SITGES

Barcelona

En la España

maleta
de vuelta

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Seas como seas, siempre serás bien
recibido
 Izqda: Mar y playa, ejes de la vida en Sitges. Arriba: Cafés, bares y pubs para todos los gustos.
Centro: El rincón más fotografiado de la ciudad. Dcha: Sitges, punto de encuentro gay.
Dcha: Promoción del Festival Internacional de Cine. Abajo: El Mediterráneo, imprimiendo carácter.

T
Hay lugares donde se activan Planes de
URISMO, UNA Excelencia Turística. Aquí sobran, la excelencia
la da la larga tradición de acogida al turista.
Datos sobre visitantes, eventos, hoteles, etc,
COSTUMBRE sitúan a Sitges en cabeza de las estadísticas
turísticas españolas. Ignoro esos números, sin
embargo al visitar la ciudad, uno descubre que
Sitges es más que un pueblo playero. Es un
lugar donde siempre eres turista, en el mejor
sentido de la palabra, ya que mientras en otros
lugares abusan del visitante, aquí en el 90% de
las ocasiones uno será tratado con buen gusto y
educación, es decir, te atenderán como a un
turista, una persona que desean que vuelva a
visitarlos para que se gaste ahí su dinero.
Y lo cierto es que motivos para visitar
Sitges una y otra vez no faltan. A quién busque
una playa donde tumbarse, tostarse al sol y
remojarse plácidamente en las tranquilas aguas
mediterráneas, no le decepcionará.
Quiénes unen verano con trasnochar,
juerga y alguna que otra aventura, se hallan en
el lugar idóneo. Más aún si se es homosexual.
Por todos es sabido que desde hace años, Sitges
se ha convertido en lugar de peregrinación para
el mundo gay. Y así entre todos, lugareños, gays
y turistas heterosexuales se da un ejemplo de
tolerancia y civismo, del que a veces carecemos
en nuestra residencia habitual.
Pero no todo es hamaca y noche. Sitges
ofrece numerosas tiendas para gastar tu dinero
en recuerdos, artesanía, moda, o en pintura.
Ojo al elevado número de galerías de arte.
Un paseo muestra una villa con historia,
no un pueblo surgido mientras vertían arena
para hacer la playa. Se conservan muchas casas
tradicionales, conviviendo con otras propias de
un arte vinculado a Cataluña, el Modernismo.
O sea, para elegir qué hacer en Sitges,
infórmate en la Oficina de Turismo, siéntate en
una terraza, bebe algo y decide hacia donde
dirigir tus siguientes pasos.
 E L SITGES MÁS

MONUMENTAL

Hay dos opciones para atravesar el

epícentro cultural de Sitges. La primera es
mientras te desplazas desde la plaza del
Baluarte (fin o principio del Paseo de la
Ribera) camino a la playa de San Sebastián,
la más íntima de cuantas tiene Sitges. Así es
como lo hace durante el verano la inmensa
mayoría de turistas, convirtiendo el Racó de
la Calma en la vía del frenesí de sandalias y
camisas de colores chillones.

La segunda opción consiste en caminar por las calles peatonales del casco urbano. En ellas te
detendrás en los abundantes escaparates, y en alguno picarás. Si no es así, seguro que verás parte del
patrimonio de Sitges. Por ejemplo, el remate modernista del Cap de la Vila. Sin que te des cuenta, de
pronto llegas a la Casa Consistorial, y al darle la vuelta descubres la 5ª Avenida, un callejón oscuro y
estrecho que desemboca en el mar, o más bien en la plaza dedicada a Miguel Utrillo, que literalmente se
asoma al azul marítimo. En esta zona de Sitges, a la luz marina se le suma la blancura de la cal en los
edificios, una cal salpicada por detalles esculpidos en piedra. En realidad, nos hallamos ante el Palacio
de Maricel, dividido en dos ámbitos distintos, el Maricel de Mar y el Maricel de Tierra, unidos entre sí
por un paso volado sobre la calle que nos conduce al Racó de la Calma y al Museu Cau Ferrat.

U NA FRAGATA Y

UNA IGLESIA

La estampa típica de Sitges es

la silueta de la iglesia de San
Bartolomé y Santa Tecla fotografiada
desde el Paseo de la Ribera, pero no
desde cualquier punto, sino desde la
playa de la Fragata.

La playa posee el encanto de la

cercanía a la zona monumental de
Sitges. De hecho, bañándote en ella, te
giras y ves el frente de la localidad. La
perspectiva idónea para que te atraiga
el imán de Sitges.

La verdadera monumentalidad del templo la Cal, piedra y forja, materiales

provoca el ascenso por la escalinata. omnipresentes en el Palau Maricel y su entorno.
 S ANTIAGO RUSIÑOL

Y CAU FERRAT

Mástiles de veleros Junto a tiendas de la Hasta los perros

deportivos sustituyen a última moda se ven quieren disfrutar de las
las redes de pesca. negocios tradicionales. playas de Sitges.

A HACER FOTOS Rusiñol se afincó en Sitges a

finales del XIX. Compró dos casas de
pescadores, y ahí se dedicó a crear
sus obras y acumular las de artistas
coetáneos, a los que reunía en su casa.
Para captar la luz mediterránea mejor madrugar.
Además, a primera hora evitaremos el trajín de gentes Si bien no sólo coleccionó
por las calles de Sitges. Entonces podremos fotografiar cuadros y esculturas, las ansías de
los geranios de los balconadas, las estatuas del paseo, las belleza, le llevaron a adquirir cientos
playas con restos de la pleamar o las fachadas de los de cerámicas y forjas, además de
comercios sin peatones cruzando ante el objetivo, o sea, obras pictóricas del pasado.
la belleza de la población en su versión más plácida.
Todo eso lo colgaba en estos
La cal domina las muros. Y todo eso se muestra hoy en
fachadas más antiguas.
el Museu Cau Ferrat, una especie de
santuario-homenaje al artista y sus
amigos. Quién lo visite que no espere
Privilegiados balcones En la plaza del Baluarte se yergue una estatua que recuerda un museo moderno donde se eligen
otean el Mediterráneo. un cultivo tradicional en los campos de Sitges: la vid.
las obras a exponer o se estudia el
montaje y la luz de las salas. No. Es
un lugar evocador de la esencia de
Rusiñol. Aquí es fácil imaginarlo en
soledad, limpiando restos cerámicos
extraídos durante sus excavaciones
arqueólogicas de aficionado, mientras
que de vez en cuando levanta la vista
y se extasia mirando los cuadros del
Greco que cuelgan de la pared.

Estatua de Rusiñol en la
plaza de la Maringá.
 Para saber un poquillo:
- www.sitges.com/cat/sitges.htm
- www.sitges.cat

Si estás en Barcelona y hace calor no

lo dudes, coge el cercanías y en un rato estás
en Sitges. Si es época menos calurosa, o sea
menos turística, entonces pilla el coche,
coge la C-31 y disfruta de una carretera de
curvas que de pronto te deja en Sitges.

Cualquier consulta, aclaración,

alabanza o crítica se puede remitir a:
monytsabo@hotmail.com
Próxima entrega en La maleta de vuelta:
Autoría de todas las fotografías: mgrimpho©

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Francia