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PIERRE CORNEILLE: (1606-1684)

Pierre Corneille fue considerado en su tiempo como el: "Padre de la Tragedia Francesa". Nació en Ruán, Francia
dentro de una familia de clase media. Estudió humanidades en las escuelas jesuitas de su región y luego abogacía,
para dedicarse finalmente a trabajar en un puesto del gobierno regional donde permaneció por los siguientes 20 años.

Mostró vocación por las letras desde temprano, y creó su primera obra teatral a los 23 años: "Mélite" (una comedia).

A los 29 años empezó a cultivar el drama, género en el cual compuso sus obras más famosas.

Corneille sintió que el tema de la tragedia debía ser algo extraordinario y sus héroes dotados de voluntad superior,
valor y elevada mentalidad.

Voltaire se refirió a su creación como: "Una escuela de grandeza".

Los héroes de Corneille están caracterizados bien sea de una virtud extrema o una criminalidad sin límites.

Su estilo se distinguió por una gran sonoridad, pureza y enfrentamiento entre deberes éticos. En su campo, tanto
Racine como Moliére reconocieron su mérito y la enseñanza que les dio.

El autor se casó con Marie de Lampériére y tuvo siete hijos.

Entre sus obras: Clitandre, La veuve, La verdad sospechosa, La galerie du Palais, La suivante, La Place Royale, El
mentiroso, Continuación del mentiroso, Medée, L'illusion comique, El Cid ( la primera de sus grandes tragedias, lo hizo
famoso en Francia- basada en la obra de Guillén de Castro, dramático español del siglo XVII), Horacio, Cinna
(inspirada en parte en la vida del Emperador Augusto), Poliuto (sacrificio de la vida por la fe), Pompée, Rodoguna,
Héraclius, Don Sanche d'Aragon, Nicomedes, Edipo, Sertorius, Attila.

Hacia el fina del su vida su nueva creación fue opacada en el gusto de su pueblo por la obra de su rival Racine.

Pierre Corneille murió en París, en su casa, a los 78 años de edad.

INTRODUCCIÓN…Pierre Corneille (1606-1684), dramaturgo francés, sus dramas son obras maestras de la literatura
clásica de Francia

INICIOS COMO COMEDIÓGRAFO:Corneille nació el 8 de junio en Ruán (Normandía), en una familia de la burguesía
provinciana. Inició sus estudios con los jesuitas y concluyó la carrera de Derecho en 1624. Desde ese momento
desempeñó diversos cargos en la magistratura de su ciudad natal durante más de veinte años. Su carrera como
dramaturgo se inició en 1629 con el estreno en París de Mélite, una comedia de amor. A ésta le siguieron otras
comedias y tragicomedias, entre las que destacaron la tragicomedia Clitandro o la inocencia liberada (1631) y la
tragedia Medea (1635), una adaptación de obras clásicas griegas y latinas sobre la hechicera.

En 1637 estrenó la tragedia El Cid, basada en Las mocedades del Cid (1618) del dramaturgo español Guillén de
Castro, sobre el legendario héroe castellano medieval (véase El Cid). Aunque los críticos condenaron duramente la
obra porque no se ajustaba estrictamente a las reglas clásicas que exigían unidad de tiempo, lugar y acción, fue un
gran éxito. El argumento, un dilema moral que planteaba el conflicto entre amor y deber, caracterizó muchas de las
tragedias posteriores de Corneille. En ellas, sin embargo, se ajustó a las unidades clásicas. Sus mejores tragedias,
después de El Cid, son Horacio (1640), Cinna o la clemencia de Augusto (1641) y Polieucto (1643), todas ellas
ambientadas en la antigua Roma. Estas cuatro obras, llenas de energía, dignidad y elegancia, sentaron el modelo de la
tragedia francesa que sería desarrollado por su contemporáneo Jean Baptiste Racine.

CONSAGRACIÓN COMO DRAMATURGO: Corneille fue también un maestro de la comedia. Su obra El mentiroso
(1643) está considerada como la mejor comedia francesa anterior a las de Molière. Al igual que Mélite, es también una
obra de costumbres, forma que él mismo inició.

En 1647 viajó a París con su numerosa familia, que incluía a su hermano Thomas, también dramaturgo de éxito.
Considerado ya un escritor célebre, recibió una pensión del gobierno francés y fue elegido miembro de la Academia
Francesa ese mismo año. Sus obras siguientes, Don Sancho de Aragón (1649), Andrómeda (1650) y Nicomedes
(1651) fueron bien recibidas por el público. Sin embargo, después del fracaso de Pertharite (1651), abandonó la
escritura durante ocho años. Más tarde, animado por el gobierno, escribió varias obras teatrales, generalmente
tragedias complejas, que obtuvieron un éxito menor. En 1662 trasladó su residencia definitivamente a París, ciudad en
la que falleció el 1 de octubre de 1684.

Considerado uno de los más grandes dramaturgos franceses, las mejores obras de Corneille de Corneille merecieron
el elogio de sus contemporáneos Racine y Molière. Sus dramas se mantienen en el repertorio de la Comédie-
Française, el teatro nacional por excelencia de Francia.
Asunto Molière-Corneille

1. Moliere es una obra maestra de Pierre Corneille

Fue con este título como Pierre Louÿs anunció en 1919 en las páginas de la revista literaria Comédia haber descubierto
un engaño literario. Según él, Molière no habría escrito sus obras y Pierre Corneille sería su negro (escritor a sueldo,
autor de las obras cuya fama y reconocimiento recaerían en su empleador).

Posteriormente esta idea, que fue duramente criticada, ha sido retomada en varias ocasiones. En la década de 1950
fue el novelista Henri Poulaille, posteriormente en 1990, fue el abogado belga Hippolyte Wouters. Frédéric Lenormand
es el autor de una novela basada en esta idea, "L'ami du genre humain", editada en 1993. El dramaturgo Pascal
Bancou desarrolló también esta hipótesis en su obra L'Imposture comique en 2000 (interpretada en el Théâtre de la
Huchette). En 2003, sería Dominique Labbé quien anuncie haber resuelto este enigma literario con la ayuda de
herramientas estadísticas. Todavía hoy, los argumentos y los métodos utilizados por Labbé siguen generando críticas.

2. La huella de Corneille en las obras de Moliere

La polémica empieza cuando el poeta Pierre Louÿs encuentra en la obra de Molière l'Amphitryon una versificación
similar a la de Corneille. Los partidarios de la hipótesis del engaño la argumentaron basándose en este hecho y en
otros de carácter histórico. Entre ellos, los detractores de Molière destacaban que no hubiese dejado ningún
manuscrito, ni un esbozo de alguna de sus obras, ni un borrón, ni siquiera una nota. Basándose en este hecho,
dudaban que Molière pudiera haberse transformado repentinamente en un autor de su talla a la edad de 37 años.
Según Wouters, este sería el único caso « de un autor mediocre hasta los 40 años que se convierte no sólo en un autor
profundo, sino en una de las más hermosas plumas de su época. » Habría que destacar también los términos
normandos que aparecen en los textos de Molière y que sólo Corneille hubiese podido utilizar... Estas coincidencias
hiciero que Poulaille, Louÿs y Wouters pensaran que ambos autores llegaron a alguna clase de acuerdo en 1658,
cuando Molière visitó Ruán, la ciudad natal de Corneille. Esta fecha constituiría un punto de inflexión en la obra de
Molière, puesto que su primer éxito se produciría en 1659 con « Les Précieuses ridicules ».

¿Cómo pudo Corneille, uno de los más grandes dramaturgos de su época, haber aceptado ser el negro de un autor de
comedias?. Es posible que fueran las necesidades económicas la que le empujaron a hacerlo, ya que a la fecha de los
primeros escritos de Molière, hacía ya varios años que Corneille no había escrito nada. Algunos investigadores apuntan
la posibilidad de que Corneille deseara pasar a la posteridad como autor de tragedias, el género más valorado dentro
del teatro, y no quería desprestigiar su imagen escribiendo comedias. Así, escribir las comedias bajo el nombre de otro
le habría permitido resolver los problemas de su economía permaneciendo en el anonimato. Habría que indicar
también que la colaboración entre Corneille y Molière era conocida y no se ocultaba, así Corneille acabó la
versificación de Psyché, y así lo indicó Molière en el prefacio de la obra.

En 2004, Denis Boissier publica un estudio que retoma el tema. Se tituló « L'Affaire Molière : la grande supercherie
littéraire ».

A título anecdótico, cabría señalar que Hippolyte Wouters creó a partir de este tema una pieza de teatro « Le Destin de
Pierre », estrenada en 1997 en el Hotel Astoria de Bruselas.

3. El estudio estadistico de Dominique Labbe

A pesar de los datos indicados más arriba éstos no pueden ser considerados como pruebas fehacientes. Dominique
Labbé, investigador del CERAT y del Institut d'Etudes Politiques de Grenoble, especializado en la aplicación de la
estadística en estudios lingüísticos, hizo un análisis científico sobre esta cuestión.

Original: Sa méthode consiste à mesurer la distance intertextuelle entre deux textes. Cette distance est « la somme des
différences entre les fréquences de tous les vocables du plus petit texte comparé à ceux de tous les échantillons
aléatoires possibles à la taille du plus petit que l'on peut extraire du plus grand ».

Traducción: Su método consiste en medir la distancia intertextual entre dos textos. Esta distancia es "la suma de las
diferencias entre las frecuencias de todos los vocablos del texto más pequeño comparado con los de todas las
muestras aleatorias posibles para la talla del más pequeño que se puede extraer del más grande"

La distancia relativa permite obtener un valor comprendido entre 0 y 1. Si todas las palabras se emplean en los dos
textos con la misma frecuencia, la distancia relativa es 1. Si los textos no tienen ninguna palabra en común la distancia
es 0. Esta distancia se utiliza para medir la similitud de ambos textos. Para realizar el estudio son necesarias
numerosas precauciones previas, es muy importante el tamaño de los textos a comparar, ya que debe ser superior a
las 5000 palabras, también resulta imprescindible lematizar ambos textos (hay que distinguir las palabras homónimas,
referenciar los distintos géneros de una misma palabra,... etc). Los detalles del método y las precauciones operativas
pueden verse en la web de Dominique Labbé (en francés).
Después de un muestreo sobre numerosos textos de todo tipo, Labbé llegó a la conclusión de que dos textos con una
distancia intertextual inferior o igual a 0,20 son forzosamente del mismo autor. Entre 0,2 y 0,25 probablemente sean del
mismo autor, o escritos en la misma época, pertenecen al mismo género, tienen la misma temática o bien argumentos
similares. Entre 0,25 y 0,40 es difícil definir la autoría de un texto anónimo, y por encima de 0,40, puede concluirse que
los autores son distintos, o bien los textos son de temáticas muy diferentes.

Labbé aplicó su algoritmo a los textos de Molière y de Corneille. El resultado fue que los textos adjudicados a Molière
eran en realidad obra de Corneille. El sistema de Labbé daba una distancia intertextual con los textos de Corneille
inferior a 0,25. Rápidamente se levantaron numerosas voces críticas con este resultado, así que Labbé empleó la
técnica de las colocaciones que compara el sentido que se le da a una palabra en función de su ubicación dentro del
texto, es decir, considerando « el vocabulario que rodea la palabra pivote dentro de un espacio limitado - generalmente
referido a la frase - considerando además el orden de las palabras. » El método consiste en observar qué palabras hay
en la frase que contiene cierta palabra - por ejemplo, amor - y calcular la frecuenciaca con la que aparece.
Comparando la colocación de las palabras cœur (corazón), amour (amor), aimer (amar), madame (señora) y monsieur
(señor), en los textos de Molière, Corneille y de Racine, Labbé llega a las mismas conclusiones que con el método de
la distancia interlexical.

Según Labbé, la paternidad de los textos de Molière posteriores a 1659 habría que adjudicársela a Corneille sin
ninguna duda.

4. Las crtiticas de los literatos

La publicación del artículo en una revista científica holandesa suscitó una viva polémica. Algunos criticaban el propio
método empleado por Labbé, destacando la falta de precaución en el uso de algoritmos y la mala interpretación de los
resultados. Otras criticas se basaban en los antecedentes de esta investigación. Así, aunque no parezca ser un hecho
de excesivo peso a la hora de refutar los resultados de Labbé, cabría destacar que Louÿs, el primero en haber
percibido las similitudes en las obras de ambos autores, había sido autor de otra superchería. Así, había hecho pasar
sus poemas por traducciones de obras griegas.

George Forestier, titular de la cátedra de estudios teatrales del siglo XVII de la Sorbona, publicó una réplica a los
trabajos de Labbé (en francés) donde retoma los argumentos históricos que incitan a pensar que estamos en presencia
de un engaño. Forestier indica primeramente que en vida de Molière, muchos le reprocharon multitud de pecados: fue
acusado de plagiar a autores italianos y españoles, de limpiar las memorias escritas por autores de la época, de ser
bobo, sin olvidar que también se le acusó de haberse casado con su propia hija. Sin embargo, ni siquiera sus peores
enemigos dudaron nunca de la autoría de sus obras.

Acerca del hecho de que no haya llegado hasta nuestros días ningún escrito de puño y letra de Molière, destaca que lo
mismo sucede con Corneille y Racine, a excepción de algunas notas conservadas por algún descendiente, ya que, en
aquella época, no se acostumbraba a conservar los manuscritos después de su publicación.

En cuanto a la repentina conversión de Molière en un genio teatral a tan avanzada edad, Forestier piensa que no es tal,
ya que su obra muestra una auténtica progresión desde su primera gran comedia « L'École des femmes ». También
pone el ejemplo de Umberto Eco que escribió su primera novela « El Nombre de la Rosa » con 48 años. Sobre su
estancia en Ruán, las obras que estrenó los cuatro años posteriores a su regreso eran todas anteriores a este viaje y
es transcurrido este periodo que estrena « L'École des femmes », comedia en verso compuesta por cinco actos.

Por otra parte, según Forestier, la tesis de que Corneille tuviera problemas económicos es una leyenda. En efecto
Corneille murió rico y su traslado a París en 1662 es la consagración de su éxito.

Además de estos argumentos, Forestier destaca el hecho de que los hermanos Pierre y Thomas Corneille organizaron
un complot contra « L'École des femmes », obra en la que Molière se burla abiertamente de los títulos nobiliarios de los
Corneille. Así que resultaría poco probable que Corneille escribiera una obra en la que se mofara de su hermano y de
él mismo.

Finalmente, destaca que durante el periodo en el que supuestamente Molière habría hecho uso del talento de
Corneille, este había publicado l'Office de la Sainte Vierge, una obra que debió suponerle un enorme trabajo de
traducción y de versificación, por lo tanto difícilmente hubiera tenido tiempo de escribir también para Molière.

Las críticas al método de Labbé son numerosas, pero sus respuestas a sus detractores no lo son menos. El lector
interesado encontrará en los enlaces externos argumentos más desarrollados para que pueda construirse su propia
opinión.
LA VOZ DEL VERDADERO PADRE DEL TEATRO FRANCES

públicNacido durante el reinado de Enrique IV, vio transcurrir entero el de Luis XIII, y vivió todavía durante cuarenta
años del de Luis XIV. Empezó a llamar la atención delo (y del cardenal Richelieu, que protegía las letras y
especialmente el teatro), a los veintitrés años, escribiendo varias comedias, más o menos aplaudidas entonces; pero
olvidadas hoy. Su triunfo definitivo se lo debe a la imitación de la primera parte de una obra teatral española: Las
mocedades del Cid, de Guillén de Castro.

Es sumamente curioso que la escena española proporcione a Corneille varios de sus mejores éxitos (como también los
autores de la antigüedad clásica); pero, a pesar de todo, el origen se olvida más o menos, y la obra francesa subsiste,
rodeada de comentarios de admiración superiores a los que nosotros dedicamos a los que inventaron el asunto y la
manera de llevarlo al teatro, El Cid, que es de 1636, está ya casi todo en Guillén de Castro; pero la habilidad de
Corneille en la presentación, en el manejo del diálogo, en la entonada versificación, acierta a crear algo que aunque, en
el fondo, sea aquello mismo, es distinto, sin embargo, y le permite dejar a los suyos maravillados con lo que es el
sentimiento del honor a la española, cosa que indigna a Richelieu y a sus amigos; pero entusiasma al público.

No hay poeta francés a quien sus compatriotas admiren, veneren y respeten más que a Pedro Corneille por su ingenio
superior y por lo irreprochable de su laboriosa y digna vida. Además, no sólo se le considera como el creador de la
tragedia y la comedia francesas, sino hasta de la ópera, con la obra Andrómada. A pesar de su constante labor,
Corneille murió pobre y triste ante los grandes éxitos de Racine, a quien le había preparado el camino, y que
realmente, completó no poco de lo que a aquel le faltaba. El primero era por naturaleza más orador; el segundo; más
poeta refinado, más preciso y armonioso. No hay quien le iguale en sus escenas hermosas: en éstas es el gran
Corneille, y nadie ha escrito mejor que él entonces. Él ha dado el modelo de la poesía clásica: sus versos tienen una
elocuencia sobria y un vigor viril que llega no pocas veces a lo sublime; muchos de ellos se han hecho proverbiales por
su sorprendente relieve, y saben, llegado el caso, comunicar una voz melodiosa al éxtasis o a la ternura.

Pierre Corneille nace en Ruán el 6 de junio de 1606 y muere en París el 1 de octubre de 1684. Perteneciente a una
familia de magistrados, estudia con los jesuitas y obtiene el título de abogado, aunque no llega a ejercer. Se apasiona
por los estoicos latinos (Séneca y Lucano). En 1647 fue elegido miembro de la Academia Francesa.

Sus primeras obras fueron comedias, pero la gloria la alcanzaría con la tragedia. La representación de El Cid (1636)
marcó un hito en la historia de la tragedia. En la obra planteó el conflicto moral entre el “deber” de Rodrigo (vengar el
honor de su padre) y su “voluntad” de contraer matrimonio con Jimena, hija del que había afrentado a su padre. Este
conflicto, que es una constante en la obra de Corneille, lo resuelve siempre anteponiendo el héroe su deber a su
deseo. Entre sus producciones pueden mencionarse las tragedias Medea (1635), Horacio (1639), Cinna (1639),
Rodoguna (1644), Nicomedes (1650), Poliuto (1640), y las comedias El mentiroso (1642), adaptación de La verdad
sospechosa de Ruiz Alarcón, La continuación de “El mentiroso” (1645), inspirada, en parte, en Amar sin saber a quién,
de Lope de Vega, y Andrómada (1650).

Los héroes de Corneille, siempre varones, se caracterizan ante todo por su grandeza de ánimo. La firmeza con que
antepone la voluntad a la pasión o al deseo proporcionaría una gran fuerza al conflicto dramático. El lenguaje
grandilocuente de Corneille, que ha quedado como modelo de estilo sentencioso, alcanza momentos de notable
brillantez. Y como dijo el padre del teatro francés: “Cada instante de la vida es un paso hacia la muerte”.

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