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LIDERAZGO EN CRISIS

Por: Jhonatan Raymondi Palacios

CRISIS EN LAS ORGANIZACIONES

Todos somos conscientes de la velocidad con que las empresas surgen y


fracasan en el mundo de los negocios; compañías que hace 20 años no
existían, hoy son líderes de listas como Fortune 500. La otra cara de la moneda
son empresas que han cerrado o sido adquiridas ante la imposibilidad de poder
percibir o manejar los retos que afrontaron. Éste es el caso de empresas como
Digital, PANAM, RCA, entre otras.

Uno de los muchos elementos que pueden ser considerados como primordiales
para sobrevivir un periodo de crisis en una organización, es que sus directivos
reconozcan lo que están enfrentado. Esto bien puede ser un cambio en el
mercado, una deficiencia en la estrategia planteada o simplemente una falla en
la ejecución de la misma.

Por otro lado, los periodos entre los que se dan estos cambios estructurales en
el mercado han ido disminuyendo, a la par de las mejoras en las innovaciones
tecnológicas, de investigación de mercados, comunicaciones y movilidad del
capital intelectual. Con esto, la reacción que deben tener los directivos de
cualquier organización ante una crisis debe ser más rápida, más ágil y mejor
ejecutada, de tal forma, que la organización pueda resurgir fortalecida en el
menor tiempo posible, reduciendo el margen de oportunidad que puede
aprovechar la competencia.

Es ante la necesidad de edificar una estrategia que permita salvar estas crisis,
que el liderazgo aparece como un valor natural para ser considerado en esta
estrategia.

Quiero ser enfático en la palabra valor, el liderazgo debe ser entiendo como
una característica fundamental de cualquier cultura organizacional (y por lo
mismo un valor), y no como una simple herramienta para conseguir un cierto
objetivo. Un manager tradicional lo consideraría como una herramienta, algo
que puede ser utilizado por un cierto periodo de tiempo y una vez conseguido
el objetivo, simplemente desecharlo.

QUE DEBE HACER EL LIDER EN CRISIS

1. El Líder debe ejecutar.

En un momento donde la ejecución es crucial, más que sabiduría excelsa,


usted necesita a alguien que sepa hacer que las cosas se lleven a cabo. No
tema escoger a alguien con menos tiempo en la empresa, pero con mayor
capacidad de ejecución que otros con más antigüedad. Este momento requiere
de líderes, no managers, ya que estos últimos buscarán la mejor forma de
hacer las cosas, lo cual puede llevar demasiado tiempo.

2. El Líder debe ser un ejemplo.

El líder es un guía, que lleve y dirija a los demás sin dejarse arrastrar.
Demuestra su compromiso con la empresa desde donde puede ver y ser visto.

Al mismo tiempo, el líder debe ser un ejemplo moral, consistente con lo que
dice y manda, no puede pedir aquello que no está dispuesto a hacer. Elija
aquella persona que prefiera hacer lo correcto, y a partir de ahí construya una
plataforma de confianza donde apoyar las relaciones con pares y subordinados.

3. El líder debe tomar el riesgo de equivocarse.

Un buen líder se adapta con facilidad a los cambios, no teme enfrentarse a un


intercambio de opiniones, y está dispuestos a decir: “Me equivoqué”. Busque a
las personas que no se detendrán para decirle: “Eso no está bien”. En especial,
a nivel gerencial, usted no quiere un grupo de personas que no le advierta de
posibles riesgos en el horizonte.

CONCLUSIÓN

Crear una organización efectiva para periodos de crisis y cambio no es una


tarea sencilla, y por lo general es una labor solitaria de unas cuantas personas.
Sin embargo, y aunque para algunas empresas es la última responsabilidad
que enfrentan, no tiene por qué descansar únicamente en usted, decida crear
una organización comprometida con el liderazgo, y usted obtendrá todo un
ambiente dispuesto a llevar a cabo la transición. La elección parece obvia, pero
decidirse a dar este paso requiere en muchas ocasiones de un análisis interior,
el cual no siempre estamos dispuestos a realizar.

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