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prt Proyecto de Ley N2 2H 2011-2. ry PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL ARTICULO 162° DEL CODIGO PENAL, RELATIVO A LA INTERFERENCIA DE LAS COMUNICACIONES Los congresistas de la Republica que suscriben, a iniciativa del congresista Javier Bedoya de Vivanco, ejerciendo la facultad que les confiere el articulo 107° de la Constitucién Politica, presentan el siguiente proyecto de ley’ PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL ARTICULO 162° DEL CODIGO PENAL, RELATIVO A LA INTERFERENCIA DE LAS COMUNICACIONES EXPOSICION DE MOTIVOS EI presente proyecto de ley actualiza Ia iniciativa legislativa presentada en el Periodo Parlamentario 2006-2011 por el Grupo Parlamentario Unidad Nacional a través del proyecto de ley N° 4362, que fue presentado el 14 de octubre del 2010 y que pese a ser oportunamente derivado a la Comisién de Justicia y Derechos Humanos no fue dictaminado, y que posteriormente debido al término del Period Parlamentario ha sido archivado automaticamente. En concordancia con el articulo 76° inciso 2, literal d) del Reglamento del Congreso los parlamentarios firmantes de la presente iniciativa actualizamos el mencionado Proyecto N° 4362 de modo que, presentado en el nuevo Periodo Parlamentario 2011-2016 sea objeto del estudio y debate correspondiente. Como es de conocimiento general, todo derecho fundamental admite limites en ‘su ejercicio. En otras palabras, no existen derechos fundamentales absolutos. Dichos limites pueden ser tanto expresos como impiicitos. Los primeros se derivan del mismo texto constitucional al momento de reconocer el derecho y los segundos son consecuencia de su convivencia con otros derechos fundamentales y bienes juridicos protegidos. Desde esta perspectiva, conforme ‘ha puesto de manifiesto el Tribunal Constitucional: “Las restricciones implicitas, a diferencia de las explicitas, resultan mucho més complejas en cuanto a su delimitacién, aunque no por ello inexistentes 0 carentes de base constitucional. Se trata, en tales supuestos, de vincular el derecho reconocido (en este caso, la libertad de trénsito) con otros derechos 0 bienes constitucionalmente relevantes, a fin de poder determinar, dentro de una técnica de ponderacién, cual de todos ellos es el que, bajo determinadas circunstancias, debe prevalecer’.’ * Expediente N° 349-2004-AA/TC, Fundamento Juridico nimero 12.; Expediente N° 3482-2005-PHC/IC, Fundamento Juridica nimeto 12. 1 en CCONCERO DELA REFOBLICA En ese orden de ideas, sin perjuicio de la especial importancia de las libertades informativas -reconocidas en el inciso 4 del articulo 2° de la Constitucién- para la consolidacién de la democracia de un pais, toda vez que por su intermedio se dan a conocer hechos noticiables o de interés publico, coadyuvando asi a la formacién de una opinién piidlica libre; no es menos cierto que elias estén inmersas también dentro de las limitaciones que son propias de todo derecho fundamental, Es asi que de ellas también se predica la existencia tanto de limites expresos como implicitos. La vigencia efectiva de derechos fundamentales a la intimidad 0 al secreto de las comunicaciones —reconocidos en los incisos 7 y 10 del articulo 2° de la Constitucién, respectivamente- ha sido precisamente puesta en debate de manera recurrente frente al ejercicio de las libertades informativas, toda vez que vienen a formar parte de aquellos limites implicitos a ios cuales deben su respeto y consideracién No obstante, somos testigos de cémo en la actualidad ese respeto viene siendo cada vez menos observado y se da preferencia mds bien a la difusion de comunicaciones privadas obtenidas ilicitamente a través de los medios de ‘comunicacién social, alin en casos en que no hay de por medio temas de interés publico. Esto pone de manifiesto la necesidad de que el Estado, en su ‘compromiso con la vigencia y el respeto de los derechos fundameniales, adopte las medidas conducentes a relvindicar no sdlo que no hay derechos fundamentales absolutos, sino que el ejercicio de las libertades informativas debe enmarcarse en dichos planteamientos y, por consiguiente, respetar aquellos derechos fundamentales que merecen igual consideracién y respeto. La violacién del secreto de las comunicaciones implica un acto delictivo de especial envergadura, toda vez que supone la intromision de un tercero en un Ambito en el que el ser humano esta en condiciones de desplegar su libertad de expresin en su mayor nivel, al tratarse de mensajes orientados o dirigidos especificamente a ser escuchados, leldos 0 revisados sélo por su interlocutor. Precisamente el caracter secreto tiene lugar por el hecho de que quienes intervienen en el didlogo 0 la conversacién asumen que son solamente ellos los destinatarios reofprocos de sus respectivos mensajes. Desde esta perspectiva, la injerencia de un tercero ajeno sin consentimiento de quienes intervienen en ese proceso comunicativo, vacia de contenido el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones. De ahi que el articulo 162° del Cédigo Penal prevea como dalito la interferencia telefonica. En este sentido, actualmente el que indebidamente interfiere 0 escucha una conversacion teleténica o similar serd reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres afios. Constituye circunstancia agravante el hecho que el agente sea un funcionario publico, de modo que en este caso la pena privativa de libertad serd no menor de tres ni mayor de cinco afios e inhabilitacién conforme al articulo 36°, incisos 1, 2 y 4 de Cédigo Penal. Sin embargo, a nuestro juicio ello resulta insuficiente cuando se comprueba que SO pretexto del ejercicio de la libertades informativas se difunden comunicaciones privadas obtenidas ilicitamente, muy a pesar de que no hay interés publico de por 2 er medio, agudizando de esa forma el dafio y la afectacién al ser humano que de por si implica la violacién del secreto de las comunicaciones. En efecto, no hay duda del importante papel que juegan las libertades informativas en un Estado democratico, toda vez que, como ya se dijo, foralecen sus valores mas esenciales y se eigen, inclusive, en uno de los vehiculos més efectivos para la fiscalizacién y el control del ejercicio del poder politico y la autoridad. De ahi que el presente proyecto de ley no pretende poner en cuestién la difusion de aquellas comunicaciones privadas de cuyo contenido se desprenda que exista un interés publico que justifica su difusién, como, por ejemplo, en el caso de que dé jugar a indicios razonables de la comisién de una conducta delictiva. El problema radica cuando a pesar de no haber tal interés publico, se persiste en su difusion, ya que en este supuesto se abre la puerta al abuso y a la violaci6n irrestricta de Ia intimidad. Téngase presente que por la estrecha vinculacién entre el derecho fundamental al secreto de tas comunicaciones con el derecho fundamental a la intimidad tenemos que, a diferencia de casos en los que se ha visto vulnerado el honor, aquella transaresién se torna en los hechos en irreparable. Como se sabe, cuando como producto del ejercicio de las libertades informativas se ha visto conculcado el derecho al honor existen macanismos como la rectificacién que pueden terminar, realmente, volviendo las cosas al estado anterior la violacién, toda vez que en estos casos el agresor es compelido a que proporcionalmente corrija su mensaje, reivindicando asi publicamente aquel atributo de la persona. Sin embargo, en el singular caso de la intimidad y, por conexidad, del secreto de las comunicaciones, se tiene que, al margen de las responsabilidades posteriores de quienes hayan difundido indebidamente comunicaciones privadas 0 datos intimos, aquella informacion sensible ya sali del seno personal del individuo, no siendo posible, en sentido estricto, retrotraer las cosas al estado anterior de la violacién. En otros términos, una vez difundido el dato sensible, éste jamas volverd al espacio en el que siempre debio estar y mantenerse: la esfera intima del sujeto. Vistas asi las cosas, resulta imperioso establecer aquellas medidas que conduzcan a disuadir este ejercicio irregular de las libertades informativas o, si se quiere, promuevan su ejercicio responsable, y reivindiquen, por lo tanto, el respeto de derechos fundamentales como a los que se ha hecho mencién. En este sentido, proponemos modificar el articulo 162° del Cédigo Penal en atencién a las siguientes consideraciones: i) Hacerlo extensivo a quien difunde aquella comunicacién privada que fue obtenida ilicitamente, como quiera que esta practica no hace otra cosa més que agudizar e! dari que de por si supone la violacién del secreto de las comunicaciones. Conviene advertir que nuestra propuesta no tiene por objeto impedir que se den a conocer aquellas comunicaciones privadas de cuyo contenido se derive un interés publico que justifique su difusion, Para estos casos, habria que tener presente que el propio Cédigo Penal prevé entre las causales de inimputabilidad tanto a aquel 3

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