To, aunque ya no estas, te mando esta carta, seguro de que cualquier cosa que escriba t ya la sabas.

Quiero decirte que te vamos a extraar mucho y que siempre fuiste y seguirs siendo parte de nuestra familia. Tenemos tantos momentos guardados, mismos que algn da rescataremos de la memoria en el mas all que nos espera. Te agradezco todas tus enseanzas y puedo presumir de ser la persona a la que ms travesuras le aguantaste, le permitiste y hasta le festejaste. T escondas la soldadura y el cautn, pero yo siempre los encontraba. Jams te vi enojado, maldiciendo o quejndote, jams vi que le faltaras al respeto a alguien. Jams tuviste pasaporte, licencia o tarjeta de circulacin y nunca las necesitaste. Tus enseanzas son para siempre. No hubo ni siquiera una ocasin que no acudieras a rescatarnos cuando te lo pedamos y muchas veces, sin pedrtelo. El mundo debera tener muchas ms personas como t. Desde chico decid que t no solo eras mi padrino, sino mucho ms que eso, mi to, aunque tambin fuiste mi mentor, a lo mejor sin querer, y siempre me sent y me sentir muy orgulloso de ti. S que ya estas con tus padres, tus hermanos, tu sobrino y muchos ms que se nos adelantaron. Esta carta es para darte las gracias por todo lo que nos dejaste y por todo ese amor que nos diste. S que cuando abra la puerta de tu casa ya no estars en el silln, sentado sin zapatos como siempre, tocando la trompeta y aunque ese eras t en carne viva, gran parte de lo que eras en espritu se queda con nosotros, en nuestra vida diaria, a travs del ejemplo que nos diste. Tu casa siempre estuvo abierta para nosotros, pero lo que es ms, tu corazn siempre lo estuvo y ese es un lujo que solo se dan los hombres sabios y justos. No hubo una pregunta que no me respondieras, no hubo una herramienta que no me prestaras y no hubo un momento que no estuvieras para nosotros. Ese eras y eres t to, un gran ejemplo para muchos de nosotros, alguien que nos privilegi con su compaa y su cario a lo largo de esta vida. Me quedo con la satisfaccin de haberte dicho muchas veces que te quiero, pero la verdadera satisfaccin siempre fue haber sido muy querido por ti. Cuando estas cosas pasan, siempre quedan pendientitos, llamadas que no se hicieron, visitas que no fueron, pero qu le vamos a hacer. Nos volveremos a encontrar, estoy seguro to Hctor, as que ahora s, guarda bien la soldadura y el cautn, ya sabes que soy muy ocurrente.