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Resumen: Se presenta una actividad destinada al alumnado de la asignatura Biología de 2º de Bachillerato. Se pretende
introducir los procedimientos básicos de la investigación biológica a través de herramientas bioinformáticas, utilizando como
escenario la demostración de la teoría endosimbiótica mediante secuencias disponibles en bases de datos moleculares reales.
Palabras clave: Biología, 2º Bachillerato, Bioinformática, SIB, Teoría Endosimbiótica.
Introducción
Según el ordenamiento actual, todo organismo vivo pertenece a uno de los tres dominios de la vida:
Bacteria (Eubacterias o bacterias “verdaderas”), Archaea (Arqueobacterias, un “anciano” grupo de bacterias
que viven en hábitats con condiciones
extremas) y Eukarya (incluyendo hongos,
plantas y animales superiores). Las
Eubacterias (comúnmente llamados
“Bacterias”) y las Arqueobacterias, a los
que conjuntamente llamamos Procariotas,
son organismos unicelulares y son, en
cuanto a su estructura celular, mucho más
simples que las células eucariotas. No
presentan compartimentación interna y, lo
más significativo, no contienen una envoltura nuclear alrededor de su ADN, es decir, no tienen núcleo.
Contrariamente a los procariotas, los eucariotas son unos recién llegados a la Tierra, apenas llevan aquí 2
billones de años, en comparación con los 3,5 billones de años de antigüedad de los procariotas. Las células
eucariotas son frecuentemente más grandes y mucho más complejas que las procariotas; contienen núcleo y
orgánulos internos especializados como mitocondrias o cloroplastos. Estos orgánulos cumplen funciones
1
IES “A Sardiñeira”. Dpto. de Bioloxía e Xeoloxía. A Coruña (Spain)
2
específicas. Por ejemplo, la mitocondria produce energía para la célula en forma de ATP. Los eucariotas
incluyen tanto organismos unicelulares como pluricelulares, incluyendo, entre otros muchos, plantas, hongos
y animales.
La Teoría Endosimbiótica de la Evolución fue propuesta por Lynn
Margulis en 1970. Margulis proponía que las mitocondrias y los cloroplastos de
células eucariotas eran originalmente procariotas que fueron “engullidos” por
otros procariotas. De acuerdo a la teoría, ciertos procariotas adquirieron la
habilidad de utilizar el oxígeno acumulado en la atmósfera en procesos más
eficientes de oxidación de compuestos orgánicos proporcionando cantidades
de energía sin precedente. Esto proporcionaba una considerable ventaja a un
organismo hospedador que, en lugar de digerirlo, estableciese con él una
relación de simbiosis en la que uno proporciona nutrientes y protección,
mientras el otro produce energía suficiente para ambos.
Aunque hoy en día la teoría está generalmente aceptada, fue duramente criticada cuando Margulis la
propuso. Efectivamente, muchos científicos sólo aceptaron sus postulados cuando años después, en 1981,
Lynn obtuvo evidencias moleculares que apoyaban su teoría a través del uso de herramientas
bioinformáticas2.
Gracias a los avances en genética y tecnología computacional, las herramientas bioinformáticas han
crecido de forma espectacular en velocidad, fiabilidad y disponibilidad, hasta el punto de estar a disposición
de cualquiera que disponga de un terminal conectado a Internet.
En este tutorial se indican los pasos a seguir para obtener evidencias que apoyan la Teoría
Endosimbiótica, usando el Entorno Educativo de “Biology Workbench”, traducción al castellano del
Biology Student Workbench (SIB) de la Universidad de Illinois, que facilita en gran medida el acceso del
alumnado de bachillerato a las herramientas más habituales en bioinformática.
2
Publicadas en su libro “Symbiosis in Cell Evolution”.
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Fundamento
Para generar datos que soporten la Teoría Endosimbiótica, vamos a utilizar herramientas
bioinformáticas para buscar secuencias con alto grado de similitud (homología) con genes mitocondriales y
cloroplásticos de dos organismos eucariotas simples. El problema al que nos enfrentamos es que las
secuencias de genes eucariotas y procariotas que vamos a comparar han evolucionado de forma
independiente durante 2 billones de años. Incluso si originalmente las mitocondrias o los cloroplastos fueron
células procariotas, después de 2 billones de años sus genomas podrían haber sufrido cambios suficientes
para que no existiese punto alguno de similitud con el genoma procariota original. Una solución a este
problema es escoger la secuencia de un gen que sea absolutamente indispensable para la supervivencia de
la célula. Con este condicionante habría sido altamente conservado ya que cualquier mutación ocurrida en el
mismo, que ocasionase cambios importantes en relación a su función, habría sido letal para la célula.
Usaremos por lo tanto secuencias mitocondriales y cloroplásticas de nuestros eucariotas simples y las
correspondientes de diferentes tipos de procariotas para construir árboles filogenéticos. Asumiendo que
cuanto antes divergen dos organismos a partir de un antecesor común, más diferentes serán sus secuencias
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entre sí, mediante la construcción de árboles filogenéticos deberíamos ser capaces de determinar que las
secuencias mitocondriales y cloroplásticas son más próximas a ciertos tipos de procariotas.
PARTE I
Abriendo una cuenta de usuario
Debemos estar registrados para poder utilizar el Entorno Educativo de Biology Workbench (SIB). Si ya
disponemos de una cuenta de usuario, entramos directamente en el sistema. En caso contrario,
1) Abrimos la página principal del Student Biology Workbench. La dirección es:
http://bighorn.animal.uiuc.edu/cgi-bin/sib.py3
2) Clic en el botón, “Registration”.4 Se abrirá un breve formulario en el que debemos aportar
nombre, dirección de correo electrónico, un nombre de usuario y una contraseña. Los dos últimos datos
serán necesarios para acceder al sistema en sucesivas ocasiones.
3
La versión en castellano está disponible en http://bighorn.animal.uiuc.edu/cgi-bin/esib.py.
4
En el momento de redactar este tutorial, el mismo enlace “Registro” de la página en castellano, no era funcional. De
todos modos, podemos realizar el registro en la página en inglés y luego ingresar en el sistema a través de la que está en
castellano usando nuestro nombre de usuario y contraseña. De hecho, estos datos nos permiten acceder también a
sesiones de trabajo con la versión profesional Biology Workbench v.3.2
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En este tutorial no se hará uso de “Analizar Ácidos Nucleicos”. La única diferencia entre “Analizar
Proteínas” y “Analizar Ácidos Nucleicos” es que, mientras las herramientas para ácidos nucleicos operan
sobre secuencias nucleotídicas, las herramientas accesibles desde “Analizar Proteínas” operan sobre las
mismas secuencias traducidas previamente a aminoácidos. Las herramientas de búsqueda,
visualización, edición y alineamiento de secuencias, trabajan exactamente igual en ambos casos.
Para mantener cierta organización a la hora de usar el entorno, es muy recomendable crear una nueva
sesión para cada motivo de investigación o práctica:
1) Pulsamos el botón “Nueva”
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Los equivalentes de la página americana son “Preferences”, “Protein Tools”, “Nucleic Tools” y “Alignment Tools”
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Se observa que estamos situados en la sesión que hemos creado, “Endosimbiosis”, porque aparece
en la parte superior de la página de herramientas:
Podemos intercambiar la sesión active entre las disponibles marcando el botón de radio y pulsando el
botón “Abrir” de las herramientas de sesión. Para continuar con este tutorial, seguiremos con
“Endosimbiosis” como sesión activa.
Formato Workbench
En este tutorial, se instruye en el uso de las herramientas que permiten realizar búsqueda y análisis de
secuencias de aminoácidos para ser importadas al SIB. Para acceder a las herramientas de proteínas,
debemos hacer clic en el botón “Analizar Proteínas” en la parte superior de la página.
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Se abre una página en la que las herramientas se sitúan en una tabla. La columna de la izquierda
nos muestra una breve descripción de la misma y, cuando se requieren, los campos para establecer
parámetros que afectan a la herramienta en cuestión. La activación de la misma se realiza mediante
pulsación del botón situado en la columna de la derecha.
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PARTE II
Uso de la herramienta Ndjinn: búsqueda de secuencias en bases de datos
En esta sección veremos el procedimiento de búsqueda de una secuencia aminoacídica determinada
en las bases de datos moleculares. En primer lugar, seleccionamos un gen mitocondrial como motivo de
búsqueda. Necesitamos uno altamente conservado, en otras palabras, uno que no haya sufrido demasiados
cambios a lo largo de millones de años. Los genes que intervienen en la
respiración celular, muchos de los cuales residen en el genoma
mitocondrial, entran en esta categoría. Dicho esto, vamos a utilizar la
secuencia del gen de la enzima succinato deshidrogenasa (succinato-
deH) de Reclinomonas americana.
R. americana es un eucariota muy simple que, como muchos otros
eucariotas, se supone que no ha cambiado mucho desde su forma original.
Esto es importante puesto que buscamos secuencias mitocondriales que
hayan cambiado lo menos posible. La enzima succinato-deH participa en el ciclo de Krebs de la respiración
celular y es crucial para la supervivencia celular. Así, podemos especular que el gen codificador de la misma
ha cambiado de forma mínima durante los billones de años de divergencia evolutiva, porque cualquier
mutación que alterase dramáticamente este gen resultaría en muerte celular. En otras palabras, las
mutaciones en el gen de la succinato-deH no pasarían el filtro de la selección natural.
1) Utilizaremos la herramienta “Ndjinn”; podemos localizarla en el cuadro de herramientas de
proteínas, en la primera celda de la columna derecha. Lo primero será definir los parámetro de búsqueda (en
los campos de la columna de la izquierda a la altura del botón “Ndjin”): escribimos como motivo de búsqueda:
“Reclinomonas americana succinate dehydrogenase”.
Inmediatamente debajo observamos la relación de bases de datos en las que podemos realizar la
búsqueda. Entre las disponibles algunas son boutiques de secuencias dedicadas a diferentes grupos de
organismos (por ejemplo, “GenBank Bacteria” contiene un gran número de secuencias de diferentes
bacterias), otras contienen secuencias genómicas completas de diferentes organismos.
Ya sólo queda pulsar el botón “Import Sequence(s)” situado al final del listado de resultados. Con ello
importaremos la secuencia seleccionada a nuestra base de datos personal dentro de la sesión actual
“Endosimbiosis”. En la mayoría de los casos nos encontraríamos tantas secuencias importadas como
hayamos marcado. Sin embargo, estamos ante un caso especial. Observamos que, como resultado de la
importación aparece un amplio listado de resultados que, en conjunto, son el genoma mitocondrial completo
de R. americana.
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Si aparece un número diferente de resultados no hay de qué preocuparse, las bases de datos están siendo actualizadas
diariamente como resultado de los frutos obtenidos por multitud de equipos de investigación a lo largo de todo el mundo.
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En el momento de redactar este tutorial esta herramienta no era funcional en la versión en castellano del SIB. Si al
pulsar “Ver Registros” se abre una página sin resultados, se hace inevitable usar la versión americana, cuya herramienta
equivalente es “ViewRecords”. Podemos abrirla en una ventana nueva pulsando aquí; luego abrimos una sesión usuario
y mantenemos simultáneamente ambas, americana y castellana, abiertas. Los cambios en una afectarán a la otra sin
más que pulsar “Actualizar” en nuestro navegador cada vez que hagamos algo en una y queramos que se refleje en la
otra.
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4) Para el propósito de esta práctica, usaremos “subunit 2”, la última de las tres. La secuencia
de este gen está justamente a continuación de la etiqueta “translation” (traducción), como por una
secuencia de letras que representan los diferentes aminoácidos. Se puede observar que todas las
secuencias comienzan con la letra M, Metionina, aminoácido codificado por el codón de inicio en el proceso
de traducción. Resaltamos la secuencia “succinate:ubiquinone oxidoreductase subunit 2” (poniendo
especial atención en que no queden incluidas en ambos extremos ningún signo gráfico distinto de las letras
que representan los aminoácidos) y pulsamos el atajo de teclado Ctrl+C o seleccionamos “Copiar” del menú
Editar del navegador.
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2. Seleccionamos “Añadir”8.
3. Una vez hayamos generado el nuevo registro podremos ver que la secuencia ha
sido añadida al listado del final de la página con una etiqueta que comienza por “User entered”
(entrada de usuario) para distinguirla de aquellas secuencias incorporadas a la sesión por
importación desde bases de datos.
Recordemos que todos los pasos seguidos en la sección anterior (usando la herramienta “Añadir“
nueva secuencia proteica) fueron necesarios porque únicamente necesitamos una pequeña parte del
genoma mitocondrial de R. americana. Este mismo procedimiento puede ser usado para aislar cualquier gen
de un genoma completo o fragmento que contenga un conjunto de genes. De hecho lo usaremos
nuevamente más adelante en este tutorial para aislar un gen diferente del mismo genoma con el que estamos
trabajando.
PARTE III
Usando la herramienta BLAST para localizar secuencias homólogas (similares)
En esta sección vamos a utilizar la herramienta BLASTP para buscar secuencias homólogas al gen de
la succinato-deH mitocondrial (subunidad 2) de R. americana.
1) En la página de “Analizar Proteínas”, marcamos la casilla correspondiente a dicha
secuencia.
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En el momento de redactar este tutorial esta herramienta no era funcional en la versión en castellano del SIB. Si al
hacer clic sobre “Añadir” se abre una página con el mensaje de error “Unknown Module selected Añdir”, debemos
utilizar la versión americana, cuyo equivalente es “Add”. (Ver también Nota a pie 7).
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Si lo deseamos, podemos seleccionar más bases de datos simultáneamente. Para hacerlo, debemos hacer clic sobre
cada una de las bases de datos seleccionada manteniendo pulsada la tecla Ctrl del teclado. Es necesario indicar que
aumentar el número de bases de datos incrementa el tiempo de procesamiento.
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A la hora de escribir este tutorial, la lista de resultados estaba encabezada por los que siguen:
Observando los resultados, vemos que entre ellos hay varios registros de bacterias (entre otros los
señalados en la imagen anterior). Resumiendo, hemos seleccionado la secuencia de un gen mitocondrial
eucariota y, buscando similitudes, hemos localizado secuencias, tanto de procariotas como de eucariotas,
que responden a esa posible homología.
Si observamos un poco más en detalle podemos constatar dos cosas:
• El primer registro de la página de resultados corresponde al ADN mitocondrial de la propia
Reclinomonas americana. Es lógico, la secuencia que hemos utilizado como motivo de búsqueda
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para aplicar BLASTP, está presente también en la base de datos utilizada (SwissProt) y obviamente
es lo más cercano en similitud puesto que coincide punto por punto consigo misma.
• Las secuencias de procariotas que muestran mayor grado de similitud con la de R.
americana son: Rickettsia prowazekii, Rickettsia conorii y Paracoccus denitrificans. Más importante
que sus nombres es el hecho de que todas ellas se enmarcan dentro del grupo de las alpha-
Proteobacterias. Esto sugiere que las células procariotas que habrían sido endocitadas hace
millones de años, y que eventualmente habrían dado lugar a las mitocondrias, estarían relacionadas
con las alfa-Proteobacterias actuales.
3) Seleccionamos ambas tal y como se muestra en la imagen anterior y hacemos clic sobre el
botón de la herramienta “CLUSTALW”.
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Se utiliza un sistema de codificación por colores para diferenciar las regiones altamente conservadas,
en las que existe coincidencia de aminoácidos, de aquellas regiones no conservadas. Los aminoácidos
idénticos son resaltados en azul y los no idénticos en negro. Ciertos pares de aminoácidos aparecen
resaltados en verde. Esto significa que, aunque los aminoácidos son diferentes, poseen similares
propiedades químicas.
También podemos observar que la secuencia bacteriana (etiquetada como DHSB_RICCN) tiene una
cadena de aminoácidos en su comienzo mientras para R. americana sólo aparece una secuencia de guiones
(----). Esto se debe a que la secuencia bacteriana es más larga que la de R. americana. La herramienta de
alineamiento ha movido las secuencias una respecto a la otra para alcanzar el mayor grado de coincidencia
posible. Se observa que todos los aminoácidos resaltados en azul son idénticos en ambas secuencias,
poniendo en evidencia la extensa región homóloga entre ambas.
Un alto nivel de homología entre secuencias mitocondriales eucariotas y bacterianas, especialmente
considerando que procariotas y eucariotas tomaron caminos evolutivos divergentes hace unos dos billones
de años, aporta pruebas evidentes que apoyan la teoría de que las mitocondrias son productos evolutivos de
formas bacterianas.
5) Una vez visualizado el alineamiento, regresamos a la página “Analizar Proteínas” haciendo
clic en el botón “Return”.
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PARTE IV
Uso de BLAST para buscar secuencias homólogas a la del gen de la NADH-deH mitocondrial
(subunidad 8)
A continuación repetimos el mismo procedimiento usando un gen mitocondrial diferente de R.
americana. Esto será, en primer lugar, una ocasión para revisar el procedimiento de búsqueda, importación y
alineamiento de secuencias de aminoácidos. En segundo lugar, nos servirá para mostrar que la homología
observada entre genes de bacterias y de mitocondrias no se limitan a un único gen.
1) En la página “Analizar Proteínas”, usaremos la herramienta “Ndjinn”. Ponemos atención en
que no esté señalada ninguna secuencia en el listado situado inmediatamente después de la tabla de
herramientas.
Una vez más, nos encontramos con el problema de que el gen de la enzima que buscamos no está
disponible como tal, sino formando parte del genoma mitocondrial completo.
Como antes, la secuencia debe ser aislada previamente y luego añadida al listado de secuencias
mediante la herramienta “Añadir”.
3) Selecciona los 10 primeros registros obtenidos en el paso anterior y pulsa “Ver Registros”
(ver nota a pie 7) para ver las diferentes secuencias contenidas en esos registros del genoma mitocondrial
completo.
4) Usamos la utilidad “Buscar en esta página…) del menú “Editar” de nuestro navegador de
Internet para localizar “NADH dehydrogenase”.
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10) Seleccionamos la secuencia del gen de la NADH-deH para realizar una búsqueda
de secuencias similares sobre la base de datos “SwissProt” utilizando la herramienta “BLASTP”.
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Si no apareciese, tendríamos que pulsar “Return” y seleccionar otros 10 registros del genoma completo para realizar la
búsqueda.
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…otra vez podemos ver secuencias de procariotas entre aquellas con mejores puntuaciones (las
marcadas en la imagen anterior). Todas ellas (RHOCA o Rhodobacter capsulatus, RICCN o Rickettsia
conorii, RICPR o Rickettsia prowazekii, RICTY o Rickettsia tiphi y PARDE o Paracoccus denitrificans) son
alfa-proteobacterias. Una vez más, esto sugiere que este grupo bacteriano es el origen probable de las
mitocondrias. Ahora veremos cuanto se parecen la secuencia del gen de la NADH-deH mitocondrial de R.
americana (subunidad 8) y una de las de alfa-proteobacterias.
Se puede observar que hay una gran homología entre ambas secuencias. Podemos alinear nuestra
secuencia problema con alguna perteneciente a otra clase de bacterias para comparar los distintos grados de
similitud.
Nuestro análisis de los genes de la succinato-deH y NADH-deH sugieren que R. americana, un
eucariota simple, posee genes mitocondriales homólogos a los de alfa-proteobacterias, posibles
predecesores evolutivos de las mitocondrias. El siguiente paso consistirá en demostrar esta relación
mediante la construcción de un árbol filogenético (Parte VI del tutorial).
Si lo deseamos, podemos comprobar otros genes mitocondriales de R. americana repitiendo los
pasos de esta sección. Algunos genes que proporcionan resultados interesantes son (ya en inglés para
utilizar como motivos de búsqueda con la herramienta “Ndjinn”): ribosomal protein S12, succinate ubiquinone
oxidoreductase subunit 2, elongation factor TU, apocytochrome c, and ATP synthase F1 subunit alpha. Al
utilizar “BLASTP” en las búsqueda por comparación, observamos cuantas veces las especies del género
Rickettsia (RICCN, RICPR y otros códigos en formato RICxx) u otras alfa-proteobacterias aparecen entre los
15 primeros registros localizados.
Parte V
Centrándonos en los Cloroplastos
Ahora que hemos demostrado la evidente relación entre genes
bacterianos y genes mitocondriales, sugiriendo un origen bacteriano para las
mitocondrias, vamos a tratar de hacer algo similar con los cloroplastos. El gen
cloroplástico con el que vamos a trabajar codifica una proteína ribosómica
altamente conservada en el alga Porphyra purpurea.
1) Situados en “Analizar proteínas”, escribimos “Porphyra
purpurea ribosomal protein S12” como motivo de búsqueda y
seleccionamos la base de datos “SwissProt”. A continuación hacemos clic
sobre el botón “Ndjinn”.
Como esta es una secuencia propia para el gen de la proteína ribosómica S12, no se hace necesario
el proceso de localización de la misma en un genoma completo.
4) Seleccionamos la secuencia “Porphyra purpurea S12 sequence” para utilizar como motivo
de búsqueda con la herramienta BLASTP.
Una vez más, la secuencia con mejor puntuación es, evidentemente, la misma que usamos como
motivo de búsqueda. Entre los resultados con mejores puntuaciones, se encuentran algunas secuencias
bacterianas. Esto indica que la secuencia de la proteína ribosómica S12 del cloroplasto de P. purpurea es
más próxima a las secuencias de proteínas ribosómicas S12 de algunas bacterias que a las de otras plantas.
Las secuencias bacterianas con mayor similitud (Synechococcus, Synechocystis, y Spirulina platensis)
pertenecen a la clase de las Cyanobacteria.11 Para ver la información de cada secuencia, debemos
importarlas y luego utilizar la herramienta “VerRegistros”.
Aunque se trata de una secuencia muy corta, se observa un alto grado de conservación entre Porphyra
y Synechococcus (recordemos que las letras azules representan los residuos idénticos).
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Del mismo modo que los genes de R. americana con lo que hemos trabajado mostraban una especial homología con
las secuencias de alpha-Proteobacteria, el de la proteína ribosómica cloroplástica S12 de P. purpurea, muestra una alta
homología con los correspondientes a genes de bacterias del grupo Cyanobacteria.
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Más abajo, en la misma página del alineamiento, podemos observar la puntuación del alineamiento
(porcentaje de similitud), que en este caso resulta ser de 87, un indicador extremadamente bueno de relación
evolutiva.
Llegados este punto, hemos utilizado varias herramientas bioinformáticas para obtener evidencias que
apoyan la teoría endosimbiótica. Durante la construcción de nuestro argumento, hemos constatado que:
• Las secuencias mitocondriales son más próximas a las de alfa-Proteobacterias que a las de
otras clases bacterianas.
• Las secuencias cloroplásticas son más próximas a las de Cianobacterias que a las de otras
clases de bacterias.
Para completar el análisis de las relaciones de mitocondrias y cloroplastos con determinados tipos de
bacterias, utilizaremos otra herramienta del Entorno Educativo de Biology Workbench que permite crear
árboles filogenéticos.
Parte VI
¿Qué es un árbol filogenético?
Un árbol filogenético es un representación gráfica que los científicos utilizan para expresar las
relaciones evolutivas entre diferentes organismos. Se componen de nodos (organismos) y ramas (la
representación de las relaciones entre organismos). Dos organismos relacionados estarán próximos en un
árbol filogenético. Pero, ¿cómo determinan los científicos dónde situar un organismo dentro de un árbol
filogenético? Simplificando mucho las cosas, podemos decir que, antes del advenimiento de la
Bioinformática, los organismos eran agrupados por características morfológicas comunes. Por ejemplo, la
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distancia entre un perro y un gato era mucho menor que la existente entre un perro y un cocodrilo. Pero
estos dos últimos eran mucho más próximos que un perro y una planta. Este método, aunque útil para
especies morfológicamente muy distintas, es impreciso y completamente inadecuado para organismos
microscópicos o tan próximos que apenas presentan diferencias morfológicas. Con la llegada de las
herramientas bioinformáticas, se establece un nuevo método basado en la medida de la similitud entre
secuencias de ADN. Como muchas mutaciones tienen lugar de forma aleatoria, se puede presumir que las
diferencias en ADN aumentará con el tiempo en aquellos organismos que hayan evolucionado
independientemente. Un árbol filogenético puede ser construido usando el Entorno Educativo de Biology
Workbench mediante búsqueda, alineamiento y comparación de secuencias en diferentes organismos.
Debemos usar secuencias altamente conservadas porque, entre los microorganismos, la tasa de mutación es
muy alta de modo que en otro tipo de secuencias no encontraríamos similitudes adecuadas.
Árbol filogenético basado en el gen de la Succinato-DeH (Subunidad 2)
Para construir nuestro primer árbol, usaremos un gen con el que ya estamos familiarizados: el de la
succinato-deH (subunidad 2). Este gen está presente en organismos de los tres dominios de la vida con un
elevado grado de conservación, por lo que es un excelente candidato.
1) Seleccionamos la secuencia “R. americana mitochondrial succinate dehydrogenase,
subunit 2”.
3) Para generar un buen árbol filogenético, necesitamos incluir organismos que representen las
diferentes clases de bacterias12. De la tabla de resultados seleccionamos las siguientes secuencias13:
• 119668705_119670256. • 115421100_115422269.
• 34105712_34102377. • 82409200_82410054.
• 113524807_113527366. • 30180959_30181091.
• 91695138_91698679. • 72393774_72394442.
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Incluimos alfa-, beta- y gamma-proteobacterias. El SIB nos limita dado que no permite modular el número de
resultados de una búsqueda, estableciendo de forma predeterminada el máximo en 100. Con un máximo de 250
resultados (posible con Biology Workbench 3.2), el listado resultante de esta búsqueda incluiría también arqueobacterias,
Bacillus y otros grupos. El listado aquí propuesto es el resultado de analizar dos filogenias obtenidas, cada una, con 50
de los 100 resultados de la búsqueda con BLASTP, con el objetivo didáctico de obtener un buen agrupamiento ilustrativo
del objetivo perseguido.
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Podemos utilizar la función “Buscar en esta página” del menú Editar del navegador de Internet para localizarlas
fácilmente.
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• 88597753_88597960. • 12057211_9106020.
• 58418577_58419173. • 114225560_114226885.
• 15619100_15619106. • 66270661_53757913.
• 21113259_21113260.
Para que el árbol sea más significativo, debemos sustituir todos los números de identificación por los
nombres de las bacterias y, aún mejor, incorporar de algún modo el grupo al que pertenece cada organismos,
por ejemplo mediante un código de colores. Por desgracia, el SIB no proporciona ningún a herramienta para
ello. Si lo hacemos de forma “manual”14, el resultado sería algo como lo que sigue:
Así, se hace evidente el agrupamiento según las diferentes clases de bacterias. Más importante es el
hecho de que R. americana se agrupa con las alpha-Proteobacteria, indicando, definitivamente, la
estrecha relación con este grupo concreto de procariotas.
14
Guardar la imagen obtenida mediante la utilidad “Guardar imagen como…” del menú contextual que ofrece el botón
secundario del ratón sobre la misma y, posteriormente, modificarla con un programa de edición de imágenes.
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Otra vez el SIB nos limita por el número de resultados máximo para una búsqueda. Con un máximo de 250 resultados
(posible con Biology Workbench 3.2), el listado resultante incluiría un número de grupos mayor, lo que no impide obtener
resultados significativos para el fin perseguido.
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En la página que se abre obtenemos un árbol filogenético semejante al que se muestra a continuación.
Cuando sustituimos los identificadores numéricos por los nombres de los microorganismos y grupos a
los que pertenecen, se puede apreciar un claro patrón de agrupamiento:
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En él podemos observar que la secuencia de la proteína S12 del eucariota Porphyra purpurea se
agrupa con los miembros del grupo Cianobacterias como resultado de la estrecha relación evolutiva existente
entre ambos.
Parte VII
Conclusión
Usando varias herramientas bioinformáticas, reunidas en el Entorno Educativo de Biology Workbench
hemos mostrado que los genes mitocondriales y cloroplásticos de eucariotas simples, presentan secuencias
con alta homología con ciertos grupos de bacterias. Este tipo de evidencia es un apoyo firme a la teoría
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endosimbiótica, según la cual.las células eucariotas proceden de células procariotas que, tras un proceso de
endocitosis, establecieron una relación simbiótica con otros procariotas. En esta relación, uno de los
organismos proporciona nutrientes y protección mientras el otro produce suficiente energía para ambos. En
concreto, hemos encontrado evidencias de que la mitocondria podría haber evolucionado a partir de alfa-
proteobacterias y los cloroplastos a partir de Cianobacterias.
-oOo-
Referencias:
Radomir Niewrzol, Saba J. Elderkin, Michael J. Darcy, John Sabo, and Deanna M. Raineri. “Understanding
the Evolution of the Eukaryotic Cell: The Endosymbiotic Theory” . Department of Microbiology, University
of Illinois at Urbana-Champaign. (http://bsw-uiuc.net/tutorials_current/Endosys/endosys.pdf).