de lo que tantos pensadores han trasmitido: la verdad de
que el amor es, en cierto modo, lo último y lo más alto a
que puede elevarse el ser humano. Ahora comprendo el
sentido de lo último y más extraordinario que puede pro-
clamar la poesía y el pensamiento y... la fe: la redención
por el amor y en el amor. Comprendo que cuando al
hombre ya no le queda nada en este mundo, puede ser
feliz, aunque sea sólo por un instante, si se entrega inte-
riormente al recuerdo de la imagen de sus seres queridos.
En la situación más triste que se pueda pensar, en
la cual no se puede uno realizar mediante acción ningu-
na, una situación en la cual la única actividad posible sólo
puede consistir en sufrir con dignidad y gallardía, en tal
situación el hombre puede realizarse en la contemplación
amorosa, mirando la imagen espiritual del ser querido
que guarda en su interior. En este momento sé bien la
verdad que contiene esta frase: "ponme como un sello
sobre tu corazón... Pues el amor es tan fuerte como la
muerte”.
30 DAVID MONTALVO

En el momento más complicado de su vida, el Dr.


Frankl cambia todos los paradigmas –y lo que tenía mar-
cado, probablemente como un destino sin salida– por una
visión con más esperanza pero, sobre todo, con miras al
amor.
La resignación a la muerte pudo haber sido la salida
más fácil para él. El simple hecho de “no tener nada” por
lo cual vivir, darse cuenta de la crueldad que existía en
aquel campo durante el Holocausto, los gritos y las la-
mentaciones del dolor humano, eran armas muy fuertes
para hacer caer las aspiraciones de cualquier hombre.
Pero eso fue lo que significó su salvación.
Hizo de esos momentos algo diferente, y sacó las
fuerzas del único lugar desde donde nadie se lo podía
impedir: de él mismo.
El amor venció a esa experiencia desgarradora, y él
prefirió perdonar en lugar de odiar. Es en esos momentos
de dolor y angustia, cuando el hombre saca todo el poder
que lleva por dentro y se demuestra tal cual es: una per-
sona libre de alma y corazón, aunque esté encadenado
por los hombres.
¡Todo lo que sucede cuando hacemos de nuestra
vida una aventura! ¡Todo el cambio que se logra cuando
cambiamos de enfoque o perspectiva! Con un “click” a
nuestras experiencias, podemos vivir de una forma más
llevadera pero, principalmente, disfrutando el presente
como lo único que tenemos en nuestras manos.
Porque hay veces en las que el ajetreo continuo del
día, las presiones del trabajo, los compromisos con los
amigos o inclusive los futuros proyectos, hacen que vi-
vamos tan deprisa que ni siquiera nos tomamos unos
cuantos minutos para hacer un alto y cuestionarnos qué
tan intensamente estamos viviendo.
Si esto no lo tenemos claro y, mejor aún, por escri-
to, somos víctimas de atormentarnos por el pasado o de
POR FAVOR, SEA EXITOSO 31

estar preocupándonos tanto por el futuro, que el presente


pasa a ser lo último a lo que le ponemos atención.

Como me decía un viejo maestro, “los hombres se


preocupan tanto por ‘cómo vivir’, que se olvidan de vi-
vir”.

Me he dado cuenta que no sólo los jóvenes consu-


men drogas. El pasado y el futuro, para muchos adultos,
pueden ser drogas tan poderosas y adictivas como la he-
roína o la coca. ¿Cuántas veces somos como presas en un
laberinto sin salida, de todo lo que hicimos o dejamos de
hacer en nuestra vieja historia, de todos aquellos amigos
que nos traicionaron o aquella relación de noviazgo que
no funcionó?
Todas las experiencias de nuestro pasado, en forma
de grandes gotas de agua, se van acumulando en un “ja-
rrito” que algún día terminará por desbordarse. Si no
vamos sacando periódicamente esa agua, llegará a un
punto en que no podremos con ella. Pero si nos ponemos
a pensar un poco, esa agua ya entró a ese recipiente, ya
ha pasado por toda nuestra vida y lo único que podemos
obtener de todo eso, es lo que pudimos haber aprendido.
Hay que ver el pasado como lo que es: algo que ya
no se encuentra en nuestras manos y que, por más que
nos preocupemos y nos atormentemos, ya no cambiará las
cosas.
Al menos, hasta el momento en que terminé de es-
cribir este libro no se había inventado una máquina para
viajar al pasado. Y si existiera, creo que sería aburrido, o
no sabríamos utilizarla de una forma adecuada.
Para aprender a vivir, hay que hacerlo en la forma
verbal del gerundio: aprendiendo. Vamos a caer muchas
veces, pero lo importante es amar la lucha y nunca la
caída. El pasado, es la escuela de la vida que hemos ido
32 DAVID MONTALVO

cursando, y en donde hemos obtenido los conocimientos


necesarios para llegar a ser hombres exitosos.
¿Para qué preocuparse por algo que ya pasó y que,
aunque queramos, ya no volverá a suceder?
No hay que olvidar que, para conquistar nuevos
océanos, hay que tener el valor de perder de vista a la
playa que dejamos al partir.

Un consejo que me dieron cuando era más chico y


que fue de gran ayuda en momentos difíciles fue “Sólo
regresa al pasado por alguna enseñanza que tenías olvi-
dada o por alguna experiencia negativa que quieras trans-
formar en el futuro”.

Porque el pasado se queda en la historia, pero noso-


tros seguimos avanzando.
Pero, ¿qué sucede cuando el futuro es lo que nos
tiene colgados en la cuerda floja, o cuando el miedo a lo
que vaya a pasar con nuestras vidas es lo que nos detiene
a triunfar y trascender?
Claro está que hay que tener metas y sueños gran-
des en la vida, iniciativas, proyectos y objetivos por los
cuales levantarnos cada mañana con una actitud de ánimo
y alegría. Mientras más actividades se realizan, más
“hambre” de éxito se siente; como ya se sabe lo que es
sentir el triunfo, el deseo será el de querer sacar nuevos
proyectos e ideas para explotar los mejores recursos; eso
conlleva, a veces, un miedo increíble por lo que vaya a
pasar después, si no salen bien las cosas, o si no se triunfa
como se esperaba; es miedo por el futuro incierto y hasta
a los más grandes líderes les sucede.
Todos buscan tener la pareja de sus sueños, ser
millonarios, viajar por todo el mundo, la fama, la diver-
sión, el placer. Simplemente un futuro sin mayor pro-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 33

blemas: pero, ¿cuántos de nosotros nos preocupamos por


VIVIR?
Parece increíble cómo es el futuro de engañoso.
Hace poco tiempo, un viernes por la mañana, estaba ob-
servando la foto de un gran empresario en la portada de
una revista: mostraba una actitud de alegría y entusiasmo.
Una semana después, el siguiente viernes, observaba la
misma revista, con la misma persona en la portada, pero
ahora en un ataúd: en el transcurso de esos pocos días,
había fallecido.
El futuro nadie lo conoce; no nos pertenece; no sa-
bemos ni el día ni la hora de nuestra muerte; no podemos
conocer lo que va a ser de nosotros en unos años, en unos
meses, ni siquiera el día de mañana.
Es tan incierto, que influyen miles de circunstan-
cias.
¿Para qué preocuparnos por las cosas que todavía
no están a nuestro alcance? ¿Para qué preocuparnos por
las cosas que no tienen solución? ¿Para qué preocuparnos
por situaciones que llegarán en diez, veinte o treinta
años, tal vez?
Esto no significa que no tengamos una visión y no
planeemos nuestro futuro, sino que vivamos el presente,
recordando que tenemos que descubrir en cada momento
el don maravilloso de estar vivos. Que en lugar de estar
llevando nuestra mente el pasado, sus tristezas o perder
nuestra imaginación en muchas ideas “a futuro”, nos
mantengamos atentos a lo que sucede a nuestro alrede-
dor, justo en este preciso momento, que es en donde
debemos poner nuestros cinco sentidos, nuestra mente y
nuestro corazón.
Es fácil hablar sobre la importancia de vivir el mo-
mento, ¡créame que también es fácil realizarlo! Todo
depende de cuánto valor le estamos dando a nuestra pro-
34 DAVID MONTALVO

pia existencia, para que de ahí partamos a realizar ese


cambio que esperamos lograr en muy poco tiempo.
Darle un valor a nuestra vida después de habernos
conocido, aceptado y superado, suele ser automático.
Tristemente, la sociedad de hoy vive una crisis terrible
sobre el sentido de la existencia del hombre. Atentamos
contra todo: desde un niño en el vientre de una madre o
un anciano, hasta contra nuestro propio cuerpo.
El mundo “light” cada vez está más inmerso en
una cadena de antivalores, que ofrece hallar toda la diver-
sión y el placer a cambio de muy poco esfuerzo. Esto da
como resultado muchas vidas vacías –sobre todo de jóve-
nes– que al buscar en los lugares menos indicados la ver-
dadera felicidad, no encuentran los suficientes
“motivadores” para ver su existencia como algo único e
irrepetible.
Día a día crecen los índices de suicidio en el mun-
do. La depresión se ha convertido en la enfermedad del
siglo y le ha “pegado” a todas las clases socio-culturales;
no respeta a nadie, y mucha gente se sigue preguntando
¿por qué sigo viviendo?
Si antes que nada buscáramos dentro de nosotros,
encontraríamos miles de razones para seguir vivos. Nos
daríamos cuenta de que somos piezas indispensables en
el rompecabezas, para que continúe la historia.
Seres únicos y especiales, dotados de grandes cua-
lidades que no muchos tienen. Personas con una alta
capacidad de amor y entrega a los demás.
¡Si pensáramos un poco más en toda la gente que
cree en nosotros, que está esperando un gesto de ayuda y
esperanza, que a lo mejor todavía ni conocemos mas, sin
embargo, siempre han estado ahí!
La vida sería muy distinta, si cada mañana agrade-
ciéramos a Dios la inmensa oportunidad de levantarnos,
POR FAVOR, SEA EXITOSO 35

respirar y poder hacer cosas que no todo el mundo pue-


de.
Sería muy distinto si descubriéramos en las cosas
sencillas –como una plática con un amigo, un abrazo de
nuestros padres, un atardecer o en una oración– la gran-
deza de la felicidad.
¡Cuánta gente solucionaría sus problemas, si agre-
gara un poco de sonrisas en su trato con los demás!
¡Cuántas vidas cambiarían si sustituyéramos nues-
tra forma negativa de ver las cosas por algo más sano, más
divertido e, incluso, ¡más realista y optimista!
Si dejáramos el pasado en donde se quedó y el fu-
turo para después, si viviéramos el presente, ¡cuántas
presiones nos quitaríamos de encima!
Es muy fácil leer todo esto, pero lo que nos llenaría
de satisfacción y felicidad, sería colocarlo en cosas prácti-
cas de nuestra vida.
Si Viktor Frankl pudo salir de un campo de concen-
tración, contando su experiencia como algo que le ayudó
de por vida, simplemente por haber cambiado de pers-
pectiva, ¿por qué no hacerlo nosotros en las actividades
de todos los días?
Definitivamente, para llegar a ser exitosos tenemos
que vivir en paz con los demás pero, más que nada, con
nosotros mismos. Sólo así podremos transmitir alegría y
esperanza a cuanta gente nos necesite.
Vivir, puede ser una aventura si nosotros así lo que-
remos.
Es un juego, las reglas están puestas, las fichas es-
tán sobre la mesa: de nosotros depende ganar y llevarnos
los mejores premios.

Por lo tanto, VIVAMOS el presente con mayor es-


peranza y alegría y... ¡A jugar se ha dicho!
CAPÍTULO IV
Ser excelente: Los cuatro aspectos
La grandeza de una persona se puede manifestar
en los grandes momentos, pero se forma en los
instantes cotidianos
-Phillips Brooks-

E
en equipo”.
n este juego de la vida, nos topamos con una
realidad latente: “hay que aprender a trabajar

Cada ser humano cuenta con un rol específico en la


sociedad, en donde el éxito o el fracaso dependen de
cuánto nos empeñemos en hacer a la perfección lo que
nos corresponde.
Sólo imagine un poco qué situación causaría, si un
día en particular decidieran ponerse en huelga general los
encargados de suministrar el servicio del agua, de la luz o
del transporte: creo que ocasionaría un tremendo caos.
Otro ejemplo claro es nuestro físico. El cuerpo hu-
mano debe considerarse un “todo”, en donde los órganos
y sistemas están relacionados entre sí. La curación de un
órgano enfermo sin tratar a todo el conjunto, puede traer
consecuencias desastrosas que después, en los hospitales,

37
38 DAVID MONTALVO

las mencionan como a simples y sencillas “complicacio-


nes”.
Inclusive, hace cientos de años los médicos curaban
el alma y el cuerpo. No sólo se centraban en la estabiliza-
ción del físico, sino del equilibrio entre el alma y el esta-
do emocional del paciente.
En nuestra vida diaria, pasa exactamente lo mismo.
Nuestra mente, físico, espíritu y estado emocional, hacen
a un hombre integral; estos aspectos van entrelazados
entre sí y ya es imposible separarlos.
Si uno de ellos llega a fallar, es muy probable que
toda la balanza de nuestro bienestar caiga. Es indispen-
sable tener un equilibrio, en todos los sentidos, que tien-
da a la perfección, para que así caminemos siempre en un
sendero recto y tengamos la capacidad de proyectar toda
nuestra energía y cualidades hacia los demás.
Como ya hemos visto, es sencillo reconocer cuándo
necesitamos trabajar más en un aspecto que en otro. So-
bre todo si ya nos conocemos, valoramos y vemos que es
posible cambiar nuestra forma de vivir.
No hay reglas matemáticas o pruebas psicológicas
exactas que nos definan con precisión si necesitamos más
alimento espiritual, o comenzar a afinar nuestra área in-
telectual.
Pero es como cuando la cocinera sabe que la sopa
está lista: simplemente es algo que se conoce, se siente y
se percibe en nosotros mismos.
Lo ideal es no quedarnos en el hecho de “saber
que tenemos que trabajar”, sino poner los medios y co-
menzar a hacer los cambios en cada uno de los cuatro
aspectos.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 39

I. Nivel Físico

Poseer y proyectar una perfecta salud, son requisi-


tos indispensables para disfrutar de la vida. Muchas ve-
ces, nuestros malos hábitos alimenticios, la falta de un
ejercicio constante y de acuerdo a nuestras posibilidades
–entre otros factores– afectan continuamente nuestro
físico y vitalidad.
La nueva civilización, la influencia de los medios
de comunicación y la misma velocidad con la que vivi-
mos a diario, nos llevan a estar bajo presión y caer en
cualquiera de estas dos vertientes: o nos alimentamos
más de lo conveniente o lo dejamos de hacer. Cualquiera
que sea el caso, puede traer consecuencias desastrosas.
Es increíble cómo día a día, millones de personas
en el mundo buscan métodos mágicos para perder esos
kilos de más, surge “la dieta de la sopa, de los carbohidra-
tos, de la pizza”, y muchas otras. Sin embargo, muy pocos
controlan ese tipo de estrés, nerviosismo y depresiones,
manteniendo un nivel de alimentación natural, sano y
adecuado a lo que necesita su organismo.
Es por eso que tenemos que tomar en cuenta cier-
tas recomendaciones básicas para cuidar nuestro físico e
imagen exterior, y para proteger a toda costa nuestra sa-
lud, que es lo que nos mantendrá con vida para hacer lo
que siempre hemos soñado.

1. Cuidar lo que comemos, la cantidad de lo que


comemos y en dónde lo comemos.
2. Combinar nuestras raciones del día con frutas,
vegetales, proteínas, muy poco de harina –pero
nunca dejarlas por completo– y algunas cucha-
radas de grasa, etc.
40 DAVID MONTALVO

3. Tomar, como mínimo, ocho vasos de agua al


día.
4. No necesitamos ser vegetarianos, pero sí po-
dríamos disminuir la cantidad de carne roja y
empezar a consumir más carnes neutras, como
pescado o pollo. Sería un gran regalo a nuestro
organismo.
5. No olvidemos que lo único que no engorda es
lo que se queda en el plato. Podemos comer de
todo un poco, dependiendo cómo y en qué can-
tidades lo hagamos.
6. Si deseamos ingerir algo entre comidas, po-
dríamos consumir una fruta, yogurt, o un plato
lleno de verduras, para quitarnos el antojo.
7. Realizar algo de ejercicio al día. Podemos em-
pezar caminando treinta minutos y, poco a po-
co, iremos incrementado el nivel de intensidad
y tiempo.
8. Dormir nuestras siete u ocho horas necesarias.
9. No confundamos nuestro trabajo con nuestra
vida. Nuestro cuerpo necesita descanso sufi-
ciente.
10. Utilizar lo más posible todo lo que sean trata-
mientos naturales.

II. Nivel Espiritual

La dimensión espiritual es la planta generadora de


poder para nuestra vida. Como el motor desarrolla poder
para el automóvil, el área espiritual produce el combusti-
ble que necesitamos para tener una vida balanceada.
Es inimaginable que un ser humano pueda manejar
las diferentes áreas de su vida con éxito, dejando a un
lado lo espiritual.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 41

Desde poetas, reyes, artistas, deportistas y grandes


personajes famosos, hasta el anciano que vive en las más
humildes condiciones, todos han descubierto que en
Dios es donde encontramos la auténtica felicidad; donde
llenamos ese vacío que tenemos por vivir en una socie-
dad tan “light”, que sólo se preocupa por lo exterior, mas
muy pocas veces por lo que llevamos por dentro.
El ser excelente también es un llamado a recono-
cernos humildes frente a un poder superior, frente a
Dios. Pero no se trata de verlo como a alguien lejano, una
idea creada o un sueño más, sino como nuestro consuelo,
protector, padre y mejor amigo.
Cuando alguien nos pregunta dónde vivimos, casi
siempre damos la dirección de nuestra casa o apartamen-
to, o donde sea que vivamos; y esa, desde luego, es la
respuesta que debemos dar.
Pero, si a usted le preguntaran por su dirección es-
piritual, ¿cuál sería su respuesta? ¿Podría dar una direc-
ción clara? ¿Por lo menos, sabe dónde vive
espiritualmente?
Si no lo sabe, ¿le gustaría saber cuál es el nivel de
su vida espiritual o hacia dónde se dirige?
Para conocer nuestro nivel de vida espiritual es im-
portante realizar ciertas actividades que irán marcando
nuestro crecimiento.
A partir de que tengamos la convicción de encon-
trarnos con nosotros mismos, seremos capaces de darnos
cuenta hasta qué punto podemos dejar la rutina de todos
los días, para dedicarle unos cuantos minutos a nuestra
alma.
Siempre es difícil al inicio, pero hay que ir “toman-
do el hilo”, porque en la vida espiritual no podemos que-
darnos estancados: se avanza, o se retrocede.
Poco a poco, si hacemos de nuestra vida diaria un
diálogo continuo con Dios –sin importar la creencia que
42 DAVID MONTALVO

cada uno profese– veremos los resultados de forma sor-


prendente, y encontraremos la tranquilidad que siempre
habíamos buscado en los lugares menos indicados.
Para comenzar con las siguientes recomendaciones,
sería conveniente que tenga una libreta que sea exclusiva
para trabajar en su vida espiritual, donde anote sus medi-
taciones, oraciones, pláticas, reflexiones, y los hechos que
vayan aconteciendo en ésta área.
Entre los muchos aspectos para ir sembrando en el
campo espiritual se encuentran:

1. Orar por la mañana y por la noche: cinco minu-


tos de agradecimiento no nos cuesta nada, pero
logramos mucho.
2. Meditar en nuestros tiempos libres: estemos
donde estemos, podemos platicar con Dios, con
nosotros mismos, y ver cómo vamos en este
camino espiritual.
3. Tener una colección de libros, para hacer una
lectura que lo pueda inspirar en su vida del al-
ma, ya sean frases, anécdotas, historias, o sim-
ples pensamientos de grandes hombres.
4. Hacer una evaluación en la noche de todas sus
actividades del día.
5. Recordar su proyecto y misión de vida; refle-
xionar profundamente sobre el poco tiempo
que tenemos para hacer algo trascendente en
esta tierra.

III. Nivel Emocional

Se dice que cada ser humano es un costal lleno de


dinamita y pura fuerza –cualidades que ni él mismo co-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 43

noce– y un sin fin de emociones y sentimientos que le


hace vivir grandes sueños y travesías extraordinarias.
Lo importante está en conocer lo que somos, para
poder canalizar lo que tenemos. Porque, como bien sa-
bemos, no existen personas comunes, ya que todos somos
especialmente diferentes.
Sin embargo, tenemos la posibilidad de trabajar
nuestros estados de ánimo, para que no nos falte pasión
ni nos sobren pretextos a la hora de realizar nuestros más
anhelados sueños.
Porque ¿qué tuvieron los grandes líderes y revolu-
cionaros de la humanidad, que no tengamos nosotros?
Todos poseemos la misma naturaleza humana y las mis-
mas capacidades.
El secreto está en saber aceptar, manejar y cambiar
nuestras actitudes frente a lo que sucede en el mundo.
Todos hemos pasado por situaciones complicadas,
en donde los sentimientos nos han hecho una “mala ju-
gada”, donde nos hemos dejado llevar por nuestro des-
bordante apasionamiento, o nuestra cruda frialdad.
A algunos les pasa más que a otros y es ahí cuando
entramos en un proceso de tristeza, ansiedad o desespe-
ración.
¿Cuántas veces hemos llorado o reído sin razón?
¿Cuántas veces hemos estado semanas sin comer o
haciéndolo con exceso por depresiones pasajeras que,
muchas veces, se deben a la actitud que tomamos frente
a las circunstancias que se presentan en nuestra vida?
Un hombre integral, es una persona que sabe con-
trolar sus emociones y no se deja llevar como hoja al
viento. Que se mantiene firme a pesar de los aires conti-
nuos que traen las adversidades diarias. Pero, para man-
tenernos de pie, es necesario pasar por un proceso de
transformación interior y exterior.
44 DAVID MONTALVO

Dicen que el águila es el ave con mayor longevi-


dad: llega a vivir 70 años pero, para llegar a esa edad, a los
40 debe tomar una seria y difícil decisión.
A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y
no consigue tomar a las presas de las cuales se alimenta.
Su pico largo y puntiagudo, se curva apuntando ha-
cia el pecho; sus alas están envejecidas y pesadas, y sus
plumas gruesas. ¡Volar se le hace ya tan difícil!
Entonces, el águila tiene solamente dos alternati-
vas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación
que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una
montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un pare-
dón, en donde no tenga necesidad de volar.
Después de encontrar ese lugar, el águila comienza
a golpear su pico contra la pared hasta conseguir arran-
carlo.
Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo,
con el que desprenderá una a una sus uñas.
Cuando las nuevas uñas empiezan a nacer, comen-
zará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco
meses, sale para su vuelo de renovación... ¡a vivir 30 años
más!

En nuestras vidas, muchas veces tenemos que res-


guardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de
renovación para continuar un vuelo de victoria; debemos
desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos
que nos causaron dolor.
Solamente libres del peso del pasado, podremos
aprovechar el resultado valioso que una renovación siem-
pre trae.
En este “Nivel Emocional”, vamos a enfocarnos en
el trabajo de nuestro interior como algo que debemos
conocer, y a lo que debemos dedicarle el tiempo suficien-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 45

te, para que cualquier momento que no sea de nuestro


agrado no agote nuestra fuerza física ni mental.
Vamos a pasar por un tiempo de renovación, de
transformación, en donde nuestros sentimientos se irán
acomodando poco a poco, como las piezas de un rompe-
cabezas.
Hay que poner en práctica las siguientes recomen-
daciones, como lo hemos hecho a lo largo de este capítu-
lo, para ir formando en nosotros ese ser humano
excelente que queremos trabajar a lo largo de nuestra
vida:

1. Lo que vive nuestro interior se refleja en


el exterior. Por lo tanto, al finalizar el día, es
conveniente preguntarnos:

¿Cómo me sentí el día de hoy? ¿Qué fue lo


que marcó mis sensaciones agradables o de-
sagradables? ¿Cumplí lo que me había pro-
puesto el día anterior? ¿Qué dejé de hacer?
¿Qué es lo que me está “quitando el sueño”
esta noche? ¿Conozco a alguna persona que
pasó por algo similar y haya salido adelante?
¿Qué necesito para solucionar el conflicto?
¿Qué cualidades tengo actualmente y cuáles
necesito comenzar a trabajar para la solución
de mi dificultad? Si ya hubiera alcanzado mi
propósito trazado, ¿cómo me sentiría? ¿Qué
paso voy a comenzar a realizar el día de ma-
ñana, para cumplir al máximo los anhelos que
me proponga?

Puede empezar con algo pequeño, pero re-


cuerde que tiene que ser algo medible, cosas
reales y concretas. En resumen, trate de re-
46 DAVID MONTALVO

galarse unos cuantos minutos cada noche, pa-


ra conocerse más y dirigir con mayor éxito su
más grande empresa: SU PROPIA VIDA.
2. Formule una escala de valores, con rela-
ción a los aspectos que para usted son los más
importantes en su vida, como lo es la familia,
el trabajo, la diversión o las relaciones inter-
personales. Ponga una calificación en cada
área, dependiendo de cómo se siente actual-
mente con cada una. Así tendrá una visión
más amplia de usted mismo, de los valores
que lo rigen, y podrá poner los medios nece-
sarios para trabajar en donde obtenga una
menor calificación.
3. Toda empresa tiene una misión, en la cual
se basan la mayor parte del tiempo para su
trabajo diario. Todo ser humano también de-
be tener una “Frase Misión” en el aspecto
emocional, para poder recordarla día a día y
establecerla como meta fija en su crecimiento
personal. Una “Frase Misión” para un aspec-
to en específico podría ser: “Llegar a ser un
hombre que equilibre el descanso y el trabajo
en su vida cotidiana”. La puede poner en va-
rios letreros con tipos, formas y colores de le-
tras diferentes en su oficina, cuarto de
estudio, dormitorio, o donde lo desee.
4. El secreto de los grandes líderes y perso-
najes que han hecho historia, es que siempre
tuvieron tiempo para hacer algo que muy po-
cos hacemos: ¡descansar! Disfrute su descan-
so pero de una manera sana, original,
entretenida, en donde le dé a su cuerpo y a su
mente el tiempo suficiente para “recargar ba-
terías” para las batallas que siguen. Tome al-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 47

gunas vacaciones en el año, totalmente aleja-


do del ruido y el ajetreo de la ciudad. No pre-
cisa estar cansado físicamente para necesitar
un descanso. La mente también se agota y
más si vivimos bajo continuas presiones.
Despeje un poco todo el humo que envuelve
la rutina de su vida, y tome el aire puro de la
tranquilidad y la relajación, que tanta falta le
hacen a su mente y a su alma.
5. Un buen libro, una caminata por el parque o
el bosque más cercano, una noche estrellada,
ejercicio aeróbico, una plática con un viejo
amigo, nos pueden dar esos momentos de sa-
tisfacción tan necesarios, si no hay posibilida-
des de salir de la ciudad.
6. No hay que idealizar a los demás y mucho
menos buscar su aprobación. Cada ser huma-
no es único e intransferible, con sus cualida-
des y defectos. Primero tenemos que
encargarnos de nuestra propia existencia, an-
tes de fijarnos en toda la sociedad: seamos in-
dependientes.
7. No nos exijamos tanto a nosotros mismos,
vivamos relajados pero, eso sí, tomando las
riendas de nuestra vida. Comience a ser más
flexible y a darse los permisos que antes se
negaba. Hasta este momento somos total-
mente libres para hacer lo que “nos venga en
gana”.
8. No tenga “culpas” por lo que hizo o dejó de
hacer. Simplemente tenga “responsabilidad”
de sus actos y afronte los problemas sin de-
mora.
9. Por último, un buen consejo de alguien
que nos pueda orientar o guiar en nuestra vi-
48 DAVID MONTALVO

da puede ser determinante para nuestro desa-


rrollo. Las decisiones, al final, las tomaremos
nosotros, pero nunca está de más una buena
retroalimentación de algún especialista –o in-
clusive de un amigo– que nos pueda ir dando
más detalles que a lo mejor estábamos per-
diendo de vista.

IV. Nivel Intelectual

Hablar de este nivel, que no por estar último es


menos importante, suele ser una experiencia muy espe-
cial, tanto para el emisor como el receptor del mensaje.
La mente es un mundo maravilloso y, si nos detuviéra-
mos a conocerla un poquito más, descubriríamos cosas
increíbles que nos ayudarían a solucionar problemas rea-
les en un tiempo mínimo.
Cuando se menciona la capacidad intelectual del
ser humano, muchos, automáticamente, crean en su ce-
rebro imágenes relacionadas con el aprendizaje escolar.
Algunos recuerdan sus momentos difíciles, sus
exámenes –que les costaron algunas horas menos de sue-
ño y unas cuantas tazas de café– pero que, a fin de cuen-
tas, fueron necesarias para lograr el objetivo final:
“obtener un título profesional”.
Sin embargo, a pesar de que podría ser un tema in-
teresante para comentar, en este nivel voy más allá de
una simple relación profesor-alumno, unas ecuaciones
laboratorio-ensayos, o presentaciones orales.
En este “Nivel Intelectual” del ser humano, me re-
fiero a la capacidad que tenemos para estar aprendiendo
siempre algo nuevo y así trabajar nuestra mente, para
aumentar nuestra inteligencia y poder continuar nuestra
POR FAVOR, SEA EXITOSO 49

“profesionalización” en el área en que nos desempeñe-


mos durante el resto de nuestra vida.
Dicen que pensar duele. ¡Y por supuesto que due-
le! Sobre todo, cuando tenemos a nuestra mente estan-
cada como una máquina que no se ha usado por varios
años. Para eso hay que buscar las herramientas necesa-
rias, cambiarle lo que ya no funciona, ponerle el aceite
suficiente y echarla a andar para que adopte el trabajo,
para el que fue creada.
Pero, como todo en la vida, “a fuerza ni los zapatos
entran”, las emociones van muy de la mano con este
“Nivel Intelectual”. Porque nadie piensa o aprende lo
que no quiere aprender. A lo mejor lo comprende por un
determinado tiempo, sin embargo, lo que estamos bus-
cando nosotros en nuestro camino al éxito definitivo es
establecer los modelos para tener conocimientos claros y
de por vida.
Nadie nos puede obligar a aprender algo si no es-
tamos motivados. Motivar se deriva del verbo latín “mo-
tere” que significa “moverse”, “poner en movimiento”,
“estar listo para la acción”. ¿Sabe usted que de la misma
raíz proviene la palabra “emoción”? Desde un punto de
vista psicofísico, la motivación es la capacidad para enviar
energía en una dirección específica, con un propósito
específico. Toda motivación consta de: DESEO,
PODER Y DEBER.
Para que suceda este fenómeno de la “motivación-
incremento de nuestro intelecto”, hay cuatro fuentes
principales en las que se basan los grandes expertos:

1. Nosotros mismos
2. Los amigos, la familia, los colegas, que son
nuestros soportes más relevantes
3. Un tutor o mentor
50 DAVID MONTALVO

4. El propio entorno: nuestro ambiente, aire,


luz, sonido, motivadores

En cualquier etapa de nuestra vida, la motivación


es la clave esencial del éxito y, mucho más, en el apren-
dizaje y profesionalización. Si maneja una buena motiva-
ción y sigue estas y otras recomendaciones, pondrá a
trabajar su mente para así conquistar esta área de su vida
que muchos dejan de lado y, sin embargo, es indispensa-
ble para lograr el éxito en el ámbito profesional.

1. Lea mucho, lea los libros que en verdad le


dejen algo en su vida. Lea desde grandes poe-
tas, como novelas clásicas, hasta libros de su es-
pecialidad o profesión. Nunca deje de leer. El
libro siempre va a estar ahí, sólo es cuestión de
empezar.
2. Escriba sus ideas, sus sueños, sus proyectos.
No necesita ser un gran escritor para transmitir
mensajes a los demás. Tenga un libro en blanco
o computadora a la mano, para dejar cosas que
queden para la historia de su vida.
3. Manténgase informado, la televisión no se
creó nada más que como un entretenimiento,
sino como un medio informativo. Trate de
mostrar más interés en lo que sucede en el
mundo, en su país o localidad. Lea el periódico,
las noticias por Internet, esté actualizado.
4. Hable con todo tipo de personas: pobres, ri-
cos, niños, adultos, jóvenes. No se cierre en su
universo personal. Descubra que existen per-
sonas que le pueden dar mucho en su vida, in-
cluso las que todavía ni conoce.
5. Asista a conferencias, seminarios, talleres,
que sirvan para su desarrollo personal; desde el
POR FAVOR, SEA EXITOSO 51

punto de vista profesional o de negocios, hasta


pláticas sobre temas de actualidad.
6. Involúcrese en organizaciones no guberna-
mentales, donde realicen obras para beneficiar
a los que más lo necesitan.
7. Dedíquese a realizar tareas en su casa, que lo
distraigan y rompan con la rutina.
8. Suscríbase a una revista de interés general o
de algún tema de su preferencia.

Hemos determinado algunas herramientas, necesa-


rias para formar en usted un hombre que cumpla con los
cuatro aspectos del ser integral.
Algunos nos dimos cuenta que cierta área la tene-
mos con más capacidad que otra; nuestro objetivo es ir
trabajando poco a poco en metas a corto, mediano y largo
plazo, con cada uno de los niveles, para balancear y equi-
librar toda nuestra vida.
Con esta actitud de ser excelentes –y con la firme
convicción de irnos conociendo día a día– nos reformula-
remos nuestra “Frase-Misión”, para que podamos vencer
cualquier obstáculo que se nos presente, por más imposi-
ble de solucionar que parezca.
Estamos hechos para triunfar. Pero, para lograrlo, es
necesario traspasar barreras y romper límites. ¿Qué espe-
ramos para hacerlo?
CAPÍTULO V
Rompiendo Límites
Me cierran con mil candados, pero olvidan que yo
soy la llave
-Anónimo-

U na de las máximas para lograr lo que nos pro-


ponemos, es no cejar nunca en el empeño por
conseguirlo. Le contaré una pequeña anécdota.

Una vez, había en la selva un elefantito muy pe-


queño que estaba solo. Con seguridad habría perdido a su
mamá. Unos hombres que pertenecían a una tribu de la
región, lo encontraron y lo llevaron a su aldea para ayu-
darlo a crecer, cuidarlo y que luego, cuando fuera más
grande, trabajara para ellos en las duras faenas. Para man-
tenerlo en un lugar protegido, lo ataron a un frágil arboli-
to; lógicamente, él quiso zafar de su esclavitud: tiró con
todas sus fuerzas, pero el árbol no cedía.
Al día siguiente lo intentó de nuevo y... nada pasó.
Continuó probando cada vez que podía pero, al cabo de
una semana de infructuosas tentativas, dejó de hacerlo.

53
54 DAVID MONTALVO

Los años pasaron y el elefantito se convirtió en un


enorme y precioso animal. Trabajaba durante el día ayu-
dando a los hombres a acarrear los árboles que habían
volteado y, por las noches, continuaba atado a ese pe-
queño arbolito.
Un día, se acercó a la aldea un explorador y le llamó
la atención ver a semejante bestia atada de una manera
tan precaria. Entonces le preguntó a uno de los hombres
del lugar cómo habían conseguido amaestrarlo tan bien.
–No es que esté amaestrado; cuando él era peque-
ño intentó soltarse
–respondió– pero al poco tiempo, cuando vio que
no podía hacerlo, se dio por vencido. Tiene fuerza como
para mover juntos diez de los troncos más gruesos del
bosque, así que bien podría derribar este árbol y quedar
en libertad... pero él no lo sabe... ¡porque jamás volvió a
intentarlo!

Ese elefante enorme y poderoso no escapaba por-


que “creía no poder hacerlo”. Él tenía registro y recuerdo
de su impotencia, de aquella impotencia que se siente
cuando uno es muy pequeño. Sin embargo, lo peor, es
que jamás se había vuelto a cuestionar seriamente ese
registro. Jamás... ¡Jamás intentó poner a prueba su fuerza
otra vez!

Esta magnífica metáfora representa claramente las


barreras con las que nos topamos continuamente en
nuestra vida. De alguna u otra forma nos convertimos en
ese elefante; así como él, tenemos pequeñas estacas cla-
vadas en nuestra libertad que no nos dejan respirar ni ir
más allá de lo ordinario. Grabamos en nuestra mente
pensamientos negativos como “no puedo”, “imposible”,
“muy complicado”, simplemente porque en cierta oca-
sión tuvimos algún tropiezo.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 55

Tenemos marcada a fuego la frase “nunca podré”.


Frase que nosotros mismos hicimos presente y que, tris-
temente, si no volvemos a intentarlo, se nos quedará para
el resto de nuestros días.
Si tan sólo hiciéramos esa pequeña tentativa y esti-
ráramos un poquito más esa cuerda de la que estamos
atados, saldríamos fácilmente de nuestros impedimentos
psicológicos y descubriríamos que aquella situación que
parecía un “monstruo gigante” no era más que una crea-
ción de nuestra fantasía; saldríamos de nuestros límites y
descubriríamos el gran horizonte que la vida nos ha pre-
parado desde la eternidad.
Nadie dijo que la vida es sencilla.
Día a día se nos presentan retos y pruebas, en don-
de tenemos que tener la mente fría pero el corazón dis-
puesto, para ir más allá de nuestras limitaciones, ir a
donde nadie ha ido y hacer lo que nadie ha hecho. Sim-
plemente, trazar nuestro propio camino y escribir nuestra
propia historia.
Dentro de este emocionante juego de la vida, hay
una persona decidida, que hará de estos retos apasionan-
tes aventuras o complicadas travesías, que le dará una
respuesta positiva o negativa, que hará de todos los sue-
ños, realidades concretas y visibles; esa persona, el día de
hoy, tendrá que tomar una decisión; esa persona, ¡es
USTED!
El día de hoy, es el momento indicado para tomar
el desafío más grande que haya enfrentado jamás: reco-
nocer sus cualidades y defectos pero, al mismo tiempo,
con la decisión de prometer ante todo que nunca, pase lo
que pase, se dejará dominar por la sensación de desalien-
to o tristeza frente a una situación contraria a la quería. Y,
sobre todo, que romperá las barreras que se interpongan
en su camino, respetando a todos los hombres, para llegar
56 DAVID MONTALVO

a cumplir sus objetivos, por más “extraños y soñados”


que éstos parezcan.
Antes que nada, debemos ser conscientes de que
en todos lados nos marcan límites.
Podemos mencionar el tiempo, el espacio, el dine-
ro, la libertad, nuestro físico, o nuestra supuesta “menor o
mayor” capacidad.
Son paradigmas que nos han marcado desde chicos
y que nos han impedido, a lo mejor, lograr el éxito con el
que siempre habíamos soñado.
Para usted, que ya tomó la decisión de romper
cuanta barrera se le ponga enfrente, le tengo una noticia:
hay dos tipos de personas en este mundo: los ordinarios y
los extraordinarios. Para los segundos, ya no existe ni el
tiempo, ni el espacio, ni el dinero.
Es por eso que, a partir de hoy, iremos cambiando
nuestra forma de ver las cosas y sacando de nuestro voca-
bulario ciertas palabras que nos estorban en nuestro ca-
mino a la realización personal; entre ellas, la famosa
palabra “imposible”.
Porque ser ordinario es “ser del montón”, común y
corriente, pero un ser “extraordinario”, es alguien que
hace posible y real, lo que para otros era “imposible”;
tanto, que otros le quieren seguir las pisadas.
Un ser extraordinario no cree en la suerte, desafía a
su destino y a lo establecido, no se deja llevar por lo que
opine la mayoría. Simplemente, es una persona que ya al
verla sabemos que “tiene algo” y que, por lo tanto, es
diferente al común denominador de los hombres.
Definitivamente, los seres humanos estamos lla-
mados a ser “extraordinarios”, a trascender, a dejar una
huella imborrable en el corazón de todos los hombres; a
ser diferentes, únicos y especiales. Infortunadamente, un
mínimo porcentaje lo logra, y sólo una pequeña cantidad
POR FAVOR, SEA EXITOSO 57

llega al grupo tan seleccionado de los llamados “superexi-


tosos”.
Acerca de este tema, la revista “Personal Selling
Power” realizó un estudio sobre “Cómo viven, sienten y
actúan los superexitosos”.
Se hizo de forma comparativa, entre 50 personas
que habían logrado algo extraordinario en sus vidas, con
un grupo de 200 ejecutivos de “marketing y ventas” que
sería el “ejecutivo promedio” los que, sin embargo, a
juzgar por sus ingresos, habían alcanzado logros muy por
encima del promedio en general.
Se encontraron resultados sorprendentes. En todas
las mediciones, los “superexitosos” estaban en un nivel
alto, ¡en casi todos los casos más alto que el de los ejecu-
tivos promedio!
Todos eran millonarios, la mitad de ellos poseía un
capital neto de más de cinco millones de dólares y un
tercio de ellos ganaba más de un millón al año (el capital
neto medio de un ejecutivo promedio es de 200.000 dóla-
res y la mayoría tiene un ingreso anual de 40.000 a
80.000).
Los dos grupos trabajaban con la misma intensidad,
pero los “superexitosos” habían avanzado más rápida-
mente en sus carreras, disfrutaban más de su trabajo y
estaban, por lo tanto, más satisfechos con sus logros. Par-
te de su éxito pareciera ser atribuible a su mayor capaci-
dad en el manejo de las relaciones humanas, en especial
a su capacidad de percepción de las necesidades de la
gente.
El estudio mostró que, aunque ambos grupos pre-
ferían una cooperación amistosa antes que una compe-
tencia agresiva, los “superexitosos” ejercían mayor
influencia, eran más queridos y tenían mayor capacidad
para captar la lealtad de quienes los rodeaban.
58 DAVID MONTALVO

En el aspecto personal, ambos grupos ponían gran


énfasis en la vida familiar, pero los “superexitosos” pasa-
ban más tiempo con sus esposas e hijos y se sentían, en
cierto grado, más satisfechos con su vida matrimonial,
relación sexual, familia y vida social, que el ejecutivo
promedio.
Además, en general, poseían un nivel más alto de
equilibrio emocional y salud física; sentían menos angus-
tia y depresión, y manejaban mejor sus enojos. Tenían
menos problemas de insomnio y presentaban menos sín-
tomas psicosomáticos tales como cefaleas, dolor de estó-
mago o dolores musculares; se enfermaban menos y
sufrían menos accidentes por negligencia.
En general, los “superexitosos” estaban más satis-
fechos con su salud que el ejecutivo promedio y, con
mayor frecuencia, se sentían eufóricos, dueños del mun-
do y plenos de energía. Encontraban más sentido a la
vida, comprendían que estaban desplegando todo su po-
tencial y que hacían aportes importantes a la sociedad.
En términos generales, los “superexitosos” se sen-
tían diferentes, ¡porque lo eran, porque hacían cosas que
los demás no se animaban a realizar! A lo mejor los dos
grupos tenían las mismas ideas fabulosas, pero los “supe-
rexitosos” las pusieron en práctica: rompieron límites,
paradigmas y le dieron ese toque mágico que sólo una
persona comprometida con su misión le puede poner a
las cosas.
¡Para ser exitosos no necesitamos ser millonarios!
Un ser humano es exitoso de acuerdo a la vivencia fiel de
su misión, al amor que ponga en todas las actividades, por
más mínimas que sean, y al impacto que tenga en la vida
de otras personas.
Como dice Ben Gurion, “Aquel que no cree en
milagros no es realista”, porque cada ser humano en sí, es
una obra maestra. Lo único que necesitamos es estar
POR FAVOR, SEA EXITOSO 59

vivos y lanzarnos a vivir al máximo, cada cual en el área


donde se desempeñe; si lo hacemos extraordinariamente,
llegaremos a conquistar grandes metas.
El secreto para “romper límites” es tener bien clara
la siguiente metáfora: ¿hasta dónde llegaría si no tuviera
ningún límite que me lo impidiera?
Y contestar a la siguiente pregunta: ¿qué podría ha-
cer, que, si lo hiciera hoy, cambiaría drásticamente el
resto de mi vida?

Así, formulamos la siguiente estrategia que se utili-


za en “Coaching” para derribar esa barrera que nos impi-
de alcanzar el éxito total.

1. ¿Cuál es la meta primordial que quiere conse-


guir? Debe ser algo real y que sea muy impor-
tante para usted. Escríbala en forma de frase
para recordarla más fácil.
2. Si ha escrito algo en negativo, conviértalo en
positivo. Ejemplo: si quiere menos de algo, o
dejar de... eso es negativo, así que dígalo en po-
sitivo ejemplo: quiero más de (lo opuesto) o
mejorar en...
3. Si ha escrito algo neutral, hágalo de forma más
específica. Si por ejemplo su frase es “Quiero
manejar bien mi tiempo libre”, escriba “Quiero
tener cinco horas libres a la semana”.
4. Imagine su meta en tiempo real. Como si lo es-
tuviera logrando actualmente, qué vería, qué
escucharía, cómo se sentiría.
5. Determine una escala de tiempo para lograr su
objetivo. Que sea algo real y mensurable: tres
días, una semana, dos meses, un año. Si la meta
es muy grande, se puede enfocar en un paso
60 DAVID MONTALVO

pequeño primero para después ir a lo más


grande.
6. En qué parte de la situación tiene control sobre
ella o influye directamente. Si no tiene control
alguno, dedíquese a lo que sí puede influir,
aunque el proceso será más lento, pero más
efectivo.
7. ¿Qué obstáculos se están presentando en el
camino que impiden llegar al objetivo y que
parecen “imposibles” de pasar?
8. Ahora hay que plantear cuanta opción llegue a
su mente. Por más “tontas” que parezcan. No
se trata de abandonar su meta central, sino de
darnos cuenta que hay cientos de maneras de
observar la situación.
9. Si le preguntara a un experto sobre esta meta,
¿qué le aconsejaría?
10. Si en el fondo de usted supiera la respuesta pa-
ra esta situación, ¿cuál sería?
11. ¿Qué le diría o recomendaría esa persona que
tanto admira sobre esta situación? ¿Qué haría el
o ella en su lugar?
12. Elija una opción. Recuerde que lo que elija
tiene que ser algo que lo anime y ayude a avan-
zar. Si no es así, decídase por otra.
13. ¿Cuándo va a dar el primer paso sobre lo que
eligió hacer?
14. Haga una lista de los pasos que necesita para
completar la opción seleccionada.
15. Sea cual sea el primer paso, ¿hay algo que le
impida realizarlo? Si hay algo, ¿es muy influ-
yente?
16. Si no lo es, está bien, pero si lo es, ¿qué debe
hacer para impedir que le bloqueen el primer
paso?
POR FAVOR, SEA EXITOSO 61

17. Antes pensó en el tiempo en el que quería lo-


grar su objetivo, ¿sigue siendo real?
18. ¿Hay algo más antes de comenzar a dar el pri-
mer paso?
19. Ahora, dispuesto a la acción, escriba su meta en
un espacio visible con hora, fecha y lugar con-
cretos para iniciar la consecución de su éxito
definitivo.

Esta estrategia de “Coaching” suele dar resultados


sorprendentes, siempre y cuando la sigamos al pie de la
letra y continuemos con la opción que elegimos para con-
seguir nuestro propósito inicial.
Pero, como con todas las herramientas que se pre-
sentan en este libro, si no las convierte en el verbo mági-
co de “hacer y actuar”, se quedarán en palabras bonitas
que pasarán sin sentido.
La información se la estoy ofreciendo, ¡pero el tra-
bajo lo tendrá que poner USTED!
El conocimiento, sólo sirve si lo mandamos direc-
tamente a la experiencia. Es por eso que lo invito a vivir
de forma personal esta estrategia para “romper sus pro-
pios límites” –y todo lo que vaya surgiendo en este libro–
para que obtenga el poder que está esperando.
Algo que falta por mencionar y que es el pilar de la
Organización Mundial de los Mediocres (OMM) –que
cuenta por cierto con muchos socios vitalicios y, lo peor
del caso, es que ni se han dado cuenta– es cuando el lími-
te o la barrera somos nada más, y nada menos que noso-
tros mismos.
Ahí ya no cuentan la crisis económica, la vivienda,
tener mucho o poco tiempo, los amigos, ni la autoridad.
Si eso ocurre, nos convertimos en nuestros principales
enemigos, porque los únicos responsables de nuestro
éxito, a fin de cuentas, somos nosotros, no hay nadie más.
62 DAVID MONTALVO

Pero en ciertos momentos, hasta parece que queremos


impedirlo a toda costa, poniéndonos a luchar contra nues-
tra flojera física y mental, nuestras emociones, y toda
nuestra enraizada concepción de “derrota” que nos lleva
a tener una vida sin sentido.
Luchar contra nosotros mismos no es cualquier co-
sa; es una batalla constante; mas si ampliamos nuestra
visión y horizontes sobre todo lo que podríamos lograr si
hiciéramos algo diferente que los demás, ganaríamos con
muy buenos resultados. Debemos de tener en mente
siempre que “Si alguien más lo pudo hacer, nosotros
también podemos”.

¿Qué tienen Franklin, Gandhi, Beethoven, Borges,


y todos los más grandes líderes de la política, la sociedad,
la cultura, que no tengamos nosotros? Dios no les regaló
un cerebro más grande o con más capacidad de memoria;
simplemente tuvieron más visión.
Lo que hicieron fue gobernar, dirigir, componer,
escribir, crear. Verbos que no están fuera de la realidad
de nuestros días; cosas comunes y normales pero que, en
sus manos, se convirtieron en extraordinarias.
Nosotros mismos, a veces, somos los primeros en
bloquear nuestro desarrollo personal, porque nos ancla-
mos en creencias negativas o en las experiencias del pa-
sado. Es como la primera vez que subimos a la bicicleta
siendo niños: como nos caímos en el momento que tra-
tamos de echarla a andar, en la segunda oportunidad fue
muy complicado convencernos de que teníamos que
seguir intentando.
Lo mismo pasa con las cosas cotidianas: utilizamos
una estrategia para resolver un problema y, al ver que no
se solucionó, decidimos abandonar todo, en lugar de se-
guir con el siguiente método.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 63

En esta vida, para poder traspasar barreras y conse-


guir lo que parece imposible, hay que trabajar a través de
“prueba y error”.
Es probable que caigamos muchas veces, pero ma-
yor será la recompensa que obtendremos cuando haya-
mos vencido.
Y sólo basta con preguntarle a Da Vinci y su sub-
marino, o recordar el famoso viaje a la luna de Verne, o
cuando a los hermanos Wright, su propio padre les dijo
que “volar está reservado sólo para los ángeles y para las
aves, ¡no para los seres humanos!”.

También cuando Thomas Alva Edison estaba ha-


ciendo sus experimentos con la bombilla eléctrica, lo
único que dijo a sus amigos de forma sencilla fue: “¡quie-
ro atrapar la luz para guardarla!”. ¡Ya se imaginará la cara
de ellos!
En fin, tantos hombres, tantas ideas, tantos inven-
tos, tantas veces pronunciada la palabra “imposible”,
pero tantos sueños hechos realidad gracias a la informa-
ción, la comunicación, la tecnología y la experiencia.
Hombres que no desistieron nunca a pesar de las burlas y
las críticas
–recibidas incluso de sus mejores amigos– seres
humanos extraordinarios que mantuvieron una fe firme
en una estrella pequeña que brillaba, y que hoy alumbra
toda nuestra vida. Simplemente, hombres como usted y
como yo, pero con la gran diferencia de que rompieron
límites, y que hoy estamos hablando de ellos.

USTED es una obra maestra privilegiada, única y


maravillosa.
Tiene dos opciones: ampliar su visión, plantearse
hacer algo nuevo, diferente y romper con los parámetros
64 DAVID MONTALVO

que impone la sociedad y, la otra, es seguir haciendo lo


mismo que hasta ahora.
Sólo que, con lo segundo, no obtendrá más que lo
que ha obtenido hasta el día de hoy.

Decídase, y con esta sencilla forma de lograr metas,


encuentre y... ¡descubra una nueva forma de VIVIR!
CAPÍTULO VI
Venda ideas y haga lo que quiera
“Cuando te das cuenta de que acabas de tener una
idea que mejora todo lo que se ha hecho, bueno,
los pelos se ponen de punta y tienes una increíble
sensación de temor reverente; es como si Dios te
hubiese susurrado algo al oído”
-Hank Zeller, ejecutivo, empresario, inventor y
poeta-

A la edad de 21 años, Benjamín Franklin fundó


el “Junto Club”, una asociación de hombres
jóvenes, que se reunían regularmente en Philadelphia
para discutir y examinar los asuntos científicos y filosófi-
cos del día.
Las mejoras civiles también encontraron lugar en la
agenda del “Junto Club”. Franklin propuso la idea de
profesionalizar a los vigilantes nocturnos, lo cual llevó a la
creación del primer cuerpo de policía de Philadelphia.
Asimismo, urgió a los miembros del club a crear una bri-
gada de incendios. Con el “Junto Club”, Franklin fundó
el primer hospital de la ciudad y la institución que luego
dio origen a la “University of Pennsylvania”.

65
66 DAVID MONTALVO

El Dr. John C. Van Horne, de “The Library Com-


pany of Philadelphia” dice al respecto: "Constantemente,
Franklin se daba cuenta de una necesidad y llegaba a las
reuniones en una forma tal, que comprometía a otra gen-
te a trabajar con él, creando así instituciones cuya perma-
nencia en el tiempo no dependía de él. De esta manera,
todavía hoy tenemos instituciones que él fundó con su
visión y sus valiosas ideas”.

Gracias a las ideas de un solo hombre –Franklin–


surgieron miles, y con ellas se pudieron lograr grandes
cosas. Es curioso cómo las ideas maravillosas de una sola
persona, son un eslabón más en la cadena infinita de la
creatividad universal. Gracias a Dios, siempre hay al-
guien en algún lugar, imaginando algo nuevo e interesan-
te para la humanidad; lo triste, es que ese grupo de
personas que “venden ideas” es muy reducido.
Solamente en Internet, donde existen millones de
personas conectadas a la red, surgen nuevas ideas a cada
segundo; porque nadie desea, simplemente, mantener las
cosas como están, sin evolucionar.
La realidad es que el individuo que no está avan-
zando, que no está al tanto de los últimos adelantos en su
profesión, la empresa que no está siempre a la vanguardia
de todo nuevo descubrimiento en su campo, esa persona,
esa organización, está retrocediendo.

Es por eso que Bill Gates, en su libro “Negocios a


la velocidad del pensamiento”, sostiene que los cambios
de nuestra época influyen tan profundamente en el
mundo empresarial, comercial y social, que obligan a toda
compañía a adaptarse inmediatamente. Eso se da, porque
a cada momento surgen ideas y pensamientos nuevos;
pero hay que tener bien claro que, cada día que pasa sin
que usted trabaje hacia el logro de sus metas o de sus
POR FAVOR, SEA EXITOSO 67

máximas ilusiones, es un día menos con el que cuenta


para lograrlo.
¿Qué pasa si usted llega a la siguiente formulación?
“Muy bien, estoy decidido a actualizarme, a avan-
zar a la velocidad del mundo y a proponer grandes pro-
yectos, ¿dónde están esas ideas tan fabulosas?”
Muy probablemente, a esa misma conclusión y pos-
terior pregunta llegaron los grandes pensadores e ilustres
sabios de nuestro pasado; pero, al descubrir su vida diaria,
obtuvieron una respuesta que les cambió el resto de sus
vidas.
Las ideas más creativas, más fabulosas, más ex-
traordinarias, más imaginativas, más locas, más exuberan-
tes, más exitosas, no se encuentran en “La Gran
Enciclopedia de las Ideas” sino, nada menos, ni nada más
que en nuestro interior.
¿Tanta “presentación” para llegar a esa respuesta?
¡SÍ!
Puede parecer muy sin importancia, pero las ideas
que han dado vuelta al mundo se han hallado en momen-
tos comunes y normales de las vidas de personas igual de
comunes y normales. “Una manzana que cayó de un ár-
bol”, o “un rayo que transmitió energía”, fueron, sim-
plemente, realidades cotidianas a las que, con
creatividad, ciertos hombres le dieron otro giro y dijeron:
¿Por qué no?
Para generar ideas, tenemos que mantener una ac-
titud de asombro, estar siempre pensando: ¿qué necesi-
dades hay? ¿Qué es lo que aún no existe? ¿Qué puedo
aportar? ¿Qué cambiaría si le agrego esto o aquello?
Inclusive hay personas que generan una idea y le
“crean una necesidad” al mundo. Como son el teléfono
celular, el Internet, la computadora y todo lo relacionado
con la tecnología. Para descubrir las ideas de nuestro in-
68 DAVID MONTALVO

terior, sólo hace falta que nos decidamos a ser creativos y


originales.
Muchas veces, asociamos el ser creativos e imagina-
tivos con los artistas, los genios o aquellas personas que
son hábiles con las manos; sin embargo, la creatividad es
un don que todos los seres humanos tienen y, además, es
una “actitud frente a la vida”, que conlleva valores éticos
para conseguir la excelencia y mejorar nuestra “calidad
de vida”.
Somos creativos innatos; simplemente, estamos
dormidos, nos hace falta un poco de “ruido” –nuestro
proyecto en el futuro– para despertar a crear grandes
ideas. El típico cerebro humano es como un Ferrari de
doce cilindros, al que se le ha reducido la velocidad, se ha
puesto en punto muerto, y dejado estacionado. Usted
tiene una de esas “máquinas asombrosas”, una mente
con potencia, emociones y aceleración.
¡SÍ! Usted tiene todo el equipo básico pero, tal vez,
le hagan falta algunas clases de conducir.
Para ser creativo no se necesita obtener un certifi-
cado internacional, un diploma, ni nada por el estilo.
Con el solo hecho de imaginar una idea nueva o es-
tar en el proceso de... ¡ya estamos siendo creativos!
Ponga su imaginación en marcha y busque dentro
de usted, o en las actividades que realiza actualmente,
alguna idea de mejora.
En actividades tan comunes y normales como el
trabajo de oficina, la realización de un proyecto, la solu-
ción de un problema o hasta en la cocina, estamos en ese
proceso creativo, aventurándonos y buscando ideas, aun-
que inconscientemente, muchas veces, lo hacemos para
mejorar nuestra vida.

Como comenta Gilda Waisburd, “El proceso crea-


tivo es lo que vivimos, sentimos y experimentamos du-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 69

rante la creación, cuando expresamos y plasmamos la


manifestación creativa de nuestro ser”.

Si pensamos por ejemplo en el baile, en esa gran-


diosa manifestación de sentimientos, emociones y sensa-
ciones en la piel, movimientos rítmicos al seguir la
música, o en nuestra manera de expresarnos al cantar,
podemos darnos cuenta que, en una actividad tan sencilla
y probablemente “rutinaria” para algunos, se demuestra
la creatividad de cada ser humano.
Y estas sensaciones e ideas forman parte del proce-
so creativo, que es el resultado de nuestra experiencia y
de todo lo que ha penetrado por nuestros sentidos a lo
largo de nuestra vida.
La creatividad puede variar de persona a persona.
Todos somos diferentes y tenemos diversos puntos de
opinión sobre ciertos aspectos, mas existe un común de-
nominador universal, en donde intervienen nuestros dos
hemisferios cerebrales: es el hecho de tener apertura
hacia nuevas creencias.
Claro está que las más grandiosas ideas se encuen-
tran dentro de nosotros mismos, pero no van a brotar de
la nada, como “bajadas del Cielo”; podemos aprender y
obtener una mayor visión, si ampliamos nuestro panora-
ma y nos dedicamos a investigar el “mundo exterior”, ver
qué es lo que hace o no hace “mi competencia”, en este
caso, la sociedad.
No para copiar, porque usted tiene que ser original,
diferente, único, sino porque si uno ya cometió un error y
tropezó con una piedra, puede darse cuenta con tiempo,
como para quitarla del camino, “antes” de recorrerlo.
Por eso también hay que ir en busca de esas magní-
ficas ideas que llegarán al abrirnos a nuevas experiencias:
leer cosas totalmente diferentes a las que estábamos
acostumbrados, “atrapar” pensamientos distintos, cono-
70 DAVID MONTALVO

cer y platicar con personas que realmente nos inspiren y


motiven a seguir trabajando; simplemente, como dicen
por ahí, llegarán si “perdemos el tiempo jugando con la
experiencia”. Ilustrándonos al máximo y capacitando a
cuanta gente se encuentre a nuestro alrededor, pero
compartiendo con ellos lo que hemos aprendido; así es
como descubriremos grandes regalos de mentes brillan-
tes y geniales que se tenían muy escondidos.
Lo importante es no perder jamás la “santa curiosi-
dad”, como dijo alguna vez Einstein. Basta con que tra-
temos de comprender una pequeña parte del misterio de
cada día.
Nunca podemos dejar de preguntar: ¿qué sucede?
¿Por qué sucede? ¿Qué puedo hacer yo, para que sucedan
nuevas cosas?
Esas y otras preguntas son como rayos láser: atra-
viesan la conciencia humana, rompen cualquier obstácu-
lo, dificultad o problema.
Por más que queramos, nunca vamos a dejar de ha-
cernos esas preguntas; la diferencia está, exactamente, en
el contenido.
Las personas que alcanzaron el éxito o que tuvie-
ron fabulosas ideas han sido, precisamente, las que se
plantearon mejores preguntas y, por consecuencia, obtu-
vieron mejores respuestas que el resto de la sociedad.
Lograr el éxito que tanto estamos buscando, es tan
fácil como hacernos una pregunta que puede abrirnos
miles de puertas.
¿Qué hacen las personas exitosas, que yo todavía no
he comenzado a hacer?
Si tomáramos unas cuantas hojas y una pluma para
anotar la infinidad de respuestas a esa cuestión, obten-
dríamos como regalo secretos, estrategias y claves fabulo-
sas –como las que ya se han ido mostrando en este libro–
para ser verdaderamente efectivos en todas las áreas de
POR FAVOR, SEA EXITOSO 71

nuestra vida, “modelando” en nosotros ciertas cualidades


de los más grandes líderes.
¡Todo lo que podemos obtener si preguntamos!
Con simples ideas como esas surgirán miles más, que nos
llevarán al triunfo definitivo en nuestra vida personal y
profesional. Simplemente, hay que entender que pregun-
tas con calidad = ideas con calidad = vida extraordinaria.
Cada mañana es una buena oportunidad para pre-
guntarnos: ¿qué es lo que me hace feliz? ¿Qué compro-
miso voy a cumplir hoy a la perfección? ¿Qué es lo que
voy a hacer HOY para ser feliz?
Si contestamos con la misma energía, y aplicamos
las ideas que vayamos obteniendo, vamos a hacer de este
pequeño “ritual” cotidiano, una forma de vida.
Son innumerables los beneficios que recibe una
persona que es sumamente creativa en el campo donde
se desarrolla, teniendo en cuenta que es posible aprender
a generar ideas que podrá poner en práctica en el trabajo
diario –hablando de la profesión– pero también en el
desarrollo personal.
¡Las ideas abrirán nuevas oportunidades de expan-
sión y crecimiento en todos los sentidos!
Una idea positiva puede ser la clave para la solu-
ción de un conflicto en que llevaba años involucrado, y
también puede ser el factor determinante para que su
puesto en la empresa –o su propio negocio– se catapulte
hacia las nubes.
Pero hay que tener cuidado, porque poco a poco se
nos va a ir facilitando ir creando ideas y, en menos de lo
que esperamos, vamos a tener nuestro escritorio lleno de
carpetas con decenas de proyectos para comenzar a esca-
lar a la cumbre del éxito y, si no estábamos preparados
para eso, podemos caer en el “activismo” en donde tra-
bajamos sin ton ni son, con muchas ideas pero nada de
acción.
72 DAVID MONTALVO

Ahora empieza lo interesante: nuestra labor como


“vendedores exclusivos de ideas fantásticas”, ha comen-
zado. Va a llegar el momento en que tendremos que de-
jar a un lado nuestra vanidad, egoísmo y propio éxito
personal, para empezar a compartir esos pensamientos
brillantes –que tal vez nosotros no podemos emprender
por falta de tiempo o de recursos– con otros.
Algunas ideas “costarán” más que otras; ahí ya de-
penderá mucho de su juicio personal para determinar de
qué forma establecer alianzas y asociaciones con otras
personas con las mismas iniciativas que usted, para de-
senvolver una idea y trabajarla en conjunto, o para pro-
yectarla a panoramas mucho más grandes que los que
pudo haber contemplado, si se hubiera dedicado usted
solo a trabajar en ello.
En las empresas, esto funciona a través del famoso
“buzón de sugerencias” –que muy pocas veces suele ser
utilizado como herramienta vital para el trabajo– pero es
ahí donde cientos o miles de empleados “venden sus
ideas” a los altos directivos y ellos canalizan sus esfuerzos
para poner a trabajar las sugerencias de cada uno. Se han
dado hechos impresionantes, en donde por una noble
sugerencia de un empleado, la empresa ha obtenido ga-
nancias millonarias. Para vender una buena idea, hay que
saber cómo hacerlo a la perfección. El conocer la idea, no
es lo único que necesitamos para que ésta se haga reali-
dad.
Hay que estar plenamente convencido de ella,
mostrar planes concretos a corto, mediano y largo plazo,
beneficios que nos pueden traer y –como siempre lo he-
mos dicho– adelantarnos a las posibles negativas de la
persona que está interesada en nuestra idea. Pensar en
todos los posibles “no” que nos pueden dar, para poder
armar un paquete ideal, y así tener una excelente nego-
POR FAVOR, SEA EXITOSO 73

ciación de “ganar o ganar”, en donde las dos partes ob-


tengan resultados efectivos.
¡Hay que estar siempre alerta!
Cientos de acontecimientos con capacidad de ge-
nerar oportunidades de éxito suceden día a día, pero no
basta con trabajar como una hormiguita para aprovechar-
se de ellos; antes hay que ponerse las antenas y producir
una revolución en el hormiguero, obteniendo más y me-
jores ideas para el bien de la sociedad y, por consecuen-
cia, tendremos nuestro futuro asegurado.

Nunca hay que olvidar, como dice Wendel Holmes,


que “una mente estirada por una nueva idea jamás reco-
bra su tamaño original”.

Aprovechemos al máximo cada instante de nuestra


vida, para descubrir lo que está a nuestro alrededor, lo
que tenemos dentro de nosotros y así obtener la magia de
pensamientos frescos y renovados que nos hagan ir más
allá de lo rutinario y cotidiano.
Lo que mueve hoy por hoy al mundo, es el poder
de las ideas. Ya sea que nosotros las trabajemos o que las
“vendamos” a los demás para ver mayores beneficios a
futuro, nunca hay que dejar de pensar, de imaginar, de
ser creativos y, sobre todo, de soñar en lo impensable, en
lo inexistente.
Las personas que lo hicieron, convirtieron en reali-
dad todo lo que imaginaron y hoy son las que marcan
nuestra historia.
Habrá oportunidades en las que nos vamos a en-
contrar en un camino con dos vertientes; tendremos a
veces dos opciones, cientos de proyectos o miles ideas
para escoger: mas sólo podemos elegir una.
Así es la vida, llena de momentos en donde hay
que tomar riesgos constantes y ahí es cuando entra el
74 DAVID MONTALVO

poder de elección para tomar decisiones. Son los instan-


tes en que se definirá nuestra existencia.
CAPÍTULO VII
El poder de las decisiones
“Primero tenemos que entender que no puede
haber vida sin riesgo; y cuando nuestro centro es
fuerte, todo lo demás es secundario, incluso los
riesgos”
- Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto, Pre-
mio Nóbel-

T odas aquellas cosas que suceden en nuestra


vida, lo que nos vuelve unos locos apasionados
y también los hechos que nos presentan un riesgo, em-
piezan con una decisión. ¡Tan sencillo como eso!
Recuerdo una especial entrevista que tuve con una
señora, al término de una conferencia que nos ofreció
hace algunos años. Le pregunté cuál era la razón princi-
pal de su gran éxito. Con la humildad que la caracteriza,
me contestó: “Mi vida actual, mi presente, y muy proba-
blemente mi futuro, son el espejo de todos los “sí” y los
“no”, que dije en mi niñez y mi juventud”.

Definitivamente, eso que llamamos “destino” no


es más que el resultado de todas nuestras buenas o malas

75
76 DAVID MONTALVO

decisiones ante los acontecimientos que se nos han ido


presentando a lo largo de nuestra vida. El destino de cada
uno de nosotros, lo vamos construyendo sobre la base de
nuestras decisiones; esas decisiones que ha tomado o ha
dejado de tomar, marcan cómo se siente hoy o cómo vivi-
rá el día de mañana.
Es imposible imaginar un campo de mayor exigen-
cia y trascendencia para el ser humano que el de la “toma
de decisiones”. En todo momento estamos eligiendo una
alternativa u otra. Tenemos un problema y hay que to-
mar una decisión. ¡Inclusive la de no hacer nada!
Saber decidir y hacerlo a tiempo, es una de las cla-
ves para conseguir el éxito. En la vida cotidiana nos la
pasamos adoptando todo tipo de opciones, desde que
suena el despertador en la mañana, hasta que apagamos
las luces por la noche.
¿Me pongo el traje azul o el negro? La compra de
un coche o de una casa. ¿Me levanto en el momento,
aprieto el botón de “snooze” o apago el despertador y me
olvido de todo? De hecho, la calidad de su vida es igual a
la suma total de esas determinaciones y, a la vez, éstas
dependen de anteriores decisiones tomadas y de la expe-
riencia que cada una de ellas le haya dejado.

Gracias a nuestra capacidad de recordar y de dar un


repaso a la historia, la toma de decisiones es más fácil y
rápida. Por eso recalco la importancia de conocernos y de
ver más allá de la tormenta: traer de la memoria todo lo
que hemos vivido, los aciertos y errores que hemos come-
tido, pueden ser herramientas útiles en el momento de
decidir algo.
Sin embargo, hay ocasiones en que resulta proble-
mático decidir. Sobre todo, aquellas veces en las cuales la
exploración de su experiencia pasada no es buena con-
sejera. En estos casos en que a usted le falta información
POR FAVOR, SEA EXITOSO 77

–o la que descubre es conflictiva– necesita recurrir a otro


método para la toma de decisiones de calidad. Es ahí
cuando aparecen otros factores que iremos considerando
para, no sólo mejorar nuestra capacidad de decisión, sino
hacerla de la forma más ágil posible.
Porque, además de la experiencia, al tener un aba-
nico de posibilidades, elegimos una de ellas en función
de una serie de parámetros como: el estado de ánimo, las
influencias del entorno, masoquismo, o la simple intui-
ción. Y así, con lo que aporte cada uno de estos factores,
terminamos por decidirnos por algo que no queríamos o
que ni siquiera habíamos imaginado.
Es ahí cuando, decidir y actuar, equivale al uso
efectivo de la libertad. Es en estos momentos, cuando
tenemos que permanecer íntegros, para no dejarnos lle-
var por lo que nos rodea o afecta sino, más bien, por
nuestra conciencia que nos guía hacia las opciones correc-
tas.
La verdadera libertad se presenta cuando adopta-
mos una decisión y tenemos la capacidad de llevarla a la
práctica: consiste en poder hacer y elegir. Sería bueno
cuestionarnos lo siguiente:

La decisión que adopto, ¿responde al criterio


personal que tengo sobre las cosas?
La acción que pondré en práctica, ¿es conse-
cuente con mi voluntad?
La opinión que formulo, ¿coincide con lo que
pienso?

Estas preguntas son esenciales, porque afirman


nuestra verdadera y auténtica libertad en la difícil hora
de decidir.
Sabemos perfectamente que, como seres humanos,
tenemos la autonomía de decidir, actuar y pensar.
78 DAVID MONTALVO

Pero realmente, ¿tenemos esa autonomía? Definiti-


vamente muy pocos la poseen, porque esa autonomía no
se regala, ni se consigue en la “tiendita de la esquina”: se
conquista.
Se logra rompiendo los paradigmas que ha impues-
to la sociedad actual como bases de decisión y, más que
nada, manteniendo nuestra integridad humana, valores y
principios.
Una persona que no se rige por nada en la vida, es
verdaderamente un esclavo de sí mismo y de sus pasio-
nes, pierde toda su capacidad de decisión porque no es
libre, no sabe a dónde va, ni siquiera qué es lo que quie-
re, ya que nunca se ha estado apoyando en ningún crite-
rio válido, en nada, ni nadie para vivir.
A la par que conquistamos nuestra libertad a la hora
de decidir, nos topamos con que todas las alternativas
que escogemos están bloqueadas por ciertos elementos
que aparecen “mágicamente” y que nos ponen límites,
interrumpiendo de esa forma nuestra capacidad de ima-
ginación y trascendencia para poder decidir entre dos
opciones.

Lo más lamentable, es que estas situaciones son


creadas por el hombre.
La buena noticia, es que el hombre puede termi-
nar con ellas.

Desde luego que hablo del tiempo, dinero, espacio


y seres humanos.
Si usted no piensa así, simplemente considere sus
próximas vacaciones. Si el tiempo y el dinero no fueran
factores a considerar, ¿a dónde iría? ¿Cuánto durarían?
Seguramente, sería muy divertido hacer planes así
a la hora de decidir un viaje de ese tipo, sin tener limitan-
tes.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 79

Definitivamente en ese caso, el tiempo y el dinero


podrían ser nuestros principales limitantes para viajar
hasta donde siempre hemos querido.
Los expertos dicen que pasamos más tiempo pla-
neando unas vacaciones, que nuestro futuro; por lo tanto,
¡imagine usted la trascendencia que tiene romper con
esas barreras a la hora de decidir!

Donde estamos hoy, es el resultado de las decisio-


nes del pasado; donde estaremos en el futuro, dependerá
de las decisiones que tomemos hoy.

Con una simple pregunta, podemos empezar a to-


mar nuestras decisiones rompiendo estas barreras, que lo
único que hacen es minimizar nuestro espacio analítico a
la hora de elegir:
¿Qué haría, a partir de este momento, si supiera
que en toda su vida nunca va a fracasar?
A lo mejor viajaría más, se divertiría con sus amigos
o descansaría por más tiempo, daría vueltas a su imagina-
ción con ideas locas, daría parte de su dinero a personas
que lo necesitan, conocería más gente, o no se pondría
tenso cada vez que va a su trabajo.

Tantos límites que se rompen, como se da cuenta,


de dinero, espacio, tiempo –inclusive de lo que nos dice
la sociedad– si tenemos en cuenta, simplemente, que
todos esos factores son para ayudarnos, en vez de dete-
nernos.
Si salimos un poco de nosotros mismos y vemos el
problema con una visión amplia, “desde arriba”, pode-
mos tomar cualquier decisión de forma más tranquila.
Podemos tener un límite de tiempo para entregar un
proyecto de trabajo, ¡pero somos nosotros los que juga-
80 DAVID MONTALVO

mos con ese límite, para hacerlo un factor a favor o un


estorbo!
A lo mejor no somos millonarios de la noche a la
mañana, tenemos problemas económicos y el dinero se
convierte en un límite, pero también podemos jugar con
ese límite para irlo transformando como nosotros quera-
mos, podemos poner los medios para ir obteniendo más
recursos, e ir haciendo de lo económico un aliado en
nuestra decisión.
Lo mismo pasa con el espacio y con las opiniones
de los demás. Aquí, el secreto está en quitar esos obstá-
culos a la hora de tomar una decisión, para que no nos
impidan volar más alto de donde queremos llegar, sim-
plemente porque nos falta tiempo, dinero o espacio.
Claro que hay límites; sin embargo, para tomar una
decisión, podemos jugar con ellos, hacerlos nuestros alia-
dos, mejorarlos y, a veces, hasta hacerlos desaparecer del
mapa.
Debemos organizarnos de tal forma que no nos
preocupen los días, ni los años, o los miles de dólares que
necesitamos para optar por una decisión, o si tenemos
que viajar a otro continente. Debemos desasociarnos de
esos factores para enfrentarnos a cualquier alternativa y
tomarla como base de lo que queremos llegar a realizar.
Si tenemos en mente el sueño y nos ponemos en
actividad, lo demás vendrá por sí solo.
Por más que quiera, el éxito no lo atacará, ni trope-
zará con él accidentalmente. Lo que le traiga el futuro es
el resultado de un plan y, obviamente, comienza por una
decisión concerniente a cómo usted quiere que sea.
Por eso, para planear bien nuestro futuro y tener
una vida realmente extraordinaria, antes de tomar cual-
quier decisión hay que estar consciente que toda alterna-
tiva, sea cual fuere, trae una cadena de consecuencias
que hay que asumir con responsabilidad.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 81

Pitágoras comentó que “para cada una de tus deci-


siones prevé bien sus consecuencias más lejanas, de ma-
nera que no tengas jamás de qué arrepentirte”.
Usted sabe que toda acción trae una reacción; por
lo tanto, si antes de elegir no examina bien cuáles son las
posibles situaciones que puede traer si elige la opción
“A” o “B”, está dejándole su destino a la suerte, como si
echara una moneda al aire, en donde después de que
caiga, ya no hay vuelta para atrás, lo que salió queda y es
para el resto de su vida.
En algunas oportunidades, cuanto más importante
es la decisión, menos información tenemos sobre lo que
hay para decidir.
Antes de que pasemos al “Plan de control” para la
toma acertada de decisiones, es conveniente que usted
–ante cualquier alternativa que le presente la vida– se
llene lo más que pueda de información para que pueda
elegir bien.
Hay elecciones de menores o mayores consecuen-
cias, pero lo que sí hay que establecer es que, tome la
decisión que tome, no vaya a tener repercusiones negati-
vas en algún otro ser humano que esté de por medio.
Porque aquí lo difícil, a veces, no es tanto tomar las
decisiones, sino asumir las consecuencias que éstas traen
consigo. Debemos ser lo suficientemente responsables y
honestos con nosotros mismos para que, pase lo que pase,
afrontemos lo que venga y no lo dejemos a la deriva.
Es como una cadena en donde, si no cumplimos la
parte que sigue después de tomar una decisión, se rom-
pe, y la vida de muchas personas da un giro total, que a
veces puede ser muy negativo.
Esa es la importancia de ser hombres decididos,
porque el mundo exige tomar decisiones en todo mo-
mento y, sobre todo, que las personas se comprometan a
cumplir lo que prometieron.
82 DAVID MONTALVO

A fin de cuentas, lo que nos hace seres extraordina-


rios y grandes es la fuerza con que manejamos esas situa-
ciones; que si son positivas, no nos dejemos llevar por
tanta euforia y, si no son tan buenas, permanezcamos
firmes para tomar otra decisión que cambie el rumbo de
la pasada.
Hay decisiones de diferente importancia y trascen-
dencia. Decisiones que pueden cambiar el rumbo de
nuestra vida, o que solamente afectan un momento de
nuestro tiempo, que pueden resultar más o menos entre-
tenidas, provechosas o tremendamente aburridas, si de-
cidimos, por ejemplo, elegir una película en vez de otra
cuando tomamos la decisión de ir al cine, en lugar de
pasear o acudir a un concierto. Pero en otros casos, hay
algunas que requieren de más tiempo y entrega.
M. A. Benjamín las ha catalogado en tres tipos: de-
cisiones de gramo, medio kilo o de tonelada.
De acuerdo con nuestro criterio e intereses, debe-
mos catalogarlas para así poder saber lo que lleva consigo
elegir una cosa u otra.
Debemos poner en la balanza la decisión que va-
yamos a tomar, para saber en cuál clase se encuentra y
poder tomar las herramientas necesarias para resolver
cada una de las opciones.
Pero para darnos una mejor idea de esta clasifica-
ción, retomo la metáfora de Benjamín donde habla sobre
la teoría de “las decisiones de peso”:

“Esta bien todo esto que me cuenta usted –lo inte-


rrumpió el paciente a su psicólogo– pero yo he acudido a
su consulta para que me ayude a tomar una decisión en
relación con un problema concreto que me preocupa, no
a escuchar discursos”.
Y el paciente volvió a plantearle al doctor su pro-
blema.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 83

"Ya le he contado que mi matrimonio era normal


hasta hace unos meses. Incluso mejor seguramente que
el de algunos amigos nuestros. Todo empezó cuando mi
mujer mi dijo que ya no me encontraba sexy y que era
cada día más aburrido. Desde el día siguiente empecé
una campaña de cambio de imagen, ya sabe: peinado
moderno, ropa juvenil, gimnasio, etc. Y me preocupé en
memorizar un montón de chistes con el fin de ser más
ameno. Empecé a comprarme unos cuantos periódicos
todos los días para estar informado de la actualidad y me
"tragué" los programas de televisión de más audiencia,
con el fin de conocer a los personajes de moda, incluyen-
do sus amores y desengaños y así poder opinar con cono-
cimiento de causa. Pero ni por esas. Según mi mujer sigo
siendo poco sexy y poco entretenido”.
"A eso me refería yo cuando le decía lo de las deci-
siones de gramo, medio kilo o tonelada –siguió hablando
el psicólogo– las de gramo son las de cambio de peinado,
de marca de desodorante o la de frotarse la cabeza con
rasmia, utilizando algún tratamiento capilar que se anun-
cie por televisión, para conseguir una melena brillante y
rubia, que se mueva con gracia, mecida por el viento. Las
decisiones de acudir todos los días al gimnasio y macha-
carse haciendo pesas o dedicarse todas las tardes aunque
llueva torrencialmente a correr en pantalón corto, pode-
mos catalogarla como una decisión de medio kilo”.
Y siguió diciendo:
"Cuando somos capaces de ponernos en manos de
un señor, con un cuchillo en la mano y la cara tapada
(seguramente para que no le reconozcamos si lo encon-
tramos por la calle), con el fin de que nos ponga unos
glúteos más firmes que una roca, unos pechos en forma
de pera, el mentón de Claudia Cardinale, la sonrisa pícara
de Robert Redford y la nariz del Marlon Brando de hace
84 DAVID MONTALVO

30 años, entonces, semejante decisión, hay que catalo-


garla como de 10 o 20 kilos, por lo menos”.
"Pero dígame doctor –preguntó el paciente– ¿si to-
das estas medidas no tienen la repercusión deseada, qué
debo hacer?
"Mire usted: si después de haber pasado por las de-
cisiones de gramo, medio kilo y alguna de 10 o 20 kilos,
su pareja sigue empeñada en que no es usted suficien-
temente sex-symbol para ella, yo creo que no tiene más
remedio que tomar la decisión de la tonelada. La canti-
dad de decisiones menores o medias que hay que acu-
mular antes de decidirse a tomar la gran decisión,
depende en gran manera de lo mucho o poco que odie
hacer pesas, o lo que le guste correr como un desespera-
do por todas las calles de su pueblo para ponerse tipo
fino, pero sobre todo, depende del grado de ausencia de
"sexappel" que le achaque su pareja, porque no es lo
mismo que le diga: "no estás muy sexy esta mañana cari-
ño", a un ofensivo: "eres menos sexy que Olivia, la novia
de Popeye". La cosa cambia, caramba”.
"En definitiva, que algunas personas se ahorran
mucho sufrimiento limitando el número de decisiones
menores y se deciden bastante pronto por la de más peso,
que, aunque en principio parece la más costosa en todos
los sentidos, a la larga es la más eficaz y económica. Ten-
ga siempre en cuenta que la persona más importante que
usted conoce es usted mismo y le garantizo que, si le
apetece, hay en el mundo más de cuatro personas impor-
tantes a las que usted les parecerá muy sexy y muy diver-
tido, aunque no se parezca en nada al Marlon Brando de
hace 30 años y, además, esté usted un poco calvito.”

Definitivamente, así es nuestra vida; como lo narró


el psicólogo, hay veces que tendremos que tomar deci-
siones pequeñas, de unos cuantos gramos, y cuando las
POR FAVOR, SEA EXITOSO 85

cosas no funcionen, aplicaremos la opción de la tonelada.


Por supuesto que hay un riesgo muy grande, pero siem-
pre que haya dos alternativas, lo tendremos presente. Lo
importante es darle a cada decisión su peso correspon-
diente, su momento, y el lugar más adecuado para to-
marla.
A veces nos caerán decisiones para tomar, con el
peso de veinte elefantes; otras, como un suave puñado de
algodón; todas tienen trascendencia en nuestra vida, no
podemos dejarlas pasar por alto, simplemente porque
pensamos que una es menos importante que otra. A fin
de cuentas, todas tienen repercusión de alguna forma y,
si nos quedamos sentados en la orilla, sin acción a la hora
de elegir, va a pasar el barco del éxito y va a navegar sin
nosotros.
La pregunta que quizá usted se está haciendo en
este momento es: ¿Cómo decidir?
Déjeme comentarle que no hay una fórmula mági-
ca, una receta o una ecuación matemática que nos diga
exactamente cómo tomar la mejor opción y que esa nos
asegure el triunfo.
Lo que sí le puedo ofrecer es un “Plan de control”,
en donde con ciertas preguntas y estrategias, usted ten-
drá la fuerza, inteligencia, capacidad y estabilidad a la
hora de decidir.
Si usted cambia de opinión después de tomar deci-
siones o si éstas se ven influenciadas por las opiniones de
los demás; si le toma a usted mucho tiempo a la hora de
elegir algo, tal vez es una agonía el hecho de tener que
decidir; a lo mejor, inclusive hasta ha perdido oportuni-
dades porque nunca se decidió; o si tiene que dejar que
otros decidan las cosas que son de su incumbencia, le
recomiendo que ponga en práctica este plan a partir de
este momento, para que mejore su aspecto de decisión y
86 DAVID MONTALVO

pueda crecer personalmente en esa área de suma impor-


tancia para su vida.

Plan de control

1. Para comenzar con esta estrategia para la toma


de decisiones, se necesita estar en un lugar o
espacio que se preste para no tener interrup-
ciones, por alrededor de quince minutos. De
preferencia donde no haya ningún ruido exter-
no, que sea ni tan cómodo como para quedar-
nos dormidos, ni tan rígido como para no estar
en un ambiente agradable; sin mucho atractivo
visual que nos pueda estar distrayendo. Pode-
mos agregar un poco de música clásica en vo-
lumen bajo.
2. La estabilidad emocional es básica antes de
tomar cualquier decisión. No lo podemos hacer
si estamos muy tristes, eufóricos, deprimidos o
enojados, porque tomaríamos una opción muy
balanceada hacia el sentimiento que tengamos
en el momento. Además de las claves que di-
mos en el capítulo IV para el nivel emocional,
tenemos que hacer varias respiraciones profun-
das para salir del estado en el que nos encon-
tremos. Ir poco a poco poniendo nuestra
pantalla mental en blanco y sólo pensar en la
respiración que estamos haciendo. Este es el
momento para que usted se relaje al máximo y
pueda ir entrando poco a poco a un momento
de tranquilidad, quitando los pensamientos que
pasan en ese momento, lo que tenemos que
hacer después, lo que pasó o todo lo “negativo”
que puede suceder. Recuerde que, por más
POR FAVOR, SEA EXITOSO 87

que se preocupe, las cosas no van a cambiar.


Tómese el tiempo necesario para respirar, y la
posición adecuada que más le guste, en donde
se sienta cómodo. Piense en su respiración y
vaya dejando pasar los pensamientos, como
cuando pasa un tren enfrente de usted, pero no
se sube.
3. Tome unas cuantas hojas y una pluma, para ir
anotando todo lo que vaya surgiendo en estos
quince minutos que tiene exclusivamente para
usted. Como primer punto, defina la situación
por la cual tiene que tomar la decisión; o sea, el
problema en términos reales. Pero establezca el
objetivo que persigue al decidir cualquier op-
ción.
4. Hágalo en forma de meta o frase para recor-
darlo mucho más fácil. Si está en términos ne-
gativos, hágalo positivo, y si está neutral, hágalo
específico. Ejemplo: “No sé si seguir con la
dieta”. La frase sería: “Quiero ser flaco y sen-
tirme bien, una forma es continuar con mi dieta
y otra es buscar una nueva forma de alimenta-
ción”. Para hacerlo más específico hágalo así:
“Quiero ser flaco y sentirme bien, puedo co-
menzar mi dieta a partir de mañana para bajar
los 15 kilos de más o puedo probar seguir ali-
mentándome como lo he estado haciendo hasta
ahora”
5. Trabajará con cada opción de manera particu-
lar. Todo acto tiene una intención positiva de
fondo, por lo tanto hay que descubrir que, sea
cual sea su alternativa, tiene una buena inten-
ción para usted, porque por algo la está consi-
derando como posible decisión. Va a escribir
una columna donde coloque como título, con
88 DAVID MONTALVO

una sola palabra, su primera opción. Escriba to-


das las intenciones positivas que crea usted tie-
ne esta opción, pueden ser 10, 20, 30. Si
seguimos con el ejemplo de continuar con la
dieta, la pregunta es: ¿qué ganaría si continúo
con la dieta? Escriba en dos palabras todas las
ideas que se le vayan ocurriendo. Puede ser:
sentirme bien, estar contento, tener salud, estar
feliz, verme bien, ser flaco.
6. Hará lo mismo con la segunda opción. Aunque
le parezca algo raro, el hecho de no seguir con
la dieta, también tiene para usted, de fondo,
una intención positiva. Puede ser: comer lo que
yo quiero, sentirme más relajado, no tener pre-
siones, quitarme la ansiedad. Escriba también
todas las ideas positivas que se le ocurran para
esa segunda decisión, en una columna.
7. Ya ha visto todas las intenciones positivas que
tiene cada una de sus decisiones. Tome cual
tome, tienen algo bueno preparado para usted,
sólo que es algo muy diferente. En un espacio
separado de la hoja, escriba cuál decisión hasta
este momento –después de haber visto las
ideas positivas– tiene más peso para usted hasta
ahora. Déjelo pendiente por un momento.
8. Tome de nuevo la primera opción y, con la
misma tranquilidad, dele vuelo a su imagina-
ción y vaya escribiendo de un lado de la hoja,
todas las consecuencias positivas que esta pue-
de traer consigo: toda la repercusión positiva
que puede traer si toma esa primera decisión.
Ahora, ¿qué pasaría del lado negativo? ¿Qué
consecuencias traería? Anótelas también. Haga
lo mismo con la segunda posible decisión.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 89

9. Vaya eliminando cada una de las consecuencias


positivas de la primera opción con las de la se-
gunda. Haga lo mismo con lo negativo de la se-
gunda y lo negativo de la primera, pero esto
tiene que irse eliminando de acuerdo a la im-
portancia que usted le da. Si va a eliminar una
consecuencia de mucha trascendencia en la
primera, busque una de mucho valor en la se-
gunda para quitar. La idea es que tenga al final
la menor cantidad de consecuencias positivas y
negativas, para que así pueda tener un resulta-
do más específico, después de haber visto el
“todo”.
10. Como en lo anterior, escriba cuál decisión tiene
más peso para usted en este momento. ¿Conti-
núa siendo la misma o ha cambiado?
11. ¿Hay alguna otra opción que no ha considerado
y que podría ser válida en lugar de alguna de
sus dos decisiones principales? Tómese el
tiempo necesario.
12. Revise su meta, su frase inicial. ¿Qué decisión
es la que más se asemeja o que va a ayudarlo a
conseguir el objetivo central que está persi-
guiendo?
13. Observe las intenciones positivas, los “pro” y
los “contra”, las posibles consecuencias que
traería una decisión y otra, grabe todo el mapa
que acaba de crear en este corto tiempo. Tome
con la tranquilidad suficiente la decisión que
vaya de acuerdo a lo que usted desea y a lo que
quiere lograr. Si todavía no tiene bien claro qué
hacer, deje que su mente se quede trabajando,
sígale dando un repaso rápido al ejercicio y
descanse un poco. La capacidad para tomar esa
decisión le llegará mucho más rápida, porque lo
90 DAVID MONTALVO

que antes tenía en el inconsciente, ahora lo está


haciendo conscientemente.
14. Estas hojas las puede guardar en un lugar segu-
ro, pero no necesita estarlas viendo en cada
momento, porque ya ha trabajado con ellas y su
mente ha grabado todo lo que ha vivido en este
momento. Sin que usted quiera, le llegará la
capacidad para tomar la decisión con la que tra-
bajó con este plan, de una forma sorprendente.

Este plan se puede hacer –ya cuando tenemos algo


de práctica– inclusive de forma silenciosa, cuando nos
encontramos en una situación de mucho riesgo, en donde
tenemos que decidir algo importante. Lo podemos hacer
también en la oficina, en el colegio, o en una junta de
negocios.
El único requisito es “desconectarnos” del ambien-
te y del contacto con los demás unos cuantos minutos,
para ir evaluando rápidamente las decisiones antes de
tomarlas.
No necesitamos ir haciéndolo paso por paso como
lo hicimos aquí, cada vez que lo queramos hacer; aunque
si tenemos el tiempo, es muy conveniente. Inclusive,
esta guía para tomar decisiones incluye también las deci-
siones relacionadas con modificar este plan de control.
Porque con el paso del tiempo, ya podremos irle hacien-
do variantes y ajustándolo según nuestras necesidades.
La idea básica es detenernos un momento para
pensar –cosa que muy pocos hacen– y estructurar más
nuestras ideas; tener plena conciencia de lo que vamos a
hacer, para no andar como los animales, que no saben por
dónde van, ni por qué viven.
Hay algunos que creen que, el hecho de pensar pa-
ra tomar una decisión, significa estar dudando de noso-
tros mismos, pero como lo hemos visto en la experiencia
POR FAVOR, SEA EXITOSO 91

de otros y en la nuestra, una persona que duda mucho de


sí misma, es la que actúa por instinto, porque sabe que si
piensa un poco más, puede encontrarse con otros espa-
cios nunca antes explorados, y ahí es cuando le entra el
temor.
No se trata tampoco de estarle dando vueltas a las
decisiones, sino de ver cuál es nuestro objetivo, cuáles
son las consecuencias, intenciones positivas, tomar una
opción neutral, que no sea afectada por nada más que por
nuestro propio consentimiento, y poner en práctica lo
que hayamos elegido. ¡Tan sencillo como eso!
En definitiva, como hemos visto, para tomar una
buena decisión hay que usar dos órganos indispensables:
el cerebro y el corazón.
No podemos dejar a un lado a ninguno de los dos
porque, en todo caso, tomaríamos decisiones a medias
que no nos llevarían a ningún lado positivo.
Hay que buscar siempre la eficiencia total, y el éxi-
to en el desarrollo de nuestro proyecto de vida, con el
solo hecho de recordar unas cuantas preguntas antes de
decidir, como por ejemplo: ¿Qué quiero? ¿Qué necesito?
¿Qué puedo hacer? ¿Qué pasa si hago esto o aquello?
De esa forma se pueden encontrar respuestas má-
gicas para llegar a momentos en donde vamos a tener
toda la seguridad para decidir. Va a haber momentos más
difíciles que otros, en donde usted se sentirá más com-
prometido, e inclusive comprometerá a otras personas en
sus decisiones. Pero mientras usted esté plenamente
seguro de lo que hace, y si piensa anticipadamente antes
de elegir cualquier cosa, tiene una gran parte ganada.
No quisiera cerrar este capítulo sin decir que, para
ser decisivo debemos tener: integridad para no engañar-
nos; intuición, para poder confiar en nosotros; y perspica-
cia, para saber que realmente hacemos lo mejor.
92 DAVID MONTALVO

Cuando comprendamos estos puntos y los mane-


jemos de forma automática, llegaremos a elegir de forma
rápida, eficaz, convincente, y sin tanta preocupación por
las posibles consecuencias, porque las asumiremos como
verdaderos líderes responsables.

Ahora tiene su primera misión, tiene que hacer una


decisión en estos momentos. Comenzar a ser decidido, o
seguir como ha estado viviendo hasta ahora.
Está en sus manos y USTED tiene la respuesta.
CAPÍTULO VIII
Planear para conquistar
¿De qué valdría iniciar un largo viaje sólo para
darnos cuenta al llegar a nuestro destino que no
era allí donde queríamos llegar?
- José María Vicedo-

U sted ha roto los obstáculos que le impiden


muchas veces llegar a sus sueños más altos, ha
descubierto que siempre hay que estar imaginando y
abriendo nuevos panoramas para realizar hasta lo que
parecía imposible, y en el capítulo anterior se ha dado
cuenta de lo indispensable que es ser un hombre con un
poder de decisión inquebrantable ante cualquier circuns-
tancia.
Quizás ahora usted se pregunte, ¿qué voy a hacer
con tantas ideas, sueños o proyectos tan magníficos en mi
cabeza?
A lo mejor ya decidió por dónde mover sus fichas
en este juego de la vida, ya escogió una alternativa o la
opción que le pareció más conveniente para trabajar en
este momento.

93
94 DAVID MONTALVO

Y ahora, ¿qué sigue? Como le habíamos adelantado


anteriormente, si todas esas ideas o decisiones que tome,
no las lleva a la acción es como si, prácticamente, no exis-
tieran.
Acaba usted de entrar a uno de los momentos de
mayor importancia, en donde va a poner en práctica todas
sus habilidades como gran administrador. Es el tiempo
perfecto para empezar a planear; no para que todo quede
en vagas ideas, castillos en el aire o sueños bonitos, sino
para motivarnos tanto con nuestro plan o estrategia, que
lleguemos a conquistar en la práctica el éxito definitivo
que estamos buscando.
Planear es algo sencillo, divertido, ¡y tan antiguo en
nuestra vida!
Desde que éramos unos niños nos la pasábamos
“planeando” nuestras fantasías; desde nuestras fabulosas
estrategias para hacer una travesura, hasta la manera de
hacerlas para que nuestra mamá no se enojara.
Es algo tan común y tan simple, que a veces ni nos
damos cuenta que poseemos ese don tan maravilloso de
pensar y de formular tácticas para lograr lo que queremos.
Vivimos a una velocidad tan vertiginosa, que muy
pocas veces tenemos el tiempo necesario para hacer un
alto y así poder “quitar la neblina” que nos tapa la visión
sobre cómo trabajar en el futuro.
Porque no le estoy hablando del futuro del país, de
su empresa, ni siquiera de su familia ¡Estoy hablando de
SU VIDA, lo más valioso que posee! Por lo tanto, sus
planes deben de ser igualmente de valiosos, importantes
y majestuosos.

Empecemos por lo primero, ¿ha pensado alguna


vez en los planes que tiene para el resto de su vida?
¿Cuántos de ellos ha cumplido, cuántos están en el
proceso de cumplirse y cuántos ha pasado por alto?
POR FAVOR, SEA EXITOSO 95

Si ni siquiera establece qué quiere hacer durante el


trayecto que viva, sean 10, 20, ó 50 años más, es como
salir de viaje sin un mapa: uno sabe que el destino es tal
ciudad, pero no sabe cómo llegar a ella. Es como un barco
sin timón, en donde los vientos y las corrientes del mar lo
mueven para donde quieren. Con un poco de suerte, tal
vez llegue a un puerto, pero quizá no sea el deseado por
usted.
Por ello, establecer metas cuidadosamente, con una
visión clara para el futuro y un plan bien concebido que
describa los pasos a seguir ahora y en los años venideros,
puede ser lo que marque no sólo nuestra calidad de vida,
sino la del resto de las generaciones posteriores a noso-
tros.
Sólo es cuestión de que utilicemos ciertos princi-
pios modernos de administración personal, y estar atentos
a los cambios que vayan surgiendo de las estrategias que
vayamos empleando, para transformarlas, paso a paso, en
acciones resistentes que vayan dejando huella en noso-
tros y en los demás.
Antes de dar rienda suelta a sus ideas y planes, tie-
ne que organizar lo más urgente y prioritario en este
momento: USTED MISMO.
Si no tiene control sobre las cosas cotidianas que
realiza día a día; si usted quisiera que el día fuera de 36
horas; si está más tiempo trabajando que con su familia; si
no entrega los trabajos a tiempo, tiene que darse cuenta
que todo se debe a una simple palabra, fácil de decir,
pero difícil de manejar: TIEMPO.
Tanto la administración del tiempo como la de sus
actividades diarias, siguen siendo pequeños planes que
tiene que ir haciendo para llegar a las metas finales que
se propone, a veces, hasta sin saberlo.
96 DAVID MONTALVO

Hay oportunidades en las que queremos hacerlo


todo a la vez, o lo dejamos a la buena de Dios, para que
Él se encargue de nuestras responsabilidades.
Para que un hombre encuentre el tiempo que ne-
cesita, tiene que darle a cada cosa su lugar y su tiempo.
Y esto se va a dar, primero, con el convencimiento
y el compromiso serio de la persona, de saber que debe
dar su máximo esfuerzo, de la manera más eficaz, con los
mejores medios, en el menor tiempo posible.
Parece un sueño, ¿no? Pero es posible cuando la
persona se divierte haciendo lo que hace, y tiene una
estructura mental definida sobre lo que quiere lograr en
cada actividad y el tiempo en que lo va a realizar, ¡no
más, sino el necesario!

Comencemos, hablando del “campo de batalla”.


“Dime cómo está tu lugar de trabajo y te diré cómo
eres”, dicen por ahí.
Para algunos, su espacio es una oficina, el salón de
clases, un consultorio, un hospital, su propia casa o hasta
una carpa de circo. Cada uno tiene su propio “hábitat”.
Pero es simpático cómo las personas que más se quejan
de que no les alcanza el tiempo, que no pueden comple-
tar el trabajo porque les faltó información, que viven per-
diendo sus archivos más importantes, son los que tienen
una verdadera “guerra mundial” en su lugar de trabajo:
parece que acaba de pasar un huracán y que les volteó el
escritorio, los libros y las papeletas.
No falta la persona que piensa que una mayor can-
tidad de libros, papeles o lámparas color neón en su “há-
bitat”, demuestran que está más ocupado que los demás.
En verdad, sucede casi siempre lo contrario: las personas
que tienen más “distractores” en su mesa de labores, son
presas fáciles a estar perdiendo el tiempo y a dejar su
trabajo para después o para “otro ratito”. En cambio, una
POR FAVOR, SEA EXITOSO 97

persona que tiene su espacio cuidado, ordenado y que


sabe dónde tiene cada cosa es, normalmente, una persona
que se dedica exclusivamente a lo que tiene que hacer.
Es conveniente que estemos revisando constante-
mente nuestro lugar de trabajo, quitando los papeles que
estorban o que, inclusive, ya no nos interesan, y para eso
es ideal tener algún archivero con separadores para ir
poniendo el material en cada área.
Quitar todo tipo de atractivo visual extra que nos
vaya a causar una distracción por tiempo prolongado,
como los que tienen decenas de fotos de su familia; está
bien evocarlos en ciertos momentos, pero muy proba-
blemente pueden ser factores que nos estén recordando
las situaciones que vivimos en la casa. Dejemos en casa
lo de la casa y en el trabajo lo que es del trabajo.
También algo indispensable es hacer cada semana
–o quince días– una revisión general de lo que tenemos
en la oficina o lugar de labores. Ir rompiendo los papeles
que hemos pasado y que sólo ocupan espacio: hacer eso y
darnos cuenta lo que hemos ido avanzando en nuestro
trabajo, suele ser una buena terapia.
Si trabajamos en una oficina y tenemos que recibir
a más personas, hay que poner únicamente dos sillas ex-
tras. Hacer el espacio agradable de más, se presta para
que todos nuestros compañeros estén en ese lugar, plati-
cando, y perdiendo muchas veces el tiempo vital para la
empresa u organización. Cabe aclarar que es un lugar de
trabajo; por lo tanto, evitemos estar comiendo en ese
momento.
Uno de los instrumentos clave para lograr el éxito
en nuestra planeación es, sin lugar a dudas, la agenda
personal. No se trata de usar un brillante aparato con toda
la tecnología del universo o los famosos papelitos con un
clip. La idea es que, dependiendo de las necesidades de
cada persona, ésta se adapte una agenda a su gusto y pre-
98 DAVID MONTALVO

ferencia. En el mercado hay de todos tipos, tamaños y


colores; sólo hay que cuidar que tenga un calendario para
marcar nuestras fechas importantes, un directorio telefó-
nico –aunque sería bueno tener uno por separado– y,
sobre todo, una muy buena capacidad de texto en cada
día, separado por horas, para ir anotando las sugerencias
correspondientes a cada asunto.
Podemos reservar unos quince minutos en la noche
para planear las actividades del día siguiente. Hay algu-
nos eventos ya establecidos con anterioridad –o meses de
anticipación– como fiestas, bodas, convenciones, congre-
sos, vacaciones. Pero la mayoría de los compromisos van
surgiendo con el paso de los días, es por eso que tenemos
que “actualizarla” diariamente, para que no se nos pase
ningún detalle y no tengamos pretexto alguno para no
cumplir, ya que entre ellos se encuentran los famosos
cumpleaños de nuestros amigos, familiares, compañeros
de trabajo o contactos importantes. No hay mayor detalle
de afecto para una persona que hacerle una llamada,
mandarle una carta, un correo electrónico o un presente
el día exacto de su cumpleaños. Con la agenda a la mano,
podemos ir anotando los cumpleaños de cada uno de
nuestros conocidos, para no pasar por alto esas fechas
donde tenemos que estar presentes en la vida de los de-
más.
No significa que las agendas sean sólo para anotar
números telefónicos, cumpleaños o frases motivacionales.
Además de que nos ayudan a mantener un gran orden en
nuestra vida social, hacen que le demos un poco de res-
peto e importancia a nuestras responsabilidades en los
diferentes roles que jugamos en la sociedad. Sin este
orden un poco ya más establecido a la hora de trabajar,
nuestros resultados serían menos ágiles y efectivos.
Es imprescindible tener nuestra agenda siempre
con nosotros, en los lugares donde vamos a llevar a cabo
POR FAVOR, SEA EXITOSO 99

un trabajo o cita importante. Si hay algo que define a un


hombre exitoso, es su capacidad de organización en el
lugar donde se encuentre, tener “frescas” todas sus ideas
y anotar las que quedarán pendientes; hay que tener mu-
cho cuidado con quién y en dónde la manejamos, para no
extraviarla ni perder ningún tipo de información valiosa.
Hay veces en las que vamos a tener que trabajar
basados en prioridades, para poder hacer un uso efectivo
y real del tiempo. No somos superhéroes; si no nos orga-
nizamos, el tiempo parece hacerse más corto y, por más
que queremos hacer decenas de actividades en un mismo
día, sólo podemos cumplir con algunas de ellas.
Eso también forma parte de la decisión y de la pla-
neación que tengamos a la hora de proponer nuestras
labores en el día. Si hacemos una balanza mental y vamos
poniendo las actividades, una por una, pesando su verda-
dero valor, encontraremos que hay algunas que tienen
más importancia para nosotros que otras. Lo interesante
es hallar la clave correcta para saber cómo planear cada
día, cada semana, cada mes, ¡nuestra vida!, con sus dife-
rentes cambios, características y contratiempos que vayan
surgiendo.
Para aprovechar mejor nuestro tiempo y hacer ren-
dir nuestro día, hay diferentes formas para clasificar las
actividades. Me quise centrar en la matriz de administra-
ción del tiempo que define Stephen R. Covey en su obra
“Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”.
Para esto, él propone que todas nuestras acciones
las dividamos de esta forma:

• Extremadamente urgente o crisis


• Urgente Importante
• Previsión
• No importante
100 DAVID MONTALVO

La actividad extremadamente urgente es algo que


debemos sacar de inmediato, de una forma u otra tene-
mos que terminar con ello en el menor tiempo posible;
normalmente, si no cumplimos con eso, puede traernos
consecuencias muy desagradables. Por otro lado, lo ur-
gente es algo que, a fin de cuentas, se tendrá que realizar.
Contestar el teléfono, acudir a una cita de trabajo, pre-
sentar un examen profesional o pagar los recibos a tiem-
po, son ejemplos de cosas urgentes.
Las tareas importantes y de previsión son aquellas
a las que tenemos que dedicar más tiempo y en las que
es preferible centrarse. Son todos los trabajos de “mante-
nimiento” o reparación, que en su día nos ahorrarán
tiempo y esfuerzo.
Como tenemos diversas vertientes y distintos cen-
tros de atención, es importante equilibrar las actividades
y no descuidar áreas importantes como la salud, el creci-
miento personal, las relaciones sociales y las familiares.
El área de “no importante” se refiere a todo aque-
llo que engloba nuestros gustos, pasatiempos, descansos
o diversión que, a pesar de que no le debemos de dar
mucha prioridad en nuestro horario, no podemos de per-
derlo de vista, porque es lo que nos crea un ambiente
más tranquilo y relajado para el esfuerzo constante en
áreas de mayor riesgo.

La planificación será más efectiva si se distribuye


un cierto número de tareas a lo largo de la semana: de ahí
la importancia de la agenda.
A partir de cada uno de los roles, se han creado
unas actividades en consonancia con los principios perso-
nales que tenemos.
Por ejemplo:
POR FAVOR, SEA EXITOSO 101

Rol: Padre, objetivo: transmitir amor a mis hijos.


Aplicación en mi agenda: el jueves por la tarde llevaré a
mis hijos al cine.

Rol: Dependiente, objetivo: aumentar mi clientela.


Aplicación en mi agenda: voy a reformar el escaparate de
la tienda.

Esto no significa que éstas sean las únicas activida-


des semanales que se hagan dirigidas por nuestros prin-
cipios, porque si el jueves por la tarde lleva a sus hijos al
cine y el viernes se comportó mal con ellos, no llega a
ninguna acción positiva. Lo importante es no perder de
vista aquello realmente valioso en lo que creemos.
Entre las cosas más valiosas, además de nuestra
administración personal del tiempo y el trabajo, se en-
cuentra nuestro futuro. Muchos están en una búsqueda
constante de adivinos o clarividentes que, en su mayoría,
son charlatanes, para que les den pistas e ideas sobre
cómo será el resto de su historia. Algunos se gastan fortu-
nas en conocer esas respuestas que causan tanta intriga
en la mente del hombre.
¿Seré millonario, exitoso, famoso? ¿Tendré al hom-
bre o a la mujer de mis sueños? Pero es increíble ver có-
mo un escaso porcentaje ha decidido planear el resto de
su vida, invirtiendo sólo un poco de tiempo y esfuerzo
mental.
También se aprende a planear, basándose en la ex-
periencia de los mismos golpes que da la vida; o de la
visión que tienen los otros, que ya han caminado antes
que nosotros, sobre el trayecto que falta recorrer.
La planeación estratégica en los proyectos que ten-
gamos, es parte de este aprendizaje que iremos viviendo,
porque nos ayudará a lograr una mejor aplicación de los
recursos humanos, financieros, espirituales y materiales.
102 DAVID MONTALVO

Así como un arquitecto elabora una maqueta antes


de construir un edificio –tomando en cuenta hasta el más
mínimo detalle y siguiendo cada uno de los pasos con
mucha precaución para tener una estructura final casi
idéntica al modelo que quiere conseguir– debemos hacer
lo mismo en cada uno de nuestros planes, que pueden
variar desde cómo hacer para negociar la venta de nuestro
automóvil, o cómo firmar un contrato multimillonario con
una gran compañía, hasta cómo bajar de peso.

Para realizar cualquier plan se requiere seguir unos


sencillos pasos que, así como en la toma de decisiones,
sólo es cuestión de algo de práctica para que lo empece-
mos a hacer de forma automática cada vez que tengamos
que sacar estrategias para la solución de cualquier pro-
blema.
Hay que recordar que, para que un plan sea válido,
éste debe ser sencillo, sin mucho “rollo” o complicacio-
nes que lo hagan más difícil de cumplir. Flexible, para
poder hacerle los cambios convenientes, de acuerdo a las
necesidades, al tiempo y, más que nada, a los resultados
que vayamos obteniendo. Creíble, porque no podemos
hacer un plan para imaginarnos cómo ser millonarios en
un mes, si ni siquiera en estos momentos tenemos un
trabajo estable.
El plan debe considerar los asuntos más importan-
tes que se van a elaborar en determinado tiempo. Como
sabemos, no se ejecutan solos; por lo tanto, hay que ver
en qué áreas se va a dividir y si nos haremos responsables
de cada una de ellas o vamos a poner a alguien más. Se
establecerá un calendario y un programa para cada una de
las actividades y se tendrán fechas exactas para juntas de
evaluación, en caso de que lo hagamos en equipo y, si no,
proponer una cita especial para detenernos a analizar
cuánto estamos avanzando hacia la meta.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 103

En resumidas cuentas, aquí presento los pasos para


realizar cualquier plan, con en el que –si le damos un
buen seguimiento– tendremos mucho éxito.

Pasos del proceso de planeación

1. Establecer la misión global por la cual quiere


desarrollar su plan.
2. Analizar el contexto o medio ambiente en el
que se desarrollaría su plan; esto es desde cul-
tura, política, economía, salud, mercado, fuen-
tes de financiamiento, información demográfica
pertinente, hasta influencia de amigos, familia-
res, escuela o trabajo.
3. Realizar el análisis FODA: Evaluar tanto las
fortalezas y debilidades internas, como las opor-
tunidades y amenazas externas. A base de “llu-
via de ideas”: esto es para tener un sano
equilibrio entre sus puntos positivos y negati-
vos. Para que lo sepa controlar y no sea sor-
prendido de un día para otro. Si realmente se
conoce y saca el potencial que lleva adentro y
así mismo se da cuenta de lo que trae la socie-
dad, puede hacer una fuerte estructura y sacar
respuestas anticipadas, incluso de los proble-
mas.
4. Enunciar objetivos generales. ¿Qué quiere?
¿Por qué lo quiere? ¿Cómo lo quiere?
5. Seleccionar estrategias para lograr los objetivos
generales. Ahí es cuando establecerá los medios
más eficaces, los que tiene a la mano y los que
puede hacer surgir; también sacará a la luz el
“cuándo”, con fechas, hora, lugar, y personas
involucradas en su proyecto.
104 DAVID MONTALVO

6. Plantear objetivos específicos. Trabajar por


medio de áreas, para ir por partes en vez de
abarcar el “todo”. Sea más concreto, ¿qué quie-
re lograr exactamente?
7. Escoger actividades para cada objetivo especí-
fico y desarrollar planes de trabajo. Váyase di-
rectamente a la futura acción.
8. Preparar un plan financiero, si es que lo nece-
sita, de acuerdo con las estrategias establecidas.
9. Proponer una medida real y creíble que pueda
decirle a usted cómo va realmente en su plan
dentro de cinco días, una semana, un mes o dos
años.
10. Pasar la información estructurada a una carpeta
con argollas, para poder revisarla y hacerle
cambios siempre que sea necesario.
11. Hacer la junta de evaluación o tomarse su
tiempo de análisis, una semana después de ha-
ber iniciado su plan.

Si realmente hiciéramos un plan bien elaborado


–con la mayor parte de estas sugerencias y para cada uno
de los proyectos que tenemos– nuestro tiempo nos alcan-
zaría para muchas más cosas; no andaríamos corriendo de
un lado a otro, podríamos estar midiendo los resultados
de forma concreta y real, trabajaríamos en forma más
positiva, más relajados y con una mirada hacia el futuro
más esperanzadora que la mayoría.
Habrá momentos más difíciles que otros –eso no lo
niego– en donde algunas cosas no saldrán tan bien como
esperábamos; pero si tenemos bien clara nuestra meta
final, no tenemos por qué preocuparnos.
Sólo tenemos que ser conscientes de dar siempre lo
mejor de nosotros mismos y que, no importa el juego de
cartas que nos toque, ¡sino la forma cómo juguemos!
POR FAVOR, SEA EXITOSO 105

¡Decídase hoy, de una vez por todas!


Atrévase a planear lo que va a hacer el día de ma-
ñana, en un año, ¡durante el resto de su vida!
Siempre vaya en busca de nuevos horizontes inex-
plorados, pero con brújula en mano, para saber a dónde
se dirige.

Sea un hombre organizado, que visualiza y constru-


ya su futuro.

Siga su más grande sueño, ponga la mejor estrategia


para lograrlo, póngala en marcha, y...

¡Recuerde esto cuando llegue a la CUMBRE DEL


ÉXITO!
CAPÍTULO IX
Qué sencillo es ser feliz
Tú buscas, amas, sufres, trabajas, te diviertes, es-
tudias, cantas, rezas, lloras, quieres vivir, crees,
tienes miedo, esperas... ¿ pero, en realidad vives?
-Anónimo-

E stamos atravesando el umbral de esta cultura


de éxito, a medida que vamos caminando por
cada capítulo.
Poco a poco fuimos conociendo formas diferentes
–algunas ya conocidas pero jamás aplicadas– para hacer
de nuestra existencia algo que deje un impacto en esta y
las futuras generaciones.
Pero hemos llegado al momento justo para hacer
una reflexión, ¿de qué le sirven al hombre tantas ideas
nuevas o estrategias fabulosas, tantos logros, tanto éxito,
si no vive plenamente pero, sobre todo, si no lo hace con
alegría y entusiasmo?
La felicidad es un tesoro tan buscado por los hom-
bres hoy en día que, si existiera una persona que inventa-
ra una píldora mágica para encontrarla, se convertiría en
millonario instantáneamente.

107
108 DAVID MONTALVO

Porque, dígame usted, ¿quién no desearía com-


prarla?
Desdichadamente, estar en la búsqueda de la feli-
cidad se hace toda una aventura peligrosa, arriesgada y, a
veces, hasta desesperante, porque en muchas oportuni-
dades buscamos –sin saber hacerlo– en los lugares menos
indicados, pensando que unos minutos de diversión o
placer nos van a dar esa paz y tranquilidad que necesita-
mos.
Algunos han tratado de encontrarla en la música, en
el arte o en el trabajo; otros, más lamentablemente, en las
drogas, el sexo o el alcohol. Muchos, ni siquiera se han
tomado la molestia de indagar y, simplemente, se levan-
tan cada mañana diciendo: “ni hablar... otro día para so-
brevivir”, “es que no soy feliz”, “estoy deprimido,
triste”.
Esto me recuerda cuando hace tiempo conocí a un
joven que se encontraba en ese “estira y afloja”, inten-
tando descubrir el punto exacto para ser plenamente
feliz.

En ese entonces, ya todos los jóvenes habían aban-


donado el auditorio al finalizar la conferencia que les
había ofrecido esa mañana.
Me sorprendió ver que uno de ellos esperó hasta
los últimos minutos para encontrarse conmigo. Fue cues-
tión de instantes, pero bastaron para darme cuenta de
que aquel joven tenía mucho para contar.
Dieciocho años, estudiante de preparatoria, una
familia unida, lleno de grandes proyectos y satisfacciones
personales. Amigos que lo apoyaban, situación económica
estable y un futuro prometedor.
Una vida que podría proyectarse alegre, positiva y
llena de éxito. Pero al ir platicando, me di cuenta que
para él era una lucha constante, la de levantarse cada
POR FAVOR, SEA EXITOSO 109

mañana y decir: “No soy feliz en estos momentos de mi


vida”.

¿Por qué les resulta tan complicado ser felices a


millones de personas que, al parecer, lo tienen todo?
Me atrevo a hacerle una pregunta más personal:
¿qué necesita en estos momentos para sentirse bien?
¿Que alguien llegue y le dé un abrazo, un beso, una son-
risa? ¿Ganar un millón de dólares? ¿Adquirir el auto de
sus sueños? ¿Viajar al lugar más exótico del planeta?
¿Conseguir el empleo que siempre ha soñado? ¿Encon-
trar a la pareja que siempre ha esperado?
Definitivamente, lo crea o no, no necesita absolu-
tamente nada de lo anterior para ser feliz. Un millón de
dólares, un automóvil, un abrazo, inclusive otra persona,
por sí mismos, no le producen la felicidad.
Si lo desea se puede sentir bien en este preciso ins-
tante, ¡POR USTED MISMO!

La felicidad es tan sencilla o tan complicada como


nosotros queramos que sea. Se encuentra a una distancia
tan corta, que a veces ni nos damos cuenta que existe en
nuestras vidas.
Aquel joven con el que me topé después de la con-
ferencia, fue la razón primordial para escribir este libro.
La posibilidad de mostrar la felicidad y el éxito
como un camino sencillo, práctico y disponible para cual-
quier ser humano, se descubre en todas las posibles he-
rramientas y estrategias que usted ha descubierto en su
lectura y que podrá aplicar en cualquier momento de su
vida y que, además, han sido probadas con éxito en infi-
nidad de personas, desde hace mucho tiempo.
Aquí no se trata de descubrir el hilo negro de cómo
llegar a ser feliz. No voy a ser su maestro, porque no es-
toy graduado en la licenciatura en Felicidad o en Reali-
110 DAVID MONTALVO

zación Personal. No hay nada nuevo que enseñarle a una


persona, lo único que puedo hacer es ayudarlo a descu-
brir lo que USTED ya lleva por dentro.

Lo que sí le puedo asegurar, es que este joven del


que le he hablado
–utilizando todas las técnicas y beneficios de cada
capítulo que ha leído– pudo dar un giro total a su vida,
para sentirse un hombre que vive plenamente feliz.
Hace poco tiempo, volví a encontrarme con él y me
platicó acerca de su interés por compartir su experiencia
con cuanta gente pudiera. Lo que vivió lo resume en una
frase: ¡Qué sencillo es ser feliz!

Ha pasado un año desde aquel encuentro, desde


aquel reto con la vida, pero sobre todo con él mismo. Hoy
escribe este libro. Hoy es un gran amigo. ¡ESE AMIGO,
SOY YO MISMO!

José Luis Martín Descalzo mencionó la frase “Los


humanos no nacemos felices ni infelices, sino aprende-
mos a ser una cosa u otra”.

¡Cuánta razón tenía aquel hombre! De la noche a la


mañana puede cambiar nuestra vida, esos “tiempos difí-
ciles” se vuelven fáciles y hasta descubrimos destellos de
luz en la oscuridad. Todo es cuestión de darle la vuelta a
nuestra manera de trabajar, de pensar y de vivir.
Hasta hace un año aproximadamente, la felicidad
era un concepto oscuro y muy lejano en mi vida. Pensaba
que era algo tan complicado, que hasta llegué a creer que
el ser humano no alcanzaba a lograr ese estado durante su
estancia en la tierra.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 111

Apenas soy un joven universitario; sin embargo, he


pasado por experiencias que pocas personas han tenido la
posibilidad de vivir.
Antes no encontraba ese “click” que diera un giro
en mi vida y me reprimía con situaciones del pasado, que
me hacían topar contra una pared falsa, buscando todo
aquello que me hiciera pasar momentos agradables.
Creo que todos hemos pasado por momentos en
que la vida no nos ha sonreído, pero ¿qué pasaría, si noso-
tros le sonriéramos a la vida? Sería una maravilla, ¿no
cree?
Porque si lo vemos desde otra perspectiva, hay per-
sonas que, al parecer, lo tienen todo; lo que quizás ahorita
usted está buscando y, aún así, no encuentran la felici-
dad. Para ser feliz, no necesita de cosas materiales. Inclu-
sive, nada ni nadie tiene la obligación de hacerlo a usted
feliz. Es una responsabilidad única, personal, ¡SUYA!
La felicidad es tan sencilla, que se encuentra en
nuestro interior. Nosotros tenemos el fabuloso poder de
decidir en todo momento o circunstancia cuándo, cómo y
con quién ser felices.
La felicidad es una tarea interior que radica en su
corazón, en su mente y su alma: una lucha de todos los
días.
Una persona llega a vivir plenamente feliz cuando,
a pesar de ser despojado de todos sus “apegos” de la tie-
rra, como es un empleo, el dinero, otras personas, se si-
gue sintiendo un ser único y especial.
En resumen, lo único que necesita para ser feliz, es
estar vivo, abrir los ojos cada mañana y decir: ¡Vamos a
disfrutar este día!

¿Parece fácil? Créame que SÍ lo es, ¡si usted lo de-


cide!
112 DAVID MONTALVO

Es todo un proceso que irá desarrollando de forma


sencilla, si así se lo propone.
Simplemente, hay que partir de que “lo grandioso
también se descubre en lo sencillo”.

“La fascinación es el sentimiento que nace en no-


sotros ante lo bello; es el encanto, el gozo íntimo que las
cosas bellas y los actos nobles provocan en nosotros”,
diría David Noel Ramírez.

Lo más hermoso de este planeta, y en donde po-


demos darnos cuenta que sí existen posibilidades muy
cercanas a nosotros para ser felices, se encuentran en lo
cotidiano.
En las cosas ordinarias que no nos cuesta trabajo
disfrutar. En las que ni siquiera tenemos que invertir
nuestra fortuna para obtenerlas. Para gozar del mundo,
simplemente debemos tener la aptitud de fascinarnos
con lo que vemos a diario.
Descubra la felicidad en las cosas más sencillas que
le regala la vida: su familia, un atardecer, sus pasatiempos
favoritos, una oración. Simplemente relájese y viva con
una sonrisa, sin apegarse a las cosas del mundo.
Recuerde que no son esos detalles los que lo hacen
feliz, sino la forma en que usted se transforma después
de contemplarlos. Valore en su interior esos pequeños
momentos que muy pocas veces se da usted la oportuni-
dad de presenciar.
Deje a un lado sus preocupaciones, agobios o cosas
que le impidan tranquilizarse para ver un paisaje, tomar-
se un café con un amigo, disfrutar su platillo favorito, o
visitar a sus abuelos.
No se trata tampoco de desgastarse con grandes co-
sas, sino vivir miles de las pequeñas.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 113

Para llegar a esta plenitud de vida extraordinaria,


tampoco necesita irse a meditar a la montaña más lejana
que conozca, ni hacerse un monje del Tibet o un ermita-
ño.
¿Cuántas personas conoce usted que hacen su vida
normal, como todos, pero que le dan ese toque mágico de
disfrutar al máximo cada pequeño detalle?
Desde una madre, que ha dedicado la mayor parte
de su vida a sus hijos –que le ha costado sacrificio y can-
sancio– pero que, sin embargo, es completamente feliz,
porque vive cada día con amor y entrega constante, hasta
un gran empresario, que ha pasado muchos años traba-
jando para llevar el pan a su casa, pero que ha sabido
encontrar en lo que hace una grandiosa oportunidad para
servir y dar a los demás, que vive cada día de trabajo co-
mo el primero, lleno de entusiasmo y alegría.
Como ve, la idea no es alejarse del mundo y de las
cosas que nos rodean sino, estando en el mundo, cambiar
nuestra forma de ver lo que hacemos, para disfrutar y
vivir, en lugar de que pasen sin sentido, desde los mo-
mentos que parecen insustanciales, hasta los más impac-
tantes.
Una de las cosas más sencillas –y que produce
cambios extraordinarios en la vida de los demás– es re-
galar una sonrisa.

Aristóteles describía a la risa como “un ejercicio


corporal valioso para la salud”.

Y el Rey Salomón, hace millares de años, decía en


sus proverbios: “un corazón alegre nos hace tanto bien
como una medicina, mientras un espíritu quebrantado,
nos seca hasta los huesos”.
114 DAVID MONTALVO

Además, la risa es el remedio más fácil, rápido y


gratuito de relajación, divierte e interrumpe la fuerte
actividad mental, impidiendo que nos entretengamos en
cosas que muchas veces no son buenas para la salud. Le-
vanta el espíritu cansado y hace que nos sintamos libres,
hombres nuevos. Reírnos y tener un buen humor, reju-
venece –la medicina no se cansa de comprobarlo– mejora
nuestro rostro y hasta nuestros órganos funcionan mejor
cuando nos sentimos felices.
No por nada se ha creado la famosa terapia de la ri-
sa, o “risaterapia”, que ha tenido efectos sorprendentes
en personas con enfermedades complicadísimas, en don-
de tal vez no los curan al cien por cien, pero les hacen
mejorar la calidad con la que están viviendo, que a veces
es lo más importante.
Pero dígame usted, siendo sincero, ¿cuántas veces
sonreímos al día? No porque nos contaron un chiste o
vimos algo gracioso en la televisión sino, simplemente,
porque teníamos ganas de sonreír. ¿Dos veces, una, nin-
guna?

Cuando voy por algún lugar público, me gusta ob-


servar los rostros de la gente, y es increíble cómo cada
cual va metido en su mundo; si diéramos el premio a la
“cara más amargada” cada vez que vemos pasar a cientos
de personas, estaría muy difícil escoger al ganador. Créalo
o no, sólo basta con prestar un poco de atención, para
darse cuenta que ya la gente se cansó de sonreír y, algu-
nos... ¡hasta de vivir!

¿Quiere ser feliz? ¡SONRÍA!


Lo reto a sonreír en todos lados, estando solo o
frente a cientos de personas. Si va usted en su automó-
vil... ¡Sonría! Se dará cuenta cómo la gente que está a su
alrededor empieza a murmurar: “mira a ese tonto que se
POR FAVOR, SEA EXITOSO 115

está riendo solo”. Cuando vaya usted de compras a un


supermercado, sonría cada vez que se topa con alguien y
verá qué gran conflicto le causa a la otra persona, porque
no sabrá qué hacer. ¿Quiere ver caras de sorpresa en un
restaurante o en su trabajo? Ponga una cara alegre y di-
viértase a lo grande aunque, al parecer, haya mil proble-
mas que resolver. Cuando vaya caminando solo por la
calle, dele un afectuoso “buenos días” a la persona que
pase a su lado, aunque no la conozca, y póngase a ver la
cantidad de respuestas. Los demás pensarán que está
borracho o loco, porque la sociedad actual no acepta a los
optimistas pero, ¿sabe por qué? ¡Por envidia!

Para fomentar la risa y el buen humor, le regalo al-


gunos puntos prácticos así como un día me los ofrecieron
a mí; creo que sería bueno aplicarlos aunque, como sabe,
hay miles más que puede ir agregando.

1. Frecuente espectáculos humorísticos, vea pe-


lículas cómicas, trate de tener en mente siem-
pre algunos chistes.
2. Ríase de usted mismo, para que su buen hu-
mor caiga realmente bien.
3. Busque el lado gracioso, no de situaciones trá-
gicas, pero sí de los problemas, imprevistos, o
situaciones embarazosas.
4. Fomente todo el buen humor que pueda con-
seguir de otros, y estimúlelo con el suyo propio.

Nunca olvide que su único compromiso en esta vi-


da es SER FELIZ, y ayudar un poco para que otras per-
sonas también puedan serlo.
Decídase y descubra el maravilloso regalo que tie-
ne en sus manos.
116 DAVID MONTALVO

La felicidad está en usted, es cuestión de que la vi-


va día a día.
Pero que no se quede en usted, porque la felicidad
que no se comparte, no es felicidad total.
Todos necesitan siempre una palabra de aliento,
una palmada en la espalda o una prueba de fidelidad para
ver la vida de otra manera. Siempre esté pendiente de
cómo puede contagiar su alegría a la gente con la que
convive diariamente. Porque dos personas felices, es
mejor que una. Trate de crear toda una cultura de alegría
y optimismo por donde quiera que vaya, y será recordado
para siempre.
Definitivamente, como nos pudimos dar cuenta, de
nosotros depende absolutamente que nos llegue la des-
gracia o la felicidad. Somos actores principales de esta
fabulosa obra llamada vida y constructores de nuestro
propio destino.
Hace mucho tiempo, el gran director de esta pelí-
cula –Dios– nos ofreció un guión en blanco y nos otorgó
el papel protagónico. Sin darnos cuenta, fuimos invitando
a diversos actores y actrices para que las escenas tuvieran
mayor impacto y nuestro filme estuviera en las mejores
carteleras y, obviamente, para que ganara uno que otro
premio de la academia.
Hasta nos hemos convertido en magníficos autores;
la historia completa la fuimos escribiendo poco a poco.
Aquí no hay cortes, descansos o “faltas de presupuesto”.
Cada película tendrá una duración diferente pero, sin
embargo, la magia no dependerá del tiempo, sino de la
intensidad con que la vivamos.
¿Nuestros honorarios? Estar vivos.
¿Nuestro compromiso? Ser felices y disfrutar al
máximo el tiempo que dure la película.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 117

Esta película tiene una serie de recomendaciones


que nos van a ayudar con el compromiso que nos hemos
propuesto.
Tomadas del libro “Felicidad, ¿dónde estás?” de
David Noel Ramírez, se plantean como pequeñas claves
para triunfar en nuestro camino al éxito y a la felicidad
definitiva.

1. Hay que amar y dejarse amar


2. Descubra lo fascinante de lo cotidiano
3. Enfrente sus conflictos con armonía
4. La soledad y la buena comunicación son sus
mejores aliados para crecer
5. Nunca olvide su sistema de valores: piedra an-
gular de la felicidad
6. Antes del “tener”, está el “ser”
7. Después de todo sufrimiento, siempre hay algo
positivo que transformará nuestra vida
8. Viva para servir
9. Conózcase, acéptese y ámese
10. Lo mejor de la vida, siempre sucede en familia

En el día de hoy, ¡ANÍMESE, LEVÁNTESE,


MUÉVASE!

No deje para mañana esa grandiosa oportunidad de


transformar su destino y empezar a ser plenamente feliz.
No se queje de los problemas, sea parte de la solu-
ción; diviértase resolviendo cada situación que sucede en
su vida.
Lo que necesitaba para encontrar la felicidad ya lo
tiene: es usted mismo.
Sonría ante todo y comparta esa alegría por donde
quiera que vaya; sea una estrella brillando en medio de la
oscuridad.
118 DAVID MONTALVO

Viva cada instante como si fuera el último día de su


existencia, vaya siempre de la mano de Dios y se dará
cuenta qué fácil es ser FELIZ... PARA EL RESTO DE
SU VIDA.

“Una persona feliz no es alguien que se halla en


una determinada serie de circunstancias, sino más
bien alguien que adopta una determinada serie de
actitudes”
-Jack Canfield y Mark Victor Hansen-
CAPÍTULO X
La magia de dar
"Recuerda que cuando abandones esta tierra, no
podrás llevar contigo nada de lo que has recibido,
solamente lo que has dado: un corazón enriqueci-
do por el servicio honesto, el amor, el sacrificio y
el valor”
- San Francisco de Asís-

I magine la siguiente escena: acaba de perder toda


su fortuna por unas malas decisiones; se encuen-
tra sin trabajo, sin hogar, sin nada para comer. Usted –un
antiguo hombre de prestigio, “adinerado”, de fama por
todos lados– ha caído en bancarrota, se encuentra endeu-
dado por todos lados y no tiene siquiera para comprar la
comida del día de hoy para alimentar a sus hijos. Con la
ropa desgastada, sin haberse bañado, va de casa en casa
–por donde antiguamente vivía– para pedir algo de dine-
ro, o aunque sea un vaso con agua. Por su estado “irreco-
nocible”, todos le cierran las puertas, recibe malos tratos
y hasta uno que otro insulto.
¿Qué pasaría por su mente en esos momentos? Us-
ted necesitaba, además de algo de comida, por lo menos

119
120 DAVID MONTALVO

una palabra de aliento, apoyo moral para pasar por esa


crisis tan tremenda que llegó a su vida.
Sin embargo, nadie se tomó la molestia de recibirlo,
todos estaban en sus múltiples ocupaciones y, como no lo
conocían, prefirieron decirle, “venga después”.
Viéndolo fríamente, a usted lo pasaron por alto, y
nadie le dio nada, ¡ni siquiera un poco de tiempo!
Si volteáramos la escena y usted estuviera del otro
lado, en cada uno de esos hogares, recibiendo a aquel
hombre, ¿cómo hubiera reaccionado? ¿Qué tanto se hu-
biera negado o qué tan bien lo hubiera recibido?
A lo mejor, ya que lo ve desde otra perspectiva y se
da cuenta que usted podría estar en ese mismo lugar,
hasta lo invitaría a su casa a tomar una taza de café y le
daría todo el tiempo del que dispone, para conversar con
aquella persona que lo necesita tanto.
Esta imagen es el espejo de lo que sucede día a día
en la sociedad.
Seres humanos que van en busca de un apoyo, sea
cual fuere, no necesariamente material, tocando puertas y
puertas, mientras que del otro lado hay personas que
prefieren su comodidad y egoísmo, que no se atreven a
brindar una mano, a menos que haya un interés de por
medio.
Por otra parte, sólo cuando vivimos en carne propia,
la necesidad de algo primordial, somos capaces de enten-
der a los demás. ¿Pero quién de nosotros ha tenido todo
en esta vida? ¿Quién de nosotros no conoce la soledad, la
tristeza, la desesperación de perder ciertos bienes?
Lo que sí sabemos es que, en esos momentos difí-
ciles, agradeceríamos que por lo menos una persona nos
abriera la puerta de su corazón; entonces, ¿por qué no dar
siempre algo de nosotros mismos a los demás, aunque no
nos lo pidan?
POR FAVOR, SEA EXITOSO 121

El momento de mayor satisfacción que he vivido


en mi corta historia, fue cuando di algo de lo que tenía a
otra persona, sin recibir nada a cambio. La alegría surge
de haber sido un instrumento positivo en la vida de ese
“desconocido” que, con el paso del tiempo, se convierte
en la persona que más impacto te ha dejado.
Esta cultura de servicio la heredé de mis padres,
que desde pequeño me enseñaron a dar siempre, no lo
que me sobraba, sino lo que más me costaba, a conocidos
y desconocidos. Lo digo con orgullo, porque gracias a eso
formaron en mí una voluntad recia y generosa y, en con-
secuencia, he tenido las mejores experiencias durante mi
vida.
Siento que a la mayoría nos ha pasado: desde pe-
queños nos inculcaron el gran valor del dar, desde la li-
mosna al anciano que pasaba por la calle, hasta algunos
de nuestros juguetes a otros niños en Navidad. ¡Cómo
nos llenaba de alegría, el hecho de ver sonreír a un viejo o
a un niño! ¡Era nuestro pago más importante! Todo por-
que habíamos dado un pequeño porcentaje de lo que
teníamos.
Sin embargo, parece que cuanto más avanza el
tiempo, más lo olvidamos.
Porque estamos tan sumergidos en nuestras activi-
dades cotidianas, que vamos perdiendo ese fin último,
que es aportar algo a la sociedad; y muy pocas veces “ha-
cemos un espacio” en nuestra apretada agenda para ayu-
dar a alguien más.
Inclusive algunos, cuando se les habla de servir, te
mencionan: “ni que fuera criado”. Es increíble cómo
todos ansían el tan renombrado “cambio” y muy pocos se
responsabilizan en dar lo que les corresponde, aunque
sea por mera curiosidad.
122 DAVID MONTALVO

Para que surja esta revolución de servicio, se nece-


sita partir de la raíz principal: la persona y su calidad de
vida.
Si no hay un ser que viva la humildad, no puede
existir el servicio, porque siempre pondrá su soberbia o
vanagloria personal por encima de todas las cosas.
Esta persona se creerá superior, o diferente a los
demás y exigirá –en lugar de ofrecer– un trato especial
por parte de todos. Es requisito indispensable que el
hombre deje su egoísmo a un lado para poder servir, con
todo lo que ello implica. Necesita olvidarse un momento
de sus propios intereses para ver qué necesita la gente y
cómo los puede ayudar.
El egoísmo nos ciega y cierra el horizonte hacia los
demás, mientras que la humildad abre constantemente
los caminos para lograr hechos prácticos y concretos de
servicio.
Para poder dar, también necesitamos aceptar nues-
tros defectos y virtudes; primero, debemos reconocernos
como seres humanos –igual a todos los que conviven con
nosotros– y de ese modo mostrar mayor tolerancia y res-
peto en las actitudes de los demás, para saber hasta dón-
de podemos intervenir brindándoles un valioso apoyo.
Así podremos ver a todos nuestros semejantes con
afecto y los aceptaremos aún con sus diferencias; ellos, a
su vez, nos verán igual a nosotros y encontrarán un punto
firme donde apoyarse, levantarse y seguir caminando.
Tampoco se trata de ponernos la etiqueta de “sal-
vadores del mundo” para transformarlo de un día para el
otro.
Pero, si nos ponemos a ver, todos los días son opor-
tunidades magníficas de servir.
Desde que nos levantamos hasta que apagamos la
luz de nuestro cuarto para dormir, se nos presentan valio-
sas oportunidades para dar; de nosotros depende estar
POR FAVOR, SEA EXITOSO 123

más atentos para aprovecharlas, y así poder brillar por


nuestra capacidad de entrega.
Cualquier ser humano desea una palabra de aliento
ante las situaciones difíciles, comprensión de los demás
–aún cuando con buena voluntad se ha cometido una
equivocación– que se fijen en lo positivo más que en los
defectos, que también exista un tono de cordialidad en
las familias y en el lugar donde se trabaja, una llamada
por teléfono simplemente para saludarlo, una carta, un
dulce, una sonrisa, una nota deseándole un buen día jus-
to cuando más lo necesitaba, o unos boletos para ir a su
concierto favorito.
Me podría pasar escribiendo todo un libro con los
millones de oportunidades que USTED tiene para servir
a alguien más. No hay excusas ni pretextos.
Lo único que necesita es estar consciente de que,
todo lo que haga en el día, vaya enfocado a brindar ayuda
para toda la sociedad.
Puede empezar haciendo una lista con cada uno de
sus amigos, familiares, conocidos o hasta desconocidos
con los que puede llegar a toparse, para ir enumerando
los detalles que tendrá con cada uno de ellos.
Quizá les dará a sus hijos más de su tiempo durante
la noche, a su vecino le obsequiará un presente, a su es-
posa o esposo una increíble cena como hace mucho
tiempo no tenían, al viejo que siempre está pidiendo
limosna le puede comprar algo de ropa nueva. Utilice
toda su imaginación y regálese a usted mismo la satisfac-
ción de ayudar a cuanta gente le sea posible.
Muy probablemente USTED le cambie la vida a
tantas personas, como nunca hubiera creído posible ha-
cerlo. ¡Todo por el mágico don de servir!
Pero no vaya proclamando por los cuatro vientos
que sirvió a alguien, sólo para levantar su imagen o inflar
más su ego. Una persona que realmente es generosa con
124 DAVID MONTALVO

los demás, aparece y desaparece en los momentos opor-


tunos. Actúe de forma normal, con sencillez; como se da
cuenta, no tiene que hacer grandes maravillas o aportar
millones de dólares a obras de beneficencia para dar a los
demás.
Mientras más discreto sea en su actuar, será mucho
mejor; cuanto menos le agradezcan aquí, en la Tierra, no
se preocupe, está haciendo que su vida tenga un sentido
y una orientación valiosísimas y, cuando llegue a la vida
eterna, que es lo que finalmente importa, tendrá sus ma-
nos vacías.
No porque nunca hizo nada, sino porque todo lo
que tenía lo entregó a cuanta gente pudo; y allá, créame
que le darán las “gracias”, pero por toda la eternidad.
Ser generoso es algo que, muchas veces, requiere
un esfuerzo extraordinario. Para vivir mejor este valor, es
de gran utilidad poner en práctica las siguientes ideas:

• Sea accesible en sus gustos personales: permi-


ta a los demás que elijan la comida, película,
lugar de diversión, pasatiempo, la hora y punto
de reunión, aunque no deje de dar su punto de
vista y opinión.
• Ceda la palabra, el paso, el lugar; además de
ser un acto de generosidad, denota educación y
cortesía. En algunos casos es válido ceder el
turno a quien tenga una urgencia real.
• Cumpla con sus obligaciones a pesar del can-
sancio y siempre con optimismo, buscando el
beneficio ajeno.
• Use sus habilidades y conocimientos para
ayudar a los demás, explicando la clase a otros;
colaborando en la organización de eventos; en-
señando cómo hacer mejor el trabajo o la repa-
ración de artículos domésticos; como instructor
POR FAVOR, SEA EXITOSO 125

de pintura, música, deportes en algún club in-


fantil o juvenil.
• No demuestre prisa, cansancio, fastidio o im-
paciencia cuando se haya comprometido en al-
guna actividad, o al atender a una persona; si es
necesario, discúlpese y ofrezca otro momento
para continuar.
• Atienda a toda persona que busque su con-
sejo o apoyo. Por más antipática o insignificante
que le parezca, considera que usted es la per-
sona adecuada para resolver su situación.

Si a esta serie de ideas le agregamos rapidez, efica-


cia y, por supuesto, alegría, tenemos una idea excelente
de servicio y entrega a los demás.
Servir no es un constante martirio, en donde se tie-
ne que sudar la gota gorda, y dejar todo lo que nos gusta
para ayudar al otro. También se siente una inmensa paz
interior al momento de ser generosos.
Nuestro éxito y realización personal también de-
penderán de cuánto seamos capaces de amar a nuestros
semejantes aunque hablen diferente, sean de otra raza,
religión o sexo.
Recuerdo esta anécdota, en donde se descubre que
también podemos sentir placer al servir:

En 1888, Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde


estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle
de Londres, y fue sorprendido por un chaparrón de agua,
dicen que en ese lugar llueve todos los días; Gandhi em-
pezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse de-
bajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado
mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apare-
ció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés,
126 DAVID MONTALVO

le bajaron las maletas y el carro fue conducido hasta el


estacionamiento.
–¡Oye tú! ¡Agárrame las maletas! –gritó el británico
a Gandhi, quien no sabía que le hablaba a él.
Miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se
dirigía el magnate.
–¡Eh tú, hindú! –repitió el inglés con fuerza– ¡He
dicho que me agarres las maletas!
Gandhi se dio cuenta de que era a él a quien ha-
blaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El
inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él
subió por el ascensor y el hindú por las escaleras porque
en esa época los hindúes eran considerados menos que
los demás...
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio in-
dicado, se dispuso a retirarse.
–¡Mira tú, indio! ¿Cuánto te debo? –dijo el magna-
te.
–Señor, usted no me debe nada –Gandhi contestó
cortésmente.
–¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas?
–insistió el hombre.
–Señor –repitió Gandhi– yo no voy a cobrarle nada.
–Tú trabajas aquí, ¿no?
–No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puer-
ta esperando que dejara de llover para continuar mi ca-
mino.
–Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las male-
tas?
–Porque usted me pidió que lo hiciera... y lo hice.
–¿Quién eres tú?
–Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudian-
te de Derecho de la India.
–Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar?
POR FAVOR, SEA EXITOSO 127

–Señor, ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca


pensé en cobrarle –dijo Gandhi.
–Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las
maletas –dijo nuevamente el inglés– entonces ¿por qué
lo hiciste?
–Señor –expresó el futuro Mahatma– yo le subí las
maletas a usted por el inmenso placer que me causa el
colaborar con los demás; por eso lo hice, porque para mí
servir es un placer.

Después de esto, Gandhi nos dejaría este pensa-


miento: "Todos los placeres y satisfacciones palidecen y
se convierten en nada ante el servicio abnegado que se
presta con alegría".

Con este ejemplo sencillo pero de una profunda


enseñanza, podemos afirmar: ¡SÍ, servir es un placer! ¡Y
qué inmenso placer!
Si tan sólo usted se diera cuenta de la inmensa
oportunidad que tiene en sus manos de ayudar a alguna
persona el día de hoy, tal vez no lo dejaría pasar. No ne-
cesita gastar su fortuna, inclusive no se le pide “todo” el
tiempo, simplemente decídase a dar lo que usted tiene, a
aquellos que más lo necesitan, que a lo mejor hasta con-
viven bajo su propio techo.
Regale su tiempo, sus palabras, su oración; compar-
ta un poco de su vida con los demás; no tenga miedo,
acuérdese de los momentos difíciles en que le gustaría
que alguien le acompañara.
Sea usted un “acompañante” en la vida de miles de
personas que, aunque no se lo pidan cara a cara, le han
estado pidiendo a gritos su ayuda desde hace muchos
años.
CAPÍTULO XI
Hacer y trascender
“Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado le-
jos, pueden descubrir qué tan lejos se puede lle-
gar”.
-Anónimo-

T odos quieren ser exitosos, muchos hacen


grandes esfuerzos sobrehumanos para ganar
más, ser más reconocidos, tener más prestigio. Algunos
confunden el trabajo con su vida y se quedan en el pri-
mero horas y horas, con tal de obtener el mérito de haber
hecho algo importante.
Pero son pocos, muy escasos, los que hacen de toda
su vida una obra magnífica, en donde cada día dejan una
huella más en su camino a la trascendencia.
La mayoría podremos recordar a los que han parti-
do a una nueva vida, pero que convivieron en nuestra
misma generación.
Ya cuando nos hablan de alguien que vivió cientos
de años atrás, suele ser más difícil tenerlo presente, al
menos que haya dejado algo que haya conmovido a todas
las masas. Sólo hay que pensar, de nuestros propios fami-

129
130 DAVID MONTALVO

liares, a cuántos recordamos y mantenemos vivos real-


mente, a pesar de que ya no estén con nosotros.
Es increíble cómo una persona que vivió tal vez
quince o veinte años puede ser menos olvidada que al-
guien que murió a los ochenta.
Triste pero cierto, porque ahí lo que importó es
cuánto trascendió la vida de esa persona en el corazón de
los hombres, qué hizo o qué dejó de hacer.
En ciertos momentos de la existencia, la fama, el
dinero y la vanidad, pasan a último plano.
¡Cuántos artistas, futbolistas, cantantes, políticos,
empresarios, entre otros, que eran supuestamente “famo-
sos” hace muchos años, y de los que hoy ya casi nadie se
acuerda, más que sus propios familiares!
Hay que comprender que, al morir, no nos llevare-
mos absolutamente nada, ni los ahorros del banco, ni el
coche último modelo; ya no seguiremos teniendo las
maestrías o doctorados en el extranjero; la ropa que tanto
nos gusta también se quedará aquí; en fin, sólo importará,
lo que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos
los hombres, ¡no hay vuelta de hoja!
Por tal motivo, hay que vivir siempre de cara a la
misión que tenemos encomendada, única e irrepetible;
viva siempre para descubrir ¿por qué estoy aquí? En-
cuentre en cada detalle de amor, de alegría, de trabajo, de
servicio, una pieza más en el rompecabezas de su propó-
sito por el cual vivir.
No se limite a ver todo lo material que puede con-
seguir en esta tierra, sino de qué forma, cada paso que da,
es coherente con lo que tiene que hacer, para que su vida
tenga una orientación y un sentido valioso, diferente.
Esto se lo comento, porque su misión urge. Tiene
que empezar a trabajar hoy, para descubrirla y vivirla con
intensidad.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 131

Sólo basta con que le dé una mirada al mundo por


un momento; tome el periódico, observe las noticias en
su televisión o escuche el radio, se dará cuenta de la falta
que hace una muy buena cantidad de hombres compro-
metidos que rompan con esta rutina de “aceleramiento”
mundial en la que los seres humanos ya no piensan, por-
que las máquinas lo hacen por ellos; que vuelvan a levan-
tar una cultura a favor de los valores universales que
siempre han estado ahí, pero a los que han perdido de
vista; que promuevan la paz internacional pero, sobre
todo, que le den un poco de esperanza y alegría a cada ser
humano con el que convivimos día a día.
Si usted apoya esta noble tarea de, por lo menos,
crear una nueva perspectiva de vida a cinco personas y
los invita a que ellos hagan lo mismo, con su compromiso
leal y desinteresado se logrará crear una cadena que con-
tagiará a esos millones que viven en este planeta.
Todo esto, obviamente, para que no tenga una vida
artificial, de plástico o moldeable por la moda que pro-
ponga la sociedad, sino regida por sus propios principios,
para que como fin último tenga, desde luego,
TRASCENDER fronteras, espacios, tiempo e historia.
Pero ¿qué palabra es esta de “trascender”? ¿Algo
sacado de la manga de un motivador profesional o de un
curso de superación humana?
Según el diccionario común, trascender significa:
traspasar los límites de la experiencia posible, hacer sen-
tir sus efectos o tener consecuencias una cosa en lugar o
medio distinto de aquel en que se produce, sobrepasar en
excelencia.
Es, simplemente, ir más allá de lo que conocemos
realmente, romper los límites que tenemos y dejar algo
que perdure por el resto del tiempo en la memoria de los
hombres. Como dice la definición, hacer sentir los efec-
tos de su vida, por tiempo y espacio indefinido.
132 DAVID MONTALVO

Tan sencillo de decir, ¡pero cómo cuesta hacerlo


realidad! Todo depende de cuán convencidos estemos
de que las personas que vienen después de nosotros,
necesitan que hayamos hecho un buen papel en nuestra
estadía, corta o larga porque, queramos o no, tendrá una
influencia en sus vidas.
Hace mucho tiempo conocí a un joven, al que tuve
oportunidad de darle orientación. Me comentaba que
sentía un gran peso en su espalda, una enorme responsa-
bilidad de ser líder entre sus demás compañeros, amista-
des y colegas.
Me sorprendí al ver su preocupación porque, para
mí, era algo admirable de su parte el que estuviera reali-
zando ese importante papel; pero, después de contarme
lo que sentía, concluyó con algo más o menos así: “Qui-
siera ser alguien normal, común y corriente, como cual-
quier otro joven de mi edad, que se la pasara pensando
en cosas pasajeras, en diversión, chicas y, si acaso, en la
escuela; que no me pasaran por la cabeza las palabras:
misión, dejar huella, o hacer algo por los demás. Simple-
mente, ser ordinario”.

Lo primero que le dije fue: “A menos que seas un


extraterrestre disfrazado de ser humano, yo te veo perfec-
tamente normal, común y corriente”.

Porque, francamente, era un joven como cualquier


otro.
La diferencia estaba en que tenía una misión parti-
cular, muy especial; la que todos estamos llamados para
realizar, pero pocos se atreven a descubrir y menos aún a
cumplir. El problema estaba en que, este muchacho, le
tenía pavor a su futuro, sólo escuchaba lo que podía al-
canzar a lograr y se ponía a temblar.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 133

Pero a todos nos pasa. ¿Por qué tenemos tanto


miedo a trascender? Vemos e imaginamos la misión que
nos han preparado y salimos corriendo despavoridos; pe-
dimos éxito, fortuna, y logros pero, cuando llegan, no
sabemos qué hacer con tanta felicidad.

Un amigo decía: “El éxito es como el amor, lo estás


casi exigiendo, pero cuando llega ya no sabes qué hacer
con él”.

Porque nos da miedo enfrentarnos a las personas


que realmente somos
–que fuimos construidos con base en la excelencia–
porque siempre hemos vivido como una caricatura que
nosotros mismos hemos hecho, y con la ley del mínimo
esfuerzo.
El hombre fue construido para algo más de lo que
cree y tiene en mente. Por eso, cuando nos plantean algo
diferente o nos cambian los papeles para ir en búsqueda
de nuevas fronteras, espacios, en resumen, para
TRASCENDER, por obvias razones, nos ponemos ner-
viosos.
Pero si USTED es capaz de manejar ese temor
como la adrenalina que lo ayude a tirarse al abismo del
riesgo, tiene más probabilidades de ganar, que los que se
quedan estáticos viendo cómo triunfan los demás.

Para vencer cualquier miedo en nuestra vida, no


hay mejor método que hacerlo en gerundio:
VENCIÉNDOLO.

Tenemos que enfrentarnos a él, cara a cara. Desde


luego que no va a nacer de la noche a la mañana en su
vida toda una filosofía y coraje por trascender; pero si,
paso por paso, se va haciendo consciente de las pequeñas
134 DAVID MONTALVO

huellas que deja en los demás con sus palabras y/o accio-
nes, observa los resultados que obtiene y trata de que
cada día por lo menos, quede algo valioso de usted en el
mundo, le irá dando más importancia a su misión y el
miedo irá desapareciendo.
Por otra parte, hay que ir quitando, no poco, sino
un “muchote”, esa cultura tan arraigada que de cariño
llaman “conformismo”. El hombre nunca queda confor-
me con lo que es o con lo que tiene, pero siempre con lo
que hace.
Pasamos el tiempo quejándonos de nuestro físico,
nuestra economía, nuestras amistades, el país y tantas
cosas.
Pero ¿quién se pone a hacer ejercicio o a alimentar-
se bien, a trabajar con perseverancia, pensando en ideas
nuevas, a ser la persona ideal más que estar buscando
personas ideales o, como mínimo, cumplir nuestros com-
promisos como ciudadanos y desde luego ir a votar cuan-
do tengamos que hacerlo? ¿Le sonó familiar?
Esto sucede, porque muchas veces nos queda muy
grande el paquete de la vida. Es un regalo tan inmenso
que pocos aprovechan, estamos llamados a hacer cosas
inimaginables y nos limitamos con lo sencillo y cotidiano.

Me da risa cuando alguien dice: “es que me siento


vacío”, mejor les contesto: “¡Si no se trata de ver quién te
llena, como si fueras una alcancía, sino si tú eres capaz de
llenar todos los huecos que quedan por cubrir en tu vi-
da!”.

A veces, sólo queremos estar recibiendo y, cuando


nos piden que nos comprometamos tantito, ya le damos
una pensada o, a veces, hasta la media vuelta. Por eso hay
que descubrir nuestra misión hoy, mañana y siempre para
ir cumpliéndola, pero no “ahí como nos vaya saliendo”,
POR FAVOR, SEA EXITOSO 135

¡sino con el grado máximo de entrega y perfección hu-


manamente posible!
También creo que es un momento excelente para
empezar a dejar nuestra función como críticos y comen-
zar a vivir como auténticos protagonistas; que yo recuer-
de, a ningún crítico le han construido una estatua. No
piense: ¿por qué no tengo esto o aquello, por qué está así
el país, por qué no soy buen deportista? Porque para ha-
blar y proponer soluciones que ni siquiera nos atrevemos
a realizar algún día, somos excelentes.
Mejor dedíquese a “hacer”, a actuar y decir: ¿qué
puedo HACER YO para que las cosas sean diferentes?
Y cuando tenga la respuesta, no se limite a lo tradi-
cional, sino siempre proponga nuevas iniciativas y entré-
guese a ellas al máximo.
Con eso tiene más que suficiente para ir erradican-
do –por lo pronto– el conformismo en su vida que, para
empezar, es lo que importa.
Todo proceso –y más uno tan importante como es-
te del que estamos hablando, sobre dejar un impacto que
perdure a través del tiempo– requiere, desde luego, una
actitud muy diferente a la que teníamos anteriormente.
No esperemos que, de repente, baje del Cielo un
ángel con rayos multicolores y nos entregue el manual
sobre “cómo trascender”.
USTED tiene que poner una gran atención de su
parte, porque a partir de este momento tiene la opción de
seguir viviendo como hasta ahora y que, tal vez, en su
tumba, en el futuro, esté inscrita la frase “aquí ha muerto
un desconocido” o que transforme su mentalidad y su
estrategia de vida para que la frase cambie por: “aquí
descansa un hombre brillante que vivirá para siempre”.

¡Usted ELIGE!
136 DAVID MONTALVO

Todo proceso se inicia con un cambio, sea cual fue-


re. Yo no tengo el gusto de conocerlo, aunque parece que
ya nos tratáramos desde hace tiempo al ir leyendo este
libro; no le puedo sugerir qué cambio hacer, ni en qué
área de su vida.
Pero SÍ le puedo sugerir que se proponga un cam-
bio en relación a lo que se ha visto en este capítulo, para
que descubra sus cualidades y las ponga al servicio de los
hombres no sólo hoy, sino para siempre.
Para hacer cualquier cambio o transformación se
necesitan tres requisitos fundamentales, de los que ya
hemos visto en el capítulo anterior “¿Puedo cambiar?”
Ahora los reafirmo, para enfocarlos directamente
con la labor que emprenderá a partir de que ya tiene una
gran base de herramientas que lo llevarán al éxito defini-
tivo.
Memorícelos, para saber si está preparado para
cambiar de actitud frente a cualquier circunstancia:

1. Querer el cambio
2. Saber cómo hacer el cambio
3. Regálese la oportunidad

Si falla en cualquiera de estos puntos, lo más pro-


bable es que no tenga mucho futuro al querer tener una
actitud de sentido de misión y visión a largo plazo.
Porque necesita querer, desearlo, saber claramente
por qué necesita cambiar y qué pasos seguir para hacerlo
pero, sobre todo, tener la convicción y la fuerza de volun-
tad para poner “manos a la obra”.
Puede tener una intención muy grande, pero si no
sabe por dónde caminar y ni siquiera pone un poco de
esfuerzo en conseguirlo, lo más seguro es que no se con-
crete lo que quería.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 137

Lo invito a que su primer cambio sea comenzar a


hacer un detalle al menos en el día, que le cambie el
momento, el día, el mes, el año o la vida a cualquier per-
sona con la que se tope.

Recuerde: quiera el cambio, haga una estrategia


para lograrlo, regálese la oportunidad.

Claro que cuesta, no es sencillo, pero por eso tiene


más valor, y en un futuro, mayor trascendencia. Con este
pequeño cambio que le llevará pocos minutos, irá te-
niendo resultados positivos más grandes en usted mismo,
le dará un giro a su vida, una orientación con más visión y
dejará una huella imborrable por donde quiera que vaya.
No falta la gente que, cuando empieza a ver movi-
miento o seres humanos brillar por luz propia, hacen has-
ta lo imposible por extinguir esa flama. Desgraciada-
mente, la envidia existe y le comento –antes de que lo
sorprendan– que, cuanto más empiece su trabajo a dejar
un legado a la humanidad, cuanto más se empiece a notar
su andar, a trascender, habrá más gente que querrá tum-
barlo.
Por eso debe de mantenerse firme como un faro en
medio de la tormenta para que, a pesar de los comenta-
rios, opiniones o críticas –que muchas veces son para
alejarlo de su objetivo– siga de pie luchando contra la
corriente por los grandes sueños que se había propuesto
alcanzar, antes de que surgieran estas “malas lenguas”.
Y también debe reconocer que, si la gente está la-
drando –como diría Don Quijote– es que está cabalgan-
do, es que va por buen camino, es que su trabajo está
teniendo fruto e impacto entre los demás.
Si no hablaran, simplemente les sería indiferente
todo lo que hacemos. Como dicen las Sagradas Escrituras
“Por sus frutos los conoceréis”.
138 DAVID MONTALVO

Hay que mantenerse tranquilo y en paz, porque su


conciencia es la que sabe que todo su trabajo lo ha hecho
por el bien de la sociedad. Si los grandes hombres que
han trascendido se hubieran dejado desfallecer por cada
comentario o crítica negativa, tal vez no hubieran hecho
historia como lo hicieron.
Dediquémonos a trabajar, a hacer lo nuestro, pero
como dice una frase “La gente que dice que no puede
hacerse, no debería interrumpir a quienes están hacién-
dolo”.

Sin embargo, hay que respetarlos, escucharlos, por-


que a veces las acciones y el silencio hablan más que las
palabras.
No nos quedemos quietos observando cómo pasa la
vida. El mundo pide a gritos hombres y mujeres, valien-
tes y decididos, que se atrevan a ser grandes, sin miedos
ni recovecos, que se entreguen sin medida y que, ha-
ciendo de cada día de sus vidas un momento extraordina-
rio, contagien esa chispa por donde quiera que pasen;
que tomen con compromiso el paquete de su propia vida
y que descubran su misión, no la que se les ajuste más a
sus planes o necesidades, sino la que desde la eternidad
se les otorgó, para que así emprendan el papel para el
que fueron construidos.
Atrévase a proponerse ideales más allá de su propio
ser, para que se encuentren en tiempos y espacios inde-
finidos.

No tenga miedo, ¡ATRÉVASE A TRASCEN-


DER!
CAPÍTULO XII
En sus marcas, listos, ¡fuera!
Cada árbol florece a su tiempo. Las flores no cre-
cen estirándolas
-Anónimo-

Miguel de Cervantes Saavedra escribió en su ma-


jestuosa obra “Don Quijote de la Mancha” que “el cami-
no es mejor que la posada”.
Poniéndolo en palabras que nos corresponden hoy,
el éxito es un camino, no un destino.

¡Qué gran camino ha recorrido a lo largo de este li-


bro!
Pocos se atreven. Muchos avanzan y dan los prime-
ros pasos, pero sólo los que en verdad perseveran hasta el
final, hasta morir en la raya, son los que obtienen grandes
resultados.
De nada sirve salir primero a correr en la carrera, si
a la mitad vamos a dejar de hacer nuestro máximo esfuer-
zo y nos vamos a rendir.

139
140 DAVID MONTALVO

Como sea, debemos disfrutar durante todo nuestro


trayecto del recorrido y no sólo el final o el momento de
la conquista. Así como pudo aprovechar cada capítulo,
ciertas claves o herramientas de este libro y no sólo el
momento de la conclusión, en su vida debe saborear cada
paso que da, antes de llegar a su objetivo definitivo, para
que de esa forma, obtenga los resultados que obtenga,
haya vivido presencialmente cada situación con el cora-
zón en la mano.
Por ejemplo, para un surfista, llegar a su meta –en
este caso la playa– es menos importante que el proceso
de vencer los obstáculos que encuentra para llegar a ella.
No pierda de vista, por andar con la preocupación
de ser exitoso, todos los sucesos por los que pasa día a
día, esos momentos tan ilógicos o sin sentido, pero que
son los que, a fin de cuentas, le darán el éxito final.
En este sendero que hemos recorrido juntos, se
pudo dar cuenta de cosas que tal vez había pasado por
alto, que ya había olvidado, o que tenía miedo de recor-
dar; otras que ya sabía, pero que fue bueno recordarlas,
experiencias que le provocaron ciertas emociones y ¿por
qué no? una decisión para cambiar a una mejor vida, co-
mo siempre había deseado.
En fin, fue un verdadero encuentro con usted
mismo; yo, simplemente, fui un instrumento más, como
muchos que ha tenido a lo largo de su existencia.
Me dejé llevar por las palabras que llegaban a mi
mente y usted fue un gran acompañante en esta mágica
aventura.

¡Hay tantas cosas que decir! Pero creo que ahora le


toca a USTED continuar con esta historia.
A lo mejor, sin que se diera cuenta, fuimos pasando
de lo básico a lo importante, de lo necesario a lo urgente,
de vértice a base; desde la posibilidad de cambiar sus
POR FAVOR, SEA EXITOSO 141

actitudes, sus acciones, hasta cómo tomar decisiones, lo


sencillo que es ser feliz, la importancia de dar y trascen-
der.
El entrenamiento está hecho y estoy seguro de que
lo ha ido cumpliendo con mucho profesionalismo.
Al concluir la lectura, tiene en sus manos un regalo:
de usted depende cuan grande o chico sea este obsequio
y cuántas cosas tenga por dentro.
Pero ya ahí no puedo entrar, es SU decisión perso-
nal.
Hay dos formas de utilizar lo que ha vivido en este
libro: tomarlo como palabras bonitas para hacerlo sentir
bien, o poner en práctica lo que ha visto para que obten-
ga los resultados.
Dicen que no hay mejor forma de aprender que
con la experiencia. Le pueden dar una cátedra, un semi-
nario increíble, le pueden decir, puede escuchar, puede
ver, pero mientras no lo viva en carne propia no tiene
mucho sentido.
Cada acción tiene una reacción, como se ha dado
cuenta. Observe su vida hasta el día de hoy y ponga en
un lado de la balanza los resultados que ha obtenido has-
ta ahora, tal y como ha trabajado, vivido y soñado.
Ahora imagine y visualice qué pasaría si cambia ese
comportamiento que ha llevado; por lo menos, creo yo,
habría una reacción totalmente diferente a la que estaba
acostumbrado.
Póngalo sobre el otro plato de la balanza. ¿Qué es lo
que pesa más para usted o sabe en su interior que es más
conveniente?
Si no estamos satisfechos del todo con nosotros
mismos, valdría la pena intentar algo nuevo, porque lo
más probable es que nos arroje un resultado mejor, más
positivo.
142 DAVID MONTALVO

Ya sabemos qué pasa si seguimos actuando igual,


ahora probemos una nueva alternativa, tomemos el ries-
go, ya que no hay nada que perder.
En definitiva, al escribir este libro, ese fue uno de
mis más importantes propósitos: que usted descubriera
una nueva perspectiva, nuevas acciones para todas las
áreas de su vida, en el campo donde se desempeñe per-
sonal y profesionalmente.
Estoy seguro de que el hombre no está destinado a
ser esclavo de nada ni de nadie, ¡es totalmente libre! Sólo
que la misma sociedad le ha atado las alas y le ha impe-
dido tomar el vuelo.
La cuestión está en ir desatando poco a poco, a par-
tir del trabajo, constancia y amor en todos los detalles,
todos esos hilos que tenemos enredados en nuestra men-
te.
Es el momento de que empiece a cambiar, a lo
mejor no los sucesos que llegan de repente a la vida, pero
sí la forma como los observa: desde que se levante dán-
dole gracias a Dios por el don más maravilloso que es
estar vivo; durante el día, manteniendo una actitud posi-
tiva frente a lo que sucede, no utópica, no de “color de
rosa”, pero sí realista y con fundamentos, hasta que se
duerma, pensando en todo el bien que hizo y en el pro-
pósito para el día de mañana.
Simplemente viviendo todos los días en paz, con la
conciencia tranquila y con la frente en alto; sabiendo que,
si llega a morir, dejará una huella inmensa en el corazón
de los hombres.
Es difícil ser exitoso en nuestros días y salir bien li-
brado. Hay trabas en el camino que los demás pondrán
–o inclusive nosotros mismos– pero el sólo hecho de pen-
sar en todas aquellas personas que ya pasaron por esta
vida y dejaron una historia firmada con letras de oro, lo
POR FAVOR, SEA EXITOSO 143

deben inspirar para seguir luchando y saber que nada es


imposible.
Un hombre exitoso es una persona que tiene algo
especial que decir, que hacer, que demostrar, que com-
partir con el resto de la humanidad: un hombre no se
queda callado, ni inmóvil.
Hay seres humanos que se dicen exitosos sin serlo,
y otros que, en su silencio, demuestran su más grande
victoria.
Una persona exitosa no necesita llevar colgado un
letrero donde afirme que lo es. Por donde quiera que
vaya lo demuestra y lo afirma cada vez más. Se percibe
inmediatamente al verlo, al cruzar una palabra, porque
ese tipo de personas no sólo hablan de éxito, sino que lo
viven en lo más profundo de su alma.
No confunda el éxito con el dinero, con la fama,
con los bienes materiales. Ha quedado demostrado que
usted, su vecino, su hijo, su papá, su maestro, el lechero o
el cartero, y un servidor, estamos llamados a ser exitosos
para siempre. Todas las personas reciben ese llamado
alguna vez en su vida: unos lo toman, otros ni siquiera lo
quieren escuchar.
USTED, desde antes de que naciera, estaba llama-
do a ir en búsqueda de su misión personal y, si todavía no
la descubrió, lo invito a que lo haga, para que se asombre
frente a la magnitud de responsabilidad que tiene en este
planeta.
Está llamado a romper cualquier límite que se in-
terponga en su camino, siempre y cuando no dañe a nin-
gún otro ser humano, con tal de alcanzar sus máximos
sueños.
¡SÍ! A esos sueños que ha tenido guardados en el
baúl de los recuerdos, quíteles el polvo, ¡es momento de
echarlos a andar!
144 DAVID MONTALVO

Todo es posible, déjese llevar por la mano de Dios,


que lo irá moviendo por donde a usted más le convenga;
obviamente, la decisión final será suya, pero no tenga
miedo, que Él estará pendiente de usted en todo mo-
mento.
Decídase de una vez por todas a hacer algo por su
mundo, su país, su sociedad, su familia, un amigo.
Tenga el firme deseo de compartir su tiempo con
ellos, porque cuando ya no estén, querrá hacerlo y ya no
tendrá la oportunidad.
Encuentre en cada momento, por más insignifican-
te que parezca, motivos para ser plenamente feliz; disfru-
te cada actividad que hace, con alegría y optimismo; ríase
más, contagie esa forma de ver la vida sobre todo en su
trabajo: así vivirá más y mejor.
Sencillamente, relájese, viva el presente, pero con
una visión clara sobre lo que quiere en el futuro, vea cada
situación no tan buena, como una etapa de crecimiento y
aprendizaje, recuerde: “no hay fracasos, sólo resultados”.

¡Ponga su mirada en el cielo, pero los pies en la tie-


rra!

Marque camino en cada paso que dé, cumpla con


organización y planeación lo que se propone; no se con-
forme con lo que ha hecho, porque siempre es momento
para hacer algo más, para dar un “extra”: el mundo siem-
pre necesitará de personas como usted.
En lugar de sobrevivir, dedíquese a vivir. El éxito
es para los locos y los locos son los que han conquistado
al mundo y han cambiado la historia.

Lo reto a que sea otro loco, que a lo mejor la gente


no lo entienda al principio; después encontrará en
USTED, una esperanza para seguir viviendo.
POR FAVOR, SEA EXITOSO 145

Sea único, digno, diferente, libre y trascendente,


protagonista principal de su propia historia: simplemente,
UN HOMBRE EXITOSO.

Todo inicio tiene un final, inclusive nuestra propia


vida. Ha llegado el momento más difícil para mí, en el
que se termina mi labor y comienza la de usted, la más
importante.

No me gustan las despedidas, por lo tanto es sólo


un hasta luego, nos volveremos a ver muy pronto.

Con gran nostalgia le agradezco que se haya toma-


do el tiempo necesario para realizar este fabuloso viaje en
donde pude compartir con usted los principios que trans-
formaron mi vida.

Es mejor decir adiós a tiempo, a después ya no te-


ner tiempo para decir adiós.

No me voy, sin antes dejarle esta reflexión del Pa-


dre Mariano de Blas, L.C.: “Puesto que hemos de morir
sin remedio, no luchemos contra la muerte, sino a favor
de la vida. Si hemos de morir, que sea de amor y no de
hastío”.

¡Espero verlo pronto en la cima del éxito!

Gracias por todo, y que Dios lo bendiga.


BIBLIOGRAFÍA
Castañeda, Luis, ¿Qué planes tiene para el resto de
su vida?, México, D.F., PODER, 2002

Cornejo, Miguel Ángel, El poder del éxito, México,


D.F., Grad, 1997

Covey, Stephen, Los 7 hábitos de la gente alta-


mente efectiva, México, D.F., Paidós, 1999

Frankl, Viktor E., El hombre en busca de sentido,


Barcelona, Herder, 1996

González Vallés, Carlos, Yo soy así... ¿Es posible


cambiar?, España, Sal Terrae, 2001

Powell, John, La felicidad es una tarea interior,


México, D.F., Diana, 1994

Ramírez Padilla, David Noel, Felicidad ¿Dónde es-


tás?, México, D.F., Mc Graw Hill, 2000

147
148 DAVID MONTALVO

Robbins, Anthony, Poder sin límites, México, D.F.,


Grijalbo, 2002

Waisburd, Gilda, Creatividad inteligente, México,


D.F., Byblos, 2001
ÍNDICE
Prólogo 7

Capítulo I 11
Lo único necesario

Capítulo II 19
¿Puedo cambiar?

Capítulo III 27
La aventura de vivir

Capítulo IV 37
Ser excelente: Los cuatro aspectos

Capítulo V 53
Rompiendo Límites

Capítulo VI 65
Venda ideas y haga lo que quiera

149
150 DAVID MONTALVO

Capítulo VII 75
El poder de las decisiones

Capítulo VIII 93
Planear para conquistar

Capítulo IX 107
Qué sencillo es ser feliz

Capítulo X 119
La magia de dar

Capítulo XI 129
Hacer y trascender

Capítulo XII 139


En sus marcas, listos, ¡fuera!

Bibliografía 147

Índice 149

You might also like