You are on page 1of 1

.

'
,
, ,
' ' '
' , , ,
' , '

,.
La gracia nos trueca en metal precioso: des-
pus vienen como consecuencia natural el horno y el fuego. Nos
espanta esta visin? Preferimos ser estimados sin valor alguno,
como las piedras del campo, con tal de gozar de quietud y des-
canso? Esto sera escoger la parte ms despreciable, como hizo
Esa renunciando a la alianza por un plato de comida. No, Se-
or, antes ser lanzados al horno que arrojados de tu presencia!
El fuego afina los metales, no los destruye.
Seremos pasados por el fuego, mas no quedaremos en l. El Se-
or estima a su pueblo como a la plata; por eso quiere purificar-
lo de la escoria. Si somos sabios, sabremos apreciar el proceso de
la fundicin, antes que rehusarlo. Nuestra oracin ha de consis-
tir en pedir, no que seamos sacados del crisol, sino que desapa-
rezca la escoria.
Oh, Seor, T nos pruebas de verdad! A
punto estamos de derretirnos bajo el calor de la llama. Sin em-
bargo, ste es tu camino, y tu camino es el mejor.
Sostnnos en la prueba y perfecciona la obra
de nuestra purificacin, y tuyos seremos para siempre.

You might also like