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Historia de Vampiros

¿Cómo se inició la mitología de los vampiros? ¿En qué momento se


acuñó la significación del nombre de este ser fabuloso? ¿Qué
creencias provienen de supersticiones folclóricas y cuáles de
interpretaciones religiosas? Y por último: ¿cómo fue progresando la
leyenda de los vampiros a lo largo de los siglos? Aquí indagaremos
las fuentes culturales y bibliográficas que tiñeron una de las historias
más apasionantes de la literatura fantástica y la historia de los cultos.

EL ORIGEN FUE PERSIA

Desde el principio de los tiempos, las leyendas de vampiros se


extendieron por la faz de la tierra... Pero su señal distintiva no es
comparable a la de otros monstruos extraordinarios. Desde la Grecia
Clásica hasta nuestros días se conoce la leyenda nacida en la antigua
Persia: el registro más antiguo que documenta la existencia de los
vampiros es un vaso con el dibujo de un hombre luchando contra
una extraña criatura que intenta succionar su sangre.

Historia de Vampiros
Más tarde, los mitos
babilónicos incorporaron una
extraña deidad que se
alimentaba bebiendo la sangre
de los niños: su nombre es
Lilitu o "Lilith".

De acuerdo con los textos


hebreos, Lilith fue la primera
mujer de Adán, a diferencia de
lo manifestado en el Antiguo
Testamento bíblico. Debido a
su torpeza sexual, abandonó a
su marido y se transformó en
la Reina de los Demonios y de
los espíritus malvados.
Lilith
En China, durante el siglo VI A.C. se encontraron resonancias de la
tradición cultural persa y hebrea. Los mismos antecedentes fueron
hallados por antropólogos en India, Malasia, Polinesia, las tierras
aztecas de México y la zona de Eskimos.

¿DIOSES O VAMPIROS?

De acuerdo con la mitología azteca, la ofrenda de sangre de jóvenes


víctimas a los dioses garantizaba la fertilidad de la Tierra. Pero,
aunque éste sea otro antecedente, las clásicas historias de vampiros
se originaron en el seno de la civilización europea... Los antiguos
griegos comenzaron su gesta.

Existen numerosos dioses bebedores de sangre en la mitología


griega y romana, conocidos como Lamiae, Empusae y Striges.
Sus nombres fueron históricamente vinculados con el de brujas,
demonios y vampiros. Pero estos vampiros, aunque bebían sangre
humana, eran sólo deidades y no “muertos vivos”. Se trataba de
divinidades capaces de adquirir apariencia humana para poder
seducir a sus víctimas.

Con el paso del tiempo y el aumento de popularidad del


Cristianismo, el valor simbólico de la sangre se incrementó. La
comunión del Espíritu Santo, que incluye beber el vino –símbolo de la
sangre de Cristo– y comer el pan –alegoría de su cuerpo– hizo
cobrar incomparable relevancia a este fluido vital. Además, durante el
siglo XI las brujas y los médicos prescribían sangre de vírgenes para
curar enfermedades.

Varias menciones a la presencia de vampiros pueden encontrarse en


libros como El diccionario diabólico, escrito por el obispo de
Cahors, en El Nugis Curialium, de Walter Map, y en la Historia
Rerum Anglicarum, de William de Newburgh.

Historia de Vampiros Parte II

VAMPIRISMO DURANTE EL RENACIMIENTO

El fenómeno del vampirismo continuó en boga durante el


Renacimiento, aunque de manera esporádica. Y se reactivó
notablemente a partir del siglo XIV durante las pestes que asolaron
las regiones centrales de Europa, como Prusia, Silesia y Bohemia.

Incluso llegó a interpretarse que la peste bubónica era causada por


los vampiros, y el pánico de la infección condujo a gente a la
enterrar a sus cadáveres sin siquiera verificar que fueran
verdaderamente difuntos...

Fue por entonces que comenzó a pensarse que los vampiros se


levantaban de sus sepulcros: eran personas vivas que, al salir de sus
tumbas, eran interceptadas por vampiros que le infligían heridas y
los transformaban en uno más del grupo.

A mediados del siglo XV, el vampirismo volvió a tomar la delantera


en temas supersticiosos gracias a la publicación de un ensayo de
Frenchman Gilles de Rais. Más tarde, un miembro del batallón de
Juana de Arco se fugó hacia las tierras del sudoeste de Francia para
buscar el secreto de la “piedra filosofal” en la sangre. Guiado por
esta búsqueda, asesinó entre 200 y 300 niños, torturándolos de
forma siniestra, para utilizar su sangre durante los experimentos.
Historia de Vampiros Parte II

LA APARICIÓN DEL MÍTICO DRÁCULA

Más tarde, durante el siglo XIX, Joris-Karl Huysmans se autocalificó


como un vampiro auténtico en su novela La-Bas. También en esta
época otra figura histórica llegó a ser asociada con el vampirismo:
su nombre era Vlad Tepes Dracula, príncipe de Wallachia, un reino
antiguo que ahora es parte de Rumania. Cabe mencionar que el
apellido “Drácula” significa “dragón”…

Cuatro siglos más adelante, Bram Stoker escribiría la célebre novela


Drácula, que durante siglos nos otorgaría el estereotipo del vampiro
clásico.

Aunque nunca desapareció totalmente, el auge del vampirismo


disminuyó entre los siglos XV y XVII. Sin embargo, hacia 1611, la
supersticiosa tierra de Hungría vio nacer las macabras ocurrencias de
la condesa Erzsebet Bathory (Elizabeth Bathory, más conocida como
la "Condesa Sangrienta").

Esta aristócrata húngara fue acusada de secuestrar y torturar a


numerosas jóvenes muchachas hasta su muerte con el objetivo de
bañarse y de beber su sangre. Creía que, de esta manera,
preservaría su juventud y su belleza.
Supersticiones en Torno a los Vampiros

Elizabeth Bathory –conocida como La Condesa Sangrienta– era la


esposa de un conde que siempre estaba ausente debido a su
intervención en sucesivas guerras. Como la condesa se aburría de
esta forma de vida, y de la eterna espera, comenzó a estudiar Magia
Negra. Este aprendizaje la condujo a siniestros experimentos que
luego explicaremos.

Cuando el primo de la condesa registró la ausencia de un número


considerable de mujeres, sospechó de las extrañas conductas de
Elizabeth y envió un escuadrón de soldados para capturarla.

Probada su culpabilidad, Elizabeth ahorró la ejecución por tener


sangre real, pero fue condenada a vivir el resto de su vida encerrada
en una torre, con las puertas y ventanas cerradas. Sus cómplices
fueron todos ejecutados.

La historia de Bathory nutrió numerosas leyendas sobre el


vampirismo e inspiró a varios escritores. El elevado nivel de sadismo
de la condesa, sumado a la pobreza y al analfabetismo de la
población de aquellos tiempos, contribuyeron a la proliferación de las
supersticiones acerca de los vampiros y del hombre lobo en Europa
Oriental y Meridional.

Elizabeth Bathory en su baño de


sangre
La creencia en los
"Vrykolakas" (nombre
eslavo asignado a los
“hombres lobo”) y la
superstición de los vampiros
son dos mitos entroncados e
indisociables.

La palabra “vampiro” se
acuñó recién hacia el año Supersticiones en Torno a los
1726, luego de una tremenda Vampiros
plaga de murciélagos. Primero fue creada en alemán, Vanpir, tal como
revela un informe acerca de un caso de “vampirismo”. Este vocablo
derivó luego en el francés “vampyre”, hacia 1732. Finalmente nació
la palabra inglesa “vampire”.

Los intelectuales y racionalistastas del siglo XVIII –también llamado


el Siglo de las Luces– se esmeraron por destruir supercherías y
creencias infundadas. Los eruditos, los doctores, los filósofos y los
miembros de la Iglesia cuestionaron la existencia de “cómplices”
del Diablo.

Un monje benedictino francés conocido como Calmet publicó una


obra donde cuestionó la verdad de los vampiros. Pero tanta atención
brindada a estos seres fabulosos sólo promovió el fanatismo
exacerbado: muchas personas de los países europeos
subdesarrollados comenzaron a usar las cejas juntas –para imitar el
rostro de los vampiros– y también dejaron cabello en el dorso de sus
palmas.

Para atrapar vampiros se utilizaban vírgenes montadas sobre


caballos pura sangre (totalmente blancos o absolutamente negros)
para hacer de señuelos. También se creía que el caballo comenzaría a
relinchar y a alzarse cuando estuviera de pie sobre la tumba de un
vampiro.

Otras supercherías indican que la cruza de un vampiro con un mortal


podía engendrar nuevos vampiros. La gente comenzó, entonces, a
tomar precauciones especiales, tales como colocar un clavo de hierro
en la frente de un cadáver, untar su cuerpo con grasa de cerdo o
colocar una cabeza de ajo dentro de su boca.

Vampiros Literarios
AUGE DEL ROMANTICISMO

Las irracionales supercherías fueron disminuyendo a medida que la


Revolución Industrial modificaba la forma de vida europea. La
realidad tenía otros planes...

Hacia fines del siglo XVIII, el Romanticismo intentó recuperar la


emoción y la nostalgia perdidas durante la Ilustración y la Revolución
Industrial nacida en tierras inglesas. Pero el período romántico
impulsó el renacimiento de la novela gótica. Johann von Göethe
escribió la novela La novia de Corintio (Die Braut von Corinth
precedida por la obra Leonore, de Gottfried August Buerger.

Estas historias, así como varios poemas de vampiros escritos durante


el siglo XIX por Keats, Coleridge y Baudelaire, incluyeron un elemento
de seducción puramente “vampiresco”: el placer otorgado por la
muerte.

Luego sobrevino la publicación del famoso texto de El Vampiro, de


John William Polidori (aunque, a decir verdad, la historia original la
reelaboró de un predecesor, Lord Byron). También tuvo gran prestigio
Carmilla, de Sheridan LeFanu. Por otra parte, Varney el vampiro,
escrito en 1847 por Prest y Rymer, se convirtió en la novela más
extensa escrita sobre estos seres fabulosos.

La fantasía y el horror fueron elementos muy demandados en la


prosa y la poesía de mitad del siglo XIX. Pero, luego de un largo
tiempo de auge, disminuyó la calidad de las ficciones como
consecuencia de los clichés y repeticiones del género gótico.
Varney el Vampiro

IMPULSO VICTORIANO

Sin embargo, la temática


“vampiresca” reapareció
durante la época victoriana.
Suena paradójico que, en una
época de tanta represión y
censura social, las leyendas
sobre vampiros hayan
alcanzado el pico máximo de Vampiros Literarios
popularidad.

Para muchos fue considerada una vía de escape a través de la lectura


de novelas, poesía y prosa. La hipocresía de la sociedad era tan
exagerada que escribir historias horrorosas estaba totalmente
permitido, incluso cuando la moralidad se propugnaba en sermones
eclesiásticos y protocolos reales.

Fue el tiempo en que Bram Stocker escribió la legendaria Drácula.


Aunque el autor nunca había estado en Transilvania (Rumania), y
la novela presenta imprecisiones derivadas del desconocimiento
histórico y cultural del contexto novelesco, la obra fue un éxito
inmediato, de proyección internacional.

EL CINE, A LA CABEZA
Durante el siglo XX, el inicio de la cinematografía marcó para siempre
nuestra percepción de la imagen de los vampiros, gracias a la
producción de filmes maravillosos transmitidos a través de la pantalla
grande.

La primera película sobre vampiros fue filmada en el año 1922: se


llamó Nosferatu, Eine Symphonie des Gauens (Nosferatu, una
sinfonía de horrores). Esta película alemana, dirigida por F.W.
Murnau, tuvo como protagonista a Max Schreck.

Los Vampiros y el Cine

AUGE DEL ROMANTICISMO

Las irracionales supercherías fueron disminuyendo a medida que la


Revolución Industrial modificaba la forma de vida europea. La
realidad tenía otros planes...

Hacia fines del siglo XVIII, el Romanticismo intentó recuperar la


emoción y la nostalgia perdidas durante la Ilustración y la Revolución
Industrial nacida en tierras inglesas. Pero el período romántico
impulsó el renacimiento de la novela gótica. Johann von Göethe
escribió la novela La novia de Corintio (Die Braut von Corinth
precedida por la obra Leonore, de Gottfried August Buerger.

Estas historias, así como varios poemas de vampiros escritos durante


el siglo XIX por Keats, Coleridge y Baudelaire, incluyeron un elemento
de seducción puramente “vampiresco”: el placer otorgado por la
muerte.

Luego sobrevino la publicación del famoso texto de El Vampiro, de


John William Polidori (aunque, a decir verdad, la historia original la
reelaboró de un predecesor, Lord Byron). También tuvo gran prestigio
Carmilla, de Sheridan LeFanu. Por otra parte, Varney el vampiro,
escrito en 1847 por Prest y Rymer, se convirtió en la novela más
extensa escrita sobre estos seres fabulosos.

La fantasía y el horror fueron elementos muy demandados en la


prosa y la poesía de mitad del siglo XIX. Pero, luego de un largo
tiempo de auge, disminuyó la calidad de las ficciones como
consecuencia de los clichés y repeticiones del género gótico.
Bela Lugosi como Drácula

LOS VAMPIROS MODERNOS

En 1992, Francis Ford


Coppola produjo una
magistral reelaboración del
Drácula clásico, protagonizada
por Gary Oldman. Otra
versión fabulosa fue la del año
1994, Entrevista con el
vampiro, basada en la novela
homónima de Anne Rice. Esta
película provocó un
resurgimiento instantáneo del
interés por la temática de corte
Los Vampiros y el Cine
gótico.

Cabe mencionar que la novelista Anne Rice revolucionó –a lo largo


de sus cinco famosas novelas temáticas– la imagen estereotipada del
vampiro malvado o “anti-héroe”.

Rice retrató la psicología y la personalidad de Lestat como la de un


ser humano viviendo una existencia trágica, derivada de la
combinación de su naturaleza salvaje con la necesidad de afecto.
Además de Anne Rice, muchos otros escritores de las décadas de ´80
y ´90 se dedicaron a prosificar sobre el mismo tema. Entre ellos,
podemos mencionar a Poppy Z. Brite, P.N. Elrod, y Tanith Lee.

TAMBIÉN LA MÚSICA

El mundo de la música también publicitó la imagen del vampiro,


especialmente a partir de los ´80.

Bandas como Concrete Blonde, The Cure, Type 0 Negative y


muchos otros escribieron letras sobre vampiros, el mundo gótico y
atribuyeron “sonidos dark” u oscuros a sus melodías, como marca
de estilo.

Vampiros en la Televisión: Buffy La Cazavampiros

SERIES POPULARES

De la pantalla grande, los vampiros hicieron su aparición en la


pantalla chica... Primero inauguraron el terreno del sadismo gótico a
través de la serie televisiva de gran repercusión llamada Dark
Shadows (Sombras de la Oscuridad).

Más tarde apareció la ópera seriada Kolchak: the night Stalker


(Kolchak: la amenaza nocturna). Y de ahí pasamos a versiones más
recientes como Buffy, de Vampire Slayer (Buffy, el asesino de
vampiros), Forever knight (Eterno caballero) y Kindred: the
embraced (Lazos de familia: adoptados).

Una de las últimas series está basada en un juego de roles llamado


“Vampiro: la mascarada”, que surgió en el año 1992 y desde
entonces ha obtenido más y más popularidad.
Vampiros en la Televisión: Buffy La
Cazavampiros

BARES GÓTICOS Y DEMÁS FENÓMENOS MASIVOS

En los albores del siglo XXI, el género gótico-dark ha crecido en


proporciones gigantescas. Existen bares góticos, organizaciones de
culto de vampiros como ARVLFC, la Sociedad Transilvana de
seguidores de Drácula, juegos de roles por grupos en casi todas las
capitales del mundo y, por supuesto, adictos a vampiros por
Internet...

El encanto y la seducción de estos seres fantásticos se inmiscuyen


fácilmente en el folklore tanto como en la realidad cotidiana. Desde la
Grecia clásica hasta nuestros días, los vampiros continúan haciendo
sangrar nuestra imaginación...

La Condesa Sangrienta: Erzsébet Báthory Parte I

EL MÁS INFAME ASESINO SERIAL

La condesa Erzsébet Báthory –o Elizabeth Báthory– nació en


agosto de 1560 y murió el mismo mes, en 1614. Esta noble húngara
vivió en un castillo de Trencsén, en la Hungría real que hoy en día
forma parte de Eslovaquia. Era pariente del rey de Polonia y príncipe
de Transilvania, István Báthory.

La consideran el asesino serial más infame de la historia húngara y


eslovaca... Después de la muerte de su marido, ella y sus cuatro
colaboradores fueron acusados de torturar y matar a docenas de
muchachas y de jóvenes mujeres de clase social inferior.
En 1611 la encarcelaron en la torre de su castillo, donde murió tres
años más tarde. Fue su nobleza la que le permitió evitar el paso a
una ejecución inmediata. Sus ayudantes no corrieron la misma
suerte...

El caso Báthory inspiró numerosas historias que se “regodeaban” en


el sadismo de una condesa a la que le gustaba bañarse en la sangre
de sus víctimas para conservar la juventud. Por ello, su apodo
principal es “la Condesa Sangrienta”.

Su familia provenía de Nyírbátor, Hungría. Su niñez transcurrió en el


castillo de Ecsed. Cuando tenía 11 años, sus padres arreglaron el
casamiento con Ferencz Nádasdy, por ello la niña fue trasladada al
castillo de Nádasdy en Sárvár.

La Condesa Sangrienta: Erzsébet


Báthory Parte I

UN MATRIMONIO IMPUESTO

Hacia 1575 concretó su matrimonio con Nádasdy en Vranov. Pero en


1578 él fue nombrado comandante principal de las tropas húngaras.
Tenía la responsabilidad de conducirlas en la guerra contra los
turcos... Ferencz era considerado tan valiente como cruel; se dice que
incurrió en numerosos actos de violencia contra su esposa.
El regalo de bodas de Nádasdy a Báthory fue su hogar: el castillo
situado en los Cárpatos, Eslovaquia occidental, junto con diecisiete
aldeas adyacentes.

En 1602, el marido de Báthory compró el castillo del emperador


Rudolf II. Con su marido lejos, en la guerra, la condesa Báthory pasó
a manejar los asuntos y defensas locales del castillo.

Una mujer educada, capaz de leer y escribir en cuatro idiomas podía


perfectamente mantener a los turcos lejos de Viena, a la orden de los
Habsburgo. Sin embargo, la amenaza era significativa, porque la
aldea de Cachtice había sido saqueada por los turcos en el año 1599.

Sárvár era incluso más peligrosa, porque estaba ubicada cerca de la


frontera que dividía Hungría del imperio otomano. La condesa trabajó
febrilmente para conservar la energía, abundancia y protección del
territorio.

Se dice que Elizabeth tuvo cuatro o cinco niños... Diferentes


testimonios parecen confirmar que eran cuatro: Anna, Úrsula,
Katherina y Paul, aunque no se descarta que dos más hubieran
muerto a temprana edad.

La Condesa Sangrienta: Erzsébet Báthory Parte II

BUENA MADRE, BUENA ESPOSA...

A juzgar por la opinión de sus parientes y allegados, la condesa era


una buena esposa y una madre protectora... Pero estas cualidades no
sorprendían demasiado: los nobles solían tratar a la familia inmediata
de forma muy diferente a la atención dispensada a los criados y
campesinos.

Con respecto a Ferencz Nádasdy, no hay consenso sobre el año de


su muerte, ni sobre el motivo que la desencadenó. Los años posibles
son 1600, 1602 y 1604, a la edad de 47 años. Varias fuentes
atribuyen su fallecimiento a una enfermedad, a un asesinato a manos
de una prostituta o a una herida mortal recibida en el campo de
batalla.

Otra visión sostiene que el General Giorgio Basta lo asesinó durante


el reinado de terror que instauró por aquellos tiempos en
Transilvania. A su muerte, el emperador Matthias II de Habsburgo
rechazó pagar a la condesa la deuda que contrajo con Nadasdy en
vida.

Documentos del siglo XVII atestiguan que Elizabeth había terciado


en favor de mujeres indigentes, entre las que se encontraba una
mujer húngara cuyo marido había sido capturado por los turcos y
cuya hija había resultado violada y embarazada.

También existe una carta escrita por la condesa a su esposo, donde


reconoce haber comenzado a estudiar magia negra y esoterismo.

La Condesa Sangrienta: Erzsébet


Báthory Parte II

NATURALEZA DE LAS
VÍCTIMAS

Luego del proceso penal al que


fue sometida, se arribó a la
conclusión de que Elizabeth
Báthory había torturado y
asesinado a un número
desconocido de jóvenes
mujeres, aunque se cita a

Retrato de Elizabeth Bathory


menudo que fueron centenares. Los crímenes están fechados entre
los años 1585 y 1610.

Aunque su marido y sus parientes sabían sobre su inclinación sádica,


jamás intervinieron directamente ni sospecharon la gravedad del
asunto. Después de la muerte de su esposo, Elizabeth ya no tuvo que
esconder ni controlar estas prácticas macabras, por lo que éstas se
hicieron más frecuentes y temerarias.

Sus primeras víctimas eran jóvenes campesinas locales, muchas de


las cuales se acercaron engañadas al castillo de la condesa, tentadas
por ofertas de trabajo bien remuneradas como criadas.

Más adelante comenzó a matar a las hijas de nobles de menor


alcurnia, que habían sido enviadas a su castillo a aprender el
protocolo nobiliario y la etiqueta de la alta sociedad.

Entre los años 1602 y 1604, el sacerdote luterano István Magyari se


quejó públicamente desde el púlpito por las atrocidades que se
venían cometiendo en el pueblo, y denunció las desapariciones de
jóvenes cuyas probables muertes terminaban impunes, sin recibir el
obligado esclarecimiento.

Luego de numerosos rumores, el caso pasó a la corte de Viena. Las


autoridades se tomaron cierto tiempo para responder a las quejas de
Magyari. Finalmente, en 1610, el rey Matthias II asignó a György
Thurzó –palatino de Hungría– la investigación de las circunstancias
de las sospechosas desapariciones.

El Juicio de la Condesa y sus colaboradores Parte I

PARA EVITAR UNA “DESHONRA”

El detective encargado de investigar el dilema de las desapariciones –


el palatino Thurzó– ordenó a dos notarios recoger todas las
evidencias encontradas en el castillo, en el año 1610. Incluso antes
de obtener las muestras, éste discutió acaloradamente con los hijos
de la condesa, especialmente con Paul y con dos de sus yernos.

En caso de llegar a juicio y a una posterior ejecución de Elizabeth,


las consecuencias habrían sido nefastas: las haciendas y propiedades
habrían sido traspasadas a la corona, se habría desatado un
escándalo público y deshonrado una familia noble e influyente.

Cabe destacar que la familia de Báthory tenía enorme alcance: su


pariente Gabriel Báthory era nada más y nada menos que el primer
ministro de Transilvania...

Era claro que, en caso de ser acusada de homicidio múltiple,


Elizabeth Báthory iba a residir como prisionera de por vida dentro
su casa, pero los castigos adicionales era mejor evitarlos... Por
conveniencias políticas y de repercusión pública.

El Juicio de la Condesa y sus


colaboradores Parte I

ARTAS Y PLEGARIAS

Bathory decidió no presenciar su juicio y permanecer detenida


intramuros... Thurzó la arrestó el 29 de diciembre de 1610.

Según una carta que el palatino envió a su esposa, al momento de la


detención sus hombres entraron al castillo y encontraron a una
muchacha muerta, a otra moribunda y a muchas otras heridas.

Mientras la condesa Báthory estaba presa en su propio hogar, el 7


de enero de 1611 se inició el juicio, la sentencia y condena de sus
colaboradores y secuaces.

El tribunal estuvo presidido por el juez Theodosious Syrmiensis de


Szulo y veinte jueces del Real Tribunal Supremo. La sentencia fue
terminante: homicidio múltiple con intervención de brujería y
vampirismo.

Un pergamino con una extraña plegaria fue hallado en manos de


Elizabeth Bathory a la hora de ser arrestada. La plegaria decía lo
siguiente: “Dios mío, ayúdame... Tu pequeña nube, cuando estoy en
peligro, me envía noventa y nueve gatos... Ordena a tus noventa y
nueve gatos que acudan velozmente a morder el corazón del rey
Matthias. Ordénalos morder, también, el corazón de Moses Cziraky y
el de mi primo, el primer ministro. Ordénales que arranquen y
mastiquen el corazón de Red Megyeri”.

El Juicio de la Condesa y sus colaboradores Parte II

EL PAPEL DE LAS CRIADAS

Una figura poco conocida dentro de la leyenda de la célebre Condesa


Sangrienta es Anna Darvulia. Se cree que esta mujer influenció
notablemente la temprana “carrera sádica” de Elizabeth Báthory.

Por haber muerto antes de los arrestos, sólo fueron enjuiciados los
principales colaboradores de Báthory, después de la muerte de Anna.

Los secuaces eran criados, en su mayoría mujeres: Dorottya


Szentes (apodada Dorko), Ilona Jó, Katalin Benick y un enano
llamado János Újváry, o Ibis. A excepción de Benick, todos ellos
fueron ejecutados en Nagybiccse el 7 de enero de 1611.

La culpabilidad de Benick no pudo ser probada. Los diferentes


testimonios parecen indicar que el resto de las mujeres la obligaron a
realizar acciones contra su voluntad.

Se sometió a los condenados a torturas semejantes a las que habían


sufrido las mujeres asesinadas por la condesa... Dos de los criados
fueron privados de algunos dedos antes de ser quemados en una
hoguera. Otra criada fue decapitada y luego entregada a las llamas.

Se construyó un andamio público cerca del castillo para demostrar al


pueblo que, finalmente, se había hecho justicia.
El Juicio de la Condesa y sus
colaboradores Parte II

DECLARACIONES DURANTE EL JUICIO

Los testimonios de los crímenes, recogidos entre 1610 y 1611,


contienen un total de trescientas declaraciones. Los expedientes del
juicio incluyen testimonios de las cuatro personas procesadas y de
trece testigos más.

Se tomó declaración a sacerdotes, nobles y comuneros. La mayoría


de los testigos presenciales era parte de la servidumbre de Báthory
en Sárvár.

Otros testigos manifestaron haber reconocido señales de tortura en


los cadáveres femeninos hallados en las zonas aledañas al castillo,
algunos de los cuales habían sido enterrados en cementerios y otros
en lugares inaccesibles, no identificados.

Las descripciones de las torturas que surgieron durante las


declaraciones, muchas veces, eran el resultado de rumores y no
pudieron ser probados.

Detalle de las Torturas de la Condesa Sangrienta

SUS MACABRAS ESTRATEGIAS

Las atrocidades que los testigos describieron durante las


declaraciones son:

• Infligir golpes fuertes y continuos durante un largo período de


tiempo, que a menudo conducían a las víctimas a la muerte
• Quemar o mutilar manos, rostros y órganos genitales;
• Morder la carne del rostro, brazos y otras protuberancias
corporales;
• Congelar partes del cuerpo hasta provocar la muerte;
• Matar por inanición;
• Usar agujas como instrumentos de corte

Los colaboradores confesaron sus estrategias bajo tortura brutal.


De esta manera, los jueces se enteraron de que Elizabeth Báthory
había torturado y asesinado a sus víctimas no sólo en el castillo
donde vivía sino también en sus otras haciendas de Bécko, Sárvár,
Keresztúr, Pozsony (Bratislava) y Viena.

También nombraron a varias personas como agentes esenciales para


proveer a Báthory de las jóvenes muchachas. Muchos de ellos se
habían valido de engaños y falsas promesas para propiciar el contacto
directo con la condesa.

Detalle de las Torturas de la


Condesa Sangrienta

LA DUDOSA CANTIDAD DE VÍCTIMAS

Un testigo que declaró en el juicio mencionó la existencia de un libro


en el que la condesa había enumerado un total de 650 víctimas. Este
libro nunca fue nombrado por ningún otro declarante ni fue hallado,
pero ese número macabro se convirtió en parte de la leyenda que
rodea la memoria de Elizabeth Báthory.
El número estimado de víctimas es mucho menor. Szentes y otra
criada confirmaron la muerte de entre 36 y 37 jóvenes durante sus
períodos de servicio. Los otros acusados estimaron un número
máximo de 50 víctimas. El personal del castillo de Sárvár declaró
entre 100 y 200 cadáveres eliminados del castillo.

Las cartas intercambiadas entre el emperador y su palatino entre los


años 1611 y 1613 indican que Thurzó se resistió a avanzar en el
juicio contra la misma condesa, y que ella jamás fue llevada a las
salas de la corte.

Finalmente, el 21 de agosto de 1614 Elizabeth Báthory murió en la


torre de su castillo, en total oscuridad y marginación. La enterraron
en la iglesia del pueblo.

Drácula y sus Imitadores

EL VAMPIRISMO COMO ENFERMEDAD

Otro ejemplo importante del desarrollo de la ficción sobre vampiros


se puede encontrar en tres novelas fundamentales de Paul Féval: El
caballero tenebroso (1860), La vampiresa (1865) y La ciudad de
los vampiros (1874).

Drácula (1897), de Bram Stocker, ha sido la caracterización más


perfecta de los vampiros, dentro de la ficción popular del siglo XIX.

Su representación del vampirismo como una enfermedad (posesión


demoníaca contagiosa), con sus condimentos de sexo, sangre y
muerte, fue la consecuencia lógica de la tuberculosis y la sífilis que se
expandía a lo largo de la Inglaterra victoriana.

Una década antes, en 1888, la prensa había sensacionalizado la


figura de Jack el destripador, un asesino de prostitutas que había
sembrado el terror en el este de Londres.
Drácula y sus Imitadores

EL PRÍNCIPE VLAD III DE


RUMANIA

¿La figura de Drácula estuvo


inspirada en alguna persona
verdadera? Se cree que sí...
Vlad era un célebre príncipe
rumano del siglo XV, también
conocido como Vlad III
Drácula.

A diferencia del personaje Vlad el Impalador


histórico, Bram Stoker ubicó
su personaje en un castillo cercano al Pasaje Borgo, en Transilvania,
al que se le atribuyen fenómenos sobrenaturales que conserva hoy en
día en la imaginación popular.

Además, se cree que Stoker se basó probablemente en mitos


irlandeses de criaturas succionadoras de sangre.

También estuvo influenciado por otra ficción contemporánea,


Carmilla de Sheridan le Fanu. Este último escribía sus obras
mientras Stoker trabajaba como crítico teatral en Dublín, Irlanda.

Como Le Fanu, Stoker construyó personajes femeninos


(vampiresas) tales como Lucy Westenra y las novias de Drácula.
La mayoría de las ficciones del mismo género, durante el siglo XX, se
nutrieron de Drácula. Películas tempranas como Nosferatu y las que
muestran a Bela Lugosi son ejemplos de esta afirmación.

Nosferatu fue una imitación tan evidente de la obra cumbre de


Stoker que hasta la viuda del escritor demandó al director por los
derechos de autor de su esposo, y ganó el juicio contra la productora
cinematográfica. Luego de ser exhibida en Alemania, la película se
transmitió en Reino Unido.

Las Ficciones sobre Vampiros

SERBIA, TIERRA GÓTICA POR NATURALEZA

El mejor exponente de la ficción sobre vampiros es, sin lugar a


dudas, la novela gótica Drácula, de Bram Stoker. No es, sin
embargo, el primer ejemplo de esta especie literaria. El vampiro
literario primero apareció en poesía, luego en prosa.

Durante el siglo XVIII, las ficciones vampirescas se arraigaron en


la “obsesión” que despertaron –durante los años comprendidos entre
1720 y 1730– las extrañas exhumaciones de los “supuestos
vampiros” llamados Peter Plogojowitz y Arnold Paole en Serbia,
bajo la monarquía de los Habsburgo.

Una de las primeras obras de arte que aluden al tema citado es el


poema corto alemán titulado “El vampiro”, escrito en 1748 por
Heinrich August Ossenfelder, donde ya aparecen insinuaciones
eróticas fuertes.

En este poema breve, un hombre es rechazado por una dama


respetable y religiosa de la que está enamorado. Una noche la visita,
bebe su sangre luego de darle el “seductor beso” del vampiro y le
demuestra que sus sádicas enseñanzas valen más que el Cristianismo
de su madre.

Además, Ossenfelder escribió varios cuentos que tratan sobre una


persona muerta que vuelve del sepulcro para visitar a su querido
esposo y conducirlo hacia la muerte.
Las Ficciones sobre Vampiros

OTROS POEMAS ALEMANES

El poema narrativo “Lenore” (1773), de Gottfried August Bürger,


es un ejemplo notable de literatura vampiresca del siglo XVIII. En
esta fuente se inspiró Bram Stoker.

Un poema alemán posterior que exploraba el mismo tema, con un


elemento vampiresco destacable, fue “La novia de Corintio”
(1797), escrito por Göethe. Se trata de la vida de una joven mujer
que vuelve del sepulcro para buscar a su novio y beber su sangre.

La historia del romántico alemán plantea un conflicto entre el Reino


de Dios y el Cristianismo: la familia de la muchacha muerta es
cristiana, mientras que el hombre joven y sus parientes son
paganos. Resulta que la madre cristiana de la muchacha la había
forzado a convertirse en monja, condición que la llevó a la muerte.

EN LA LITERATURA INGLESA

La primera mención a los vampiros, en la literatura inglesa, aparece


en el monumental poema épico Thalaba el destructor, de Robert
Southey, escrito en 1797. En sus versos, el difunto Oneiza se
transforma en vampiro.
Luego apareció el poema Christabel, de Samuel Taylor Coleridge
(escrito entre 1797 y 1801, aunque se publicó recién en 1816). Este
último influenció notablemente las ficciones vampirescas
posteriores: la heroína Christabel es seducida por un espíritu
femenino llamado Geraldine, que asume la forma física de un
antiguo amado de la protagonista.

La historia de Coleridge tiene una semejanza notable con la ficción


abiertamente vampiresca de la obra Carmilla, escrita por John
Sheridan Le Fanu en 1872.

Vampirismo Contagioso

¿BACTERIA O MORDEDURA?

Durante las primeras décadas del siglo XX se dejó de tomar como


parámetro al conde Drácula para la construcción de personajes-
vampiros. Aparecen lazos temáticos típicamente claros, que incluyen
la asociación de los vampiros con gran abundancia y energía erótica,
así como el uso frecuente de accesorios e iconografía gótica.

Antes de los ´50, los vampiros eran retratados como seres


sobrenaturales con energías místicas. La transmisión del
vampirismo de una criatura “enferma” a otra “sana” varía de una
ficción a otra. Ya no se trata de una mera mordedura en la yugular.

Las publicaciones de Richard Matheson, en 1954, presentan


variantes sobre el tema. Este escritor muestra la historia de un Los
Ángeles futuro, colmado de entes caníbales y seres succionadores de
sangre. Sólo un hombre sobrevive a la pandemia generada por una
bacteria que propaga el vampirismo. Debe protegerse y combatir
contra las hordas de criaturas nocturnas para descubrir los secretos
de su biología y desarrollar vacunas eficaces, así como medidas de
defensa efectivas. Ésta fue la primera ficción vampiresca con
inclinaciones analíticas y científicas.

De manera semejante, la novela Ya, de Scott Westerfeld, presenta


a su protagonista como portador de un parásito contagioso que
provoca el comportamiento de un “vampiro loco”.
Vampirismo Contagioso

UNA TIERNA CONDESA


TELEVISIVA

Desde los años ´70, la


condesa von Count, un
tierno títere televisivo que
forma parte de la serie Plaza
Sésamo (es uno de sus
Muppets) ha enseñado a
muchos niños americanos Entrevista con el Vampiro
diferentes conceptos
matemáticos y educativos.

La condesa es conocida por ayudar a los pequeños a practicar sus


conocimientos de aritmética y a aprender los números, contando
cosas que se encuentran a su alrededor, con un acento eslavo
bastante estereotipado.

Aunque la condesa Muppet nunca emprende los actos de mutilación


típicos de los vampiros ni bebe sangre ajena, posee los colmillos
prominentes y la capa negra que la identifican con uno de estos seres
fabulosos.

A principios de la década del ´80, la novela El hambre (publicada en


1981 y llevada al cine en 1983) examinó la biología de los vampiros,
sugiriendo que sus capacidades especiales eran el resultado de
características físicas de su sangre.
La novela sugirió que los vampiros no eran seres humanos muertos
sino especies separadas que se habían desarrollado de manera
paralela a la Humanidad.

Las crónicas sobre vampiros escritas por Anne Rice son las más
populares del género, entre las historias modernas que utilizan a los
vampiros como protagonistas sensibles y comprensivos más que
como monstruos o bandidos.

Influencia de la Luna en los Vampiros

LOS ÚLTIMOS AÑOS

En el año 2006, el escritor británico Raven Dane publicó Lágrimas


de sangre, la primera novela de la serie El legado de la Tierna
Oscuridad. La segunda obra, Lamento de Sangre, fue publicada
recientemente, en marzo de 2007, mientras la tercera de la trilogía
será Alianza de Sangre, cuyo lanzamiento está previsto para el año
2008.

Estos libros vampirescos presentan una diferencia con los


anteriores: el círculo de la Tierna Oscuridad fue creado con el
propósito específico de transmitir un código de honor entre vampiros,
de generación en generación.
Influencia de la Luna en los
Vampiros

NACIDOS DEL FOLCLORE, PERO DISTINTOS

Los rasgos del vampiro literario se han desarrollado a partir de las


figuras a menudo repulsivas del folclore eslavo. Pero en la ficción
adquieren otros rasgos: son personajes románticos, caracterizados
generalmente como seres elegantes y atractivos (en contraste con los
demonios súcubos e íncubos).

Como indicábamos anteriormente, la sensibilidad de los vampiros


ficticios se opone a los protagonistas del folclore de Europa del Este,
que eran cadáveres animados capaces de horrorizar a las
poblaciones.

Según la estudiosa de la literatura Nina Auerbach, nuestros


vampiros se vieron influenciados por la presencia de la luna, un
símbolo presente desde los ejemplos más tempranos de la literatura
gótica: “por lo menos cincuenta años después del nacimiento del
vampiro de Planche, la luna era el ingrediente central de la
iconografía de estos seres; las vidas solitarias y repetitivas de los
vampiros consistieron en provocar muertes incesantes... Cuando la
luna brillaba en el cielo, éstos se regeneraban... Personajes como
Ruthven, Varney y Raby necesitan la unión a través del matrimonio
y la sangre derramada para alcanzar la cumbre de su vitalidad, pero
sólo ante la presencia de la luna logran consumar todo su poder”.
Auerbach afirma también que los cadáveres que recuperan la vida
bajo el rayo de la luna es una de las imágenes centrales de la
literatura vampiresca: los colmillos, la penetración y la succión son
fenómenos periféricos derivados de la obsesión lunar.

Volviendo al célebre Drácula, de Bram Stoker, éste modificó


numerosos elementos de la mitología eslava sobre vampiros, por lo
que su contribución es de gran alcance. Por ejemplo, los siguientes
rasgos populares están ausentes: Drácula no muere asesinado con un
cuchillo de madera y la destrucción del vampiro Lucy es un proceso
que demanda tres etapas (es acuchillada, luego degollada y después
se le coloca una cabeza de ajo en la boca).

Además, el conde Drácula tiene la habilidad de ver entre la niebla y


de escalar las paredes externas de su castillo, capacidades ausentes
en la mitología eslava.

Otro famoso elemento agregado por Stoker es la incapacidad de los


vampiros de ser reflejados en los espejos, fenómeno ajeno al
folclore de Europa del Este.

Poderes y Debilidades de los Vampiros

EL DAÑO OCASIONADO POR LA LUZ

En Drácula, el conde protagonista es capaz de vivir de día, bajo la


luz del sol, aunque no pueda usar sus poderes. De todas maneras,
conserva algunas fuerzas y la habilidad de escaparse de sus
numerosos perseguidores.

El folklore tradicional del vampiro no desarrolla la idea de que la luz


solar sea fatal para estos seres, aunque sí los describe como
habitantes nocturnos. Fue a partir de la película Nosferatu que la luz
del día comenzó a ser representada como un arma mortal para los
vampiros.

Un sistema bien conocido de “energías especiales” y de debilidades


se asocia comúnmente a los vampiros de la ficción contemporánea.
Hay una tendencia, sin embargo, a que los autores elijan y
transformen sus poderes por aquellos que encuentran más realistas,
deseables o atractivos.
Poderes y Debilidades de los
Vampiros

ALIMENTACIÓN Y CAPACIDADES DE LOS VAMPIROS

Los vampiros, como están muertos, no necesitan el sustento


indispensable para los seres humanos (sean alimentos, agua u
oxígeno). Son retratados como incapaces de comer alimentos
humanos, y en varias escenas célebres se ven forzados a cenar y a
masticar comidas que les desagradan sólo para engañar a sus
víctimas mortales.

Tienen a menudo un aspecto pálido –su piel translúcida o rubicunda


deriva de la imagen transmitida por el folclore eslavo– y conservan la
lozanía de su rostro.

Los vampiros ficticios saben desplazarse con gran agilidad y


transformarse en animales veloces como murciélagos, roedores o
lobos.

Otros poderes son: la capacidad de camuflar y transformar su


aspecto cuando están rodeados de niebla, además de volar y dominar
el arte de la levitación.

Los vampiros carecen de sombra y no pueden salir fotografiados. Este


concepto se desarrolló a partir de la célebre novela de Bram Stoker,
de la cual derivó la idea de que “los espejos retratan el alma”.
Como sabemos, la mayoría de los vampiros carece de ella.
Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una
casa a menos que lo inviten. Generalmente, estos seres necesitan ser
bienvenidos por los anfitriones; luego pueden entrar y salir a su
arbitrio.

Hay narraciones de corte popular que desarrollan la idea de que los


vampiros deben regresar a un ataúd o a su “suelo nativo” antes del
amanecer, para protegerse de la luz y regenerar sus poderes.

Tipos de Vampiros Balcánicos

EL ALMA Y EL PARAÍSO

En Rusia, Rumania y los estados balcánicos existe la vaga creencia


de que el alma no puede salir del cuerpo ni ingresar al Paraíso hasta
cuarenta días después de su muerte.

Se supone que puede incluso atrasarse por años, con la consecuente


descomposición de la misma.

En Rumania, los cuerpos desenterrados en un intervalo de tres años


después del fallecimiento (en el caso del cadáver de un niño), en un
lapso de cuatro o cinco años (en el caso de la gente joven) y de siete
años (en el caso de la gente mayor), se supone que si la
descomposición no se realizó completamente entonces ese cadáver es
un vampiro.

Si la descomposición del cuerpo fue total y los huesos quedaron


blancos, se cree que el alma ha alcanzado el reposo eterno. Entonces
el esqueleto se lava con agua y vino, y se envuelve en sábanas de
lino limpio. Luego se practica un servicio religioso y se lo vuelve a
enterrar.

En Bukovina y los parajes circundantes se realizó una auténtica


“orgía de entierros masivos” y de re-sepulturas entre los años
1919 y 1920, porque mucha gente moría durante las epidemias y las
guerras, y temían la proliferación de vampiros.

En la actualidad ya no se cree que los espíritus puedan reanimar a su


cuerpo ni que se transformen en vampiros, pero hace poco más de un
siglo estas supersticiones estaban muy arraigadas en el pensamiento
popular.
Tipos de Vampiros Balcánicos

TIPOS DE VAMPIROS Y DE BRUJAS

En la fase más primitiva de la creencia en los vampiros, el más típico


era un cadáver reanimado. Sus poderes estaban asociados al de las
brujas y magos, porque podían transformar a otros cadáveres en
nuevos succionadores de sangre.

Un segundo tipo de vampiro era el vârcolac, que aparecía durante


los eclipses lunares y solares. Era de la misma especie del “cadáver
reanimado” pero combinado con las cualidades de un buen amante.

En tercer lugar: el strigele, que en realidad no era un vampiro,


aunque a menudo se lo confundía con él. Eran los espíritus de las
brujas vivas o de las brujas muertas que no podían encontrar ningún
lugar de reposo. Su presencia se reconocía por la aparición de
pequeños puntos de luz que flotaban en el aire.

Sus danzas eran exquisitamente hermosas... Solían aparecer


tomando la forma de siete o nueve luces alineadas que comenzaban a
formar figuras... Cuando los puntos luminosos interrumpían su danza,
las brujas comenzaban a hacer travesura con los seres humanos.

Leyendas y Variantes Vampirescas


AMULETOS CONTRA VAMPIROS

Algunas historias folclóricas sostienen que los hombres lobo se


convierten en vampiros después de morir; otras versiones afirman
que en realidad los hombres lobo eran sirvientes, subalternos o
enemigos mortales de los vampiros.

Como en el folklore eslavo, los vampiros de la ficción pueden ser


ahuyentados con ajo y símbolos de la fe cristiana tales como agua
bendita, crucifijos o rosarios.

Algunas historias han ampliado estos amuletos a todos l, con la


cabeza enterrada en tierra previamente santificada.

A partir de las versiones cinematográficas de Drácula que se


produjeron entre los años 1969 y 2000, los vampiros no revelaron
ninguna debilidad hacia los metales.

Sin embargo, uno de los medios más comunes para matar a los
vampiros, en la ficción, es la exposición a la luz del día. Esta idea
parece haberse originado en 1922, con la película Nosferatu. La
vulnerabilidad a la luz del sol ha tenido aceptación popular... Se
piensa que es una de las debilidades clásicas de los vampiros.

No obstante, la magnitud de su vulnerabilidad varía en cada historia.


En Stoker, por ejemplo, la luz del sol debilita pero no destruye al
conde Drácula.
Leyendas y Variantes
Vampirescas

VAMPIROS FAMOSOS

Los vampiros más famosos del siglo XX incluyen a la Muppet von


Count, del programa televisivo Plaza Sésamo, así como el aparecido
durante el quinto episodio de Los expedientes X, titulado “Mala
sangre”. También se popularizó es aspecto del protagonista de la
novela “Carpe Jugulum”, escrita por Terry Pratchett.

Desde el film Drácula del año 1958, los vampiros se representan casi
siempre con colmillos. Estos colmillos son muchas veces
“retractables”: sólo llegan a ser visibles cuando el vampiro está a
punto de alimentarse, pero luego los repliega.

En alguno libros y series televisivas, estos seres fabulosos pueden


ocultar sus colmillos y sacarlos a voluntad... En la mayoría de las
películas y series televisivas sobre vampiros, éstos aparecen vestidos
con largas capas de cuello alto para tapar las huellas de las
mordeduras recibidas.

Nombres y Leyes en Torno a los Vampiros Rumanos

BRUJAS, VAMPIROS Y ESPÍRITUS DE LA NATURALEZA


En lo que concierne a los nombres atribuidos en Rumania a los
vampiros, el strigoi es el término más común, y moroii se utiliza
menos a menudo.

También se emplean vocablos como vârcolaci y pricolici, que aluden a


los vampiros nacidos de cadáveres revividos y, también, a animales
nocturnos que buscan alimento cuando sale la luna.

En Bukovina, vidme es el nombre utilizado para invocar a las brujas,


y diavoloace para llamar a los seres con dos cuernos.

Los Espíritus de la Naturaleza se llaman ielele y dansele. Ayudan a


cumplir las labores de vampiros y magos, que son seres de origen
humano.

En los países de los Balcanes, el vampiro es visto como un ser de


transición entre los humanos y el diablo: mezcla de cadáver
reanimado y espíritu maligno. Es tan difícil imaginar a un alma sin
forma como a un demonio sin corporeidad, por eso a estos últimos se
los suele identificar con un cuervo o con un gato negro. Y a veces se
los representa con aspecto cuasi-humano.

Nombres y Leyes en Torno a los


Vampiros Rumanos

En Transilvania se cree que mucha gente puede canalizar su alma


en una mariposa, mientras en Valcea las almas de los vampiros se
consideran encarnadas en las polillas. Por eso, se suelen cazar estos
insectos para atravesarlos con un perno de metal y colgarlos en la
pared. De esta manera, los rumanos previenen que su vuelo vaya
más lejos.

Un animalito pequeño, agraciado, que se agita en el aire como una


mariposa o una polilla está tan cerca de la vida cotidiana de los
campesinos que les permite imaginar la naturaleza de un espíritu
puro.

LA MODIFICACIÓN DE NORMAS

La creencia en los vampiros provocó la modificación de algunas leyes


rumanas. Por ejemplo, el 12 de julio de 1801, el obispo de Siges
envió una petición al regente de Wallachia y Modavia para solicitar la
prohibición de que los campesinos de Stroesti siguieran excavando la
tierra en busca de cadáveres cuando el terreno ya hubiera sido
removido dos veces, por temor a la presencia de vârcolaci.

Por otra parte, el arzobispo Nectarie, en 1813, envió una circular al


clero jerárquico donde les rogaba que investigaran en qué distritos se
creía que los muertos se transformaban en vampiros.

El arzobispo les garantizaba que, estando frente a un caso certero de


vampirismo, no iba a quemarse el cadáver pero se le enseñaría a la
gente cómo proceder ante una aparición, de acuerdo con los
preceptos religiosos.

Las Pruebas para descubrir un Vampiro

Siglos atrás, en Rumania, las insólitas pruebas para determinar si


cualquier hombre muerto se había convertido en un vampiro eran las
siguientes:

1. Si su espíritu regresaba por las noches a hablar con su familia, se


alimentaba de las sobras encontradas en platos, ayudaba con los
quehaceres domésticos y cortaba la madera, entonces era un
vampiro.

Las vampiresas –vampiros femeninos– regresaban a visitar a sus


hijos. Se dice que un vampiro húngaro, que había oficiado de
sacerdote, no podía mantenerse lejos de su iglesia ni del agua
bendita, y regresaba permanentemente a sus antiguos lugares.

2. Si cuando el sacerdote leía su sermón en el sepulcro los males no


cesaban, era una señal de la presencia de un vampiro.
3. Si se encontraba un agujero del diámetro de una serpiente cerca
de la tumba de un hombre muerto, el cadáver se había transformado
en un vampiro, dado que los vampiros salían de los sepulcros por
tales agujeros.

4. Si un caballo blanco se resiste a caminar sobre un sepulcro y deja


de repente de relinchar, se trata de la tumba de un vampiro.

5. Si al exhumar un cadáver éste se ponía rojo, se trataba del cuerpo


de un vampiro.

Las Pruebas para descubrir un


Vampiro

Las Ficciones sobre Vampiros

SERBIA, TIERRA GÓTICA POR NATURALEZA

El mejor exponente de la ficción sobre vampiros es, sin lugar a dudas,


la novela gótica Drácula, de Bram Stoker. No es, sin embargo, el
primer ejemplo de esta especie literaria. El vampiro literario primero
apareció en poesía, luego en prosa.

Durante el siglo XVIII, las ficciones vampirescas se arraigaron en la


“obsesión” que despertaron –durante los años comprendidos entre
1720 y 1730– las extrañas exhumaciones de los “supuestos
vampiros” llamados Peter Plogojowitz y Arnold Paole en Serbia,
bajo la monarquía de los Habsburgo.

Una de las primeras obras de arte que aluden al tema citado es el


poema corto alemán titulado “El vampiro”, escrito en 1748 por
Heinrich August Ossenfelder, donde ya aparecen insinuaciones
eróticas fuertes.

En este poema breve, un hombre es rechazado por una dama


respetable y religiosa de la que está enamorado. Una noche la visita,
bebe su sangre luego de darle el “seductor beso” del vampiro y le
demuestra que sus sádicas enseñanzas valen más que el Cristianismo
de su madre.

Además, Ossenfelder escribió varios cuentos que tratan sobre una


persona muerta que vuelve del sepulcro para visitar a su querido
esposo y conducirlo hacia la muerte.

Las Ficciones sobre Vampiros

OTROS POEMAS ALEMANES

El poema narrativo “Lenore” (1773), de Gottfried August Bürger, es


un ejemplo notable de literatura vampiresca del siglo XVIII. En
esta fuente se inspiró Bram Stoker.

Un poema alemán posterior que exploraba el mismo tema, con un


elemento vampiresco destacable, fue “La novia de Corintio” (1797),
escrito por Göethe. Se trata de la vida de una joven mujer que
vuelve del sepulcro para buscar a su novio y beber su sangre.
La historia del romántico alemán plantea un conflicto entre el Reino
de Dios y el Cristianismo: la familia de la muchacha muerta es
cristiana, mientras que el hombre joven y sus parientes son
paganos. Resulta que la madre cristiana de la muchacha la había
forzado a convertirse en monja, condición que la llevó a la muerte.

EN LA LITERATURA INGLESA

La primera mención a los vampiros, en la literatura inglesa, aparece


en el monumental poema épico Thalaba el destructor, de Robert
Southey, escrito en 1797. En sus versos, el difunto Oneiza se
transforma en vampiro.

Luego apareció el poema Christabel, de Samuel Taylor Coleridge


(escrito entre 1797 y 1801, aunque se publicó recién en 1816). Este
último influenció notablemente las ficciones vampirescas posteriores:
la heroína Christabel es seducida por un espíritu femenino llamado
Geraldine, que asume la forma física de un antiguo amado de la
protagonista.

La historia de Coleridge tiene una semejanza notable con la ficción


abiertamente vampiresca de la obra Carmilla, escrita por John
Sheridan Le Fanu en 1872.

El Dhampir: Mitad Hombre, Mitad Vampiro

SUPERSTICIONES BALCÁNICAS

Los Dhampirs –también llamados dhampir, dhamphir o dhampyr–


son criaturas mitológicas pertenecientes al folclore rumano. Mitad-
vampiros, mitad-humanos, se afirma que fueron engendrados por un
padre vampiro y una madre humana, o viceversa.

Cuentan las leyendas de los Balcanes que los vampiros masculinos


sienten una enorme atracción por las mujeres humanas; por ese
motivo suelen regresar para hacer el amor con sus antiguas esposas
o con las mujeres que amaban o cortejaban mientras estaban vivos.

En algunas regiones se llama “vampir” a los niños y “vampiresa” a


una muchacha”, o “dhampir” y “dhampiresa” respectivamente.

Las supersticiones balcánicas indican que sólo el hijo de un vampiro


tiene la capacidad de destruir a otros vampiros. Estas energías y
poderes sobrenaturales se pueden heredar de los padres… Los
dhampirs son vistos como los principales agentes aliados para
combatir a los vampiros, para clavarles una estaca de madera o
matarlos con una bala de plata, además de conducirlos exitosamente
al sepulcro para siempre.

Si un dhampir no puede destruir a un vampiro, sí puede ordenarle


que se aleje, y ser obedecido sin recibir ataques.

El mismo folclore indica que es necesario pagar bien los servicios de


un dhampir: la cantidad de dinero varía, aunque la paga estándar
suele incluir alimentos, una muda de ropa o una tropilla de ganado.

El Dhampir: Mitad Hombre, Mitad


Vampiro

APROVECHADORES DE LA FE AJENA

Existen falsos dhampirs, charlatanes que viajan alrededor de las


montañas de los Cárpatos, en Rumania, y atraviesan diferentes
regiones de Europa Oriental auto-proclamándose auténticos
dhampirs, con el objetivo de aprovecharse de la beneficencia y el
miedo ajenos.

Como los campesinos rumanos eran sumamente supersticiosos,


tendían a pensar explicaciones insólitas para acontecimientos
inusuales, fueran éstos verdaderos o imaginados (por ejemplo, la
certeza de ver a los muertos caminar de noche por las aldeas).

La creencia de que los vampiros asumían el control del cuerpo de


una persona recientemente fallecida alimentó la esperanza de que los
dhampirs pudieran rescatarlos… La consecuencia lógica fue una
explosión de estafadores que se hacían pasar por dhampirs para
lucrar con el “oficio” de exorcizar vampiros.
Características de los Vampiros

ENERGÍA Y ASPECTO

Los vampiros, como están ya muertos, no requieren la mayoría de


las cosas que habitualmente necesitan los seres vivos, como el
oxígeno.

A menudo tienen un aspecto pálido y mortecino –tanto los


vampiros de la literatura como los del cine– y de semblante
rubicundo, con piel suave al tacto.

Se cree que los vampiros son capaces de adquirir formas animales


para desplazarse con mayor agilidad, aunque esta característica
aparece en la ficción pero no en el folclore.

Algunos vampiros pueden volar. Esta energía es a veces


sobrenatural, y se relaciona con la habilidad para imitar criaturas
voladoras (como búhos o moscas) o formas livianas y ligeras (como
paja, polvo y humo). Se dice que los vampiros utilizan el viento como
principal medio de propulsión.
Características de los Vampiros

SIN ALMA, SIN SOMBRA

Los vampiros no tienen sombra ni pueden reflejarse en espejos o


cristales. Por eso se afirma que carecen de alma. Las ficciones
vampirescas agregaron un condimento: los vampiros no pueden salir
fotografiados…

Algunas tradiciones sostienen que un vampiro tiene prohibido entrar


en una casa a menos que lo inviten. Además, sus energías suelen ser
limitadas durante el día: incluso el folclore afirma que el sol es capaz
de “quemar” a los vampiros.

Estos seres suelen ser renuentes al contacto con el agua o con


grandes corrientes. Además, se dice que necesitan regresar a su
sepulcro antes del amanecer para descansar y quedar protegidos de
la peligrosa luz.

Historias vampirescas como “Carmilla” de Le Fanu sostienen que


los vampiros deben volver a sus ataúdes temprano en la noche.

Pueden vivir sin respirar oxígeno y tampoco necesitan alimento, como


el resto de los mortales.
El Vampiro Arnold Paole

UN CASO EXTRAÑO

Arnold Paole, muerto en el año 1726, era un hombre serbio que fue
considerado vampiro tras su muerte. Se lo acusa de haber
comenzado una epidemia de vampirismo que provocó la muerte de
dieciséis habitantes de su aldea nativa.

Su caso, semejante al de Peter Plogojowitz, llegó a ser famoso


debido a la implicación directa de las autoridades austriacas y de los
médicos oficiales de Austria, que confirmaron la existencia de
vampiros.

El informe de su caso fue difundido en Europa occidental y contribuyó


a la creencia de la existencia de vampiros, incluso entre los europeos
cultos.

La significación de aquel informe, hoy en día se explicaría a partir del


proceso de descomposición de los cadáveres. Nuestro conocimiento
del caso se basa exclusivamente en visum et repertum (visto y
descubierto a través de la autopsia), documento firmado por el
médico cirujano Johannes Flickinger.

El primer brote derivado del “vampirismo” de Arnold Paole provino


de la aldea de Medvedja, por entonces territorio de la monarquía de
los Habsburgo.

Paole había declarado, antes de morir, el haber sido atacado por un


vampiro en Gossowa, pero dijo que se había curado alimentándose de
la tierra que rodeaba su sepulcro y manchándose con su sangre.

El Vampiro Arnold Paole

TRANSFORMADO EN VAMPIRO
Cerca de 1725, Arnold Paole se rompió el cuello después de una
caída. Semanas más tarde murió, e inmediatamente fallecieron otras
cuatro personas después de quejarse de haber tenido contacto
estrecho con Paole.

Algunos aldeanos se atrevieron a abrir su sepulcro y comprobaron


que el cadáver no se había descompuesto y que la sangre fresca
había fluido de sus ojos, nariz, boca, y oídos; que la camisa, la
cubierta y el ataúd estaban totalmente ensangrentados; que se
habían caído los viejos clavos en sus manos y pies, junto con la piel,
y que el cabello había crecido.

La conclusión fue que Paole se había transformado en un vampiro.


Le clavaron una estaca en el corazón y éste reaccionó gimiendo y
sangrando, luego de lo cual quemaron el cuerpo.

El mismo procedimiento se cumplió con el resto de víctimas para


prevenir que se convirtieran en nuevos vampiros.

El segundo “brote” de vampirismo ocurrió cinco años más tarde, en el


invierno de 1731. Diecisiete personas, jóvenes y viejos, fallecieron en
un lapso de tres meses, algunos de ellos en apenas 2 ó 3 días sin
haber sufrido una enfermedad anterior.

El Vampiro Arnold Paole Parte II

UNA NUEVA EPIDEMIA

Los campesinos conjeturaron serbios que la nueva epidemia se debía


nuevamente a Arnold Paole porque la primera persona en morir,
una mujer de sesenta años, había comido la carne de los ganados
que había criado Paole durante cinco años.

Cuando las nuevas muertes fueron divulgadas, el comando supremo


de Austria envió una comisión para investigar el caso. Ésta estaba
constituida por un cirujano militar, el médico Johannes Flickinger,
dos oficiales, el coronel de teniente Buttener y J.H. von Lindenfels,
junto con dos otros cirujanos, Isaac Siegel y Johann militares
Friedrich Baumgärtner.

Acompañados de los ancianos de la aldea y de algunos gitanos


locales, abrieron los sepulcros de los difuntos y descubrieron que
cinco de los cadáveres se habían descompuesto, pero los doce
restantes estaban intactos y exhibían los rasgos habitualmente
atribuidos a los vampiros.
El Vampiro Arnold Paole Parte II

SOSPECHOSAS EVIDENCIAS

Sus órganos supuraban sangre fresca, las vísceras estaban en buenas


condiciones, los cadáveres seguían regordetes y su piel fresca
conservaba colores vivos.

Los cirujanos resumieron todos estos fenómenos indicando que los


cuerpos evidenciaban “condiciones vampirescas”.

Luego de verificar el estado de los cuerpos, los gitanos cortaron las


cabezas de los supuestos vampiros, las quemaron e incineraron
también el resto de órganos. Los cuerpos descompuestos fueron
conservados en sus sepulcros originales.

El informe tiene fecha del 26 de enero 1732 en Belgrado y lleva la


firma de los cinco oficiales implicados.

La explicación científica moderna de estos hechos apela a las


características que adquieren los cadáveres en ciertas etapas de la
descomposición. La sangre que no se coagula es un fenómeno
habitual en las primeras fases, luego de la muerte.

Acerca De Drácula
UN AUTOR IRLANDÉS

Drácula es una novela de 1897, escrita por el irlandés Bram Stoker,


cuyo principal antagonista es el Conde Drácula.

A esta obra se le han atribuido muchos géneros literarios, incluyendo


la ficción del horror, la novela gótica y la literatura de invasiones.
Estructuralmente, se trata de una novela epistolar: presenta una
secuencia de cartas, a manera de diario personal o autobiografía.

Los críticos literarios han examinado muchos temas presentes en esta


novela, tales como el rol de las mujeres en la cultura victoriana, la
sexualidad conservadora y reprimida, la inmigración, el post-
colonialismo y el folklore.

Aunque Stoker no inventó la ficción sobre vampiros, la influencia de


esta novela en el renombre de estos seres ha sido notable para
incentivar la escritura de muchas obras teatrales y de películas del
siglo XX.

Acerca De Drácula

INVESTIGACIÓN DE CAMPO

Entre los años 1879 y 1898, Stoker trabajaba para el famoso teatro
Lyceum de Londres. Escribía novelas sensacionalistas para ganar
dinero hasta que llegó la fama con la publicación de su célebre
novela, el 18 de mayo de 1897.

El escenario de la misma es la ciudad de Whitby, donde vivía por


entonces el autor. Durante las décadas de 1880 y 1890, escritores
como H. Rider Haggard, Rudyard Kipling, Robert Louis Stevenson,
Arthur Conan Doyle y H.G. Wells escribieron muchos relatos donde
las criaturas fantásticas amenazaban el imperio británico.

La literatura de invasión estaban en un pico, y la fórmula de Stoker


(una invasión a Inglaterra por influencias europeas continentales), en
el año 1897, resultó familiar a los lectores de historias de aventura
fantásticas.

Sin embargo, es preciso señalar que Drácula es más importante para


los lectores contemporáneos que para los victorianos, que gozaron de
ella como de una buena historia de entretenimiento. Su fama
legendaria recién llegó algunas décadas más tarde, promediando el
siglo XX.

El agente literario y amigo de Stoker, sir Henry Irving, fue una


inspiración de la “vida real” para construir la personalidad del Conde
Drácula: gentil, caballero, amanerado, histriónico y con dramatismo,
además de tener un perfil de bandido.

Stoker pasó siete años investigando el folclore europeo y las


historias de vampiros, y fue influenciado por el ensayo
“Supersticiones de Emily Gerard en Transilvania, 1885”.
También se basó en las supersticiones balcánicas de Arminius
Vambery.

Significado De Drácula

UN “MUERTO INMORTAL”

Drácula fue una obra precedida e inspirada por un texto de 1871:


Carmilla, de Sheridan Le Fanu. Carmilla era una vampiresa
lesbiana dedicada a “cazar” a una mujer soltera.

La imagen de un vampiro retratado como hombre aristocrático, tal


como el personaje de Drácula, había sido recreado por Juan Polidori
en El vampiro, de 1819.
“El muerto inmortal” era uno de los títulos originales pensados por
Stoker para Drácula. Algunas semanas antes de la publicación, el
manuscrito fue titulado simplemente “El inmortal”.

El nombre inicial del protagonista iba a ser “Vampyre”, pero mientras


Stoker investigaba para dotar de realismo ciertos elementos de su
obra se topó con una palabra intrigante, en lengua rumana:
“Dracul”, cuyo significado es “diablo”.

Existía, además, una figura histórica conocida como Vlad III, pero no
es viable confirmar que exista una conexión intencional entre el
protagonista y el noble rumano.

Significado De Drácula

EL ÉXITO POSTERIOR

Luego de su publicación, Drácula logró apenas un éxito moderado,


aunque recibió grandes alabanzas de críticos y periodistas
contemporáneos. El mundo cristiano contemporáneo lo aplaudió por
ese avasallante triunfo maniqueísta del Bien sobre el Mal.

Otros críticos literarios consideraron esta obra como “la mejor novela
de sangre escrita en el siglo XIX”. Finalmente, hubo consenso en
catalogarla como una “clásica novela de horror gótico”.

El texto ha tenido dominio público en Estados Unidos desde su


publicación original, debido a la falta de un autor para continuar con
el procedimiento del copyright. En Inglaterra y otros países –que
seguían la convención de Berna sobre los derechos de copyright– la
obra estuvo inscripta hasta abril de 1962, cincuenta años después de
la muerte del irlandés Bram Stoker.

Cuando la adaptación desautorizada de la película fue estrenada en


1922, el renombre de la novela creció considerablemente debido a la
controversia causada por la viuda del Stoker, quien intentó prohibirla.

Se han filmado incontables películas basadas en el libro. Las tres más


famosas son Nosferatu (1922), Drácula (1931) y Drácula (1992).
Nosferatu, una película producida por el director alemán F.W.
Murnau, presenta variantes importantes. Desde el nombre ya nos
enteramos las diferencias: el protagonista se llama Conde Orlok, y no
Drácula.

Francis Ford Coppola, décadas más tarde, muestra al conde como


una figura trágica y no como un monstruo. Agrega nuevos escenarios
típicamente rumanos e inserta un argumento secundario romántico
en la historia.

Bram Stoker escribió otras varias novelas de horror y temas


sobrenaturales, pero ninguna alcanzó la fama o el éxito duradero que
obtuvo Drácula. Sus otras novelas son El paso de la serpiente (1890),
La joya de siete estrellas (1903) y La guarida de la oruga
blanca (1911).

Los Vampiros Eslavos

ORIGEN RUSO

Los eruditos saben que existieron leyendas de vampiros mucho


antes del siglo XVII, pero es difícil precisar cuándo comenzaron. Sin
embargo, un texto ruso del siglo XI es el punto de partida
comúnmente aceptado... Además de formar parte del folclore ruso,
los vampiros son bien conocidos como parte de la cultura ucraniana
medieval.

La tradición vampiresca está bien documentada entre los eslavos del


oeste, los checos, campesinos habitantes a orillas del río de Vístula,
macedonios, búlgaros, serbios, croatas y eslovenos. El vampiro fue
célebre también en Grecia, Rumania, Hungría y Albania.

La teoría más común indica que el origen de la palabra "vampiro" es


eslavo, y que se remonta al siglo V D.C. Es la época más temprana
en que el concepto del vampiro comienza a emerger en numerosas
leyendas folclóricas, sólo unos siglos antes de que los eslavos
organizaran un importante número de imperios en los Balcanes
durante el período medieval (hacia el siglo VIII D.C.).

El primer imperio en organizarse fue el de los búlgaros, que no eran


eslavos pero estaban relacionados con los hunos. Dentro de un
tiempo comparativamente corto, asimilaron a los eslavos como
minoría búlgara.

Los serbios y los eslavos búlgaros organizaron reinos medievales de


breve duración y adoptaron gran cantidad de elementos culturales de
Bizancio.

En contraste, Eslovenia y Croacia, debido a su ubicación en la parte


occidental de la península, adoptaron temas propios del Sacro
Imperio Romano y fueron influenciados por Roma, más que por el
desarrollo cultural de Constantinopla.

Los Vampiros Eslavos

LOS TURCOS Y LAS PLAGAS BALCÁNICAS

Después de algunos siglos de relativa estabilidad, gracias a la amplia


adopción de la ortodoxia, los países comenzaron a decaer y se
convirtieron en presas fáciles para la invasión turca. Cerca del año
1480, los turcos dominaron la zona norte de los Balcanes,
especialmente Serbia y la actual Rumania. Hacia el año 1683
controlaron también Hungría.

En el año 1348 las plagas devastaron esta zona. Sumado a la


conquista turca de los 1400's, la conjetura probable es que el
comienzo del terror hacia los vampiros se produjo alrededor del 1400.
Estos hechos históricos alimentaron la imaginación popular y la
tradición oral. Las composiciones sobre vampiros comenzaron siendo
anónimas, compuestas en lenguas vernáculas y transmitidas de
generación en generación, por vía oral.

Alrededor de 1730, el Imperio Otomano estaba sufriendo una notable


decadencia. Perdió Serbia, el imperio austriaco y otras regiones
aledañas. Los europeos occidentales introdujeron las leyendas
vampirescas, que pronto se propagaron por toda Europa
rápidamente. Después de esta difusión, nacieron las ficciones
vampirescas.

El País De Drácula

ALGO SOBRE RUMANIA

Transilvania es una región de Rumania conocida por la presencia de


The Bran Castle (literalmente, El Castillo de Salvado) donde vivió
Drácula, el célebre personaje de la novela homónima escrita por el
irlandés Bram Stoker.

Como consecuencia del éxito de Drácula, Transilvania se hizo famosa


como epicentro de la Ficción de Terror, en especial, de la literatura
vampiresca.

Rumania es un país ubicado en el sudeste de Europa. Linda con


Hungría y Serbia hacia el oeste, y con Bulgaria al sur, a lo largo de
Río Danubio. Al noreste limita con Ucrania y Moldavia. Esta nación
goza de una extensa costa sobre el Mar Negro, mientras que las
Montañas de los Cárpatos atraviesan el sur y el este del país.

La histórica ciudad de Bucarest (Bucuresti en rumano) es la


principal atracción turística del país, su capital y centro urbano de
mayor densidad demográfica.

Rumania ha sido país miembro activo de OTAN desde 2004, y ha


accedido recientemente a la Unión Europea: el Tratado de Acceso
inició su sesión a principios del año 2005 y Rumania ingresó
definitivamente el 1 de enero de 2007.
El País De Drácula

EL CASTILLO DE SALVADO

The Bran Castle, situado cerca de Brasov, en Transilvania, es


considerado un monumento nacional y un ícono del turismo rumano.
Fue construido por los caballeros teutones hacia el año 1212,
después de ser trasladados desde Palestina al Reino de Hungría.

La fortaleza está situada en la frontera entre Transilvania y Valaquia.


Además de su arquitectura única, el castillo es famoso por las
leyendas folclóricas que le atribuyen haber sido la vivienda del noble
Vlad III The Impaler, aunque no existe ningún documento que
confirme que efectivamente se hospedó allí.

El castillo está abierto al turismo. Se puede visitar el interior y,


alrededor del mismo, el paisaje revela las tradicionales casitas de
campo rumanas.

Vampiros Griegos: Vrykolakes

EL DESTINO DE UN CUERPO

El gran miedo que los griegos sentían por los vampiros, antes del
siglo XX, sólo es comparable a la imaginación romántica de la época
victoriana.

El suelo de Grecia posee grandes terrenos erosionados por el mar,


que forman valiosos depósitos para el cultivo. Y la Iglesia griega
prohíbe la cremación de los cadáveres… Por lo tanto, la tierra
destinada al entierro de los cuerpos resulta escasa.
La práctica habitual se basa en enterrar a los muertos en la tierra por
un lapso de tres años, después de lo cual los huesos son exhumados
ante la presencia de los parientes, y luego se colocan en un osario.

Si transcurridos los tres años se descubre que el cuerpo no se ha


descompuesto como debería ser, se cree que sigue habitado por un
alma encarcelada, que se alimenta de la sangre de los hombres vivos
para seguir manteniéndose.

Tales cadáveres se han convertido en vampiros… Y las primeras


presas son sus parientes cercanos. Además, se cree que los vampiros
son capaces de engañar a la gente adoptando el aspecto de seres
vivos ordinarios.

Vampiros Griegos: Vrykolakes

UNA HISTORIA MACABRA

Existe una célebre historia de vampiros, nacida en la isla de


Karpathos. Un hombre llamado George Nouaros se preparaba para
ir a dormir y, al pasar por su granero (situado en la aldea de Othous),
notó que una de sus vacas lo miraba fijamente, después miraba a la
puerta y comenzaba a mugir fuertemente.

El granjero se asombró, porque su animal nunca se había comportado


así antes... Levantó su lámpara y observó entre las sombras; vio que
su vaca temblaba con la cola erguida y seguía mirando fijamente a la
puerta, como si estuviera asustada.
Nouaros rezó en voz baja e hizo la señal de la cruz. De pronto sintió
que alguien golpeaba a la puerta y preguntó “¿quién es?”. Una voz
familiar le respondió: “soy yo”.

Era su socio, un sacerdote. El granjero abrió la puerta y vio a su


amigo. “¿Qué pasa?”, preguntó Nouaros. “Tenemos que volver a la
aldea, nuestro tercer socio ha caído gravemente enfermo”. El granjero
ensilló su mula, tomó una antorcha ardiente de la estufa y salió con
el sacerdote. Éste lo llevó por un camino escarpado, a orillas de un
acantilado peligroso. Nouaros notaba algo extraño y comenzó a temer
por su vida.

Pero nada podía hacer: el hombre era su socio. Finalmente, después


de mucha angustia, miedo y pavor, llegaron a la aldea. Pasaron por la
Iglesia del Panayia y, al atravesar el cementerio, el sacerdote
desapareció mágicamente.

A Nouaros le extrañó el alejamiento de su socio… Después de


aguardar un rato, se fue a su casa, tocó la puerta y lo atendió su
esposa. Cuando el granjero le explicó que había viajado con el
sacerdote, su esposa se puso pálida de golpe… Y le contó que su
socio había muerto por la mañana.

Nouaros sintió una sacudida eléctrica en el cuerpo y se enfermó de


los nervios… Jamás se pudo recuperar de ese descubrimiento.

Cómo se destruye un Vampiro

En la mayoría de los casos, los vampiros sobreviven alimentándose


de la sangre de las personas vivas o de su energía vital.

Los hombres-lobo muchas veces se convierten en vampiros después


de muertos… Para espantar estos seres macabros, las personas
supersticiosas suelen usar diversos amuletos: una cabeza de ajo, una
rosa salvaje o símbolos sagrados tales como agua bendita, un rosario
o un crucifijo.

Las debilidades de los vampiros varían, dependiendo de las leyendas.


El ajo aparece en las leyendas europeas. En mitos de otras regiones,
hay plantas que tienen efectos similares, mientras que el agua
bendita y la iconografía cristiana dependen de la cultura y de la
religión de los pueblos.

En mitos vampirescos de Europa del Este se cree que existen tres


estrategias exitosas para destruir a un vampiro: una bala de plata,
una estaca de madera y la decapitación, antes de incinerar el cuerpo
del mismo.

El viejo folclore de Europa Oriental sugiere que muchos vampiros


tienen actitudes obsesivas y un carácter presumido. Por ello, la gente
coloca semillas de mijo o de amapola bajo tierra, donde hay cuerpos
enterrados, porque creen que de esa manera podrán mantener a los
vampiros ocupados toda la noche.

Los mitos chinos indican que si un vampiro es visto a través de un


saco de arroz, tendrá que contar todos los granos de la bolsa antes
de llegar a su víctima.

Cómo se destruye un Vampiro

Vampiros De Pueblos Antiguos

La alusión histórica más temprana a los vampiros la encontramos en


los textos del filósofo romano Lucio Apuleyo. Su novela “El asno de
oro” relata la vida de dos malvadas hermanas llamadas Panthia y
Meroe, que bebieron la sangre de un personaje llamado Sócrates.

La figura del muerto-vivo que se alimenta de sangre forma parte de


antiguas leyendas inglesas y danesas que se remontan al siglo XII.
Fue a partir de la Ilustración cuando el apogeo de la Razón
desprestigió tales supercherías, de manera que los relatos
vampíricos fueron desapareciendo del contexto europeo.

Sin embargo, una vuelta al tema se dio gracias a las fábulas escritas
por el padre benedictino Calmet, durante el siglo XVIII. Difundió
leyendas sobre vampiros en su libro “Tratado sobre vampiros”
-publicado en el año 1746- recogidas en pueblos de diferentes
latitudes: ciudades austriacas, húngaras, polacas, serbias, prusianas,
así como villas de Silesia, Moravia y Laponia.
Vampiros De Pueblos Antiguos

El culto vampírico se registra en India. Kali Ma era una deidad cruel,


dotada de cuatro extremidades y largos cabellos. Los pueblos indios
le ofrecían víctimas humanas en sacrificio, para colmar su sed y
captar su benevolencia.

En la península hispánica también existieron historias de este tipo.


Las guajonas cantábricas, ls guaxas asturianas, o las meigas gallegas
eran criaturas que utilizaban un único colmillo para sorber la sangre
de sus víctimas, que generalmente eran infantes.

También en la región mesopotámica se adoraban deidades llamadas


Maskin y Utuhu, de aspecto semejante al de los vampiros. Ellas eran
las responsables de la proliferación de pestes y demás enfermedades
mortales.

Los chinos, en la Antigüedad, creían que las personas pecadoras,


después de muertas, se transformaban en malvados vampiros. Por
este motivo, cuando algún criminal moría, se le seccionaban todos los
órganos. En la Roma clásica se creía en la existencia de “larvae”,
fantasmas de aspecto cadavérico que revivían -por no haber expiado
sus pecados adecuadamente- para vengarse de los vivos
succionándole la sangre.

En el Egipto Antiguo existieron dioses-vampiros como el célebre


Srun, con cuerpo de lobo y amplios colmillos. Y los fenicios creían que
los altos índices de defunción infantil eran causados por las
agresiones de Lilitu, un fantasma vagabundo que prefería alimentarse
con sangre de niño.
Por último, los mapuches sudamericanos rendían culto a una criatura
vampírica a quien bautizaron “Pihuychen”, responsable de agredir
animales y seres humanos. Además, los atemorizaba la presencia de
una especie de lagarto (un vampiro acuático) al que llamaban Trelke-
wekufe.

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