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¿Qué hacer con el ego?

Por Isha
No hay nada que esté mal. Para experimentar la Matrix, tenemos que tener ego. Imagínate que
erradicáramos el ego. ¡¡¿Qué haríamos con todos los argentinos?!! ¡Ja, ja, ja!

El ego es sólo el miedo. Generalmente se enmascara en un orgullo falso y en pretensiones de


amor propio que no tienen ninguna base. Constantemente defendemos nuestros frágiles
cascarones, porque muy profundo adentro sabemos que si se rompen, la yema salpicará por tod
lados. El ego es frágil. Constantemente necesita defensa, y como el huevo, guarda algo adentro
que no ha alcanzado aún su madurez.

No sabe verdaderamente la grandeza de quién es, y no ha roto aún su cascarón.

El amor crece y crea una presencia más fuerte. Es como un pequeño aguilucho rompiendo la
cáscara del ego, para experimentar un renacimiento, salir a la luz, desplegar sus alas y volar.

Eso es lo que es. Es un aguilucho bebé dentro de un frágil cascarón, en lo alto de una montaña,
esperando salir a la luz y encumbrarse por los cielos.

¿Entonces, hay algo malo con el cascarón? Sólo está protegiendo lo que todavía no ha nacido. Y
cuando la grandeza emerge, el frágil cascarón simplemente se quiebra.

Voy a hablar sobre los comportamientos habituales de la mente.

Cuando estoy enseñando y hablo acerca de los surcos, siempre les explico a los nuevos
practicantes cuán habituales son sus comportamientos. Cuán fuertemente están nuestros hábito
incrustados en nuestras mentes y en nuestro subconsciente. Les voy a dar un ejemplo. Si se
ponen a pensar, hemos hecho lo mismo todas nuestras vidas, de modo que es natural – porque
somos tan robóticos – continuar haciendo las mismas cosas. Quizás no nos sirvan, pero están t
profundamente programadas, que son respuestas automáticas.

Creo que una de las cosas que más amo de este Sistema es que es altamente adictivo, por el
efecto que tiene en la mente. La perfecta coherencia que causa entre el hemisferio izquierdo y e
derecho del cerebro hace que sea muy natural elegir practicarlo. Y cada vez que lo elegimos va
hacia adentro, como un virus iluminado, reprogramando la Matrix, la cual está llena de una multi
de comportamientos repetitivos basados en el miedo.

Cuando el programa colapsa la computadora experimenta inestabilidad, y a veces lleva tiempo


adaptarse, aceptar el nuevo programa y soltar lo que redunda. Pero el Sistema es iluminación, y
virus del amor se disemina rápidamente, porque en realidad es la naturaleza y la grandeza de
quienes somos.

Siempre utilizo mi experiencia australiana como ejemplo. Toda mi vida he manejado en Australia
Allí, cuando cruzo la calle, los coches vienen en dirección opuesta a como vienen en América. E
volante está del lado contrario, todo está en el lado contrario. Conduje mucho en Australia, ciento
de miles de kilómetros. Así es que sigue siendo muy habitual para mí, cuando cruzo la calle, mir
en la dirección contraria.

¡¿Me estoy parando enfrente de los coches porque tengo un deseo profundo de kamikaze de
aniquilarme a mí misma?! ¿O me paro enfrente de los coches porque es habitual en mí, robótico
natural? ¡Que pregunta! No es natural para mí querer matarme, pero este comportamiento está
rodeado de esta consecuencia.

¿Entonces por qué voy a estar constantemente haciendo algo que me puede lastimar o dañar?

¿Por qué voy a elegir repetitivamente el miedo?

¿Por qué voy a alejar repetitivamente el amor?

¿Por qué me voy a inyectar repetitivamente heroína en el brazo?

¿Por qué voy a elegir repetitivamente una relación abusiva?

¿ Por qué me voy a abandonar repetitivamente a mí misma?

¿Por qué?

Porque no sé lo que hago, no soy conciente. Es habitual.

Cuando Jesús dice, “Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen”, está hablando de eso.

El Padre es la conciencia. Es su conciencia. Y él puede ver todos los aspectos de si mismo que
están experimentando esa grandeza.

Entonces aparece la compasión, o el perdón, porque no saben lo que hacen.

SECCION II - Testimonios

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