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PROBLEMAS DE LECTOESCRITURA EN LOS ESTUDIANTES

UNIVERSITARIOS

“Pocos son los estudiantes universitarios y de otras


instituciones de enseñanza superior que están preparados para
aprovechar, al máximo la nueva situación didáctica ante la que
se encuentran. Pocos son los que saben utilizar los fondos de
una biblioteca o tomar notas de libros y lecturas. Muy pocos
han desarrollado su talento para escribir, lo cual me parece una
falta sumamente grave,,,”
Zelma Cowel

RESUMEN:
El presente ensayo interpretativo expone que los niveles de procedencia, la
falta de motivación y la concentración inciden en la baja comprensión de
lectoescritura en los estudiantes universitarios. Aseguramos que los
estudiantes universitarios que proceden de bachillerato, secundaria y primaria
no pueden comprender lo que leen, porque no reconocen el tema central de un
texto y no están en posibilidad de relacionar lo que leen con su contexto de
vida y de trabajo. Por lo que nos preguntamos ¿Qué tipo de lecturas
fomentarían la ortografía, la buena escritura y la comprensión lectora? ¿Serán
talleres de lecturas dirigidas una estrategia para elevar el nivel de aprendizaje
de estos estudiantes.

Introducción:

La dificultad con la enseñanza de la lectoescritura es un problema nacional en


nuestro país. En el mismo inciden diferentes factores como la preparación del
profesor, el desempeño de los estudiantes y la motivación, pero también
inciden problemas estructurales como modelos educativos, planes y
programas de estudio y de fondo y más complejo aún, los niveles de
procedencia del estudiante. Planteamos que esta problemática nacional puede
disminuirse en el nivel superior si los estudiantes inician la práctica educativa
con los talleres de lectura dirigida para leer despacito, muchas veces y así
poder comprender lo que escriben y leen.
Las tres incidencias

Los estudiantes manifiestan animadversión al estudio porque para ellos, el


profesor transmite información que no comprenden, manifiestan que algunos
maestros no saben enseñar conocimientos y por su parte, el profesor
responsabiliza a la institución educativa, a los padres de familia y a los mismos
estudiantes porque no llegan a la universidad con las bases teóricas para
continuar aprendiendo.

Los padres de familia enjuician a los profesores y al Estado, responsable de


impartir educación del poco aprendizaje de sus hijos, pudiendo establecerse un
círculo vicioso de todos contra todos. Seguramente, en todo esto existe una
parte de razón, pues efectivamente, algo ha fallado de nuestro modelo
educativo vigente y de las políticas educativas que tienen centrado su atención
a los organismos internacionales para medir el rendimiento escolar de los
estudiantes mexicanos.

La Doctora. Margarita Peón Zapata (2008), subdirectora de Pruebas de Español


y Ciencias Sociales del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(INEE) presentó, el pasado 15 de octubre del 2008 un estudio denominado La
ortografía de los estudiantes de educación básica en México. Encontrando que
en los grados de tercero, sexto de primaria y tercero de secundaria existe una
incidencia grande en errores de ortografía como lo muestra la siguiente gráfica:
El análisis es completo y concluye que, la frecuencia de errores ortográficos es
muy alta en los tres grados. Que existe, además, problemas de desatención y
falta de revisión de lo que se escribe.

Sin lugar a dudas, estos niños continúan desarrollando su potencial y en cada


nivel arrastran esta problemática; pero, ¿qué sucede con estos estudiantes en
secundaria? En la muestra para medir la calidad educativa, la Organización
para el Comercio y el Desarrollo Económico, OGDE identificó que 65.9% de los
mexicanos de 15 años tienen competencias insuficientes en matemáticas, y
52% en la capacidad para leer textos. Ahora, la brecha se hace más estrecha y
se acentúa aún más la deficiencia estudiantil.
Esta deficiencia se agudiza pues de acuerdo, con la economista Uribe C.
(2006) manifiesta que en el caso de las habilidades lectoras, las pruebas de
PISA miden cinco niveles de comprensión. Desde el nivel 1, donde las
personas tienen serias dificultades para comprender un texto simple, hasta el
nivel 5, que denota el manejo de información difícil de encontrar en textos con
los que el lector no está familiarizado. Éste último, es considerado el nivel de
competencia necesaria para que las personas puedan funcionar en una
economía basada en el conocimiento.

Este estudio sostiene que en el caso de las matemáticas, un estudiante que se


encuentra en el nivel 1 tiene apenas el nivel mínimo básico para realizar
procedimientos rutinarios con instrucción directa en situaciones explícitas”. Por
debajo de este nivel, no es capaz de realizar las operaciones más elementales
contenidas en los exámenes de PISA. Mientras que en 2003 el 71% de los
alumnos de los países de la OECD alcanzaron un nivel mayor al nivel 1, menos
del 40% de alumnos mexicanos lo alcanzaron.

Queda claro que el estudiante universitario llega a este nivel con graves
deficiencias, ¿Qué debe hacer el profesor en el aula si los alumnos que
proceden del bachillerato presentan esta problemática, y los de secundaria
también y los de primaria de igual manera? ,¿No causa pena, a veces, que los
noticieros de cualquier televisora exhiban los resultados de estas pruebas o
cuando alguien expresa que los estudiantes universitarios tienen letra de un niño
de segundo de primaria y que presentan demasiados errores de ortografía, que
los estudiantes son incapaces de leer un texto porque lo hacen en voz baja, de
corrido, cambiando las letras a las palabras. Que los puede motivar para corregir
esta deficiencia.

Podemos afirmar, por la experiencia frente a grupo que a los estudiantes


universitarios les falta entusiasmo y no es necesariamente por su estado de
ánimo, sino que se debe a los tecnicismos y formalidad con los que un profesor
expone sus contenidos temáticos.
Ya se expresó anteriormente, que matemática y comprensión lectora son
aspectos que ellos rechazan pues desconocen como aprender estas
asignaturas. No podemos dejar de mencionar que las universidades se han
preocupado por la formación intelectual, social y humanística de sus
estudiantes; en sus programas de estudio incluyen un enfoque de
competencias que da cabida a la formación de un pensamiento crítico y
divergente como lo menciona (Howard, 2005).
Por lo que nos atrevemos a decir que, la falta de entusiasmo que se nota en los
estudiantes constituye uno de los obstáculos más difíciles de resolver en el
aula e impide elevar el nivel de aprendizaje. Cabría hacernos algunas
preguntas que atañen a esta problemática ¿Como interesar al estudiante?
¿Cuales son las actividades que más los motivan?

Podemos decir que, si un estudiante se encuentra altamente motivado e


interesado en aprender entonces es probable que la concentración se gane
fácilmente, pero en el caso de un alumnos cuya concentración es difícil,
entonces tenderemos que buscar otras formas de lograr su atención.

Ya lo expresó Howard G. (2005) en La mente sintética que los jóvenes de esta


nueva generación aprenden de manera distinta a la nuestra, es decir,
multiforme; sin embargo, en el salón de clases la concentración es difícil si el
profesor solamente es el que expone frente a grupo. En realidad, existen
estudiantes que aprenden de manera visual, otros de manera auditiva y los
demás son kinestésicos.
Las investigaciones psicolingüísticas, es decir aquella que promueve el método
del lenguaje integral que se basa en la comunicación y la comprensión realizada
durante las últimas décadas en torno al proceso de lectoescritura han tenido un
gran impacto en la educación. Entonces, nos preguntamos, será ésta una forma
eficaz de enseñar en el salón de clases para que los estudiantes estén
concentrados?

Al respecto, Díaz I. (2000) manifiesta lo siguiente:

Las instituciones escolares han tenido como objetivo alfabetizar a los

alumnos y este proceso comienza con la enseñanza de lectura y escritura

en los grados de primaria. La meta de la enseñanza de la lectoescritura

en las aulas es desarrollar las competencias básicas de la comunicación

de los alumnos, o sea, desarrollar dominio de las cuatro artes del

lenguaje: hablar, escuchar, leer y escribir, sin perder de vista que estos

componentes son interdependientes entre si y deben ser enseñados

simultáneamente.

Podrán decir algunos que esto no constituye un problema nacional, pero la


enseñanza, además de continua es permanente, con esto queremos significar
que en casa, en la escuela y en todo lugar se deben fortalecer las cuatro artes
del lenguaje para poder competir y entonces, estar en posibilidad de desarrollar
una mejor calidad educativa.

Al respecto, López S. y Flores M. (2006) mencionan que la calidad de la


educación no se determina por el grado de comprensión lectora, sino por el
financiamiento a las escuelas ya que en el caso particular de México, se
presenta la modernización y el fracaso del sistema educativo porque nos
regimos bajo un modelo del libre mercado. Ellos sostienen que este principio
resulta absurdo, si se consideran las condiciones de desigualdad de América
Latina en relación con los países desarrollados, ya que la mitad de sus
habitantes vive en situación de pobreza.
En el estudio, Las reformas educativas neoliberales en Latinoamérica los
autores señalan que, el comercio de esta región representa 22% del comercio
mundial y que la riqueza se concentra en Estados Unidos y Canadá, y en las
clases altas del continente por el traslado masivo de la riqueza del sur hacia el
norte y por la distribución inequitativa de la riqueza al interior de las sociedades
latinoamericanas (Birdsall, 1999). Es evidente, entonces, lo injusto de cualquier
política pública, incluida la educativa, fincada en las premisas de la
competencia en condiciones de tan extrema desigualdad, tanto internacional
como nacional.

Podemos estar de acuerdo o no con los autores que alguien que carece de los
recursos económicos pueda aspirar a cursar sus estudios en una Universidad
reconocidas como el Tecnológico de Monterrey, Instituto Tecnológico
Autónomo de México, La Universidad Iberoamericana y en el extranjero
Harvard cuyos programas se encuentran a la vanguardia educativa y las
colegiaturas son costosas y no cualquier padre de familia con un ingreso
limitado puede pagarlas. También es cierto que es responsabilidad del
gobierno y de sus políticas públicas elevar la educación, pero estoy en
desacuerdo cuando señalan que las escuelas privadas se benefician de esta
situación. Si así fuera no saldríamos mal evaluados, no tendríamos el problema
de una sociedad con baja capacidad lectora. Tenemos la firme creencia de que
pobres y ricos, de igual manera tienen problemas para comprender información
o situaciones complejas. Ambos presentan problemas de lectoescritura sin
importar el país y la condición social por lo que la diferencia será el tipo de
estrategia a implementar en las universidades.

Lecturas dirigidas como estrategias para elevar el nivel


educativo
Estamos de acuerdo que, debemos implementar ciertas estrategias eficaces
que nos ayuden a combatir de manera clara una problemática vigente que
incide en el buen desarrollo profesional de los estudiantes y en particular de los
universitarios. Afirmamos que los estudiantes saben leer y escribir, analizan
información, construyen nueva información y semestre tras semestre
adquieren nuevos conocimientos, pero no con el nivel que demanda un
programa de estudios.

Debemos reflexionar que no cualquier profesor cuenta con los conocimientos


pedagógicos teóricos y prácticos en la enseñanza de Español y Matemática,
que debemos fortalecer estas áreas con creatividad para hacer a los alumnos
conscientes de que pueden superar esta situación. ¿Que tipo de apoyo
necesita un estudiante universitario? Actividades extractase; pero, de qué tipo:
recreativo, cultural o de fortalecimiento de competencias, círculos de lectura,
taller de investigación de casos sociales que los vincule con una práctica real,
en la su región.

“Lee muchas veces; despacito y lo vas a comprender”. Así es como


entendemos la práctica en el aula, porque la primera lectura es de corrido sin
entender; la segunda permite familiarizarnos con la sintaxis del texto, la tercera
discrimina información, la cuarta empieza a comprender y es hasta la quinta
ocasión que ya podemos iniciar habilidades del pensamiento. En clases,
contamos con 50 minutos para el desarrollo de los contenidos del programa
por lo que muchas veces dejamos a un lado esta importantísima tarea. Cuando
se invita al estudiante a leer en voz alta algún texto dado, si desconoce los
tecnicismos o no sabe hacerlo bien titubea, cambia el sentido de las palabras
pero, lo más triste es que identificamos esta situación, pero no aplicamos
estrategias para ayudarlo, se manifiesta en academias, pero no existen líneas
de acción que disminuyan esta problemática.

Reconocemos que estos tres problemas que inciden en la lectoescritura sólo


podrán resolverse si el profesor, las universidades y los padres de familia
fortalecemos las cuatro artes del lenguaje. Por nuestra parte, un taller de
lecturas dirigidas mucho contribuirá a elevar el nivel superior de los estudiantes
universitarios porque estos jóvenes no son entes pasivos sino expresivos,
visuales auditivos y kinestésicos

Cuentos, fábulas, historias y casos reales son las modalidades para crear un
taller de lectura dirigida, pues hemos dicho que la motivación y la
concentración se deben ganar y qué mejor que mediante estas habilidades.
LISTADO FINAL DE REFERENCIAS

Díaz, I. (2000). La enseñanza de lectoescritura.


Recuperado el 2 de noviembre de 2008 de:
http://home.coqui.net/sendero/lectoescritura.pdf

Gardner, H.(2005). La mente disciplinada y la mente sintética en:


Las cinco mentes del futuro. Un ensayo educativo.
Barcelona: Paidos, pp. 23-40 y pp.41-58

Gross, G. (2003). Tendencias metodológicas Lecto-Escritura


en Primer Grado. Recuperado 2 noviembre de 2008 de:
http://www.educared.pe/docentes/articulo/267/lectoescritura-en-primer-grado/

López, S. y Flores, M. (2006). Las reformas educativas neoliberales


en Latinoamérica. Revista Electrónica de Investigación
Educativa, 8 (1). Recuperado el 3 de noviembre 2008 de:
http://redie.uabc.mx/vol8no1/contenido-lopez.html

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http://www.inee.edu.mx/index.php?option=com_frontpage&Itemid=291

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Teberosky, A. “El texto académico”. En: Castelló, M.(Coord.) (2007)


Escribir y comunicarse en contextos científicos y académicos
España: Graó. Pp. 17-46

Uribe C. (2006) Un sexenio de Oportunidad Educativa. México 2007-2012


Nota de Política del Departamento Regional de Operaciones II.
Banco Interamericano de Desarrollo
Recuperado el 20 de octubre de 2008 de:
http://wences.diinoweb.com/files/SNTE%20Caj%F3n%20de%20sastre./BID
%20Educ%20Mexico%202006.pdf

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