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REPRESA HIDROELÉCTRICA DE

YACYRETÁ

ALUMNOS: FERNANDEZ JAVIER, DAVID DUARTE,


AZULAY MARCOS, GANORA JOSÉ

ASIGNATURA: COMPUTACIÓN

CURSO: 4º AÑO “A”

AÑO: 2008

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………..……………Página 3

UBICACIÓN………………………….………………………..Página 3

HISTORIA………………………………………….………….Página 3 – 4

OBRA CIVIL……………………………………….…………..Página 4

IMPACTO POBLACIONAL Y ECOLÓGICO…………..……Página 5 – 6

DENUNCIAS DE CORRUPCIÓN…………………………….Página 6

ESTADO ACTUAL…………………………………..………..Página 6 – 7

NAVEGACIÓN…………………………………….………….Página 7

TURISMO…………………………………………….………..Página 7 - 8

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INTRODUCCIÓN

La represa hidroeléctrica de Yacyretá-Apipé (del guaraní jasy retã, "tierra de la Luna") es una
central hidroeléctrica construida sobre los saltos de Yacyretá-Apipé en el río Paraná, entre la
provincia argentina de Corrientes y el departamento paraguayo de Misiones.
El equipo de la central tiene una potencia instalada total de 3200 MW, existiendo un proyecto
de ampliación que permitiría incrementar esta capacidad casi al doble, y la energía producida
abastece el 15% del total de la demanda de electricidad argentina.
A través de cada turbina pueden pasar 2630 millones de litros de agua por hora, o sea que por
las 20 turbinas de Yacyretá puede pasar cada hora el equivalente al consumo de agua potable de
13 días de la ciudad de Asunción (capital del Paraguay) o de 2 días de la ciudad de Buenos
Aires. La energía que se puede producir anualmente es de 19.000 Gwh, equivalente al 65% de
la generación eléctrica conjunta de Paraguay y la Argentina.
Pese a sus prestaciones, el proyecto de la represa fue objeto constante de críticas durante su
planeamiento y construcción, tanto por las consecuencias ecológicas que produjo —entre ellas
el anegamiento de un bioma prácticamente único, que condujo a la extinción de numerosas
especies endémicas— como por la gestión del emprendimiento, cuyo presupuesto original se
excedió varias veces hasta alcanzar los 11.500 millones de dólares y dio origen a múltiples
denuncias de corrupción.

UBICACIÓN

Yacyretá se encuentra 320 kilómetros al sudeste de Asunción. Esta situada en la zona de la


ciudad de Ayolas, 100 kilómetros aguas abajo de Encarnación, y a 2 kilómetros de los rápidos
de Apipé. El embalse principal queda en los alrededores de la isla de Yacyretá y Talavera.

HISTORIA
El protocolo inicial para determinar el uso de los
saltos se firmó el 1 de febrero de 1925, en Estados
Unidos. Sin embargo, no sería hasta enero de
1958 que se crearía la Comisión Mixta Técnica
Argentino-Paraguaya, a cargo del estudio técnico
de aprovechamiento del río. Presentado este, el 3
de diciembre de 1973 se suscribió en Asunción el
Tratado de Yacyretá, por el cual los dos Estados se
Sala de turbinas
comprometieron a emprender en común la obra. Para ello se fundó la Entidad Binacional

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Yacyretá: en condiciones igualitarias para ambas partes, a la cual se le asigna la capacidad
jurídica y responsabilidad técnica para realizar los estudios y proyectos, y para su ejecución.
La construcción se comenzó el 3 de diciembre de 1983; el 26 de abril de 1989 se firmaron las
notas reversales que definen el esquema definitivo de las obras de protección de los valles de
los arroyos afluentes al embalse en margen derecha (paraguaya). En junio de ese mismo año se
cerró el brazo principal del río, y el 19 de mayo del siguiente el brazo Aña Kuá. El 1 de junio de
1993 se habilitó la esclusa de navegación para salvar la diferencia de alturas, y el 2 de
septiembre de 1994 la primera unidad de la central hidroeléctrica. Las 20 unidades programadas
se pusieron por primera vez en función en su totalidad recién el 7 de julio de 1998.

OBRA CIVIL
Además del dique de la represa, que tiene 808 m de largo, el embalse consta de una presa de
materiales sueltos de casi 65 Km., que cierra los dos brazos del río divididos por la isla
Yacyretá; la central hidroeléctrica propiamente dicha se asienta parcialmente sobre ésta, uno de
los últimos espolones de la pared basáltica levantada por la falla que recorre en dirección NE-
SO el sustrato de la provincia de Corrientes, y a la que se debe la existencia de los saltos. Los
extremos se apoyan en la costa argentina, en la localidad de Rincón Santa María, y en la
paraguaya, junto a la de Santos Cosme y Damián. El lago artificial producido por el cierre del
cauce del río se alzaría a 21 m por encima de su nivel previo, y cubriría 1600 km².
En cada brazo hay un vertedero; las turbinas están fijadas en el brazo principal, en un vertedero
de 18 compuertas que permiten un flujo máximo de 55.000 m³/s. El otro brazo del río cuenta
con 16 compuertas más, con capacidad para otros 40.000 m³/s.
Excavada en el lecho basáltico, una esclusa permite la circulación de embarcaciones de hasta
3,60 metros (12 pies). Un sistema de elevación —diseñado después de que estudios ecológicos
demostraran que la presencia del dique inhibiría la reproducción de las especies migratorias del
Paraná —en especial el dorado y el surubí— permite a los especímenes que nadan río arriba
salvar los 25 metros de diferencia para desovar en el Alto Paraná.
La casa de máquinas tiene 70 m de altura medidos desde los cimientos hasta el techo. La caída
de agua (15 m actualmente; 21,3 m cuando se alcance la cota 83 msnm) tiene un caudal medio
de 8000 m³/s que pasan por las turbinas y producen energía en forma continua. Para comparar
dimensiones, las cataratas del Iguazú tienen 70 m de altura y un caudal medio de 1750 m3/s (la
quinta parte del caudal turbinado por Yacyretá).

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IMPACTO POBLACIONAL Y ECOLÓGICO
Esclusa para peces
El área hoy cubierta por el lago embalsado alojaba antes de la obra unas 40.000 personas, que
tuvieron que ser trasladadas. La elevación del
nivel de las aguas afectó también la
infraestructura vial y cloacal de la región de una
manera que los estudios previos a la ejecución,
financiados y avalados por el Banco Mundial, no
tuvieron en cuenta; investigadores independientes
confirmaron, años más tarde, que el censo de
1990 del INDEC fue alterado para reducir los
importes que la Entidad Binacional Yacyretá, la gestora del proyecto, debería desembolsar para
compensar a los desplazados.[1]
Ecológicamente, la construcción del dique afectó principalmente tres aspectos del entorno
regional:
• la estructura y composición de los hábitats acuáticos, al causar la elevación del nivel y
el anegamiento de áreas previamente secas un cambio en la composición química de las
aguas. Además, la alteración de las corrientes ha afectado la dinámica de la vegetación
flotante, que en el sistema del Iberá constituye el hábitat de numerosas especies
endémicas. Además, la mansedumbre de las aguas ha permitido la proliferación de
especies transmisoras de la esquistosomiasis, el dengue y el paludismo;
• la estructura y composición de las actividades productivas del sector primario, que
además del anegamiento directo incluyen la modificación de la humedad de decenas de
miles de hectáreas destinadas a la agricultura y la explotación maderera. Miles de
cabezas de ganado se perdieron además en el proceso de llenado del lago;
• la diversidad y estabilidad de los hábitats terrestres, que podría dar lugar a pérdidas
incalculables de biodiversidad. Numerosas especies protegidas resultaron afectadas en
uno de los pocos espacios en que sobreviven en Argentina y Paraguay; entre ellas se
cuentan:
o el ciervo de los pantanos, concentrado especialmente en las zonas embalsadas y
al que la migración hacia tierras altas expondría en mayor grado a la caza
furtiva, la competencia con el ganado bovino por el alimento, y el contagio de
enfermedades de las que éste es portador;
o el venado de las pampas, desplazado por el ascenso de la napa de su ya
reducido hábitat;
o el carpincho, cuyas áreas de reposo y alimentación se vieron anegadas;

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o numerosas especies de rálidos (en los géneros Porzana, Aramides, Porphyrio y
Laterallus), garzas, cigüeñas y anátidos, por la ocupación de sus zonas de
nidificación; algunas paseriformes consideradas vulnerables, como el yetapá de
collar y el tordo amarillo, ven también reducido su hábitat y dificultada la
comunicación entre las poblaciones paraguayas y argentinas, con la
consiguiente disminución de variedad genética;
o el yacaré overo y el yacaré negro, desplazados de su zona de nidificación.[2]
Las consecuencias sobre la población ictícola del Paraná fueron también gravísimas,
ocasionando una sensible disminución del volumen de algunas especies; la construcción del
sistema de elevadores mitigó sólo en parte estos efectos.

DENUNCIAS DE CORRUPCIÓN
Mención aparte merecen las denuncias de corrupción de las que ha sido objeto el
emprendimiento. Del presupuesto final de 11.000 millones de dólares, 7.000 millones
corresponden a costes financieros y otros 1.000 millones a costes de estudios de consultoría. Se
ignora el paradero de 1.870 millones de dólares, lo que ha dado pie a numerosas
investigaciones, aún infructuosas. Funcionarios del EBY (Entidad Binacional Yaciretá) han sido
condenados por malversación de fondos y por especulación con información privilegiada, al
comprar tierras en los terrenos a inundar con el fin de obtener indemnizaciones cuando éstas se
expropiaran. El ex presidente argentino Carlos Menem la llamó, en una frase que se ha hecho
célebre, un «monumento a la corrupción».
Durante los años 90 y 2000, la EBY (Entidad Binacional Yacyretá) recibo numerosas denuncias
y acusaciones de corrupción, violación de los derechos humanos y responsabilidad de
destrucción del ambiente y el ecosistema regional; entre muchas de ellas, cabe destacar la
presentada ante el Tribunal Ético contra la Corrupción por el luchador social de la Ciudad de
Encarnación Jorge Urusoff, el cual después del juicio (Ciudad de Ayolas, 28/06/2000) declaró
culpable (25/07/2000) a la Entidad Binacional Yacyretá de violación de los derechos humanos a
los habitantes de la zona; la denuncia se actualmente se encuentra a tramite en la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en San José de Costa Rica.
Ha habido más corrupción, en el 2008 se detectaron sobreprecios.

ESTADO ACTUAL
El Plan de Terminación del Emprendimiento Binacional Yacyretá consiste en:[4]
• Liberar las áreas a ser inundadas, considerando la expropiación de los inmuebles, la
seguridad de las zonas liberadas, la relocalización de la población y actividad

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económico-productiva, la rehabilitación socioeconómica de la población reasentada y la
solución del pasivo social de otras instancias del llenado.
• Realizar obras y acciones necesarias para mitigar los efectos sobre el medioambiente
• Reponer obras de infraestructura, como rutas, puentes, puertos, aeropuertos, líneas de
transmisión eléctrica, entre otras,
• Recomponer la trama urbana de Encarnación, Posadas, y otras ciudades afectadas
A julio de 2007 el nivel del agua alcanza los 76 msnm, 7 metros por debajo de la cota
originalmente proyectada. Esta diferencia de altura
es responsable de que la presa funcione únicamente
al 60% de su capacidad instalada, con una potencia
pico de unos 2.100 MW en lugar de los 3.100 MW
planeados originalmente. La principal razón por la
que no se permite que el nivel de agua alcance los
83 msnm proyectados es que de ocurrir esto, el agua
cubriría 500 km² adicionales en los que se estima
viven alrededor de 80.000 personas. Torres de distribución

Los presidentes de Argentina y Paraguay firmaron un acta de acuerdo para finalizar la obra y
llevarla a cota 83 msnm en diciembre de 2008.[5]
Durante la campaña electoral paraguaya de 2008, Fernando Lugo (quién luego resultó ser electo
presidente de Paraguay), basó su campaña en reclamar una revisión del Tratado de Itaipú, que
regula el uso de la energía de la hidroeléctrica, así como su precio. Expresó su interés en
renegociar con Argentina y Brasil (con quien es copropietario de la Represa de Itaipú) los
contratos sobre energía. Según estos, Paraguay vende la energía producidas por sus represas a
ambas naciones a cambio de saldar las deudas generadas durante la construcción de las mismas.

NAVEGACIÓN
Para facilitar la navegación se ha construido una esclusa en la localidad de Santa María en la
margen argentina. Esta tiene una longitud total de 270 metros (útiles 236 m), un ancho de 27 m
y una profundidad mínima de 5 metros, lo que permitirá el paso aguas arriba de embarcaciones
de hasta 3,66 m (12 pies).

TURISMO
La zona cuenta con abundante fauna ictícola y existen áreas destinadas para la pesca. Con el
ánimo de mantener y proteger a los peces nativos la pesca se encuentra regulada, requiriéndose
un carnet de pesca que puede obtenerse en las Oficinas de Pesca regionales.

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El Museo Regional Yacyretá se encuentra en la ciudad de Ayolas. En él se encuentran expuestos
piezas arqueológicas, minerales y ejemplares de la fauna nativa.
El Refugio Faunístico de Atinguy está ubicado a 18 kilómetros de Ayolas; su territorio abarca de
100 hectáreas, donde pueden observarse variadas especies de fauna y flora de la región. El
refugio provee de condiciones óptimas para que los animales vivan naturalmente.
Aunque la represa hidroeléctrica es relativamente poco contaminante, la Entidad Binacional ha
destinado áreas para la conservación y recuperación de la flora y fauna local, de modo a paliar
las consecuencias ambientales que acarreen la obra. Con la inundación, localizaron y reubicaron
a 11.000 animales de 110 diferentes especies. Actualmente, la entidad tiene protegida un área
que abarca 58.000 hectáreas, mas proyecta aumentar este terreno a 187.000 hectáreas a medida
que avance el proyecto. La Reserva Natural esta ubicada en un extremo de la isla. Esta abierto
un Centro de visitantes y un sendero llamado "Acuti po’i" de 2500 m en el que se puede realizar
caminatas guiadas. Existen diferentes opciones de alojamiento en la zona, como el Hotel
Nacional de Turismo y el Yacyretá Apart Hotel. La Secretaria Nacional de Turismo provee
información y detalles al respecto.

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